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ACCIDENTES CON MÚLTIPLES VÍCTIMAS Y

DESASTRES NATURALES: PRIMEROS


AUXILIOS PSICOLÓGICOS

Domínguez del Valle, Soraya


Galerón Molina, Virginia
Gómez Herreruela, Sara
Márquez Rodríguez, Miriam
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN TEÓRICA ......................................................................................................2
1.1. Conceptos..................................................................................................................2
1.2. Primera Ayuda Psicológica ........................................................................................4
1.2.1. ¿A quién va dirigida la PAP? ..................................................................5
1.2.2. ¿Cuándo se proporciona la PAP? ...........................................................5
1.2.3. ¿Dónde se puede proporcionar la PAP? ................................................5
1.3. Tareas de los psicólogos............................................................................................6
1.4. Tipos de impactos de los eventos traumáticos .........................................................8
2. PROBLEMAS/DIFICULTADES MÁS FRECUENTES ...................................................................8
2.1. Consecuencias psicológicas.......................................................................................8
2.1.1. Trastorno de estrés................................................................................9
2.1.2. Trastorno de estrés postraumático .....................................................10
2.1.3. Duelo ...................................................................................................11
2.2. Factores que aumentan los riesgos ........................................................................11
2.3. Desgaste profesional ..............................................................................................13
2.4. Población de riesgo .................................................................................................13
3. MODELOS DE INTERVENCIÓN, TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS .................................................14
3.1. Modelos de intervención…………………………………………………………………………………..14
3.1.1. Una propuesta de actuación ...............................................................16
3.2. Técnicas y estrategias .............................................................................................17
3.2.1. Objetivos..............................................................................................17
3.2.2. Técnicas, estratagemas y estrategias comunicativas con afectados...17
3.2.2.1. Debriefing ...............................................................................18
3.2.2.2. Comunicación de malas noticias ............................................22
3.2.2.3. Otras técnicas .........................................................................24
4. RECURSOS DISPONIBLES .....................................................................................................31
5. RECURSOS BIBLIOGRÁFICOS ...............................................................................................32

[1]
1. INTRODUCCIÓN TEÓRICA.

El interés por la atención a víctimas de desastres se inicia a partir de mediados del s.


XIX, inicialmente desde una orientación clínica, que irá evolucionando hacia orientaciones
psicosociales.
Entre los años 1857 y 1885, aparecen las primeras descripciones de sintomatología
compleja (angustia, emotividad exagerada, depresión, insomnio, alteraciones de la memoria)
en víctimas de accidentes de ferrocarril y de guerra, se presentaban en ausencia de lesiones
físicas evidentes y se atribuía a la conmoción cerebral (“shock nervioso”) y en la
terminología de la época aparece denominado como “neurosis traumática”. Desde una
perspectiva psicosocial, los estudios se inician hacia mediados del siglo XX.
Las observaciones del psicólogo William James sobre el comportamiento de víctimas
y equipos de socorro en 1906, durante el terremoto de San Francisco resultan un importante
antecedente a dichos estudios. Pero lo que marca el inicio de la intervención psicosocial en
crisis de la época moderna son los trabajos de Liderman y sus colaboradores, tras el incendio
del local nocturno Coconut Grove en Boston (1942) en el que fallecieron 492 personas.
Dichos investigadores se centraron en conocer los síntomas psicológicos de los
supervivientes (ansiedad, depresión, alteraciones psicosomáticas), en aquellos sujetos que
utilizaron la negación como principal mecanismo defensivo, así como el proceso de duelo
que atravesaban aquellas personas que habían perdido un ser querido. El informe psicológico
de estos sujetos fue la piedra angular para las teorizaciones sobre el proceso de duelo.
En los últimos años ha existido y existe una creciente demanda social y política de
apoyo psicosocial cuando se produce una situación traumática, especialmente en eventos
catastróficos considerados como potenciales generadores de daño psicológico.
Existen varias razones que avalan la intervención psicosocial en crisis. Una de la
indiscutible aparición de sintomatología psicopatológica en un porcentaje de la población
afectada por sucesos, la OMS (1948) indica que la salud es «un estado de completo bienestar
físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.», y, por
tanto, su restablecimiento incluirá el trabajo en los tres ámbitos.

1.1.Conceptos.
Slaikeu (199) define crisis como “un estado temporal de trastorno y
desorganización, caracterizado principalmente por una incapacidad del individuo para
manejar situaciones particulares, utilizando métodos acostumbrados para la solución de
problemas y por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo.”
Se caracteriza por una gran desorganización emocional, perturbación y un colapso en las
estrategias previas de enfrentamiento.
La diferencia entre crisis, desastre y catástrofe vendría dada por el número de
víctimas y por la gravedad de los accidentes. Según aumentase dicha gravedad implicaría
una mayor necesidad de medios y de coordinación entre ellos.
Para la OMS un desastre consiste en un acto de la naturaleza cuya magnitud da
origen a una situación catastrófica, se alteran los patrones cotidianos de la vida y la gente se
ve hundida en el desamparo y en el sufrimiento. Como resultado de ello, las víctimas
necesitan víveres, ropa, vivienda, asistencia médica y de enfermería, así como otros
[2]
elementos fundamentales para la vida y para la protección contra factores y condiciones
ambientales desfavorables, los cuales, en la mayor parte de los casos, deben provenir de
áreas que estén fuera de la zona de desastre.
Los desastres son sucesos con un gran impacto emocional capaces de paralizar los
recursos habituales de personas, grupos o incluso de poblaciones enteras, que en
circunstancias normales se comportan de manera eficaz. Generalmente suceden de forma
imprevista, causan un gran impacto, algunas veces de carácter extremo por la sensación de
amenaza objetiva percibida, que se experimentan. Hay diversas formas de clasificar los
desastres. Una de ellas, en la tabla siguiente, es en función del carácter natural o de origen
humano y su carácter inesperado o de larga duración… No obstante, además de por tipo de
origen del desastre también podemos encontrar clasificaciones en función de:

 Presencia o no de momento crítico (p.e. incendio vs. Sequía)


 Grado de impacto personal (tipo de daño causado, recursos de
afrontamiento…)
 Alcance (una comunidad o varias)
 Tamaño (dimensiones del daño originado).

Desastres naturales de ocurrencia súbita e 


Avalanchas, terremotos,
inundaciones, ciclones, tormentas,
inesperada
tornados, erupciones volcánicas etc.
Desastres naturales de larga duración  Epidemias, desertización, hambre…
 Accidentes estructurales y de
transporte
Desastres producidos por el hombre de  Accidentes tecnológicos industriales
 Exposiciones químicas o nucleares
ocurrencia súbita e inesperada
 Contaminación: lluvia ácida,
contaminación química y atmosférica
 Incendiios
Desastres producidos por el hombre de  Disturbios y guerras civiles o
internacionales
larga duración
 Desplazamientos
Tabla 1. Federación Internacional de la Cruz Roja (IFRC, 1993)

De acuerdo con Sancho (1997) y Baillo (1950) actualmente el término catástrofe se


utiliza para definir una desgracia aterradora y violenta. Según Sigales (2006) la catástrofe o
desastre es un agente agresor que puede llegar al traumatismo. El cual someterá al aparato
psíquico a un conflicto. En este proceso el damnificado puede tener una respuesta más o
menos adaptada dependiendo de sus recursos (materiales, intelectuales, físicos, psíquicos y
emocionales).
El término trauma se refiere a un choque emocional por una experiencia violenta y
que deja una impresión duradera. Según Sigales (2006) “En psicología de retomó el vocablo
de traumatismo para identificar el traumatismo psíquico como la transmisión de un choque
psíquico ejercido por agentes externos sobre el psiquismo, causante de modificaciones
psicopatológicas.

[3]
1.2.Primera ayuda psicológica
La primera ayuda psicológica según Esfera, 2011 y IASC, 2007, es “una respuesta
humana, de apoyo a otro ser humano que está sufriendo y que puede necesitar ayuda”.
Constituyen intervenciones organizadas y guiadas por objetivos, para las cuales se emplean
habilidades, técnicas y tácticas válidas para este tipo de relación de ayuda. Los primeros
auxilios básicos son intervenciones básicas pero no por ello son menos importantes. Esta
ayuda requiere de una formación y de competencias específicas sin necesidad de ser, en
cualquier caso, profesionales de la intervención psicosocial.

La primera ayuda psicológica (PAP) consiste en:

 Brindar ayuda y apoyo prácticos, pero sin ser invasivos


 Evaluar las necesidades y preocupaciones
 Ayudar a que las personas puedan atender sus necesidades básicas (por
ejemplo, comida y agua, información…)
 Escuchar a las personas, pero sin presionarlas para que hablen
 Reconfortar a las personas así como ayudarles a sentir calma a pesar de la
situación
 Ayudar a las personas para acceder a información, servicios y apoyos sociales
 Proteger a las personas de sucesivos peligros

Sus objetivos son:


 Intentar restablecer el nivel de funcionamiento previo al suceso:
colaborando en la solución de problemas inmediatos., intentando calmar a la
víctima…etc.
 Minimizar el impacto psicológico: reducir sintomatología somática
traumática.
 Disminuir la probabilidad de aparición de psicopatologías:
resignificación de síntomas, reestructuración cognitiva breve, evitar la
disociación en el momento inmediato, facilitar la “narrativa ordenada” del
suceso para su integración posterior.

La primera ayuda psicológica no está restringida solamente a los profesionales ni es


lo que se conoce como asesoramiento psicológico, sino que esta primera ayuda puede ser
realizada por voluntarios que no tengan formación profesional, antes de que comience el
trabajo del psicólogo. En la primera ayuda psicológica es importante no centrarse en la
discusión de los detalles del acontecimiento que ha causado la angustia, y no debemos
presionar a las personas para que analicen lo que ha sucedido o traten de ordenar
correctamente los acontecimientos.

Es necesario que las personas que realicen la PAP estén disponibles a la hora de
escuchar las historias de las personas, pero nunca deben presionar para que cuenten sus

[4]
sentimientos y reacciones ante la situación. En ella se incluyen factores de gran ayuda para
la recuperación de las personas a largo plazo como lo son los siguientes:

 Sentirse seguro, conectado con otros, en calma y con esperanza


 Tener acceso al apoyo social, físico y emocional
 Sentirse capaz de ayudarse a sí mismo como individuo o comunidad

1.2.1. ¿A quién va dirigida la Primera Ayuda Psicológica?

La primera ayuda psicológica está dirigida a personas afectadas recientemente por


un acontecimiento crítico grave. Se puede proporcionar ayuda tanto a niños como a adultos.
Sin embargo, no todos los que experimentan una situación de crisis necesitarán o querrán
PAP. No se deber forzar la ayuda en aquellos que no la quieren, sino estar disponible para
aquellos que puedan desear apoyo.

Hay algunas situaciones en las que la persona necesita apoyo mucho más avanzado
de lo que proporciona la PAP. Es importante que si la primera ayuda psicológica no se está
realizando por un profesional, éstos conozcan sus propios límites y busquen la ayuda de
otros.

Así mismo frente a una misma situación hay personas que necesitan mayor apoyo
experto inmediato, ya sea para su salud física o psicológica, por tener lesiones físicas graves,
por tener un alto grado de alteración que les incapacite para ocuparse de sí mismas o sus
familiares, o personas que pueden hacerse daño a sí mismas o a otros…

1.2.2. ¿Cuándo se proporciona la primera ayuda psicológica?

Aunque las personas puedan necesitar acceder a ayuda y apoyo durante mucho
tiempo después de una situación de crisis, la PAP se centra en ayudar a las personas que han
sido afectadas recientemente por un acontecimiento de este tipo. La primera ayuda
psicológica se puede facilitar tan pronto como se establezca contacto con personas que están
en situación de angustia. Normalmente esto será durante o inmediatamente después del
acontecimiento. Sin embargo, a veces puede ser días o semanas después, dependiendo de
cuánto ha durado el acontecimiento o de cuán grave ha sido.

1.2.3. ¿Dónde se puede proporcionar primera ayuda psicológica?

La primera ayuda psicológica se debe ofrecer en un lugar que sea suficientemente


seguro. Muchas de estas situaciones suelen ser catástrofes en las que muchos edificios
quedan inutilizables, por lo que con frecuencia se realizará en lugares comunitarios como la
escena del accidente, los centros de salud o refugios, escuelas o lugares de distribución de
comida…

Lo ideal es que se proporcione en un lugar donde exista cierta privacidad para poder
hablar con la persona cuando se considere oportuno. Para personas expuestas a ciertos tipos

[5]
de acontecimientos críticos, como violencia sexual, la privacidad es esencial para la
confidencialidad y el respeto de la dignidad de la persona.

Nivel Agente de ayuda Tareas


I Población general no  Acompañamiento
cualificada. humano.
 Ayuda humanitaria:
Cubrir necesidades
básicas.
II Intervinientes (Sanitarios,  Primeros Auxilios
bomberos, equipo de Psicológicos.
rescate, fuerzas de
seguridad, voluntarios
institucionales, etc.).
III Psicólogos, Psiquiatras,  Primeros Auxilios
trabajadores sociales y Psicológicos.
otros significativos.  Gestión de urgencias/
emergencias
psicosociales.
 Intervención en crisis.
 Couselling tras
situaciones críticas.
IV Equipo de Salud Mental.  Psicoterapia.
Equipos de Atención  Readaptación socio-
Social. comunitaria.
Tabla 2. ¿Quién puede hacer PAP?

1.3.Tareas de los psicólogos

Siempre que hay una catástrofe de cualquier magnitud, se suele movilizar a


psicólogos para que brinden ayuda. Tal vez para un observador externo, sería difícil
distinguir un psicólogo de los demás voluntarios que también se ofrecen para ayudar con
agua o mantas, pero si bien los psicólogos brindan estos servicios, también ofrecen apoyo
emocional crucial en el período posterior a la catástrofe.
Dado que los psicólogos están capacitados especialmente para ayudar a las personas
a sobrellevar la tensión y las emociones fuertes, ellos pueden ayudar tanto a los
supervivientes de las catástrofes como a quienes brindan la ayuda inicial a entender lo común
que es sentir lo que están sintiendo, ya sea enojo, tristeza o cualquier otra emoción.
Si bien no se suele brindar terapia en el lugar de la catástrofe, pueden ayudar a las
personas a apoyarse en su propia fortaleza interna con el fin de iniciar el proceso de
recuperación después de la catástrofe. Los psicólogos ayudan a los que se encuentran en el
[6]
lugar de la catástrofe a desarrollar sus habilidades de resiliencia y así pasar de sentirse como
víctimas desesperanzadas a supervivientes con una visión realista con relación a sus
perspectivas. Este proceso puede incluir la toma de medidas orientadas a lograr objetivos
concretos y vincularse con los demás a medida que aprenden a sobrellevar los desafíos
logísticos y emocionales que plantea una catástrofe.

Algunas de las acciones de los psicólogos son:

 Escuchar las preocupaciones de las personas con respecto a diversos problemas


tales como su hogar, sus familiares perdidos y sus mascotas.
 Ayudar a las personas a manejar sus condiciones de vida temporales y a
aclimatarse a los refugios que posiblemente estén ubicados lejos de su estado
natal y en distintos ambientes.
 Proporcionar información sobre los recursos disponibles para satisfacer
necesidades actuales (vestimenta, atención médica, etc.); ayudar a facilitar esos
contactos.
 Abogar por las necesidades de determinados individuos o familias a medida que
se manejan en los sistemas que se han creado para brindarles ayuda.
 Ayudar a las personas a desarrollar habilidades de resiliencia entablando
vínculos con familiares y amigos que también han sobrevivido o que no se han
visto afectados por la catástrofe; aceptando que ese cambio implicará una
experiencia continua; manteniendo una actitud esperanzada y ayudando a las
personas a desarrollar sus propios planes de recuperación personal.
 Escuchar las preocupaciones de los padres sobre cómo sus hijos se recuperarán
de la catástrofe y si podrán tratar con los desafíos que tendrán que afrontar (por
ejemplo, nuevas escuelas, etc.)
 Contribuir con la resolución de conflictos y problemas entre los residentes de los
refugios, entre los familiares y entre los voluntarios y el personal.
 Ayudar a las personas a manejar otras tragedias que puedan estar sucediendo
simultáneamente a las secuelas de la catástrofe (como por ejemplo la muerte o
la enfermedad de un familiar no afectado por la catástrofe).
 Enseñarles a las personas que es normal que los sobrevivientes de catástrofes
presenten una serie de reacciones comunes. Algunas de estas son: miedo,
recuerdos, pesadillas, emociones de irritación y/o retraimiento y confusión.
 Asegurarles a las personas que es posible recuperarse de una catástrofe y llevar
adelante una vida plena y gratificante.
 Al trabajar con niños: Hay que advertir y apoyar estrategias positivas de
afrontamiento; ayudarlos a restablecer vínculos con otras personas; ayudarlos a
encontrar maneras de colaborar con los demás; ayudar a las familias a restablecer
las rutinas y estructuras familiares; recordarles a los niños y a las familias la
importancia de tomar descansos con relación a sus esfuerzos de recuperación y
otras actividades saludables de cuidado de sí mismo; así como también el uso de
libros para colorear relacionados con la catástrofe.

[7]
 Suministrar información sobre cómo y dónde buscar asistencia a más largo
plazo.

1.4.Tipos de impactos de los eventos traumáticos


Existen varias clasificaciones, algunas de ellas exhaustivas como por ejemplo la de
Taylor (1987), pero todas pueden resumirse a efectos prácticos en tres:
 Primera categoría o víctimas directas del incidente.
 Segunda categoría, incluye las personas que han presenciado la victimización,
también familiares y amigos de la víctima.
 Tercera categoría, los miembros de los servicios de emergencia (bomberos,
sanitarios y policías) que han estado en contacto con la víctima.

Sassón (2004) elaboró un resumen del impacto de diferentes tipos de eventos


traumáticos sobre los individuos. El primero señala el impacto a corto plazo de los desastres
naturales (inundaciones, terremotos, huracanes…) o tecnológicos (explosiones, incendios,
derrumbes). La mayoría de las victimas que se vieron expuestas a un evento traumático en
un principio se sienten aturdidas, ofuscadas, atontadas y evidencian síntomas como por
ejemplo, entumecimiento afectivo, inhibición, indecisión, miedos, los síntomas pueden
desaparecer en 6 semanas. Los tres tipos de trastornos psiquiátricos prevalecen en 6 semanas.
Los tres tipos de trastornos psiquiátricos prevalecen, en adultos, luego de sufrir un accidente
traumático son: Ansiedad, depresión y estrés postraumático. Mientras que en los niños las
respuestas más comunes son las fobias específicas, ansiedad de separación, problemas de
sueño y síntomas de estrés postraumático.
Segundo, el impacto a largo plazo de la exposición a los desastres naturales y
tecnológicos, pueden persistir durante años, aunque muchos de los síntomas desaparecen a
los 16 meses.
Tercero el impacto en víctimas de agresiones físicas o sexuales. Las víctimas de
violación constituyen el grupo más grande afectado individualmente. La mayoría se
producen en la infancia y en la adolescencia y los perpetradores suelen ser conocidos de las
víctimas.
Los eventos traumáticos son, en la mayoría, de las ocasiones inesperados e
incontrolables y golpean de manera intensa la sensación de seguridad y autoconfianza del
individuo provocando intensas reacciones de vulnerabilidad y temor hacia el entorno.

2. PROBLEMAS/DIFICULTADES MÁS FRECUENTES.

2.1 Consecuencias psicológicas

Afortunadamente, la mayoría de las personas sólo experimentan reacciones


temporales y se recuperan en unas pocas semanas o inician procesos de afrontamiento de
pérdidas (duelos) normales. Otras tienen una curva de recuperación más lenta y unas pocas,
pueden entrar en una dinámica personal y situacional que les haga incapaces de funcionar

[8]
como lo hacían antes del evento. Este último y afortunadamente reducido grupo de personas,
estará afectada por un cuadro que va más allá de la respuesta normal a una situación crítica.

Entre estos cuadros, cabe destacar aquellos que tienen que ver con alteraciones del
estado de ánimo (trastornos depresivos) y los trastornos de ansiedad. Dentro de estos últimos,
uno de los más característicos, asociados a situaciones críticas y de desastre es el trastorno
de Estrés Postraumático.

El duelo patológico o el desarrollo del TEPT no son las únicas patologías que pueden
aparecer como consecuencia de una situación “traumática”, en mayor o menor porcentaje
pueden darse también las siguientes:

 Diferentes trastornos de ansiedad.


 Depresión -hasta un 47,6% en víctimas de violencia de género
 Abuso o dependencia de sustancias.
 Disfunciones sexuales.
 Trastornos del sueño.
 Trastornos somatomorfos
 Trastornos gastrointestinales.
 Trastornos adaptativos.
 Descompensación de trastornos de personalidad premórbidos.
 Modificaciones permanentes de personalidad (suspicacia, hostilidad,
dependencia emocional).
 Aislamiento social.
 Conductas hetero/ autoagresivas (suicidio o ideación suicida).

2.1.1. Trastorno de estrés


El estrés, son proceso físicos, psicológicos y de comportamiento que se desarrollan
cuando existe un exceso de demandas internas y externas --así percibidas por el sujeto-- en
base a procesos cognitivos, creencias, pensamientos, interferencias, interpretaciones,
predicciones—, y que sobrepasan sus capacidades para poder satisfacerlas. Que acabarán
repercutiendo en la calidad de vida y en el funcionamiento de la persona.
Así en el proceso de estrés intervienen tres factores:
1. El factor estresante (cualquier estímulo interno o externo que lo provoca.).
2. La manera cómo la persona percibe al estresante (la personalidad, experiencias de
vida, experiencias previas, etc.).
3. La percepción de los propios recursos de la persona para enfrentar las demandas
internas (necesidades y carencias) y las externas (el entorno).
Sin embargo, no toda circunstancia trágica o desagradable o de fatiga, causa estrés.
Existen estados de estrés que nos permiten ir adaptándonos a las circunstancias de la vida y
sin la presencia de ciertos niveles de estrés, caeríamos en un estado de apatía y aburrimiento,

[9]
disminuiría nuestra motivación y nuestro cuerpo carecería de sensaciones. Tampoco
podríamos progresar ni desarrollarnos.
Diferenciemos entonces, entre dos tipos de estrés: uno positivo llamado “estrés” y el
otro negativo, llamado “distrés”. Ambos tipos de estrés exigen ajustes que implican cambios
o adaptaciones en el individuo.

Trastorno de estrés agudo (ASD), es un desorden de ansiedad similar al de estrés


postraumático en eso de que ocurre después de un evento traumático, además se incluyen
también la reexperimentación, anulación y el aumento de la excitación. El estrés agudo
puede progresar hasta llegar aún estrés postraumático. El criterio diagnóstico según el DSM
IV es el siguiente: Que la persona haya sido expuesta a un acontecimiento traumático en el
que:
 La persona haya experimentado, presenciado o le han explicado uno o más
acontecimientos caracterizados por muerte o amenazas para su integridad
física o la de los demás.
 La persona ha respondido con un temor, desesperanza o un horror intensos.
 Durante o después del acontecimiento la persona presenta tres o más de los
siguientes síntomas disociativos: sensación subjetiva de embotamiento,
desapego o ausencia de reactividad emocional, reducción del reconocimiento
del entorno, desrealización, despersonalización, amnesia disociativa…

Cortez y Aragonés, (1997) resaltan cinco patrones de afrontamiento de estrés


frente a la toma de decisiones de emergencias, a dichos patrones son
a) Inercia
b) Cambio a una nueva línea de acción
c) Negación defensiva
d) Hipervigilancia
e) Vigilancia.
Este último patrón de conducta mencionado conduce a decisiones de calidad mientras
que los cuatro restantes pueden dar lugar a decisiones erróneas. Todo ello teniendo en cuenta
los factores por las que la toma de decisiones difiere a la de la vida cotidiana, como el breve
tiempo para escoger la alternativa, o que esté en juego nuestra vida o las de otras personas.

2.1.2. Trastorno por Estrés Postraumático

Para que se dé PTSD es necesario que se dé la condición de haber sufrido los efectos
de la tensión traumática. Además hay que tener en cuenta que la probabilidad de desarrollar
PTSD y la severidad u cronicidad de los síntomas experimentada es función de muchas
variables.
Los criterios diagnósticos del PTSD según el DSM-IV son los siguientes: El
individuo expuesto a un acontecimiento traumático en el que ha experimentado, presenciado
o le han explicado uno o más acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para

[10]
su integridad física o la de los demás (guerras, atentados o catástrofes), ha respondido con
temor, desesperanza o un horror intensos. El acontecimiento traumático es reexperimentado
persistente a través de una o más de las siguientes formas: recuerdos y sueños del
acontecimiento, recurrentes e intrusos, que provocan malestar, el individuo actúa o tiene
sensación que el acontecimiento traumático está ocurriendo (sensación de estar reviviendo
la experiencia, flashbacks, ilusiones, alucinaciones…), malestar psíquico, respuestas
fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un
aspecto del acontecimiento traumático.
Síntomas persistentes de aumento del estado de alerta (ausentes antes del trauma), tal
y como lo indican dos o más de los siguientes síntomas: dificultad para conciliar y mantener
el sueño, irritabilidad o ataques de ira y dificultad para concentrarse, respuestas exageradas
de sobresalto… Estas alteraciones duran más de 1 mes y provocan un malestar significativo
o deterioro de las relaciones sociales, la actividad laboral o de otras áreas importantes de la
vida de la persona.

2.1.3. Duelo
En los eventos catastróficos se suelen desencadenar inevitablemente una reacción de
dolor y de ausencia, que provoca en el cuerpo de cada individuo y en su mente nuevas formas
de adaptación. Ante estas situaciones, no se puede eliminar el dolor que un familiar siente
por un ser querido que ha fallecido, pero se puede acompañarlo y ayudarle a atravesar esos
momentos amargos, se puede hacerle comprender lo que le está ocurriendo y sobre todo,
escucharlo. No se trata de evitar las escenas de dolor, ni las manifestaciones de rabia o
indignación, pero se pueden canalizar y amortiguarlas.

El duelo es el proceso por el cual, una persona que ha perdido algo o alguien
importante para esa persona, se adapta y se dispone a vivir sin ellos. Se trata de un proceso
y no de un estado. La situación y las manifestaciones de la persona que lo atraviesa cambian
a lo largo del mismo. Y se trata de un proceso en el que la persona está activamente
implicada, realizando una serie de tareas necesarias para lograr esa adaptación. En las
catástrofes el proceso de destrucción de los lazos establecidos es abrupto y traumático. El
duelo es un fenómeno natural necesario para que las personas nos adaptemos a la pérdida
que hemos sufrido (todas las pérdidas, incluso las materiales)

2.2. Factores que aumentan los riesgos


o Factores culturales: en los países desarrollados existen más recursos para
pailar los desastres mediante recursos humanos y riquezas materiales. Generalmente la
respuesta médica de salud física y mental está bien desarrollada y un sistema eficiente de
transporte y comunicación. Mientras que en los países pobres les faltan todos estos recursos,
además que muchas viviendas están construidas encima de planos de inundación y laderas,
lo cual les convierte en más vulnerables.
o Factores protectores: buena autoestima, adecuada gestión emocional, alto
apoyo social percibido, una actitud positiva ante la vida, un afrontamiento adecuado de la
vida cotidiana, aficiones gratificantes, estilo de vida equilibrado, aceptación de las propias
limitaciones, etc.

[11]
o Factores de riesgo: que indican que hay un mayor riesgo de aparición de
psicopatología (psicopatología previa, presencia concomitante de otros problemas vitales:
económicos, laborales, de pareja, familiares, escaso apoyo social, secuelas físicas graves,
hijos pequeños a cargo, inmigración en situación irregular, otras pérdidas recientes o
múltiples traumas, etc.

Factores de riesgo para el afrontamiento


 Historia psiquiátrica
 Pobreza o clase socioeconómica
baja
 Edad comprendida entre 40 y 60
años
Factores previos al desastre
 Sexo femenino
 Presencia de niños desprotegidos en
casa
 Miembros de grupo étnicos
minoritarios
 Duelo
 Daños
 Reacciones de horror y otras
Factores durante el desastre
reacciones traumáticas
 Percepción de amenaza para la vida
 Gravedad de la exposición al suceso
 Deterioro de los recursos
 Desplazamientos
 Falta o disminución del apoyo social
 Pérdida de la vivencia, propiedades
Factores posteriores al desastre y recursos económicos
 Disfunciones en la relación de
pareja
 Alienación y desesperanza
 Afrontamiento evitativo
 Percepción negativa del
comportamiento de otros
 Valoración negativa de los síntomas
percibidos
Otros factores  Valoración irracionalmente
exagerada de la probabilidad futura
de repetición del evento
 Atribuciones catastrofistas sobre las
causas y la responsabilidad

[12]
 Estresares secundarios
Tabla 3 Factores de riesgo para el afrontamiento

2.3. Desgaste profesional


Trabajadores cuya labor consiste en tratar reiteradamente con otras personas y/o que
interviene en situaciones conflictivas y traumáticas o escuchar historias muchas veces
horrendas o de difícil tratamiento, están expuestas a demandas extraordinarias de tiempo, a
condiciones especiales propias del trabajo y/o a emociones intensas por su labor con
personas en situaciones difíciles. Puede experimentar entonces, un estrés crónico
denominado desgaste profesional o Síndrome de Burnout, con características de agotamiento
físico y psíquico, sentimientos de impotencia, temor, frustración y desesperanza,
extenuación emocional, autoconcepto negativo y actitudes también negativas hacia el
trabajo, la vida y las otras personas.

Etapa 1: Reacción de alarma.


Es la primera respuesta al estrés. El cuerpo reconoce que debe repeler un peligro
físico o psicológico. Las emociones son intensas, nos volvemos más sensibles y alertas.
Etapa 2: Resistencia.
Se manifiestan síntomas psicosomáticos y otros signos a medida que se lucha contra
la creciente desorganización psicológica. Intensificamos el uso de las técnicas directas y
defensivas de la confrontación. Los recursos físicos y emocionales merman aún más y los
signos de deterioro y desgaste se manifiestan con mayor claridad.
Etapa 3: Agotamiento.
La persona en este estado, en un intento desesperado por controlar el estrés, usa sus
mecanismos de defensa de manera cada vez más ineficiente. Algunos individuos pueden
perder el contacto con la realidad y mostrar signos de trastornos emocionales o enfermedad
mental. Otros mostrarán incapacidad para concentrarse, irritabilidad, retraso y cinismo
respecto de que nada vale la pena. Si éste continúa, pueden presentarse daños físicos o
psicológicos irreparables, incluso la muerte.

2.4.Población de riesgo
El impacto de un desastre y sus consecuencias pueden llegar a expandirse en diversos
círculos o niveles de afectados:

 Nivel 1: Personas que experimentan directamente el desastre


 Nivel 2: Familiares y allegados de los afectados
 Nivel 3: Personal de servicio asistencial (miembros de rescate, bomberos,
sanitarios, policía, equipos de apoyo psicosocial…)
 Nivel 4: Personas vinculadas a la organización/comunidad afectada
 Nivel 5: Personas que son emocionalmente vulnerables

Las personas más vulnerables ante este tipo de sucesos son:


 Personas que han sido expuestas traumas serios o con una recuperación
insuficiente

[13]
 Personas que sufrían enfermedades físicas o mentales en el momento del
suceso.
 Personas que experimentan estrés o graves pérdidas tras el suceso.
 Personas que pierden su sistema de apoyo social y psicológico.
 Personas que carecen de autoeficacia.
 Personas que se enfrentaban a crisis situacionales previas al suceso.
 Ancianos, niños y discapacitados.

3. MODELOS DE INTERVENCIÓN, TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS

3.1.Modelos de intervención

Apoyándonos en el modelo de resolución de conflictos, el procedimiento para la


aplicación de los primeros auxilios psicológicos sería como sigue:
1. El abordaje. Identificarse como un personal especializado que se encuentra allí
para ayudarlo. Explicar que las reacciones que tiene son normales para una situación anormal
y que se sienta libre de comunicar sus pensamientos, emociones, deseos e intereses. Subraye
el hecho de que todo lo que se diga será confidencial.
2. Realización del contacto. Ser empático con la víctima, o con la persona a la que
asiste o ayuda durante una crisis o un conflicto. Esto es, saber escuchar no solo los hechos
sino también los sentimientos, deseos e intereses. En esta fase, el funcionario capacitado,
escuchará con empatía, observando no solo el lenguaje verbal sino también el corporal, sin
ignorar los sentimientos, sin juzgar, evitando cualquier prejuicio. .
3. Análisis de las dimensiones del problema. Aquí se identifica el problema
empleando las técnicas de la escucha activa y las técnicas de parafraseo y replanteo. Se
solicita que la persona concrete los hechos y se hace preguntas sobre el problema,
relacionadas al pasado inmediato, al presente y al futuro inmediato, teniendo siempre
presente la situación emocional en la que se encuentra la persona y tomando en cuenta sus
deseos e intereses. Neutralice el lenguaje empleando el lenguaje del YO al parafrasear y
replantear los hechos y los sentimientos. Trate que la persona haga lo mismo.
4. Sondeo de las posibles soluciones. Empleando la técnica de lluvia de ideas, buscar
conjuntamente las probables soluciones para las necesidades inmediatas y para las
posteriores; priorizando estas necesidades. No deje obstáculos ni probables soluciones sin
analizar.
5. Concretar las Acciones. Delimitar las acciones a seguir para la aplicación de la
solución del problema, tomar decisiones conjuntas, sin retrasarlas o tratar de resolverlo todo.
Hacer confrontaciones cuando lo crea necesario.
6. Análisis de la posible aplicación de las soluciones propuestas. Se supone que el
especialista estará lo suficientemente informado sobre los recursos existentes y/o el
conocimiento previo de fuentes de asistencia, orientación e información, donde se facilite la
aplicación de la solución al problema, o parte de su solución.

[14]
7. Asistir en la ejecución de pasos concretos. Esto implica ayudar a la persona a que
ejecute una acción concreta para manejar su problema.
8. Seguimientos para verificación del progreso. Esto es, establecer un procedimiento
que permita verificar el progreso. Esto implica también, la evaluación de los pasos a seguir.
Cuidando todos los detalles de la aplicación de la solución y el estado emocional de la
persona.

Al intervenir aplicando los primeros auxilios psicológicos, el funcionario capacitado,


deberá dejar que la persona se exprese y escuchar con empatía, no ponerse a la defensiva.
Muestre su interés Parafraseando y replanteando brevemente los hechos, sentimientos,
pensamientos, deseos e intereses, limpiando el lenguaje. Ayude a la persona a definir y
concretar el problema. Resuélvanlo juntos.
Cuando las personas se encuentran atrapadas en situaciones críticas, conmocionadas
por factores inesperados sumamente estresantes, y desbordadas por fuertes emociones, les
es muy difícil manejar el estrés, confrontar adecuadamente sus problemas y comunicarse.
De cara a la intervención, se ha de tener en cuenta: la expresión de lo vivido teniendo
en cuenta las emociones experimentadas, la disminución del estrés derivado de amenazas
psicológicas, expectativas, distorsiones cognitivas, potenciación de recursos internos y
externos de afrontamiento, disminución de anomalía y la preparación para las próximas
experiencias.

•Primeras 72 horas
•Balance de pérdidas y necesidades
•Identificar factores de riesgo y protectores
Etapa Inicial •Recursos disponibles

•4 Semanas siguientes
•Morbilidad de las manifestaciones psicológicas
•Conocimiento de muertes
Etapa
•Actividades grupales, psicoeducativas y emotivas
Intermedia

•Finalizar el mes
•Análisis multidimensional para establecer las líneas de acción que se implementarán
Etapa Final en el periodo de recuperación

El psicólogo debe evaluar cuantitativa y cualitativamente de los efectos psicosociales


hasta los 30 días después del suceso. Es importante documentarse sobre la información
existente de la salud mental del lugar previo al acontecimiento y a la hora de la intervención
la buena comunicación ha de ser primordial, dar el tiempo necesario para la ventilación
emocional e indagar sobre las creencias, pensamientos y sentimientos del suceso para, en el
futuro, tratarlo.

[15]
Fortalecer los aspectos positivos de la persona para usarlos como factores protectores
de la situación, incentivar la búsqueda de soluciones para que vean la importancia de la
participación activa, indagar sobre los factores personales de la persona en vista de prevenir
riesgos (psicopatología, dificultad física/mental…)

3.1.1. Una propuesta de actuación

1- Identificación clara de tu condición de personal de ayuda. Primero hay que ser


“aceptados” como proveedores de Primeros Auxilios Psicológicos por las personas.

2- Protección y provisión de seguridad a la persona. Hay que reducir la estimulación


estresante. Hay que apartar en lo medida de lo posible a la persona de la visión, ruido, olores,
etc. relacionados con el accidente.

3- Conocimiento y aceptación de la vivencia de la crisis. Se procede a:

- Escuchar las necesidades y molestias de la persona afectada.


- Facilitar la expresión verbal y el relato de acontecimientos. La persona puede
hablar del incidente, de cómo lo ha vivido y las sensaciones que sobre ella pueda estar
teniendo. Esto facilitará ordenar lo ocurrido y evitar desorganizaciones cognitivas; facilitar
el contacto con la realidad; Valorar el estado y el tipo de reacciones de estrés agudo que está
teniendo.
- Facilitar la expresión de las emociones. Se le permitirá que se exprese
mediante el llanto, la aflicción, la rabia, etc. Siempre que estas emociones tengan unos
límites de contención y riesgo de daño a sí misma o a terceras personas. La expresión
emocional va a permitir:
 Favorecer la aceptación de la situación y su integración psicológica.
 Canalizar reacciones.
 Evitar la desorganización conductual prolongada.
 Enfatizar su comportamiento y su estado como reacciones normales ante un
hecho anormal. Esto va a facilitar la aceptación de su estado.
 Resignificar los síntomas y reacciones experimentadas.

4- Afrontamiento de su reacción y las necesidades inmediatas.

- Facilitar a la persona al afrontamiento del estrés que pueda estar sufriendo. Si


es necesario habrá que ayudarles en la movilización de recursos de afrontamiento, p.e. para
disminuir la sobreactivación fisiológica.
- Motivar y ayudar al abordaje de las necesidades básicas e inmediatas. P.e.
reunirse o establecer comunicación con familiares, allegados, etc.

3.2. Técnicas y estrategias


3.2.1. Objetivos

[16]
El proceso de intervención en crisis involucra, primero, identificar y clarificar los
elementos de las crisis (el problema o situación); segundo, desarrollar estrategias para la
solución de problemas; y tercero, movilizar a la persona a actuar sobre estas estrategias.
Los objetivos son los siguientes:
- Permitir la expresión de vivencias y emociones experimentadas durante el evento;
disminuir el estrés proveniente de amenazas psicológicas, expectativas, exigencias,
predicciones, distorsiones cognitivas; incrementar la organización cognitiva recogiendo
explicaciones alternativas al evento; activar recursos internos (capacidad de afrontamiento)
y externos al individuo o al grupo (búsqueda y reclutamiento de apoyo, solidaridad y
cohesión); disminuir la sensación de anomalía o marginalidad (aumentando la normatividad
y la legitimidad de los síntomas vivenciados); por último la preparación para ciertas
experiencias, como ser el surgimiento de síntomas y reacciones posibles, y la identificación
de posibilidades de asistencia psicológica, si fuera necesario
El más recomendable es la perspectiva cognitivo-conductual, debido a sus
características: su brevedad, estar centrado en el presente, en el problema y en su solución,
su carácter preventivo de futuros trastornos, su estilo de cooperación entre paciente y
terapeuta y la importancia de las tareas de auto-ayuda a realizarse entre sesiones.

3.2.2. Técnicas, estratagemas y estrategias comunicativas con afectados

Durante el Defusing, los participantes, con la ayuda del jefe, coordinador o


encargado del grupo, conversan libremente sobre las impresiones y vivencias
experimentadas durante el evento. Mientras los participantes hablan, el jefe o encargado irá
identificando aquellos elementos que vayan reconociéndose como reacciones de estrés y
aquellas reacciones que son características de trauma. La propósito es una identificación o
reconocimiento dirigido, de reacciones y síntomas, con el fin de que la persona pueda ir
aceptando sus propias reacciones e ir considerándolas normales y generadas por estas
circunstancias particulares. El jefe o coordinador, describe además, las diferentes
modalidades de afrontamiento al estrés y a eventos traumáticos.
En ocasiones, el Defusing puede servir como procedimiento sustitutorio de la sesión
del debriefing, sin embargo hay señales de que los participantes necesitan de mayor soporte
y ayuda y esto lo da el Debriefing.

3.2.2.1. Debriefing:
Es un tratamiento psicológico que pretende reducir la morbilidad psicológica que se
desarrolla después de la exposición a un trauma. Implica la promoción de algunas formas de
procesamiento, catarsis emocional, la recolección o reelaboración del evento traumático. Se
pone en marcha con la finalidad de reducir la amenaza de presentación de litigios
relacionados con el desarrollo de síndrome por estrés postraumático (TEPS). Dos
intenciones principales: reducir el malestar psicológico encontrado después de incidentes
traumáticos. La segunda es prevenir el desarrollo de un trastorno psiquiátrico, habitualmente
TEPS.
El Debriefing tiene los siguientes objetivos:

[17]
1. Permite que las personas involucradas expresen verbalmente su angustia y
comprendan sus propias reacciones de estrés antes de que se refuerce dentro de
ellas, una interpretación equivocada del evento.
2. Reduce el riesgo de estrés traumático, causa principal de serios disturbios y
alteraciones en las relaciones interpersonales. Esto implica: conversar, escuchar y
reconciliarse.
3. Proporciona apoyo y consuelo
4. Suministra información útil para la comprensión de las propias reacciones al
enfrentar el trauma.
5. Suministra información útil para el manejo autónomo del estrés.
6. Crea lazos interpersonales que permiten combatir el aislamiento social que aparece
luego de una situación estresante seria.
7. Crea una relación segura y de confianza con instituciones sanitarias, para recurrir
a ellas en caso de necesidad.
8. Se incrementa la colaboración y la confianza en las organizaciones asociadas a su
trabajo.
Procedimiento:
Lapso de aplicación: una sesión única a las 24 o 48 horas de finalizado el evento,
dejando un tiempo prudencial para que las personas involucradas se recuperen de la primera
conmoción física y emocional. La intervención puede aplicarse después, pero no es
recomendable hacerlo luego de 12 semanas ya que reduce la eficacia.
Ambiente: debe ser un lugar cerrado, sin interrupciones de ningún tipo. Es
conveniente hacerlo en círculo.
El Conductor: El debriefing debe ser conducido por una persona acreditada y debe
estar asistido por uno o dos colaboradores. No se permiten observadores.
Composición del grupo: El grupo debe estar conformado por 8 a 15 personas.

Fases de la Sesión Única de Debriefing: El Debriefing es un proceso que cuenta


con varias fases:
1. Introducción
Se expone el tema, los objetivos, la descripción del proceso, se definen los límites,
se invita a la confidencialidad. Se motiva al grupo y se procura la cohesión provisional.
Se inicia la introducción diciendo algo como lo siguiente: “Soy (el conductor dice su
nombre y el nombre de los colaboradores…). Mi función durante esta reunión es… y la de
mis colaboradores… Este procedimiento ha sido empleado con personas víctimas de un
evento similar al que ustedes han experimentado. Participar en él ha sido para estas
personas, de mucha utilidad. Por medio de su participación podremos compartir algunas
impresiones y estados de ánimo que nunca antes habíamos experimentado. Así nos daremos
cuenta de que ciertas impresiones y estados de ánimo también son compartidas por otras

[18]
personas y por lo tanto son normales. Este intercambio de impresiones y de estados de ánimo
les ayudará a reconocer ideas cargadas de emotividad que a la larga podrán controlar.”

A continuación se pasa a indicar las pautas de la reunión:


 Se motiva a los participantes a que cada uno hable sobre las generalidades de lo
ocurrido y su relación con los hechos. El resto de los miembros deberán escuchar
en silencio y sin interrumpir, esperando su turno.
• Se tranquiliza a los participantes diciéndoles que nadie está obligado a hablar si no
lo desea.
• Se especifica que todo lo que se diga o se vea durante la reunión quedará en secreto
dentro del grupo. No debe haber ningún comentario fuera del grupo. El objetivo es
mantener la reserva y motivar a que se pueda hablar con confianza y sin reparos.
• Aclarar a los presentes, que el objetivo de la reunión no es la de criticar, enjuiciar o
adjudicar culpas. Con esto se intenta evitar reproches, críticas o juicios entre los
participantes y que alguno se sienta perturbado.
• Se le pide a los participantes que hable solo de sus experiencias y reacciones
personales y no la de otros. El fin es prevenir generalizaciones y prejuicios y ayudar
al participante a que asuma su propia responsabilidad sobre sus reacciones y su
estado de ánimo.
• Se advierte que durante la reunión, alguno de los participantes pueda sentirse mal.
Se explica que esta es una reacción normal producida por los recuerdos dolorosos
del evento.
• Se advierte que si alguien sufre alguna crisis profunda de ansiedad, podrá retirarse
del grupo y que una persona del equipo se quedará con ella acompañándolo.
• Se enfatiza el hecho de que la sesión se realizará sin interrupciones y que por lo
tanto, quienes quieran ir al baño que lo hagan de inmediato.
• Se hace una breve descripción de la estructura de la reunión.
2. Fase de los hechos
En esta fase, cada participante relata lo ocurrido durante el evento. Cada uno describe
la manera cómo se involucró, seguido de una secuencia de hechos. La finalidad es poder
delinear un cuadro claro y correcto de los hechos tal como sucedieron.
Uno de los objetivos principales de la sesión de Debriefing es la de suministrar a la
personas involucradas, la posibilidad de razonar y ver objetivamente los hechos, en lugar de
sentirse dominado por ellos.
Con esta fase, se favorece la compresión del acontecimiento, se construye una
imagen global de los eventos con la ayuda de todos los componentes y se evita entrar
directamente al campo de las emociones.
3. Fase del pensamiento

[19]
Esta fase está enfocada hacia las decisiones y los procesos de pensamiento. A los
participantes se les pide que describan por turno, su primer pensamiento o aquello
predominante, una vez que se dio cuenta de que la situación era anormal.
Se inicia esta fase con preguntas como las siguientes: “¿Cuáles fueron sus primeros
pensamientos mientras estaba sucediendo el evento?”. El primer pensamiento puede reflejar
el núcleo central de la ansiedad. Una pregunta posterior podría ser: “¿Qué hizo usted
mientras estaban sucediendo los hechos?” y “¿por qué?”
Al final de esta fase, se profundiza en la impresión que los participantes tuvieron
sobre el evento. Las siguientes son preguntas que ayudan a conocer las percepciones: “¿Qué
ha visto, oído o percibido por el sentido… del olfato… la vista…etc.?”. Las impresiones
sensoriales moldean la base de los pensamientos e ideas intrusas que pueden ser causa de
perturbaciones después de un evento traumático.
El compartir y expresar verbalmente los recuerdos con otras víctimas, sobre lo que
ocurrió permite, permite disminuir la frecuencia y la intensidad de las ideas y pensamientos.
Esto ocurre porque los recuerdos nos vienen a la memoria como estructuras cognitivas que
nos previenen actuar en forma accidental. Compartir los recuerdos permite su reorganización
y le da una característica menos individual y menos invasiva. En definitiva, durante esta fase,
el pensamiento representa la transición del campo emotivo al cognitivo.
4. Fase de la reacción
En esta fase se examinan las emociones y sentimientos y se induce a que la persona
los relate. El obviar las emociones y los sentimientos puede perjudicar a la persona por eso
es importante que se comparta con el grupo.
Durante esta fase, es importante que todos tengan la oportunidad de hablar, pero el
conductor debe estar pendiente de que no surja ningún juicio o crítica. Esto es esencial
porque uno de los principales procesos terapéuticos del Debriefing es diseñar con la familia,
el amigo o el conocido, las estrategias necesarias para enfrentar los problemas emocionales
mutuos y no para tomar actitudes críticas dentro del grupo.
Durante esta fase, es probable que alguno de los participantes se emocione de manera
incontrolable o muestre signos dolor profundo o perturbación. Ocasiones como esta nos da
la oportunidad de incentivar la capacidad de apoyo y soporte por parte de otros,
especialmente de aquella persona que se encuentra al lado del que está presentando el
sufrimiento o dificultad.
Si una persona lo desea, puede salir de la reunión acompañada de uno de los
colaboradores, quien se quedará con él hasta volver a ingresar al grupo.
Es importante tener en cuenta que también hay personas que dan la impresión de
sufrir mucho, pero que se mantienen en silencio o presentan síntomas extremos. Estas
personas son las que corren mayor riesgo. Al terminar la reunión es aconsejable que a estos
individuos se les proporcione ayuda individual.
Puede suceder que durante esta fase, surja en alguno de los sujeto, recuerdos
traumáticos de su pasado; en estos casos, el conductor con delicadeza debe intentar darle
consejo para superar este recuerdo traumático, pero por lo general, las experiencias
individuales y no comunes al grupo, deben ser excluidas del Debriefing.

[20]
5. Fase de los síntomas
Aquí se discuten con mayor detalle, determinadas reacciones. Durante esta fase es
importante que se evalúen los síntomas y reacciones que se presentaron durante y después
de la experiencia traumática. Si el grupo no quiere hablar sobre este tema, el conductor
comenzará hablando sobre reacciones típicas, a la vez que va preguntando a los participantes
si el evento le provocó o le ha provocado alguno de estos síntomas o reacciones.
Sin duda alguna, los participantes informarán sobre algunos síntomas que se
relacionan con el estrés post-traumático: revivir los acontecimientos, tendencia al
aislamiento, imágenes intrusas, estupor. Es posible que algunos sujetos reporten haber tenido
impresiones poco significativas o no haber experimentado alguna reacción para el momento
del evento y que empezaron a sufrir tensiones muy angustiosos a las 48 horas después del
mismo; también pueden informar sobre reacciones fóbicas que pueden surgir sobre el lugar
del evento. Asimismo, puede ocurrir que algún participante manifieste que tiene la sensación
de no haber obtenido apoyo adecuado por parte de su familia o de su entorno, por falta de
comprensión de la experiencia traumática sufrida.

6. Fase de formación y formulación


En esta fase el conductor hará una síntesis de las reacciones que presentan los
participantes. Debe subrayar las similitudes en las reacciones y normalizarlas. Es importante
resaltar el hecho de que este tipo de reacciones son normales y comprensibles cuando nos
enfrentamos a eventos anormales. El conductor debe además mencionar todos los síntomas
posibles que podrían presentarse en los días o semanas siguientes y recalcar que estos son
síntomas normales que se espera disminuyan después de un tiempo. Esto les permite a los
miembros del grupo, crear expectativas y formular algunas estrategias de afrontamiento.
Parte de la labor del conductor en esta fase, es la de enseñar técnicas de afrontamiento
al estrés, motivar hacia modelos de comportamiento saludable como sueño, alimentación,
descanso, actividad física, evitar alcohol o sustancias nocivas para la salud.
7. Fase de Recuperación.
En esta fase se motiva al grupo para que hable sobre sus proyectos futuros y sus
estrategias de afrontamiento: soporte familiar y soporte dado por grupos homogéneos. Aquí
se coloca el incidente y la experiencia en una perspectiva apropiada y suministra las
indicaciones necesarias para una comprensión constructiva y la solución del estrés o el
trauma. Esta es la última oportunidad para aclarar cualquier aspecto, responder a preguntas
o interrogantes, hacer las conclusiones y reinsertar nuevamente al grupo a sus funciones
normales.
Se debe motivar a los participantes a que conserven la cohesión del grupo y que se
mantengan en contacto con el equipo conductor y acudir a él en caso necesario.
8. El seguimiento
Tiene diversas modalidades: telefonear, enviar correos electrónicos (e-mails), utilizar
el Chat para responder interrogantes, posterior reunión con el grupo, evaluación psicológica.

[21]
3.2.2.2. Comunicación de malas noticias:

Una mala noticia es aquella que altera las expectativas de futuro de una persona. El
grado de maldad de esta noticia estará determinado por la distancia que separa las
expectativas de futuro de la realidad de la situación.

Procedimiento para comunicar malas noticias:

Etapa 1: Prepararnos para empezar.

El entorno ideal está definido por una habitación cómoda, segura y tranquila en la
que haya privacidad y permanezcamos ausentes de cualquier distracción.

Dentro de esta fase de preparación conviene identificar a quién se le va a comunicar


la noticia. Si hay más de una persona en el ambiente podemos preguntar quién o quiénes son
y cuál parentesco o relación tenían. Debido a la información que el familiar o amigo va a
recibir se sugiere que esté acompañado ya que esto facilitará la comunicación y apoyo entre
los allegados como dice Barranquero.

Etapa 2: Descubriendo qué sabe el familiar o amigo.

Es posible que el familiar o amigo manifieste no haber entendido nada de la situación


explicada. Esto puede ser respuesta de un mecanismo de defensa de negación que es
adaptativo y con el cuál no hay que luchar pero tendremos que ver qué información ha
recibido. Es importante señalar que tras pronunciar determinadas palabras cómo pueden ser
“fallecimiento” o “atropello” el familiar o amigo puede olvidar hasta el 40% de la
información recibida posteriormente, por lo cual que sugiere evitar el uso de palabras con
contenido negativo como dolor, angustia, sufrimiento…

Hay que prestar atención al vocabulario que el familiar o amigo utiliza ya que en
función de este nos ajustaremos para comunicar la noticia. Habrá que tener presente en todo
momento el contenido verbal y no verbal que muestra o evita nuestro receptor.

Etapa 3: Reconocimiento de qué y cuánto quiere saber el familiar o amigo.

Se trata de definir a qué nivel quiere saber lo que está pasando. Tenemos que ver qué
es prioritario para el paciente ya que a veces existe discordancia entre lo que nosotros
queremos decir y aquello que el familiar o amigo quiere o necesita saber en ese momento.

Preguntar a una familia o amigo qué información desea conocer es algo


absolutamente inocuo y le da la oportunidad de ejercer su preferencia. Por ello, se sugiere
no dar demasiada información en el primer encuentro para poder ir conociendo las
particularidades de la situación y el deseo sobre la información en ese momento.

Etapa 4: Compartiendo la información.

Si el familiar nos indica que quiere conocer la información y creemos que por su
estado físico, psicológico y emocional está en condiciones, actuaremos ya que estamos
yendo acorde con su voluntad. Si el paciente no desea conocer detalles de la circunstancia
[22]
médica del paciente nos detendremos a exponer las estrategias terapéuticas y los planes que
se han de seguir.

En cualquiera de las dos opciones es importante tener en cuenta esta regla básica: “El
familiar o amigo tiene derecho a expresarse de la manera que considere mejor (gritando,
llorando, en silencio…) dentro del marco de las conductas socialmente aceptadas.

Etapa 5: Respondiendo a las reacciones del familiar.

Hay que tener en cuenta tres puntos básicos:

1) ¿La reacción del paciente o familiar es socialmente aceptable?


2) ¿La reacción es adaptativa para el familiar o amigo?
3) ¿La reacción del paciente o familiar es modificable?

Si la reacción está perjudicando al estado general de la persona tendremos que


preguntarnos si existe alguna intervención que pueda ayudar. Hay 3 puntos para valorar:

a) El familiar o amigo sabe que su reacción puede ser perjudicial para él mismo
o el entorno.
b) El paciente, con ayuda, está dispuesto a modificar su respuesta.
c) Existen posibilidades de negociación para lograr el cambio.

Si obtenemos una negativa en estos tres puntos la reacción no es modificable por lo


cual es conveniente que nos limitemos a acompañar y apoyar al familiar o amigo.

Etapa 6: Planes a corto plazo tras recibir la noticia.

Se propone:

1) Aceptar las opiniones del paciente.


2) Reducir la incertidumbre.
3) Desarrollar explicaciones comprensibles que puedan recordar.
4) Mantener el silencio si es lo que el paciente necesita en ese momento.
5) Evitar juzgar o dar consejos.
6) Responder a todas las preguntas.
7) Mantener la sinceridad.
8) Informar sólo de lo que estamos seguros.
9) Garantizar que se ha hecho todo lo posible.
10) Clarificar los pasos a seguir.

Reacciones que puede padecer al paciente al escuchar la mala noticia:

 Sorpresa, incertidumbre, negación.


 Bloqueo psicológico.
 Somatizaciones.
 Llanto fácil.
 Profunda soledad.

[23]
 Deseo de morir.
 Sensación de vacío.
 Pensamientos sobre si vale la pena vivir.
 Pérdida de control.
 Dificultades de concentración.
 Irritabilidad.
 Agitación psicomotriz, diarreas, palpitaciones.

3.2.2.3. Otras técnicas


Discurso introductorio, escala subjetiva de ansiedad, relajación muscular progresiva,
terapia racional emotiva y relajación autógena.
La terapia cognitivo conductual es la más utilizada para reducir la ansiedad,
promover la relajación y modificar pensamientos relacionados con el trauma
Trabajar en grupo (información y orientaciones, psicoeducativo o emocional): El
primero debe conocer estrategias para reducir las consecuencias psicosociales, se debe
identificar el objetivo del plan de comunicación e implementar estrategias dinámicas. El
segundo, y el último tienen dos objetivos: manejar de forma adecuada el miedo, tristeza u
otras manifestaciones psicológicas y dar información sobre lo sucedido y las consecuencias
de ello.

Estratagemas: En interacciones de ayuda, los procesos de persuasión se hacen


inevitables. Cuando tratamos de que la persona colabore, siga nuestras instrucciones, etc.
Estamos poniendo en marcha unos procesos persuasivos. A veces el empleo de la lógica
racional resulta insuficiente para persuadir a la persona afectada. Ante esta situación, las
estratagemas surgen como procesos de interacción comunicativa no convencionales que van
a partir del emergencista para tratar que la persona afectada se comporte como deseamos.

Se puede pensar que es poco ético utilizar estas estratagemas ya que estamos
manipulando al afectado pero hay que tener en cuenta que en cualquier interacción que
hagamos es imposible no Influir. Como diría Watzawick, citado en “El síndrome de
quemarse por el trabajo (burnout): una perspectiva histórica”, “Es la decisión –de la que
nunca se nos dispensa- de cómo utilizar responsablemente y de la manera más humanitaria,
ética y eficaz, esta ley fundamental de la comunicación humana”.

1) Surcar el mar a espaldas del cielo:

Empleamos esta estratagema para desviar la atención de la persona afectada hacia


aspectos irrelevantes de nuestras argumentaciones (pero que presentamos como importantes)
o le damos indicaciones que le obligan a concentrarse en pequeños detalles. Esta estrategia
resulta indicada en las situaciones en las que afrontar directamente el obstáculo que se
interpone entre el ayudado y el agente de ayuda lo hace especialmente costoso. Esta
intervención tiene el beneficio de que la persona acaba haciendo lo que parecía resultarle
imposible.

[24]
Ejemplo: Hay un incendio en un pequeño edificio de viviendas. Los bomberos han
accedido con la escalera hasta el balcón donde se encuentra Evaristo. Presa del pánico no
puede acceder a la cesta para ser descendido. Sergio, uno de los bomberos, ha accedido al
balcón, mientras Román, su compañero, permanece en la cesta colocada a la altura del
balcón. Sergio asegura oportunamente a Evaristo y le ordena: “¡Escúchame Evaristo; vas
a pasar con Román a la cesta! Atiéndeme bien: Te agarrarás a Román apoyando primero
tu mano derecha en su hombro y luego la izquierda. Procura no tocarle el casco al apoyarte.
Él te ayudará a pasar.” Evaristo accede a la cesta. Ha tenido cuidado de no tocar el casco
de Román.

2) Mentir diciendo la verdad:

Esta estratagema se basa en nuestra tendencia a practicar un exceso de razonamiento


que reduce la capacidad de reacción y respuesta. Una variante de esta estratagema
corresponde a la técnica de confusión. Se despista al interlocutor con una complicada serie
de afirmaciones retorcidas y carentes de un sentido, para posteriormente decir directamente
aquello que queremos que acepte. Se produce el fenómeno de que la persona se aferra a lo
único claro que encuentra.

Ejemplo: Francisco ha tenido un accidente de tráfico. Ha salido del vehículo por su


propio pie y ha tenido tiempo a telefonear a su novia quien ha acudido con su coche. Los
bomberos también han llegado pero la ambulancia todavía no. Francisco se encuentra cada
vez más dolorido y quiere marchar con su novia al hospital. Los bomberos le han puesto un
collarín cervical y le animan a que espere a la ambulancia, pero él se encuentra cada vez
más reacio a esperar. José Luis, el jefe de los bomberos le dice: “Francisco, si no fuera
porque te considero inteligente y alguien inteligente no pensaría eso como solución más
favorable en esta situación, pensaría que estás en shock y no puedes aceptar lo que te
recomendamos; pero yo no te percibo en shock, en comparación a otras personas shockadas
a las que a veces vemos, así que lo más inteligente que podemos hacer es seguir esperando
a la ambulancia”.

3) Obligar al tigre a dejar las montañas:

Evita aventurarse en el terreno de la otra parte y así poder interactuar en un contexto


más favorable.

Ejemplo: Ante la posibilidad de que un incendio forestal alcance una zona


urbanizada, un Responsable de Protección Civil pide que se evacue la urbanización. El
presidente de esta urbanización dice a los propietarios que no evacuen la zona para no
acabar “en un albergue, de mala manera”. Algunos propietarios están poniéndose de su
lado y expresan su oposición a marcharse. El Responsable de Protección Civil sugiere al
presidente que le acompañe al Puesto de Mando Avanzado para informarle del estado de la
situación detalladamente con mapas y gráficos y poder hablar así “con la información
delante”. De esta forma estamos aislando al líder del refuerzo y apoyo que sobre el terreno
está obteniendo y haciéndole “fuerte” en su postura, quedando así en una posición más
propicia para la persuasión.

[25]
4) Partir después para llegar antes:

Se ofrece al interlocutor la posibilidad de que él dé el primer movimiento


manteniendo una aparente postura de sumisión (postura one-down) para así una vez captadas
las debilidades argumentales de la persona, beneficiarse de ellas para lograr una posición de
superioridad persuasiva (postura one-up). Se trata de ayudar a la persona a ver que se
equivoca, haciendo que se fije por qué lado considera las cosas y reconocerle esa verdad,
pero revelarle el lado en que es falsa. La persona se contenta porque ve que no se equivocaba
y que sólo le faltaba ver todos los aspectos de la cuestión.
Mediante esta estratagema se aparenta apoyar la visión del interlocutor sin contradecir
sus posiciones, aportando argumentos que en apariencia las integran, pero que en sustancia
las contradicen.

Ejemplo: Un grupo de personas ha estado atrapada unos minutos en un ascensor en


una evacuación tras un incendio. Están siendo acompañados al exterior del inmueble.
Ramón, una de las personas rescatadas, se dirige hacia los bomberos: “Hemos estado
esperando un tiempo interminable a que alguien viniera a sacarnos del ascensor. Oyendo
gritos, oliendo el humo y pensando que nos íbamos a abrasar… ¡Deberían estar preparados
para situaciones así!”. Mariano, el bombero ha recibido la crítica y responde con una
afirmación con la cabeza y mirando seriamente a la persona: “Han sentido que pasaba el
tiempo y nadie llegaba a ayudarles… (Breve pausa)…Aunque hemos salido en cuanto nos
han avisado, lamento que no podamos llegar antes de estos minutos que inevitablemente
tardamos, porque tiene que ser duro estar ahí dentro”.

Ramón insiste: “¡Ha sido angustioso estar ahí!, Y Mariano responde: “¡No me
cabe duda! Los pocos minutos que nos ha llevado llegar hasta aquí, se tienen que hacer
eternos.

5) Enturbiar las aguas para que floten los peces:

Ante el orden y la confusión, solemos buscar el camino que nos lleve a encontrar una
explicación que reordene las situaciones aversivas. Si ante una persona aferrada firmemente
a sus convicciones, o a una actitud, resistente a cambiar, podemos introducir una duda que
desordene su orden. Su tendencia a querer retomar el control le puede conducir al objetivo
que pretendíamos en la relación de ayuda.

Ejemplo: Los servicios de emergencia acuden a un domicilio, avisados por la esposa


de un hombre que ha ingerido una sobredosis de fármacos. La policía ha llegado antes y
llevan rato tratando de persuadir a Jesús para que se levante de la cama y vomite, a lo que
él se niega.

María contesta a los policías: “No os preocupéis, Jesús sabrá lo que hace. Por
nuestra parte podemos hacer ahora el lavado de estómago, o esperar a que pierda el
conocimiento y trabajar entonces de otra forma, aunque el tratamiento sea más duro para
él.” Mientras Jesús decide si hacerlo mejor para él ahora o más aversivo después,
“prepáreme por favor (dirigiéndose a la esposa) dos litros de agua…”Bueno Jesús, tú dices

[26]
cuando te atendemos ¿prefieres la intervención de menos impacto ahora o la de más
impacto después?

6) Torcer aún más algo, para poder enderezarlo:

Esta estrategia trata en orientar el pensamiento en la dirección contraria a la deseada


por el agente de ayuda. La mente de la persona opositora, paradójicamente, se abre a
motivaciones o posibilidades renovadas, en la dirección deseada por el agente de ayuda, en
el momento en que se dirige la atención hacia las posibilidades contraproducentes se despeja
también a las constructivas.

Ejemplo: Una pareja de adolescentes de quince años están en la parte exterior de un


puente. Dicen que ante la negativa de sus padres de que sean pareja sentimental, están
dispuestos a compartir su amor para toda la eternidad. El policía intenta persuadir
orientando sus preguntas hacia la religión y el después de la muerte: “¿sois religiosos?
Ante la afirmación de que son católicos, el policía añade preguntas como: “Siendo el
suicidio pecado, ¿Qué recibimiento creéis que vais a tener si os matáis? ¿Qué evidencias
tenéis de que el castigo del infierno no implique que tampoco estéis juntos allí? ¿No será
posible que si os matáis, es probable que os castiguen separándoos para toda la eternidad?
Aquí y ahora os quieren separar, pero nadie puede hacer que estéis separados eternamente
si vosotros no queréis…”

7) Circular contra lineal, lineal contra circular:

Se vale del principio de complementariedad frente al de oposición. Ejercer “palanca”


para mover grandes pesos es uno de los numerosos ejemplos de este principio. En la
comunicación interpersonal, consiste en invertir rápidamente las tipologías de relación en la
base de problemas y conflictos.

Ejemplo: Un taxista ha sufrido un accidente de tráfico. Parece tener una contusión


cervical. Está enfadado y se queja de que tiene que trabajar y que quiere subir al taxi y
acabar cuanto antes los trámites. Paloma, el médico le dice: “nos aseguraríamos al 100%
de que no tiene nada si fuera al hospital y le hicieran una radiografía. Aunque igual le
viene mal asegurarse, si dice que tiene que seguir trabajando…. (Silencio de la
emergencista)…Paloma no ha confrontado directamente la idea del taxista sino que
aparenta ceder el control a lo que el taxista decida”.
“Claro que me viene mal-contesta el taxista-, pero tendré que mirármelo….” El taxista,
dándose cuenta de que su afirmación impulsiva no tiene oposición y la decisión y la
responsabilidad de su acción queda 100% en sus manos, se frena y reconduce su decisión.

8) Apagar el fuego añadiendo leña:

Implica una auténtica intervención paradójica, incitando a hacer algo indeseado para
el agente de ayuda, consigue el efecto contrario deseado por el emergencista.

Ejemplo: Una terapeuta recibió una llamada para acudir al hogar de una joven
pareja con el propósito de determinar si el marido, en crisis, requería o no de

[27]
hospitalización. A su llegada, la psicóloga fue informada de que el marido se encontraba en
el suelo tirado, gritando que se quería morir porque acababa de descubrir que su esposa
sostuvo una relación extramarital. El marido estaba recibiendo una fuerte “recompensa
emocional” con sus actos, lo cual estimulaban el dolor y humillación de la mujer.

La terapeuta dijo a la esposa con un todo de voz muy severo (y alto para que pudiera
escucharlo el marido), que consideraba que había “lastimado” mucho al esposo. Además
el hombre necesitaba rodar por el suelo para expresar sus profundos sentimientos de
angustia con respecto a lo que ella había hecho. En realidad, era muy posible que tuviera
que permanecer en el suelo una hora más antes de expresarse por completo y experimentar
alivio. La terapeuta estimuló al hombre a gritar con más fuerza y a rodar en el suelo con
mayor intensidad. Después de unos momentos de semejante intervención, el hombre dejó
de revolverse en el suelo y le dijo a la terapeuta. “¿Qué le pasa? ¿Está loca?”. La terapeuta
le contestó que no lo estaba pero que sabía que él se sentía muy herido y que necesitaba
expresar a su esposa la intensidad del dolor emocional que experimentaba. Al final no fue
necesario el traslado del individuo en crisis.

9) Hacer subir al enemigo al desván y retirar la escalera:

Se utiliza ante la carencia o disminución de flexibilidad y agilidad mental de la


persona en crisis. La técnica consiste en hacer ver a la otra persona que es ella la que elige.
Se le da la opción de elegir con aparente libertad, y es aparente, puesto que en realidad es
una ilusión, ya que se le da a elegir entre dos alternativas presentadas por el emergencista.

Ejemplo: Un paciente ha sufrido una descompensación y ha roto parte del


inmobiliario de la casa de sus padres, que asustados han llamado a la policía y a los
servicios sanitarios. A la llegada de los servicios de emergencia aún ha habido algún intento
de violencia que ha contenido la policía. El paciente se muestra reacio a ser trasladado al
hospital. En un momento se dirigen al paciente: “Bueno, Tomás, tú eliges y hacemos lo que
prefieras: Puedes venir con nosotros en la ambulancia o puedes ir en el coche de policía.”

Técnicas para modificar la activación fisiológica

1) Entrenamiento de relajación progresiva abreviado:

Es una forma de proporcionar el modo de identificar los músculos que están en


tensión o grupos de músculos y de distinguir entre la sensación de tensión y de relajación
profunda.

Consiste en la realización de ejercicios físicos de contracción-relajación de los


diferentes músculos del cuerpo y a la vez focalizar nuestra atención en las sensaciones
asociadas a los diferentes estados de tensión y relajación. Una vez que seamos capaces de
reconocer estas sensaciones, podremos relajar dichas zonas corporales cuando nos
encontremos en un estado alterado.

2) Para el control de la respiración: Respiración Diafragmática Abdominal:

[28]
Esta técnica consiste en aprender una forma adecuada de respirar para que en una
situación de estrés, se pueda controlar la respiración de forma automática y permita una
adecuada oxigenación del organismo que redunde en un mejor funcionamiento de los
órganos corporales y un menor gasto energético.

Consiste en aprender a tomar el aire de una forma lenta-constante-profunda,


llevándolo de abajo a arriba (respiración diafragmática) y no de arriba abajo (respiración
torácica), se focaliza la atención en las sensaciones de relajación que le produce la propia
respiración.

Técnicas para modificar la activación cognitiva

1) Detención del pensamiento:

Esta técnica está dirigida en la modificación de pensamientos e imágenes negativas,


reiteradas y que producen una sensación más o menos de malestar, intranquilidad o
desasosiego. Si somos capaces de controlar este tipo de pensamientos, los niveles de estrés,
ansiedad, podemos disminuirlas de forma importante e incluso, hacerlas desaparecer.

Estos pensamientos no orientan sobre qué se debe hacer o qué conductas hay que
llevar a cabo para controlar el suceso, sino que, producen un elevado grado de malestar y
ansiedad.

La detención del pensamiento se basa en que un estímulo suficientemente potente


atraerá la atención sobre la persona haciendo que se deje de prestar atención a los
pensamientos que se están desarrollando. Consiste en la identificación y concentración de
los pensamientos no deseados, detenerlos, vaciar la mente de los mismos y sustituir estos
pensamientos por tareas distractoras o bien por otros más positivos y dirigidos al control de
la situación.

2) Restructuración cognitiva:

En las situaciones de emergencia el estrés puede hacernos cometer errores y nuestro


“self talk” puede hacer que nos juzguemos de forma negativa haciendo que nos sintamos
mal o puede que etiquetemos una situación de manera irracional lo cual hará que tangamos
emociones perturbadoras y desadaptativas.

Esta técnica se basa en un ejercicio de objetivación y racionalización de los


pensamientos asociados a las situaciones, cambiando aquellos que son irracionales, por otros
más adaptativos y de esta forma cambiaremos a su vez las emociones asociadas.

La emoción procede de la interpretación del suceso. En este sentido, la


restructuración cognitiva se dirige a la aceptación y afrontamiento del hecho, encontrando
argumentos lógicos y relevantes que permitan neutralizar las distorsiones cognitivas.

3) Autoinstrucciones:

[29]
Las autoinstrucciones son el diálogo interno que mantenemos con nosotros mismos
para guiarnos en lo que queremos hacer, decir, planear y pensar. Cuando estamos estresados,
a menudo, establecemos diálogos internos negativos, provocando una retroalimentación de
nuestro estado de estrés.

El entrenamiento en esta técnica es conveniente para modificar o contrarrestar los


efectos de “pensamiento automático” que interfieren en la ejecución correcta de una tarea.
Supone instaurar verbalizaciones internas adecuadas que permitan guiar con éxito la propia
conducta. Este entrenamiento consiste en elaborar una lista de mensajes para antes, durante
y después de enfrentarse a las actividades que requieren un vencimiento. Dichos mensajes
los podemos decir en voz alta o para nosotros mismos

4. RECURSOS DISPONIBLES:

 SUMMA 112
 CERT
 Cruz roja:
http://www.cruzroja.es/socios/?gclid=CJbn2LONprsCFSTItAodDAoAxQ
 Asociación sanitaria de catástrofes y Accidentes de Múltiples Víctimas:
http://www.asacamv.com/
 El teléfono de la esperanza en Vizcaya:
http://telefonodelaesperanza.org/bizkaia
 Asociación de víctimas del terrorismo:
http://www.avt.org/
 Fundación víctimas del terrorismo:
http://www.fundacionvt.org/index.php?option=com_content&task=view&id=14&
Itemid=30
 Asociación Riojana de víctimas del terrorismo:
http://www.arvt.org/
 Asociación 11m Afectados del terrorismo:
http://www.asociacion11m.org/index.php
 Asociación de ayuda y orientación a los afectados por accidentes de tráfico
http://stopaccidentes.org/asociacion-de-victimas-de-accidentes-de-trafico/gmx-
niv15.htm
 Asociación afectados por el terremoto de Lorca
http://afectadosterremotolorca.adicae.net/consejos.php

ONGs

 UNICEF:
http://www.unicef.es/?gclid=CKD73ZfkqLsCFabLtAodyF0ANg
 Médicos Sin Fronteras:
https://www.msf.es/
 Intermón Oxfam:

[30]
http://www.oxfamintermon.org/
 Organización de Naciones Unidas:
https://www.un.org/es/globalissues/volunteerism/
 Apoyo psicológico a los niños afectados por el terremoto de Haití:
http://www.aldeasinfantiles.es/conocenos/actualidad/noticias/pages/apoyo-
ninos-haiti.aspx
 Apoyo en desastres naturales, Fundación Telmex:
http://www.fundaciontelmex.org/desastres-naturales/

5. RECURSOS BIBLIOGRÁFICOS

Cavanillas de San Segundo, M. Martín-Barrajón Morán, P.(2012). Psicología de urgencias


y emergencias: ¿mito o realidad? International Scientific Journal.(1)
Guerrero Rey, K. Intervención en crisis: Eventos traumáticos en situaciones de desastre.
Universidad de la Sabana.
Narváez, M. Trujillo, S y Vergara, D. Aspectos psicológicos de la intervención ante los
desastres naturales.
Palacios Banchero, A. Primeros auxilios psicológicos: Dirigido a trabajadores y equipos de
respuesta en su rol de atención, intervención y acción en la comunidad.
Parada Torres, E. (2008). Psicología y Emergencia: Habilidades psicológicas en las
profesiones de socorro y emergencia. Desclée de Brouwer. Bilbao.
Villalobos Cano, A. (2009). Intervención en crisis en situaciones de desastre: Intervención
de primera y de segunda instancia (Revisión Bibliográfica). Revista médica de
costa rica y Centroamérica LXVI (587), 5-13.

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