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Volumen I

Parshat Trumá

Acerca de los tres diferentes donativos con los que los


judíos construyeron el Mishkán y la enseñanza para nuestro
servicio a Di-s
Se publica en ocasión de Shabat Parshat Trumá 5778
Bsd

En el fuero íntimo de cada judío hay un Mishkán –Santuario– espiritual


que posee los mismos componentes que los del Mishkán físico. En
esta Sijá el Rebe explica cómo debe ser nuestra avodá en función de
los tres diferentes donativos con los que se construyó el Mishkán.

Esta traducción al Español es libre. El texto en negrita corresponde


al original de la Sijá, mientras que las palabras y frases en letra clara
son agregados del Editor según su interpretación de la Sijá, puestos
de manera tal que si el lector los saltea accede a la Sijá propiamente
dicha.

27 de Shvat de 5778
2

Textos originales: Likutei Sijot (ídish) Volumen I, págs. 162 – 166.


Traducción, edición y lectura final: Sijot en Español

Revisión: Editorial Kehot

Likutei Sijot
Bsd

1. Al comienzo de la Sección Semanal se menciona tres veces la


palabra terumá–ofrenda alzada–:
a) “Ellos tomarán para Mí una terumá”; b) “...de aquel a quien
sucorazón lo inspire con generosidad tomarán Mi terumá”; y c) “Y
ésta es la terumá que tomarán de ellos: oro, plata y cobre...”1.
Dice sobre esto la Guemará2 que las tres veces que las Escrituras
repiten la palabra terumá aluden a tres diferentes ofrendas alzadas, y
son las siguientes:
1) La ofrenda de 1 béka lagulgólet –medio shékel por cabeza–
que cada judío debía traer, con la que se hicieron los adaním,
los zócalos de plata en la base de los pilares que formaban el muro
perimetral del Mishkán –el Tabernáculo Móvil que acompañó a los
judíos en su travesía por el desierto3–; 2) la “ofrenda para el altar”,
también de 1 béka,medio shékel por cabeza, que cada persona 1
debía donar para el arca de reserva, con el que se adquirían en
el curso de año los sacrificios comunales; y 3) la “ofrenda para el
Mishkán”, para la que cada cual contribuía con lo que quería para
la construcción de el Mishkán y sus utensilios.
Entre estas diversas contribuciones hay una diferencia obvia: las
empleadas para la adquisición de los sacrificios comunales y para
la fabricación de los zócalos eran, ambas, de “1 béka por cabeza”,
medio shékel por persona – todos contribuían por igual. La terumá
para el Mishkán y sus enseres, en cambio, no tenía estipulado un
monto determinado, sino que ello estaba librado a cuánto cada uno
quería donar4.
Debemos comprender: ¿Por qué la terumá para los sacrificios
1 Éxodo 25:2-3.
2 Ierushalmí, Shkalím1:1, citado por Rashi sobre Éxodo 30:15.
3 Véase Éxodo 38:26-27.
4 Véase Éxodo 30:15, y comentario de Rashi allí.

Likutei Sijot
comunales y aquella para los zócalos eran diferentes de la
donación destinada al resto de las necesidades del Mishkán?

2. El hecho de que la “ofrenda para el altar” fuera de 1 béka por


cabeza, una suma idéntica para todos, se comprende fácilmente, pues
esta donación tenía por objeto adquirir los sacrificios cuya función
era la de “expiar por vuestras almas” (como explica Rashi5, que
estose refiere a la “ofrenda para el altar”, para adquirir con esta
los sacrificios comunales de cada año; respecto de ella se equipararon
ricos y pobres, y sobre esa terumá se dijo: “los sacrificios vienen
a expiar”), o sea, se ofrendaban como expiación del pecado del
Becerro de Oro, como está escrito en el Talmud Ierushalmí6 y el
Midrash7.
El pecado del Becerro de Oro fue una transgresión colectiva
que afectó no sólo a quienes participaron activamente de él, sino
también a la Tribu de Leví, que no participó de este episodio8, e
incluso afectó a Moshé Rabeinu, que en el momento de los hechos
2 ni siquiera estaba presente en el lugar9 –es decir, no estaba siquiera
en la categoría de “aquel que tiene la posibilidad de reprochar
al prójimo por su mala acción que, cuando no lo hace, es castigado
por ella”10(pues con su capacidad de liderazgo con certeza él podría
haberlo evitado)– y a pesar de ello, también a él lo afectó este
pecado, como está escrito que no bien los judíos cometieron este
pecado Di-s le dijo: “Ve, desciende”11, sobre lo que nuestros Sabios
comentan12: “Desciende de tu grandeza espiritual”.
5 Sobre Éxodo 30:15.
6 Shkalím 2:3.
7 Tanjumá, Ki Tisá 10.
8 Rashi sobre Números 1:49.
9 En ese momento Moshé todavía no había descendido de su primer ascenso al Monte
Sinaí para recibir las Tablas de la Ley.
10 Avodá Zará 18a; véase también Shabat 54b; Tania, cap. 1.
11 Éxodo 32:7.
12 Berajot 32a.Véase comentario de Rashi sobre este versículo: “Desciende de tu
grandeza; no te di grandeza a ti sino para ellos”.

Likutei Sijot
Y tal como el pecado del Becerro de Oro fue una cuestión en la
que Klal Israel –el pueblo de Israel– en la plenitud de su conjunto,
cayó y transgredió, es decir, fue una degradación igualitaria y
colectiva, por lo tanto también su rectificación y expiación debía ser
por intermedio de algo colectivo: que cada uno debía involucrarse
por igual y dar lo mismo, pues se trataba de reparar una cuestión
que involucró de igual manera a todo el pueblo de Israel.

3. Para comprender este concepto más detalladamente, es


necesaria la siguiente introducción:
Es sabido, que el pecado del Becerro de Oro pertenece a la
misma categoría espiritual que el pecado del Árbol del Conocimiento
del Bien y el Mal. A través de este último “descendió” impureza al
mundo entero. (La transgresión de Adám y Javá, que en ese momento
constituían la totalidad del género humano, hizo que la impureza
y el mal que hasta ese momento se encontraba en estado latente y
potencial, se introdujera en el ser humano y se transmitiera también a
sus descendientes). Luego, en el momento de la Entrega de la Torá 3
esta impureza se interrumpió, y regresó por causa del pecado del
Becerro de Oro13.
De esto se entiendeque por medio de analizar en profundidad
dos temas: a) en qué consistió el pecado del Árbol del Conocimiento,
que fue el que introdujo la impureza en el ser humano; y b) al detenernos
a pensar en el evento de Matán Torá, que la erradicó pasajeramente,
podremos comprender con más claridad el concepto del pecado
del Becerro de Oro.
En el comienzo de la Creación,la situación era que “el mundo
fue creado completo, perfecto”14 y su perfección era de un grado tal
que “Ikar Shejiná –la esencia de la Presencia Divina– se hallaba en
este plano físico inferior”15. El pecado del Árbol del Conocimiento

13 Shabat 146a; Zohar I, 52b.


14 Véase Bereshit Rabá 12:6.Ibíd. 14:7, 13:3.
15 Bereshit Rabá 19:13.

Likutei Sijot
hizo que descendiera impureza al mundo, y por eso este dejó de
ser un vehículo para que en él, y por su intermedio, la Divinidad
se manifieste de manera revelada16. Como también es sabido, si
bien los Patriarcas –Avraham, Itzjak y Iaacov–cumplieron toda la
Torá antes de que ésta fuera entregada17, esta observancia suya
no obstante no se vinculaba de manera intrínseca con la materia
del mundo18, y en consecuencia no la afectaba, pues lo espiritual
y lo físico estaban en aquella época, antes de la Entrega de la Torá,
totalmente distanciados uno del otro; lo espiritual no podía estar
presente y expresarse en la materia física de una manera intrínseca
y siendo absorbida por ésta19.
16 Véase Bereshit Rabá ibíd.: “Loprincipal de la Shejiná moraba en este plano inferior de
la Creación. Cuando Adám pecó, la Shejiná se “fue” (ascendió) al primer “firmamento”; cuando
Caín pecó, ascendió al segundo “firmamento”... pero en contraposición a estos surgieron siete
tzadikím... y ellos la trajeron de regreso haciéndola descendera la Tierra... Moshé (el séptimo)
la trajo hasta aquí mismo, al plano físico inferior”.
El nivel Divino llamado Shejiná está en el plano físico, el más bajo de la Creación, no menos
que en los Cielos más sublimes. Aquí se hace referencia a la manifestación y conciencia de Su
4 Presencia. Antes del pecado de Adám, la presencia de Di-s era abierta, obvia. Sin embargo, el
pecado degradó al hombre y a la Creación de manera tal que desapareció la conciencia dela
cercanía a Di-s y la sensibilidad a Él. La Creación ya no podía ser un vehículo para el Di-s
Revelado: Él está todavía presente, pero oculto. Véase también Maamar Bati LeGaní 5710
(Discursos Jasídicos (ed. Kehot Lubavitch Sudamericana, Bs. As. 2013), vol. 1, pág. 181 yss.)
secc. 1, y Maamar Batí LeGaní 5711, secc. 2-4.
17 Véase Iomá 28b; Kidushín 82a; Vaikrá Rabá 2:10.
18 Es decir, de modo tal que la espiritualidad y Divinidad de la mitzvá se incorpore a la
materia y pase a ser parte natural e integral de ella.
19 Véase Likutéi Sijot, vol. 1 (ídish), Jaié Sará, pág. 41. Antes de Matán Torá había una
división radical entre Cielo y tierra, entre lo espiritual y lo físico. Estos dos planos todavía no
estaban conectados ni asociados por las mitzvot que involucran objetos físicos. “Los Cielos
son Cielos de Di-s, y la tierra Él dio a los hijos del hombre” (Salmos 115:16). “Di-s creó el
universo para que los planos superiores fueran para los seres superiores (espirituales), y los
mundos inferiores para los seres inferiores” (Devarím Rabá 10:2). Las mitzvot podían cumplirse
–y de hecho lo eran– con objetos físicos o en contextos físicos, pero la materia involucrada
no se veía afectada por las mitzvot, no se transformaba en un objeto sagrado. La mitzvá era
una cuestión puramente espiritual, y las entidades físicas conservaban su estado original de
calidad exclusivamente física. Matán Torá anuló esta dicotomía y zanjó la brecha existente
entre materia y espíritu. Hizo que “aquello que está abajo puede ascender a lo Alto, y aquello
en lo Alto descender a lo que está abajo” (Shemot Rabá 12:3). Desde entonces, lo espiritual
y lo físico pueden interactuar: lo espiritual puede permear ahora lo físico y convertirlo en algo
sagrado y espiritual, de modo que se transforme en un vehículo para la concreción de la
Voluntad Divina. Véase Likutéi Sijot, vol.1 (ídish), Vaietzé, pág. 66, secc.12, y nota 26 allí, e ibíd.
Vaishláj, pág. 72, secc. 11.

Likutei Sijot
La innovación de Matán Torá consistió en la neutralización de
esta impureza introducida por el pecado del Árbol del Conocimiento.
El mundo se refinó, y por eso la Torá y las mitzvota partir de ese
momento podían estar presentes en objetos materiales de un modo
intrínsecoe integrarse en ellos, y de ahí en más sea posible convertir
algo material en un instrumento y vehículo de expresión de la
Divinidad.
El pecado del Becerro de Oro “reavivó” la impureza inicial del
pecado del Árbol del Conocimiento en el mundo entero, que se había
interrumpido con la Entrega de la Torá, provocando un “retroceso” en
el estado espiritual de la Creación.
Pero aun así, el efecto innovador de Matán Torá ciertamente
perduró también después del pecado del Becerro de Oro20, pues
incluso ahora, después de Matán Torá y pese a la impureza reinante, en
los judíos perdura la práctica de la Torá y las mitzvot en su contexto
físico, cuya función es vincular y unir lo físico con lo Divino. No
obstante, cierta medida de esa impureza original regresó, y abarca
no sólo a personas determinadas y cuestiones específicas, sino 5
también al mundo entero como un todo.
La enmienda del pecado del Becerro de Oro es la mitzvá del
donativo de el “medio shékel”. Respecto de este las Escrituras
dicen: “Ze –esto– darán”21. La palabra ze es un término que
denota manifestación, como dijeran nuestros Sabios respecto de la
manifestación Divina en el momento de la Partición del Mar: “Cada
uno señaló apuntando con su dedo y dijo: ‘Ze–éste es– mi Di-s’”22.
Esto significa que por medio de la revelación de Divinidad que

20 Véase Nitzutzéi Orot sobre Zohar III, 14b. “Aunque hicieron el Becerro de Oro, no
toda la impureza retornó como antes, tal como se menciona en el Talmud que la impureza cesó
para los Israelitas que estaban presentes en el Monte Sinaí”.
21 Éxodo 30:13.
22 Shemot Rabá 23:15. Comentario sobre Éxodo 15:2. Esta interpretación de la
palabra ze –como referencia a algo visible que se tiene delante– es aplicada también a otras
oportunidades en que aparece en las Escrituras en contextos similares: véase Rashi sobre
Éxodo 12:2 y 30:13; Levítico 11:2; Números 8:4, y también 30:2. Véase también Likutei Sijot,
vol.1 (ídish), Mishpatím, pág. 155 y ss.

Likutei Sijot
producenla entrega de el “medio shékel” y la ofrenda de sacrificios,
que se adquirían precisamente con este “medio shékel” en la época
del Tabernáculo y luego en la del Santo Templo –y en el presente por
intermedio del servicio a Di-s con la plegaria, instaurada en lugar
de los sacrificios23– se erradica la impureza del pecado del Becerro
de Oro y entonces el mundo vuelve a ser un vehículo apto para la
Divinidad y por lo tanto se proyecta y atrae nuevamente revelación
de Divinidad en el mundo.
De esto comprendemos que ambas cuestiones, tanto el pecado
del Becerro de Oro como su rectificación, son cuestiones globales
que afectan al mundo y al pueblo judío como un todo.

4. Con lo explicado se comprenderán algunas leyes específicas


que regían el cumplimiento de la mitzvá del “medio shékel”:
a) El dinero que cada judío entregaba pasaba a ser propiedad
de la comunidad. Cada uno daba dinero propio, pero debía
entregarlo de manera tal que dejara de ser su propiedad privada
6 o pertenencia en sociedad de varios individuos, y pasara a formar
parte del fondo comunal.
b) Con los fondos del “medio shekel” se adquirían
exclusivamente sacrificios comunales.
Maimónides, en la introducción a su Comentario a la Mishná
(en el Séder Kodashím), explica que hay cuatro clases de sacrificios:
1) los comunales; 2) los privados (individuales); 3) un sacrificio
comunal análogo al sacrificio individual; y 4) un sacrificio privado
análogo al sacrificio comunal.
1) Los “sacrificios comunales” son aquellos que tienen un
horario fijo preestablecido durante el cual debían ofrendarse y se los
traía comunalmente, en nombre de toda la comunidad, como eran
los temidím –las Ofrendas Ígneas Diarias de mañana y a la tarde– y
los musafím –las Ofendas Adicionales de Shabat, Rosh Jodesh y las
Festividades–.

23 Véase Berajot 26a-b.

Likutei Sijot
2) Un “sacrificio privado”, o “individual”, es aquella ofenda que
no tiene un momento estipulado para ser ofrendado, y cada persona
lo traía como unsacrificio particular.
3) Un “sacrificio público análogo a uno privado” es un korbán
ofrecido en nombre de toda la comunidad pero que no tiene
un tiempo estipulado; por ejemplo, el buey ofrecido por algún
dictamen erróneo24.
4) Un “sacrificio privado análogo a un sacrificio público” es
una ofrenda traída por un individuo pero que está sujeta a un
momento específico; por ejemplo, la Ofrenda de Pesaj.
El “sacrificio privado”, incluyendo a aquel que es “análogo a
un sacrificio comunal”, no se adquiría con los fondos del “medio
shékel”. En lo que respecta a los “sacrificios comunales análogos a
los individuales ”hay divergencia entre los Sabios25, y el dictamen
final es que tampoco estos se adquirían con aquellos fondos. Solo
para el que era realmente un “sacrificio comunal”, exclusivamente,
se recurría al dinero recaudado con los “medio shékel”.
El significado pnimí –interior, más profundo– de las dos leyes 7
citadas previamente, es el siguiente: en vista de que el “medio
shékel” tenía una condición global, abarcaba al pueblo judío como
un todo, debía ser dinero comunitario y no privado, y se empleaba
exclusivamente para adquirir sacrificios realmente comunales.

5. Lo antedicho explicatan solo por qué en la terumá para el


altar (aquella con la que se adquirían los animales para las ofrendas)
todos daban el mismo monto, 1 béka (medio shékel) cada uno. Pero
en cuanto a la terumá para los adaním (los zócalos) aún no se
entiende: ¿por qué este donativo debía ser específicamente de “1
béka por cabeza”?

24 Véase Levítico 4:13: Si el Sanhedrín erró y declaró permitido un acto cuya violación
acarrea el castigo de escisión (si se realiza premeditadamente), y en consecuencia el pueblo
cometió la transgresión, se deben ofrendar bueyes como Ofrendas por Pecado. Véase Rashi
sobre este versículo, y Mishné Torá, Hiljot Shegagot 12:1.
25 Menajot 52a.

Likutei Sijot
Esta ley es aún más difícil de comprender: los zócalos son un
componente del Mishkán, de lo que resulta que ambas terumot
(aquella para los zócalos y aquella de elementos para la construcción
de el Mishkán) tenían por destino una misma cosa: el Mishkán
propiamente dicho y sus utensilios (y por cierto, con esto estas
dos terumot se diferencian de la terumá para el altar con la que se
adquirían las ofrendas). Siendo así, que ambas eran para el Mishkán
mismo, ¿por qué estas contribuciones mismas eran independientes
una de la otra, y diferían asimismo en sus normas? ¡La terumá de
elementos para la construcción de el Mishkán la daba “cada cual
según la generosidad de su corazón”, en tanto que la terumá para
la confección de los zócalos era específicamente de “1 béka por
cabeza”, ni más ni menos!

6. El Talmud Ierushalmí interpreta cómo cada una de las tres


veces que el versículo dice “terumá”, se relaciona con su ofrenda
correspondiente: Veikjú li terumá –“tomarán para Mí una terumá”–
8 se refiere a la ofrenda de 1 béka para la confección de los zócalos;
tikjú et terumatí –“tomarán Mi terumá”– alude a la ofrenda de 1
béka para la adquisición de sacrificios para el altar; y vezot haterumá
–“ésta es la terumá que tomarán de ellos”– se refiere a la ofrenda de
materiales para la construcción del el Mishkán y la confección de sus
demás enseres.
El modo de estudio de las Escrituras por parte del Ierushalmí
para inferirlo precisamente así, es el siguiente:
Cuando la Torá dice “ésta es la terumá que tomarán de ellos...”,
y el versículo continúa enumerando “oro, plata y cobre, etc.”,
los 13 o 15 elementos26 necesarios para el Mishkán, claramente se

26 En Éxodo 25:3-7 se mencionan 15 artículos. En Tanjumá, Terumá 5, y otros Midrashím


(véase también Rashi sobre Éxodo 25:2) se menciona que para la construcción del Mishkán
se donados 13 elementos, enfatizando este número al interpretarlo y hacerlo corresponder con
otros contextos que incluyen al número 13. Los comentaristas (especialmente los comentaristas
sobre Rashi) explican la aparente discrepancia eliminando a 2 de los 15 elementos por
pertenecer a una categoría especial (debatiendo sólo cuáles eran estos 2 artículos), y ofrecen
razones relevantes a sus argumentos. Zohar II, 135a, y también Rabí Bajia en su Comentario

Likutei Sijot
refiere a las contribuciones para la construcción de el Mishkán. En
el versículo “tomarán Mi terumá”, el versículo especifica “a quien
su corazón lo inspire” a dar, razón la cual se deduce que alude a
los sacrificios, en los que es crucial la “intención del corazón”27 (y
del mismo modo la plegaria, “instituida en lugar de las ofrendas
diarias”, es llamada “servicio del corazón”28; y lo principal de la
plegaria es la concentración de el pensamiento, la kavaná29).
Queda por interpretar el versículo veikjú li terumá –“tomarán para
Mí una terumá”–que se refiere a la terumá destinada a la confección
de los zócalos del Mishkán.
De acuerdo a lo explicado, el término li –“para Mí”– aparece
exclusivamente en el caso de la ofenda para los zócalos (“tomarán
para Mí una terumá”).
En realidad, la palabra li que aparece junto a la primera mención
de la palabra terumá alude a las tres clases de ofrendas. Y de hecho,
considerándolo más en profundidad, aludea toda la Torá y las
mitzvot, como dice el Tania en nombre del Zohar30, que por medio
de la Torá y las mitzvot “ellos Me tomarán”, es decir, literalmente “a 9
Mí ellos toman”. No obstante, explícitamente, la palabra li figura
precisamente en relación a los adaním.
De ello observamos otra diferencia más entre los adaním y el
resto de los componentes del Mishkán (y los sacrificios): que es
en cuanto a estos donde el li figura de manera manifiesta, y “en
toda instancia sobre la que se ha dicho li, ello alude a algo que es

a la Torá sobre Éxodo 25:7, mencionan la totalidad de los 15 elementos ofreciendo varios
simbolismos que se corresponden con este número. De hecho, hay otras fuentes que hablan
de 11 o 16 elementos; sin embargo, 13 y 15 son los números que más prevalecen.
27 Véase Tanjumá, Terumá 3 (comp. con Ierushalmí, Terumot 1:1), donde se señala que
el término “aquel cuyo corazón lo inspira” excluye a la persona que carece del “pensamiento
del corazón” (es decir, el discapacitado mental) por lo que es incapaz de verse motivado por el
corazón.
28 Taanit 2a.
29 Véase Mishné Torá, Hiljot Tefilá4:15-16: “La plegaria sin kavaná (pensamiento,
intención), no es plegaria...”.
30 Tania, cap. 47; Zohar II, 140b. Compárese con Tanjumá, Terumá3; Tanjumá Kadúm,
Emor24; Vaikrá Rabá 30:13.

Likutei Sijot
eternamente inamovible”31.

7. Las dos mencionadas diferencias entre los zócalos y las demás


partes del Mishkán, que: a) pese a ser un elemento más del Mishkán
no se incluye entre los donativos generales cuya cantidad dependía de
la generosidad de cada cual, y b) sólo respecto de estos se emplea el
término li, se entenderán al explicar previamente el significado de
los zócalos en términos del servicio a Di-senel alma de la persona.
Respecto del versículo “Harán para Mí un Santuario y Yo
moraré dentro en ellos”32, nuestros Sabios enfatizan que “no fue
dicho‘ y Yo moraré en él’ (es decir, en el Santuario) sino ‘en ellos’,
es decir, dentro de cada judío, sin excepción”33. Por lo tanto se
entiende que también en el Mishkán y Mikdash espiritual que hay
en el interior decada judío, están presentes todas las partes que
integran el Mishkán físico, incluyendo sus zócalos.

8. Los adaním eran la parte más baja del Mishkán. No


10 obstante, precisamente ellos constituían el cimiento y sostén de
todo el Mishkán, incluyendo sus krashím –pilares que formaban sus
muros– y ieriót –cortinas y coberturas– a pesar de que estos estaban
ubicados más alto, encimade los zócalos.
En términos de la avodá –el esforzado servicio a Di-s– por partede
la persona, los adaním simbolizan humildad y bitul –sumisión y
auto-anulación a la Voluntad de Di-s–.
Los krashím –pilares–, en su correspondencia con el alma humana,
son sus facultades interiores, elintelecto y las emociones34. Por eso,
su longitud era de 10 amot35 de altura, en correspondencia con las
31 Vaikrá Rabá 2:2. Véase también Likutéi Torá, Bamidbar, 9c.
32 Éxodo 25:8.
33 Véase Reshit Jojmá, Sháar HaAhavá, cap. 6; Shnéi Lujot HaBrít, Sháar HaOtiot,
letra “Lamed”; ibíd., Maséjet Taanít (párrafo que comienza con “meéin haavodá”), y
Terumá, secc. Torá Or, 325b-326a.
34 Se denominan “interiores” porque están investidas en órganos específicos del cuerpo,
el cerebro y el corazón, y se ajustan a la constitución de estos.
35 Éxodo 26:16.

Likutei Sijot
10 facultades del alma36. Las ieriót –coberturas– son las facultades
abarcadoras del alma37.
Los adaním son representativos de la más bajade todaslas
formas específicas de avodá: la humildad y auto-anulación propias
del kabalatol –la “sumisión al yugo”, una entrega incondicional a Di-
s–. No obstante, esta forma de avodá constituye precisamente el
cimiento de sostén de todo el “Mishkán” humano, tal como decimos
en el párrafo final de la plegaria Shemoné Esré: “Sea mi alma cual
polvo para todos...”, y es precisamente a través de ello que se llega
a “...abre mi corazón a Tu Torá, y haz que mi alma persiga ávida
Tus mandamientos”38.

9. Esta es también la razón de que el donativo para los adaním


sólo fue recolectado el primer año, en tanto que las colectas de las

36 Véase Tikunéi Zohar, Tikún19, 41a. Véase Zohar II, 162b: “En el cuerpo humano
existen diversos órganos, superiores e inferiores, algunos internos y otros externos, formando
todos un cuerpo, una persona y una composición. Lo mismo ocurre con el Mishkán... El misterio
del Mishkán que consiste de órganos y partes, es que todos ellos ascienden en el misterio
11
del hombre”. También en Tikunéi Zohar, Introducción, 13a: “La composición del cuerpo y la
del Mishkán son análogas”. En ese contexto, Tikunéi Zohar, Tikún 19, 41a, interpreta más
específicamente las 10 amot (codos) de los pilares en correspondencia con el cuerpo humano:
dos brazos de (una medida de) 2 codos (de largo) cada uno, dos piernas de (una medida de) 2
codos (de largo) cada una, y otros 2 codos (de alto) del cuerpo. Del mismo modo, las 5 varas
cerrojo “para los pilares de un flanco del Mishkán y las 5 varas para los pilares del otro flanco
del Mishkán” (Éxodo 26:26-27) se corresponden con los 5 dedos de cada mano, etc.
De acuerdo a estos textos, el número 10 también se corresponde con las Diez Sefirot o Atri-
butos Divinos, y por analogía también a los 10 atributos o facultades del alma del hombre,
los 10 poderes del alma: 3 poderes de séjel (“intelecto”) –jojmá, bináydáat–, y las 7 midot
(“emociones”) –jésed, guevurá, tiféret, nétzaj, hod, iesod y maljut– (véase Tania, cap. 3; Igueret
HaKodesh, Epístola 15).
37 Tal como existen 10 fuerzas internas del alma –como se mencionó en la nota anterior–
del mismo modo existen en correspondencia 10 poderes abarcadores (‘globales’) del alma que
trascienden la mente y las capacidades humanas normales, a los que se accede por regalo
Divino cuando nos sometemos a Di-s (cuando seguimos el principio de “anula tu voluntad ante
Su voluntad”, Avot 2:4). Se alude a estos 10 poderes abarcadores del alma con las ieriot, sobre
las que está escrito: “Harás el Mishkán (con) diez tapices”, los que se usaban como techo del
Mishkán y cobertura de los pilares externos (Éxodo 26:1, y Rashi allí), trascendiéndolos. Para
más detalles de este simbolismo de las ieriot reflejando los poderes abarcadores del alma,
véase Or HaTorá del Tzemaj Tzedek, Terumá, pág. 1497; y comp. con Tanjumá, Pinjás14,
Bamidbar Rabá 21:22, y Zohar II, 164b.
38 Compárese con Likutéi Torá, Bamidbar, 15b-c, y Sucot, 79c-d.

Likutei Sijot
demás terumot tuvieron lugar también después.
En base a su correspondencia con la avodá del hombre, el concepto
de esta diferencia entre el donativo para los adamím (zócalos – humildad
y kabalatol) y las demás terumot (sacrificios – facultades interiores, y
Mishkán – facultades globales) es el siguiente: humildad y bitúl son
el cimiento y punto de partida de la avodá, es el primer paso a dar,
algo que es crucial tener ante todo en el servicio a Di-s. Luego, una
vez que el judío tiene firmemente arraigado este fundamento en su
vida espiritual cotidiana, es preciso actuar en los diferentes estilos y
niveles personales específicos de avodá.
Por eso, el comienzo de la avodá diaria es con la frase Modé aní...,
y con la introducción a los Versos de Alabanza, Hodú laHashem...39.
Pues hodaá –reconocimiento del propio límite y carencia– y bitul
–sumisión a Di-s– son los puntos de partida y el cimiento de la
avodá, y sólo luego le siguen los niveles específicos de Psukéi
deZimrá –Versos de Alabanza–, Birjot Kriat Shemá –las bendiciones
que acompañan a la Lectura del Shemá–, Kriat Shemá –la Lectura de
12 los párrafos que propiamente componen el Shemá Israel– etc.40.

10. En base a lo explicado se entenderán las dos mencionadas


diferencias entre los zócalos y las demás partes del Mishkán:
En lo que respecta a los modos de avodá “interior”, o sea, la
que cada judío individual realiza acorde a su propio nivel intelectual
39 Las palabras Modé y Hodú, literalmente y por contexto, se traducen como “Doy
gracias” y “Alaben”, respectivamente. No obstante, el vocablo proviene de hodaá, que significa
“reconocimiento, aceptación” (véase Ievamot 87b, Bavá Batrá 62b, Bavá Kamá 11a) y cuando
uno reconoce que nada tiene y todo proviene de Él, naturalmente agradece y alaba.
La frase Modé Aní (“Doy gracias a Ti,...”) se recita cada mañana inmediatamente al despertar.
Hodúla Hashem... (“Ofreced alabanza a Di-s...”) es la sección introductoria que se recita antes
de la plegaria formal de la mañana, Shajarít.
40 La plegaria formal matutina, Shajarít, se divide en varias secciones: Psukéi deZimrá
(Versos de Alabanza) –desde Baruj Sheamár... hasta Barjú; las bendiciones previas y
posteriores al Shemá, la Lectura del Shemá; la Amidá, y las secciones siguientes a la Amidá.
(Esta división no es arbitraria, es de significación halájica (y tiene que ver con las secciones que
son de mayor o menor importancia en casos de emergencia; dónde y por qué motivo se puede
interrumpir entremedio o responder, etc.; véase Shulján Aruj, Oraj Jaím, secc. 51-54, 59-60, 66,
68, etc.) y también de importancia mística (véase Zohar II, 215b; Sháar HaKavanot, sobre “Inián
Tefilat Shajarit”, y en otros lugares).

Likutei Sijot
y emocional, los “krashím” –pilares; intelecto y emociones– y las
“ieriót” –coberturas; facultades globales– difieren de una persona
a otra, pues cada uno debe servir a Di-s de acuerdo a sus propios
talentos y habilidades particulares. Pero con respecto al bitul de
kabalat ol, todos son iguales, pues en el bitúl y la abnegada entrega
absoluta, no hay diferencias41.
Se mencionó antes que el término li, “a Mí”, sólo aparece en el
versículo que habla de los zócalos. Esto es porque, ¿a través de qué se
“toma” la Esencia Divina, el li? ¡Exclusivamente mediante bitúl!
“Di-s no estaba en el viento... ni estabaen el tumulto... tampoco
estaba en el fuego, sino sólo en el sonido del fino silencio”42 – allí es
donde “viene” el Rey43 (conforme estos cuatro temas se explican
extensamente aplicados a la avodá del hombre en la famosa Serie de
Maamarím –Discursos Jasídicos– del Rebe Rashab, del año 567244).

11. Si bien kabalat ol y bitúl son en efectoel cimiento de la


avodá, pero no obstante, como se dijera,son sólo eso, el cimiento.
La plenitud de la avodá es que la persona entregue a Di-s también 13
sus facultades interiores, el intelecto y las emociones. En lo que
respecta a esto, uno no puede eximirse de su obligación conentregar
sólo su “medio shékel”, sino que se lo debe hacer como lo estipula
la ley de los sacrificios individuales: “Si el rico trajo la ofrenda
de un pobre, no se eximió de su obligación”45. De cada uno en
particular se demanda que entregue a Di-s todo su intelecto y todas
sus emociones.
Por otro lado la ley estipula también allí45 que “si un pobre

41 Servir a Di-s con kabalat ol significa cumplir las mitzvot exclusivamente porque así lo
dicta la Voluntad de Di-s, sin importar lo que la persona entienda o sienta; lo que realmente le
interesa es que la Voluntad Divina encuentre expresión y se materialice. Este estilo de servicio
puede y debe ser llevado a cabo por todo judío por igual, sin importar cuán poderosas son sus
facultades interiores.
42 I Reyes, 19:11-12. Así le dice Di-s al Profeta Eliahu.
43 Zohar III, 223b y 227b; Tikunéi Zohar, Introducción, 3b.
44 Hemshej BeShaá SheHikdímu 5672, vol. II, secc.398-400.
45 Mishná, Negaím 14:12; Talmud, Iomá 41 a-b.

Likutei Sijot
trajo la ofrenda de un rico, se eximió de su obligación”. Los
comentaristas señalan que no es que sólo se eximió bediavad –post
facto–, que una vez que lo hizo, su ofrenda es no obstante válida pese
a que en principio debería haber traído una ofrenda diferente, sino
que incluso puede hacer así lejatjilá –desde un comienzo–. Y es más,
quien así hace, “venga sobre él bendición”46.
En términos de la avodá espiritual del hombre esto significa
lo siguiente: incluso aquel que es “pobre en comprensión”47, que
le falta estudio en Ninglé deTorá –la faceta revelada de la Torá– e
incluso tienen carencias en la observancia de mitzvot con hidur –
embellecimiento puntilloso–, aun así, incluso de él se demanda que
estudie Pnimiut HaTorá– la faceta profunda y mística de la Torá–,
la “ofrenda del rico”, y eso mismo provocará que “recaiga sobre
él bendición”, que en él se cumpla el “Asher, enriquécete, para que
te enriquezcas”48, y “no hay rico sino en conocimiento”49. Esta
persona será rica espiritualmente, en sus sentidos y capacidades,
lo que descenderá también al plano físico, se reflejará literalmente
14 en riqueza material, con hijos, salud y sustento.

(de las Sijot de Shabat Parshat Mishpatím 5715 y 5718 [1955


y 1958])
46 Véase el comentario de Rabí Ovadiá Bartenura sobre Negaím. Con respecto a la
expresión “venga sobre él la bendición” –que indica alabanza por haber realizado una acción
más allá de lo que dicta la obligación– véase Eruvín 29b.
47 Véase Nedarím 41a: “No es pobre sino aquel que carece de comprensión”, y compárese
con Zohar II, 93a; III, 273b, etc., donde se interpreta ‘pobreza’ como una deficiencia en Torá y
mitzvot.
48 “Aser teasér –lit.:“El diezmo has de diezmar...” (Deuteronomio 14:22), es decir, la
ordenanza bíblica de separar el diezmo de determinados productos agrícolas y ganaderos y
entregarlos a los destinatarios estipulados. Aunque aparentemente la entrega de esta décima
parte a otros disminuye los bienes propios, la Guemará, en Shabat 119a y en Taanít 9a,
interpreta por el contrario esta doble expresión bíblica, aser teasér, leyendo la segunda palabra
como teashér (te enriquecerás) en vez de teasér (diezmarás), implicando: “Separa el diezmo
(asér) para que te enriquezcas (teasher)”. Este juego de palabras se extiende asimismo aquí,
cambiando también la sin de la primera palabra por una shin, siendo entonces su lectura:
“enriquécete (asher) –aumenta tu conocimiento, en particular con abundancia de estudio de
Pnimiut HaTorá– para que te enriquezcas”.
49 Véase Ketuvot 68a; Nedarím 41a; Zohar III, 273b.

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