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Cuando la muerte se asoma valoramos la vida, nos olvidamos que estamos

aquí para disfrutar de tanta maravilla que Dios nos ha regalado.


Violeta Parra, realiza una de las composiciones más hermosas ¡Gracias a la
vida! En la cual nos exhorta a disfrutar con sencillez, alegría, con llanto,
quebrantos… este don maravilloso que proviene del padre Eterno.
Nos preparamos para participar de esta celebración de la palabra, en memoria
de Juana Vergara Vargas y nuestros fieles difuntos.
1. Canto de entrada

2. Rito Inicial
A/. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
T/. Amén.
A/. Bendigamos al Señor que, por la resurrección de su Hijo, nos ha hecho nacer
a una esperanza viva.
T/. Bendito seas por siempre, Señor.
3. Rito de Perdón:
Hermanos: Todos tenemos familiares y amigos que han muerto. Hoy los
recordamos a ellos y a todos los que han fallecido y los encomendamos a la
misericordia de Dios. En este momento nos unimos para afirmar nuestra fe en
Cristo que ha vencido la muerte y nuestra esperanza de que él vencerá también
nuestra muerte y nos reunirá con nuestros seres queridos en su reino de gloria.
Que esta celebración nos anime a ser fieles al Señor y a seguir los buenos
ejemplos que nuestros familiares nos dejaron en su vida. Comencemos
reconociendo nuestros pecados ante el Señor (momentos de silencio).
 Tú que resucitaste a Lázaro del sepulcro, SEÑOR, TEN PIEDAD.
 Tú que has vencido la muerte y has resucitado, CRISTO, TEN PIEDAD.
 Tú que nos has prometido una vida eterna contigo, SEÑOR, TEN PIEDAD.
 A/. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros
pecados y nos lleve a la vida eterna. T/: Amén.

4. Lectura
Lectura del Santo Evangelio según san Juan (11, 17-27)
“En aquel tiempo, cuando Jesús llegó a Betania, Lázaro llevaba ya cuatro
días enterrado. Betania está como a tres kilómetros de Jerusalén; y muchos
judíos habían venido a ver a Marta y a María para darles el pésame por la
muerte de su hermano. Cuando Marta supo que Jesús venía en camino, salió
a su encuentro mientras que María permaneció en casa. Y Marta dijo a Jesús:
“Señor, si hubieras estado aquí mi hermano no habría muerto. Pero yo sé
que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá”. Jesús le dijo: “Tu
hermano resucitará”. Marta respondió: “Yo sé que resucitará en la
resurrección de los muertos en el último día”. Jesús le dijo: “Yo soy la
resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que
está vivo y cree en mí no morirá para siempre. ¿Crees esto? Ella le contestó:
“Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que
venir al mundo”.
Palabra del Señor.

5. Breve reflexión

6. Oración de los fieles


A/. Oremos, hermanos, a Cristo el Señor, esperanza de los que vivimos aún en
este mundo, vida y resurrección de los que han muerto; llenos de confianza
digámosle:
R/ TU QUE ERES LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA, ESCÚCHANOS
 Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas, y no te
acuerdes de los pecados de nuestra hermana Juana Vergara Vargas,
roguemos al Señor.
 Señor, por el honor de tu nombre, perdónale todas sus culpas y haz que
viva eternamente feliz en tu presencia, roguemos al Señor.
 No rechaces a tu sierva Juana Vergara Vargas ni la olvides en el reino
de la muerte, sino concédele gozar de tu dicha en el país de la vida.
 Acuérdate, Señor, de los familiares y amigos a quienes entristece esta
muerte y auméntales la fe para que encuentren consuelo y paz, roguemos
al Señor.
 Acoge en tu Reino de vida a todos nuestros seres queridos que han
muerto con la esperanza de la resurrección, roguemos al Señor.
 Señor, sé tú el apoyo y la salvación de los que acudimos a ti: sálvanos y
bendícenos porque somos tu pueblo, roguemos al Señor.
El mismo señor, que lloró junto al sepulcro de Lázaro y que, en su propia
agonía acudió conmovido al Padre, nos ayude a decir la oración que él nos
enseñó:
T/. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a
nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos
del mal.
A/. Escucha, Señor, nuestras súplicas y ten misericordia de su sierva Juana Vergara
Vargas, para que no sufra castigo por sus pecados, pues deseó cumplir tu voluntad;
y ya que la verdadera fe la unió aquí en la tierra al pueblo fiel, que tu bondad divina
la una al coro de los ángeles y elegidos. Por Jesucristo nuestro Señor. T/. Amén.
Como símbolo del amor de Dios derramado en nuestros corazones, nos
damos la paz.
7. Salida
A/. Dale, Señor, el descanso eterno.
T/. Y brille para él (ella) la luz perpetua.
A/. Descanse en paz.
T/. Amén.
A/. Su alma y las almas de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios,
descansen en paz. T/. Amén.

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