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María Alexandra Marín

ma.alexandramarin@gmail.com
Máster en Artes, lenguas, letras. Especialidad en Estudios Cinematográficos y Audiovisuales
Universidad Nueva Sorbona-Paris 3
Comunicadora Social-Periodista
Universidad del Valle

Este texto es un asomo, un intento por acercarme a los estudios de performance, valiéndome del
texto “Actos de transferencia” de Diana Taylor. La excusa es mi propia experiencia. Por ello me
refiero a una práctica que he ido incorporado y que se ha convertido en un ejercicio de escritura
y de conocimiento de mí misma, que es el tejer una mochila.

El tejido, la mochila.

Escritura de la memoria.

Hace más o menos dos años comencé una práctica de tejido de mochilas. Conocí una mujer
maravillosa que llevaba muchos años tejiendo y sanando su pasado, en un ejercicio de apelación
a la memoria. Interrumpí el tejido por un largo periodo, luego de un distanciamiento con la mujer.
Tiempo después entraron a mi vida otras personas, entre ellas, una pareja, que también hacía
tejido sanador. Retomé el tejido con ellos, empecé otra historia, empecé de cero: decidí tejerme
a mí misma. Por otras razones, este tejido también fue interrumpido. La mochila que había
empezado siendo una especie de pequeño pezón o útero, se quedó a la mitad de camino. Era un
tejido diseccionado.

Interesada en las prácticas artísticas, las artes performativas, el cuerpo y su representación, este
texto es un relato de corto sobre mi experiencia con el tejido, con el que busco demostrar cómo
esta práctica se ha convertido en un ejercicio de escritura descolonizadora. Es también un gesto
a través de la palabra escrita para acercarme a este campo de estudio. Parto de mi experiencia,
porque así como lo anota Diana Taylor “aprendemos y transmitimos conocimiento a través de la
acción incorporada, a través de la agencia cultural y al hacer elecciones.”

Taylor es profesora en Estudios de Performance en la NYU. Su interés ha sido demostrar cómo


el performance produce conocimiento, al transmitir recuerdos, hacer reclamos políticos y
manifestar el sentido de un grupo de identidad. Una de sus búsquedas ha sido examinar la
relación entre las prácticas incorporadas y la producción de conocimiento. Su identidad
compartida como latina y canadiense, la ha llevado a interesarse por las prácticas incorporadas
no-occidentales, cuyos sistemas epistémicos, como la escritura, han hecho que queden en el
olvido. Su propósito es demostrar cómo estas prácticas producen igualmente conocimiento.

En su libro The archive and the repertoire. Performing cultural memory in the Americas, se interesa
por el cruce de los estudios de performance con los estudios latinoamericanos. Ella piensa que
entrecruzando estas dos vertientes, la una iluminaría la opacidad de la otra, con nuevos
conocimientos, nuevas epistemes. En ese sentido ella se pregunta: “si tuviéramos que reorientar
las formas en que la memoria social y la identidad cultural en las Américas se han estudiado
tradicionalmente, con el énfasis disciplinario en documentos literarios e históricos, y miramos a
través de la lente de prácticas incorporadas, ¿qué sabríamos que aún no sabemos? ¿Qué
historias, recuerdos y luchas pueden hacerse visibles? ¿Qué tensiones podrían mostrar los
comportamientos performáticos que no serían reconocidos en textos y documentos?”1

Esta pregunta la lleva a la escritura del capítulo “Actos de transferencia”, en el que hace una
arqueología de la palabra performance. Una de las conclusiones es que el performance es un acto
de olvidar y recordar: “Occidente se ha olvidado de las muchas partes del mundo que escapan a
su comprensión explicativa. Sin embargo, recuerda la necesidad de cimentar la centralidad de su
posición como la más pura al crear y congelar lo no occidental como siempre otro, "extranjero"
e incognoscible. […]”2.
Por otro lado, llega al punto sobre la intraducibilidad de la palabra performance en español, cuyo
equivalente en este idioma no existe. Reemplazar la palabra performance por otra desarrollada
en un contexto diferente, con una visión de mundo distinta, sería para ella un acto esperanzador.

Con el ejercicio de la mochila lo que hice fue reconstruir la historia de los últimos seis meses de
mi vida. El resultado final se asemeja mucho a un útero. La práctica incorporada hizo visible la
razón del tejido de la mochila, lo que significa su escritura. Según la historia que me ha sido
contada, cuya tradición viene de los indios arhuacos, el hilo representa lo femenino y la aguja lo
masculino. La unión entre estas dos energías dan lugar al nacimiento, después de tejer los nueves
meses de gestación. La mochila, su contenedor, simboliza el útero y lo que la sostiene, es el
macho. La mochila es un acto simbólico de creación de un cuerpo, un órgano, un tejido.

En el acto de descolonizar la producción de conocimiento, esta práctica me ha proporcionado un


conocimiento no sólo de mi misma y del paso del tiempo, sino también de mi cuerpo. Este acto
de transferencia ha hecho visible mis entrañas, mis huesos, mi útero.

Como ejercicio de conocimiento, ha provocado otro acto de transferencia, uno de índole


epistemológico. El performance se diferencia de la representación, la cual ha sido el centro dentro
de la educación que he recibido. La representación logró convertirse en el modelo predominante
de la cultura occidental.

Esta práctica habla mucho, en ese sentido, del deseo, ese mismo deseo de Taylor de traducir la
palabra performance al español. Y este no se trata tanto de acceder a otra cultura, pero sí de
encontrar en las prácticas incorporadas, otras formas de producir conocimiento, otras formas
de escritura.

1. Taylor, Diana. The archive and the repertoire. Performing cultural memory in the Americas.
Traducción libre. Duke Unversity Press. 2003. P. 19
2
Taylor, Diana. “Actos de transferencia”. El archivo y el repertorio. Traducido por Anabelle
Contreras. Chile: Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2014Ibid. P. 12

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