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Es necesario aclarar el significado de trabajo decente y trabajo digno, debido a que los dos
conceptos con frecuencia son usados indistintamente. Aunque existen en el mundo del
trabajo diferentes conceptos, en la realidad laboral es importante tener en cuenta que el
trabajo decente y el trabajo digno son tal vez dos de los conceptos más amplios y a los que
en Colombia se hace mayor referencia.
Como concepto empezó a ser usado en junio de 1999 cuando el director general de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), Juan Somavia,
Presentó su primer reporte a la Conferencia Internacional del Trabajo (OIT, 1999). En esa
oportunidad, el director general señaló que el mundo se encontraba en un período de
adaptación a una economía naciente, caracterizada por el surgimiento de modelos
inequitativos de distribución de las riquezas, y que a raíz de la creciente desigualdad aquel
era un período de inestabilidad. Teniendo en consideración ese contexto general, planteó
que la orientación política, técnica y orgánica de la OIT tendría que adaptarse a los nuevos
retos, y ese giro estratégico consistiría, justamente, en adoptar como objetivo principal la
promoción del trabajo decente.
Para referirse al nuevo objetivo que guiaría la acción de la organización, el director general
usó las siguientes palabras: “Actualmente, la finalidad primordial de la OIT es promover
oportunidades para que los hombres y las mujeres puedan conseguir un trabajo decente y
productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana” (OIT,
1999). Y agregó que para cumplir con ese propósito era necesario trabajar sobre cuatro
objetivos estratégicos:
Teniendo en consideración que la idea del trabajo decente nació de la OIT, cabría esperar
que los convenios de esta organización recogieran el concepto. Sin embargo, de los siete
convenios posteriores a la presentación del concepto por parte de Juan Somavia en junio de
1999, únicamente tres mencionan al trabajo decente. Ninguno de ellos hace algún
desarrollo o profundización del concepto, sino que sólo se refieren a él como mandato
fundamental de la organización. En cambio, en los informes generales de la Comisión de
Expertos en la Aplicación de Convenios y
Recomendaciones el concepto de trabajo decente aparece incluido con mucha frecuencia.
En conclusión, el concepto de trabajo decente tiene más arraigo en fuentes doctrinarias que
normativas. En algunos instrumentos de derecho internacional se encuentra simplemente
mencionado, aunque como se verá más adelante, estas referencias describen un concepto
más parecido al de trabajo digno adoptado por Colombia, que al de trabajo decente
presentado por la OIT en 1999. Para el caso de otras herramientas normativas del derecho
internacional (como la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad),
los componentes que hacen parte del concepto de trabajo decente son mencionados como
elementos relacionados con el derecho al trabajo, pero en ningún caso aparece alguna
consagración en la que los cuatro componentes estén integrados en una sola definición
como ocurre con el trabajo decente.
Los siete convenios de los que se habla son: C182 Convenio sobre las peores formas de
trabajo
infantil, de 1999; C183 Convenio sobre la protección de la maternidad, de 2000; C184
Convenio
sobre la seguridad y la salud en la agricultura, de 2001; C185 Convenio sobre los
documentos de
identidad de la gente de mar (revisado), de 2003; MLC Convenio sobre el trabajo
marítimo, de 2006;
C187 Convenio sobre el marco promocional para la seguridad y salud en el trabajo, de
2006; y C188
Convenio sobre el trabajo en la pesca, de 2007.
c. Protección social: este componente del trabajo decente se refiere a la seguridad social de
los trabajadores, es decir, al objetivo de brindarles una salvaguarda, a ellos y a sus familias,
en los casos en que se presenten contingencias como la enfermedad o los accidentes
laborales, la maternidad, la muerte, la vejez, el desempleo y la invalidez. Relacionado con
este mismo componente, algunos autores como Anker (2003) señalan también a las
condiciones físicas de seguridad del lugar de trabajo; hablan entonces de “las condiciones
que preservan y fomentan la integridad física y psicológica de los trabajadores”
Ventajas y límites
De manera más general, las interacciones entre los componentes del concepto de trabajo
decente pueden traducirse en cooperación y coordinación entre las políticas laborales,
económicas y sociales. Como resultado de esos esfuerzos conjuntos podrían alcanzarse
buenos resultados tanto en el plano económico como en el social. En relación con esto
afirma el Cijus (2008; Pág. 4) que el trabajo decente es “uno de los instrumentos más
idóneos para enfrentar los retos de la economía globalizada, toda vez que ofrece
dividendos económicos, y es un instrumento para que los pobres escapen de las garras de
la pobreza (…) El trabajo decente, en consecuencia, puede incrementar la productividad
de las empresas y fomentar esquemas de crecimiento más equitativos y sostenibles”.
Los límites que caracterizan el trabajo decente hacen relación, en primer lugar, al
reconocimiento que presenta el análisis conjunto de los cuatro componentes del trabajo
decente siendo muy útil porque proporciona una visión completa de todos los aspectos
relevantes del mundo del trabajo, llevar a cabo análisis fraccionados de uno o algunos de
los componentes, que no tengan en consideración los otros, supone ignorar la ventaja que
trae la visión integral del problema.
2. TRABAJO DIGNO
La consagración constitucional del trabajo como derecho y como deber se lleva a cabo a
través de los artículos 25 y 53 de la Constitución. Por esta razón la Corte Constitucional
señaló que “Como principio, la dignidad humana, se vierte al interior de todos los derechos
fundamentales que la reafirman dentro de nuestro Estado Constitucional y democrático.
Son los derechos fundamentales y el respeto a éstos, los que ponen en evidencia la
trascendencia de la dignidad humana al interior de nuestra sociedad”. En la medida,
entonces, en que al trabajo se le reconoce la calidad de derecho fundamental, el mismo
debe estar condicionado por las exigencias de la dignidad humana. El respeto por la
dignidad representa la valoración de las personas únicamente por su naturaleza humana, sin
tener en cuenta otras consideraciones. Ello significa que en ninguna circunstancia puede
tratarse a la persona como medio para alcanzar diferentes fines, sino que ella representa un
fin en sí misma. La Corte Constitucional lo ha dicho de la siguiente forma: “La dignidad de
la persona humana no permite que ésta sea reducida a la condición de cosa u objeto, carente
de autonomía, lo que sucede cuando por actos particulares se dispone de la libertad o del
cuerpo de un ser humano”.
Prohíbe la discriminación con base en los llamados criterios sospechosos (esto son: sexo,
etnicidad, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica).
En relación con este componente del trabajo en condiciones dignas y justas, ha precisado la
Corte que también supone que esa remuneración se lleve a cabo de manera oportuna, pues
un pago tardío puede ser tan perjudicial para el mantenimiento de las condiciones de vida
del trabajador y su familia, como el mismo no pago. Ha afirmado la Corte incluso que el
pago de la incapacidad durante la enfermedad es equivalente al pago del salario mientras se
está sano, de manera que se constituye también en una condición del trabajo digno.
Estabilidad en el empleo:
Puesto en esa circunstancia, el juez debe escoger la norma que resulte más favorable al
trabajador, la cual deberá aplicar completa.
Entonces, para que opere el principio de favorabilidad deben darse los siguientes requisitos.
-Que existan varias normas de carácter laboral susceptibles de aplicarse al caso concreto, es
decir que regulen la misma situación fáctica.
-Que la norma que escoja la aplique en su totalidad, o sea, que no puede aplicar solo una
parte de ella, sino que la debe aplicar íntegra y como un cuerpo normativo.
Es otro principio del derecho laboral que tiene por fin el evitar que por medio de
formalidades se desconozcan los derechos de los trabajadores. En concreto, como
componente del trabajo digno significa que resulta en contra de las condiciones dignas en el
trabajo el hecho de establecer formalidades que desfiguran la realidad de las relaciones
laborales.
En Colombia existe el código Procesal de trabajo y de la seguridad social que clasifica los
procesos ordinarios y especiales; entre los primeros, hablamos del ordinario laboral a los
cuales se les da el trámite de única instancia y de doble o primera instancia, según se
determina por el factor objetivo cuantía; en los segundos, encontramos, es decir, en los
especiales, el de fuero sindical, ejecutivos, el sumario de disolución, liquidación y
cancelación de la inscripción en el registro sindical, el extrajudicial de arbitramento.
Se fundamenta en el hecho de que el trabajo funciona como un derecho y una libertad (de
escogencia y ejercicio) a la que tienen derecho todos los colombianos.
Debe existir la igualdad entre hombres y mujeres, también entre el trabajo físico y el
respecto a la edad.
Derecho a la asociación.
Derecho a la huelga.
Como recurso de presión eficaz de los sindicatos para alcanzar sus pretensiones. Se prohíbe
a quienes presten servicios públicos esenciales.
Es una obligación del Estado y del empleador. El empleador debe asegurarse de que el
empleado tenga un régimen para su protección.
La ley, los contratos, los acuerdos y convenios de trabajo no pueden menoscabar la libertad,
la dignidad humana ni los derechos de los trabajadores.
DERECHOS FUNDAMENTALES Y COMPLEMENTARIOS
1) la dignidad humana.
2) el mínimo vital
Para la Corte se trata de derechos que también gozan de protección a nivel del derecho
internacional de los derechos humanos.
a) la autonomía individual,
b) la condición material para el logro de una vida digna y
c) la integridad física y moral que resulte necesaria para lograr la inclusión social de
una persona excluida o marginada.
Por regla general de manera paralela y simultánea con otros derechos fundamentales con
los cuales guarda una estrecha relación, como la vida, la igualdad, el trabajo, el libre
desarrollo de la personalidad, la salud, el mínimo vital, la identidad personal y la propia
imagen, entre otros (T-881/02).
Derecho al mínimo vital.
La Seguridad Social está inmersa dentro del contexto de la protección social, un panorama
más amplio e incluyente que pretende mejorar las condiciones de vida de todos los seres
humanos, a través de una cobertura integral de las necesidades socialmente reconocidas.
Dentro del marco de la Ley 100 de 1993, la Seguridad Social es un esquema de protección
que ofrece el Estado a sus ciudadanos, en conjunto con un grupo de instituciones públicas y
privadas.
Los operadores que componen dicho Sistema en Colombia son las EPS (salud), las ARP
(riesgos profesionales), los Fondos de Pensiones y Cesantías AFP. Es importante también
mencionar que la seguridad social colombiana es complementada con otra serie de
instituciones y mecanismos que permiten una mayor Protección Social, entre otras: las
Cajas de Compensación, el SENA, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar,
FOSYGA con sus diversas cuentas estatales para proteger a los ciudadanos, etc.
Por su parte, nuestro país es uno de los pioneros en el modelo de las Cajas de
Compensación Familiar, lo cual lo posiciona en un nivel muy alto en el entorno mundial en
términos de Seguridad Social, incluso frente a países más desarrollados.
El eje central de todo Sistema de Seguridad Social apunta al bienestar de una población. Sin
embargo, ésta es una responsabilidad compartida, pues su cumplimiento depende del
compromiso de todos. Podemos categorizados de la siguiente manera:
Está compuesto por dos regímenes solidarios excluyentes pero que coexisten. El primero es
el Régimen Solidario de Prima Media con Prestación Definida que es de carácter público y
es administrado por Colpensiones. El segundo es el Régimen de Ahorro Individual con
Solidaridad, que es de carácter privado y es operado por las Administradoras de Fondos de
Pensiones y Cesantías.
El Sistema General de Seguridad Social en Salud tiene por objeto regular el servicio
público esencial de salud y crear condiciones de acceso al servicio a toda la población, en
todos los niveles de atención. Es operado por las Entidades Promotoras de Salud (EPS) y la
prestación del servicio está a cargo de las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud
(IPS)
Con estos subsidios económicos se busca proteger a las personas de la tercera edad que se
encuentran desamparadas, no cuentan con una pensión o viven en la indigencia y/o en
extrema pobreza. Hoy en día, este componente se desarrolla a través del Programa
Colombia Mayor que otorga un subsidio económico a las personas mayores de edad con
bajos ingresos o que carezcan de ellos.
Además de lo contemplado en la Ley 100, existen otros sistemas que hacen parte del
Sistema de Seguridad Social en Colombia, los cuales se presentan a continuación.
Otros Componentes
Además de lo contemplado en la ley 100, existen otros sistemas que hacen parte del
Sistema de Seguridad Social en Colombia, los cuales se presentan a continuación
Cesantías
Las cesantías son una prestación social a la que tienen derecho los empleados del sector
público y privado, diseñada con el fin de crear un ahorro para solventar los gastos durante
el desempleo, pero que puede ser usado para pagar educación superior o comprar vivienda.
Las cesantías son administradas por los fondos privados y por el Fondo Nacional del
Ahorro, en el caso de los trabajadores del Estado.
Subsidio Familiar
El subsidio familiar es una prestación social cuyo objetivo fundamental consiste en el alivio
de las cargas económicas que representan el sostenimiento de la familia como núcleo
básico de la sociedad (Artículo 343 del Código Sustantivo del Trabajo). El subsidio
familiar no es salario, sino un derecho latente que se concreta cuando se le genera al
trabajador por razones de parentesco, convivencia o dependencia económica, para que con
él disfrute de los beneficios que ofrecen las instituciones responsables de la administración
del subsidio.
El subsidio familiar es suministrado a los trabajadores en bienes, servicios y en ayudas
monetarias. Es administrado por las cajas de compensación familiar.
Es un programa de ahorro voluntario para la vejez, que favorece a los colombianos que hoy
no cuentan con la posibilidad de cotizar para una pensión, o que, habiéndolo hecho,
cumplieron la edad y no lograron obtenerla.
Los BEPS consisten en un ahorro durante la etapa laboral que será disfrutado en la vejez
como una forma de ingreso. Este ahorro es voluntario, flexible en su monto y periodicidad,
lo cual permite una mayor cobertura.