292018 “Las democracias actuals son dgarqulas encubiertas” | Noticias Uruguay y el Mundo actualized - Diario EL. PNS Uruguay
PEDRO OLALLA MIRA A LA GRECIA ANTIGUA
"Las democracias actuales son oligarquias
encubiertas"
No solo se trata de salvar la democracia culpando a los politicos actuales. Hay que dejar la soberbia de lado y
asumir con humildad que los antiguos griegos fueron mejores ciudadanos que nosotros.
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Pedro Olalla. Foto Silvano 0.C.
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Laszlo Erdélyi02 sep 2016
EN GRECIA nacié la democracia, y alli esté muriendo, La crisis actual toca algo mas que el bolsillo de todos
los griegos. Es una profunda crisis de valores que obliga a discutir la viabilidad misma de la democracia. El
espafiol Pedro Olalla, helenista de vasta trayectoria residente en Grecia, cree sin embargo que todo es un gran
malentendido, que las democracias actuales son, en realidad, oligarquias encubiertas, y que ya no hay
ciudadanos como si habia en la Atenas antigua, hace mas de 20 siglos.
En el libro Grecia en el aire, Heren y desafios de la antigua democracia ateniense vistos desde la
Atenas actual, Olalla lleva a cabo un viaje muy original mezela de guia turistica, arqueologia, historia de las
ideas y filosofia, Camina por las ruinas del lugar donde por primera vez se habl6 de armonfa, felicidad y
hhiptwww.lpas.com .ayfeulturaliderocracies-actules-olgarquias-encubietas-pecro-dllahimam_source=naws-elpes&ism_medium=emailsumt.. 18eons “Los domocracanactetes son dligarauan ences” | Noles Urugay ye Mundo actus aos - Diario EL. PAS Uruguay
justicia social, sorteando oleadas de turistas que buscan el mejor angulo para fotografiar el Partenén, Vincula
hechos actuales con acontecimientos de hace 20, 25 siglos. Lee los procesos que permitieron construir la
democracia como lo que son, procesos, caminos empedrados de buenas y malas intenciones, con mucho
sultimiento, entrega y, a veces, algo de felicidad. Y cuestiona la idealizacién, esa que pone a aquellos griegos
en el pedestal de héroes visionarios pero que luego, como al descuido, los rebaja por ingenuos, pobres
inocentes que no entendieron los problemas reales de la democracia, cuando al parecer fue exactamente al
revés. Basta un dato. Solon, a comienzos del siglo VI a. C. cuando todavia nadie hablaba de democracia,
centendié que la esclavitud por deudas debia ser erradicada y tomé una decisiGn, la seisachtheia, que la
abolié. Separé, asi, el poder de la riqueza de la soberania de los individuos, "intent6 corregir la desigualdad
econémica avanzando hacia la igualdad politica” escribe Olalla, Solén, con ese gesto nada inocente, puso
sobre la mesa por primera vez los conceptos de dignidad humana, ciudadania y democracia. Hoy, 25 siglos
mis tarde, los griegos estén al borde del precipicio (nada metaférico) acorralados por una deuda externa
impagable, mientras los acreedores imponen condiciones de pago nunca imaginadas. Una suerte de
cesclavitud por deudas.
GOBERNANTES Y GOBERNADOS
—Usted ha afirmado que las democracias actuales no son una versin més realista, adaptada a las
circunstancias, de aquella democracia cldsica ateniense. Al contrario, serian su negacion
—Sucede que la democracia, tal como la entendian los atenienses de hace 25 siglos, es un sistema que
aspiraba a la identificacién maxima entre los gobernantes y los gobemnados, donde el interés comin debe ser
definido y defendido por todos los ciudadanos, que deben participar de forma constante. En las
"democracias" actuales estos dos principios no se cumplen, y ya ni siquiera se aspira realmente a ello. Lo
prueba la falta de participacién ciudadana, o el cultivo silencioso de la desafeccién politica, o las intrincadas
cestructuras de representacién. O también la mecénica de los partidos politicos, los intereses que se defienden,
como gjercen el poder los grupos de presién, o las flagrantes desigualdades que se dan de hecho. Pero lo ma
grave es la creciente brecha que hay entre los gobernantes y los gobernados.
—Usted cree que la clave de esto se encuentra en el concepto de "vepresentacién", tan central a la
democracia actual. En su libro afirma que a ningtin ateniense antiguo, electo para un cargo, se le habria
ocurrido decir que "representaba" a otros. Es més, el término "representar” podia considerarse casi un
insulto.
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—Aquel ciudadano ateniense participaba para legislar y juzgar. Ejercia esa potestad democritica, y ereia que
esa potestad era intransferible. Por cierto que debian dedicar un importante esfuerzo y responsabilidad a la
tarea, pero era una suerte de tributo que el ciudadano pagaba para poder gobernarse a si mismo, una
pretrogativa de hombres libres, y un servicio honroso a la comunidad. No debemos olvidar que la democracia
es el intento de crear un sistema donde el ser humano pueda realizarse como animal politico, un sistema
capaz de elevarlo desde su eterna condicién de suibdito a la de ciudadano. Es el portador consciente de la
esencia politica de la sociedad.
—¢A qué mecanismos recurrian para proteger esos procesos?
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—Recurrian al sorteo y a la alternancia répida en los cargos, lo cual también entrafiaba un riesgo en la
idoneidad de su desempeiio. Pero, a cambio de asumir ese riesgo, la ciudad evitaba la profesionalizacién y el
monopolio de la vida publica, evitaba la eleccin exclusiva de los més influyentes, 0 los mas propensos a
utilizar los cargos para clientelismo o para intereses privados. La ciudad, entonees, conseguia que los
elegidos no fueran su gobierno, sino sus servidores, simples comisionados, y en ningiin caso sus
representantes,
—Eso debia ser, a la larga, muy formador,
—Es que la ciudad dotaba al ciudadano de experiencia politica, al implicarlo en la gestién de lo comin. Lo
hacia sentir Estado.
—Podian ver la politica desde adentro. A su vez los tribunales de justicia de la Heliea también se integraban
por sorteo. ;Buscaban, de esa forma, proteger la idea misma de justicia?
Exactamente, Hay que insistir en lo que decia Aristételes, en su definicién de eiudadano como "aquel que
participa de la facultad de gobemnar y de juzgar”. Esa es la clave: juzgar. Una definicién, por cierto, que
ninguna de nuestras democracias actuales se atreveria a emplear, porque ain sigue siendo una definicién
altamente ambiciosa y revolucionaria
—¢Por qué?
—Los ciudadanos actuales ni gobiernan ni juzgan. Estin desprovistos de la soberania que se supone que da
legitimidad al sistema. No tienen poder politico: ni legislativo, ni ejecutivo ni judicial. El tnico "poder" que
su "democracia" les otorga es el de darle un cheque en blanco, durante algunos afios, a los supuestos
representantes de sus intereses.
CAZANDO MITOS
—Se suele acusar a aquella democracia ateniense de estar sustentada por el trabajo esclavo.
—En efecto, la esclavitud ha sido la sombra que, a ojos de la modernidad, pesa hoy sobre la democracia
ateniense. Habia esclavos, si, pero habia muchos mds en Asia, en Egipto, en Roma y en Cartago, en todo el
mundo antiguo. Y de todos los lugares que antes y entonces conocieron la esclavitud, s6lo uno creé la
democracia, y lo hizo ademés tratando de liberar a los hombres de la perversa esclavitud impuesta por la
codicia y las deudas.
—Pero los esclavos sostenian el sistema.
—No es cierto. Se ha repetido muchas veces que en la Atenas clisica los ciudadanos podian dedicarse feliz y
despreocupadamente a la politica gracias a los esclavos, que los exoneraban del trabajo. Si, hubo esclavos,
pero el sistema productivo se sustentaba sobre el conjunto de la poblacién que trabajaba de forma cotidiana,
‘en su gran mayoria en pequefias empresas 0 unidades de produccién independientes y modestas. Atenas tenia
esclavos, pero en menor grado que otras polis griegas. Gracias al desarrollo de la democracia, en aquella
‘Atenas la esclavitud misma fue cuestionada, y los esclavos vivian con mayor dignidad que en el resto del
mundo antiguo.
—¢Comparado, por ejemplo, con Roma?
—La gran esclavitud Ilegé como sistema con la supremacia y dominacién de Roma, No sélo la guerra o las
deudas producian esclavos; se cazaban esclavos, se inicié el comercio humano, el sometimiento de
poblaciones enteras, también la esclavitud de clase 0 como sistema econémico y social. Eso no lo detuvo el
Cristianismo, ni el mundo feudal, ni su caida. El mundo ha visto sucederse, uno tras otro, imperios
esclavistas. Cientos de millones han levado grilletes. Y la democracia sigue siendo un proyecto inconcluso.
—Ademés, quién se anima a decir que en el mundo actual no existe el trabajo esclavo, o semi-esclavo,
—Es que siguen habiendo esclavos, millones. Una cosa es clara: si en aquel tiempo lejano era cuestionable la
necesidad de la esclavitud para la existencia de la democracia, en nuestro tiempo, vergonzoso ¢ hipéerita, con
hitpilvww pss. com uyleuturalidemocracias-actuales-oligarquias-encubietas-pedro-dllahiml?um._source=news-elpeissiam_medum=emaiuimt.. 35292018 “Las democracas actus son digarquls encubiras” [Noli Uruganyy ol Murdo actual zaas - Diario EL PA'S Uruguay
un grado de riqueza y desarrollo como Ia humanidad no ha conocido jamés, la esclavitud moderna la que
tiene ese nombre y la que no— es injustificable como supuesto sustento de nuestras aparentes democracias.
—También se suele insistir que las mujeres, las atenienses de entonces, no votaban.
la base electoral mas amplia es un punto a favor en términos sociales, pero no desde el punto de vista
ico. La inclusién de la mujer —justa, obvia, pero alcanzada recién en el siglo XX— supuso un avance
social, pero el poder politico de todos los ciudadanos, hombres y mujeres, es incomparablemente menor al
que tenian en la democracia ateniense. Ampliar la base de votantes no es ningiin avance si se los desposee de
poder politico real. No es s6lo un espejismo, es un peligroso truco para legitimar, con mayor base numérica,
el proceder interesado de los gobernantes. Nada més.
—Oiro mito es el de la eterna felicidad que reinaba en el dégora. Eran tan felices, 0 eran tan humanos y
contradictorios como nosotros? Entiendo que la democracia fue real, construida por seres humanos de carne
y hueso, no por entidades miticas.
—La democracia ateniense no es un mito, sino un hecho histrico, un sistema para organizar la sociedad que,
con todos sus altibajos, consiguié pervivir en el tiempo de una forma més plena y larga que cualquiera de las,
"democracias" modermas. Hay que decir que la democracia es, por definicién, un proyecto in fieri, que se
hace a si mismo dia a dia, y que busca los medios para hacerse posible de acuerdo a las coordenadas reales de
cada momento. Y es fragil. Para poder existir, necesita de la virtud politica de los ciudadanos. Por eso es un
refo permanente,
—El tema de la virtud fue un asunto complicado para Platén, quien no creia en la democracia ateniense.
¢Era Platén un oligarca y clasista, como se repite hoy en dia:
—Yo creo que no. Platén se expresé siempre a través de sus didlogos, que era una polifonia no siempre
consensuada, ni exenta de contradiccién. 1 criticé la democracia ateniense porque entendia que, de un modo
‘otro, ésta se apartaba del interés comin en favor de intereses particulares, 0 de clase. O sea, que se
apartaban de aquella sociedad ideal en la que primaban la concordia y la virtud. Platén no criticé los
fundamentos de la democracia, buse6 superar sus defectos, Pero no confiaba en la virtud politica de sus,
conciudadanos. Siempre consideré preferible la opinién de los muchos y el control por parte del pueblo a la
arbitrariedad de unos pocos, o de uno solo. Llevado al extremo, consideré mds tolerable la dictadura de la
pobreza que la dictadura del dinero.
ROMA, NO ATENAS
En el libro usted afirma que somos mas ciudadanos romanos que griegas.
—Porque Ia ciudadania griega fue, para quien la tuvo, una prerrogativa muy exigente de accién, de
implicacién, y de responsabilidad politica. La ciudadanfa romana, en cambio, fue para la mayoria una mera
salvaguarda de garantias juridicas sin derecho a la participacién real en la politica. Los propios romanos
vivian con recelo y contradiccién todo lo procedente de Grecia. Cat6n el Censor advirtid a los romanos que
arruinarian la repiblica si dejaban entrar por todas partes las letras de los griegos. La repiiblica romana no
fue una democracia, Por esa razén, en un sentido histérico, somos mucho mas herederos del republicanismo
romano que de la democracia ateniense.
—Si un antiguo proveniente del égora pudiera pararse hoy en la Plaza Syntagma de Atenas, gque es lo no
podria entender del funcionamiento de las democracias actuales?
—La enorme distancia que hay entre gobemnantes y gobernados, O cémo los intereses de ambos son tan
‘opuestos. El ciudadano antiguo nunca entenderia esa distancia ni esa oposicién. Y si bien es cierto que
muchas veces se sintié defraudado por la politica de su ciudad, siempre se sintié parte de ella
—Si ese ateniense antiguo se pusiera a charlar de politica con un habitante actual de Atenas, clo
reconoceria como un igual?
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—Lo que sucede es que las democracias actuales no tienen realmente ciudadanos, Tienen votantes, stibditos,
contribuyentes, espectadores, consumidores... pero no ciudadanos. No los tienen, ni aspiran a tenerlos,
porque no son democracias, sino formas encubiertas de oligarquia.
—Usted dice que Grecia deberia capitalizar su potencial historico y simbélico para liderar un renacimiento
de la democracia.
—Si. Seria maravilloso que en Atenas volvieran a reescribirse las reglas del juego, que fuera capaz de
aglutinar las fuerzas para concebir un modelo de democracia nuevo, acorde con el mundo de hoy, y que eso
se convirtiera en algo universal. Pero, desgraciadamente, Atenas es hoy un simbolo del desmantelamiento de
Ja democracia. Creo que es un escenario muy significativo, elegido con toda intencionalidad, por su
simbolismo.
RECUADRO.
El Agora en Google Earth
LE.
La democracia ateniense existié entre los afios 508 a 321 a.C, siendo luego restaurada en en la era Helenistica
(hasta e! 85 a.C.) por varios periodos que suman otros 200 afios. Los ciudadanos rondaba los 30 mil sobre
una poblacién ateniense total de 300 mil (The Oxford Classical Dictionary, ed. 2003). Si bien los planteos
de Pedro Olalla resultan polémicos, porque aiin hay varias bibliotecas sobre el tema, la actual crisis de la
democracia representativa —y del concepto de representante— obliga a actuar con coraje y a discutir las
ideas a fondo. Y nada mejor que un viaje metaférico y real como el que plantea Olalla visitando los sitios que
refieren a Sol6n, a las profundas reformas de Clistenes, al cementerio del Ceramico donde Pericles pronuncié
su famosa oracién fiinebre, los lugares donde se administraba la justicia, el barrio de los marmolistas donde
Sécrates fue encarcelado y ejecutado (destacando el reciente hallazgo arqueolégico de trece vasijas del
tamaiio de un pufio donde se preparaba la cicuta para los condenados a muerte), el bosque sagrado donde
estuvo la Academia de Platén, o las diversas esquinas historicas de la hoy moderna Atenas ocupadas por
comercios de alta moda. Para Olalla esas esquinas poseen un simbolismo potente: "el ciudadano critico
sustituido por el consumidor indolente".
Lo ideal es tomar un avin y pasar unos dias en Atenas libro en mano. Es pequefio, tiene menos de 200
paginas. Pero también las nuevas tecnologias como el Google Earth permiten hacer el recorrido. Casi todos
los sitios mencionados pueden ser vistos en fotos digitales esféricas. La computadora, entonces, se convierte
en una ventana al lugar donde fue posible la justicia.
GRECIA EN EL AIRE, de Pedro Olalla. El Acantilado, 2015. Barcelona, 192 pags. Distribuye Gussi.
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