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de Flautas y Tambores
Macizo · Tierradentro · Guambía · Popayán ·
Guachavés · Río Napi · Riosucio
Bandas de flautas:
de acá y de allá
Omar Romero Garay - Carlos Miñana Blasco
En Colombia las bandas de flautas se encuentran dispersas en regiones que
antiguamente pertenecieron primero a la Gobernación de Popayán, en
tiempos de la Colonia y posteriormente al Gran Cauca, división administrativa
de los Estados Unidos de Colombia (1863), previa a la conformación de la
actual República de Colombia en 1886.
Los circuitos
Macizo Colombiano2
Ubicado al sur del departamento del Cauca, es uno de los circuitos más
activos de todo el sur-occidente en cuanto a bandas de flautas se refiere.
En esta región se vivió un proceso de dispersión de las comunidades
indígenas que las llevó a convertirse en campesinos minifundistas. Carlos
Miñana señala en sus descripciones cómo en muchas zonas del Macizo
hace unos 25 ó 30 años en el sur del Cauca pocos habitantes se identificaban
como indígenas, solo hacia finales de los años ochentas y comenzos de
los noventas se comenzó a construir un lento proceso de re-etnización
del pueblo yanacona3. Al respecto, señala Miñana: “Caquiona es uno de
los resguardos coloniales más antiguos de la zona (la escritura donde se
establece la parcialidad indígena de los indios del cacique denominado
2
Para profundizar en la música de flautas del Macizo Colombiano pueden consultar el texto:
Miñana Blasco, Carlos. “Música Campesina de Flautas y Tambores en el Cauca y Sur del Huila”. Mimeo. 1989.
210 páginas. También pueden consultar el CD “De Correrías y Alumbranzas, Flautas Campesinas del Cauca
Andino”. Dirección e investigación de Carlos Miñana Blasco, Grabación de J. Thermes. Fundación de
Música – Alcaldía de Almaguer – Centro de Documentación Musical, Ministerio de Cultura. 2000.
3
Al respecto de este proceso, véase el texto “Yanacay, en busca del camino real – Etnicidad y sociedad en el macizo
colombiano”. Cabildo Mayor Yanacona – ICAN – COLCULTURA – PNR. Carlos Vladimir Zambrano,
editor. 1995.
Banda de la Vereda Paletón
Resguardo-municipio de Jambaló, Cauca. 2009.
Jambaló
Domingo Ípia Cuetia, flauta. Emilio Ulcué Ramos, flauta. Hérnán Ramos Yule, tambor. Bautista Cuetia Ípia, tambor.
Co-producción discográfica autoridades indígenas del resguardo indígena nasa de Jambaló & Omar Romero G. 2009
Foto Omar Romero G.
Caquiona es de 1638). Los indígenas de las regiones cercanas se volvieron
campesinos y Caquiona fue el único resguardo que se había conservado
como tal aunque la autoridad del cabildo se fue perdiendo desde 1950.
Pero a finales de los años 80 se produjo un interesante fenómeno de
re-etnización en toda la región. Los campesinos, influenciados por los
movimientos campesino e indígena de la década de los 70, se organizaron,
se distanciaron de los políticos tradicionales que los usaban en sus redes
clientelistas en las épocas de votación, y fortalecieron su autonomía.
Se redefinieron como “yanaconas” en el Primer Congreso Indígena del
Macizo
Colombiano (realizado en Caquiona en 1989). La nueva identidad se basa
en la cosmovisión andina, en el pan-indianismo contemporáneo de los
indígenas latinoamericanos, y se han hecho algunos intentos por recuperar
la lengua quechua abandonada hace siglos en la región. Musicalmente, al
igual que los nasa, la identidad ancestral se basa en la música de flautas
traversas”4.
En zonas rurales del municipio de San Agustín, Huila, existe una presencia
significativa de núcleos yanaconas que interpretan música de bandas
de flautas con repertorios, instrumentos y roles instrumentales similares
a los del Macizo Colombiano. Se trata de emigrantes provenientes del
Macizo Colombiano que se instalaron desde hace años en esta zona
del departamento del Huila. Al considerar esta relación entre el Macizo
Colombiano y la región de San Agustín, no parece casual la presencia de
flautas de caña en formatos instrumentales del departamento del Huila
como grupos rajaleñeros y de bambuco fiestero.
Los contextos rituales y festivos en los que tiene presencia esta música
en el circuito campesino son principalmente de carácter religioso. Fiestas
como la de los Sagrados Corazones, la de la Virgen de Caquiona o las
Alumbranzas son auténticas escuelas de música de bandas de flautas. Se
toca haciendo honor a las imágenes remanecidas5 durante noches enteras
y varias veces en una misma semana, convocando a toda la población de
veredas y resguardos. También en celebraciones de la vida comunitaria en
veredas, resguardos y municipios como las clausuras de colegios, trabajos
colectivos (mingas) y, especialmente en los últimos años, participando en
la celebración de reuniones, convocatorias y congresos de las autoridades
indígenas.
Podemos suponer que gran parte del repertorio interpretado por estas
agrupaciones tiene una antigüedad de más de doscientos años. Cuando
se le pregunta a los músicos mayores por los nombres de muchas de las
piezas que interpretan, simplemente responden: “esa es antigua”. Esta
es la base de su repertorio6. Los repertorios tradicionales se caracterizan
5
Imágenes de vírgenes y santos aparecidas en los caminos y páramos, íconos sobre los que descansa el
imaginario mágico-religioso indígena y campesino en el macizo.
6
A estos repertorios antiguos hay que sumar una buena cantidad de temas religiosos y villancicos además
de las versiones “abambucadas” de los éxitos tropicales de moda que se escuchan en el radio: La Víspera
de Año Nuevo, El Ron de Vinola, El Amor de Claudia, El Africano, La Colombina… son apenas
algunos de los temas radiales que hacen parte del repertorio de las bandas de flautas maciceñas.
por el uso permanente de la síncopa en las melodías bambuqueras, el
rol de colchón armónico que cumplen las flautas segunderas al hacer
una sumatoria de notas pedales y dibujos melódicos contrapuntísticos
llenando los espacios dejados por la melodía que lleva el músico mayor
en la prima o la flauta primera. El trabajo de las flautas segunderas tiene
un carácter improvisatorio, posibilitando que cualquier flautista se integre
a una agrupación debido a que no se trata de tocar el mismo tipo de
acompañamiento para una pieza, se trata de responder a la melodía que
marca el flautista primero. Existe en la memoria de los músicos mayores
del Macizo una conciencia de la relación con las músicas sureñas cuyo
carácter subsiste en los repertorios antiguos: “Esa es ecuatoriana”, dicen,
refiriéndose casi siempre a marchas. Pentafonía, modalidad, esquemas
grupales de acompañamiento, son señales que muestran la relación de
las bandas de flautas con los circuitos de músicas andinas sureñas del
altiplano boliviano.
Tierradentro7
Según nos referencia Carlos Miñana, “La música tradicional nasa está
asociada a ritos8 y celebraciones específicos que se pueden agrupar en 3
categorías:
1. Las de calendario o ciclo anual que se realizan cada año por la misma
fecha; suelen relacionarse con ciclos agrícolas, solares o lunares de
tradición milenaria. Congregan a todo el resguardo o comunidad.
Estas fiestas fueron aparentemente absorbidas o substituidas por las
fiestas del calendario católico y pasaron al control de los sacerdotes
misioneros como la Navidad9, Semana Santa, San Juan, Difuntos y
fiestas patronales de cada resguardo o población. Recientemente están
cobrando importancia algunas fiestas civiles, las fiestas escolares y
algunos festivales o eventos anuales como el de Toribío desde el año
198010.
8
El rito o la fiesta con música se llama “baile” (ku’j, en nasa yuwe)
9
La Navidad se celebra de forma bastante diferente al resto del país: el kucxh wala o negro grande. Esta
es una fiesta de correrías por el resguardo en la que participan muy activamente los niños y los músicos, y
donde se bailan bambucos y “piezas” o bailes de pareja.
10
Y después del 2000, el Sakhelu, una fiesta anual para compartir e intercambiar las semillas, en la que ha
recuperado e integrado también el “baile para picar la carne” con su música, un ritual para compartir la
2. Las de ciclo de vida personal como el nacimiento, la iniciación, el
matrimonio y la muerte que están referidas al ciclo de vida de cada
individuo. Los ritos de iniciación fueron considerados pecaminosos por
la iglesia y por lo tanto perseguidos, los otros (nacimiento, matrimonio
y muerte) fueron parcialmente asumidos por los sacramentos.
3. Las de trabajo y vida comunitaria son fiestas y rituales referidos al trabajo
colectivo y a la vida comunitaria. De ellos, el de más importancia y con
mayor vigencia es la minga11. Recientemente, y como resultado de la
constitución de la organización de cabildos denominado CRIC (Consejo
Regional Indígena del Cauca), han surgido nuevos espacios políticos y
organizativos que tienen también una cierta ritualidad y presencia de
la música como es el caso de los congresos y eventos que reúnen a los
resguardos. La organización, fiel a la concepción ritual del encuentro
comunitario, suele acompañar dichos congresos de actividades
productivas agrícolas o de recuperación de tierras.”12
12
Miñana Blasco, Carlos. “Nasa Kuv’, fiestas, flautas y tambores Nasa”. Folleto que acompaña el CD de esta
publicación. Fundación de Mvsica – Centro de Documentación Musical, Ministerio de Cultura – Consejo
Regional Indígena del Cauca. Bogotá, Colombia. 1998. Página 13.
13
Flauta (kuvx -pronunciado kuvi-; esta misma palabra sirve para referirse a la música, es decir, que flauta
4 músicos. Lo normal son 4 o 3 flautistas. Los dos tambores14 (bombo y
caja, imprescindibles) y algún idiófono. Este formato es idéntico al de los
grupos del Macizo caucano, es decir, al formato campesino y yanacona. Para
Tierradentro parte alta el conjunto que predomina son 3 flautas (mínimo 2)
y en la percusión se usa únicamente el tambor. Este tipo de conformación,
con un solo tambor y sin aros, pareciera reflejar una tradición más simple
y tal vez más antigua.
En la zona occidental las bandas son siempre de 2 flautas pero hay 2 tipos
según tengan 1 o 2 bombos.
“En cuanto a los géneros (ritmos) que interpretan las bandas de flautas
nasa, el género que prima, sin lugar a duda, es el bambuco con más del
90% del repertorio. Es un tipo de música definida por su carácter bimétrico
(6/8 y 3/4) y por síncopas caudales en la melodía. Aunque las flautas no son
temperadas se encuentran melodías con cierto sabor pentatónico, modal
e incluso tonal. El bambuco para el nasa es algo más que un ritmo, algo
más que un conjunto de piezas, es un estilo, una forma de hacer música.
En este sentido se entiende el bambuquiar o bambuquizar cualquier
melodía”.16 Entre los géneros están también, las marchas y piezas binarias,
casi siempre vinculadas a la liturgia católica.
15
Ídem. Página 31.
16
Ídem. Página 32.
apasillada con el golpe del bambuco.
Existen finalmente algunas pocas piezas vinculadas con los ritos religiosos
de ritmo libre, modales, como las de Semana Santa, que recuerdan al
gregoriano y a los alabaos”.17
Guambía
Acerca del territorio del resguardo, relata Yalanda en su trabajo: “El territorio
del pueblo guambiano está conformado por el resguardo de Guambía,
ubicado en la ladera occidental de la cordillera central de los Andes, en
el municipio de Silvia, al nororiente del departamento del Cauca, el cual
ha sido ampliado lentamente a partir de 1980. Hoy en día, el territorio
del pueblo guambiano, no es continuo dentro del mismo municipio, e
17
Ídem. Páginas 32-33.
18
Yalanda Muelas, Gregorio Alberto. “Nuestra Música Guambiana -Trascripción y Análisis Musical de las
Piezas Tradicionales Guambianas”. Universidad del Cauca, Facultad de Artes, Departamento de Música.
Popayán. 2006.
incluye, no sólo este resguardo “madre”, sino también áreas recuperadas y
compradas en los departamentos del Huila y Cauca, donde nuestra gente
ha constituido resguardos “satélites”, que hacen parte del mismo”.19
Sobre los instrumentos utilizados por las bandas del pueblo misak, nos
cuenta: “La música guambiana se interpreta con un mínimo de un tambor y
dos flautas. Puede haber más tambores, dependiendo de la disponibilidad,
tanto de músicos como de instrumentos, pero no más flautas. La flauta se
llama LUS y el tambor PALO. Si el tambor es grande se le llama NUPALO y si
es pequeño KUCHIMPALO”20. La principal función del tambor es “mantener
una velocidad constante en toda la pieza musical, además de enriquecerla
rítmicamente con la poliritmia (...) así mismo, la diferencia de tamaño entre
los tambores crea un ambiente sonoro especial debido a los diferentes
timbres que producen sus parches al ser tocados simultáneamente”21.
Últimamente se viene dando el hábito —debido a que las piezas son muy
cortas o a que el intérprete no las recuerda, o simplemente porque así
desea hacerlo—, de mezclar frases de otras piezas, creando una especie
de mosaico; esto no es muy bien visto, y se dice que el músico que toca
así, es porque apenas esta aprendiendo y todavía no sabe tocar bien (...) el
intérprete tiene la libertad de repetir la o las frases cuantas veces, y en el
orden que lo desee.
La transición de una frase a otra está determinada por un silencio, cuya
duración tampoco es estricta ni específica. La duración de este silencio
también es definida por el flautista mayor, quien es libre de hacer la
entrada de la siguiente frase en el momento que el lo desee; a veces entre
una frase y otra se detienen a descansar, hablar, bromear, tomar un poco
de aguardiente y humedecer las flautas por dentro con el propósito de
mejorar el sonido de éstas al sellarse los poros y de paso desinfectar su
embocadura (debido al efecto desinfectante del alcohol contenido en
el aguardiente), pero aunque las flautas se detengan, los que tocan los
tambores no pueden parar en ningún momento y deben seguir tocando
hasta que termine la pieza”23.
24
Este fenómeno, también llamado “melódica independiente”, se encuentra en muchas músicas en
distintas partes del mundo, incluso en Colombia, por ejemplo, en el canto llanero.
intencionada(...)”25.
Popayán28
“En el valle formado por el alto río Cauca (también llamado Valle de Pubenza)
y a una altitud de 1760 metros sobre el nivel del mar se encuentra la ciudad
de Popayán. La surcan los ríos Cauca, Molino y Ejido. La temperatura media
es de 18oC y en los meses de noviembre, diciembre y enero se suele gozar
el llamado “verano del niño” (época no-lluviosa), coincidiendo con las
festividades navideñas (...)30”.
32
En las poblaciones urbanas más importantes de los Andes caucanos, a pesar de que los grupos imitan
Durante la segunda mitad del siglo pasado un intento por movilizar
los grupos de flautas estuvo centrado en la realización del concurso
departamental de chirimías, un recurso que han intentado utilizar muchas
regiones para incentivar la participación de los músicos regionales en estos
nuevos escenarios de la ritualidad moderna. Sin embargo, el resultado
de estos concursos terminó reforzando la gran desigualdad que en la
práctica de la música de flautas se ejerce en escenarios urbanos y rurales
del departamento, así como una competencia no muy sana y envidias y
pugnas entre los músicos locales, incluyendo la ruptura entre los músicos
más jóvenes y los más viejos, reconocidos íconos de la música de flautas en
la ciudad. Intentos como los concursos han hecho parte de esa búsqueda
por construir escenarios en donde la música de flautas redescubra su
estatus como sonido en torno al cual la ciudad se sienta identificada.
Guachavés
“La Banda de yegua Chipacue es una de las más autóctonas que subsisten
en el resguardo indígena de Guachavés, de la etnia de los Pastos, en el
departamento de Nariño. Es una agrupación de carácter empírico, cuyo
aprendizaje musical se transmite de generación en generación, de padres
a hijos. Existe desde los años de 1.700, cuando se constituyó el resguardo;
sus instrumentos son una flauta de tunda silvestre con 6 huecos, los
bombos, la caja de cuero de yegua –de donde se deriva su nombre– y una
quijada del mismo animal. Estos instrumentos fueron construidos por sus
mayores y han pasado de mano en mano conservando su autenticidad. La
banda siempre ha sido integrada por autoridades indígenas; actualmente
está conformada por el señor gobernador, regidores y alguaciles.
34
Folleto promocional de la banda de yegua Chipacue, resguardo de Guachavés, Santacruz, Nariño.
Banda Chipacue
Guachavés
Resguardo indígena pasto de Guachavés, Santa Cruz, Nariño.
Lipcio Omar Salcedo Guerrón en la flauta, Fidel Aurelio Rivera Quenorán en el Bombo 1, Luis Alfonso Quenorán Chazatar en el
Bombo 2, Jesús Libardo Caranguay Quenorán en la Caja y Jaime Alberto Chazatar Bastidas en la Quijada.
Foto Carlos Miñana Blasco, Santa Cruz de Mompox, 2010.
Río Napi
Riosucio, Caldas
Otro de los escenarios en donde las bandas de flautas tienen fuerte presencia
es la región de Riosucio, Caldas. Esta es una región de asentamiento
tradicional del pueblo Embera-Chamí, vinculada a la dinámica del Gran
35
Segunda versión de este encuentro de bandas de flautas de distintas regiones del país, organizado por
la Banda de Flautas Chicha y Guarapo, la Fundación Summun Draco, la Academia Luis A. Calvo y la
Facultad de Artes-ASAB de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, de la ciudad de Bogotá.
Cauca en torno a la explotación del oro. Aunque el formato instrumental
riosuceño es muy similar en su conformación a los conjuntos caucanos,
una de sus características más importantes es la inclusión de la voz cantada
como elemento melódico compartiendo el rol con la flauta primera.
36
Lo que significa que los orificios de digitación son equidistantes. La estructura de la escala tradicional
en la que está construida la flauta entonces es: 6 intervalos “iguales” entre sí, más 1 semitono.
37
Por supuesto esta situación la han vivido en el mundo muchas músicas tradicionales regionales
que han hecho tránsito a músicas occidentales y comerciales. Pareciera poco probable que en estas
condiciones los repertorios tradicionales se revitalicen y renueven para fortalecer el uso de la flauta de
afinación tradicional. En el mundo andino instrumentos como las familias de quenas y zampoñas, en
su momento se enfrentaron a lo mismo, los instrumentos de afinación tradicional entraron en desuso y
con ellos muy buena parte del repertorio tradicional que con ellos se interpretó. Tal vez , conservar la
afinación tradicional puede no ser tan importante como la dinamización social de los sistemas de músicas
tradicionales, es una discusión compleja.
Sin embargo, el único camino a seguir no es la tonalidad occidental. Hay también muchos ejemplos de
afinaciones no temperadas o no diatónicas que han resistido la avalancha tonal, y con gran éxito. Por
ejemplo, la flauta bansuri de la India, Pakistán, Bangladesh y Nepal, flauta que actualmente musicaliza
buena parte de las películas de amor de la gigantesca industria cinematográfica de la India, que ha sido
incorporada al repertorio académico de la música contemporánea por numerosos flautistas europeos y
norteamericanos, y que incluso ha enriquecido técnicas clásicas (ver, por ejemplo, las composiciones y
los métodos de flauta traversa de Wil Offermans). En Colombia, los campesinos e indígenas del Cauca
siguen hoy en día tocando sus flautas “desafinadas”, incluso si interpretan con ellas música de la radio.
La riqueza sonora de estas afinaciones, las posibilidades armónicas y técnicas son muy interesantes.”
(tomado de Miñana Blasco, Carlos: “Los problemas de la memoria musical en la conexión África - Colombia: el caso
Las bandas de flautas tradicionales de los resguardos indígenas de la
región de Riosucio, que asumieron la manera de nombrar la agrupación
igual a la forma payanesa, chirimías, interpretan un repertorio tradicional
antiguo, articulados a la ritualidad de los ciclos de la vida comunitaria, no
necesariamente religiosos y más bien articulados a la ritualidad festiva y
parrandera. Fiestas como el Carnaval de Riosucio, realizada en el casco
urbano del municipio cada 2 años (con un carácter cada vez más comercial
y urbano) y el Carnaval del Guarapo, el de Indio o el de la Panela, realizados
respectivamente en las comunidades de Sipirra, La Iberia y Alto Sevilla,
con un carácter mucho más comunitario y rural, son escenarios festivos
en donde la música de flautas ha jugado un papel central y aún hoy en día
disputa su espacio en la fiesta.
Miñana Blasco, Carlos. “Kuvi, música de flautas entre los Paeces”. Revista Informes Antropológicos
N8. Instituto Colombiano de Antropología, Colcultura. Bogotá, 1994.
Miñana Blasco, Carlos: “Los problemas de la memoria musical en la conexión África - Colombia: el
caso de las marimbas de la Costa Pacífica colombo-ecuatoriana”. En Memorias del saber hacer. XI
Encuentro para la Promoción y Difusión del Patrimonio Inmaterial de Países Iberoamericanos,
Noviembre de 2010, Santa Cruz de Mompox (Colombia). ISBN 978-958-98841-2-6, 2011, p. 64-65.
Miñana Blasco, Carlos. “Fiesta y música. Transformaciones de una relación en el Cauca andino
de Colombia”. Pag. 200-220 en “Fiestas y rituales, Memorias X encuentro” Encuentro para la
Promoción y Difusión del Patrimonio Inmaterial de Países Iberoamericanos. Lima, Perú, nov. 2009.
Rojas Hernández, Carlos; Romero Garay, Omar; Valencia Rincón, Victoriano. “Documento de
Parámetros de las Escuelas de Música Tradicional”. Ministerio de Cultura, Dirección Nacional de
Artes, 2006.
Romero Garay, Omar. “Cartografía de Prácticas Musicales en Colombia, una visión desde el Plan
Nacional de Música”. Capa de Músicas Tradicionales. 2007. Ministerio de Cultura, Biblioteca
Nacional, Centro de Documentación Musical.
http://www.bibliotecanacional.gov.co/?idcategoria=38984
Yalanda Muelas, Gregorio Alberto. “Nuestra Música Guambiana -Trascripción y Análisis Musical de
las
Piezas Tradicionales Guambianas”. Universidad del Cauca, Facultad de Artes, Departamento de
Música. Popayán. 2006.
Zambrano, Carlos Vladimir, editor. “Yanacay, en busca del camino real – Etnicidad y sociedad en el
macizo colombiano”. Cabildo Mayor Yanacona – ICAN – COLCULTURA – PNR. . 1995.
“Nasa Kuv’ Fiestas, Flautas y Tambores Nasa”. Dirección e investigación de Carlos Miñana Blasco,
Grabación de J. Thermes. Fundación de Música – Centro de Documentación Musical, Ministerio de
Cultura. 1998.
Co-producción discográfica autoridades indígenas del resguardo nasa de Jambaló, Cauca & Omar
Romero G,
2009. Sin publicar.
“Al son de la tierra, músicas tradicionales de Colombia”. Plan Nacional de Música - Fondo de Cultura
Suizo. Selección de Omar Romero Garay. 2005.