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DE CÓMO ESTABA ORIENTADA LA EDUCACION EN VENEZUELA EN LAS

POSTRIMERIAS DEL SIGLO XVIII.


Jesús Ramón Blanco González
JUSTIFICACION
Necesario e imprescindible es conocer el pasado, en la medida en que el mismo
constituya el formento de la Idea que se ha ido perfilando al paso de los años, para
acrisolarse luego en hechos que seguramente formarán el germen de las reestructuraciones
que indefectiblemente habrán de suscitarse.
Por ello se hace conveniente el hurgar en nuestra historia, adentrarnos en aquellos
momentos que circunstanciaron cambios trascendentales en el modo de pensar y de actuar
de los conglomerados sociales y regresar con datos fehacientes que nos expliquen
convincentemente las causas historias que han motivado nuestro estado actual de cosas.
La educación es un proceso dinámico de características tan eminentemente ligadas al
desarrollo humano, que se ha dado en conceptuarlas como un hecho social. Siendo así, se
justifica plenamente la circunstancia de habernos empeñado en las presentes condiciones,
con el propósito de puntualizar la orientación que se imprimió al proceso educativo en la
Venezuela de la última parte del siglo XVIII. Con este fin hemos estructurado un esquema
en el cual se presentan las dos tendencias filosóficas que para la época se disputaban el
control de la educación, la forma en que influyeron en la misma y, por consiguiente, la
manera de pensar y de actuar de los venezolanos de entonces. El esquema de que se trata es
el siguiente:
1. La Escolástica o Filosofía Tradicional
a) Objetivos
b) Plan de Estudios
c) Métodos de enseñanza

2. La Ilustración o Nueva Filosofía


a) Objetivos
b) Plan de Estudios
c) Métodos de enseñanza

La Escolástica o Filosofía Tradicional


Comenzaremos haciendo una ligera consideración acerca de lo que es términos
generales se considera como Escolástica. “La escolástica es un movimiento intelectual
oriundo de la Edad Media, preocupado por demostrar y enseñar las concordancias de la
razón con la fe por el método deductivo-silogístico conducente a eliminar las posibles
contradicciones de las verdades transmitidas en materia de dogma por los filósofos y
teólogos oficiales de la Iglesia”1
Como puede derivarse de esta definición, la Escolástica pretendía conciliar lo
científico con lo dogmático, en el sentido de hacer ver una aparente relación entre el
conocimiento y la fe, entre la filosofía y la teología, entre la verdad por la razón y la verdad
por la fe. Es un estilo de pensar que se extiende desde el siglo IX hasta el XV, época en que
entra en decadencia.
Pero ¿Cómo se explica el hecho de que habiendo sentado que la Escolástica había
decaído hacia el siglo XV, presentemos en nuestro trabajo un esquema en el cual la
precisamos todavía campante a fines del siglo XVIII? Esta singular circunstancia tiene su
explicación y su justificación en los movimientos llamados de la Reforma y de la
Contrarreforma.
La reforma fue una revolución de carácter religioso que se suscitó a principios del
siglo XVI, a través de la cual una buena porción de Europa rechazó la autoridad del Papa y
de la Iglesia Católica. Se debió más que todo a las siguientes causas: a) la corrupción del
clero; b) el llamado “Gran Cisma” y c) el desarrollo vertiginoso del espíritu crítico de la
corriente humanista frente al dogmatismo cerrado del escolasticismo. Ahora bien, ante esta
situación la Iglesia Católica no se cruzó de brazos, sino que ripostó con la Contrarreforma.
Esta se cumplió a través de la creación de la “Compañía de Jesús”, de la “inquisición” y de
la realización del “Concilio de Trento”. El eje del movimiento de la Contrarreforma se
ubicó en España, por motivos de índole político-religiosa. Esto trajo como consecuencia el
aislamiento de la Metroll del resto del mundo civilizado de la época, haciéndose de esta
manera refractaria al proceso intelectual y pedagógico determinado por el Humanismo, el
cual además, promovería la libertad científica del siglo XVII se sintiese su tremenda
influencia ya que “al imponerse el predominio de la filosofía escolástica sobre la vida
universitaria española de la época de la Contrarreforma, es completamente comprensible
que, como acto deliberado, España quisiera prescindir de todo aquel movimiento de la
nueva ciencia experimental y naturalista… en que ya comenzaba a trabajar los pueblos
europeos… El problema de la cultura hispana en ese período se identifica con el del estado
que se afana por mantener en la Europa revuelta las formas del catolicismo mas
beligerante”2. En Venezuela, como es lógico suponer, se sintió con toda vehemencia al
rigor de las orientaciones impuestas por el escolasticismo hasta aproximadamente la
primera mitad del siglo XVIII. Sin embargo, aun en 1801, a escasos diez años de la firma
del acta de la Independencia venezolana, se deja sentir la influencia –ya decayente en
verdad- del escolasticismo, en las normas que debían guiar el trabajo de un “Censor” regio
nombrado por la Corona, concretamente para tratar de neutralizar… “la propaganda ateísta

1
B. Geyer: “La Filosofía Patrística y Escolástica
2
Mariano Picón-Salas: “De la Conquista a la Independencia”, Fondo de Cultura Económica, México, 1965,
pp. 147.
y los nuevos principios de soberanía popular sustentados por Locke, Montesquieu y
Rousseau3…”. Dichas normas eran las siguientes:4
1. No aprobar conclusiones Inconducentes o sin uso en el foro o para la inteligencia
del dogma o la moral.
2. No consentir que se defendiesen pro universitate et cathedra las cuestiones ajenas al
programa de las mismas.
3. Reprobar todas las cuestiones opuestas a las regalías de la Corona, leyes del reino,
derechos nacionales, concordatos y demás principios de la Constitución civil o
eclesiástica.
4. No permitir que se defiendan o enseñen doctrinas contrarias a la autoridad y
regalías de la Corona.
5. No admitir conclusiones opuestas a las bulas y reales decretos sobre la Inmaculada
Concepción.
6. No permitir disputa, cuestión o doctrina favorable al regicidio o tiranicidio.
7. velar porque en las dedicatorias de tesis no hubieren alabanzas ni adulación.

De todas estas normas, la primera, segunda, cuarta y quinta presentan de manera


bastante notoria el carácter dogmático de la enseñanza que debía impartirse en la
Universidad.
Pero por lo anteriormente expuesto no debe inferirse que la cultura de España estaba
por debajo de la de los demás pueblos occidentales, sino que, como lo dejamos
entrever en la primera parte de nuestra exposición, …”la cultura hispana en ese periodo
se identifica …con el estado que se afana por mantener en la Europa revuelta las
formas del catolicismo mas beligerante…”5, lo que le trae como consecuencia si
aislamiento de la ciencia experimental y naturalista que estaba levantándose en el resto
del viejo mundo.
a) Objetivos:

La filosofía que orienta la existencia de una época, influencia, como es de


presumir, cada una de las facetas del quehacer y pensar humano, imprimiéndoles
características que las diferencian del quehacer y pensar de otros pueblos u de otros
tiempos. Para ello se vale primordialmente de la educación –proceso a través del
cual se forma a los individuos en los moldes que el Estado sean los más
convenientes para la preservación del sistus quo de si mismo como institución.
Luego, se hace necesario que ese Estado –de acuerdo filosofía que la nutre a la
educación ciertos objetivos que, yendo dirigidos a la formación del tipo de hombre
que mejor sirva sus intereses, se reflejarán en la vida social, política, económica,

3
Ildefonso Leal “Historia de la Universidad de Caracas”, Ediciones de la Biblioteca de la U.C.V., Caracas
1963.
4
Ibid, pp. 87-88.
5
Mariano Picón-Salas, Loc Cit
cultural, etc., del conglomerado humano del cual se trate. Por ello vemos como los
objetivos educativos del escolasticismo vienen a derivarse de su carácter
marcadamente intelectualista, con lo cual se pretendía que el individuo:
1. – Repudiara la experiencia y tomara la razón humana como trasunto
de la razón divina.
2. – Aprendiera, mas que un método para observar críticamente las
altuaciones y derivar conclusiones valederas de sus propios
argumentos y falsedad de los del contrario.
3. Supeditara lo temporal y contingente a la Inmutabilidad del orden
divino.
4. subordinara “lo particular… a un principio Ideal, a una norma de
autoridad o tradición, no verificada por la experiencia”6

Si analizamos estos objetivos con bastante detenimiento, nos encontraremos con que
los mismos están dirigidos a la estructuración de un tipo de hombre intelectualista de corte
dogmático, para quien la verdad revelada era superior a la razón derivada de la experiencia
y en quien se acentuaban las virtudes de carácter ascético, la disciplina y la obediencia
ciega.
Estas concepciones vienen a incidir, como antes lo mencionáramos, en la vida
social, política, económica, cultural, de la época y se enquistan tan profundamente –en el
caso del venezolano y su medio- en las estructuras de nuestra sociedad, que aun después de
la gesta emancipadora siguen sobreviviendo muchas de ellas, con lo cual se retarda la
estabilidad política y social del país.
Pero regresemos a considerar un tanto la orientación que el escolasticismo le
imprimió a la educación en Venezuela durante la Colonia y que se desprende de los
objetivos que ya apuntamos anteriormente. Para ello es necesario comentar en primer
término el “Informe sobre la Instrucción Pública” de Miguel José Sanz 7
En dicho informe, Sanz nos dice que en las escuelas enseñaban al niño … “a leer
libros repletos de cuentos ridículos y extravagantes, de milagros honoríficos, y de
una devoción supersticiosa que se reduce únicamente a forma
Exteriores, por las que se acostumbra a la hipocresía y a la impostura…su padre queda
satisfecho, y cree haber cumplido con su deber, con tal que su hijo sepa de memoria ciertas
oraciones, rece el rosario, gaste escapulario, y represente ciertos actos exteriores del ritual
Cristiano…”. Justamente aquí vemos la acción intelectualizante y dogmatizante del proceso
educativo que se impartía en base a los objetivos ya señalados. Más adelante agrega: “El
sistema de la Educación en Caracas es generalmente muy malo. Antes que el niño pueda
pronunciar su cartilla con propiedad, o leer lo que es demasiado joven para poder entender,
o hacer algunos cuantos valores con pluma, le ponen entre las manos la gramática de
Nebrija, en la filosofía de Aristóteles, en las Institutas de Justiniano, en la Curia Filípica, y

6
Pp. 148
7
Miguel José Sanz: sobre Instrucción Pública” Cit. Por Virgilio Tosta
en los escritos teológicos de Gonet y Larraga” ¿No es esta educación eminentemente
libresca, sin base experiencial alguna, la que se persigue a través de los objetivos que
establece el escolasticismo o filosofía tradicional? Si continuamos hurgando en el Informe
del Licenciado Sanz, nos será sumamente difícil encontrar alguna frase, un palabra
cualquiera que nos hable del poco nexo entre la educación que se impartía y las necesidades
de que se adolecía, tanto en el plano cultural, como en el social y económico.

De las dificultades por las cuales se estaba pasando debido a la poca relación entre los
objetivos educativos y la vida económica de la población, nos habla Juan Agustín De la
Torre en su “Discurso Económico”8 clamando porque “Caracas, fecunda madre de sublimes
y nada vulgares ingenios…distinguida por el cielo con una continuada y constante
primavera, provista de un fertilísimo suelo, capaz de ejercer en él todas sus funciones de las
Artes y la Naturaleza, proporcionadas para cuantas preciosas producciones, deleitan la
vista, satisfacen el gusto y contribuyen a nuestra propia subsistencia, copiosísima de los
más apreciables frutos, no comunes a otros temperamentos… es muy digna de que se le
faciliten los medios que necesita para hacernos enteramente felices en la vida civil”.
“Negocio es esta interesante a sus mismos hijos, que ellos han de ser los más esforzados en
la remoción de los obstáculos que puedan interponerse para lograrlo, contando siempre con
la protección del Gobierno, que nunca más complacido que cuando se acerca el deseado
instante de explicar la benevolencia en beneficio de la pública enseñanza y de la común
utilidad”. Más adelante prosigue: “Ninguna nación ha hecho progresos de consecuencia por
las armas, por las artes, agricultura y comercio, hasta que se ha entregado el indispensable
cultivo de la ciencia, como fuente original y radical fundamento del acierto a que aspiran
los hombres para el buen éxito de sus racionales ideas”.

Pero donde deja entrever el real estado de la educación orientada por el escolasticismo es
cuando expone: “No dudo que participemos en nuestros generales de la ciencias más
precisas para lo moral y lo político, tenemos escuelas de ministros de conocida habilidad y
probidad que reparten la sagrada doctrina de la Teología escolástica, expositiva y práctica,
como también gozamos únicamente dos para el vasto campo de la Jurisprudencia, canónica
y civil romana; otros tantos para la Filosofía puramente aristotélica, las cátedras de
Latinidad. Pero no se me podrá negar, lo primero que aun con respecto a éstas nos hallamos
escasos, no de ministros, y sí de dotaciones competentes para la ya establecidas y para otras
que se necesitan, facilitando con la abundancia la mejor y más pronta instrucción de la
juventud, pues construyéndonos a solamente Jurisprudencia, no sería superfluo el aumento
de cuatro cátedras. Y lo segundo, que aún carecemos y nos miramos privados de muchos
conocimientos indispensablemente necesarios y muy importantes para los usos y
necesidades de la vida civil: de manera que sin ellos sería dificultosa nuestra subsistencia,
si de otra parte no nos viniesen los suplementos de las fallas que padecemos”.

8
Juan Agustín De la Torre, “Discurso Económico”, Revista de Historia N° 12, Caracas, 1962, pp. 86-100.
En el aspecto social puede decirse que los objetivos educacionales planteados por la
Escolástica determinaban una más profunda división entre el ya tradicional grupo que
poseía la riqueza territorial, ocupaba los cargos públicos y tenía acceso a la Universidad y
el que se dedicaba a los trabajos manuales de la ciudad y el campo y no tenía acceso a los
planteles de enseñanza, o lo tenía únicamente a los de educación elemental.

Esta profunda división a ka cual no hemos referido se sucede, porque con la orientación que
se le venía imprimiendo a la educación, se ubicaba el grupo dominante cada vez más en un
plano de marcada indiferencia por lo que sucediese fuera de sus preocupaciones egoístas y
se provocaba el malestar y descontento del grupo que tenía que laborar con sus brazos para
procurar el sustento de los privilegiados.

Son estas, entre otras, las consecuencias principales que se derivaron de la orientación que
la vieja filosofía le imprimió a la educación durante la Colonia, a través del planteamiento
de los objetivos que hemos señalado anteriormente.

a) Plan de Estudios:

Las materias de enseñanza propuestas por la Escolática se relacionan estrechamente con los
objetivos educativos que la misma propone. Tomaremos en esta oportunidad las asignaturas
de estudio de la Real y Pontificia Universidad de Caracas, en su iniciación, por ser ese el
principal centro que en nuestro país recibió directamente el impacto de la ideología
educativa del escolasticismo.

Cuando se erigió la Universidad en el año 1721, contaba con las siguientes cátedras:9

1. Filosofía.
2. Latín
3. Música
4. Cánones
5. Instituta

b) Teología.

9
Idelfonso Leal; Op, Cit, pp. 115.
La mayor parte de las asignaturas eran de orden eminentemente especulativo, que no
capacitaban para el cumplimiento de actividades de utilidad social colectiva, sino para la
meditación aislada de problemas de altura divina.
Posteriormente, a medida que fue declinando la influencia del escolasticismo, se fueron
estructurando planes de estudio que sí comenzaron a capacitar al individuo para el
cumplimiento de funciones de utilidad colectiva.

c) Métodos de enseñanza:

Conviene aclarar que el punto de partida de los métodos de la Escolástica…”no era la


observación y la determinación de un hecho, sino su acuerdo con alguna creencia aceptada.
Esta creencia podía aceptarse por la autoridad de las Escrituras, los escritos de los Padres, o
la Iglesia: San Agustín había establecido la regla de que “Más grande es la autoridad de las
Escrituras que todos los poderes del espíritu humano”.10 Los métodos de enseñanza, pues,
se basaban en el llamado “método de la Ciencia Escolástica”, que era un método dialéctico
y no investigador. A través del mismo se trataba de extraer consecuencias de verdades ya
conocidas, más bien que buscar verdades nuevas. Para ello se partía de premisas basadas en
la autoridad, es decir, se utilizaba el método general deductivo, en su forma silogística, muy
propio para exponer y presentar verdades ya encontradas, pero muy limitado para el
descubrimiento de nuevas ideas.

Considerando lo anterior, puede decirse que la Escolástica propone tres métodos de


enseñanza que son:

- El método de la “razón natural” – que en nuestros días puede denominarse como el


método del “sentido común” – el cual era especialmente correcto cuando lo respaldaban
las opiniones de los antiguos”.11
- El método de relacionar la razón con la fe. “Aquí Santo Tomás tuvo que combatir tanto
a los místicos, que despreciaban la razón, como a los últimos sostenedores de las
doctrina de las dos verdades, según la cual lo que era verdadero en teología no tenía
relación con lo que era verdadero en la ciencia”.12
- El método de la dialéctica propiamente dicho, que consiste en deducir de sistemas
completos…”una cadena de razonamientos que en última instancia depende de
axiomas”. Por lo tanto, “la prueba de la verdad no es su verificación experimental: es su
inclusión en el sistema”.13

10
John. H. Randall, Jr.: “La Formación del Pensamiento Moderno”, Editorial Nova, Buenos Aires, 1952, pp.
100.
11
Ibíd, pp. 100.
12
Ibíd, pp. 101.
13
Ibíd, pp. 103.
Al establecer un relación entre los objetivos educativos de la vieja filosofía, su plan de
estudio y sus métodos de enseñanza, se nos muestra totalmente el tipo de hombre que
aquélla se encargó de formar: hombres que se obligaban a sostener el dogma de la
Inmaculada Concepción, hombres que anteponían la descripción de los fenómenos a la
comprensión de los mismos, hombres para lo cual todo tenía explicación en las Escrituras –
que al decir de San Agustín constituían autoridad más grande que todos los poderes del
espíritu humano – hombre, en fin, que no ambicionaban en sus vidas más que llegar a ser
magistrados de la justicia, ministros de la Iglesia, letrados, o cualquier otra clase de
intelectual. Pero…la sociedad no es estática y por mucho que se le trate de mantener
cautiva por muros de creencias supersticiosas y tradiciones anquilosadas, su dinamismo
potencial la impele a despertar y acudir presurosa al llamado de la ciencia y la historia. Sin
embargo, debe existir un agente que estimule y despierte ese aletargado potencial, para que,
cual el león del relato, “pueda ejercitar sus fuerzas” e incorporarse al concierto de las
sociedades más avanzadas. Tal es nuestro caso, y el agente: La Nueva Filosofía o
Ilustración.

2. La Ilustración o Nueva Filosofía.

En nuestra primera parte presentamos que la Escolástica se extendió como modo de pensar
desde el siglo IX hasta el XV, aproximadamente, al final del cual se acentuó su decadencia.
También expusimos el papel que desempeñó el movimiento religioso de la Reforma,
suscitado a principios del siglo XVI y el papel que hizo España como eje de la
Contrarreforma.

Ahora bien, el humanismo como actividad filosófica, literaria y pedagógica del


Renacimiento,… "entusiasta de la cultura y de la actividad creadora, optimista y consciente
de sí mismo, racionalista y liberal de inspiración…”14 se extendió por todos los pueblos de
Europa durante los siglos XV y XVI, teniendo en España exponentes de gran talla
intelectual como Antonio Nebrija, Juan Luis Vivas. Este último, en sus obras “De anima et
vita”, “Tratado de la Enseñanza” y “De la Instrucción de la Mujer Cristiana”, presenta su
doctrina pedagógica, de alto contenido humano y con tremenda proyecciones sociales.

A pesar de esto, no todos estaban decididos a abandonar enteramente el orden de las cosas
precedentes,…”y por diversos caminos trataban de efectuar un compromiso o
reestructuración de viejos fragmentos. Este compromiso, que a su vez no podía dejar de ser
superado por el correr de la vida, fue la Reforma. Enteramente medieval en las creencias,

14
Augusto Messer: “Historia General de la Pedagogía”. Ediciones Pavlov, México, Primera Edición, pp.120.
pertenecía a la Edad Moderna es sus ideales y sus prácticas, y contenía en sí la simiente de
la disolución y del surgimiento”.15 Y mientras España rechazaba una Iglesia humanizada y
en armonía con el espíritu del Renacimiento, “prefiriendo reaccionar hacia un
medievalismo más estrecho y fanático…”16, lo que había sido un inicio brillante y
esperanzador se vio de pronto sumido en un mar de cruentas luchas político – religiosas que
ocasionaron un progreso limitado de las artes y las ciencias, en comparación con los demás
países de Europa.

Tal situación se prolongó hasta principios del siglo XVIII, época en la cual se inició el
reinado de la dinastía de los Borbones, con la subsecuente incorporación de la Metrópoli a
las nuevas corrientes filosóficas, científicas y culturales en general, en las que logró
progresos, especialmente a partir del reinado de Carlos III, que fue el más reformador de la
mencionada dinastía y que subió al trono en 1730 y gobernó hasta 1788. Es la época del
Despotismo Ilustrado, es la época de la Ilustración: ¡Es la época de la Nueva Filosofía!
Fue esta Nueva filosofía la que caracterizó la época que al fin “introdujo el espíritu
renacentista en la religión, que puso al hombre francamente en medio del nuevo orden del
universo, que creó una ciencia del hombre y de las relaciones sociales, que formuló una
concepción filosófica completa y acabada, admirablemente constituida por la clase media
que pronto llegaría al poder a través de la Revolución Francesa y la revolución industrial, y
que diseminó estas ideas entre todos los miembros de esta clase – esta época se llama
apropiadamente Ilustración o edad de la razón. Echó las bases de nuestras creencias
actuales en todos los campos, y naturalmente llevó a las dos granes ideas que el siglo XIX
añadió a las conquistas de su predecesor: la revolución y la relatividad”.17

La Nueva Filosofía, pues, permite al hombre tener una nueva concepción del mundo y de la
vida a través del empleo…“de la razón como única pauta de juicio…” 18. Por ello nada que
no pueda justificarse por el intelecto o por la inteligencia tiene derecho a la existencia. Al
mismo tiempo, surgen pensadores que como Rousseau, hablan de la soberanía popular y de
la igualdad entre los hombres, lo cual, aunado a lo anterior, viene a cuestionar el principio
de la autoridad vigente para la época y que establecía la obediencia por la sumisión
ignorante y no por la razón. Tales ideas, por lo tanto, no eran de la conveniencia de la
Corona española que se infiltraran en la mente de sus súbditos de este lado del mar,
máxime cuando en esa oportunidad estaba empeñada en mantener su prestigio político,
militar y religioso. Esta circunstancia la podemos sustentar con el hecho de que en Caracas,
el día once de diciembre de mil setecientos noventa y siete, la Real Audiencia publicó un
acuerdo prohibiendo la obra “Derechos del Hombre y del Ciudadano” … “por la audacia y
cuvilosidad de sus frase que, dispuesta con artificio a lisonjear las pasiones, intentan turbar
la razón como ha observado el acuerdo de los libros que ha recogido de algunos de los

15
John H. Randall, Jr.: Op, Cit, pp. 148 – 149.
16
Ibíd, pp. 159.
17
Ibíd., pp. 260.
18
Francisco Larroyo, “Historia General de la Pedagogía”, Edit. Porrua, México, 1960, pp. 392.
sublevados… acordaron novar, y renovar las prohibiciones, y amonestaciones anteriores, e
imponen, e impusieron a los que introdujeran tales libros y papeles y determinantemente el
titulado “Derechos del Hombre y del Ciudadano”… o de cualquier forma divulgasen sus
doctrinas… en las penas de azotes, presidio, y en la muerte según las circunstancias de cada
caso…”19

Este documento nos presenta claramente el temor que sentía el Estado español ante el
efecto que pudiesen surtir las nuevas ideas en el ánimo de sus colonos.

No obstante lo dicho, y a pesar de la prohibición, las ideas de la Nueva Filosofía se seguían


infiltrando y comenzaba a crear un estado de crisis, tanto en lo político como en lo
educativo, social, económico y aún en lo religioso. Al respecto apunto Picón Salas: “por
primera vez en esos años, la vida colonial alcanza una extrema tensión, un avasallador
choque de ideas, un patético conflicto de generaciones”20

La situación se va haciendo cada vez más explosiva, porque a la vieja filosofía, por demás
arraigada en el pensar y quehacer de los venezolanos de la época, se enfrentaba la joven
filosofía de la Ilustración con un empuje arrollador. Ya era virtualmente imposible evitar
estallidos de pasiones revolucionarias contenidas, porque las mentes seguían nutriéndose
con la literatura proveniente de Francia e Inglaterra. Testimonio de esta aseveración lo
constituye la proclamación de Sir Tomás Picton, Gobernador de la Isla de Trinidad, a los
cabildos habitantes de la Costa Firme, que entre otras cosas dice: “En virtud de una carta
oficial que yo el Gobernador de esta isla de Trinidad he recibido del muy honorable
Henrique Dundas, ministro de S. Majestad Británica… y comunicar su tenor que
literalmente es como sigue: El objeto que al presente deseo más particularmente
recomendar a la atención de V.E. es el medio que pueda ser más adaptable para dar libertad
a los pueblos del continente vecino a esa isla de Trinidad del sistema opresivo y tiránico…
Para llenar este objeto… sería muy conveniente que V.E. animase a los habitantes de la
Trinidad a continuar la comunicación que tenían con la Tierra Firma antes de la toma de la
isla”21.

19
Acuerdo de la Real Audiencia prohibiendo la obra titulada “Derechos del Hombre y del Ciudadano”, Cit.
En “Compendio de la Historia de Venezuela”, Francisco J. Yanes, Editorial Elits, Caracas, 1994, pp. 237 –
138.
20
Mariano Picón Salas: Op. Cit., pp. 200.
21
Francisco J. Yanes: Op. Cit., pp. 239.
La situación la volvía aún más candente la recepción por parte de los venezolanos de
abundante literatura contra la monarquía, enviada desde el exterior por los jesuitas
expulsados22.

Como lo expresamos anteriormente, la Ilustración plantea una crisis en el terreno educativo


de la Venezuela colonial. Recordemos que nuestro proceso educativo estaba oficialmente
orientado por la vieja filosofía y que su objetivo principal era formar intelectuales de mente
dogmática. Veamos entonces cuáles eran los objetivos que proponía la nueva filosofía.

a) Objetivos:

1. Desarrollo de la razón, capacidad de pensar y conocer, como la principal excelencia


del hombre.
2. Desarrollo de las energías y virtudes de la naturaleza humana.
3. Desarrollo de la confianza en le progreso y en la actividad.
4. Desarrollo de la capacidad de razonar como medio de decidir lo que es verdadero y
útil.
5. Lograr el perfeccionamiento de la cultura, como el mejor medio para fomentar el
progreso de género humano.23
6.- Desarrollo de la capacidad de razonar como medio de fomentar la confianza en el
mismo.
7.- Desarrollo de la capacidad de observación.
Estos objetivos, según puede apreciarse, conducen a una nueva visión del mundo y
de la vida, muy distinta de la propiciada por el Escolasticismo.
En la Venezuela de la segunda mitad del siglo XVIII hubo personas altamente
interesadas en imprimir a la enseñanza la orientación que pautaban los objetivos de la
Ilustración. Entre ellos tenemos a Baltazar de los Reyes Marrero, … “quien desde su
cátedra de Filosofía, ganada en 1788, dio comienzo a sus sabias enseñanzas que abrieron
ancha brecha en los torreones sobre los que flotaba con mayor supremacía el
aristotelismo”…
“En su lucha contra la escolástica, Marrero después de explicar en su curso de
Filosofía la Lógica y las Súmulas comenzó a impartir nociones de aritmética, álgebra y
geometría por considerarlas “indispensables y necesarias para la verdadera inteligencia de
la Física, y aún de la Sagrada Teología”. Todo esto trajo, como era de esperarse, gran
escándalo, por lo que “Marrero trató de demostrar que la enseñanza de las matemáticas no

22
Mariano Picón Salas: Op. Cit., pp. 180.
23
Augusto Messer: Op. Cit., pp. 177.
estaba reñida con las doctrinas de Aristóteles ni de Santo Tomás, ni tampoco con las
órdenes emanadas de Corona” 24
También sabemos de la preocupación del Padre Andújar, manifestada en su carta
dirigida a la Junta de Gobierno del Real Consulado, el 24 de Junio de 1798, sobre la
creación de una “Academia de Matemáticas”25. Nótase en esta gestión la influencia de la
Nueva Filosofía, puesto que esta materia es fundamental para afrontar las actividades de
observación y experimentación, bases del aprendizaje, según los nuevos enfoques
científicos de la época.
b) Plan de Estudios:
Comenzaremos diciendo que las materias del Plan de Estudios propuesto por la
Nueva Filosofía se relacionan estrechamente con los objetivos que plantea, la suerte que no
solamente comprende las asignaturas las asignaturas de tipo teórico-especulativo, como la
Filosofía, Música, Cánones, Teología, sino que al lado de las mismas se incorporan los
idiomas modernos, las Matemáticas, la Física Experimental.
Además de las mencionadas, la Ilustración contempla en su plan de estudios la
Química, las Ciencias Naturales, las Bellas Artes, las Ciencias Políticas, etc., todas las
cuales vienen a lograr que, “descendiendo de los hinchados cielos de la teología, el hombre
de la ilustración aspire ya a un mejor dominio y aprovechamiento de lo terrestre, y su
inquietud transformadora a veces pedantesca, y con ciega fe en el valor ético y social de la
ciencia, contiene ya en el sermón el tecnicismo y el industrialismo del siglo XIX”26.
c) Métodos de enseñanza:
Durante la época de la Ilustración, … “hemos de asentar la gran preponderancia que
adquirió el método experimental, encarecido por Luis Vives y consagrado por Novum
Organum, arieta formidable de entonces contra el silogismo. Pusose de moda en la
Universidad; y al paso que algunos lo tuvieron por suficiente para toda clase de ciencias e
investigaciones, declarándolo otros “único apto para el conocimiento o, a lo menos, para la
formación de ideas claras y exactas”. Entendiose, eso sí, por método experimental, no la
proscripción absoluta de principios trascendentales… sino la jugosa mezcla de razón y
experiencia en que esta predomina sobre aquella, aún reconociéndola por base y
apoyo…”27.

CONCLUSIONES
Frente a la Escolástica firmemente arraigada en la vida colonial venezolana, surge la
ilustración con empuje arrollador. Ambas filosofías pugnan por orientar la sociedad: una

24
Ildelfonso Leal: Op. Cit, pp. 146-147-148.
25
“La Academia de Matemáticas del Padre Andújar”, Revista de Historia Nº 13, Caracas, Oct. 1962, pp. 69-
78.
26
Mariano Picón Salas: Op. Cit., pp. 201.
27
Caracciolo Parra León, “Obras”, Editorial J.B. Madrid, pp. 325
para sobrevivir, otra para imponerse con un nuevo estilo de pensar y hacer. Es este un
conflicto que se manifiesta tanto en el área de la educación, como en el de la economía,
política, religión y sociedad.
En el aspecto educativo se opone la verdad experimental a la deducción silogística.
En el aspecto económico se opone el libre comercio a exclusivismo.
En lo tocante a la política, se enfrenta la idea de soberanía popular a la ya ruida del
absolutismo.
En lo religioso se cuestiona la autoridad de la iglesia: “La autoridad de los Santos
Padres ha de igualarse a la de los profanos en lo natural, no debe ser preferida a la de los
doctores y debe posponerse muchas veces a la de los herejes”28.
En cuanto a lo social, se enfrenta la idea de igualdad social a la de los privilegios.
A este conflicto de valores y hombres se refería Humboldt cuando en su escrito
“Caracas en 1800” dice:
“existen en Caracas, como en todas partes en donde se prepara un gran cambio de
ideas, dos especies de hombres, podría decirse, dos generaciones muy diferentes. La una,
que es poco numerosa, conserva una viva adhesión a las antiguas costumbres, a la sencillez
en los hábitos, a la moderación en los deseos. No vive sino de las imágenes del pasado. La
América le parece la propiedad de sus antepasados que la conquistaron. Repugnando lo que
se llaman las luces del siglo, conserva con cuidado sus prejuicios hereditarios como una
parte de su patrimonio. La otra, menos preocupada del presente que del porvenir, tiene una
inclinación a menudo irreflexiva por los hábitos y las ideas nuevas. Cuando a esta
inclinación se une el amor por una sólida instrucción, cuando está contenida y dirigida por
una mentalidad fuerte e ilustrada, sus efectos son muy útiles para la sociedad”29.
Por todo lo expuesto, no nos queda más que afirmar el carácter de crisis que
presentaba la educación venezolana para las postrimerías del siglo XVIII, preludio de los
grandes cambios que se avecinaban.

BIBLIOGRAFIA
1. BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA. – Nº 85, Enero –
Marzo, 1939.
2. GEYER, B. – “La Filosofía Patrística y Escolástica”, Berlín, 1922.
3. LARROYO, FRANCISCO. – “Historia General de la Pedagogía”, Edit. Porrúa,
México, 1960.

28
Caracciolo Parra León, Filosofía Universitaria Venezolana”, Parra León Hermanos. Caracas, 1933, pp. 74.
29
Alejandro de Humboldt: “Caracas en 1800”. Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Nº 85, Enero-
Marzo, 1939, Caracas.
4. LEAL ILDELFONSO. – “Historia de la Universidad de Caracas”, Ediciones de la
Biblioteca de la U.C.V., Caracas, 1963.
5. MESSER, AUGUSTO. – “Historia General de la Pedagogía”, Edic. Pavlov,
México, Primera Edición.
6. PARRA LEÓN, CARACCIOLO. – “Filosofía Universitaria Venezolana”, Parra
León Hermanos, Caracas, 1933.
7. PICON-SALAS, MARIANO. – “De la Conquista a la Independencia”. Fondo de
Cultura Económica, México, 1965.
8. RANDALL, JOHN H. – “La Formación del Pensamiento Moderno”, Edit. Nova,
Buenos Aires, 1952.
9. REVISTA DE HISTORIA Nº 12. – Caracas, Julio 1962.
10. REVISTA DE HISTORIA Nº 13. – Caracas, Octubre 1962.
11. TOSTA, VIRGILIO. – “Ideas Educativas de Venezolanos Eminentes”, 2ª Edic.,
Edic. Villegas, Caracas, 1958.
12. YANES, FRANCISCO JAVIER. – “Compendio de la Historia de Venezuela”,
Editorial Elite, Caracas, 1944.

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