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LABERINTO MENTAL PEDÓFILO:

“DEL QUE NO QUIERE SER Y ES.”

La pedofilia es catalogada como una parafilia en la cual el adulto siente un gran deseo, interés o atracción
erótica por niños que generalmente se encuentran en un rango de edad de 13 años o inferior.
Resulta perturbador para la población oír que cada día aumentan los casos en donde un menor es víctima de
algún ataque sexual, que el peligro de ser “el siguiente” está a la vuelta de la esquina o incluso dentro de
nuestros propios hogares. Para poder comprender de mejor forma esta anomalía es necesario redimirnos a uno
de los rasgos más importantes: ¿qué ocurre en la mente de un pedófilo? En efecto, sólo uno de ellos podría
responder a esta interrogante.
Equívocamente la gente percibe a estos individuos como personas con un carácter fuerte, repulsivo y agresivo,
poseedores de una apariencia abrumadora y de una edad madura, aunque la realidad es que el trastorno inicia
alrededor de los 16 años, cuando se está definiendo el adolescente como tal. Los sujetos que sufren esto suelen
ser introvertidos, callados y sumisos ante el resto de los adultos. Por esta razón les cuesta mantener lazos e
interacciones con pares de su edad y tienden a desviarse hacia el trato con niños, quienes representan la pureza,
la inocencia existente en el mundo.
En una edición de Informe Especial, programa de documentales de TVN (Televisión Nacional de Chile), se
entrevistó a algunos pedófilos reconocidos del mundo, con el objetivo de encontrar una noción más específica
de lo que este aterrador estado mental nos presenta; y es que, si bien cada uno de los encuestados afrontaba
distintas preferencias, todos mostraron concordancia en que para ellos era completamente normal la existencia
de una relación amorosa entre adultos y niños siempre y cuando fuera con el consentimiento del pequeño,
justificando su postura con que “el menor tiene derecho a una sexualidad libre” y “La sociedad está
enferma” (Marthijn Uittenbogaard, activista holandés e ícono público de la pedofilia). Además, catalogan su
padecimiento como una orientación sexual, aclarando estar en contra del abuso, ya que sólo ejecutarían el acto
carnal si el niño lo permitiese.
"Me gustaría tener una relación romántica, (… ) siempre poniendo el bienestar de la niña por encima de la
persona adulta, en este caso, el mío", explica un pedófilo chileno que se mantiene en el anonimato.
Sin embargo, ni Marthijn ni el chileno han sido capaces de abusar de infantes, pues el caso es que difícilmente
un pedófilo logra hacerlo; no es su ideología. El sujeto siente afectividad, lo que no le permite hacerle daño al
pequeño o ir en contra de las decisiones de éste.
Entonces, ¿por qué, sin embargo, son tantos los niños violentados?
Teniendo en cuenta los antecedentes recién presentados, no debiese existir ningún tipo de erotismo por medio
del adulto y el púber o pre púber. No obstante, la indiferencia con la que se refieren los individuos a “relaciones
con aprobación” sin tomar consciencia del daño futuro para el niño es lo suficientemente alarmante como para
que la población los repudie.
Según especialistas el adulto que experimenta esta parafilia sufre de miedo irracional. Teme a la policía, a la
sociedad y a su propia persona, porque no quiere ser juzgado y sabe las consecuencias que tendrá su crimen.
Esto, no sólo con el antecedente general de que carece de algún vínculo afectivo o fue abusado, sino también el
rechazo de su familia y la ciudadanía mencionado en el párrafo anterior, desarrolla en él una personalidad cada
vez más retraída, que junto con la soledad que lo oprime, poco a poco va distorsionando su realidad y el
pequeño plano mental del trastorno que hasta el momento únicamente ocultaba en sí mismo se libera a la
práctica, es decir, lleva al pedófilo a un punto tan alto de inconsciencia sobre sus actos donde éste ya no logra
controlar sus impulsos y se dimite de la privación que se le imponía de no abusar del menor, para convertirse en
un depredador sexual infantil, más conocido como “pederasta”.
¿Existe alguna forma de inhibir esta tragedia?
Si bien aún no son conocidas las causas que llevan a ciertos individuos a sentir atracción sexual por impúberes,
se puede controlar el avance de la anomalía por medio de grupos de apoyo e integración a la comunidad. Esto,
de buena manera, permitiría que la mente del sujeto se encuentre más acorde con la realidad, asimismo
compartir experiencias con quienes estén pasando por una situación similar.
“Lo primero y más importante que se da en los grupos es la aceptación (…) y automáticamente se van
generando los cambios. (…) Lo que ellos deben aceptar es el sentimiento que tienen, pero lo que no tienen
que aceptar son los actos a los que los pueden llevar. (…) A mí me ayudó mucho.” (Frans Gieles, holandés.
Monitor de jóvenes en riesgo social).
Se sostiene por otro lado que, aunque está en duda que exista cura, haya algún tratamiento efectivo. Es Paul
Fedoroff, director de la Clínica de Comportamientos Sexuales en el Centro de Salud Mental Royal Ottawa, el
creador de una terapia a base de antiandrógenos que disipa temporalmente el deseo erótico de los hombres.
Básicamente el paciente es medicado para no sentir excitación, lo que equivale al primer escalón para salir de la
pedofilia, ya que si no siente estímulos el niño no causará mayores estragos en el individuo y éste tendrá la
oportunidad de interactuar y buscar nuevos horizontes sin tener la sexualidad en primer plano.
"Una vez están en esa situación… suspendemos el tratamiento y su deseo sexual vuelve. Y resulta que, si se
desarrolla una relación normal saludable, empiezan a tener actividades sexuales con su pareja que ambos
disfrutan. Sus preferencias cambian", declara Federoff.
La pedofilia debe entenderse como tal y afrontarse; el tabú que es hasta el día de hoy sólo nos vuelve más
temerosos y vulnerables. Estamos tan mal informados de ciertas situaciones que nos cuesta asimilar, juzgamos a
individuos que padecen de una anomalía mental sin darnos cuenta que exiliándolos nosotros mismos
convertimos al monstruo.
Mientras aún se sigan investigando las causas y el cómo cortar esta problemática de raíz, la población mundial
tendrá que apoyarse en todo momento para prevenir que existan más casos lamentables de gente que, por falta
de cuidado, se volvió un depredador sexual infantil y abusó de un niño inocente. La comunidad entera está
comprometida.

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