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Dialogar
Con los
Medios
Mi propósito no es enseñar aquí
El método que cada cual debe seguir para
Guiar, acertadamente su razón,
Sino solamente el de mostrar de que manera
He tratado de ganar la mía.
Renato Descartes
RODEADO POR SÌMBOLOS Y RUIDOS, POR LUCES Y POR SOMBRAS
Efraín Huerta
Vivo asediado por todas las señales que me llegan del mundo. Cada
mañana descubro en el puesto de los periódicos una cantidad inmensa de papel
que se imprime día a día, semana a semana, mes por mes. Ante mis ojos se
despliegan los grandes titulares de la prensa que atraen mi atención y a veces me
conmueven, me angustian, me entristecen, me alegran…Es la historia del hombre,
vivida el día anterior, lo que aquí se me ofrece, en un proceso de comunicación
mediante el cual percibo y siento los múltiples mensajes que otros quieren
enviarme.
Por fin llega mi hora. Los niños ya se durmieron. Mi mujer teje y teje. Ahora
si. Es mi turno de ejercer la libertad. Una de las pocas que todavía están vigentes
en nuestra vida diaria: la libertad de cambiar de canal. Escojo, ya encamado, un
canal cultural: ¡libremente! Me seduce la perspectiva de ver una película francesa,
sin cortes comerciales. . .O casi. No obstante, a los pocos minutos empiezo a
cabecear y no tarda mi cuerpo en quedar sepultado en mis inconscientes
fantasías. Afortunadamente, con el control remoto, marqué el sleep del sueño.
La prensa de este día me anuncia –entre sus buenas noticias- que está en
exhibición una excelente película: “¡Un film de Woody Allen! -¡Hannah y sus
hermanas!”. Aunque también se ofrece a mi libre albedrio otra posibilidad. El color
púrpura, dirigida por Steven Spielberg. Como atractivo adicional, el publicista-
distribuidor, lanza una pregunta al aire (a ver quien la pesca): “¿Por qué la
Academia no se atrevió a premiar esta película?” En el mismo anuncio, otro
gancho adicional: “¡Nominada” para 11 Óscares!”
Me atraen estas dos películas, entre las veinte o treinta programadas para
este día. ¿Cuál escoger?
Renato Descartes
Me interesan los llamados medios de comunicación social. Y me preocupa
aprender a descifrarlos, porque si reflexiono seriamente sobre su constante
presencia en la vida moderna, me inquieta descubrir que sus mensajes vienen
cifrados y obedecen a ciertas claves, como las que utilizan los espías para
comunicarse entre sí.
1
En mi obra aprende a aprender (págs. 89-93) se plantean tres diferentes maneras de “¡ver la
realidad!”
2
Sobre la hermenéutica convienen comprender las cuestiones fundamentales de hermenéutica, de
Emerich Coreth, Herder, Barcelona, 1972. También puede consultarse El retorno de Hermes
Kairos, Barcelona. Varios autores, o, finalmente de Guillermo Michel. Uso Introducción a la
hermenéutica. Arte de espejos. Castellanas editores, México 1996.
de cualquier nivel- surgen de la propia curiosidad; los porqués y cómos infantiles
no agotan la posibilidad de hacernos preguntas y hacer preguntas a otros. Y cada
quien las responde como puede, desde su propia perspectiva, desde su historia.
Incluso desde sus acciones.
Así como cuando Jaime Sabines pregunta ¿Quién soy yo?, él mismo se
responde desde las alturas de su poesía:
Porque si es cierto que desde mi “yo” más profundo veo, capto, percibo al
mundo que me rodea, contestar esa pregunta inicial, es de trascendental
importancia para descubrir por qué percibo al mundo como la percibo. Y ese
mundo, en el caso que aquí me preocupa, es –repito- el mundo de la prensa, de la
radio, del cine y de la televisión. Sus lenguajes, sus códigos secretos (en “clave”)
sólo pueden ser descubiertos por nosotros si nos hacemos y les hacemos
preguntas.
En este caso, el “yo” –mi propio cuerpo- percibe un aspecto u otro de esa
realidad y trata de comprenderlo desde su experiencia única, de sentido común,
que trata de averiguar donde quedo la bolita. En otras palabras trato de encontrar
una respuesta a mis preguntas.
3
Jaime Sabines; Nueva antología Poética; Mortìz, México 1977
En efecto, mi sentido común me advierte que comprendo algo realmente,
cuando puedo interpretarlo; descubro sus conexiones e interrelaciones, cuando
capto fielmente las palabras o las acciones del otro. En un diálogo con otra
persona esto se hace evidente, porque al hablar con otro no sólo oigo sus
palabras, sino que las escucho. Miro sus ademanes y sus gestos, Además,
atiendo al tono y volumen de su voz, porque todo eso –en conjunto- quiere
significar, y de hecho significa algo muy preciso. Así es como he podido aprender
–por observación simple- si mi interlocutor está triste o contento, enojado o alegre,
preocupado o relajado. . . En fin, puedo captar el significado de sus palabras, de
sus gestos y de sus ademanes globalmente. Más aún, muchas veces que sin el
otro me diga una sola palabra, me es posible “adivinar” su estado de ánimo.
EN BÙSQUEDA DE UN MÈTODO
Y resolviéndome a no buscar
hallarse en mí mismo.
Renato Descartes
Pienso que sí, y también lo siento. Aunque soy consciente del hecho de que
es difícil llegar a las intenciones de los actores sociales con quienes convivo.
Romper barreras o acortar distancias entre mi yo y el tú, tampoco me parece
sencillo. Tal vez ni ninguna descripción del método/camino para lograrlo haya sido
expuesto con tanta claridad y sencillez como lo hizo Irena Majchzrak en su libro
Cartas a Salomón.
Yo, una polaca –dice- ando por estas tierras buscando la comunicación en
un lenguaje que no es ni polaco, ni español, ni nahua, ni mazateco. Espero
lograrlo algunas veces. Mi único método será exponerme al “choque de culturas”,
al azar de los encuentros humanos siempre únicos, siempre definido por las
culturas y las experiencias vitales de los participantes (mis interlocutores). .
.Memorizar las caras, las miradas, las sonrisas, las palabras de una conversación
común, el modo de estrechar la mano, y el abrazo, cuando se da. . .
5
Véase mi obra aprender a ser tú mismo, el capitulo 3, “Aprender con los 5 sentidos”, Trillas 1985
*Desde la perspectiva de la “biología del conocimiento” Humberto Maturana, ha escrito una
penetrante obra –Emociones y lenguaje en Educación y práctica- Hachatte.CED, Santiago de Chile
1994
Más aún, para comprender en profundidad, debo de reconocer que también
conocemos con el corazón y que incluso nuestra razón tiene “corazonadas” que el
corazón desconoce. Por esto mismo, mis sentimientos dan color a las ideas. Así,
por ejemplo, mi tristeza da un tono gris a mis pensamientos, o mi alegría puede
inundar de blanco incandescente el día más nublado. Pero en todo momento, mis
sentimientos envuelven a mi mente en corrientes de euforia o desesperación, y no
pocas veces la sepultan.* Más metafóricamente lo expresa un Koan Japonés,
surgido de la tradición budista-zen, a través de un diálogo entre un maestro y su
discípulo. Helo aquí:
Pero. . .
Renato Descartes
¿En qué consiste, pues, el método vivencial, orientado más a la
comprensión que al análisis? Está dicho ya en una sola palabra; apertura. Sobre
todo, y en primer lugar, apertura.
Pero esta apertura me lleva a comprender, primero, que lo que ahora soy
es lo que he llegado a ser a través del tiempo. Y soy, aquí y ahora, conflicto vivo
entre mi “yo” y mi mundo. Libre –aunque atado por mil cadenas- me expreso como
una fuente inagotable de posibilidades. Sin embargo, sin ser todavía lo que llegaré
a ser, soy ya desde ahora, eso que voy llegando a ser, con todo mi ser y mi
tiempo. Así, a medida que vivo y aprendo de la vida, veo, siento y aprendo que mi
libertad consiste en quitar obstáculos, mediante un proceso de liberación
progresiva, ya que a la libertad se llega por la liberación, por una auto-liberación
continua, ilimitada.
Nunca las buenas noticias son noticias. Y lo que me llega por los medios
es, en parte, realidad-real, y en una parte mayor, realidad ficticia o realidad
manipulada. Sin embargo, también de esta manera se construye esa novela, que
no es mi vida. Aunque, sí soy-con-otros, también lo es. Ésa es la novela que
describen algunos de “los actores sociales” (políticos, escritores, artistas,
cantantes, magnates financieros, estrellas del mundo fílmico...) que tienen el
“privilegio” de aparecer en la prensa, de ser noticia o espectáculo. A veces llega a
tal grado mi asombro que llego a preguntarme con Paul Watzlawick “¿es real la
realidad? ¿Soy yo con otros el que la inventa?”
encontrarse en la carne,
y estructuras de acero
lugares olvidados.
Jaime Sabines
Soy yo quien así miro. Esto soy yo: testigo unas veces, y otras protagonista
(“primer actor”) de sucesos innumerables, de multitud de experiencias que pasan
por mi corazón: gente sola, remota; amasijo de cuerpos en un camión urbano,
transeúntes que corren –tal vez para no llegar tarde a su trabajo-, conductores
tensos por la prisa (con el radio en el auto a “vos en cuello”), campesinos recién
desembarcados a los “surcos” de asfalto o de cemento, mendigos disfrazados de
payasos. “Marías y tragafuegos, niños que juegan en la calle, cadavéricos rostros
de burócratas (ocultos tras montañas de papeles). . .Y ellos, todos esos otros que
he visto –remotos o cercanos- en la calle, en la “tele”, en la prensa, en alguna
película. . ., todos ellos –los otros- también me hablan del mundo; de mi mundo.
Mundo que entra de lleno a mi conciencia; a esta “casa del día”.
caballos desvelados,
y un poeta..
Un policía.
Jaime Sabines
. . . Y PENETRO EN EL MUNDO AL MODO ESTEREOFÒNICO
Renato Descartes
Por tanto, como en el país de Oz, los hombres sin cerebro, o con una
esponja en lugar de pensamientos, somos como “el espantapájaros”. Pero los
hombres sin sentimiento –ni alegría, ni angustia, ni cólera, ni pasión- con corazón
de acero, de barro o de ónix, nos convertimos en el “hombre de hojalata”. 7
En una forma o en otra, mi lectura de los medios siempre incluye estos tres
aspectos, presentes en todo fenómeno social, así como en cualquiera de los
géneros utilizados por los mismos medios: noticia, reportaje, crónica, drama,
comedia, anuncio publicitario, melodrama, telenovela o espectáculo en vivo y a
todo color.
Ya ha quedado claro –según creo- que los medios (prensa, radio, cine y
televisión) son puentes que me unen a realidades remotas; reales, ficticias o
manipuladas. En mis intentos de interpretación, he descubierto en la
fenomenología una fuente abundante en sugerencias para contestar mi pregunta
clave “¿Cómo leer los medios?”. Sé bien, y creo que muchos lo sabemos, que los
medios se aproximan a la realidad y de ella obtienen, noticias, argumentos, ideas,
opiniones, temas, comentarios. . .En fin, todo el paquete de hechos o situaciones
que diariamente exponen ante nuestra vista. No obstante, me siento indefenso
ante tal bombardeo de información, y por ello me preocupa encontrar un refugio
para comprender cómo y por qué me llegan sus mensajes como me llegan.
También sé que imposible que sus mensajes sean objetivos. Ellos –los
emisores- son tan parciales, tan subjetivos y tan unilaterales como lo soy yo.
Comprender su parcialidad, unilateralidad y subjetividad puede significar, para mí,
evitar ser manipulado, por las cargas afectivas que me envían, a veces
eróticamente perfumadas. Como quien dice, trato de penetrar en sus mensajes
para aprender a leerlos –a descifrarlos, a decodificarlos- desde mi “yo” más
profundo: desde ese rostro que tenía antes de que nacieran mis padres: “¿Cómo
leer los medios?” He aquí el problema.
Para llegar a esto, he tenido que iniciar una búsqueda teórica que ilumine el
camino interpretativo. Paul Ricoeur, Hans-Georg Gadamer, Carlos Castañeda,
Georges Devereux, Maurice Merleau-Ponty, Jack Douglas y otros más, me
8
han
acompañado en este camino. Mi búsqueda no ha sido un vuelo solitario. Hay
poderes que me guían: filósofos, historiadores, sociólogos y lingüistas, que me
han permitido aprender a ser yo mismo. A invitación de Oscar Wilde 8 he tratado
de imaginar (y convencerme) que la perfección no consiste en acumular o poseer
cosas exteriores. Tu perfección –dice- está dentro de ti mismo. . . Lo que posees
es lo que realmente llevas en ti. . . Lo que eres. . .Sé tu mismo.
8
Oscar Wilde. “El alma del hombre bajo el socialismo…Barcelona, Págs. 10-23
9
Maurice, Merleau-Ponty, The primary of Perception. Nortwestern
10
University Press, Evanston, Léame también su Fenomenológica de la percepción. Península,
Barcelona; 1994
11
Idem The visible and the invisible, Evanstein, Nortwestern University Press 1969.
12
Jack Douglas y John M. Johnson, Existential Sociology, Cambridge University Press 1978
Por todo lo anterior, lo que hasta aquí he escrito esta expresado en primera
persona del singular, porque esto es lo que percibo como sujeto cognoscente,
como aquel que busca comprender (y comprenderse) incluso en el proceso mismo
de la escritura. Por las mismas razones, he buscado la comprensión de los medios
en su contexto sentimental, emocional; en lo que afecta mi corazón, mi mente, mi
cuerpo y mi espíritu, consciente de que nuestra razón tiene corazonadas que el
corazón desconoce.
Mejor es modificar
nuestros deseos,
Renato Descartes
Ya he dicho antes que llevo sobre las espaldas toda una vida encima. Vida
además; que nunca he pasado en soledad absoluta, sino rodeado por otros –unos
remotos y otros cercanos- cuya presencia ha ido forjando el ser que soy ahora y
ha infundido en mí formas diversas de interpretar al mundo que me rodea. Pero
este “yo” que investiga, que observa y escucha, que habla y siente, y que intenta
comprender a los otros al percibirlos, se enfrenta con ellos como totalidades
vivientes, cargadas también de historia, de vivencias:
Por lo mismo, para que exista comunicación real entre mi “yo” y un “tu”,
debo abrirme y ser penetrado, mientras yo penetro en ese “tú” por las puertas y
ventanas que abrió para mí. Cuando me acerco a aun “tú” de esa manera, puedo
comprenderlo pero jamás agotarlo. Esta barrera, precisamente tiene dos
consecuencias ya mencionadas anteriormente.
13
André Dartigues, La Fenomenología Herder, Barcelona 181
14
Para una excepción más amplia de las ideas, léame mi obra Aprender a ser tú mismo, ya citada,
pág. 91-107, de manera mucho más profunda el problema hermenéutico es tratada por Hans
Georg Gadama en verdad y método, Sígueme. Barcelona 1977 (primer volumen) y 1992 (segundo
volumen)
para acercarse a los medios y leerlos, para descubrirlos e interpretarlos? ¿Cómo
romper las barreras –o acortar las distancias- que lo separan de cada uno de esos
medios a fin de convertirlos en objeto de conocimiento y de comprensión? La
respuesta a estas preguntas me conduce al tercer aspecto –enunciado al principio
de este apartado: el de la estructura de los capítulos siguientes.
15
Georges Devereux, de la Ansiedad al método. . . Siglo XXI, México 1993
15
lectura de cualquier mensaje (radiofónico, periodístico, televisivo o
cinematográfico) depende de la personalidad –ya lo he dicho- de quien percibe.
Esto significa que, de acuerdo con lo que ahora soy, quito o agrego datos a los
mensajes percibidos por mí. Por lo tanto, de acuerdo con mi modo de ir-siendo,
con mi trayectoria histórica, con mis necesidades y conflictos del aquí y del ahora,
yo reconstruyo esa “realidad” –real o ficticia-. Y puedo estar seguro de que
mientras mayor sea mi angustia al percibir un fenómeno o al vivir una situación,
mayores serán también las distorsiones de mi percepción: negando u omitiendo
hechos, no escuchando o equivocando palabras o, finalmente, comprendiendo. 16
Dicho lo anterior solo quiero, por ahora, recalcar una vez más que antes de
iniciar la lectura de los subsiguientes análisis, es imprescindible realizar una
zambullida en el “yo” más profundo, a fin de obtener, mediante esa introspección
un autoconocimiento de las motivaciones y objetivos que nos mueven a actuar en
tal o cual dirección, o a interpretar este mundo medial de diferentes formas.
16
Ihid., Págs. 70-72. Devereux hace ver como la percepción/interpretación del mundo vivido
siempre en existencial, surge del cuerpo viviente: entre lazo conciencia-inconsciencia encarnados
en un sujeto en íntima fusión con el mundo percibido el cual es envuelto, por así decir, por la
cuerpo receptor.
17
Desde la perspectiva en sentido opuesto al Oráculo de Dellos, puedo afirmar –basadas en mis
propias experiencias- lo siguiente “Comprende la naturaleza de los medios y a sus dioses, y te
conocerás a ti mismo, “Basta con comprenderé tu propia conciencia y tu Yo perceptor, tu ser-
cuerpo. Para apoyar estas reflexiones puede ayudar la obra de Mario Teo Ramírez. El quiasmo
Universal Mexicana, México, 1994.
De otra manera, tal vez pudiera aplicarse –a mí y a otros- el reproche que
hiciera Heráclito, a sus contemporáneos, aproximadamente 500 años antes de
Cristo:
Malos testigos son los ojos y los oídos para los hombres, si tienen almas
que no entienden su lenguaje.
Heráclito nos advierte que ojos y oídos perciben el mundo a partir de una
visión del mundo, cuyo lenguaje, cuyas “palabras” hablan mi propia lengua. Es
decir, que toda descripción o explicación del mundo hecha por los medios es ya
una interpretación, cuyos símbolos debo percibir a fin de entender su lenguaje.
¿Y quién entre las sombras de una calle desierta, en el muro, lívido espejo
de la soledad, no se ha visto pensar y venir a su encuentro, y no ha sentido miedo,
angustia, miedo mortal?