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LOS PADRES DE LA IGLESIA
LOS ESCRITORES CRISTIANOS DE LOS PRIMEROS SIGLOS
Panes y peces Mosaico de Palestina siglo V
A lo largo de los capítulos anteriores, hemos
tomado conciencia de algunos acontecimientos,
de doctrinas o de oraciones litúrgicas gracias a los
textos de escritores cristianos como Eusebio,
Tertuliano, Orígenes, Ireneo, Agustín, Atana-
sia ... , por no citar más que algunos. Se suele dar a
estos autores el nombre de «padres de la iglesia».
Estos personajes no nos interesan solamente por-
que nos proporcionan datos históricos, sino tam-
bién porque, todavía hoy, representan un papel
determinante en nuestra fe y en nuestra existen-
cia cristiana. En efecto, como veíamos en la in-
troducción, la transmisión del evangelio no es la
simple transmisión de un texto, sino la compren-
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sión de un mensaje por parte de unos hombres de
diversas culturas y mentalidades, que vivieron en
unas comunidades con su propia originalidad ca-
da una.
En este capítulo intentamos descubrir un po-
co más lo que debemos a estos primeros escrito-
res cristianos. El tema es inmenso. El estudio de
los padres o «patrología» es una disciplina parti-
cular que ha dado origen a millares de obras. Una
decena de páginas sobre el tema no puede ser más
que una hojeada muy ligera que anime al lector a
saber un poco más consultando otras obras;
abundan las que son accesibles para todos.
 I. ¿QUIENES SON LOS PADRES DE LA IGLESIA:
1. PADRES
La palabra «padre» nos orienta hacia los orí-
genes, hacia lo que está al principio. A menudo,
la palabra es sinónimo de antepasado. Hablamos
de nuestros «padres en la fe». Como evocamos
a veces a los «padres del socialismo», a los «pa-
dres de la escuela laica» ... Al mismo tiempo, el
padre es aquel que tiene hijos, que los educa y los
conduce hasta la madurez. Así, en la antigüedad,
el maestro es llamado padre, el que transmite una
sabiduría que es a la vez doctrina y disciplina de
vida. A pesar de las reticencias de Jesús (Mt 23,
8-11), el término de padre fue ampliamente reco-
gido en la iglesia. En 1 Cor 4, 15, san Pablo
exclama: «Aunque tuvierais diez mil pedagogos
en Cristo, no tenéis varios padres. Soy yo, por el
evangelio, el que os ha engendrado en Jesucris-
to». San Ireneo dice: «Cuando uno ha recibido la
enseñanza de la boca de otro, es llamado hijo de
aquel que lo ha instruido, y este último es llama-
do su padre». Hemos visto la importancia del
padre (abad) en los comienzos de la vida monás-
tica (véase p. 91). En los primeros siglos de la
iglesia, el cargo de enseñar corresponde por dere-
cho al obispo, a quien muy pronto se le dio el
nombre de padre, a veces bajo la forma de «pa-
pa». Por extensión, otros muchos enseñantes y
predicadores recibieron este título de padres aun
sin ser obispos. Hay en este término una evoca-
ción de seguridad y de confianza. El padre es
portador de la tradición. Todos estos rasgos vin-
culados a la palabra «padre» nos hacen compren-
der el lugar de los padres de la iglesia.
2. PROXIMOS ALA FUENTE
Los escritos de los padres nos conducen a las
fuentes de nuestra fe en Jesús, de quien están más
próximos que nosotros en el tiempo. La vuelta a
las fuentes, a la que somos hoy tan sensibles, no
es una regresión. Porque nos gusta encontrar un
pensamiento y una vida cristiana en su manantial,
cuando no ha sufrido todavía la prueba del tiem-
po. Precisamente los padres son los primeros lec-
tores del Nuevo Testamento, que dan en alimen-
to a los cristianos en un lenguaje que está aún sin
sistematizar, al mismo tiempo que proponen una
lectura del Antiguo Testamento a la luz de Cris-
to. Invitan a los cristianos a una lectura totalmen-
te cristológica de la Escritura bajo la inspiración
del Espíritu Santo. Por eso, sin querer poner en-
tre paréntesis quince o veinte siglos de vida de la
iglesia, la vuelta a los escritos de los padres nos
ayuda a captar mejor un mensaje cristiano des-
prendido de los aluviones y de las escorias que
pueden ocultarnos lo esencial.
Con cierta arbitrariedad, la tradición conside-
ra que el tiempo de los padres comienza con los
escritos que siguen al Nuevo Testamento y se
termina con el siglo VIII. Esta fecha límite co-
rresponde a cierto oscurecimiento de la literatura
cristiana, especialmente en occidente (véase capí-
tulo 7). Al mismo tiempo, esta literatura va evo-
lucionando poco a poco. Tiende a especializarse
y a separarse del simple comentario a la Escritu-
ra. Sin embargo, esta ruptura no es tajante: de
Bernardo de Clairvaux, que vivió en el siglo XII,
han dicho algunos que es «el último de los pa-
dres» (véase capítulo 8).
3. TESTIGOS DEL ENCUENTRO
DEL EVANGELIO CON LAS CULTURAS
Los padres no se limitan a una simple medita-
ción de la Escritura o a una exhortación moral
para el uso interno de sus comunidades. Las cir-
cunstancias les han obligado a defender el cristia-
nismo atacado en nombre de la razón. Anuncia-
ron el evangelio utilizando las categorías de la
cultura greco-latina para que lo comprendieran
sus destinatarios. Buscaron las convergencias en-
tre la sabiduría griega y el mensaje cristiano. La
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austera moral de lo~ estOlcm y su sumlSlOn al
orden del mundo se encontro con el DIOS crea
dar y provIdente de los cnstlanos Con los plato
mcos, los cnstIanos pIensan que a partIr de las
cosas vIsIbles es posIble remontarse hasta DIO~,
su autor InvIsIble Poco a poco, los padre~ hacen
suya toda la cultura antIgua cnstlamzandola Es
to no sIempre es faClI de consegUIr En los SIglos
n y In, 1m padres tienen que reaccIOnar contra
los ne~gm de dl~oluclOn del mensaje evangehco
por doctnnas extranjeras Los conflICtos en tor
no a la TnnIdad y a la persona de Cnsto nacIeron
de la dIfICultad de elaborar un lenguaje adecuado
para explICItar los dogmas cnstlanos (veanse ca
pltulos 3 y 5) Las CIrcunstanCIas hacen nacer aSI
una teologla o qUlzas mejor vanas teologIas
Diversidad de lenguas y de culturas
Porque no se trata de un sIstema monolltIco
Lo~ padres se expresan en las dos grandes lenguas
de la epoca, el gnego y el latln, pero en orIente
algunos utilIzan el smaco, el capto, el armemo,
etc A cada lengua le corresponden cIertas partl
culandades culturales que dan su fIsonomla al
cnstianIsmo de la~ dIVersas reglOnes
No se trata de IdealIzar el pasado, ya hemos
VISto que las confrontaCIOnes entre los teologos
fueron a veces vIOlentas SIn embargo, el ejemplo
de los padres nos InVIta a buscar para el anuncIO
del evangelIo un lenguaje comprendIdo por nues
tras contemporaneos Por otra parte, el ecume
msmo de hoy descubre en los escntos de los pa-
dres una espeCIe de tronco comun de la teologIa,
antes de las grandes rupturas, y una dIversIdad de
expreSIOnes compatible con la unIdad de la Igle
sla
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4. GARANTES DE LA FE
YDE LA SANTIDAD DE LA IGLESIA
Los padre~ son te~tlgm pnvIleglados de la tra
dlclon de la IglesIa, es deur, del evangelIo VIVido
en los pnmeros SIglos Por eso mIsmo, SI la tradl
clOn cnstiana pIde a un padre la ortodOXIa, es
deCIr la rectItud de la fe pensada, le eXIge Igual-
mente la santidad Un padre es algUIen que ha
hecho pasar a su vIda la ensenanza que Impartla
Santidad y ortodoxia
SIn embargo, hay que comprender debIda
mente esta santIdad y esta ortodOXIa Se trata de
una santIdad comun, la que bastaba para obtener
una espeCIe de canomzaClOn popular Esto no
nos Impedlra reconocer que san JeronImo tenIa
un mal caracter, que InJunaba a sus adversanos y
que se mostro odIOsamente InjUsto con Juan Cn
sos tomo En cuanto a la ortodOXIa, esto slgmfIca
que se da un acuerdo entre los padres, un cansen
so en los puntos esencIales de la doctnna en un
momento determInado AIguna~ formulacIOnes
del SIglo n o In pareCIeron ambIguas dos SIglos
mas tarde Aunque algunos lo hayan hecho, no
hay que Juzgar esas formulas segun cntenos pos
tenores Se prodUjO una explIcaClon y un des a
rrollo de los dogmas a lo largo de los SIglos
San VIcente de Lenns, por el ano 434, resume @
bastante bIen como comprendIO la Igle~la el papel
de la tradIClOn, y dentro de esta, el de los padres,
en relaclOn con la Escntura y con la formulaclOn
de la fe
Algunos escntores cnstlanos, como TertulIa
no, se separaron de la gran comunIdad de la Igle
Sla, pasando a ser herejes o CI~matlcm segun los
cntenos de la epoca No wn conSIderados pro
plamente hablando como «padres de la IgleSIa»,
pero sIguen SIendo testIgos muv Importantes de
la VIda y de la doctnna cnstlanas Por eso se les
presenta Junto con los demas