República Bolivariana De Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior

Universidad Católica Santa Rosa
Facultad de Derecho.

ÉTICA JURÍCA

Docente. Autores.
Abg. Ironu Mora. Yeimy Robles Rivas C.I:26.530.644
Irasay Sayú Montero. C.I: 84.425.807
Alejandrina Vargas Rodríguez. C.I:13.884.150

Caracas 29, de Noviembre 2017

 ÍNDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN. ...................................................................................... 3

ÈTICA JURÌDICA. ...................................................................................... 4

FUNCIONES DEL ABOGADO. .................................................................. 6

LA ÈTICA JUDICIAL. ................................................................................ 8

LA PROBIDAD E IMPARCIALIDAD DEL JUEZ. ........................................ 9

LA IMPARCIALIDAD DEL JUEZ. ............................................................. 10

RESPONSABILIDAD DEL ABOGADO CON LOS CLIENTES. ................ 11

EL DEBER DE FIDELIDAD DEL ABOGADO. .......................................... 12

LA BUENA FE EN LAS RELACIONES DE CONFIANZA Y

CONOCIMIENTO RECIPROCO. ............................................................. 15

CONCLUSIÓN. ........................................................................................ 17

ANEXOS .................................................................................................. 19

BIBLIOGRAFÌA. ....................................................................................... 20
 INTRODUCCIÓN.

El siguiente trabajo, posee como meta esencial establecer un estudio

estrictamente particularizado del tercer corte del contenido programático
de ética jurídica.

De conformidad, dicha exploración se encontrara fragmentada en siete

secciones, que ahondaran y reforzaran diversos temas, estudiados en el
transcurso del trimestre. La primera sección, englobara la deontología
jurídica, enfatizando diferentes opiniones respecto al tema.

Siguiendo este orden de ideas, la segunda parte guarda una estrecha

relación con las funciones de los abogados, en el ámbito de su profesión,
resaltando así que el abogado es el llamado e impulsor de la verdad y
justicia. Por otra parte, se tocara brevemente, la ética judicial,
estableciendo sus principios rectores y su relación con la ética.

De igual forma, la cuarta parte contendrá de forma esclarecedora la

importancia de la probidad e imparcialidad, dentro de las funciones de
todo juez. Consecuentemente, la quinta y sexta sección, resaltarán el
deber de fidelidad de todo abogado, la buena fe en sus relaciones,
basándose en la confianza mutua. El séptimo apartado, se encuentra
vinculado a la responsabilidad que posee el abogado con su cliente.

En síntesis la sección final de este trabajo, finalizará con una

conclusión breve y esclarecedora, sobre todo lo adquirido de los temas
expuestos, para así poseer una noción panorámica del trabajo en
cuestión.
 ÈTICA JURÌDICA.

Deontología Jurídica.

Primeramente, la deontología abarca ampliamente el estudio de los

diversos deberes, apuntando a la actividad profesional, por este motivo
existe la deontología del médico, del ingeniero, del abogado entre otros.
El término deontología, procede del griego “deon”, que significa deber y
logos, de razonamiento o ciencia. En pocas palabras, es la ciencia de los
deberes.

Fue acuñado, por primera vez por el jurista ingles Jeremy Bentham, en
su famosa obra Deontología o ciencia de la moral, que la consagra como
aquella exposición de lo que es correcto y lo que debería ser.

Ahora bien, la deontología jurídica comprende la moral y la forma de

actuar del abogado con su patrocinado. Es decir, el profesional del
derecho, busca en todo momento defender los intereses de su cliente,
cuando estos han sido vulnerados, siempre actuando honestamente,
fundamentado en su ética profesional.

Cabe señalar, que la ética profesional es intrínseca de la persona, es

decir no es exigible, ni normativa, únicamente se basa en la conciencia
individual. Mientras que la deontología, se encuentra orientada a las
normas y códigos, exigibles a los profesionales.

Si bien es cierto, se concentra, al estudio de los deberes morales,

éticos inherentes a la profesión jurídica. Desde el punto de vista, de los
abogados analiza los diversos deberes que poseen estos con ellos
mismos, con sus clientes, con la sociedad, con sus colegas y jueces.

4
 En correlación con la ideas propuestas precedentemente, la
deontología jurídica hace referencia a lo justo, lo obligatorio y adecuado.
Es decir, juega un papel primordial puesto que busca ayudar en la debida
formación de los futuros profesionales del derecho, para que así estos
sean capaces de actuar, conforme a los altos valores tanto morales como
éticos.

Busca instruir, dentro de cada persona la necesidad de respetar los

principios generales, como la justicia, equidad, honradez y respeto a los
derechos humanos.

En síntesis, la deontología jurídica, es aquel conjunto de normas que

regulan gradualmente la conducta del abogado en todos sus actos, tanto
públicos como privados. Exigiéndole, a este que actué, con su
patrocinado de la forma más recta posible, comportándose siempre de
manera veraz y oportuna.

5
 FUNCIONES DEL ABOGADO.

El abogado, tiene que ser un impulsor en la búsqueda de la verdad y

justicia. La palabra abogado, posee su origen en latín “advocare”, que
significa convocar, el abogado se encuentra llamado a ser. Es decir, éste
funciona como mediador e inclusive interceptor, entre quienes en un
momento determinado, requieran de sus servicios, siendo este el natural
conocedor del derecho.

Indiscutiblemente, ser abogado trae consigo una gran carga sujeta a

diversas obligaciones y funciones. Pero, sin lugar a dudas la función del
abogado se debe a la sociedad e innegablemente con su cliente.
Siempre orientado a buscar la justicia.

Por otro lado, el abogado posee diversas funciones que lo caracterizan

y que deben cumplir durante el ejercicio de su función, entre estas
funciones encontramos.

1. Defender en todo momento, los derechos de la sociedad y

de sus patrocinados, actuando siempre con eficacia, lealtad y
honradez.

2. Proteger y guardar los asuntos vinculados con sus clientes,

porque debe proteger el bien jurídico, correspondiente a la
intimidad, vida privada de su patrocinado, protegido en la norma
jurídica.

3. Colaborar, con las correspondientes autoridades en la

conservación, perfeccionamiento del orden jurídico, y la realización
de una recta administración de justicia.

6
 4. El abogado, debe bregar por una debida realización del
Derecho.

5. Asesorar y representar, a quién lo requiera en la defensa de

sus derechos e intereses.

7
 LA ÈTICA JUDICIAL.

La ética judicial, se encuentra entrelazada por tres principios rectores,

que son fundamentales. El primero, es la independencia, es decir que
implica que cada decisión tomada por los jueces, deberán basarse única
y exclusivamente en lo contemplado en el Derecho.

Por otra parte, el segundo principio rector, es la imparcialidad, puesto

que se presupone que todo juez, debe aplicar el derecho sin desviación e
inclinación distinta, solo centrándose en la objetividad del asunto, al
ejecutar el juicio. Consecuentemente, el tercer principio es la motivación,
porque establece la obligación de todo juez de razonar su decisión

Es importante agregar, que la materia de la ética judicial, son los

jueces, es decir aquellos individuos a los que la sociedad le ha brindado el
poder, en base a su idoneidad jurídica y técnica.

8
 LA PROBIDAD E IMPARCIALIDAD DEL JUEZ.

La probidad, se encuentra relacionada con la honestidad y rectitud, por

esta razón se establece que una persona honrada en efecto, es probidad.
Es decir, la probidad posee un carácter universal, puesto que se aplica
en la gran mayoría de las profesiones, incluyendo la abogacía.

Igualmente, forma parte de las buenas costumbres. En el caso del juez,

este debe actuar siempre con integridad moral y honradez, tratando de
buscar la justicia en sus decisiones. La probidad, en la mayoría de los
casos suele verse coaccionada por diversos factores, que la perturban; es
por esta razón que el juez, durante el ejercicio de sus funciones, debe
tratar de mantener un equilibrio, resaltando siempre la probidad como
una virtud moral indispensable y vital.

No cabe duda, que el juez es aquella persona llamada a resolver

controversias e impartir justicia. Sin embargo, cuando un juez, que se
presupone que debe gozar de integridad y rectitud, carece de probidad,
este sin lugar a duda no cuenta con los requisitos menesteres para
administrar justicia. La razón, se encuentra simplificada por el simple
hecho que sus sentencias o fallos no podrán ser imparciales, en su
totalidad, porque su decisión puede ser producto de una corrupción.

Es por este motivo, que se consagra que un juez que no es probo

puede condenar a un inocente y dejar en libertad a un criminal. La
probidad, es sumamente determinante dentro de cualquier profesión,
puesto que presupone una virtud, de accionar con decencia y moralidad.

9
 LA IMPARCIALIDAD DEL JUEZ.

La imparcialidad se encuentra concatenada a la probidad, en diversos

casos ambas actúan simultáneamente. La imparcialidad, busca resolver y
juzgar cada caso de forma neutral, frente a los intereses de las partes,
basándose siempre en la verdadera justicia y ley. Todo juez, debe contar
con imparcialidad, puesto que en cada cuestión que se encuentre
dirimiendo, debe abstenerse de ejecutar consideraciones subjetivas y no
dejarse influir por los intereses o perjuicios, que pueda beneficiar a una de
las partes.

Por esta razón, se establece que el juez en el ejercicio de sus

funciones, no deben ser parciales en juicio. Es decir, que estos no deben
favorecer al pobre por lastima o por su infortunios, ni buscar beneficiar al
pudiente por su riqueza. De conformidad, con el Código de Ética del Juez
Venezolano y Jueza Venezolana, en su artículo 5 establece, “Los jueces
y juezas serán imparciales en el ejercicio de sus funciones
jurisdiccionales, por esta razón no podrán estar incursos o incursas en
ninguna de las causales de inhibición o recusación...”

La imparcialidad del juez, constituye una clase de garantía y respaldo

en la función jurisdiccional. Se basa, en la capacidad del juez, de
ponderar los argumentos y las pruebas presentadas por las diversas
partes del proceso, con la finalidad de decidir sobre aquella persona que
contenga las pruebas más sólida. Esto quiere decir, que su sentencia no
debe estar basada en amistades, perjuicios ideológicos, ni disposiciones
previas, únicamente deberá basarse en los argumentos y en la verdad
procesal.

10
RESPONSABILIDAD DEL ABOGADO CON LOS CLIENTES.

Innegablemente, la responsabilidad del abogado, como en cualquier

otra profesión se encuentra sometida a lo establecido y consagrado por la
ley. Es decir, que los abogados responden por cualquier daño o perjuicio
causado a sus patrocinados e inclusive por falta de profesionalidad. La
relación jurídica entre el abogado y su cliente, debe encontrarse
sustentada en la buena fe y en mutua confianza.

Existen diversas responsabilidades, del abogado con su patrocinado,

entre ellas se hace presente.

1. Guardar los secretos y confidencias de su cliente, dicho secreto

perdurara, aunque la relación jurídica llegue a su fin. Es decir,
guardar rigurosamente los asuntos vinculados con la vida íntima
de sus patrocinados.

2. Un abogado, posee la responsabilidad de proporcionar una

representación debidamente competente a su patrocinado.
Esto significa que el profesional del derecho debe contar con
conocimientos y pericia legal.

3. Debe actuar con prontitud y razonable diligencia cuando se

encuentra representando a una persona (cliente).

4. El abogado debe realizar las diligencias propias en su actuación

judicial y actuar de manera honesta e integra.

11
 EL DEBER DE FIDELIDAD DEL ABOGADO.

El abogado en el ejercicio de su profesión debe obrar con pericia y

veracidad, con honradez y fidelidad, con celo y dirigencia, aun en las más
justas y difíciles defensas.

La fidelidad, es un valor que capacita al ser humano para cumplir con

las promesas y compromisos asumidos. Implica, el cumplimiento de la
palabra empeñada. Claramente, el abogado hará promesas justas y
cumplirá con el acuerdo realizado con aquellas personas a quien presta
su servicio.

Ahora bien, la fidelidad, es una de las características más importantes

del abogado, ya que en él las personas pueden confiar y creer, porque es
honesto y respetable. El abogado tiene el deber de ser fiel y leal con su
cliente; fiel con los jueces y funcionarios ante los cuáles aboga; leal con
sus colegas y con su contrincante.

El abogado siempre y en todo momento debe mantener una actitud de

fidelidad frente su cliente. Cabe destacar, que en la Ley de Abogados de
Venezuela, en el decálogo del abogado establece algo sumamente
importante para los abogados: “Se leal para con tu cliente, al que no
debes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal con el
adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el juez, que
ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices; y que, en cuanto al
derecho, alguna que otra vez debe confiar en lo que tu invocas”.

En efecto, la lealtad significa fidelidad, franqueza, nobleza, honradez,

sinceridad y rectitud. Sólo si se es leal, se es fiel, y es imposible pensar
en lealtad sin que vaya unida a la fidelidad.

12
 La lealtad supone fundamentalmente dos cosas: fidelidad y veracidad.
Ambas constituyen dos principios básicos sobre los que se asienta la
deontología profesional en general. La veracidad esta íntimamente
relacionado con todo lo que se refiere a la verdad o a la realidad, o a la
capacidad de alguien para decir siempre la verdad y ser sincero, honesto,
franco y la fidelidad se basa en el cumplimiento de las promesas.

La lealtad implicada ante todo fidelidad al cliente. El cliente no solo un

sujeto pasivo (principio de autonomía) si no que debe ser tenido en
cuenta e informado en una relación de lealtad que no puede ser
abandonada sin motivos de peso. Un abogado debe retirarse de un
asunto durante su tramitación solo por un motivo justificado y sin que los
intereses del cliente resulten perjudicados. Por eso son conductas que
van contra la fidelidad del cliente:

1. La faltad de comunicación a tiempo de la conclusiones o la

presentación a última hora de un nuevo documento no comunicado
al adversario.

2. Revelar el secreto profesional. El abogado guardará el más

riguroso secreto profesional. Este secreto amparará sus archivos y
papeles aún después que el abogado haya dejado de prestarle sus
servicios al patrocinado o defendido.

El deber de guardar el secreto profesional comprenderá también

todo lo que se haya revelado o descubierto con motivo de
requerirse la opinión del abogado, su consejo y patrocinio y, en
general, todo lo que él llegase a saber por razón de su profesión.

13
 3. Realizar acuerdos con la parte contraria. Según el artículo 29 del
Código de Ética del abogado. “Constituye deslealtad e infracción de
la ética profesional, celebrar arreglos con la contraparte a espaldas
de su patrocinado”.

Tener lealtad y fidelidad en la profesión de abogado, son dos principios

que muchos abogados han ido perdiendo precisamente debido a un
ejercicio profesional deshonesto e injusto.

La fidelidad enmarca aquella firmeza y constancia en las obligaciones,

y en el cumplimiento de los compromisos establecidos del abogado. La
misma, debe persistir una vez que ha cesado la relación contractual, ya
que de lo contrario dejaría totalmente desasistido al cliente una vez que
ha terminado el caso.

Es por ello, que la fidelidad que deben tener los profesionales del
derecho tanto con el cliente, con su colega y sobre todo con el juez, debe
ser una máxima que todo profesional debe cumplir, para poder de estar
forma cambiar la mala imagen de los abogados

14
 LA BUENA FE EN LAS RELACIONES DE CONFIANZA Y
CONOCIMIENTO RECIPROCO.

La confianza, es definida como la esperanza firme que se tiene de

alguien o de algo, esperanza que se constituye como un elemento
esencial de toda relación entre personas. Asimismo, la confianza es un
valor del que se nutren todas las relaciones (personales y profesionales)
para facilitar la comunicación que nos permite mejorar y crecer como
seres humanos.

La confianza es el elemento esencial de toda relación entre abogado-

cliente. Evidentemente, si en las relaciones entre las personas la
confianza representa un factor esencial, podemos imaginar la importancia
que adquiere en una relación profesional en la que el cliente accede al
abogado con un conflicto que afecta gravemente a su persona o
patrimonio con la esperanza y necesidad de que el profesional, dotado de
un conocimiento que aquel carece, resuelva satisfactoriamente la
controversia que ha puesto en peligro de estos bienes.

Visto de esta forma, el cliente, le deposita al abogado su confianza,

proporcionándole datos que lo pueden colocar en una situación de
desventaja. Esa confianza depositada debe ser ilimitadamente
correspondida con una lealtad, con una fidelidad a toda prueba. El
abogado deberá estar al servicio de su cliente con toda su capacidad, con
toda su pericia, con toda su dedicación, con toda su responsabilidad, con
todo su cuidado y de esa manera responderá a la confianza del cliente
que le ha encomendado su libertad, su patrimonio, su honra, su
tranquilidad y sus intereses.

15
 Siendo las cosas así, resulta claro, que la relación entre el cliente y su
abogado se fundamenta en la confianza y exige de éste una conducta
profesional íntegra, que sea honrada, leal, veraz y diligente. El abogado,
estará obligado a no defraudar la confianza de su cliente.

Por lo tanto, la confianza enmarca la relación entre abogado-cliente

será, en principio, producto de la necesidad del cliente en confiar en quien
está dotado de una experiencia y conocimiento.

No obstante dicha, confianza se irá transformando y solidificando a

través de la actuación del abogado que, conocedor de sus obligaciones y
deberes, actuará comprometido con ellos entregándose a la defensa de
los intereses de su cliente sin fisuras o incertidumbres. Tal y como lo
decía Augusto Cury, un escritor brasileño “La confianza es un edificio
difícil de construir, fácil de demoler y muy difícil de reconstruir."

16
 CONCLUSIÓN.

Como resultado de la investigación establecida anteriormente, es

posible llegar a la conclusión que la Deontología Jurídica, es la rama de
la filosofía jurídica que tiene como finalidad específica la determinación de
cómo debe ser el derecho y cómo debe ser aplicado. Asimismo, enmarca
aquel conjunto de normas que van a regular la conducta del Abogado en
todos sus actos, tanto públicos como privados a través de la moral y la
ética.

De igual manera, trata sobre la moral del abogado y la forma de actuar

con su cliente, ya que el profesional del derecho tiene que defender los
intereses de su patrocinado, siempre actuando con la verdad y siempre
teniendo en cuenta su ética profesional. En líneas generales busca
plantear y tratar de dar respuesta a los problemas morales que se puede
enfrentar un abogado, y por eso el mismo tiene la responsabilidad de
educar su propia conciencia.

Siguiendo este orden de ideas se explicó congruentemente, que la

Deontología Jurídica es el servicio de la justicia y el prestigio de la
profesión de abogado. La deontología jurídica le permite ver a los
Abogados que el Derecho es un arte y como tal también requiere de un
especial conocimiento del carácter moral de su aplicación.

Es vital mencionar, que un abogado es aquella persona que ejerce

profesionalmente la representación jurídica de una de las partes en
el juicio, así como los procesos judiciales y administrativos ocasionados o
sufridos por ella. El mismo goza de una serie de funciones que debe
garantizarle a su cliente; siendo este un impulsor en la búsqueda de la
verdad y justicia.

17
 Se visualizó que una de las funciones del abogado radicá,
principalmente en defender en todo momento, los derechos de la
sociedad y de sus patrocinados, proteger y guardar los asuntos
vinculados con sus clientes, bregar por una debida realización del
Derecho y por ultimo asesorar y representar, a quién lo requiera en la
defensa de sus derechos e intereses.

Análogamente, se reflejó que la probidad es una cualidad que nos

permite tomar buenas decisiones, con rectitud moral y sobre la base de
criterios de honestidad y esta se encuentra relacionada con la honestidad
y rectitud, por esta razón se establece que una persona honrada en
efecto, es probidad. Fue también relevante estudiar, la imparcialidad que
debe tener un juez, siendo este uno de los principios que debe regir su
actuación procesal. Se evidencio, que la imparcialidad, busca resolver y
juzgar cada caso de forma neutral, frente a los intereses de las partes,
basándose siempre en la verdadera justicia y ley.

Desde una perspectiva más general, se pudo reseñar, brevemente,

que la fidelidad, es un valor que capacita al ser humano para cumplir con
las promesas y compromisos asumidos. Implica, el cumplimiento de la
palabra empeñada. La misma, debe persistir una vez que ha cesado la
relación contractual, ya que de lo contrario dejaría totalmente desasistido
al cliente una vez que ha terminado el caso.

Finalmente, se estudio la confianza entre el abogado y el cliente, tomando

en cuenta que la confianza es el elemento esencial de toda relación
contractual.

A manera de resumen final dicho trabajo cumplió objetivamente con los

requerimientos necesarios, ya que nos brindo información acertada y
verdadera sobre los temas expuesto a lo largo de la investigación.

18
ANEXOS

19
 BIBLIOGRAFÌA.

Referencias Bibliográficas.

 Cabanellas de Torres, Guillermo. Diccionario jurídico elemental, 18*

Edición. Buenos Aires: Editorial Heliasta. 2006.

 Ramiro García. La ética en la formación de abogados. Editorial

Flores. – México. 2015

 Torres Díaz. - Ética y deontología jurídica. – España. 2005

Referencias vía Página Web.

 http://sistemaucem.edu.mx/bibliotecavirtual/oferta/licenciaturas/dere
cho/LDE106/etica_y_deontologia_juridica.pdf

 https://www.pinterest.com/pin/611715561857915162/

 http://www.monografias.com/trabajos66/lealtad-abogado/lealtad-
abogado2.shtml

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