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Resumen
Abstract
This article focuses on the laws of Rome and different civilizations, which are sources of
the current rule, as was the marriage Lex Canuleia in Rome, one of the most honorable
acts in this civilization took place, so that this act becomes a moral and religious act, in
evolution, a ceremony in the legal, established since antiquity as standard, up to our
legislature promoting the importance of various ancient civilizations that contributed to
right, as in the case of Rome, being the cradle of law constituting today one of the highest
priorities impact study and analysis for the full and harmonious development of man, in
its holistic-systemic.
Keywords: Law, marriage, norma, society, concubinatus, contubernium.
INTRODUCCIÓN
El matrimonio en Roma era uno de los actos más honorables que en esta civiliza-
ción se llevaban a cabo. Sin importar de qué forma se viese al matrimonio, ya sea como
la unión de un hombre y una mujer, o el primer paso para la creación de una familia;
siempre sería visto como una de las principales instituciones de la sociedad, la cual
“tenía como objetivo principal, el generar hijos legítimos, para que estos en su madurez,
puedan heredar los bienes y la situación jurídica de sus padres frente a la sociedad
romana”. (1)
A partir de lo dicho anteriormente, es lógico el pensar que, al ser una institución de la
sociedad de Roma, solo podrían ser partes de la misma patricios, y lo fue así por mucho
tiempo, abarcó el periodo de las Leyes de las Doce Tablas, en el que el matrimonio era un
acto exclusivo para los miembros más altos de la sociedad romana.
Pero esto cambiaría, el matrimonio seguiría siendo una de las instituciones jurídicas
más importantes de la sociedad romana, y sus objetivos serían los mismos, salvo el cam-
bio que se daría en el año 445 a.C., con la aparición de la Ley Canuleia, la cual eliminaría
la exclusividad de este acto, dando por hecho, la unión en matrimonio entre un patricio
y un plebeyo.
ANTECEDENTES
En Roma, el matrimonio “era un acto exclusivo para los ciudadanos” (2), siendo esta
su principal característica, la cual desencadenaba en varios requisitos que los ciudadanos
debían cumplir, como el que ambos sean púberes; con esto surgió también el arreglo de
ceremonias, incluso antes que los contrayentes naciesen. “Era mal visto, y llamado des-
honra, el no cumplir las promesas, por lo que muchos ciudadanos comenzaron a perder
sus derechos y con esto, la sociedad empezó a disminuir su poder”. (3)
Fue en estos momentos, en el que se empezó a dar más libertades al matrimonio. Exis-
tieron casos de adulterios, en el que un patricio mantenía una relación con un plebeyo
o viceversa, su mujer lo hacía. Gracias a los problemas que se dieron en esta época del
derecho Justiniano, Gaius Canuleius propuso la ley, la cual iba a ser aceptada por parte
del senado, con la única condición de que esta no cambiaría el objetivo del matrimonio,
el cual era concebir hijos legítimos. La diferencia es que ahora los hijos concebidos den-
tro del matrimonio ente un patricio y un plebeyo obtendrían el status social del padre y
romperían la regla en la que se estipulaba que “solo podrían ser ciudadanos romanos,
los hijos de padre y madre ciudadanos”. (Apiano)
Junto a esta ley, iban a surgir muchas nuevas leyes, no solo referentes al matrimonio,
sino al status de una mujer, a las libertades que poseía el hijo de un patricio, al patrimonio
familiar, e incluso leyes referentes a la independencia de la mujer, y las responsabilidades
que esta adquiría dentro y fuera del matrimonio.
Esta ley fue sin duda una de las más importantes del nuevo Derecho romano, ya que
abrió paso a la inclusión de nuevos derechos, lo cual revolucionaria totalmente a la socie-
dad romana.
A lo largo de la historia de Roma, existieron muchos conflictos internos entre patricios
y plebeyos, por lo que por muchos años, se tomaron medidas para solucionar o calmar
los conflictos entre ambos, una de estas, la Ley Canuleia.
Esta ley proponía que tenga validez el matrimonio entre patricios y plebeyos, algo que
permitió que, por primera vez, en la historia de Roma, se mezclase la sangre pura de un
ciudadano.
Por medio de esto, y que el principal objetivo del matrimonio en Roma, como insti-
tución jurídica, era el “procrear nuevos ciudadanos para que asumiesen los derechos
de su padre en un future” (Apiano), compararemos este objetivo con lo que nos dice el
Código Civil ecuatoriano en su artículo 81: “Matrimonio es un contrato solemne por el
cual un hombre y una mujer se unen con el fin de vivir juntos, procrear y auxiliarse
mutuamente”.
Lo primero que se distingue entre ambas épocas es el que la Ley Canuleia era, al igual
que muchas de otras leyes romanas, una ley “machista”, ya que esta le daba el poder to-
tal al hombre dentro del matrimonio, por lo que en lugar de ser un contrato, en el que
exista igualdad de responsabilidades y derechos, era el hombre, el único que asumía los
derechos, y con esto el poder que adquiría dentro de la sociedad. Con esto recaemos en la
visión que se tiene históricamente de la mujer como una fábrica de personas, por lo que
en Roma era el único propósito por el que se llevaba a cabo el matrimonio.
El Código Civil ecuatoriano, nos dice que la unión se da con el fin de que ambos, el
hombre y la mujer, vivan juntos. Es esta otra de las principales características del matri-
monio romano, ya que para reconocer un matrimonio, basta el observar una convivencia
diaria.
Aquí surgen el concubinatus y contubernium: la primera “nace cuando existía la con-
vivencia entre un hombre y una mujer, pero que no era reconocida como matrimonio”
(Grimal), ya que estas estaban imposibilitadas de casarse, como lo era el caso de un
poder de las masas y el pensamiento de bienestar que tiene cada persona, ya que este
siempre va a buscar el bienestar, si no es común, al menos suyo y de su familia.
Gracias a este pensamiento de superación, por llamarlo así, “el hombre romano intento
superarse, al igual que sucede hoy en día, ya sea por la motivación extrínseca o intrínseca,
el hombre va a estar en constante evolución, o al menos eso es lo que propone con su
accionar” (Grimal). En Roma con la introducción de la Ley Canuleia, era esto lo que se
necesitaba.
Como se ha analizado a lo largo de la historia de la humanidad, las leyes surgen por
la necesidad de la sociedad, ya sean estas necesidades micro o macro, las cuales son estas
últimas las que crearán un mayor impacto dentro del pensamiento de las personas, y en
Roma, estas necesidades no pasaban solo dentro de lo económico, sino por primera vez,
por lo social, y por el bienestar de los ciudadanos, y de los residentes en conjunto.
Si se toma en cuenta que, dentro de la Constitución ecuatoriana, se refiere a los extran-
jeros, como personas, en igualdad de derechos, es claro que esa conciencia que se creó
muchos años atrás sobre la inclusión, sigue en pie, y no solo es esta condición la que nos
hace pensar esto, sino diversos artículos dentro del código de convivencia ecuatoriana, el
cual es el Código Civil, que permite y acepta el matrimonio celebrado en el exterior, o que
permite el matrimonio de un ciudadano y un extranjero dentro del territorio nacional.
En este punto recae el prejuicio existente en Roma, en el que el conocido matrimonio
morganático, el cual consistía en la unión de un extranjero y un ciudadano, o mejor
conocido por la unión de personas de distintos estratos sociales, formó no solo un daño
en los deseos de personas que querían pasar la vida juntos y formar una familia, sino que
afectó a la sociedad romana como tal.
Pero siempre habrá cabida a la duda, y es válido el preguntarse: ¿Cómo puede afectar
que no sea legal el matrimonio entre personas extranjeras o de distintas clases sociales?
Pues la razón es lógica. Como se conoce, no solo por este ensayo, si no desde que somos
solo unos niños, el matrimonio es el núcleo de la sociedad, y es este una de las definicio-
nes más básicas del termino “familia”, y esto se debe, en parte, a lo sucedido en Roma, ya
que fue el respeto que se le tenía a esta institución jurídica, que fue lo que desestabilizó a
la sociedad por completo, ya que “el matrimonio era para personas de sangre pura, esto
quiere decir nacidos y de descendientes todos romanos” (Grimal), lo cual en algún mo-
mento es lógico pensar que esta descendencia se acabaría, siendo esta la necesidad macro
a la que se enfrentaban.
Con esta necesidad surgió la idea de formar esta ley, se empezó a mezclar a la sangre, la
cual no era del todo “impure” como ellos la llamaban, ya que la mayoría de la plebe, era de
padre romano y de madre liberta, o eran bárbaros nacidos en las cercanías de Roma. Dado
esto, por mucho tiempo se dio la siguiente pregunta: ¿Qué hubiese sucedido sin esta ley?
La cual sería contestada con los acontecimientos que se dieron después.
Como ya se había explicado, esta ley conllevo a la creación de nuevas leyes, como la
Papia Poppaea, la cual “eliminaría la tutela a la mujer y le daría independencia dentro
de la sociedad conyugal” (Orodea), y es esta otro de los beneficios, la llamada sociedad
conyugal, y ya no el poder absoluto del páter familias, el cual conservaría varios dere-
chos, pero perdería el poder absoluto y, luego, el poder a la tutela sobre sus agnados y sus
esclavos.
Pues fue una revolución la ocurrida con esta ley, la cual con los derechos actuales, y la
libertad de elegir con quien casarse se puede contrastar con el artículo 66, numeral 4 de la
Constitución, el cual nos dice que todos tenemos derecho a “la igualdad formal, igualdad
material y no discriminación”, lo cual quiere decir que todos somos vistos de la misma
forma bajo la ley, y que es este el derecho de toda persona, la libertad.
Este artículo, y lo sucedido en Roma, se complementan muy bien, ya que se pone en
manifiesto la libertad, la cual, como se suele decir, no solo es beneficiosa para la persona,
sino para la sociedad, y es aquí cuando surge de nuevo una necesidad en Roma, la nece-
sidad a ser libres.
Roma, una sociedad pesada, por su gobierno y su filosofía de gobierno, con estratos
sociales muy bien divididos, con funciones para cada uno de ellos, e inclusive leyes que
regulaban las conductas de cada uno de estos, fue lo que provocó un derecho, el cual es
considerado natural, que es la libertad, la cual puede ser concebida, como el derecho a la
vida, ya que se afirma que sin libertad no existe la vida. Y, en este caso, se puede pensar
que una organización política y social pueden mantener a una sociedad, es un pensa-
miento equivocado, ya que como se observó en Roma, “existió una época en la que la
evolución de esta se mantuvo en cero, y esto debido a una de las fuentes del derecho, la
costumbre y la tradición” (Orodea).
La costumbre y la tradición, dos fuentes del Derecho, que no solo pueden crear al mis-
mo, sino que también pueden destruirlo. ¿Cómo? Con la falta de ideas, la paralización y
las injusticias. Sin duda, esta última, uno de los mayores problemas a lo largo de la histo-
ria. La injustica, pero no se puede hablar de injusticia, sin primero saber lo que significa
justicia, o el ser justo.
La justicia, el “dar a cada quien lo que le corresponde” (Ortega). ¿Es esta la definición
universal de justicia, pero que nos hace creer que estamos siendo justos al denominar a
esta definición como verdadera? Pues esto mismo sucedía en Roma, ¿cómo uno podía
determinar lo que le correspondía al otro sin siquiera conocer su situación de vida? Pues
es claro que los derechos se violaban, las verdaderas injusticias, apadrinamientos dentro
de la corte, veredictos totalmente ilegales, y castigos tortuosos, eran llevados a cabo contra
la plebe, que aunque en el transcurso de la historia, adquirió derechos que los ponían al
mismo nivel que un ciudadano, en el fondo de la sociedad, se sabía que existían las injus-
ticias, y que estas no pararían nunca.
Por otra parte, la ética, al igual que los derechos humanos, es necesaria para el buen
vivir de la persona y de la convivencia social adecuada. Para esto, es de gran importancia
definir a la ética como “la disciplina que se ocupa de pensar el valor del bien, su natura-
leza, su relación con otros valores y la fundamentación de las normas morales que rigen
nuestras acciones” (Ortega). De esta manera, se protegen los aspectos sociales de un Esta-
do, basándose en la ley natural, las disposiciones y derechos de cada Estado.
Y son estas disposiciones éticas y morales las que surgieron en Roma, y nuevamente la
cuestión es preguntarse: ¿Por qué no?, ¿por qué no podría casarse un patricio y un plebe-
yo? ¿Qué los hace distintos? Y es aquí cuando surge la verdadera razón de la creación de
esta ley, la interpretación de la ley.
Interpretación que, dada por la realidad de la época, es muy difícil: el pensar que la
verdadera razón de la Ley Canuleia hubiese sido, por decirlo así, el “amor” que podían te-
nerse dos personas de distintos estratos sociales, ya que siendo realistas, “para un estado,
lo que menos importa son los sentimientos” (Orodea), y más aún en una sociedad, como
la romana, en la que aún existía la esclavitud.
Pues está claro que no eran los sentimientos de las personas los que motivaron a la
creación de esta ley, sino la necesidad, que ya se había comentado antes, la necesidad de
ser libres, e inmersa en esta, la necesidad que tenía el Estado de adquirir beneficios, ya
que en un Estado como el romano, un Estado en constante cambio, y el que se mantenía
en lucha por ser el mejor, “eran las apariencias de poder, las que movilizaban absoluta-
mente todo” (Grimal).
Y aquí surge de nuevo la definición de familia, “el núcleo de la sociedad, la fuerza y
el todo de la misma” (Orodea), pues es claro, que mientras más poderosa se vuelva esta
institución, mayor poder adquiriría el Estado, mientras más familias, y mientras estas sean
constituidas por patricios y plebeyos, los cuales estaban respaldados por leyes en su pro-
tección, serían menos las preocupaciones para el Estado romano, y mayores los ingresos
que estos tendrían, para poder trabajar, y empezar nuevamente la época de cambio, como
lo fue “la época del derecho Justiniano, en el que los derechos de las personas iban a ser
vistos de una forma distinta, dejando de lado la creencia de pureza, y empezando a tra-
bajar en conjunto para beneficiar a la sociedad” (Grimal), algo que aún forma parte de
las constituciones o cartas magnas de muchos países del mundo, como lo dice la propia
Constitución del Ecuador, en uno de los párrafos del artículo 1: “El Ecuador, es un estado
pluricultural y plurinacional”.
Pues bien, si hablamos de una convivencia ética y social correcta, se tiene que decir
que estas constan de varios valores fundamentales. En primer lugar, la igualdad, que se
refiere a que cada persona acceda a un trato justo. Y no solo esto, ya que si lo vemos desde
el punto de vista del matrimonio, este “es un contrato al que accede un hombre y una mu-
jer para formar una familia” (Ortega), y es justo, debido a que los dos toman la decisión,
dentro de lo que se formara, que es la sociedad conyugal, estos son iguales frente a la ley y
merecen un trato justo, que es lo mismo que se buscaba con la Ley Canuleia, la igualdad
entre patricios y plebeyos, y eliminar ambos estratos sociales para que la sociedad pueda
resurgir y darle al Estado lo que este necesitaba.
Segundo, la equidad que “se refiere al reconocimiento y valoración integral de todo
individuo sin importar su sexo, religión, credo o raza” (Ortega). Esta equidad, es muy
importante, ya que esta es otra de las bases de toda sociedad, y como lo habíamos dicho
ya, Ecuador, un Estado pluricultural y nacional. Y Roma, un Estado que necesitaba esa
Al igual que lo estipulado en las leyes ecuatorianas, la que se dice es una de las más
completas, están las leyes romanas, las cuales en conjunto formaban normas que crearan
igualdad en todos los residentes de la ciudad, debido a que como se explicó, el Estado
necesitaba la unión, y esta unión era la familia, la cual, como se conocía en épocas del
Renacimiento y la Era medieval, uno de los tratados políticos y sociales más importantes
eran los arreglos de matrimonios, entre un príncipe y una princesa de dos reinos distin-
tos, para fortalecer las relaciones bilaterales entre ambos reinos. Lo mismo sucedía en
Roma, el matrimonio serviría, ya sea que se ejecutase o no lo que está dispuesto, con
esto se hace referencia a que bien podía un patricio casarse con una plebeya o no, pero el
simple hecho de que existiese esta norma crearía cierta unión e igualdad, y al igual que
en las épocas del Renacimiento, como si fuesen dos reinados, se juntarían para servir a los
beneficios del Estado y satisfacer las necesidades del mismo.
En ese sentido, la Ley Canuleia puede ser vista más que como una ley que permite el
simple matrimonio entre un patricio y un plebeyo, si no que puede ser visto como un tra-
tado, visto desde otro punto de vista, que se encargue de unir a ambos pueblos, el de los
ciudadanos romanos, y el de los plebeyos, y esto es lo que realmente fue, la Ley Canuleia
fue la validación de los derechos adquiridos por la plebe con las Doce Tablas.
Se considera como punto de partida a la Constitución del Ecuador, el artículo 88, que
menciona la acción de protección, y se infiere lo siguiente: “podrá interponerse cuando
exista una vulneración de los derechos constitucionales”. Luego, comparando la Consti-
tución con la ley magna de las Doce Tablas, que en la constitución con este artículo, se
preservan todos los derechos que se encuentran escritos en este código de normas, y que
deben ser respetados; sin embargo, esto no ocurría en Roma, en el que la intervención de
las Doce Tablas fue, para algunos historiadores, “un acto fallido de preservar la paz entre
patricios y plebeyos” (Apiano), ya que por más que estas leyes hubiesen sido promulgadas
y puestas en vigencia, no se cumplían de una forma justa para algunos.
Es por esta necesidad que la Ley Canuleia surgió como un soporte, por llamarlo así,
para la Ley de las Doce Tablas, ya que por medio del matrimonio se le concedían mu-
chos más derechos de los que adquiría un plebeyo con lo estipulado en las Doce Tablas,
porque si se medita bien, al momento de uno casarse y de ser el plebeyo quien adquiriría
el estatus del patricio, pasaría a ser un ciudadano, solo por casarse, y no tenía que estar
bajo el poder de este, o ser esclavo, ni mucho menos sacrificar su vida en una guerra para
acceder por completo a los derechos de la sociedad romana, y ser visto como uno más, y
así acceder a todos los poderes del Estado y convivir en igualdad de condiciones frente a
la ley de Roma, y ser visto como romano frente a todos los demás.
Si bien se considera todo lo que significó esta ley, y de lo importante que fue, no solo
para los plebeyos, sino para el futuro de las siguientes sociedades y que hasta la actuali-
dad, esto pueda ser visto como un caso en el que las diferencias se dejaron de lado, para
formar una sociedad más unidad, y trabajar todos juntos por el bienestar del lugar en el
que residían.
Parágrafo 2°.
DE LA TERMINACIÓN DEL MATRIMONIO
Art. 105.- El matrimonio termina:
1°.- Por la muerte de uno de los cónyuges;
2°.- Por sentencia ejecutoriada que declare la nulidad del matrimonio del
desaparecido; y,
4°.- Por divorcio.
Art. 106.- El divorcio disuelve el vínculo matrimonial y deja a los cónyuges en
aptitud para contraer nuevo matrimonio, salvo las limitaciones establecidas en este
Código. De igual manera, no podrá contraer matrimonio, dentro del año siguiente a la
fecha en que se ejecutorió la sentencia, quien fue actor en el juicio de divorcio, si el fallo
se produjo en rebeldía del cónyuge demandado.
Estas prohibiciones no se extienden al caso en que el nuevo matrimonio se efectúa con
el último cónyuge.
SECCIÓN IV
CÓDIGO ORGÁNICO GENERAL DE PROCESO DIVORCIO O TERMINACIÓN
DE UNIÓN DE HECHO POR MUTUO CONSENTIMIENTO
Artículo 340.- Divorcio o terminación de unión de hecho por mutuo consentimiento.
El divorcio o la terminación de unión de hecho por mutuo consentimiento, siempre que
haya hijos dependientes, se sustanciarán ante la o el juzgador competente.
La o el juzgador convocará a los cónyuges o a los convivientes a audiencia a la cual
comparecerán personalmente o a través de la o del procurador judicial y ratificarán su
decisión de dar por terminado el vínculo matrimonial o la unión de hecho.
Si en la audiencia, los cónyuges o los convivientes han acordado sobre la situación
de las o los hijos menores de dieciocho años y de los bienes, la o el juzgador en el acto
pronunciará sentencia declarando disuelto el vínculo matrimonial o la unión de hecho.
En caso de divorcio o terminación de la unión de hecho se dispondrá la inscripción de la
sentencia conforme con la ley.
De no haber acuerdo sobre la situación de las o los hijos menores de dieciocho años,
el asunto se sustanciará ante la o el mismo juzgador en procedimiento sumario y resuelta
esta controversia se declarará disuelto el vínculo matrimonial o la unión de hecho.
CONCLUSIONES
las diferencias sociales, no se puede negar que fue un gran contribuyente a la ig-
ualdad de derechos que se dieron en la historia, y no solo debido a que se trata del
matrimonio entre un patricio y un plebeyo, si no que se trata del hecho de haber
cedido uno de los más nobles derechos de una sociedad, a otro, que ellos creían
eran personas impuras que no merecían dicho derecho.
• Esta ley reformó la vida en familia, ya que gestionó los derechos dentro del matri-
monio entre un hombre y una mujer, y así la mujer adquirió derechos, y el hombre
aprendió a convivir en armonía, y a formar una sociedad conyugal, que sea de
aporte, al igual que en Roma, para satisfacer las necesidades del Estado.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Constitución del Ecuador (2008- VIGENTE)
Código Civil del Ecuador (2012- VIGENTE)
CÓDIGO ORGÁNICO GENERAL DE PROCESO (2015)