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TEMA
Fisioterapia en Síndrome de Down
RESUMEN:
El niño con síndrome de Down (SD) tiene unas características propias que lo definen y que
hacen que su desarrollo psicomotor sea específico. Los aspectos cerebrales, las
alteraciones musculoesqueléticas y los problemas médicos asociados son los factores que
intervienen de forma más significativa en su desarrollo psicomotor, tanto en lo relativo a la
temporalización de la adquisición de los ítems como en lo relacionado con la calidad de
movimiento.
Como base de trabajo partimos de que todo programa de estimulación debe tener en cuenta
los siguientes factores:
1. Un diagnostico concreto de las patologías de cada niño/a determinando las funciones que
están comprometidas y en qué grado lo están.
2. Inicio precoz del tratamiento.
3. Calidad de tratamiento, en cuanto a técnicas adecuadas, aplicadas de una forma
individual, no sistemática.
4. Deben considerarse los siguientes factores:
Sensoriales.
Motrices.
Mentales.
No todos los niños con síndrome de Down pasan por todas las etapas evolutivas y no las
adquieren en el orden habitual pero es fundamental trabajar todas y cada uno de los mismas
para darle al niño/a con síndrome de Down más estrategias y así poder desenvolverse en su
entorno, por un lado, y por otro vigilar, reeducar y enseñar los movimientos del aparato
locomotor.
Por las características física de los niños/as con síndrome de Down (hipotonía, disminución
de la fuerza, laxitud ligamentosa, acortamiento de los miembros superiores e inferiores en
relación al tronco, hipermovilidad articular y gran flexibilidad) en ocasiones cuando llegan a
la adolescencia o incluso en la edad adulta, pueden padecer trastornos ortopédicos.
Los trastornos ortopédicos más frecuentes son:
Escoliosis
Genu Recurvatum
Genu Varo
Genu Valgo
Pies planos
Pies Valgo
Otros trastornos menos frecuentes pero que también tienen repercusiones a nivel ortopédico
son:
Inestabilidad Atlanto-axial.
Inestabilidad rotuliana.
Luxación de caderas.
2da FUENTE:
REVISTA MÉDICA INTERNACIONAL SOBRE EL SÍNDROME DE DOWN 2008
N. Buzunáriz Martínez, M. Martínez García Centro de Desarrollo Infantil y Atención
Temprana de la FCSD
Unos consejos prácticos
1. Los niños con síndrome de Down tienen menor capacidad para generalizar. Eso significa
que la habilidad aprendida en un contexto no es necesariamente utilizada en otro. Por
ejemplo, un niño puede ser muy competente para subir las escaleras de su casa pero,
cuando se enfrenta con las escaleras de otro sitio, puede regresar a utilizar estrategias
mucho más primitivas, hasta que consigue volver a aprender en esta nueva situación.
2. Los niños con síndrome de Down necesitan recibir una información que esté dividida en
piezas pequeñas. Tengo la experiencia de que cuando un niño parece haberse estacionado,
es probable que el problema consista en que la información siguiente que se le ha dado es
demasiado extensa y necesita que se la desmenuce más.
3. La estructura es crucial y ha de ser lo más perfecta posible. Los niños con síndrome de
Down necesitan estructura, constancia y un ambiente familiar si trata de conseguir que
actúen muy bien. No pretenda hacer algo nuevo o exigente cuando el niño está cansado,
hambriento o cuando no está en su mejor momento por lo que sea. La calidad del trabajo
que realizan juntos es mejor que la cantidad. Reduzca los motivos de distracción en el
ambiente.
4. Siga la dirección que el niño le marca. Tiene que estar motivado para conseguir una
determinada habilidad. Intentar imponer su voluntad a un niño con síndrome de Down es
batalla perdida. A menudo yo trato de modelar mi estilo de interacción siguiendo el de sus
padres. Porque es familiar para el niño y será probable que tenga éxito.
5. Esté atento a cómo reacciona el niño cuando aprende las nuevas habilidades del motor
grueso. Algunos niños son precavidos mientras que otros se arriesgan más. El precavido
prefiere mantenerse en una posición mientras que el arriesgado prefiere moverse. Por
ejemplo, al aprender a andar, el precavido querrá cantidad de apoyos y se enfadará si se
cae. Al arriesgado le gustará andar porque significa movimiento, y no le preocupará tener
apoyos ni cuántas veces se cae.
6. Sepa cuándo parar. Algunos niños sólo querrán repetir dos veces un determinado
movimiento e insistirán en hacer otros distintos. Y otros se sentirán felices de repetir docenas
de veces. Organice el juego de forma que el niño alcance el éxito y evite la frustración.
7. Siga una estrategia para planificar la sesión. Practique lo que el niño está preparado para
aprender. Ataque las habilidades más difíciles pronto, antes de que el niño esté cansado.
Alterne las tareas difíciles con otras más fáciles, con el fin de que tenga tiempo para
recuperar sus fuerzas.
8. Tenga preparada una estrategia para prestar su apoyo. Estos niños tienden a hacerse
rápidamente dependientes del apoyo. Préstelo lo menos posible dentro de que el niño pueda
conseguir lo que usted se había propuesto, y retírelo lo antes posible.
9. Aprenderán primero las habilidades de una manera algo burda y después las irán
refinando. Por ejemplo, inicialmente los niños aprenderán a andar con una base amplia y sus
pies rotados hacia fuera. Como antes he explicado, éste no es el modelo óptimo de marcha
pero se le debe permitir inicialmente, para ir mejorando después mediante el aprendizaje de
habilidades siguientes a las de la marcha.
Por ejemplo, algunos niños, en lugar de aprender a andar a gatas sobre sus dos rodillas
aprender a hacerlo sobre una rodilla y un pie. Una vez que se ha establecido este patrón y el
niño llega a dominarlo, no conseguirá usted modificarlo y sólo hará que el niño se enfade.
Enséñele a usar sus dos rodillas para subir escaleras en lugar de interferir el patrón que ya
ha adquirido.
11. Los niños con síndrome de Down aprenden de acuerdo con un proceso gradual.
a) La primera etapa es la introducción de una nueva habilidad. Y hay que introducirla lenta y
cuidadosamente, siendo el objetivo sencillamente hacer que el niño tolere el movimiento.