Вы находитесь на странице: 1из 4

Tal vez el próximo año

Después de que fui diagnosticada, decidí que la escuela pública no iba a ser una
opción para mi. Incluso antes de que los infortunios comenzaran. Podía sentir las
miradas de la gente. Podía escuchar las preguntas que invadían sus mentes. Podía
ver ojos mirándome llenos de pena y compasión.

»Pobre Anna.

»Era muy joven.

»Estoy seguro que su familia está cuidando muy bien de ella.

No quería lidiar con eso. No podía lidiar con ello. Así que, me retiré. Así como
suena.

Me sentía débil y lo admito.

Pero no significa que sea bueno. No quería que el criterio de dificultad se me


hiciera mas fácil solo porque estoy enferma. Quiero que la gente espere de mi lo
que esperarían de una adolescente normal de dieciséis años. Quiero que la gente me
vea por como soy, no por la plaga que me ha invadido. Seré la primera en decir que,
dejar la escuela no me ayudo en nada. Pero, les mostrare que soy más fuerte de lo
que piensan. A veces es difícil creer en mi misma, pero estarías sorprendido de lo
que en un momento de coraje puedes llegar a hacer.

Hasta ese momento, el día iba normal para mi. Parecía que mis pulmones querían
darme un descanso por cortos periodos de tiempo, incluso se me olvidaba que yo no
era normal. Esos momentos son de los mejores. Bajando las escaleras me esforzaba
más de lo que podía y mi cuerpo rápidamente me dejaba sin aire algún tiempo
devolviéndome a la realidad.

Mi madre estaba en la cocina. Tenía el teléfono en la oreja y una expresión seria


en la cara.

-Sí, claro,

claro.... Uh-huh. Uh-huh. Pero, exactamente ¿cuanto se conoce sobre ese método? No
me gustaría que...

Cuando me vio, rápidamente cortó la conversación.

-¿Podría llamarte más tarde? Si, no hay problema. Bien, adiós- Colgó y forzó una
sonrisa.-Hola, cariño.

-¿Quien era en el teléfono?-Le pregunté mientras mi buen humor se iba.

-Nadie, solo Dael.

La miré fijamente por un tiempo.

-¿Solo Dael, eh? Y, ¿ustedes dos de que hablaban?

-¿Por qué tantas preguntas, Anna? Tulipanes. ¿De qué más hablaríamos?

-No lo se, dime tu-Dije.

Mi madre se paró. Le dio una mirada a su sombrero y fue hacia el. -Creo que iré al
jardín. Hace un día hermoso hoy. Eres libre de acompañarme si quieres.
Yo en realidad nunca fui admiradora de ir al jardín. Era un recordatorio constante
de todo lo que quería olvidar. Pero cuando yo observaba mi madre, solo veía dolor.
Ella me sostenía con todo lo que quedaba de ella. Se lo debía.

-Claro, mamá-Dije

-¿En serio? No tienes que venir si no quieres. Yo se que tu...

-No mamá, yo quiero ir.

Sonrió y le devolví la sonrisa. Me gustaba verla feliz. Hasta fui capaz de


esforzarme para ponerme un vestido que ella me había comprado unos años antes con
la idea de que yo fuera su ayudante del jardín. Estaba lleno de flores como la
mayoría de cosas que ella tenia, creo que me quedaba un poco mal, pero tenia que
hacerlo.

El jardín explotó en colores ante mis ojos cuando abrí la puerta. Era como si no
hubiera estado aquí afuera hace años.

-¿Por qué

no plantamos los que compre el otro día en la tienda, uh?-Mamá pregunto.

-Eso estaría bien. Tu mandas. Yo te sigo. Estoy seguro que van a lucir hermosas, o
sea... Son 'buenas chicas esas semillas'

Mi madre soltó un risa y me dio un golpecito con su guante.

-Oh, Anna. ¡No te burles de Dael! Son de buena calidad-Ella me dio la mano-. Vamos,
quiero mostrarte algo.

Ella me llevó a un pequeño y vacío lugar de tierra oscura en el medio del jardín.

-¿Qué es esto?

-Va a ser la estrella de nuestro jardín, ¡la plantaremos juntas! Lo he estado


guardando para ti. Y así... Y así...

Ella paró y se quedó mirando su vestido.

-Y así- Dije después de una larga pausa.-Tendrás algo para recordarme cuando me
haya ido.

De una vez que las palabras salieran de mi boca, me arrepentí de haberlas dicho.
Ella se congeló, su largo cuello quedo en un peculiar ángulo. Ella arqueo las cejas
y dejo escapar un gemido.

-Anna, no! Nunca haría, yo nunca- ¡NO, ANNA, NO!

-Lo siento, mamá, no fue mi intención.

Ella volteó su cabeza evitando mi mirada. -Creo que deberíamos hacer esto otro día.

Le di la mano.

-No, mamá, por favor. Quiero hacerlo hoy. Ahora. No me dejes arruinar esto. Por
favor.
Ella no dijo nada y lentamente se arrodilló y empezó a tratar el suelo. Hice lo
mismo.

-Esta es una buena idea, deberíamos plantar un tulipán cada vez que enfrentemos
algo.

Ella me miró. -¿Cada vez que enfrentamos algo?

-Sí, cada vez que pasamos por algo y lo resolvemos, cada

vez que le demos la cara a un miedo, deberíamos plantar un tulipán. Cada uno puede
representar cuando... Cuando hacemos algo que no sabíamos que podíamos. Esa podría
ser el centro de nuestro jardín. Nuestro jardín.

Pensé en el año en cuando deje el colegio. Pensé en cuando mi padre nos dejo. Pensé
en el año en el que mi madre empezó a plantar tulipanes, cuando toda esta locura
empezó. Esto podría ser bueno para nosotras.

-Amo esa idea- ella finalmente respondió. Una lágrima resbaló por su mejilla hasta
caer a la tierra.

-¿Mamá?

-¿Si, cariño?

Tome aire.

-Quiero volver al colegio.

Esperé, esperando un regaño, esperando un «no», y un millón de "¿Estas segura?" Y


un largo discurso de que debería tomarlo con calma.

»Sería mucho trabajo, Anna.

»No estoy segura si lo soportarías.

»Los chicos pueden ser crueles.

»Deberíamos consultar al doctor primero.

»Tal vez el próximo año.

Pero para mi sorpresa, madre no dijo nada de eso. Cuando me miro, sonrió. Ella
tenía fe en mi. Ella creía que era fuerte.

Ella creía en mi.

Ella saco de su bolsillo un montón de semillas.

-Creo que eso merece un tulipán por valentía.

Reí.

-¿Lo crees?

-Sí, lo creo.

Miré hacia el suelo negro en frente de nosotras.


-Bien, ¿qué estamos esperando?

~~~~~~~~~~~~~~~~

Christina ladeó la cabeza y me miro con los ojos entrecerrados.

-¿Estas segura de que lo vas a hacer?

-¡Sí! Por un millón de veces ¡sí!

Ella se levantó.

-Bien, me quito el sombrero por ti. Es una locura. Pero miremos el lado bueno,
puedes conocer chicos lindos!

Bajé la mirada.-Uh, creo que no va a ver chicos lindos para mi.

-Oh, cállate Anna. Eres hermosa.

-No exageres, Christina-Dije un poco cohibida-. Igualmente no estoy haciendo esto


por un chico, lo hago por mí.

-Claro, Anna. Dan igual mis comentarios estúpidos.

-Podrías venir conmigo.

-'NO! Quiero decir, no. No puedo. Solo no puedo.-Dijo ella volteándose.

-¿Por qué no?

-Solo no puedo ¿bueno? No soy tú, no puedo enfrentar el mundo.

Ella caminó arriba y abajo por su habitación. Estaba a punto de gritarle y decirle
que no se burlara de mí. Pero cuando la miré detenidamente, supe que lo decía en
serio. Ella pensaba que podía enfrentar el mundo. No la presioné.

-Bueno, Si alguna vez cambias de parecer...

Fui a casa esa noche y encontré a mi madre durmiendo. Me fui a mi habitación


cuidadosamente para no despertarla. Ya en mi cama empece a pensar en todos los
eventos del ese día. Algo se encendió en mi. Me sentía viva. Me sentía como si
estuviera empezando algo nuevo.

Mientras me dormía, me acorde de la semilla de coraje que mi madre y yo habíamos


plantado esa tarde. Soñé que crecía con un tallo de oro y pétalos de diamante.
Sabia que, si esa pequeña semilla podía encontrar una manera de salir del suelo y
mostrarse al mundo, ¿por qué yo no iba a poder?

Вам также может понравиться