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Cuadernos Monisticos 91 (1989) LIBROS .NOTAS BIBLIOGRAFICAS HOMILIAS ASCETICAS DE ISAAC EL SIRIQ, Las Homilfas 0 Tratados de Isaac de Ni- nive, a pesar de proceder-de un niedio extra- fio a la Ortodoxia y a la lengua de Bizancio, aunque no estrictamente ajeno 2 su espiri- tualidad, han gozado de una enorme popula- ridad e influencia. .Fue Isaac originario de Qatar, en {a costa del Golfo Périico, y Vivid en el siglo VU. Promediaba el siglo cuando abandoné su patria donde habfa sido inicia- do en la vida monéstica, y se radicé en Per- sia. Varios aftos més tarde, después de 676, fue ordenado obispo para la sede te Ninive, pero pronto se retiré 2 la soledad: En Nini- ve, en efecto, se enfrentaban los jacobitas Girios occidentales, de tradicién anti-calce- doniana) con su Iglesia oriental, mal llamada nestoriana; el obispo Isaac, extranjero en la tegidni, prefirio alejarse para llevar vida soli- taria en Beit Huzaye, situado hacia el Sur. Muri en el monasterio cercano de Rabban, Shabur, al que se habia acogido, anciano y ciego, a fines del s, VII o principios del VIII. Lgs Homilfas fueron escritas probablemente durante los afios pasados en Beit Huzaye, como Jo afirman algunos autores antiguos y parece indicarlo internamente su misma obra. En ella volcé su experiencia de monje y de padre espiritual, y alcanzando por su medio una extense itadiaci6n, ha trascendi- do el tiempo y Ia distancia, Su persona y sus escritos fueron objeto de controversias, co- mo lo sefiala Isho’denah en el Libro de la Castidad, atribuyendo las mismas causas al desfavor que sufrieron otros ilustres auto- res sitios, de su misma Iglesia y tradicién: José Hazzaya, Juan de Apamea y Juan de Dalyatha. El obispo Daniel Bar Tubanitha escribié una obra para refutarlo, como lo acreditan Isho'denah y el Catdlogo de Abdisho. Pero sobre todo gozé de la fama y el respeto que se tributan a los grandes maestros del espiritu. The Ascetical Homilies of Saint Isaac the Syrian.Translated by the Holy Trans- figuration Monastery, Boston, Mass., Holy Transfiguration Monastery, 1984, exvi, 570 pp. Sus Homilias, recibidas también por los sitios occidentales, fueron traducidas 4 griego, a partir de un ms. de este origen, en el monasterio palestine de Mar Sabbas, por los monjes Patricio y Abraham, Ya en los s. XEXIL se encuentra Gitada-Ia version griega pot Pablo Evergetinos y Pedro de Damasco, y son muy numerosos los ms. que se han conservado, especialmente a partir del s. XIV, testimoniando la importancia y el fa- vor con que eran recibidas las obras del obispo “nestoriano”. Del griego pasaron al latin y a las Yenguas eslavas, y a pastir del Renacimiento, en Occidente, y desde el s. XVII, cn el Oriente bizantino, se tradu- jeron a casi todas Jas lenguas, Como un dil- timo eslabén de esta impresionante cadena, tenemos la version inglesa, realizada en el monasterio de la Santa Transfiguracién, Boston, Mass., que presentamos a nues- tros lectores, El Prefacio exptica el porqué de la edi- cién: es el cumplimiento de una deuda espi- ritual contraida on el fundador del monas- io de la Transfiguracién, ¢l Padre Pante- Ieimon, devoto lector de las obras del Santo Obispo, y on las cuales basaba sus propias ensefianzas, Urgido por la necesidad de pro- curar a sus discfpulos una traduccién inglesa de Isaac, impuls6 a uno de ellos a intentarla, A partir del texto griego, se propuso esclare- cer los pasajes oscuros recurriendo a las edi- ciones eslavas y Tusas, pero sin mucho éxito, pues estas traducen el mismo texto griego. Al firy el traductor acudié al original siriaco, con el asesoramiento del Prof. S. Brock (Ox- ford), y de ese esfuerzo es fruto el libro que tenemos a la vista. No existe edicién critica del Isaac sirfaco: hay dos tradiciones dife- rentes, la ofienfal y la occidental; la primera, editada por P. Bedjan, en 1909, y la segun. da, inédita, en los ms. Sinai Syr. 24, Vati- cano Syr. 125 y Syr. 124. La edicién de Bedjan, traducida al inglés en 1923 por A. J. Wensinck, debia comprender una segunda parte, que nunca fue publicada, y cuyo ma- nuscrito se ha perdido. Sdlo en 1983 el Prof. 516 Brock encontré un ms. completo del s. XI, en la Bodleiana de Oxford, Syt. 7, con lo que queda demostrado que existieron --y se conserven parcialmente— otras obras do Isaac. En cambio, el Libro de le Gracia, en siete centurias, que muchos consideran au- téntico, suscita interrogantes que el traduc- tor analiza detenidamente en pp. Ixxxi- boxxiv, para concluir que es en realidad obra de Sim6n d-Taibutha. de la traduccién es, como dijimos,-el griego de Patricio y Abratiam, mionjes de Mar Sabbas, que no esté exento de pasajes dificiles de interpretar. Su trasmi- sién, antes de la edicién dé 1770, explica esas dificultades, y del mismo texto, impre- so o manuscrito, derivan las versiones subsi- guientes en las lenguas mfodernas, incluida Ja eslavona del célebre Starctz Paisiy Ve- lichkovsky. Para thejorar ese texto se 1 ha cotejado con 12 ms., y se ha completado re- curriendo al siriaco, el texto occidental en primer tugar, del cual procede Ia version gtiega, pero también al impreso por Bedjan que corresponde, como ya se dijo, al orien- tal. La edicién inglesa de Boston tiene, pues, una base més amplia que las demas realiza- das hasta ahora. Después de Jas 77 Homilias se han in- cluido otras obras, que complementan asi la vision del rico Iegado espiritual sirio: selec- ciones del Libro de la Gracia (atrib. a Isaac), la Carta de Filoxeno @ Simeén, la Yamada J Carta sirfaca de san Macario de Alcjandria, Wa Carta sobre ta hesiquia y el Tratado sobre a oracion,'de Juan el solitario, y la Homilfa sobre los solitarios de san Efrén. Concluye con un epilogo, que es una introduccién his- thrica y teoldgica’s ta Iglesia-de Persia hasta fines del s. VII, ¢ indices de temas y biblico, Lo dicho hasta aqui muestra que nos en- contramos ante una versién hecha con crite- tios de responsabilidad y competencia, ¥ que una futura edjcidn eritica de Ispac est ahora mas cercana, después-del ingente tra- Cuadernos Mondsticos 91 (1989) Notas bibliograficas bajo realizado. Las diferencias entre las re- daccidnes y versiones, causadas por la dis- persion manuscrita del texto, exigird sin du- 4a una complicada elaboracién, y ella debe- ré concluir en una presentacién tan matiza- da y completa como la que R. Draguet hizo del Asceticén de Abba Isaias. Pero, ademds del valor critico, la edicién inglesa que pre- sentamos tiene, en los textos debidos al tra- ductor, un calor espiritual que, si bien Jo leva a hacer en Ia introducci6n una apologia monéstica y doctrinal, oponiéndose a las formas occidentales de vida eclesial y religio- sa, a la misma yersidn le da un acento entra- fiable y sentido. Sorprende, con todo, que el traductor flo fue mds alld en’su labor, ofte- ciéndonos, también yna presentacién de la doctrina espiritual de Isaac. Tal vez, al en- tar en la complejidad del andlisis de las fuentes y en la sutileza de sus conceptos, el tono de su apologia hubieta debido mode- rarse. Porque Isaac, mistico “‘nestoriano”, es un discipulo de Evagrio y del Ps. Macario, ya que, como demostré el Prof. Guillau- mont, esos autores origenistas tuvieron una larga supervivencia en ef ambito sirfaco. La ensefianza propalada primero en Nitria y las Celdas, por medio de Ia rica floracién mo- nistica y literaria-de la Igtesia Siria oriental, sc.conservé y difundié, y abatiendo todas ins barreras volvié a introducirse en la Gran Iglesia y,en su monacato, La mistica de los sitios, que recién ahora puede comenzar 2 alcanzar més vastos sectores y que tiene en Isaac a uno de sus mds altos exponentes, me- rece Ia atencién de los cristianos. Recomen- damos,-ademés de fos trabajos de I-Hausherr, el reciente libro de R. Beulay: La lumiére sans forme. Introduction I de de la mystique syro-orientale (Ed. de Chevetogne, 1987). [a tipografia, la encuadérnacién, son im- pecables; las ilustraciones, como los titulds, en rojo, hacen del volumen, lujoso, sélido y grueso, un espléndido estuche para una doctrina tan ries. MM. de Elizalde, osb

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