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¿SE PUEDE O SE DEBE VIVIR LA DIVINA VOLUNTAD EN COMUNIDAD?

¿Se puede o se debe vivir la Divina Voluntad en comunidad?

¿Es posible combinar la Divina Voluntad con otras experiencias espirituales?

Una comunidad lleva como finalidad el estudio y práctica de alguna manera de vida, pensamiento,
espiritualidad, etc., lo cual se logra a través de reglas y formas de enseñanza preestablecidos, donde
los aspirantes o estudiantes se deben someter a reglas, estudios y prácticas ordenados de la forma
que al, o a los dirigentes les parece mejor. Lo anterior supone que el o los superiores o dirigentes
conocen de tal manera el tema, que saben exactamente qué y cuándo se deben impartir determinados
conocimientos, y sobre todo, qué tipo de regla de vida se debe seguir para alcanzar dicha finalidad.

Lo anterior va en franca contradicción con lo expresado por Nuestro Señor a Luisa el 28 de noviembre
de 1921:

Continuando mi habitual estado, me he encontrado en un mar inmenso de luz, no se veía ni donde


terminaba ni donde comenzaba, había una barquita, pero formada también ella de luz, de luz era el
fondo de la barca, de luz las velas, todo era luz, sin embargo las diversas partes que se necesitaban
para formar la barca se distinguían entre ellas por la diversidad de la luz, una más resplandeciente que
la otra; esta barquita navegaba este mar de luz con una velocidad increíble. Yo he quedado
encantada, y mucho más al ver que la barquita ahora se perdía en el mar y no aparecía más, ahora
salía y mientras estaba lejana, sumergiéndose en el mar se encontraba en el mismo punto donde
había salido antes. Por esto mi siempre amable Jesús se divertía mucho al ver a esta barquita y
llamándome me ha dicho:

“Hija mía, el mar que tú ves es mi Voluntad, Ella es luz y nadie puede navegar este mar sino
quien quiere vivir de luz. La barca que ves con tanta gracia navegar este mar es el alma que
vive en mi Querer; con su continuo vivir en mi Querer ha respirado el aire de mi Voluntad y mi
Voluntad la ha vaciado de la madera, de las velas, del ancla, del mástil y la ha convertido toda
en luz, así que el alma, conforme va haciendo sus actos en mi Querer se vacía de sí y se llena
de luz; el capitán de esta barca soy Yo, Yo la guío de acuerdo a su velocidad, Yo la sumerjo
para darle reposo y tener tiempo para confiarle los secretos de mi Querer; ninguno podría ser
hábil en guiarla, porque no conociendo el mar no pueden conocer el modo como guiarla, ni Yo
me fiaría de ninguno, a lo más escojo una guía como espectador y oyente de los grandes
prodigios que hace mi Querer. ¿Quién puede ser hábil y capaz para guiar la carrera en mi
Querer? En cambio Yo, en un solo instante la hago hacer la carrera que otro guía la haría hacer
en un siglo.”

Además, una comunidad tiende a estandarizar a las almas, hace que todas sigan en un mismo
camino. Está bien si lo que se intenta es la imitación de una forma de seguir a Jesús, la forma que
siguió “x” o “y” persona, y que a él o ella lo condujeron a la calidad de “beato o santo” con lo cual la
Iglesia acepta que su vida es digna de imitación, entonces sí, es necesario establecer un orden, para
que todos resulten lo más parecido al original, y todo aquel que quisiera salirse del estándar, sería mal
visto y no serviría para estar en dicha comunidad.
En la Divina Voluntad no se trata de imitar a nadie, no se trata de ser otra Luisa Piccarreta, no, lo que
se intenta es que cada uno de nosotros viva la Vida Divina, con las características específicas con las
que Dios nos dotó desde toda la eternidad a cada uno de nosotros, puesto que Él quería vivir su Vida y
manifestar tal o cual característica en cada uno, por eso, TODOS SERÁN bellos, todos santos, con
Santidad Divina, pero diferentes entre sí. Analicemos algunas palabras que sobre este tema le dice
Jesús a Luisa:

Junio 18, 1937

“…En cuanto la criatura se somete a nuestra Voluntad para hacerla reinar, nos forma el lugar
en la suya para hacernos obrar como Dios en su pequeño campito, y son tales y tantos los
prodigios que hacemos, nuestras industrias de amor, que los Cielos se abajan, se sacuden y
miran estupefactos lo que hacemos en la criatura donde reina nuestro Fiat Divino. Tú debes
saber que nuestra Creación no terminó en el hombre, porque fue interrumpida por la
sustracción que hizo de nuestro Querer: entonces, no reinando en él no podíamos fiarnos de él,
y por eso quedó como suspendida la continuación de nuestra obra creadora; por eso con ansia
esperamos que vuelva a los brazos de nuestro Fiat, para que lo haga reinar, y entonces
reemprenderemos la Creación, y ¡oh! cuántas cosas bellas haremos, daremos dones
sorprendentes, nuestra Sabiduría pondrá fuera todo su arte divino, y ¡oh!, cuántas bellas
imágenes que nos semejan pondrá fuera de su Luz Divina, todas bellas, pero distintas la una de
la otra en la Santidad, en la Potencia, en la Belleza, en el Amor, en los dones, nuestro Amor no
estará más obstaculizado, encontrando nuestro Querer podrá hacer y dar lo que quiere, así que
desahogará tanto en el dar para rehacerse de su Amor reprimido.”

Mayo 6, 1938:

“…Ahora hija mía, es tanto nuestro Amor, que fijamos diversos grados de santidad y diversos
modos de santidad y de belleza para adornar al alma en nuestra Divina Voluntad. De ellas
haremos una distinta de la otra, distintas en la belleza, en la santidad, en el amor, todas bellas,
pero distintas entre ellas.”

Estas últimas palabras creo que nos darán el cierre a este análisis de por qué no se debe vivir en
comunidad. Imaginémonos que todo lo creado tuviera inteligencia, razón y voluntad, y que todas ellas
hubieran acudido a una «comunidad» para saber cómo debían vivir y qué cosa hacer. Tendríamos una
creación absurda, supongamos que el maestro de esta comunidad fuera el cielo, ¿qué podría
enseñar? Enseñaría a ser cielo, por lo que tendríamos un sol que querría actuar como cielo, un mar
triste y sombrío por no poder ser cielo, y todo lo que no fuera cielo, se vería frustrado en su finalidad,
sin poder llegar a su plena realización, o sea, a manifestar lo que Dios quiso poner en ella como
manifestación de una cualidad de Dios.

Absurdo, ¿no lo creen?

La siguiente lectura habla de lo anterior:


Mayo 15, 1926

…Estaba pensando: “Si la criatura no se hubiese sustraído de la Suprema Voluntad, habría sido una
la santidad, una la belleza, una la ciencia, una la luz, y para todos el mismo conocimiento de nuestro
Creador.” Ahora, mientras esto pensaba, mi amado Jesús que me parece que Él mismo hace surgir los
pensamientos en mi mente, alguna duda y dificultad para tener ocasión de hablarme y hacerme de
maestro me ha dicho:

“Hija mía, tú te equivocas, mi Sabiduría no se adaptaría a formar una sola santidad, una sola
belleza, a comunicar una sola ciencia y a todos el mismo conocimiento mío, mucho más porque
habiendo sumo acuerdo entre mi Voluntad y la de ellos, el reino de mi Voluntad habría tenido
libre su campo de acción, por lo tanto habrían sido todos santos, pero distintos el uno del otro;
todos bellos, pero variados, una belleza más bella que la otra y según la santidad de cada una
debía comunicar una ciencia distinta, y con esta ciencia quién debía conocer de más un
atributo, quién debía conocer de más algún otro atributo de su Creador. Tú debes saber que por
cuanto podamos dar a las criaturas, apenas toman las gotitas de su Creador, tanta es la
distancia entre Creador y criatura, y siempre tenemos cosas nuevas y distintas para dar, y
además, si la Creación fue creada por Nosotros para deleitarnos, ¿dónde habría estado nuestro
deleite si hubiéramos formado de la criatura una sola santidad, dado una sola belleza y un solo
conocimiento de nuestro Ser incomprensible, inmenso e infinito? Nuestra Sabiduría se habría
rehusado de hacer una sola cosa. ¿Qué se diría de nuestra Sabiduría, Amor y Potencia si al
crear este globo terrestre hubiésemos creado todo cielo, o bien todo tierra, o todo mar? ¿Qué
gloria habría sido la nuestra? En cambio la multiplicidad de tantas cosas creadas por Nosotros,
mientras alaba la Sabiduría, Amor y Potencia nuestras, dice también la multiplicidad de la
santidad y belleza en las cuales debían surgir las criaturas, por amor de las cuales ellas fueron
creadas. Mira el cielo adornado de estrellas, es bello, pero también es bello el sol, pero
distintos uno del otro, y el cielo hace un oficio, el sol otro; el mar es bello, pero también es bella
la tierra florida, la altura de los montes, las llanuras extendidas, pero tienen la belleza y el oficio
distintos entre ellas. Un jardín es bello, ¿pero cuánta diversidad de plantas y de bellezas hay en
él? Está la pequeña florecita, bella en su pequeñez, esta la violeta, la rosa, el lirio, todas bellas
pero distintas en el color, en el perfume, en la grandeza, está la plantita y el árbol más alto;
¿qué encanto no es un jardín cuidado por un experto jardinero? Ahora hija mía, también en el
orden de la naturaleza humana habrá quién sobrepasará el cielo en la santidad y en la belleza,
quién al sol, quién al mar, quién a la tierra florida, quién a la altura de los montes, quién a la
pequeña florecita, quién a la plantita y quién al árbol más alto, y aunque el hombre se sustrajo
de mi Voluntad, Yo multiplicaré los siglos para tener todo el orden y multiplicidad de las cosas
creadas y de su belleza en la naturaleza humana, y aún sobrepasarla en modo más admirable y
más encantador.”

¿Muy claro, quién puede decir qué debo estudiar, cuándo estudiarlo, cómo comportarme? Sólo aquel
que contiene en sí todas estas ciencias y posee como propios todos los atributos de Dios, y éste, no es
ni fulano ni zutano, sólo Dios es el que puede guiarnos. Ésta es la razón por la que Jesús impidió el
que Luisa se convirtiera en religiosa.
Además, en múltiples capítulos se le menciona a Luisa el que la Divina Voluntad, el Querer Divino, el
Fiat Divino y el mismo Jesús, son los MAESTROS del alma, para guiarla a su finalidad querida por
Dios.

Hacerlo en manera diferente, es OPONERNOS a la Divina Voluntad, y eso es el mal de los males, es
el repetir el pecado original, es el escoger a Barrabás en vez de Jesús y gritar Crucifíquenlo.

Además, Dios requiere de: «LIBERTAD ABSOLUTA» para poder llevar al alma al lugar donde la
quiere, en el momento preciso tanto para Dios como para ella, y esto, nadie, nadie lo puede saber con
precisión, sólo Jesús que conoce el interior de cada uno de nosotros.

Veamos:

Vol. 34 4/07/1936

"Hija bendita, ánimo, no te abatas, mi Querer Divino quiere todo, porque sabe que un pequeño
acto, un deseo, una fibra de querer humano le arruinaría sus obras más bellas, el orden divino,
su Santidad quedaría obstaculizada, su Amor restringido, su Potencia limitada, por eso no
tolera que ni siquiera una fibra de querer humano tenga vida; es verdad que es el sacrificio de
los sacrificios, ningún otro sacrificio puede igualar el peso, el valor, la intensidad del sacrificio
de vivir sin voluntad, tanto que se requiere la Vida perenne, el milagro continuado de mi Querer
Divino para poder resistir a este sacrificio, que frente a los otros, éstos se pueden llamar
sombras, cuadros pintados, juego de niños que lloran por una insignificancia, porque está el
querer humano que en las penas, en los encuentros dolorosos, en las obras, no se siente
deshecho, sin vida, sin satisfacciones, por eso los sacrificios se sienten, ¡oh! cuanto más
ligeros, pero vacíos de Dios, de santidad, de amor, de luz, de verdadera felicidad, y quizá ni
siquiera exentos de pecados, porque el querer humano sin el mío no puede hacer jamás cosas
buenas y santas. Además, si mi Fiat no tuviera virtud de tener consigo al querer humano sin
darle vida, más bien encerrar su Vida en él para hacer que no encuentre ni lugar ni tiempo de
poder actuar, no podría obrar con aquella ostentación, suntuosidad y pompa divina que
Nosotros estamos acostumbrados de hacer en nuestras obras; si en la Creación hubiera estado
otra voluntad, nos habría impedido la suntuosidad, la ostentación, la pompa divina que tuvimos
en toda la Creación, nos habría podido impedir la extensión del cielo, la multiplicidad de las
estrellas, la vastedad de la luz del sol, la variedad de tantas cosas creadas, nos habría puesto
un límite. Por eso nuestro Querer quiere estar solo para hacer lo que sabe y quiere hacer, por
eso quiere la voluntad humana consigo, concurrente, espectadora, admiradora de lo que quiere
hacer en ella, pero debe estar convencida, si quiere vivir en mi Voluntad, que la suya no puede
actuar más y que debe servir para encerrar la mía en la suya, para dejarla hacer con toda
libertad sus obras, con toda la suntuosidad, con la magnificencia de la gracia y con la pompa
de sus variedades divinas. La primera cosa que queremos es la libertad absoluta, queremos
ser libres hija mía, sea cualquiera el sacrificio que queremos y las obras que queremos hacer, si
esto no fuera, el vivir en mi Voluntad será un modo de decir, pero en realidad no existe.

[…] Ahora, si mi Voluntad te hubiera dado la libertad de hacer actuar a la tuya, incluso en las
cosas más pequeñas e inocentes, no habría podido formar tu Jesús en ti, y Yo de voluntad
humana no puedo ni quiero vivir, ni mi Querer habría tomado el empeño de formarme en el alma
si no estuviera seguro que Yo encontrara mi misma Voluntad, de la que estaba animada mi
Humanidad; será propiamente esto su reino sobre la tierra, el formar tantos Jesús por cuantas
criaturas quieran vivir de Voluntad Divina; con Jesús en las almas su reino tendrá su
suntuosidad, sublimidad, su esplendor de cosas inauditas, y estará seguro, y entonces en el
reino de mi Fiat Divino tendré tantos Jesús vivientes que me aman, me glorifican y me darán
gloria completa. Por eso suspiro tanto este reino, también tú suspíralo, no te ocupes de otra
cosa, déjame hacer, confía en Mí, y Yo pensaré en todo."

Jesús es muy claro en sus explicaciones.

PARA VIVIR EN SU VOLUNTAD ES NECESARIO PENSAR, QUERER, HACER, VIVIR,


COMPORTARNOS COMO JESÚS, no podemos entremezclar cosas, prácticas humanas, no importa
lo bellas, sublimes que nos parezcan; no importa de qué espiritualidad provengan.

¿Cómo saber si podemos o no hacerlo? Muy sencillo: revisando la Vida de Jesús y María, TODO LO
QUE ELLOS NO HICIERON, NO LO DEBEMOS HACER, pues estaría en desacuerdo con la manera
perfecta de vivir de Divina Voluntad. TODO, TODO LO DEMÁS, quedaría circunscrito en la “Santidad
Humana”, y las palabras de Jesús son muy claras:

Noviembre 20, 1917

“…¡Oh! el bello vivir en mi Querer, me agrada tanto, que haré desaparecer todas las demás
santidades, bajo cualquier otro aspecto de virtud en las futuras generaciones, y haré reaparecer
la santidad del vivir en mi Voluntad, que son y serán no las santidades humanas, sino divinas, y
su santidad será tan alta, que como soles eclipsarán las estrellas más bellas de los santos de
las pasadas generaciones, por esto quiero purgar la tierra, porque es indigna de estos
portentos de santidad…"

Entendido, «Todas las demás santidades, bajo cualquier otro aspecto de virtud».

Por tanto, condición de necesidad absoluta, es que el amor debe ser solo:

Vol. 11 9/07/12

Después ha agregado: "El verdadero amor debe ser solo; en cambio cuando está apoyado en
algún otro, aunque sea santo, aunque sea persona espiritual, me da nausea y en lugar de
contento me da amargura y fastidio, porque el amor sólo cuando es solo me da completo
dominio y puedo hacer lo que quiero del alma; además el ser solo es de la naturaleza del
verdadero amor. En cambio cuando no es solo, una cosa se puede hacer, pero otra no; es un
dominio restringido que no me da plena libertad, y por lo tanto el amor se encuentra a disgusto
y restringido."

Que Dios los bendiga,

Salvador Thomassiny.

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