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“REFORMA POLÍTICA”

Reforma política, es un cambio en la estructura organizativa de un país o de una región.


Recordemos que la política está asociada al ejercicio del poder y a la toma de decisiones en
pos de determinados objetivos.

Lo que hace una reforma política es alterar las características de un cierto régimen u
organización. No se trata de una revolución: es decir, no se reemplaza el orden vigente por
otro diferente. La finalidad de la reforma política es corregir o perfeccionar ciertos mecanismos
de la esfera gubernamental o de la administración pública.

Todas las innovaciones de la reforma política se dan en el marco del sistema social ya
establecido y sin contradecir lo que fijado por las instituciones. Los grupos que ostentan el
poder suelen aceptar una reforma política para evitar que la presión social derive en una
revolución o en una revuelta violenta que les haga perder su posición de privilegio.

En otras palabras, hay sectores que prefieren aceptar o impulsar una reforma política y ceder
algo de poder que defender a rajatabla su posición y arriesgarse a perder todo por un
proceso violento e impredecible.

A la hora de poder llevar a cabo una reforma política, cada país establece una serie de pautas
y principios en cuanto a mayorías y procesos que deben cumplirse a rajatabla. No obstante,
es vital que en cualquiera de las actuaciones de ese tipo que se deseen acometer se tengan
en cuenta varios elementos, como serían estos:
-Lo primero es que los partidos que dan forma al gobierno debatan al respecto y establezcan
que es el momento de llevarla a cabo.
-De la misma manera, es vital que se tenga claro el respaldo que se va a necesitar y el
sistema de aprobación que se acometerá.
-Asimismo, hay que establecer un proyecto definido, claro y exhaustivo que plantee la reforma
que se va a realizar, a qué ley va a afectar, qué objetivos se pretenden alcanzar llevándola a
cabo y porqué es necesario proceder a acometerla.
Las medidas que se desarrollan en el marco de una reforma política respetan la esencia de
las instituciones y no provocan una ruptura del orden establecido. Hay que destacar, de
todas formas, que sus efectos pueden ser importantes y generar un cambio relevante en la
vida política.

En España, por ejemplo, en el año 1976, tras un pertinente referéndum, se llevó a cabo la
aprobación de lo que dio en llamar Ley para la Reforma Política (Ley 1/1977, de 4 de enero).
Esta, que logró algo más del 94% de los votos a favor, fue la última de las leyes
fundamentales del régimen franquista. Si la misma se ha destacado especialmente en la
historia es porque fue la que permitió que se comenzaran a dar los primeros pasos en pro de
la Transición, el periodo que logró dejar atrás una dictadura e iniciar una etapa democrática en
pro de todos los ciudadanos.
“LEGITIMIDAD”

Qué es Legitimidad:

Legitimidad hace referencia a la cualidad o condición de legítimo. Lo legítimo, por su parte,


es aquello que se encuentra en conformidad con las leyes y que, por ende, es lícito.

Asimismo, por extensión, suele emplearse el adjetivo legítimo para referirse a la validez o
verdad de un asunto o cosa. Como tal, la palabra deriva del latín legitĭmus, y se compone con
el sufijo "-dad", que significa cualidad.

En este sentido, legitimidad es un término asociado a las Ciencias Políticas, al Derecho y a la


Filosofía, que designa aquello que está en concordancia con lo que expresa el ordenamiento
jurídico.

La legitimidad ocurre cuando lo que mandan las leyes o lo que dictamina una autoridad es
obedecido.

Para ello, la norma emitida debe contar con los atributos de validez, justicia y eficacia, que
implican que la ley sea promulgada por un órgano o autoridad competente; sea justa,
razonable y equitativa; y que los ciudadanos la sigan, la acaten y la cumplan.

Cuando alguien está dotado de legitimidad, tiene la capacidad realizar una función pública
que implique ejercer el poder, mandar y ser obedecido.

La legitimidad, como tal, implica el reconocimiento, por parte de los otros, de que una
persona está investida de autoridad pública para ejercer un cargo del Estado.

Legitimidad y legalidad

Legitimidad es un concepto asociado a la política y al ejercicio de los poderes y la autoridad


pública, mientras que legalidad es un término relativo al ámbito del Derecho que se refiere a
lo que es legal.
Por un lado, la legitimidad se obtiene mediante una serie de normas y procedimientos que
dotan a determinados funcionarios de autoridad pública y mandato, mientras que la legalidad
es todo el sistema jurídico sobre el que se sustenta la organización política de un Estado, de
allí que el ejercicio del poder esté sometido al ordenamiento jurídico.

En este sentido, cuando el poder legítimamente obtenido violenta las leyes pierde,
automáticamente, legitimidad.

Legitimidad política

La legitimidad política se obtiene, dentro de un Estado, cumpliendo con la serie de


normativas y procedimientos que dotan de autoridad el mando y la gestión de los funcionarios
o los ocupantes de un cargo público dentro de la organización política de una nación o
jurisdicción.

Lo contrario, la ilegitimidad, traería como consecuencia una crisis de legitimidad que


derivaría en una crisis política, pues los ciudadanos, al desconocer la legitimidad de quienes
ejercen el poder político, se verían impelidos a tampoco reconocer u obedecer su mandato.

Legitimidad del poder

Un poder es legítimo cuando tiene la potestad de mandar y de ser obedecido. Para su


legitimación, el poder tiene que cumplir un conjunto de reglas y de procedimientos, así como
atravesar una serie de instancias que lo dotarán de autoridad ante sus gobernados.

En las Ciencias Políticas, la legitimidad implica la justificación ética del origen del poder, de allí
que, en nuestros sistemas políticos modernos, la democracia sea la instancia legitimadora
por excelencia del poder.

No obstante, sistemas políticos antiguos, como la monarquía, sostienen que el poder del rey
deriva de la voluntad divina.

Legitimidad del Estado


Un Estado goza de legitimidad cuando entre los miembros de la comunidad política, los
factores sociales y la ciudadanía que lo integran existe un consenso lo suficientemente amplio
y sólido para convenir en acatar su orden, sus instituciones, sus leyes y su autoridad.
“CONSENSO”
Consenso es un término que procede del latín consensus y que hace referencia al acuerdo
que se alcanza por el consentimiento entre los miembros de un grupo o entre varios grupos.
Por ejemplo: “No hubo consenso y la decisión fue aplazada hasta la próxima semana”, “El
gobierno busca un consenso con la oposición para establecer nuevas políticas económicas”,
“Existe un amplio consenso entre los dirigentes del club para renovar el contrato del técnico”.

Una decisión por consenso, por lo tanto, es aquella que se toma gracias al acuerdo de una

mayoría pero, a su vez, tratando de minimizar el nivel de conflicto con la minoría. Esto quiere

decir que una decisión tomada por la mayoría no siempre implica un consenso, ya que puede

avasallar la opinión de la minoría.

El consenso no requiere el consentimiento activo de todos los involucrados: alcanza con que,

quienes se oponen la decisión, atenúen su rechazo y toleren la disidencia. Gracias al

consenso, una sociedad puede alcanzar la paz social y la convivencia armónica.

A nivel histórico, uno de los acontecimientos que se convirtió en uno de los mayores y mejores

ejemplos de consenso político fue la Transición Española, establecida a finales de la década

de los años 70. Y es que durante ella se produjo el acuerdo entre los distintos partidos, de

muy diferentes ideologías, de trabajar juntos para conseguir que el país saliera de la dictadura

en la que había estado inmerso durante varias décadas.

De esta manera, el consenso de todos ellos llevó a que se tomaran medidas tales como la

creación de la Constitución de 1978, que viene a reflejar las diferentes realidades de la nación

y que se ha convertido en la norma suprema del orden jurídico de aquel territorio hasta el día

de hoy.
No obstante, es importante subrayar que antes de crear ese documento, se llevó a cabo lo

que se ha dado a conocer como Pactos de la Moncloa. Bajo el paraguas de esa denominación

vienen a incluirse a las distintas colaboraciones, acuerdos y consensos entre los partidos

políticos existentes así como con los sindicatos de trabajadores y con las asociaciones de

empresarios para sacar a España a flote. En concreto, con todo ello lo que se hizo fue tomar

la determinación de introducir diversas medidas económicas, sociales y políticas de cara a

conseguir que el país pudiera avanzar a paso firme.

Dentro del ámbito científico e incluso a nivel social también existen consensos que tienen

como claro objetivo el establecer unos acuerdos en pro del entorno al que se estén refiriendo.

Si los dirigentes no buscan generar consenso, los estallidos de violencia son más probables,

ya que los grupos que no comparten las decisiones de las autoridades sentirán que sus

derechos no son reconocidos y tendrán una mayor tendencia al conflicto.

La falta de consenso es el disenso o disentimiento, que consiste en no ajustarse al parecer

de los demás. El disenso no supone siempre un enfrentamiento, ya que es posible adaptar el

comportamiento o la actitud en pos de un bienestar general.


“DEMOCRACIA”
La democracia es una forma de gobierno del Estado donde el poder es ejercido por el
pueblo, mediante mecanismos legítimos de participación en la toma de decisiones políticas.

El mecanismo fundamental de participación de la ciudadanía es el sufragio universal, libre,


igual, directo y secreto, a través del cual elige a sus dirigentes o representantes para un
período determinado. Las elecciones se llevan a cabo por los sistemas de mayoría o
representación proporcional, o combinación de ambos.

El máximo representante de los ciudadanos en una democracia es quien ejerce el poder


ejecutivo, es decir, el presidente del gobierno. No obstante, otros cargos ejecutivos de rango
regional o local, lo mismo que cargos legislativos, son también atribuidos democráticamente
mediante el voto. En este sentido, la democracia es también el gobierno de las mayorías, pero
sin dejar de lado los derechos de los individuos ni desatender a las minorías.

La democracia, como sistema de gobierno, puede existir tanto en un sistema republicano


como en uno de carácter monárquico de tipo parlamentario, donde en lugar de la figura de
presidente existe la de primer ministro, con atribuciones muy semejantes.

La democracia, por otro lado, puede ser entendida como una doctrina política y una forma de
vida en sociedad, y su principal función es el respeto por los derechos humanos,
consagrados por la Organización de las Nacionales Unidas, la protección de las libertades
civiles y de los derechos individuales, y la igualdad de oportunidades en la participación en la
vida política, económica y cultural de la sociedad.

Como democracias son también designados los países que cuentan con esta forma de
gobierno: “Las democracias del mundo piden justicia”. La mayoría de las democracias cuentan
con una Carta Magna o Ley Suprema como guía para los legisladores y como garantía para
los ciudadanos con el objetivo de hacer valer sus derechos y la actuación del gobierno actual.
El término democracia es extensivo a las comunidades o grupos de personas donde todos los
individuos participan en la toma de decisiones: “Aquí se decide qué programa de televisión
vamos a ver como en una democracia”.

Tomando en cuenta, lo dicho por Platón y Aristóteles, se puede considerar como democracia
al gobierno de la multitud o de la mayoría.

Etimológicamente, la palabra democracia se encuentra en el griego “δημοκρατία”


(democratía), y se compone de los términos “δῆμος” (démos), que puede traducirse como
‘pueblo’, y “κράτος” (krátos), que significa ‘poder’.

Democracia directa

Se dice que existe una democracia directa o pura cuando son los mismos ciudadanos, sin
intermediación de representantes, participan directamente en la toma de decisiones de
carácter político a través del voto directo.

En la democracia directa, se lleva a cabo ciertos mecanismos por medio del cual el pueblo
participa de manera continua en el ejercicio directo de poder, como en el caso de la
participación ciudadana, plebiscito, referéndum, iniciativa popular, entre otros.

La democracia directa es el modelo original de la democracia, practicado por los atenienses,


en la Antigüedad. Hoy en día, la podemos encontrar en forma de asambleas vecinales o
ciudadanas, así como en referendos de nivel local o nacional.

Democracia representativa o indirecta

La democracia representativa, también llamada indirecta, es aquella donde los ciudadanos


ejercen el poder político a través de sus representantes, elegidos mediante el voto, en
elecciones libres y periódicas. De este modo, el ejercicio de los poderes del Estado y la toma
de decisiones deberá expresar la voluntad política que los ciudadanos han hecho recaer sobre
sus dirigentes.
No obstante, la democracia representativa es el sistema mayormente practicado en el mundo,
como por ejemplo: México, por ejemplo. Por otro lado, las democracias liberales, como la de
Estados Unidos, suelen funcionar dentro del sistema representativo.

Democracia participativa

La democracia participativa es un modelo de organización política que otorga a los


ciudadanos una mayor, más activa y más directa, capacidad de intervención e influencia en la
toma de decisiones de carácter público.

La democracia participativa incorpora activamente al ciudadano en la vigilancia y control de la


aplicación de las políticas públicas, procura que los ciudadanos estén organizados y
preparados para proponer iniciativas o para expresarse a favor o en contra de una medida, y
no limita su papel dentro del sistema democrático al ejercicio del voto, tal como se observa en
Venezuela.

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