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Historia de la Seguridad
Tema 1: Procesos históricos que dieron origen a las formas actuales de concebir
la seguridad.
LA SEGURIDAD CIUDADANA
Y LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
LA SEGURIDAD CIUDADANA
Y LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
TEMA I:
Proceso histórico de la Seguridad
En Septiembre de 1996, ejerciendose para ese entonces la segunda
vicepresidencia de Fedecámaras, y cumpliendo con la solicitud que
me hiciera el presidente de la institución, Jorge Serrano, redacté un
documento que sería presentado al país como la posición definitiva
del empresariado en materia de seguridad social. Luego de algunas
modificaciones propuestas por Eddo Polesel y Hugo Fonseca Viso, el
documento fue aprobado por el Consejo Nacional de Fedecámaras el
30 de Septiembre y publicado en sendos remitidos de prensa a partir
de esa fecha.
PROPUESTA DE FEDECÁMARAS DE UN NUEVO SISTEMA DE
SEGURIDAD SOCIAL
Los TRABAJADORES venezolanos merecen un sistema de Seguridad
Social que garantice, de manera efectiva y oportuna pensiones
dignas, un óptimo servicio de salud y protección adecuada para sus
familiares en caso de invalidez, muerte y paro forzoso.
Estos objetivos nos llevan a proponer un nuevo Sistema de Seguridad
Social, apoyado en una legislación, que incluya los siguientes
lineamientos básicos:
1. La recapitalización por parte del Gobierno Nacional d actual Fondo
de Pensiones del IVSS, el cual deberá ser administrado por una
comisión de alto nivel creada con ese fin, de manera de asegurarle
una pensión digna a los ya jubilados y a las 200.000 personas que ya
han llegado a edad de jubilación y a quienes el Seguro Social no les
ha pagado la pensión a que tienen derecho
2. La transferencia a los estados de la totalidad de los hospitales y
ambulatorios del IVSS.
3. La creación de los Fondos de Salud Previsional administrados por
empresas privadas reguladas por el Estado mediante una
superintendencia con fines específicos, de manera que los
trabajadores cuenten efectivamente con un seguro de salud que cubra
el 100 por ciento de sus gastos médicos y de medicinas acudiendo a
centros de salud públicos o privados. Estos fondos harían posible la
adquisición de medicamentos por parte de los trabajadores, con cargo
al Fondo de Salud de su escogencia, sin necesidad de acudir a un
hospital o ambulatorio. Además, este sistema resolvería el problema
creado por la atención a pacientes no asegurados.
4. La sustitución del actual Sistema de Prestaciones Sociales por un
nuevo sistema más adecuado a las necesidades del país y que
permita a las empresas incrementar el salario real de sus
trabajadores.
5. Una vez cumplidos todos los puntos anteriores, el Instituto
Venezolano de los Seguros Sociales debe ser liquidado, eliminando la
totalidad de su nómina remanente.
Es nuestra convicción que, una vez promulgada la legislación
necesaria, Venezuela contará con un avanzado Sistema de Seguridad
Social, a la par de los mejores del mundo y los trabajadores podrán
contar con pensiones de vejez, muerte e invalidez dignas, y un
adecuado servicio de salud. Existirá, un gran incentivo para reducir el
tamaño de la economía informal. Cabe señalar que el Estado aun
tendrá la obligación de atender las necesidades de la población no
asegurada a través Ministerio de Sanidad y Asistencia Social.
Fedecámaras está abierta al diálogo con el Gobierno nacional y con el
sector laboral para llegar a un acuerdo para el de este nuevo Sistema
de Seguridad Social. Para ello no tenemos tiempo que perder, en vista
de la actual situación de colapso del Instituto Venezolano de los
Seguros Sociales.
TEMA II:
SEGURIDAD EN VENEZUELA HASTA EL AÑO 1999.
Los cambios del Estado venezolano a partir de 1999 generan nuevos
retos e invitan a replantear conceptos tradicionales como democracia,
seguridad y ciudadanía. En este estudio se propone una aproximación
al análisis de la política pública nacional de seguridad ciudadana,
específicamente durante el período comprendido entre 1999-2005, por
considerarse que un análisis tal, puede revelar los valores, objetivos y
estrategias reales del Estado en esta materia. Para cumplir con el
objetivo, se hace especial referencia al desarrollo de la producción
jurídico penal como parte importante de la política de seguridad, para
concluir que la ley penal, lejos de guardar correspondencia con los
imperativos constitucionales y con los objetivos estratégicos
planteados en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación
2001-2007, se ha correspondido con una política criminal de
emergencia y de respuestas contingentes que han justificado la
multiplicación de las funciones del aparato represivo del Estado
venezolano.
Las encuestas de victimización y opinión pública muestran un
incremento de los delitos violentos y de la desconfianza en el sistema
de justicia penal. El marco constitucional y legal que se ha venido
desarrollando desde 1999 enfatiza un concepto muy amplio de
seguridad, que incluye tutela amplia de derechos y satisfacción de
necesidades indefinidas. El plan piloto de seguridad ciudadana
enfatiza la vigilancia ostensiva y la disuasión mediante acciones de
ocupación territorial transitoria. La disminución de ocurrencias
delictivas es dudosa. Se propone un marco de reflexión e
investigación incorporando criterios de transparencia y participación
que contribuyan a generar corresponsabilidad y a reducir la violencia.
Con la Constitución de 1999 (Venezuela, 1999) se introdujo bajo un
nuevo Título, denominado De la Seguridad de la Nación, un concepto
cuyo fundamento radicaría en el desarrollo integral y cuya defensa
sería responsabilidad de las personas naturales y jurídicas
establecidas dentro del espacio geográfico (art. 322). El artículo 326
de la Constitución desarrolla la seguridad como una
corresponsabilidad entre Estado y sociedad civil para cumplir con los
principios de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad,
justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental y defensa de
los derechos humanos, así como para lograr la satisfacción progresiva
de las necesidades de la población.
Dentro de estos amplios enunciados se concibe la seguridad en una
doble faz de protección de principios y derechos y de cobertura de
necesidades indefinidas, aunque, cuando se indican las instancias
garantes y los responsables operativos, el concepto se restringe
notablemente. No obstante, la Guardia Nacional que desde 1950
forma parte de la Fuerza Armada Nacional tiene como responsabilidad
básica, según el art. 329, la conducción de operaciones para el
mantenimiento del orden interno del país. El art. 332 indica que los
órganos de seguridad ciudadana una de cuyas funciones es mantener
y restablecer dicho orden interno son de carácter civil, y que dicha
función es competencia concurrente entre el gobierno central y los
gobiernos estadales y municipales. Sin embargo, el énfasis en el
orden público como responsabilidad militar ha creado una tensión de
rango constitucional, que anteriormente no existía, entre cuerpos
militares y civiles y entre cuerpos centralizados y descentralizados de
policía.
TEMA III:
LA SEGURIDAD CIUDADANA EN MARCO DE LA CONSTITUCION
DE 1999.
En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV)
de 1999 se consagra por primera vez a nivel constitucional la
seguridad ciudadana (artículo 55), entendida en sentido amplio como
la protección de los derechos, libertades y garantías constitucionales.
Ello implica al menos conceptualmente la superación del tradicional
modelo de seguridad basado en el orden público acuñado durante
largo tiempo en el país, que garantizaba sobre todo el normal
funcionamiento de las instituciones del Estado y bajo el cual se
protegía (distorsionadamente) el orden económico y político, tanto en
gobiernos dictatoriales como democráticos, incluso por encima de los
derechos y garantías civiles.
A partir de 1999, el constituyente parece redefinir las relaciones entre
el individuo y el Estado en materia de seguridad, en el seno de un
modelo constitucional propio de un Estado democrático y social de
Derecho y de Justicia que propugna como valores superiores de su
ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia,
la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y,
en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el
pluralismo político.
La amplia gama de derechos reconocidos en la Constitución no sólo
tiende a fortalecer la tradicional noción de ciudadanía, sino que
también es una franca invitación a la seguridad, suponiendo que ante
cualquier amenaza o coerción ilegítima contra la libertad y los
derechos, prevalecerá el orden constitucional (Borrego, 2002). La
introducción de este nuevo concepto en materia de seguridad debía
representar un aliciente para la sociedad venezolana y una guía para
las políticas públicas a desarrollar por la nueva República entrado el
nuevo milenio, quebrando la trágica historia de control del Estado,
atacando un fenómeno presente en las sociedades modernas la
inseguridad y asumiendo el reto de garantizar la seguridad de los
derechos de sus ciudadanos, reto para el cual cualquier política de
Estado basada en el modelo del orden público resultaría ineficaz.
Evidentemente, el sentido que asume la seguridad ciudadana en
cuanto a la conservación, fomento y protección de los derechos y
libertades de los ciudadanos, dista mucho del tradicional concepto de
orden público. Entendiéndola como una garantía más del actual
modelo de Estado, a través de la seguridad ciudadana la democracia
venezolana intenta consolidarse en función de la garantía de los
derechos, y asume tácitamente como compromiso el mantenimiento
de la vigencia de los mismos.
Desde este punto de vista, se abren nuevas puertas para el desarrollo
de una democracia de la ciudadanía, entendida como una manera de
organizar la sociedad con el objeto de asegurar y expandir los
derechos de los cuales son portadores los individuos. En un sistema
tal, la violencia y la inseguridad son consideradas como una seria
amenaza para la estabilidad democrática y para la gobernabilidad, no
sólo porque ponen en evidencia las limitaciones del Estado para
erigirse como garante de los derechos reconocidos como
democráticos, sino porque tal situación genera rechazo social hacia el
sistema político y hacia las decisiones de los gobernantes y
representantes políticos. En tal escenario, el efectivo desarrollo de la
noción de ciudadanía basada en el ejercicio de los derechos agoniza,
frente a la falta de protección y garantía de esos mismos derechos.
TEMA IV:
ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DE
SEGURIDAD CIUDADANA EN VZLA.
El Estado venezolano impulsa políticas públicas para garantizar la
seguridad ciudadana con una nuevo modelo policial con pleno respeto
a los derechos humanos, basado en cuatro ejes: La creación de un
nuevo modelo policial; el control del armas, municiones y desarme; la
lucha contra el tráfico ilícito de drogas y el plan de humanización
penitenciaria.