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Por regla general, los cultivos existentes en la actualidad tienen poco que ver con los
previstos cuando se planificaron las superficies regables a comienzos.
Entonces se preveía que fueran destinadas, en buena parte, a especies tan poco exigentes
respecto a la demanda de agua como los cereales, que , además, no necesitan riegos en
los meses de punta de la demanda como son julio y agosto, siendo esta la causa principal
de la falta de capacidad del canal en esos meses.
En efecto, a los tradicionales campos de cereal, se han sumado cultivos herbáceos como
maíz, alfalfa o girasol y también cultivos hortícolas como tomate o pimiento, así como el
arroz, cultivo que en los últimos años ha protagonizado un impulso considerable. Todo
ello ha contribuido al aumento de las necesidades del recurso, tanto de la reserva total
como en la punta de demanda de caudal. De esta forma, en épocas en las que el caudal
total demandado supera a la capacidad de transporte del Canal de Bardenas, se podrá
suministrar a parte de la zona regable desde los embalses laterales, lo que permitirá
liberar al Canal de parte de la demanda total de caudal, logrando así satisfacer la demanda
de más superficie, en el mismo tiempo y con la misma reserva en el embalse.
AGILIDAD EN LA RESPUESTA
Dada la distancia existente entre el embalse principal y la zona regable, resulta imposible
aprovechar los excedentes de agua que se pueden producir en tormentas o cortos
temporales de lluvias. Además, cualquier corte en el Canal puede suponer notables
perjuicios para sus usuarios.
Por otra parte, los canales y acequias principales se dimensionaron para las demandas de
unos cultivos mucho menos intensivos que los realmente existentes en la actualidad. Por
ello, la construcción de embalses laterales permite atender las puntas de demanda que se
producen en el regadío.
Tipos de embalses
e) Muchas otras más, como podrían ser el costo involucrado, las características del valle
aguas abajo del embalse y la cantidad y calidad de la información disponible.
La presente exposición se refiere a los embalses laterales, en los que, en general, por las
ra- zones que se señala más adelante, la pérdida de capacidad por sedimentación es
menor. Desde el punto de vista sedimentológico, un embalse lateral debería cumplir las
dos condi- ciones siguientes:
a) Que sólo ingresen a él los caudales exce- dentes del sistema de aprovechamiento; es
decir, que el embalse no sea un elemento de paso para caudales que no necesitan
regulación, y
Usualmente los embalses laterales no tienen purga, salvo los muy pequeños que
pueden tener una purga mecánica. Por lo tanto, sólo queda la posibilidad de darles un
volumen adicional (por lo general, no muy grande) para almacenar los sedimentos que
provienen del Canal Alimentador y de las quebradas que puedan descargar
directamente en el embalse. En consecuencia, los embalses laterales tienen también
una determinada vida útil, que es mucho más larga que la de los embalses frontales.
Dentro de las numerosas ventajas de los embalses laterales, en comparación con los
frontales, se puede señalar las siguientes:
a) A los embalses laterales sólo ingresa una parte de los caudales líquidos y de sólidos
del río. En cambio, a los embalses frontales ingresa la totalidad de los caudales líquidos
y de sólidos. Esta es, desde el punto de vista sedimentológico, la gran diferencia entre
ambos tipos de embalse.
b) Los embalses laterales pueden tener una vida útil bastante más larga que la de los
embalses frontales. O, dicho con otras palabras, pueden tener la misma vida útil que
un embalse frontal, pero con un menor volumen adicional para la deposición de los
sólidos ( Volumen Muerto por sedimentación). Evidentemente, los embalses laterales
son una forma de atenuar los problemas de la pérdida de capacidad de los embalses
por acción de los sedimentos, especialmente en lugares donde ocurre el Fenómeno El
Niño.
e) Los embalses laterales representan una complejidad mucho menor en los aspectos
constructivos de la presa, pues ésta no se encuentra ubicada sobre el cauce de un río
importante (generalmente está sobre una quebrada).
f ) Los embalses laterales tienen obras de desvío más simples. En una presa frontal
el costo de las obras de desvío puede ser muy alto. También puede serlo su influencia
en la duración de la construcción y en el riesgo involucrado.
g) Por lo general, los embalses frontales re- quieren de presas de gran altura que inun-
dan áreas ribereñas, lo que obliga a su desocupación, a expropiaciones, al traslado
de pueblos y a la afectación de instalaciones, tierras agrícolas, ruinas arqueológicas y
otros espacios que pueden ser muy valiosos. En cambio, los embalses laterales sue- len
causar problemas menores.
Todos los sedimentos que produzca la cuenca ingresarán al embalse frontal. La mayor
parte de ellos, fácilmente más del 90%, depositará en el embalse. Para alargar la vida de
los embalses se suele pensar en disminuir la erosión de la cuenca, es decir, la
producción de sedimentos. Esto es teóricamente posible, pero costoso y difícil por una
serie de circunstancias que el autor ha tratado en varios trabajos. De otro lado, la
instalación de un sistema de purga sólo es posible en determinadas condiciones.
Pero, ¿qué significa el tiempo de vida de un embalse? ¿Puede admitirse que un embalse
tenga una vida limitada? Evidentemente que depende del tipo de proyecto. Una central
hidroeléctrica puede, después de un cierto número de años, reemplazarse por una cen-
tral térmica y seguir dando el mismo servicio, aunque, probablemente, en diferentes
condiciones de costo. Pero, si se tratase de una irrigación, es decir, de transformar el
desierto en tierra verde, no se podría, al cabo de un cierto número de años, decir que el
proyecto ya terminó porque ya se recuperó la inversión y que los colonos abandonen
las tierras por que ya no van a tener agua. En consecuencia, luego de la experiencia
vivida en el país no sería recomendable considerar, como se ha venido haciendo, una
vida útil de cincuenta años para un embalse que abastece un proyecto de riego. En
realidad, habría que tener un proyecto sustitutorio. En cambio, con un embalse lateral se
puede pensar en una vida muy larga, para lo cual es necesario proveer al sistema de
uno o más desarenadores. La vida de un embalse lateral dependerá de la eficiencia del o
de los desarenadores que lo protejan. Es decir, del sistema bocatoma desarenador que
se analiza a continuación.
Embalse lateral con respecto al río, pero frontal con respecto al canal
En estas condiciones el caudal total del Proyecto ingresaría al embalse lateral. Por lo
tanto, también ingresaría a él la totalidad de los sólidos que no sean retenidos en el
desarenador. En consecuencia, sólo se debe pensar en este tipo de solución cuando la
cantidad de sólidos sea muy pequeña y cuando no pueda implementarse la solución.
La consideración de la calidad del agua en el curso del río, aguas abajo de la bocatoma
puede ser un factor determinante para limitar las captaciones. Así por ejemplo, Jiang y
otros desarrollaron, considerando por un modelo sofisticado para evaluar el impacto de
un embalse lateral.
Conclusiones y Recomendaciones
I. Los embalses laterales tienen la gran ventaja de que a ellos sólo ingresa una
pequeña parte de los sólidos transportados por la corriente fluvial; en cambio, a los
embalses frontales ingresa la totalidad de los sólidos.
III. A un embalse lateral solo deberían ingresar los caudales excedentes del sistema de
aprovechamiento; es decir, que el embalse no debería ser un elemento de paso para
caudales que no necesitan regulación.
IV. Los embalses laterales tienen muchas ventajas con respecto a los frontales, como
se señala en el texto, y deben examinarse comparativamente en el momento de decidir
el tipo de embalse.