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5.

3 EFECTOS DE LA RADIACIÓN EN EL HOMBRE


La radiación por su naturaleza misma es nociva para la vida. A bajas dosis ella puede
dar
comienzo a una cadena de eventos parcialmente conocidos que llevan a un cáncer o
daño
genético. A altas dosis, ella puede matar las células, dañar los órganos, y causar muerte
rápida.
El daño causado por dosis altas, generalmente se hace evidente en unas horas o días.
Los
cánceres, sin embargo, toman muchos años – usualmente décadas – para aparecer. Y,
por
definición las malformaciones hereditarias y los daños causados por daño genético
toman
generaciones para manifestarse; serán los hijos, los nietos o los descendientes más
remotos
de las personas originalmente irradiada quienes serán afectados.
Mientras que usualmente es muy fácil identificar los primeros (efectos agudos de las
dosis
altas), es casi siempre extremadamente difícil neutralizar los efectos “tardíos” debidos a
dosis bajas, lo cual se debe en parte a que ellos se manifiestan mucho tiempo después de
la
exposición e inclusive entonces es muy difícil asociarlos con certeza a la radiación
puesto
que tanto el cáncer como el daño genético pueden tener otras causas.
Las dosis de radiación deben alcanzar un cierto nivel para producir daño agudo, pero no
para causar cáncer o daño genético. Por tanto ningún nivel de exposición a la radiación
puede considerarse seguro. Al mismo tiempo, ningún nivel de dosis es “uniformemente”
peligroso: inclusive a dosis relativamente altas, podría suceder que nadie se vea
afectado
porque los mecanismos de reparación del cuerpo usualmente contrarrestan el daño
sufrido.
Similarmente, alguien expuesto a una dosis de radiación no está en modo alguno
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predestinado a desarrollar cáncer o sufrir daño genético, pero se encuentra en mucho
mayor
riesgo que si el no hubiera sido irradiado. Y el tamaño del riesgo se incrementara con la
dosis.
5.3.1 Clasificación global de los efectos de la radiación sobre el ser humano
Los efectos de la radiación sobre el ser humano se clasifican en:
Somáticos: pueden aparecer en la misma persona irradiada. Dependen de: el
tiempo de
aparición de aparición de los síntomas después de la exposición (tempranos si los
síntomas aparen una horas o unos días después y tardíos si ello ocurre meses o años
después) y de la distribución de la dosis en el órgano comprometido.
Genéticos: se manifiestan solamente en la progenie del individuo irradiado, por
compromiso de las células germinales. Se estima que del 1 al 6% de todas las
alteraciones genéticas pueden deberse a la radiación.
Los efectos somáticos se pueden clasificar en:
Determinísticos
Pérdida de la función de un órgano o tejido debida a que un número suficiente de
células son eliminadas o resultan incapaces de reproducirse
Se manifiestan cuando las dosis recibidas sobrepasan un cierto umbral y es
improbable que aparezcan por debajo de esos valores
Para dosis superiores al umbral, la gravedad del daño guarda relación con la
dosis
Estocásticos
Efectos que se producen cuando a pesar de la lesión debida a la radiación, la
célula puede conservar su capacidad reproductiva y genera un clon de células
modificadas que pueden conducir a un cáncer, o ser transmitidas genéticamente
(en el caso de las células germinales de las gónadas) a los descendientes
No tienen umbral
El riesgo de su producción se incrementa con la dosis
La severidad del daño es independiente de la dosis
5.3.2 Efectos agudos
Se producen solamente después de una dosis mínima o umbral. Diferentes partes del
cuerpo presentan reacciones muy diferentes y la dosis necesaria para causar daño
depende
de si ella es suministrada en un sólo momento o de manera fraccionada. Muchos
órganos
pueden reparar de alguna manera el daño producido por la radiación y entonces pueden
tolerar una serie de pequeñas dosis mejor que la misma dosis total dada en una
exposición
única. Por supuesto, si la dosis es alcanza cierto valor, la persona irradiada puede morir.
Dosis muy altas, del orden de 100 Gy, dañan el sistema nervioso central de tal
manera
que la muerte puede ocurrir en algunas horas o días. A dosis de 10 a 50 Gy en el
cuerpo
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entero, la victima puede morir de daño gastrointestinal entre una y dos semanas más
tarde. Dosis más bajas todavía pueden evitar el daño gastrointestinal –o permitir
recuperarse de él- pero puede causar la muerte después de uno o seis meses,
principalmente
por daño en la medula roja en los huesos –el tejido en la cual se forma la sangre; una
dosis de cuerpo entero de cerca de 3 a 5 Gy puede matar a la mitad de las personas
que la reciben. Por supuesto, es generalmente la combinación de esos tres síndromes lo
que es fatal.
La médula roja de los huesos y el resto del sistema sanguíneo son las partes más
sensibles
del cuerpo a la radiación, y son afectadas por dosis pequeñas de 0.5 a 1 Gy.
Afortunadamente ellos tienen una gran capacidad de regeneración y, si la dosis no es tan
grande como para doblegarlas, se pueden recuperar completamente. Si solamente se
irradia
una parte del cuerpo, puede ocurrir que suficiente medula ósea sobreviva para remplazar
la
que se ha dañado.
Los órganos reproductores y los ojos son particularmente sensibles. Dosis únicas de
sólo
0.1 Gy en los testículos puede producir la esterilidad temporal del hombre, y dosis de
cerca
de 2 Gy pueden causar la esterilidad permanente. El ovario es menos sensible, pero
dosis
únicas por encima de 3 Gy pueden causar esterilidad, mientras que dosis más altas
pueden
ser administradas de forma fraccionada sin afectar la fertilidad.
El cristalino es la parte del ojo más vulnerable a la radiación: debido a la muerte de sus
células él se vuelve opaco, lo cual puede originar cataratas o ceguera total. Entre más
alta
sea la dosis más alta será la pérdida de la visión. Dosis únicas de 2 Gy o menos pueden
crear opacidades y cataratas de progresión más seria ocurren con dosis de 5 Gy.
Inclusive la
exposición ocupacional ha mostrado afectar el ojo: dosis de 0,5 a 2 Gy durante diez a
veinte
años incrementan la densidad y opacidad del cristalino.
5.3.3 Aceptabilidad de los riesgos
En el caso de las actividades laborales con radiación ionizante, los individuos trabajan
siguiendo principios de protección radiológica, los cuales garantizan que las dosis
recibidas
no sobrepasen ciertos límites de dosis, establecidos para evitar la ocurrencia de efectos
estocásticos y disminuir la probabilidad de efectos determinísticos. Por tanto, es claro
que
en condiciones normales de trabajo no se presentan efectos agudos y que ellos
solamente
podrían ocurrir en situaciones de accidentes graves.
Por tanto, en el caso de la actividad normal, solamente hay riesgo de efectos
determinísticos, los cuales se pueden presentar también en personas ajenas,
laboralmente
hablando, a la radiación ionizante. En efecto, todo ser humano está expuesto a la
radiación
natural.
En consecuencia, el riesgo asociado a la actividad laboral con radiación ionizante debe
valorarse en comparación con otros muchos riesgos a los cuales el ser humano en su
vida
diaria está sometido.

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