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La construcción de paz en Colombia es una tarea que nos corresponde a todas las
personas, por lo tanto nadie puede ser indiferente ante este proceso. Es verdad que no
todos estamos de acuerdo en la manera como se ha adelantado este proceso, pero nadie
puede poner en duda la apuesta ética que muchos líderes sociales han hecho para aportar
en este largo y difícil camino de la solución negociada al conflicto armado interno que
padece nuestro país.
Uno de estos líderes es el arzobispo de Cali, Darío de Jesús Monsalve Mejía, quien no ha
dudado en poner su palabra y su acción en favor de este acercamiento de las partes para
alcanzar el Acuerdo de Paz con la ex guerrilla de las FARC, o facilitar acercamientos para
que la Mesa de diálogo con el ELN se instalara y continúe su labor, así como su facilitación
para que el Clan del Golfo decretara una tregua unilateral, en definitiva una discreta y
pública labor en la búsqueda de la reconciliación nacional.
Como han dado testimonio varios de los sacerdotes presentes en la mencionada reunión,
eso es falso, el arzobispo nunca ha pedido ni mucho menos obligado a votar por un
partido político específico. Por tanto rechazamos esta mentira y engañosa afirmación, que
se une a la tendencia del uso de la calumnia como forma de hacer política, desacreditando
el buen nombre y labor de personas que, como el arzobispo de Cali, se han entregado de
manera directa a trabajar por la paz y la convivencia.
Lo menos que puede hacer el señor Fernando Londoño es rectificar esa calumniosa
afirmación.
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