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Huesos
Son la parte rígida del aparato locomotor. Su conjunto constituye el sistema óseo o
esqueleto. Existen aproximadamente 206 huesos en el cuerpo humano. (Sin contar
los huesecillos supernumerarios - sesamoideos y wormianos, cuyo número varía de
un individuo a otro.)
Básicamente, los huesos se componen de agua y sustancias minerales formadas a
partir del calcio y del fósforo, además de una sustancia llamada osteína. El hueso no
es un órgano estático, sino que se halla en continua formación y destrucción. Para
ello posee osteoblastos, células formadoras del hueso, y osteoclastos, células que lo
destruyen para impedir un excesivo grosor del mismo. En caso de fractura, los
osteoclastos destruyen los fragmentos de hueso los osteoblastos generan tejido
óseo nuevo.
El desarrollo y fortalecimiento del hueso dependen de la vitamina D y de la vitamina
D2 o calciferol, que regula el metabolismo del calcio, imprescindible para el
funcionamiento de las músculos. El calciferol lo podrás encontrar, sobre todo, en el
aceite de hígado de bacalao, el atún, la leche y los huevos. También los rayos
ultravioleta del sol favorecen la absorción de vitamina D.
El esqueleto axial, que son los huesos situados a la línea media o eje, y ellos
soportan el peso del cuerpo como la columna vertebral. Se encargan principalmente
de proteger los órganos internos.
El esqueleto apendicular, que son el resto de los huesos pertenecientes a las
partes anexas a la línea media (apéndices); concretamente, los pares de
extremidades y sus respectivas cinturas, y ellos son los que realizan mayores
movimientos como el carpo (muñeca).
FUNCIONES
Actúan como sostén: Los huesos forman un cuadro rígido, que se encarga del
sostén de los órganos y tejidos blandos.
Permiten el movimiento: Gracias a los músculos que se fijan a los huesos a través
de los tendones, y a sus contracciones sincronizadas, el cuerpo se puede mover.
Protegen a los órganos: Los huesos forman diversas cavidades que protegen a los
órganos vitales de posibles traumatismos. Por ejemplo, el cráneo o calota protege al
cerebro de posibles golpes que pueda sufrir éste, y la caja torácica (o sea, las
costillas y el esternón), protegen a los pulmones y al corazón.
Homeostasis Mineral: El tejido óseo se encarga del abastecimiento de diversos
minerales, principalmente el fósforo y el calcio, que son muy importantes en
funciones que realiza el organismo como la contracción muscular, lo cual es el caso
del calcio. Cuando uno de éstos minerales es necesario, los huesos lo liberan en el
torrente sanguíneo, y éste lo distribuye por el organismo.
Contribuyen a la formación de células sanguíneas: La médula ósea o roja, que se
encuentra en el tejido esponjoso de los huesos largos (como por ejemplo la pelvis,
las vértebras, etc), se encarga de la formación de glóbulos rojos o eritrocitos. Este
proceso se denomina hematopoyesis.
Sirven como reserva energética: La médula ósea amarilla que es el tejido adiposo
que se encuentra en los canales medulares de los huesos largos, es una gran
reserva de energía.
MORFOLOGÍA
Los huesos poseen formas muy variadas y cumplen varias funciones. Con una
estructura interna compleja pero muy funcional que determina su morfología:
Superficies articulares: Como la Cabeza del Húmero, Los Cóndilos del Fémur
(Ver: Articulaciones)
Eminencias Extraarticulares: Llamadas Apófisis, Protuberancia, tuberosidad, cresta,
líneao surco. Determinan los relieves óseos para las inserciones musculares y
estructuras anatómicas.
Todos los Huesos están perforados por varios agujeros de pocos mm de diámetro
llamados "Forámenes Nutricios" en donde entran los vasos encargados de su
nutrición, algunos poseen perforaciones más grandes como el "Foramen Magno"
(Agujero Magnum) del hueso occipital, que permite el paso de la médula espinal
desde el encéfalo hacia los agujeros vertebrales.