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MARIO AZNAR PÉREZ
consonancia con la percepción que tienen cratas del espíritu deciden que su día se
las ciencias contemporáneas –con su compone de un número fijo de elementos
enorme desarrollo durante el siglo XX– de [...]", escribe brillantemente Cortázar (1967:
que entre los fenómenos y las ciencias 187) en el famoso capítulo «La casilla del
existe una distancia insalvable y, por ende, camaleón», de su libro almanaque La vuel-
incomprensible. Estos planteamientos, casi ta al día en ochenta mundos.
siempre en forma de búsqueda, obsesio-
Una vez aceptada la posibilidad de lo
narán a Julio Cortázar y se mantendrán Otro2, Cortázar busca trazar un itinerario
presentes en prácticamente toda su litera-
práctico que le permita, fundamentalmen-
tura: «una literatura –como el propio escri- te a través de la literatura, transitar esos
tor afirma– al margen de todo realismo
caminos cuyo acceso se le había negado
demasiado ingenuo» (Cortázar, 1975: 134). en un primer momento. El primer paso lo
Este inconformismo perceptivo vendrá dará, como leemos en su Teoría del túnel,
expuestos teóricamente por el propio es- detonando el lenguaje convencional y
critor en su ensayo Teoría del túnel, escrito cumpliendo así uno de los axiomas atri-
en 1947, dando lugar a la "teoría de un buidos al vanguardismo: huir de la lengua
dinamitero de lo literario" que "preconiza como simple instrumento de comunica-
una acción subversiva propia de una pos- ción. Proclama entonces que el lenguaje
tura vanguardista, partidaria del antiarte, la enunciativo limita, por la propia función
antiforma, la cultura adversaria o contra- que se le ha asignado, las capacidades de
cultura revivificadora" (Yurkievich, 2005 nuestra expresión. Pero "no se puede revi-
[1994]: 29). Desde esta dimensión de «di- vir el lenguaje si no se empieza por intuir
namitero», Cortázar busca explotar, en el de otra manera casi todo lo que constituye
sentido productivo del término, las nume- nuestra realidad. Del ser al verbo, no del
rosas facetas de la realidad que él mismo verbo al ser" (Cortázar, 2012: 503), tal y
acepta como válidas y que cree aún por como contesta Gregorovius a una solemne
descubrir. De este modo, dicho relativismo declaración de Etienne sobre los principios
conectaría con la consideración nietzs-
cheana de que el mundo es una suma de 2 Declara Cortázar entrevistado por Margarita
observaciones; consideración en torno a la García Flores (1967: 11): "Nuestra realidad es-
conde una segunda realidad (una realidad ma-
cual planteará Cortázar la posible existen-
ravillosa), que no es ni misteriosa ni teológica,
cia de infinitos mundos, sólo reducibles a
sino, por el contrario, profundamente humana.
la simpleza conocible por quienes temen Se trata de una realidad que, desgraciadamente,
lo que no comprenden: "Este día tiene a causa de una larga serie de equívocos, ha
ochenta mundos […], pero a lo mejor ayer permanecido escondida bajo otra prefabricada
por muchos siglos de cultura, una cultura que
eran cinco y esta tarde ciento veinte, nadie
puede enorgullecerse de numerosos grandes
puede saber cuántos mundos hay en el día
hallazgos, pero que tiene, también, oscuras abe-
de un cronopio o un poeta, sólo los buró- rraciones, hondas distorsiones que esconder".
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CUENTO Y POETISMO EN JULIO CORTÁZAR
del surrealismo, en Rayuela (1963). Esto normas o leyes que configuran de manera
mismo hace Cortázar con sus cuentos an- unívoca nuestra imagen de la realidad –lo
tes de acometer la empresa de renovación que se ha venido a llamar 'cultura'–, puede
radical del verbo que tanto destaca en sus considerarse una característica común del
novelas3. arte y de la ciencia contemporáneas, que
proponen, según Umberto Eco (1965: 332),
Así, la renovación del lenguaje en Julio
«una visión del mundo que no obedece ya
Cortázar va ligada sustancialmente a la
a los esquemas de otras épocas, más com-
reformulación del pensamiento, debiendo
pletas y seguras, sin que por otra parte se
comenzar, en este sentido, por desmontar
posean aún las fórmulas para reducir a
los principios de nuestra razón occidental:
claridad cuanto está aconteciendo a nues-
"Cuando el siglo XIX muestra en la poesía los
tro alrededor». De ahí la tendencia cortaza-
primeros signos de la «rebelión de lo irra-
riana hacia la ambigüedad y la indetermi-
cional», el fenómeno traduce el ya insopor-
nación (Alazraki, 1983: 29-30).
table exceso de tensión a que la hegemonía
racional había llevado al hombre, y el brus- Al comienzo de su carrera literaria,
co salto –por vía de escape poético– de cuando Julio Cortázar escribe y más tarde
fuerzas necesitadas de ejercitación más li- publica sus dos primeras colecciones de
bre. Europa descubre entonces, con tanta cuentos, Bestiario (1951) y Final del juego
maravilla como temor, que la razón puede y
(1956), el papel renovador de su literatura
debe ser dejada de lado para alcanzar de-
recae más en las imágenes que en el len-
terminados logros" (Cortázar, 1994a: 199).
guaje. Plantea nuestro autor una revitaliza-
ción de la realidad, una nueva aprehensión
Será entonces a través de la poesía – de la misma mediante imágenes4 y metá-
entendida aquí en su sentido más amplio–
como propondrá Cortázar que alcancemos
4 Resulta interesante, en este sentido, reproducir
nuevas cotas perceptivas y, por ende, ex-
las siguientes palabras que Albert Camus escri-
presivas, catalizando nuestros esfuerzos biera en el capítulo "La creación absurda» de su
mediante la irracionalidad en contra de libro El mito de Sísifo (1942), capítulo en el cual
una razón 'fracasada'. El rechazo de las trata, en parte, de dilucidar las diferencias entre
el 'escritor de tesis' y el 'novelista filósofo': «Así,
Balzac, Sade, Melville, Stendhal, Dostoievsky,
3 "La gran novedad que este notable escritor Proust, Malraux, Kafka... […] la elección que ha-
introduce en el género [cuento], no es (como en cen de escribir con imágenes, más que con ra-
Rayuela) una revolución formal o de estructura; zonamientos, revela cierto pensamiento que les
la gran novedad es la de su inteligencia, la de su es común, persuadidos como están de la inutili-
alma; es su flamante, renacido, inédito aprove- dad de todo principio de explicación y conven-
chamiento de la lección de los viejos maestros, cidos del mensaje enseñante que posee la apa-
esos alertados tronchadores de lo cotidiano, riencia sensible" (Camus, 2012: 129). Después de
esos tenaces salvadores de la hondura" (Bene- la literatura de estos autores la imagen se con-
detti, 1972: 60). vertirá en símbolo icónico del hombre del siglo
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CUENTO Y POETISMO EN JULIO CORTÁZAR
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CUENTO Y POETISMO EN JULIO CORTÁZAR
trama y demás elementos novelescos den- bién los cuentos de Julio Cortázar, y serán
tro de «una visión poética que comporta, considerados por éste como los primeros
natural y necesariamente, el lenguaje que es signos de la rebelión contra el verbo enun-
la situación». Este 'ser la situación' anuncia- ciativo en sí. Cortázar (2005 [1994]: 73) de-
rá la disolución de la dicotomía fondo y fenderá el germen rebelde del romanti-
forma13, y servirá como punto-bisagra en- cismo –en la línea de Los hijos del limo: del
tre ese primer proceso destructivo que romanticismo a la vanguardia (1987), de
está ligado a la imagen del túnel, a la des- Octavio Paz– y concluirá que "la historia de
trucción de la Literatura, del lenguaje me- la literatura es la lenta gestación y desarro-
ramente enunciativo y al carácter icono- llo de esta rebelión"15.
clasta del vanguardismo14, y esa otra cara Al ser para nuestro escritor, como he-
de la moneda en la que están grabados los
mos dicho, la cuestión del fondo y la forma
indicios del renacimiento y la renovación:
un falso problema, consideramos impres-
«el orden estético cae porque el escritor no
cindible señalar lo inapropiado de una di-
encuentra otra posibilidad de creación que
visión maniquea entre las formas genéricas
la de orden poético» (Cortázar, 2005
que con mayor generosidad y fortuna cul-
[1994]: 87).
tivara nuestro autor: el cuento y la novela16
La rebeldía de este escritor encontrará –en relación a su esencia literaria, que ha-
su semilla en los románticos, que tan bien
emplearon argucias como la aliteración, la 15 "Para González Salvador, el Romanticismo, al
imagen, la ruptura de tensiones o el ritmo exaltar la imagen de rebeldía y la idea del mal,
de la frase. Estos elementos poblarán tam- propiciará la historia de una 'transgresión de la
ley divina o humana', transgresiones que darán
origen a lo fantástico, pero que a su vez se en-
13 "Desde que la poesía es, como la música, su cuentran ínsitas en el centro de las teorías su-
forma", escribe Cortázar (2005 [1994]: 87) to- rrealistas, en cuanto a una decidida búsqueda
mando como modelo las reflexiones de Walter de la transgresión" (Oviedo Pérez de Tudela,
Pater expuestas en su obra The Renaissance: 1996: 372).
Studies in Art and Poetry (1877).
16 Nos parece importante señalar, para una mejor
14 "La generación perteneciente a la década 10-20 comprensión de nuestro texto, que Julio Cortá-
asume la forma agresiva de la destrucción y la zar (2005 [1994]: 122) utilizó en su Teoría del tú-
reconstrucción sobre nuevas bases. La forma ex- nel el género novela «como ejemplo» para ex-
terior de esta incomodidad, de esta fricción en- poner los distintos periodos literarios que van
tre el escritor y sus instrumentos literarios, se del "realismo ingenuo" al poetismo más puro (si
manifiesta con fuerza creciente a partir del da- acaso el poetismo pudiera darse 'puro'). Proceso
daísmo y el surrealismo. Es significativo que el éste que Isidore Isou (Granés, 2011: 106), sal-
dadaísmo se propusiera abiertamente una em- vando las amplísimas distancias, aplicó a la his-
presa de dislocación, de liquidación de formas. toria de la poesía identificando dos etapas, una
A ello seguiría el surrealismo como etapa de li- de aplitud (amplique) y otra de descomposición
quidación y destrucción de fondos [...]" (Cortá- (ciselant), unidas ambas por una línea que va de
zar, 2005 [1994]: 43). Homero a Tristan Tzara.
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MARIO AZNAR PÉREZ
brá de ser la misma en ambas manifesta- través de los cuentos no podríamos cono-
ciones: cer a Cortázar como lo conocemos, adu-
"Es verificable que la expresión acaba siem- ciendo que para ello estaríamos obligados
pre por reflejar cualitativamente el conteni- a "revertir lo referente al mundo de los
do, y que toda elección maniquea en pro de otros y reorientarlo hacia su mundo íntimo,
la una o del otro lleva al desastre en la me- desfigurar lo figurado en busca de la ins-
dida en que no hay dos términos sino uno cripción criptobiográfica". Y añade, unas
continuo" (Cortázar, 1967: 95-96). líneas más abajo, que "es en las otras na-
rraciones donde puede desplegar la vaste-
dad, la multiplicidad de su experiencia per-
Resulta difícil, por tanto, considerar,
sonal del mundo, transmitirla en su vivida
como hace Saúl Yurkievich (1994: 11), que
y vivaz mescolanza tratando de abolir to-
"en Julio Cortázar hay dos textualidades en das las mediaciones que lo distancian del
pugna: la abierta de las narraciones y la ce- lector […]". Sin embargo, si bien es cierto
rrada de los cuentos: diástole y sístole de la
que las mediaciones se derrumban de
escritura propulsada por dos poéticas
forma palpable en obras posteriores, esta
opuestas; éstas configuran distinta configu-
visión limita las posibilidades que proyecta
ración (la una multiforme, la otra uniforme;
la una centrífuga, la otra centrípeta), simbo-
por sí misma la obra cortazariana. No se
lizan visiones de mundos diferentes y con- trata de conocer al Cortázar escritor por
llevan gnosis de mundos dispares". encima de sus textos, sino de conocer al
'Cortázar texto', de conocer los conflictos
que ya presentan sus cuentos sin que estos
Si para Julio Cortázar la infinidad de remitan necesariamente, y mucho menos
mundos existentes es una metáfora de la explícitamente, al 'mundo íntimo' del au-
enorme complejidad de sistemas percepti- tor. "El cuento se abre hacia su inherencia
vos que se dan en el propio Hombre, po- literaria, la narración se abre a la trascen-
demos afirmar que el cuento y la novela no dencia mundana", nos dice Yurkievich
«simbolizan visiones de mundos diferen- (1994: 23), y contradice con estas afirma-
tes», sino que sirven al poetista para simbo- ciones las propias palabras del escritor
lizar visiones diferentes de sí mismo. Así, cuando compara el cuento con la fotogra-
pues, si el cuento parte de la noción de fía, destacando en ambas manifestaciones
límite, y en primer término de límite físico, artísticas la presentación de una escena fija
Cortázar (1994a: 371) nos dice también y limitada que se expande en el lector, fue-
que éste viene desarrollado, en contrapo- ra del propio texto17, abriéndose a la «tras-
sición al plano horizontal de la novela, en
una disposición vertical, de profundidad, 17 Los cuentos de Cortázar se desarrollan, según el
que lo hace igualmente ilimitado. escritor Mario Benedetti (1972: 60), en "una lí-
nea que implica que el cuento no nace ni muere
Yurkievich (1994: 16-17) insiste en que a
en su anécdota sino que contiene (son palabras
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CUENTO Y POETISMO EN JULIO CORTÁZAR
cendencia mundana» muy a pesar del críti- De esta manera, lo que hace Julio Cortá-
co argentino. En su ensayo "Algunos as- zar es poner en las manos del lector la po-
pectos del cuento"18, escrito entre 1962 y sibilidad de ir más allá de esa "anécdota"
1963, Julio Cortázar (1994a: 371-372) con- meramente literaria19. Esta idea lo hará
sidera el arte del fotógrafo análogo «en empeñarse a lo largo de toda su vida litera-
muchos aspectos» al del cuentista, y lo ria por acercar la vida al texto y el texto al
define proponiéndonos una ilustrativa pa- lector, buscando para ello eliminar de la
radoja: forma más eficaz posible los elementos
"la de recortar un fragmento de la realidad, intermediarios que limitan o dificultan este
fijándole determinados límites, pero de acercamiento.
manera tal que ese recorte actúe como una El existencialismo, según Cortázar (2005
explosión que abre de par en par una reali- [1994]: 128), dotará al nuevo escritor de
dad mucho más amplia, como una visión
herramientas eficaces para derrumbar las
dinámica que trasciende espiritualmente el
mediaciones del esteticismo: "Entre la
campo abarcado por la cámara".
muerte de Emma Bovary y su lector se in-
terpone la Literatura; de la muerte de Kyo
En la misma página nos dice Cortázar [La condition humaine, de André Malraux]
que frente al «orden –en principio– abier- nos separa una menor distancia, apenas ya
to» de la película y la novela, en las que la la distancia de un hombre a otro". La caída
«captación» de la realidad se da mediante de estas barreras representa una de las
un proceso de acumulación y desarrollo de propuestas que se desprenden de la Teoría
elementos parciales, del túnel, y Cortázar, a este respecto, im-
pregnará de vida sus textos y se mirará
"el fotógrafo o el cuentista se ven precisados
a escoger y limitar una imagen o un acae- para ello en los espejos del surrealismo –
cimiento que sean significativos, que no so- máximo representante de la expresión
lamente valgan por sí mismos sino que poetista– y del existencialismo –"actitud
sean capaces de actuar en el espectador o realista, científica, histórica y social"20.
en el lector como una especie de apertura,
de fermento que proyecta la inteligencia y
19 Advierte Julio Cortázar (2005 [1994]: 35), en nota
la sensibilidad hacia algo que va mucho
a pie de página, al inicio de su Teoría del túnel:
más allá de la anécdota visual o literaria
"Propongo, para una mejor aprehensión de lo
contenida en la foto o en el cuento".
que sigue, entender por literatura y obra literaria
la actitud y consecuencias que resultan de la in-
tencionada utilización estética del lenguaje";
de Cortázar) 'esa fabulosa apertura de lo peque- advertencia que humildemente hacemos nues-
ño hacia lo grande, de lo individual y circunscri- tra para esta ocasión.
to a la esencia misma de la condición humana'".
20 Debemos atender a los matices que Cortázar
18 Aparecido originalmente en Casa de las Améri- (2005 [1994]: 116) señala para estos atributos.
cas, La Habana, Núm. 60, julio 1970. En cuanto a la 'actitud realista' del existencialis-
24
MARIO AZNAR PÉREZ
Saúl Yurkievich (2005 [1994]: 24-25) po- toda su autoridad […]. Por mucho que lo
ne en voz de Cortázar la siguiente pregun- desee, Horacio sigue siendo víctima de un
ta: "Cómo recrear literariamente a perso- "modo de conocimiento" que, desde la
najes que no hablan sino que viven»21. Y él atalaya de la razón, propone el juego pero
mismo responde señalando que el autor está incapacitada para ser pura fluencia de
generará «un programa: llevar la lengua al lo real". Así, Oliveira, muy a su pesar, no
límite, extremarla, desaforarla para que las puede más que asumir el peso del pensa-
más hondas posibilidades humanas pue- miento y del lenguaje, tal y como admite el
dan ejercerse". Este desafuero lingüístico y propio Julio Cortázar (1994: 202) en su en-
literario será el resultado de la alianza en- sayo "Irracionalismo y eficacia", conclu-
tre dos tendencias, la poetista y la existen- yendo, no sin cierto abatimiento, que "el
cialista (estandartes del irracionalismo), orden humano incluye irrazón y razón con
unión que posibilitará al texto "formular en igual necesidad y derecho".
vivo el entero ámbito del hombre". Sin En su ensayo de 1947 señala Cortázar
embargo, estudiosos como Vicente Cerve- (2005 [1994]: 56) que el poetista blandirá el
ra Salinas (2006: 323-331) apuntan feliz- verbo como arma principal, y buscará la
mente que tanto Cortázar como su perso- eficiencia comunicativa a través de la crea-
naje Horacio Oliveira, aunque pretenden ción verbal, fundamentalmente por ser el
"impregnarse de vida y biografía "real"", se verbo "la forma expresiva menos mediati-
encuentran al mismo tiempo con que "las zadora de un estado anímico que se quiera
funciones racionales siguen ejerciendo comunicar." El verbo es, para Cortázar, "la
forma más inmediata del Logos". La esen-
mo, el escritor nos dice: "uso el término con lati- cia de esta inmediatez, de esta transparen-
tud necesaria para abarcar el ámbito verificable
cia, la hallará Cortázar en la poesía, que
en común, ergo comunicable". Y, en cuanto a
'científica': "como opuesta a mágica; es decir,
tratará de cultivar en toda su obra22. Hace-
voluntad de posesión al igual que lo mágico, mos nuestra, en este punto, la reflexión
pero ejercitándose dentro del esquema lógico que Cortázar (2005 [1994]: 87) expone en
A-A, y no desde el mágico A-B». su Teoría del túnel acerca de la "carga poé-
21 Cervera Salinas (1996: 186) apunta a este res- tica» que encontramos en la obra de los
pecto que Cortázar, tal y como estipula su pre- grandes escritores tradicionales (Vigny,
decesor Horacio Quiroga en Manual del perfecto
Balzac, Flaubert, Meredith...); obra donde lo
cuentista (1925), "opera narrativamente con sus
poético se da "con y en ciertas situaciones
personajes sin distraerse en observar o hacer
mención de todo aquello que ellos no pueden o novelescas", sin llegar nunca a suponer la
no les importa ver. En efecto, los seres que tran-
sitan las tramas ficcionales de Cortázar revelan 22 Compartirá Cortázar (2005 [1994]: 96) con el
ese comportamiento autónomo y eficaz, estipu- Conde de Lautrèamont la concepción de que
lado por Quiroga, de donde surge la sensación "lo poético es el solo lenguaje significativo por-
de vida y de verdad, una verdad al margen de que lo poético es lo existencial, su expresión
categorías éticas y racionalistas [...]". humana y su revelación como realidad última".
25
CUENTO Y POETISMO EN JULIO CORTÁZAR
«razón determinante de la obra». Como con mayor ahínco en los años en que pu-
prueba de ello, el escritor señala, en la blicará sus primeras obras. Como será, asi-
misma página, que autores como los cita- mismo, en sus cuentos, donde el escritor
dos Vigny o Meredith "escriben aparte y pondrá a prueba por vez primera la aboli-
con deliberación sus poemas, donde in- ción de elementos intermediarios y arran-
tencionalmente suscitan el valor-Poesía". cará el proceso de aproximación al lector
Del otro lado hallaremos al escritor rebel- que como una enorme y poderosa máqui-
de, al poetista que hace nacer su poesía na recorrerá toda su obra posterior.
eslabonada a las raíces mismas de su nove- En su ensayo "Del cuento breve y sus al-
la o su cuento –caracol del lenguaje, her- rededores", recogido en el libro almana-
mano misterioso de la poesía en otra di- que Último round (1969), Cortázar desarro-
mensión del tiempo literario (Cortázar, lla el concepto de la autarquía, que noso-
1975: 135). Y será este "hermano misterio- tros consideramos importante destacar en
so de la poesía"23 el que Cortázar cultive este punto y que el propio autor señala
como rasgo distintivo de un gran relato. La
23 "El génesis del cuento y el poema es sin embar-
autarquía vendrá definida como «el hecho
go el mismo, nace de un repentino extraña-
de que el relato se ha desprendido del au-
miento, de un desplazarse que altera el régimen
'normal' de la conciencia; en un tiempo que las tor como una pompa de jabón de la pipa
etiquetas y los géneros ceden a una estrepitosa de yeso», y será uno de los objetivos prin-
bancarrota, no es inútil insistir en esta afinidad cipales en la labor del buen cuentista, que
que muchos encontrarán fantasiosa. Mi expe-
ha de buscar instintivamente, según la ex-
riencia me dice que, de alguna manera, un
periencia del propio Cortázar (1974: 64-65),
cuento breve como los que he tratado de carac-
terizar no tiene una estructura de prosa. Cada que el cuento
vez que me ha tocado revisar la traducción de "sea de alguna manera ajeno a mí en tanto
uno de mis relatos (o intentar la de otros auto-
demiurgo, que eche a vivir con una vida in-
res, como alguna vez con Poe) he sentido hasta
dependiente, y que el lector tenga o pueda
qué punto la eficacia y el sentido del cuento de-
tener la sensación de que en cierto modo
pendían de esos valores que dan su carácter es-
pecífico al poema y también al jazz: la tensión, el está leyendo algo que ha nacido por sí
ritmo, la pulsación interna, lo imprevisto dentro mismo, en sí mismo y hasta de sí mismo, en
de parámetros pre-vistos, esa libertad fatal que todo caso con la mediación pero jamás con
no admite alteración sin una pérdida irrestaña- la presencia manifiesta del demiurgo".
ble. Los cuentos de esta especie se incorporan
como cicatrices indelebles a todo lector que los
merezca: son criaturas vivientes, organismos La presencia del "demiurgo", del autor,
completos, ciclos cerrados, y respiran. Ellos res-
piran, no el narrador, a semejanza de los poe-
mas perdurables y a diferencia de toda prosa hay comunicación entre el poeta (el cuentista) y
encaminada a transmitir la respiración del na- el lector?, la respuesta es obvia: La comunica-
rrador, a comunicarle a manera de un teléfono ción se opera desde el poema o el cuento, no
de palabras. Y se pregunta: Pero entonces, ¿no por medio de ellos" (Cortázar, 1974: 78-79).
26
MARIO AZNAR PÉREZ
es considerada un elemento intermediario tázar, 1974: 65). Esta consigna, como nos
que disturba la relación comunicativa que dice Miriam Di Gerónimo (2000: 71), se
ha de establecerse entre el texto y el lec- cumple y puede observarse ya en los pri-
tor24. De ahí la lucha continua entre Cortá- meros relatos: "Allí la acción se da pura,
zar y la representación25, lucha para la cual limpia de intervenciones accesorias tanto
nuestro autor se armará, en muchos de sus del autor implícito como del narrador; se
primeros cuentos, de la primera persona26, crea en el lector la ilusión de que el relato
que considerará "la más fácil y quizá mejor nace espontáneamente y se hace a sí mis-
solución del problema, porque narración y mo". Esta aparente espontaneidad la re-
acción son ahí una y la misma cosa"27 (Cor- sume Cortázar (1975: 145) –como excelen-
te teorizador del cuento– en su noción de
intensidad, consistente en "la eliminación
24 "Me parece una vanidad querer intervenir en un
cuento con algo más que con el cuento en sí"
de todas las ideas o situaciones interme-
(Cortázar, 1974: 65). dias, de todos los rellenos o fases de tran-
25 "[...] este avance en túnel, que se vuelve contra
sición que la novela permite e incluso exi-
lo verbal desde el verbo mismo pero ya en un ge". La intensidad del cuento está muy
plano extraverbal, denuncia a la literatura como relacionada con la noción de economía de
condicionante de la realidad, y avanza hacia la medios, y ésta, a su vez, se relaciona direc-
instauración de una actividad en la que lo esté-
tamente con los conceptos de límite –en
tico se ve reemplazado por lo poético, la formu-
lación mediatizada por la formulación adheren-
cuanto a extensión– y de esfera –en cuanto
te, la representación por la presentación" (Cor- a estructura. Estos límites serán casi siem-
tázar, 2005 [1994]: 67). pre de carácter formal-estructural pero no
26 De Bestiario, "Casa tomada", "Carta a una seño- expresivos ni de fondo28, tal y como nos
rita en París", "Lejana" o "Cefalea" son claros recuerda Cortázar con la susodicha metá-
ejemplos de la eficacia con que maneja Cortázar fora de la fotografía.
la primera persona. De Final del juego, "Las Mé-
nades", "El móvil", "Torito", "Después del al- Cortázar heredará de Jorge Luis Borges,
muerzo", "Axolotl" y el cuento que da título a la entre otras cosas, una rigurosidad y una
colección sirven igualmente para ejemplificar lo precisión en el lenguaje que agudizarán
dicho.
extremadamente su capacidad autocrítica
27 "[...] el escritor intenta reconstruir el mundo de y, en algunas ocasiones, generarán en
sus personajes desde los personajes mismos. Si
nuestro autor una espartana autocensura,
la novela realista los veía desde un narrador
omnisciente y los comprendía desde la lógica
tor accede a que el personaje se vea con sus
del narrador, la novela existencial, a partir de
propios ojos" (Alazraki, 1983: 186).
Dostoievski, intenta ver y comprender a sus per-
sonajes desde la lógica, o falta de lógica, de sus 28 Como Cortázar (2005 [1994]: 53), usamos «la
personajes mismos. Se trata, en resumen, de manida fórmula porque es harto verdadera, y
una visión desde dentro, en oposición a una vi- porque fondo, desde la Lettre du voyant, se ha
sión desde fuera de la novela tradicional: o ve- lavado de retóricas y ofrece su pleno sentido
mos al personaje con los ojos del autor o el au- abisal».
27
CUENTO Y POETISMO EN JULIO CORTÁZAR
responsable, en gran medida, de esa teoría lo menos estética posible)". En los cuentos
de la 'inmediatez' o 'espontaneidad' de la la ruptura puramente verbal queda, en
que venimos hablando. En conversación cierto modo, postergada ante la revolución
con Ernesto González Bermejo (1978: 23) de la imagen, que tiene su máxima repre-
nuestro escritor declara que la lección bor- sentación en las metáforas fantásticas que,
geana "de economía y rigor" habría de "al prescindir del desdoblamiento tenor-
conducirle, lógicamente, al cuento antes vehículo, al ofrecernos un destinatario sin
que a la novela o el teatro. Será, por tanto, remitente, una imagen capaz de múltiples
en los cuentos en donde, además de prac- tenores, exige del lector una lectura activa
ticar esa «lección» de estilo, Cortázar apli- y creadora" (Alazraki, 1983: 75). Podemos
que sus nociones acerca de la recepción, relacionar la necesidad que el cuento cor-
de la relación entre el texto y el lector, y del tazariano padece de un lector intérprete
lector-hembra que tanta resonancia cobra- con el compromiso que las obras surrealis-
rá después de la publicación de Rayuela en tas imprimían en el lector para que éste
1963. pudiera descifrar la imagen, concretar su
significado. Esta necesidad de un lector
Di Gerónimo (2000: 81-82) entiende los
activo vendrá determinada por la multipli-
relatos cortazarianos como obras abiertas
cidad de sentidos simbólicos que posea la
«en cuando a la interpretación», que encie-
imagen, así como la multiplicidad significa-
rran en sí las claves para su comprensión.
tiva será producto, en los cuentos de Julio
En la lectura de estos relatos, el lector –
Cortázar, de los procesos de ambigüedad
cómplice según Cortázar– no está aban-
que favorecen la capacidad sugestiva de
donado, sino que debe poner en marcha el
dichas imágenes29.
mecanismo que le hará seguir las pistas
proporcionadas por el autor. Julio Cortázar
entiende que la lectura de un cuento exi- 29 "Pero la interpretación que el lector pueda
otorgarle es a su vez ambigua, y deja un residuo
ge, más que la colaboración del lector, su
de insatisfacción, de no comprensión respecto a
voluntad y entrega para que el relato al-
la coincidencia total con el significado último
cance su condición de ser vivo. En los que el propio autor le otorga. En cualquier caso,
cuentos, como nos dice Morelli en Rayuela en esta ambigüedad del significado Cortázar
(Cortázar, 2012: 560), el lector ideal habrá coincide con su época […]. Pero si el tratamien-
to de lo ambiguo conecta con las tendencias in-
de ser "copartícipe y copadeciente de la
telectuales y creadoras del siglo XX, así mismo
experiencia por la que pasa el novelista" –
conecta con otro aspecto: la perplejidad, que no
en este caso, el cuentista. Continúa Morelli es otra cosa que el reconocimiento de la com-
diciendo que para crear esta atmósfera de plejidad del mundo que nos rodea y nuestra in-
camaradería "todo ardid estético es inútil capacidad para desentrañarlo. Perplejidad que
Cortázar nos obliga a reconocer a sus lectores,
para lograrlo: sólo vale la materia en gesta-
desde el inútil intento semiológico de dar un
ción, la inmediatez vivencial (transmitida
sentido unidireccional a sus narraciones, y que
por la palabra, es cierto, pero una palabra nos hace caer en la realidad del absurdo" (Ovie-
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existencial la 'literatura' que el poetista y el Por el mismo camino nos dice Cortázar
existencialista –confluentes ambos en un (1974: 78-79):
término medio para el que puede servirnos "Los cuentos de esta especie se incorporan
de ejemplo el propio Cotázar– concebirán como cicatrices indelebles a todo lector que
como vehículo para comunicarse con el los merezca: son criaturas vivientes, orga-
lector sin mediaciones, embarcados en esa nismos completos, ciclos cerrados, y respi-
búsqueda de la autenticidad que, en el ran. Ellos respiran, no el narrador, a seme-
caso existencialista, busca por encima de janza de los poemas perdurables y a dife-
todo devolver al Hombre su condición de rencia de toda prosa encaminada a
Hombre. transmitir la respiración del narrador, a co-
municarle a manera de un teléfono de pa-
Julio Cortázar hará detonar en sus cuen- labras. Y se pregunta: Pero entonces, ¿no
tos el inicio de su revolución, empezando hay comunicación entre el poeta (el cuen-
por imprimir en ellos esa batalla fraternal tista) y el lector?, la respuesta es obvia: La
entre «la vida y la expresión escrita de esa comunicación se opera desde el poema o el
vida», que Cortázar ligó al género breve en cuento, no por medio de ellos".
sus ensayos "Del cuento breve y sus alre-
dedores" y "Algunos aspectos del cuento":
O como escribirá en uno de los capítu-
Es preciso llegar a tener una idea viva de lo los "prescindibles" de Rayuela: "No hay
que es el cuento, y eso es siempre difícil en
mensaje, hay mensajeros y eso es el men-
la medida en que las ideas tienden a lo abs-
saje, así como el amor es el que ama" (Cor-
tracto, a desvitalizar su contenido, mientras
tázar, 2005 [1994]: 560).
que a su vez la vida rechaza angustiada ese
lazo que quiere echarle la conceptuacion Saúl Yurkievich (1994: 79-80) señalará
para fijarla y categorizarla. Pero si no tene- también como factor antiliterario el uso del
mos una idea viva de lo que es el cuento "idioma de los argentinos" –de raíz bor-
habremos perdido el tiempo, porque un geana35–, que le sirve a Cortázar «para re-
cuento, en última instancia, se mueve en
negar del lenguaje impostado, para con-
ese plano del hombre donde la vida y la ex-
trastarlo con la estilización artificiosa». Po-
presión escrita de esa vida libran una bata-
demos afirmar, entonces, junto al crítico
lla fraternal [...]; y el resultado de esa batalla
es el cuento mismo, una síntesis viviente a
argentino, que la adopción de esta lengua
la vez que una vida sintetizada, algo así co- connatural responde al propósito consig-
mo un temblor de agua dentro de un cris- nado en Teoría del túnel de lograr una na-
tal, una fugacidad en una permanecia, ya rrativa no de personajes sino de perso-
que sólo con imágenes se puede transmitir
esa alquimia secreta que explica la profun-
da resonancia que un gran cuento tiene en
nosotros" (Cortázar, 1975: 136). 35 Vid. BORGES, Jorge Luis (1994): El idioma de los
argentinos. Buenos Aires: Seix Barral. Publicado
originalmente en 1928.
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