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I. VIDA Y ÉPOCA
Las biografías que conservamos son tardías: Una del siglo I d.C. (época de
Claudio y Nerón), que nos ha llegado adulterada, atribuida a Valerio Probo; la de
Suetonio, del siglo II d.C. (época de Adriano) y las más completas de los gramáticos del
siglo IV d.C. Servio y Donato, ambas muy similares, inspiradas en Suetonio. No es de
extrañar que la leyenda se apoderara de su biografía, aunque, en líneas generales, hay
que suponer que se inspiraron en biografías anteriores perdidas, pues se sabe que Vario,
amigo de Virgilio, redactó una biografía para la 1ª edición de la Eneida y que un poeta
cómico, C. Melissus, liberto de Mecenas, que conoció personalmente al poeta, escribió
sus recuerdos de Virgilio. Seguramente otras muchas biografías circularon, ya que
Augusto, que honró al poeta y que le sobrevivió 33 años, mandaría escribirlas y las
divulgaría, siendo eso a la vez motivo para su gloria personal. Los datos que se ofrecen
a continuación tienen básicamente, como fuentes, a Suetonio y Donato.
a) Guerra civil entre Mario y Sila (107-79 a.C.) tras la muerte de los Gracos
Los hermanos Tiberio y Cayo Graco habían intentado una reforma agraria a la
que se oponían el Senado y los patricios. Tiberio se esforzó por formar una clase media
y restablecer la pequeña propiedad, proponiendo una ley agraria, en la que se limitaba
el ager publicus que un ciudadano podía poseer y el ganado que en él podía pastar. Los
nobles creyeron que esa ley iba contra el derecho legítimo a la herencia y sobornaron al
otro tribuno de la plebe quien puso veto a la rogatio sempronia (primavera del 133 a.
C.). Esto arrastró a Tiberio a influir en la plebe para deponer al otro tribuno (Octavio) y
para ser él elegido de nuevo. Así logró aprobar su ley, pero la aplicación trajo graves
contratiempos: los nobles lo desautorizaron y la plebe lo abandonó. Así que, en un
motín, fue asesinado junto con 300 partidarios suyos y su cadáver fue arrojado al Tíber
(verano del año 133 a. C.).
Su hermano Cayo, queriendo vengar su muerte, coordinó en un mismo programa
los intereses de los diversos grupos opuestos a la nobleza. Multiplicó las parcelas en las
regiones alejadas y montañosas del ager publicus (123-121 a. C.), creó una clase
campesina acomodada y logró, mediante la ley frumentaria, que se repartiese
mensualmente entre los pobres un cupo de trigo a precio de coste. Se ganó la adhesión
de los equites. Los nobles agitaron en contra suya a la plebe y a su compañero de
tribunado, Druso. Finalmente, en una batalla en el Aventino entre sus partidarios y las
tropas del cónsul L. Opimio, su enemigo, tras la muerte de 3000 ciudadanos, Cayo,
acorralado por sus enemigos, optó por suicidarse (121 a. C.). A partir de ese momento,
las leyes de los Gracos fueron paulatinamente abolidas.
Después de la muerte de los Gracos, la ruptura social entre pobres y ricos se
agrava cristalizando en dos partidos políticos: los optimates (conservadores que
dominan el Senado) y los populares (reformistas o revolucionarios que controlan los
Comicios).
Así las cosas, surgen en escena dos hombres de poderosa personalidad: Mario y
Sila. Ambos serán grandes militares. Mario encabezará el partido popular y se hará con
el gobierno. Elegido cónsul, parte para la guerra contra Yugurta, en Numidia, pero antes
toma una medida revolucionaria: alista en el ejército a los proletarios, cosa que no era
constitucional. Posiblemente fuera en parte por falta de soldados movilizables entre las
clases de propietarios y en parte por demagogia para afianzar su popularidad en el
partido. Este ejército profesionalizado será el instrumento que utilizarán los generales
para hacerse con el poder (Sila, César, Augusto). Dos años después termina la guerra
con éxito. Su popularidad es tal que será elegido cónsul seis veces en siete años, hecho
anticonstitucional. La popularidad crece al rechazar las dos primeras invasiones
germánicas en la historia de Roma: los cimbrios y los teutones (102-101 a. C.). El
Senado utilizó su talento militar en el curso de la Guerra Social (90 a. C.), en la que se
dirimía el reparto de tierras y la igualdad de derechos. Sila domina el conflicto y es
elegido cónsul en el año 88 a. C., pero Mario logra expulsarlo de Roma organizando
una revuelta. Entonces Sila vuelve sobre Roma con sus legiones, hecho sin precedentes.
Luego se embarca para la guerra contra Mitrídates, rey del Ponto y Mario aprovecha
para volver con su ejército e imponer el terror, proscribiendo a todos sus enemigos y
nombrándose cónsul sin elección. Murió poco después, el 13 de enero del año 86 a. C.
En el año 83 vuelve Sila de sus campañas por Oriente y sus proscripciones superaron
con mucho las del partido de Mario. Se nombra dictador y tiene el poder por 3 años. En
el 79 se retiró a Cumas y murió al año siguiente. Diez años después no quedaba nada de
sus reformas.
La rebelión de los esclavos provoca el terror en toda Italia. Tras varias derrotas,
son exterminados por Craso y Pompeyo. Los supervivientes serán crucificados a lo
largo de la Vía Apia, desde Capua hasta Roma. Pompeyo, siendo cónsul, conquista los
territorios del Ponto, tras derrotar definitivamente a Mitrídates.
II. 1. La obra
Los romanos se sentían iguales a los griegos gracias a la obra de Virgilio, pues
se medía con Homero, Hesíodo y Teócrito. En efecto, recoge todo lo que la
civilización griega había hecho hasta él y la funde con la romana. A su vasta cultura une
una inspiración excepcional para crear poesía pura. Intentó superar a sus modelos: se
inspira en sus temas pero no se limita a imitarlos. De los alejandrinos toma el acabado
perfecto, pero no la asimetría ni la afectación, que sustituye por el equilibrio y la
mesura; aporta sus propias ideas, sentimientos y cualidades. La originalidad en el
mundo antiguo no consistía en hacer algo totalmente nuevo, sino en desarrollar de
forma personal, e intentando superar a los modelos, temas ya tratados por otros. Virgilio
establece un diálogo sutil entre el modelo velado y su interpretación patente como en un
palimpsesto. Homenajea a los autores que le inspiran, pero dando su propia versión de
los hechos. Y así nacen las cualidades propias de Virgilio: humanismo, compasión,
ternura, dignidad, amor a la naturaleza, a la tierra y a las tradiciones, mesura,
proporción, armonía, buen gusto, delicadeza, color, musicalidad,…
Crea una nueva lengua poética y lleva el hexámetro a su perfección. La simetría
es una constante del poeta y la logra dentro del verso mediante el equilibrio entre un
adjetivo situado en la cesura del tercer pie y el sustantivo correspondiente en el último.
La mitad de sus hexámetros terminan en trisílabo y bisílabo.
a) La leyenda de Eneas
Siglo VIII a. C.: Es en la Ilíada de Homero donde Eneas aparece por primera
vez: En Ilíada V, 297 ss, Eneas defiende el cadáver del hijo de Licaón y cuando
es herido por Diomedes su madre Venus le salva; en Il. XX 302 ss, Poseidón
salva a Eneas y anuncia que un día sus descendientes reinarán en Troya. Homero
se esfuerza por atribuir a Eneas un gran papel: Lo pone al lado de Héctor en la
pelea y en el consejo, pero sus hazañas son breves y, cuando se ve envuelto en
algún incidente grave o arriesgado, Venus, Apolo, Marte y Neptuno acuden en
su auxilio, pues está llamado a reinar sobre los troyanos y sobre los hijos de sus
hijos que sucesivamente nazcan. En Homero, Eneas es valiente, sabio, sensato,
da buenos consejos y respeta a los dioses. Virgilio se atiene básicamente a esta
tradición.
Siglo VI a. C.: Estesícoro: Eneas se va de Troya, funda ciudades en el Egeo y
llega a Sicilia; es hombre piadoso.
Siglo V a. C.: Helénico de Lesbos le hace fundador de Roma.
Siglo IV a. C.: Menecrates de Janto hacía de Eneas un traidor huido tras haber
vendido a sus conciudadanos. Esta versión es soslayada por Virgilio y otros
autores.
Siglos III-II a. C.: Timeo, Licofrón y Polibio transmiten la leyenda de Eneas
como fundador de Roma, la cual, mezclada con la de Rómulo, es adoptada a
partir del siglo III a. C. por los autores latinos (Nevio, Píctor, Ennio, Catón y
Varrón). Para Ennio, Eneas era abuelo de Rómulo; Píctor hace a Eneas fundador
de Lavinio y a Ascanio, de Albalonga y de su dinastía, de la que saldrá la madre
de Rómulo y Remo. Ésta será la versión que seguirán Livio, Virgilio y Ovidio.
Todo esto lo sabía Virgilio y cuando Octavio le encarga una exaltación personal,
que podríamos llamar Octaviada, el poeta recurre a Eneas, fundador de la
dinastía, y a su heroísmo que explica el presente. Aunque hace un uso político
de la leyenda, la poesía lo supera todo y alcanza resonancias universales.
La Eneida es como una enciclopedia en la que el autor destila en poesía
el saber filosófico, histórico, religioso y literario de su época.
Los 12 libros se organizan en dos mitades: los 6 primeros forman una
pequeña Odisea y los 6 últimos una pequeña Ilíada. Suele decirse que alternan
los libros “fuertes” (impares) y los”menos fuertes” (pares).
Sigue, en efecto, a Homero, pero también se inspira en los alejandrinos,
sobre todo en las Argonáuticas de Apolonio Rodio, y en la obra de autores
latinos como Ennio, Nevio, Pacuvio y Lucrecio.
La épica romana es siempre una épica culta que tiene como fuentes la
tradición griega y las gestas de romanos ilustres.
Si hay que romper los esquemas épicos tradicionales, los rompe, como
cuando, mediante profecías y visiones, como las de Anquises o Júpiter, irrumpe
en el presente o en el futuro para afirmar el destino de Roma.
e) Los dioses
f) Otras consideraciones
Virtus, disciplina: Virtus es el valor, la característica propia del vir, del hombre
fuerte, del héroe. Virgilio canta a Eneas como héroe: arma virumque cano
Troiae qui primus ab oris /Italiam, fato profugus, Laviniaque venit/litora (Canto
las hazañas y al héroe, que desde las costas de Troya, prófugo por el Hado, llegó
el primero a Italia y a las riberas lavinias…)
La disciplina es la obediencia ciega al que tiene el mando y la autoridad. Era
característica del discente, del discípulo y esencial en los ejércitos. Estas dos
virtudes hicieron invencibles a las legiones romanas. Fueron modelos de actos
de valor Horacio Cocles y la joven Clelia durante la guerra de los romanos
contra Porsena, rey de los etruscos. Los episodios nos los transmite Tito Livio:
BIBLIOGRAFÍA