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La importaggll de ls factorestecnolgicns on cesar telonte stenciot f importatel | storia pace iaistoia social y eo a inoue, Concebial revada de tna exteng cade por Clarendon vera sustancil itertado que la historia del desarrollo tecnoldgico aparezca estrechamente relacionada, en cada época, con su perspectiva hist6rica general. Cronolégicamente el texto esté dividido en tres partes: la primera (vol. 1) abarca hasta 1750 —comienzo de la revolucién industrial en Inglaterra—, la segunda (vols. 2 y 3) continda la exposici6n hasta 1900 y la tercera (vols. 4 5} continda la exposicién hasta 1950. La decisién de detenerse en esta fecha se explica por la falta de perspectiva histérica sobre la repercusién de desarrollos tecnolégicos posteriores, asi como por la complejidad técnica de éstos. El propésito de la obra es ofrecer una visidn sintética del desarrollo de las ramas de la tecnologia que cambiado el curso de la historia, sin omitir por Oficios elernentales de menor repercusién social. pretendido que el resultado fuera aceptable tant el historiador y el tecndlogo como para el lector c| i) (i i WOON I sm 8-23-1088 | | trevor williams HISTORIA F: TECNOLOGIA desde 1900 hasta 1950 (1) vein sa 60. eccien i iin HISTORIA DE LA TECNOLOGIA SIGLO XXI Volumen 4 DESDE 1900 HASTA 1950 (1) Kl sigio v veintiune o editores, s.a. de c.v. LEGICEN COVEN 140 MEX, BF siglo veintiuno de espafia editores, s.a. (CALLE PLAZA 5 25043 MADRID. ESPANA porta de carlos palleiro mer een en spat 1987 siglo xl de espana editres, 2, 1993 eadeee, Se nt (ob sonl ibe So. Golam) mera econ en inglés, 1982 i inl Ro ton of bento {ilo erigna shor history oftwentitcentry ( one eonology 1900" 1980 \ derechos reservados conforme ala ley Impreso y hecho en méxieo/prined and made in mexico HISTORIA DE LA TECNOLOGIA Siglo veintiuno ‘Volumen 4 DESDE 1900 HASTA 1950 (1) por TREVOR I. WILLIAMS Juan C. Navaseués Howard DISENo DE La cuBIERTA Santiago Monforte El lector encontraré al final del quinto y altimo volumen de esta ‘obra una lista de las ilustraciones seleecionadas, tico y un indice de nombres, correspondientes "un indice tems ‘este volumen ‘@ aquel, cuya paginacion es correlativa e independiente a la los tres primeros vollmenes de esta coleccion. Indice PREFACIO INTRODUCCION 1. La educaciéa, 311. La organizacion industrial, 12“IIL La intervencign gubernamental, 18-—1V. La innovacién, 27 4 LA NUEVA CONFIGURACION DE LAS FUENTES DE ENERGIA LOS COMBUSTIBLES FOSILES: EL CARBON, EL GAS YEL PETROLEO, 1, El carbon, 45—IL El gas del alumbrado, 47 IHL El gas natural, $1.—1V. El petréleo, 55 LA ENERGIA NATURAL 1. La energia soar, S9-—I. La energia de las mareas, 60 La energia hidréulica, 61-—IV. La energia ‘del viento (colica), 63—V. La energia gootermi ‘64—VI. Las limitaciones de las fuentes de energia. natural, 66. LA ENERGIA NUCLEAR Primera parte. El contexto clentifico Segunda parte. Ellogro tecnologico 1. 'La separaciin del =U, 83-—Il. Bl plutonio, 88.—I1T La fabricacion de la bomba, 92—IV. El de. sarrollo de la pasguerra, 94 LA INDUSTRIA ELECTRICA, 1. La generacién de electricidad, 104—IL La trans- Imision y la distibucion, 109-—TiL La uilizacign de In electricidad, 114—1V. Las batertas, 121 * a 4s ° p 101 LA NUEVA CONFIGURACION DE LA PRODUC. CION PRIMARIA LAAGRICULTURA; CON UNA SECCION SOBRE LA PESCA Y LA CAZA DE BALLENAS. 1.La ganaderfa, 131 —IL. La agricultura, 139—II.La pesca y la caza de ballenas, 148, LA MINERIA, I. Los minerales metilicos, 154—TI. La mineria del carbén, 160—IL El petroleo, 166. LOS METALES ¥ SU EXTRACCION El ierro y el acero, 177—Il. Los metales no ferro- 806, 184, LA INDUSTRIA QUIMICA I. Los productos quimicos inorgénicos pesados, 198 “Il. Los productos quimleas organicos, 203, MI, Los polimeros, 209-1V: El caucho sintetico, 215, LA INDUSTRIA TEXTIL 1. La configuracion de la industria, 219, bras naturales, 220—IL Las fibras art 224--IV. La industria de la confeccion, 28. M. Las fi ales, EL MOTOR DE COMBUSTION INTERNA 1. El motor Otto, 233.—IL, El motor Digs, 241. a turbina de gas, 247 LAS TURBINAS 1. La turbina hidréulica, 253—IL. La turbina de va: por 255. LA METALURGIA 1. La fundicion, 260—Il, La conformacién mecénica, 262—Ill. Las maquinas herramicnta, 266.—1V. El ‘montaje, 270-—V. La proteccion de los metales, 272, LA CERAMICA Y EL VIDRIO 1, La Gerdmica, 280 —ML. El vidrio,285—IL.El vidrio plano, 287 —1V. Los reeipientes, 289 124 BI 154 m7 193 219 233 252 259 280 Para Sylvia: la paciencia recompensada. PREFACIO En 1973 la Oxford University Press me invit6 a publi- car dos nuevos volimenes (VI y VII) de A history of technology, que abarcarian aproximadamente el perio- do 1900-1950. En 1978, afio del quinto centenario de esa Editorial, se publicaron estos dos volimenes, po- niendo asf fin a un proyecto con el que se habia inicia- do la obra en 1949. El primer volumen, publicado en 1954, cubria desde los albores de la civilizacién hasta la caida de los imperios de la Antigiedad. El quinto, que cerraba la historia de la tecnologia a finales del si- glo XIX, aparecié en 1958. En ese punto se consideré ‘conveniente hacer una pausa y preparar una obra mas reducida que cubriera en buena medida el mismo cam- po pero estuviera destinada a introducir en el tema @ tun puiblico mas amplio: esto llevé a la publicacion en 1960 de A short history of technology *, que escribi jun- tamente con el Dr. T. K. Derry. El éxito de A short history, que desde entonces ha sido publicada en edicién de bolsillo y traducida a va- rias lenguas extranjeras, sugirié que la misma férmu- la podria ser aceptable para los dos volimenes mas re- cientes que cubren la primera mitad de este siglo. La presente Historia de la tecnologia del siglo xx guarda, ues, la misma relacién con los dos iltimos volime- nes de la obra principal que la Short history original con los cinco primeros. Aunque en su mayor parte cae dentro de los limites de la obra mayor, y su informa- cin sobre los hechos se basa ampliamente en ella, no es un mero resumen de dicha obra. Esto habria sido * Historia de a wenologi, vols. 1-3, Madrid, Siglo XX, 1977 x Desde 1900 hasta 1950 (1) imposible de cualquier modo, en parte por el grado de ‘compresiOn necesario y en parte porque el plan de la ‘obra mayor no se prestaba a tal tratamiento. Este libro es, pues, una obra independiente destina- da, dentro de un radio de accién bastante modesto, a dar al lector general una vision amplia de la forma en ‘que se desarrollé la tecnologia en la primera mitad de este siglo y una idea de los factores sociales, econémi- ‘cos y politicos que influyeron en ella. Sin suscribir in- condicionalmente la doctrina de que la historia de la ciencia y la tecnologia no tiene por qué preocuparse demasiado de la atribucién a unos determinados indi- viduos de los descubrimientos ¢ inventos —lo que de hecho resulta a menudo muy dificil—, he dado técita- ‘mente por supuesto que a muchos lectores les intere- sarian los inventos cuando éstos tuvieran un impacto social discernible. La planificacién de un libro de este tipo presenta considerables dificultades, tanto por la amplia gama de actividades a considerar como porque el periodo que abarca —aunque relativamente breve en el senti- do historico— fue una época de cambic excepcional- ‘mente répido, jalonado por dos guerras mundiales que dieron a ciertas ramas de la tecnologia un estimulo po- deroso pero un tanto artificial. Estos jalones no sin embargo, de un tipo que parezca exigir una divi- sin del libro en periodos cronologicos. Tratar adecuadamente cada uno de los aspectos principales de la tecnologia, sin repetirse en exceso, es otro problema. Por poner un ejemplo al azar, la agri- cultura exige la consideracion de temas tan diversos como la quimica industrial, fuente de los fertilizantes artificiales, los insecticidas y los herbicidas; el motor de combustién interna, que ha provocado un cambio practicamente total de los animales de tiro por los tractores como fuente de fuerza motriz; el desarrollo de la navegacién con buques frigorificos para exportar la carne del ganado ovino y vacuno criado en las nue- vvas v vastas zonas de pastos de Australasia y Sudamé- rica; y el desarrollo del enlatado como proceso de con- Prefacio x1 servacién a gran escala. Al mismo tiempo las indus- trias de la quimica, la agricultura, la construccién na- val y la alimentacién exigen claramente un estudio para ellas solas. Si bien las remisiones de unas a otras pueden reducir la repeticiOn, no pueden erradicarla. De hecho, un cierto grado de repeticion no es una mala cosa por cuanto recuerda al lector que las tecnologias son sumamente interdependientes. En teoria, este libro abarca la primera mitad de este siglo, pero la fecha ha sido interpretada de forma bas- tante eldstica, como en la obra principal. Algunos te- mas son tratados de la forma mas sensata posible, re- montandose hasta algo antes de 1900; otros habrian concluido demasiado bruscamente si no se hubieran extendido hasia un poco mas alla de 1950. Es dificil ex- plicar los ordenadores, por ejemplo, sin hacer referen- cia a las méquinas calculadoras mecanicas del siglo XIX, y los lectores se habrian sentido sin duda decep- ‘cionados si no se hubiera hecho mencién de los vuelos espaciales 0 de los inicios de la energia atomica. En las ciencias, y en buena parte de la tecnologia de- rivada de ellas, el cambio de siglo fue una especie de linea divisoria. Hasta entonces los inmensos avances de las ciencias fisicas habian sido en gran medida la consecuencia natural de la Revolucién Cientifica del siglo xvm. Esta se basé en una visién esencialmente mecanicista del funcionamiento de la naturaleza y pro- porcioné una técnica de descubrimiento que fue in- ‘mensamente fructifera durante mas de dos siglos. En la segunda mitad del siglo xix, sin embargo, surgieron toda una serie de nuevos fenémenos, principalmente en el campo eléctrico, que no eran explicables en tér- minos simples y generalmente comprensibles. En la opinion pablica, la transicion esta estrechamente iden- tificada con la tcorfa especial de la relatividad de Eins- tein, publicada en 1905, pero en realidad reflejé un cambio de direccion del pensamiento iniciado unos treinta afios antes. Esta nueva Iinea de desarrollo tuvo consecuencias tecnolégicas transcendentales, las mas ‘espectaculares de las cuales fueron la bomba atémica xl Desde 1900 hasta 1950 (1) y la energia nuclear. La exposicién de estos procesos ‘a un piblico muy amplio presenta dificultades mas considerables que las que se encuentran al describir los procesos derivados de la fisica de Newton, ya que implican concepciones fundamentales que no’s6lo no son por lo general familiares sino que ademas en algu- nos casos parecen estar en desacuerdo con la experien- cia cotidiana. Los aparatos electronicos, tales como la ' Ia television, tampoco resultan faciles de expli- car a quienes no tienen los oportunos conocimientos técnicos. En un libro de este tipo hay que hacer por tanto necesariamente mas hincapié en lo que tales apa- ratos hacen que en cémo lo hacen. Sin embargo, estos problemas se reducen en cierta medida por la existen- cia de una generacién nueva y cada vez mas amplia de lectores a quienes les han ensefiado algo de cien- cias, aunque no sea a un nivel avanzado, teniendo en cuenta estos nuevos procesos. La eleccién de lo que hay que incluir u omitir es ne- cesariamente subjetiva. Al planificar el libro he trata- do de asegurarme de que todos los principales proce~ sos fueran descritos y, al mismo tiempo, de que algu- nos de los secundarios, aunque posiblemente no me- ros interesantes, no fueran omitidos. Para muchos, las, aplicaciones domésticas seran al menos tan atractivas como la mineria del carbén o las turbinas. A aquellos que deseen leer algo més sobre el tema, los capitulo correspondientes de los voltimenes VI y VII de la His. tory of technology les vendran por supuesto muy bien; ademas, cada uno de los capitulos del presente libro va seguido de una amplia bibliografia. La mayoria de las obras enumeradas en ella proporcionara a su ve7, otras referencias. Muchas de las ilustraciones apare- cian ya en la obra original, pero se ha aprovechado la ocasién para incluir algunas nuevas, mas apropiadas, al presente tratamiento del tema En su forma de publicacion, este libro es un tributo al dominio de la tecnologia editorial que posee la Ox- ford University Press desde 1478, Mi tecnologia perso- Prefacio xan nal se limita ain a dejar resbalar una pluma sobre un papel, y estoy profundamente agradecido a la Sra. ‘Yvonne Rue por su paciencia al descifrar el resultado ¥y preparar el texto mecanografiado para la imprenta. Oxford, marzo de 1980. ‘TREVOR I. WILLIAMS 1, INTRODUCCION La primera mitad del siglo xx fue en cierto sentido un. periodo de traasicién en la civilizacién occidental. Para bien o para mal, una economia esencialmente ru- ral se habfa transformado en otra urbana, basada en los procesos tecnolégicos traidos por la Revolucién in- dustrial. El hecho de que éstos eran capaces de gene- rar grandes riquezas era evidente, pero no habia una conciencia lo bastante clara de que la industrializacion _- trae consigo contrapartidas ademas de beneficios. Has- ta fines del sigle xix, se habia hecho hincapié en la tec- nologia: si se pudiera conseguir la apropiada, la pros- peridad resultante seguramente bastaria para curar los males de la sociedad. No se comprendfa lo suficien- te que la industrializacion rapida crea problemas so- ciales, econémicos y politicos que no pueden ser re- sueltos por los métodos desapasionados que tan bien habian servido para hacer avanzar la ciencia y Ia tec: ‘nologia. En el seno de la industria empezé a afirmarse ¥ el elemento humano: por un lado mediante el creci- miento del movimiento sindical y por otro a través de estudios formales sobre las técnicas de la direccion de empresa. La gente empez6 a preguntarse si la tecnolo- gia le Ilevaba realmente donde queria ir. Los sistemas ‘educativos del mundo occidental empezaron a adap- tarse lentamente a las necesidades de la nueva socie- dad en la que maduraba una generacién mas joven. Los gobiernos fueron interviniendo de forma creciente en los asuntos industriales, unas veces promoviendo procesos que parecian de interés nacional y otras res- Iringiendo aquéllos que parecian indeseables. Estas reacciones un tanto tardias a las consecuen- cas de los procesos del siglo xix se complicaron por el hecho de que la propia tecnologia estaba entrando en luna fase nueva. Hasta entonces se habia basado sobre todo —aungue en modo alguno exclusivamente—en el 2 Desde 1900 hasta 1950(I) progreso de la ingenieria mecénica, pero una fuerza nueva se estaba haciendo sentir antes de acabar el si glo. Este factor nuevo era la electricidad. Por aquel en- tonces no era un fenmeno recién descubierto, puesto que ya era conocido por los fildsofos de los siglos xvit y Xvitl, No obstante, seria correcto afirmar que, excep- tuando la telegrafia, Ia electricidad tuvo poco impacto social hasta la década de 1880, cuando empezaron a aparecer en las ciudades mas importantes los prime- 10s sistemas piblicos de suministro. A partir de enton- ces, la electricidad se hizo cada vez més importante como nueva fuente de energia y, especialmente, de luz. Y lo que es mas importante atin, la ciencia aliada de la electrénica, entonces en su infancia, estaba destina- da a provocar grandes cambios antes de mediados de este siglo, La valvula termoiénica, de extrema impor- tancia en la primera época de la radio, preparo el ca- mino para el transistor y el microprocesador, ambos de profundo significado en el desarrollo de los ordena- dores y sistemas de control automatico. Ya en la dé- ‘cada de 1970, las consecuencias de la revolucién de los microprocesadores se habia convertido en un asunto de gran preocupacién para los gobiernos por todo el mundo occidental. ‘As{ como cambié enormemente la naturaleza de la tecnologia durante la primera mitad del siglo xx, tam- bien cambié su distribucion geografica. En 1900, Gran Bretana y Alemania eran todavia los centros mas im- portantes de produccién industrial, pero a lo largo de los siguientes cincuenta afios aparecieron competido- res poderosos y triunfadores. Estados Unidos, por ejemplo, no s6lo se aseguré una posicion dominante en las industrias tradicionales, tales como el hierro y el acero, sino que ademés senté las bases de industrias compietamente nuevas, como la fabricacion de auto- maviles y aeroplanos. Después de la Revolucion de 1918, Rusia se embarco en un programa de industria- lizacién masiva para sostener el nuevo Estado socia- lista, En 1961, habria de asombrar al mundo entero al lograr el primer vuelo espacial tripulado. Japon, que Introduccion 3 se habia desarrollado en un aislamiento casi completo, con respecto al mundo occidental, no introdujo la in- dustria moderna hasta la década de 1870, pero a par- tir de entonces procedié a disipar las despectivas creencias de que no era més que un imitador. A fina- les del periodo que nos ocupa, ya se habia revelado de forma decisiva como un innovador por excelencia, to- mando la delantera en las nuevas y muy sofisticadas industrias —basadas principalmente en la electronica, la optica y la ingenieria de precisién— que se desarro- Iaron después de la segunda guerra mundial. También en la agricultura las tendencias que empezaron en el siglo xIX continuaron en el Xx. Mejoras en los trans- portes, avances en la maquinaria agricola, y mejores métodos de conservacién fomentaron la produccién de cereales y carne en los vastos espacios abiertos de Aus- tralia, y América del Norte y del Sur. Se pueden discernir varios factores que influyeron en-estos grandes cambios en la naturaleza y la ubica- cin de la industria. Entre los mas importantes estu- vieron las instituciones educativas, las dos caras de la industria —Ia direccién de la empresa y los trabajado- -res— y los gobiernos. Distinguirlos no es dificil, pero ~~ evaluar su importancia relativa y desentrafar sus in- teracciones, siempre fuertes y a veces violentas, es un asunto harto distinto. Por comodidad, los trataremos por separado, rero al mismo tiempo intentaremos se- falar las miiltiples interrelaciones. 1. LAEDUCACION A menudo se he seftalado que la Revolucién industrial ‘en Gran Bretafa fue iniciada y Ievada a cabo por hom- bres de poca o ainguna educacion oficial, y desde lue- go carentes de estudios universitarios. Se nos recuer- da con menos frecuencia, sin embargo, que las univer- sidades de aquellos tiempos, salvando las matemati- ‘cas, tenian poco que ofrecer a los nuevos pioneros, aun fen el caso de que las hubiesen frecuentado. La ciencia 4 Desde 1900 hasta 1950 (I) se veia con suspicacia y la ingenieria se consideraba algo por debajo de la dignidad de_un caballero; por otro lado, una base firme en los clsicos tenia poca uti- lidad-para las nuevas exigencias de la industria. No fue sino en la segunda mitad del siglo x1x (1875) cuan- do se cre6 en Cambridge una catedra de Mecanismos Aplicados y Mecénica Aplicada; no hubo catedra de in- genieria en Oxford hasta 1907. La tarea de proveer a las necesidades de los fabricantes en los primeros afios de este siglo se dej6 principalmente en manos de las universidades civicas, en los nuevos centros de la in- dustria y el comercio, tales como Liverpool y Manches- ter. Incluso en éstas, sin embargo, el ambiente acadé- mico era mas favorable a las ciencias puras que las aplicadas: en el mundo universitario, y en el pais en general, los ingenieros carecian del prestigio de sus co- Tegas de las artes, La relacion entre los departamentos académicos de ciencia aplicada y la industria era es- casa. Tan sélo unas pocas catedras —tal como la cate- dra Livesey de las Industrias del Gas de Hulla y el Combustible en Leeds (1908)— estaban relacionadas directamente con las necesidades de alguna industria particular. Las ciencias puras recibieron un trato me- jor, pero sus mejores graduados eran reacios a dedi- carse a la industria. Aquellos que lo hicieron descu- bricron que sus universidades habian hecho poco prepararlos para los problemas practicos de la vida i dustrial y sus patronos a menudo fueron incapaces ce sacar de ellos mayor provecho. Incluso a mediados de este siglo, los cientificos e ingenieros se quejaban de que eran comodines mas que directivos. En otras partes prevalecio una actitud més positiva hacia la formacién vocacional en ciencia e ingenieria. En Alemania, por ejemplo, las universidades antiguas mostraron la misma clase de antipatia hacia la tecno- logia que se manifestara en Gran Bretaia, pero esto fue contrarrestado por la fundacién de instituciones auténomas para la ensefanza superior de la tecnolo- gia, las Technische Hochschulen. Estas tenian la cate- goria de las universidades mas antiguas y concedian Introduccion 5 ‘us propios titulos. La primera universidad de este tipo fue la Universitat Fridericiana en Karlsruhe (1825), pero la mayoria de ellas se fundaron mucho mas tar- de: la Universidad Técnica de Munich se fund6 en 1868 y la Technische Hochschule de Berlin en 1879. Era cos- tumbre que los profesores mantuviesen fuertes lazos con la industria. Ast, a comienzos del siglo Xx, la in- dustria alemana tenia una fuente de graduados det vanaf ie es ie ment, HMSO, Londres 1977. cee Bove, S. E., Industrial organization, Holt, Rinehart and Wins- Pe haa nN ti nd magnon av Gr te School of Business Studies, 1958. as pee Sat 6s tng of mort ‘Tavistock, Londres, 1961, y Be St fi monte Precan Ere gopen poe oot ark Gara sae eh es cai une ela Ao of Sen Sciences, Nueva York, 1978, sa 34 Desde 1900 hasta 1950 (1) Corer, C. N.y APPLEY, M. H., Motivation: theory and research, Wiley, Nueva York, 1964. Cony, FB. 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En la historia de la tecnologia, el sintoma del cambio es la ynovacién, la introduccion de productos © procesos ; por lo que resulta adecuado concluir este ca- pitulo introductorio con algunas consideraciones acer- ‘ca de la innovacién y sus causas, haciendo especial re- —ferencia a nuestro siglo. En las secciones precedentes f hemos considerado algunos de los factores que inter- I -n —cambios en el sistema educativo, cambios en la organizacién ce la industria y creciente intervencion de los gobiernos-, pero éstos se relacionan con el me- dio genérico de la innovacién y no hemos considerado las causas subyacentes. Hemos de empezar dejando claro que no es éste un tema en el que haya un claro consenso de opinién, pues “Sse presta al razonamiento subjetivo mas que al estr _tamente logico. Preguntar qué es lo que hace que un hombre invente es como preguntar a alguien qué es lo “que le hizo ser pintor o escritor creador. Muy a menu- do no lo sabe ni él mismo; ¢cémo, pues, pueden expli- carselo otros? Lo mas que cabe esperar es poder iden- tificar la clase de medio que parece propicio a la in- 28 Desde 1900 hasta 1950 (I) novacién, teniendo en cuenta que esta via de indaga- cién a veces puede resultar estéril, y también que los inventos se pueden hacer en circunstancias muy dis- tintas, incluyendo algunas aparentemente desfavora- bles. ‘Como primer paso podemos clasificar la innovacién de diversas maneras, empezando por las innovaciones radicales y menores. En la primera categoria podemos incluir los productos totalmente nuevos que se derivan directamente de los existentes. Como ejemplos toma- dos de nuestra época podemos citar la valvula termoié- nica y el transistor; el aeroplano provisto de motor, la fotografia en color, la xerografia y la energia atomica. En la misma categoria estan los procesos nuevos para fabricar productos ya existentes. Ejemplos tipicos de éstos son los procesos a baja presién para la fabrica- cién de polietileno, la deshidratacién por congelacion de los alimentos, y el cracking catalitico del petréleo. En este contexto, claro esti, debemos adoptar un en- foque sensato de lo que entendemos por derivacion di- recta. Los puristas podrian sostener que nada surge es- pontaneamente, que el aeroplano estaba implicito en los experimentos con planeadores de George Cayley en la primera mitad del siglo x1X o incluso en los dibujos de Leonardo da Vinci; que el transistor no fue mas que tun desarrollo obvio del detector de alambre de los pri- meros receptores de radio a base de cristal de galena. Tenues lazos de este tipo existen en un sinfin de casos: nuestro interés aqui ha de centrarse en los procesos {que provocaron el nacimiento de importantes indus- trias nuevas 0 que llevaron a cambios considerables en las ya existentes. Muchas invenciones no legan a ser aceptadas porque estan, como si dijéramos, por delan- te de su tiempo: puede que haya insuficiente demanda para ellas, que su precio resulte inaceptable, 0 que la tecnologia actual sea inadecuada para su realizacién. La reinveneién es un suceso corriente en la tecnologia. Los fenomenos mas lamativos, sin embargo, no son necesariamente los més importantes; pequenas mejo- ras en producius y provesos existentes pueden compen- Introduccion 2» sar econémicamente tanto. como aquéllos: Por ejem- plo; un nuevo agente catalitico que incrementase cl Tendimiento de un proceso quimico en-no mas de un 1% podria rentar anualmente un millon de libras es- terlinas silo que no es nada infrecuente— la produc- ci6n anual fuese de 100 millones de libras. El innova- dor puede, pues, ganarse muy bien el sustento aun ‘cuando no le alcancen los verdaderos bombazos de la nueva tecnologia, ‘Se han hecho diversos estudios acerca de las fuentes de los productos y procesos nuevos. En general, hay luna tendencia a que los productos nuevos se originen fuera de las industrias implicadas y a que los nuevos procesos se generan dentro de ellas. Esto no resulta del todo sorprendente. Las empresas establecidas en gene- ral prefieren expansionarse ampliando sus fronteras de forma continua en vez de lanzarse a territot vos, y tienden a percibir con demasiada claridad difi- ceultades de las que el que viene de fuera es felizmente inconsciente. En cambio, la mejora de un proceso es un objetivo natural de las empresas ya existentes, las cuales tienen el respaldo de una gran cantidad de co- nocimientos y experiencias que no resultan fécilmente asequibles a los que vienen de fuera, quienes, por tan- to, se hallan en desventaja. Como ejemplo de esta te- sis general podemos citar la experiencia de Du Pont, una de las primeras empresas de productos quimicos de Estados Unidos, entre 1920 y 1949. Durante este pe- riodo, miembros de su propia plantilla fueron respon- sables de cinco de las siete innovaciones importantes en los procesos ce fabricacién, pero sélo de cinco de Jos dieciocho nuevos productos. Hemos de admitir que la invencién, en mas de un sentido, esta muy alejada de la comercializacién de un producto nuevo o de la puesta en marcha de un nuevo proceso. Salvo en circunstancias excepcionales —como las que se dieron en el Proyecto Manhattan, donde el fgasto y la asignacién de los recursos tuvo muy poco en cuenta la economia— el desfase entre la invencién y la comercializacién suele ser de unos diez ais. Dur 30 Desde 1900 hasta 1950 (1) rante este perfodo, hay que gastar mucho dinero sin ninguna ganancia (cash-flow negativo en la jerga de los economistas) y con la clara conciencia de que, al final, puede que no se logre el éxito y haya que dar por per- ido el gasto realizado. Un ejemplo viene dado por el desarrollo de los procesos de cracking catalitico que ‘adquirieron gran importancia en la industria del pe- troleo a partir de los aos veinte. Uno de los més lo- grados, el proceso Houdry, fue desarrollado por el in- geniero francés E. J. Houdry a lo largo del periodo 1925-36 (lo que ilustra el desfase de diez afios) y costo 11 millones de délares al consorcio de empresas par- ticipantes. El posterior proceso en base a fluidos (1938-41) exigio un desembolso de capital de mas de 30 millones de délares. Gastos a esta escala s6lo son posibles para las em- presas grandes 0 —en los proyectos mas costosos, ta- es como el Manhattan— para los gobiernos. Se ha afir- mado que esto ha sido un factor importante en el cre- Cimiento de las grandes industrias durante este siglo. ‘Aan aceptando este argumento, hemos de reconocer {que otros muchos factores han fomentado la concen- tracién de la industria. Las fusiones, por ejemplo, pue- den decidirse por la simple raz6n de la defensa frente ‘arivales mas progresivos, como cuando en 1890 se for- mé en Gran Bretafia la United Alkali Company como consorcio de unas cuarenta y cinco empresas produc toras de sosa segin el método Leblanc, amenazadas por el proceso Solvay, basicamente mas eficiente: a pe- far de la inferioridad tecnol6gica, lograron defender el fuerte hasta quedar absorbidas por Ici cuando se for- ‘mé dicho cartel en 1926. Otras fusiones fueron moti- vadas por un deseo de adquirir el activo o la liquidez, ‘0. ambas cosas, de una empresa rival. En una economia libre gobernada por las fuerzas del mercado, el incentivo normal para la innovacién es, por supvesto, conseguir una ventaja transitoria sobre los rivales, pero la innovacion per se no-es necesaria- mente rentable. En el caso de los gobiernos, la ventaja buscada puede no ser en absoluto financiera sino es Introduccion Ea Mus, F.C. y Homann, LR. Automation and the wor ites inehart, and Winston, Nueva York, an a SMeLD, The economics of technological change, Nor ton, Nueva York, 1968. is ar hee Maou, Hl Moet a, Organised labour in four continents, ee Londres, 1939. be ae Uo. Ex The huenan problems of an industrial eiilization, eee rd 1933. 5 joni, JB, Frade Unions and technological change, Cla Baccara Press, Oxford, 1971. 7 ws UhFoRD, Lewis, Technic and civiltzation, Harcourt, Nueva York, 1934, [Téenica y civilizacién, Madrid, Alianza, 1971] — "The moth of the maching, Secker and Warburg, Londen, 1967, [El mito de la maquina, Buenos Aires, Emecé, 1968]. Napwonny, J. 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Habia grandes reservas disponibles de carbon barato, y la industria petrolife- ra, aunque todavia en su infancia, representaba clara- ‘mente una importante fuente nueva de combustible f6- |. Desde hacia mucho, el carbén era la base de una industria del gas floreciente y en expansion. La elec- tricidad representaba un tipo de energia nuevo y fle- xible cuyo valor potencial ya se empezaba a vislum- brar. Si bien es cierto que su produccién dependia en gran medida de la generacion de vapor en calderas ca- entadas por carbon —de forma que era un modo in- directo de emplear el combustible fsil en vez de una nueva fuente de energia—, ya en la década de 1890, el proyecto del Nidgara habia demostrado las posibilida- des de la energia hidroeléctrica en situaciones favora- bles. Aunque inevitablemente habria problemas para Jograr un equilibrio continuo entre la oferta y la de- manda, no parecfa haber razones para dudar de que, en general, habria suficiente energia disponible para todos los procesos industriales. A mediados de siglo, la situacion era bastante dis- tinta. El carbén ya no ocupaba un lugar preeminente, ¥y¥ no porque hubiese un declive absoluto sino debido al crecimiento rapidisimo de fuentes de energia alter- nativas, en especial el petréleo. La produccion mun- dial de carbon (en millones de toneladas) fue de 1.300 en 1913, de 1.200 en 1928, de 1.100 en 1938, y de 1.100 en 1946. En contraste con esta evolucién précticamen- te estética, la produccién de petréleo se multiplies 38 Desde 1900 hasta 1950 (1) enormemente. En 1900, la produccién mundial, prin- cipalmente en Estados Unidos, era tan sélo de 150 mi Ilones de barriles. En 1919, era de 550 millones de ba- rriles; en 1926 la produccién se habia duplicado y en 1937 se habia vuelto a duplicar. Hacia 1950, habia au- ‘mentado a mas de 4.000 millones de barriles, el equi- valente (en peso) de mas de la mitad de la produccion mundial de carbon. Una gran parte de este tremendo ineremento representaba, claro esta, la demanda del transporte por carretera y, més tarde, del acroplano. El transporte maritimo, asimismo, cambiaba cada vez. ‘més el carb6n por el petréleo. Al mismo tiempo, habia habido una gran expansién, de nuevo principalmente en Estados Unidos, en el empleo del gas natural como combustible. En su debido momento, esto tendria como consecuencia la eliminaciGn del gas fabricado a partir del carbon. La evolucién de la industria eléctrica fue compara- ble. En Gran Bretafia, por ejemplo, el consumo pasé de 125 millones de unidades en 1900 a 35.000 millo- nesen 1946, Elypanorama mundial era similar: par- tiendo de unos comienzos modestos, la produccién glo- bal habia superado los 800.000 millones de kw/h en 1950 —comparese con los 380,000 millones de la pre- guerra— siendo Estados Unidos de lejos el mayor con- Sumidor. Las tres quintas partes de esta electricidad se generaba quemando combustibles fosiles, y précti- camente todo el resto era hidroelectricidad. Estas fras son importantes por cuanto el consumo de ener- gia se ha considerado desde hace mucho como un in- dice muy significativo de la actividad industrial. ‘Como hemos indicado, aunque la electricidad fue ‘una importante forma nueva de energia, tuvo su Ori- gen en fuentes convencionales: combustibles fésiles 0, fen el caso de la hidroelectricidad, versiones sofistica- das del antiguo molino de agua. No fue sino después de la segunda guerra mundial cuando aparecié una fuente de energia totalmente nueva. Esta fue la ener- fia nuclear, desarrollada primero para fines militares En el proyecto Manhattan en tiempos de guerra. Slo La nueva configuracién de las fuentes de energia 39 después de la guerra se produjo un interés por Santas ee re en Gran Bretafia y Francia. En Estados Unidos, con las reservas aparentemente amplias y baratas de petrleo, gas natural y carbon, el interés se centro mayormente en el desarrollo de unidades de propulsion nuclear para submarinos y grandes buques, siendo el principal atractivo la posbilidad de permanecer en alta mar Gu- rante largos periodos, sin necesidad de repostar com- bustle, En Gran Bretafa, la investigaciony desarro- lo se dirigié primordialmente hacia los reactore mercial de praducion de poteniaylapramera cen. tral nuclear de energia eléctrica, en Calder Hall, se inauguré en el otono de 1956. Desde aquel momento, la energia nuclear habria de aportar una contribucion constantemente creciente —aunque no carente de opo- sicion-— a las necesidades energéticas del mundo oc- Ya en la década de 1950, sin embargo, habia una _preocupacin muy extendida ante el rapido agola: miento de los combustibles fésiles. Evidentemente _dlesde un principio estaba claro que dado que éstos se eneran actualmente en la naturaleza a una velocidad despreciable —sl es que se generan— es una evestion le aritmética que el suministro ha de agotarse final- nee tee cubriendo nuevos campos petroliferos de un modo tan Gonstante que parecia que, a efectos prctios, el mun- do podia seguir actuando como si el suministro fuese ilimitado. Esta complacencia se vio quebrantada por eee las anteriores palabras de advertencia, Las consecuen- clas de la corta interrupcion del suministro de Oriente ’imo—en diciembre se introdujo brevemente el ta- cfonamiento de la gasolin en Gran Bretafa— revel ron al pablico su dependencia del petréleo para fides ier ‘que la mera existencia de vastos yacimiento: tpoleo no era de por st sufliente: tambien era coendal el acceso a los mismos. El significado estratégico del 40 Desde 1900 hasta 1950 (1) ppetréleo quedé atin més subrayado por los masivos au- Mentos de precios impuestos por la oPEP en 1973. La crisis energética resultante tuvo consecuencias de gran ‘lcance, las mas importantes de las cuales fueron las ‘medidas para la conservacion del combustible y la ma- yor atencién prestada al desarrollo de otras fuentes de energia. Fue ésta una reaccién convencional a la escasez y al fuerte incremento del precio de-una mercanciz-esen- cial: el comprador ha de aceptar temporalmente la si- tuacion pero salir de ella lo mejor y mas rapidamente que pueda desarrollando fuentes de suministro alter- fativas. En este caso, la propia magnitud de la depen- dencia del mundo occidental con respecto al petroleo del Oriente Proximo exclufa cualquier solucién répi- da, pero empez6 a surgir una nueva estrategia energé- tica: Esta tuvo tres rasgos principales. En primer lu- gar, se presté mas atencién a la explotacién de cam- pos petroliferos y de gas natural fuera del area de la OPEP; ademas de los campos nuevos, el fuerte aumento del precio del petroleo hizo factible la reapertura de ‘campos existentes que se habian vuelto poco rentables. Dos desarrollos importantes fueron el de los campos petroliferos de Alaska y el de los del mar del Norte. En Segundo lugar, hubo un interés renovado por el car- ‘bon, en cuanto combustible primario y en cuanto fuen- te de gas fabricado mediante procesos mucho mas efi- cientes que el viejo método de la carbonizacién. En ter- cer lugar, se estudiaron de nuevo otras fuentes natura- les de energia —el sol, las mareas, el viento, el calor dis- ponible en las profundidades de la tierra, ete— con ‘vistas a su empleo como fuente de energia eléctrica en vez de mecénica. De hecho, ya hacia mucho tiempo gue se explotaban estas fuentes a pequefia escala alla donde las circunstancias locales eran favorables, pero fen el nuevo clima economico su utilizacion a gran es- ‘ala empez6 a parecer mas atractiva. ‘Antes de considerar el modo en que se desarroll6 la tecnologia de las fuentes naturales de energia, merece a pena considerar un punto fundamental: que la de- La nueva configuracién de las fuentes de energta a ‘manda de energfa no es constante. Ast, por ejemplo, la demanda doméstica es menor en los ae ibiee dias de verano que en el invierno; la demanda indus- tiral es mas alta durante las horas normales de traba- jo. Lo ideal seria que la industria de suministro ener ético fuese capaz de adaptarse a estas variaciones y satisfacer plenamente a los consumidores en todo mo- mento. En la prictica, sin embargo, esto no es posible por diversas razones. La més importante es que si la ‘capacidad es suficiente para satisfacer la maxima de- manda previsible—que podria surgir excepcionalmen- te, como en Europa en 1947, a consecuencia de una ra- cha inusitadamente larga de tiempo excepcionalmen- te fro y severo en invierno—, entonces ha de haber en tiempos normales un excedente de eapacidad inutili- zada, lo cual es antiecondmico. Incluso si la produ ign total es suficiente, puede haber problemas de di tribucion. Asi, por ejemplo, Ia causa de la crisis de ‘combustible en Gran Bretafia en 1947 fue en parte que las existencias de carbon se habian congelado y las gla- ciales condiciones meteorolégicas hacian muy dificil el transporte de lo poco que se podia sacar. Ademas, aunque el combustible —tal como el petrdleo el car. bon— puede almacenarse para hacer frente a una épo- cca de escasez, esto normalmente no ocurre con la ener- aia, la cual ha de ser generada a medida que se nece- sita. Una subida brusca de la demanda de electricidad por ejemplo, ha de reflejarse casi instantaneamente en tun incremento ¢e la produccién de las centrales eléc- tricas. Si esto no se puede efectuar, son inevitables los cortes de suministro y todas sus consecuencias. Hay, por supuesto, excepciones a esta generalizacién sobre Ja disponibilidad, pero no afectan a su veracidad esen- cial. Asi pues, la energia eléctrica se puede almacenar, fen forme: quitiica, en un ecommladior: Ia ‘energia me cénica se puede aimacenar en un volante; la ener electrica excedente se puede emplear para bombear agua a embalses de almacenamiento la cual se suclta posteriormente para impulsar turbogeneradores cuan- do sube la demanda; los acumuladores térmicos per- 2 Desde 1900 hasta 1950 (1) miten utilizar durante el dia la electricidad mas bara- ~ ta de las tarifas nocturnas. No obstante, uno de los pro- blemas tecnologicos no resueltos de este siglo es el del almacenamiento de la energfa cuando es abundante para hacer frente a tiempos de escasez. Continuamen- fe se desperdician cantidades ingentes de preciosa energia simplemente porque no hay ningun medio pprictico para guardarla; un ejemplo es la enorme can- tidad de gas natural perdida en las llamaradas de los campos petroliferos. Por tiltimo, si queremos comprender los problemas basicos de la tecnologia energética, hemos de conside- rar los niveles inevitablemente altos de despilfarro que prevalecen. Si bien es cierto que la energia es indes- fructible, por cuanto que si desaparece en una forma ‘aparece una cantidad exactamente equivalente en ‘otra, la conversion energética, en cambio, es potencial- mente despilfarradora. Asi pues, incluso a mediados de siglo, las mejores centrales eléctricas de Gran Bre- tafa solo podian convertir en electricidad alrededor ‘del 40 % de la energia contenida en el carbon; algunas de las mas antiguas no pasaban del 30 %. El restante {60 - 70% de la energia, en forma de calor, simplemen- te se desperdiciaba en origen y més atin se perdia en Ja transmisién de la electricidad al consumidor. A me- dida que avanzaba el siglo, y particularmente después de la primera guerra mundial, el creciente coste del combustible foment6 el empleo de aparatos mas cientes y un mayor cuidado en su mantenimiento, y la Crisis de Ia oPEP naturalmente intensific6 esta tenden- ia: el uso mas eficaz de las provisiones disponibles equivale por supuesto a un incremento del suministro ‘al nivel existente de eficiencia. La década de 1970, por ejemplo, fue testigo de una evolucién hacia unidades industriales en las que el calor excedente de las cen- trales eléctricas se emplea in situ para fines industria- les complementarios. El nuevo motor de gasolina, que paso a dominar el transporte por carretera, no era notablemente eficien- te. En el mejor de los casos, su eficiencia Hegaba a un La nueva configuracion de las fuentes de energa 4a 25 %, aunque los motores diésel, utilizados principal- mente para los vehiculos pesados y as ae le propulsion de buques y locomotoras, podian lle- ara ot 00 oy lata at at Nerul eo enormes reservas nativas de petréleo barato, se hizo hincapié en el desarrollo de automoviles grandes —lo (que a su vex exigia carreteras y otras infraestructuras en proporcién— con un fuerte consumo de combusti- ble. En Europa, donde el combustible tenia que ser im- portado y el trifico estaba mas congestionado, por ra- zones geograticas, se hicieron populares los coches mas equefios. Esto ejemplifica la influencia de los facto- res econdmicos y sociales sobre el desarrollo tecnolo- ttico. Este mismo sector puede emplearse para ilustrar el impacto de otro factor —el de la conservacién del ‘medio ambiente—que habria de hacerse cada vez mas importante a lo largo de este siglo. En 1921, se descu- brio que se podia aumentar de modo sustancial In efi iencia de los motores de gasolina afiadiendo un de tetractilplomo al combustible como antidetonante, Esto fue saludado como un importante avance tecno- lozico, lo que efectivamente era, pero tan s6lo medio siglo mas tarde eran muchos los paises que estudiaban tuna legislacién que prohibiera su uso, debido a la con- taminacién por plomo de la atmésfera. Para terminar, resulta interesante sefalar que la fuerte presidn sobre los recursos de combustibles fosi- les, el agotamiento de los yacimientos mas accesibles xy el brusco aumento de los precios fueron factores que pparecieron todos ellos apuntar inexorablemente hacia Suna creciente dependencia de laenergia nuclear: Como veremos, ésta presentaba dificultades tecnologicas lesen actetpttoieensertteons mrtateon ‘comparables. Sin duda debido a su temible potencial militar, la energia nuclear, incluso en un contexto ple- namente pacifice, se convirtid en el centro de una con- troversia tan sumamente emotiva y tan bien organi da que el progreso tecnologico se vio seriamente obs- taculizado. 44 Desde 1900 hasta 1950 (1) BIBLIOGRAFIA Brae, J. S. S. y KING, J. G., Fuel: solid, liquid and gaseons, 6*ed., St. Martin's Press, Nueva York, 1967, (también edi- ciones anteriores: Brame, 1914, 1917, 1924; Brame y King, 1935, 1955), ‘Cease, David y McBrive, Richard, The world energy book: ‘an AZ, atlas, and statistical source book, Kogan Page, Lon- des, 1978. FORESTER, C., comp., The efficient use of fuel, HMSO, Lon- dres, 1958. JENSEN, W. G., Energy in Europe 1945-1980, Foulis, Londres, 1967. Lrrmut, I. M. D., The price of fuel, Clarendon Press, Oxford, 1953. PARKER, A., World energy resources and their utilization, World, Power Conference Statistical Year Book, 1949. Posne, Michael V., Fuel policy: a study in applied economics, Macmillan, Londres, 1973. World Power Conference Proceedings, Londres, 1924. 3. LOS COMBUSTIBLES FOSILES: EL CARBON, EL GAS Y EL PETROLEO LL EL CARBON De los combustibles fosiles, el carbén, como hemos vi to, conservé una posicién dominanie a lo largo de la primera mitad de este siglo, si bien es cierto que la pro- duccién mundial después de la primera guerra mun- dial permanecié bastante estatica. Sin embargo, si examinamos los paises por separado la situacién es un tanto distinta: hubo diferencias considerables en cuan- toa los modos de utilizacién del carbén y en cuanto a Ia economia de su produccién, Dentro de los confines de este capitulo, hemos de ‘considerar el carbon como una entidad, pero de hecho muestra considerables variaciones que afectan a su ‘uso. En_algunos-paises,-como Alemania y Austria, se explotaba extensivamente la variedad conocida como, lignito. Este es un carbon marrén, de bajo valor calo- tifico, intermedio entre la turba y los duros negros car- bbones bituminosos ‘més conocidos en Gran Bretafa. ‘Nuevamente recordemos que no todos los carbones son apropiados para la elaboracién del coque metalirgico, esencial para la fabricacién del acero. Asi, pues, una re- tion puede ser rica en carb6n y, no obstante, tener que importar otras variedades para satisfacer las necesida- des locales. Como veremos, una situacién semejante se da en el caso del petréleo. Aunque el mar del Norte ha- bria de proporcionar a Gran Bretafia la autosuficien- cia en petréleo, no la independizé de las importacio- nes. Para ciertas aplicaciones, los crudos del Oriente Proximo era necesarios, aunque su coste pudiera com- pensarse exportando petroleo del mar del Norte a pai- ses como Estados Unidos, donde habia demanda de éste. 46 Desde 1900 hasta 1950 (1) La produecién de carb6n durante este perfodo estu- vo influenciado por varios factores. El consumo ener- gético, como ya comentamos en el capitulo anteriar, ‘es un importante indice de la actividad industrial. Era inevitable, pues, que la demanda de carbén, como combustible dominante, reflejara la situacién econd- mica mundial. Hasta la primera guerra mundial, con una industria generalmente en expansion, la demanda erecié constantemente, pasando de unos 750 millones de toneladas en 1900 a casi el doble en 1914. Después de la guerra, el crecimiento se reanudd, pero a un rit- mo muchisimo mas lento: en torno al 0,75 % anual. La depresién econémica de los aitos treinta recorté la pro- duccién en un 40% entre 1929 y 1932 y todavia no se habia recuperado del todo al estallar la segunda gue~ rra mundial en 1939. No obstante, a algunos paises les fue mejor que a otros. Mientras que Gran Bretafa y Es- tados Unidos iban a la zaga, Alemania se habia recu- perado plenamente en 1939. Estos tres paises, dicho sea de paso, producian el 90 % del carbon mundial en 1900, y en 1950 la cifra era todavia del 60.%. En cam- bio Rusia era un productor muy pequefio de carbén en 1900 (15 millones de toneladas), y apenas se vio afec- tado por la depresion que alligié al mundo occidental, pero en 1950 era el segundo productor de carbén del mundo. Por aquel entonces entré China en liza para ‘crear una nueva economia industrial basada en el car- bon: su produccién anual de 40 millones de toneladas se habia incrementado a 400 millones en 1960. Otro factor que influy6 en la demanda de carbén fue Ja adopeion de nuevos tipos de energia. La electrici- dad y el gas del alumbrado realmente no eran rivales, puesto que ambos requerian el carbon para su genera- in. El petroleo, sin embargo, era otra cosa} si bien ‘es cieMlo que su principal uso era como combustible para el transporte por carretera, fenémeno éste que era tuna novedad del siglo xx y en ¢l que el carbén nunca habia logrado introducirse de verdad, empez6 a ser cempleado cada vez mas en el transporte maritimo. A este respecto, hay que distinguir entre el uso del pe- Los combustibles fasiles a7 tréleo como sust:tuto del carbon para obtener vapor con el que impulsar turbinas o maquinas alternativas ¥ su utlizacin en motores de combustion interna de tipo diésel. El primer barco importante equipado con motores ditsel fue el britanico. Selandia (1912; en 1950, un tercio de los buques mercantes de todo el ‘mundo eran propulsados por motores digsel, De hecho hubo dos aspectos en esta cuestion del combustible y el transporte maritimo, Por un lado, el ereciente empleo del petrdleo para la propulsion dis- minuyé de forma proporcional la demanda de carbon. No menos impor:ante fue el hecho de que los pafses que dependian del combustible importado se pasaron cada ver mas al petréleo, el cual, gracias al uso de bu- Ques cisternas, era mas barato de transportar que el carbon. Asi, en la primera mitad de este siglo, paises como Noruega y Argentina redujeron a la mitad sus importaciones de carbon. En Gran Bretafia, tradicio- rnalmente pais exportador, las exportaciones de carbon eayeron de 73 millones de toneladas en 1913 a 13 mi- Hones en 1950. Aunque el ahorro de combustible inspirado por el agolamiento de los recursos no sp convirti en una in Portante preocupacién internacional hasta Ia década de 1970, el incremento de los costes en la primera mi- {ad del siglo proporciono por si solo un poderoso in- eentivo paral ahoro yl empleo de combustibles a rmativos. En.los Estados Unidos, por ejemplo, entre a eee creer cio en la eficiencia en el empleo del carbon, En la in- dustria britanica del acero se requerian 1.250 kg.de.co- Ue por cada tonelada de arrabio fabricada en 1900; n 1950, se habia reducido a 650 kg y en la década de 1970 los productores mas eficientes tan solo requerian 500 kg. M, EL GAS DEL ALUMBRADO ‘Un uso importante del carbon fue la obtencién por car- bonizacién de gas del alumbrado. Ya en 1900 esta era 48 Desde 1900 hasta 1950 (1) tuna industria bien establecida, aunque su configura ‘ion estaba cambiando. Originalmente, el principal empleo del gas habia sido el alumbrado, pero hacia fi ines del siglo xix apareci6 el alumbrado eléctrico, que habria de sustituirlo casi enteramente al cabo de po- tas décadas, La invencién del manguito de Welsbach en 1885 proiong6 un poco més la vida del alumbrado por gas, pero hacia finales de siglo el gas se empleaba fada vez mas como fuente de calor, tanto en el hogar S*fonde Ia cocina de gas aligeraba el trabajo del ama Ge casa—, como en la industria. Este cambio amplio Gnormemente el mercado del gas: por ejemplo, en Gran Bretafia, la demanda se multiplicé por ocho en- tre 1887 y 1946, aunque hasta esta fecha el consumo doméstico continué siendo superior a los consumos combinados de la industria y el comercio. "A comienvos de este siglo, la mayor parte del gas de alumbrado se fabricaba por métodos que en lo esen- ial diferian poco de los empleados hacia casi un si- glo. El carbon se calentaba fuertemente en bancos de Fetortas refractarias estancas hasta que se hubiese ex- pulsado todo el gas; a continuacion se expulsaba me- Panicamente el coque residual. Este coque era un va- Tioso combustible doméstico y su venta era un factor vital en la economia de la fabricacion del gas. Este mé- Jodo era un proceso discontinuo. La introduccién de las retortas verticales, que requerfan muchisima me nos superficie, estuvo unida a los métodos de activi- dad continua, con sus correspondientes ventajas. Las Gesventajas eran unos gastos de instalacién mucho ‘mas altos y mayores problemas de mantenimiento. No Obstante, en 1934 el 60% del gas fabricado en Gran Bretafia procedia de retortas verticales. El coque de gas no podia emplearse para fines de fundicion en las industrias del hierro y el acero debi do a sus propiedades mecénicas inadecuadas. Estas in Gustrias, sin embargo, elaboraban su propio coque en hornos de coque, los cuales generaban simultaneamen te un gas casi idéntico al producido por la industria del gas. En teorfa, pues, las compafiias de gas prox! Los combustibles fsiles 49 mas a las instalaciones de los hornos de coque lian Ect lge oe cus cr rte pa a bajo precio dado que, en lo que se referia a la indus- eee a oe en a SS eee habla aus Inconverientes, En primer lugnrla prods, ion del gas en hornos de coque subia y bajaba con la eS re ne ee tener spelaua ce reserva propias. En segundo lu- oe Fe aa sat eg eee oe ee ee para la viabilidad econémica de la industria del gas. po rable is ca oars pe cn ey Sl a atractivo durante la mayor parte del periodo que nos ‘ocupa —excepto de fuentes importantes de suministro aoe ee aprovechamiento del gas de los hornos de coque de lo que hubiera cabido esperar. Por ejemplo, en Gran Bre- SiSoc rowel eah tee frase Stile GS cotcigee ns tuacion era algo diferente. En Alemania, por ejemplo, ina re ofc a Teorganizado sistematicamente sobre la base de que el Pe otsccscomamncmeecn ee pty grandes bd producidas en un 4rea relativa- ee ee See eee cay eae practicable para cantidades en torno a los 700.000 me- ee ees Ted ane eae oe se perene cantidades diez veces mayores. er cceerepe eat) eed 50 Desde 1900 hasta 1950 (1) cionar, en breve plazo, suministros adicionales de gas, ise hace pasar vapor de agua por coque calentado al ‘ojo, se forma una mezcia combustible de Tonio ‘carbono e hidrogeno; ésta se conoce por el nombre ¢e cater de agus: de color azul palido debido a su llama. El vapor, sin embargo, enfria répidamente el coque, pero éste se puede volver incandescente de nue- vo inyectando aire: as{ se produce gas de gasogeno, una mezcla que consta principalmente de nitrogeno inerte (procedente del aire) y monéxido de carbono. El pro- ceso puede mantenerse inyectando alternativamente Vapor y aire o inyectando de forma continua una mez- cla apropiada de vapor y aire, con lo que se obtiene igas pobre. Si bien es cierto que todos estos gases ar- den facilmente, su valor calorifico es mucho menor que el del gas del alumbrado al que, por tanto sdlo se po dian agregar en pequeiias proporciones. Este defecto ‘Se superd tratando el gas de agua con petroleo vapo zado en un carburador: el gas de agua carburado tie- re un valor calorifico mucho mas alto. Aunque empe- 26 a fabricarse en el siglo x1x —Francia (1865), Esta- dos Unidos (1873), Gran Bretafia (1890)— el gas de agua carburado no hizo ninguna contribucién impor- tante a la produccién total hasta el siglo xx. Aparte de otras consideraciones, su alto contenido de mon6xido de carbono téxico presentaba problemas. En la déca- da de 1930, no obstante, muchas fabricas de gas bi tanicas generaban alrededor de un tercio de su produc cin total bajo esta forma. a porte todos los procesos anteriores, todo el coque era finalmente convertido en gas combustible: es decir el carbon quedaba totalmente gasificado salvo su conte nido mineral (ceniza). Como era de esperar, se hicie- ron intentos para lograr este resultado en un solo pro- ceso, De ésos, el mas importante —aunaue no el Pr yro— fue el proceso Lurgi, desarrollado en Alemania Gos ans trina Ep tc gasifabo carbon de i nnito—-no coque— mediante una mezea de vapor reca- Tentado y onigeno a alta presion (20-30 atmésteras) “Aunque el proceso Lurgi permitia cl empleo de un Los combustibles fosiles py combustible de escaso poder calorifico, inadecuado para la carbonizacion, y reducia de manera sustancial Jos costes de transporte al generar un gas a alta pre- sion, tenia serias desventajas. En particular, exigia una gran cantidad de vapor —lo que producia volimenes ‘gualmente grandes de productos de desecho diluidos, lifciles de eliminar—y el oxigeno requerido era caro. No obstante, el proceso Lurgi tuvo alguin éxito en Ale- mania y en otras partes: asi por ejemplo, de 1960 a 1974 estuve funcionando en Escocia una fabrica con una capacidad diaria de més de un millén de metros cibicos. A mediados de siglo, ya escaseaban los suministros de carbones aptos para la fabricacién de gas, y su pre- cio se estaba volviendo prohibitivo. Al mismo tiempo, sin embargo, la industria en répida expansion del re- fino del petroleo podia ofrecer, a precios competitivos, fracciones petroliferas apropiadas para la gasificacion y capaces de producir un gas similar al fabricado me- iante los procesos tradicionales de carbonizacién del carbon. Tipico de tales procesos fue el proceso de re- formado catalitico —originariamente desarrollado por Ici en Gran Bretafia a fin de obtener gas sintético para la fabricaci6n del amoniaco— y el proceso catalitico de gas rico desarrollado por el Consejo Briténico del Gas en Solihull. También en Estados Unidos después de la segunda guerra mundial se construyeron instala- ciones para generar gas a alta presién a partir del pe- {r6leo, principalmente para complementar el suminis- tro de gas natural en periodos de fuerte demanda. I. EL GAS NATURAL, En Estados Unidos la industria del gas se desarrollé de forma muy diferente que en Europa. Inicialmente, ‘se adopt en seguida el proceso de carbonizacién del carbon: ya en 1816 las calles de Baltimore estaban ilu- minadas con ggs del alumbrado. Pero en las zonas don- ue se disponia de gas natural —que a menudo era en- 82 Desde 1900 hasta 1950 (1) contrado a niveles muy superficiales en la busqueda Gel petréleo— éste era transportado por gasoducto para uso industrial y doméstico. Aunque los intentos Ge utilizar el gas natural en Estados Unidos se remon- tan al menos a 1821, el primer éxito comercial parece {que se did en 1873 en Titusville. A partir de entonces, Ta industria del gas natural se expandié enormemente y el transporte a larga distancia se generaliz6. Entre 1935 y 1950, las ventas de gas natural casi se cuadru- plicaron y representaron mas del 90 % del total de las Ventas de gas. En 1955 se decia que cada 23 minutos entraba en produccién un nuevo pozo de gas. En esa misma época, habia 185.000 km de tuberias para lle- var el gas natural a las companias de gas, las cuales, por supuesto, tenian sus propios sistemas de distribu- ign para sus consumidores. Un logro tecnologico so- bresaliente fue el de la Trans-Continental Gas Pipeline Corporation, la cual terminé en 1951 la construccion de un gasoducto de 30 pulgadas de diametro y 2.950 km de longitud para transportar gas desde la costa del golfo de Luisiana-Texas hasta las regiones avidas de Combustible alrededor de Nueva York, Nueva Jersey, y Filadelfia. La explotacién del gas natural en Europa es.esen- cialmente un fendmeno de la posguerra, y por tanto, ‘cae en gran medida fuera del aleance de esta obra-.No bstante, es demasiado importante como para dejarla @e lado sin una breve mencién, En Rusia, los herma~ nos Nobel habian establecido en 1878 su Compafiia de Nafias para explotar los campos petroliferos de Baki, en Aserbaiyan, a orillas del mar Caspio. Todavia en 1939, esta region representaba aproximadamente las tres cuartas partes de la produccién petrolifera rusa, ¥y se hacia algiin aprovechamiento del gas natural aso- Giado. Después de la segunda guerra mundial, tuvo lu- gar una expansién tremenda: en 1950 la red primaria ide gasoductos cubria 2.273 km. En 1971, la red se ha- bia incrementado a 68.000 km y la produccién rusa de gas natural igualaba a la de Estados Unidos en 1955. Habia tanto gas disponible que Rusia podia exportar Los combustibles fosiles 53 tun excedente nc sélo a sus aliados del bloque oriental, sino también a aaises occidentales tales como Italia y Alemania Occidental. Al mismo tiempo, Rusia impor- taba gas de Iran y Afganistan, paises cuyos recursos no gran directamente accesibles a mundo occidental. En vrancia se descubrié en 1939 un yacimiento Saint Maret, crea de Toulouse, peo no ees cuando explote el yacimiento mucho mas impor- tant de Lacg Ni sgulra Gran Bretana carecia total mente de esperanzas para el futuro. En 1937, un perforado en Eskdale, en Yorkshire, producia 70.000 metros ciibicos de gas diarios, y dos anos mas tarde la British Petroleum Company descubrie petrleo, aun- que en cantidades modestas, en en Not- tinghamshire. aes Sin embargo, el acontecimiento més importante espectacular sudedido en Europa fue sin duda el des- cubrimiento de un enorme yacimiento de gas en Sloch- teren, Holanda, en el verano de 1956. En 1970, Holan- da no so saislacia cerca de un 15 % de sus propias necesidades energéticas sino que exportaba a paises ses nies ae nora. mt masiado y a un precio demasiado bajo. El descubri- miento holandés tuvo consecuencias importantes para Gran Bretafia, pues llev6 al descubrimiento de vastas reservas de petroleo y gas bajo el mar del Norte: por tun accidente geogréfico, Gran Bretania —de acuerdo ‘con las cléusulas de la Convencién Maritima firmada fen Ginebra en 1958 y ratificada en 1964— adquirio los derechos de explotacién de minerales en toda la mitad occidental del mar del Norte, una superficie de unos 260.000 kilometros cuadrados. El optimismo acerca de su valor en gas natural y petroleo queds justificado en 1965 con el descubrimiento del yacimiento de West Sole, a unos 65 km de la desembécadura del rio Hum- ber. En 1967, Ileg6 a tierra la primera partida de gas y tan s6lo diez afos mas tarde Gran Bretana habia ‘cambiado totalmente el empleo del gas manufactura- do por el del gas natural, Esta no fue, sin embargo, la primera experiencia de Gran Bretana con el gas natu- 54 Desde 1900 hasta 1950 (1) -n 1959 se habia importado gas natural licua- Seema legaban envios regulares por mar procedentes de Ar- gelia, de donde también Francia importaba grandes ‘cantidades. La planta de licuacién de gas en Arzew po- dia procesar diariamente 4 millones de metros cubi- cos; cost6 31 millones de libras esterlinas y fue el ma- yor proyecto industrial de Africa, a excepciOn de la pre- a de Asudn. El gas natural licuado se convirtié en una importante mercancia, transportada por via maritima a todo el mundo. Hay que afiadir un comentario ms a este resumen, necesariamente breve, de la historia de ls industria del |. Existen diferencias quimicas y fisicas i far aes an cu Aicionales y el gas natural; ésas diferencias son tales rato: juemar el uno son del . Hroplaios para quemar el otro, De esto se desprende pues, que ase quiere reemplazarel gas fabricado por él natural dentro de una determinada red, no s6lo ha- bra que establecer ef suministro sino que simulténea- mente habré que poner en marcha wmprograma de Conversion para modificar o sustituir todos los apara- tos de gas exfstentes. Por ejemplo, en Gran Bretafa hubo que modificar 35 millones de aparatos —conte- niendo en total unos 200 millones de quemadores— en. 13,5 millones de locales. Ademés, la conversion tuvo que hacerse de tal forma que el suministro a los con: Sumidores quedara practicamente ininterrumpido programa de conversién britanico, Ilevado a cabo en- tre 1967 y 1977, cost6 1.000 millones de libras ester nas (incluyendo el valor de una fabrica de gas que se ‘qued prematuramente obsoleta) y fue un ejrcicio no- table de gestion tcenoldgia. Programas de conversi similares fueron necesarios en pafses tan alejados como Holanda, Japén y Hungria. Los combustibles fasiles 55 IV. EL PETROLEO La consideracién del gas natural nos lleva cémoda- mente a la del petréleo, pues en la naturaleza a menu- do, aunque no siempre, los dos se dan juntos. Ello nos exige una atencién especial, porque no sélo la indus. tria del petréleo es esencialmente un fenémeno del si- glo xx, sino que también se ha convertido en una de las industrias mayores y mas poderosas del mundo. Como sefialamos en el capitulo anterior, el mundo oc. cidental paso a depender peligrosamente de ella para el mantenimiento de su modo de vida. Las consecuen- cias politicas de esta dependencia fueron enormes. La forma de la industria del petréleo difirié en va rios aspectos importantes de la del carbén, lo que no € en absoluto de extraiar, pues una y otra se estable- cieron en circunstancias muy distintas. En general, las “nuevas industrias de la Revoluci6n industrial se esta- blecieron en centros donde eran accesibles la mayoria, y preferentemente la totalidad, de sus principales ma. terias primas. En Gran Bretaha, por ejemplo, el no- roeste de Inglaterra se convirtié en un importante cen- tro de la industria quimica gracias a sus yacimientos de sal, piedra caliza y carbon. De estos factores deter. minantes, el cartén era el mas importante, y los yaci- mientos de carben de Europa tuvieron una influencia considerable sobre la ubicacion de la industria. La aparicion natural del petréleo, sin embargo, normal- mente no esta estrechamente ligada a la del carbon. Es cierto que Estados Unidos se convirtié en el mayor productor mundial a medida que avanzaba el siglo Xx, pero hemos de recordar que éste es un pafs enorme con distancias comparables a las de Europa entera. Ade- tis, Norteamériza no retuvo su ventaja inicial: en 1913, producia las dos terceras partes del petréleo cru do del mundo, pero ya en 1950 su produccién habla ‘ndido a apenas la mitad, y ésta habia de ser una tendencia constante. Sus principales rivales eran Mé- xico, Sudamérica y el Oriente Préximo, los cuales en €onjunto producian un tercio del petroleo mundi 56 Desde 1900 hasta 1950 (1) 1950, Por otra parte, habia cambiado la naturaleza del prodiicto principal: en_1900, era en su mayoria aceite para alumbrado (parafina/queroseno), mientras que en 1950 era casi enteramente fuel-oil y gasolina, en pro- porciones mas 0 menos iguales. ‘Los nuevos centros de produccién, sin embargo, no eran centros de consumo; éstos se hallaban en los pat- ses que se habjan enriquecido con industrias basadas en el carbon. Por lo tanto, habia necesidad de crear tuna vasta red de distribucién basada en buques cister- ha en alta mar y en oleoductos y camiones-tisterna en tierra, Estos factores geogrificos, en combinacién con Elhecho de que la industria del petréleo, al contrario que la del carbon, es intensiva en capital, eran favora les al desarrollo de enormes companias internaciona- Ies tales como la Standard Oil en Estados Unidos, Ia British Petroleum y la Royal Dutch-Shell._EL creci- iento de estas poderosas compaiias planted impor- tantes problemas sociales, economicos ¥ politicos pero ‘a medida que crecia Ja demanda y se agotaban Ios ya~ Cimientos petroliferos facilmente explotables, solo fllas podian desplegar los recursos necesarios para la exploracion y el desarrollo. De estos recursos, eran de Suma importancia el conocimiento tecnol6gico, la ex: periencia, los equipos y el capital. Asi por ejemplo, el Programa britanico para la explotacion del petroleo y as del mar del Norte s6lo pudo llevarse a cabo con la Estrecha colaboracién de las grandes compafias petro- liferas internacionales: sin el know-how necesario, re- sultaban insuficientes hasta los recursos gubernamen- tales BIBLIOGRAFIA BEATON, Kendall, Enterprise in oil: a history of Shell inthe Uni ‘ed ‘States, Appleton-Century-Crofts, Nueva York, 1957 Bt, Gur industry, British Petroleum Company, Londres, 1947. Los combustibles fosiles a — Gas making and naturel gas, British Petro er E Petroleum Company, st, 3.8.9 KING, J. Gy Ful: sol, Higuld and pase ae aloes Press, Nueva York, 1967" aaa SENSO, H. Ne The rt conn of the American cod & dustry, Pittsburg, 1942. 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Scott North Sar hertage: the Sor) of Bras na tured ges, Besh Gn, Londres 1914 4, LA ENERGIA NATURAL. En cierto sentido, todo tipo de energia es natural, por ‘cuanto se obtiene aprovechando los recursos de la na~ turaleza. El carbon y el petréleo, por ejemplo, han per- manecido enterrados en la corteza terrestre durante muchos millones de afios. Pueden ser quemados para producir calor que a su vez puede ser convertido en fenergia mecdnica, como en las maquinas de vapor y Jos motores de combustién interna. Tales maquinas, a su vez, pueden ser empleadas para generar electri ad de acuerdo con unas leyes naturales bien compren- didas. Hasta el uranio, la mas nueva de las fuentes de ‘energia a gran escala, es natural por cuanto es un mi- hneral como el petréleo o el carbén. No obstante, hoy fen dia suele entenderse que el término energia natural ‘abarca tan sélo la energia solar, la de las mareas, los ios y el viento; el calor de la.corteza terrestre, etcéte- fa, Historicamente, algunas de estas fuentes de ener- fgia fueron de gran importancia: en tiempos pasados Tos molinos de viento y las ruedas hidréulicas fueron précticamente las tinicas fuentes de energia mecénica, exceptuando los propios esfuerzos del hombre y los de Jos animales de tiro. Por encima de todas éstas, estaba por supuesto el Sol, que reinaba como supremo pro- ‘veedor de energia para todo tipo de vida. Era también Ja fuente ultima de todas las demas formas de energfa. Los combustibles fosiles se derivan de las actividades fotosintéticas de plantas antiguas; el flujo de los rios depende de ciclos de agua globales impulsados por la evaporacién de los océanos; el viento es la consecuen- tia de perturbaciones atmosféricas que en gran medi- da dependen de cambios de temperatura. Se ha esti- mado que, si fuésemos capaces de aprovecharla, tan sblo alrededor del 1 % de la energia solar que cae so- bre la Tierra seria suficiente para cubrir las necesida- des mundiales de energfa. La energla natural 59 _Estas fuentes naturales de energia no tenian gran significado en la primera mitad de este siglo, excepto allé donde las circunstancias locales favorecian de modo especial su explotacién. La raz6n principal de esto ya ha sido expuesta antes. La abundancia de car- bon y petrdleo baratos, los cuales eran fécilmente uti- lizables en todas partes en aparatos estandar y propor- cionaban un facil acceso a la electricidad, ofrecia poco, incentivo para explotar fuentes menos seguras. Des- pués de mediados de siglo, sin embargo, cambié radi- ‘calmente la situacion. Los miedos latentes acerca del nepraiento de los combuntibes fils salleron a la superficie y los neligros politicos y estratégicos de la dependencia del petréleo de ultramar se hicieron de- masiado evidentes. ‘ be 1._LAENERGIA SOLAR Debidoa su carécter universal, es conveniente que con- sideremos en primer lugar la energia solar. En el con- texto presente no tenemos que ocuparnos del Sol como _proveedor general de energia: nuestro interés nea los dispositivos mediante los cuales se atrapay se concent que irradia el Sol para formar la c-de-unidades de cnergia. Como la intensidad de la fadiacién solar es, en el mejor de los casos, solo de un Kilovatio por metro cuadrado aproximadamente—dis- minuyendo a ura pequefia fraccion de esto en mal tiempo o altas latitudes, y a cero por la noche—, las instalaciones importantes obviamente tendrian ‘que ser muy grandes; por tanto, se mostré mayor interés por los pequetios dispositivos disenados para propor: cionar una modesta fuente de calor. Desde la segunda guerra mundial se han realizado muchos trabajos de desarrollo en el laboratorio del gobierno frances de Mont Louis, en los Pirineos. También Israel ha sido muy activo. ‘Muchos de estos dispositivos se basaban en el.cono- ido principi® del espejo ustorio: se empleaban espe- 60 Desde 1900 hasta 1950 (1) jos céncavos con una seccién parabélica para concen- tar los rayos del Sol en un foco. Después de la segun- da guerra mundial, dispositivos de este tipo fueron am- pliamiente empleados para cocinar en paises pobres Como la India, donde el combustible es escaso y caro. En limas mat templados ¥aublados, tales como el de Gran Bretafa, se presto mas atencién a los paneles so- Cae rae riod pe boctn citcular egua==pur setiplo. ‘lagu de un sistema de calefaccién central o una pis- cina— por medio de una bomba que, dicho sea de paso, {ambien consume energia. Si bien es cierto que los ca- prichos del tiempo dan a tales dispositivos tan solo un Valor intermitente, podrian no obstante, hacer una va- Tiosa contribucion a las necesidades caiorificas de un hogar medio, especialmente a la vista de la creciente importancia cobrada por el aislamiento térmico en las casas. Esto tiltimo indica que se ha comprendido que la conservacién de la energia es tan importante como su produccion, et as exigencias especiales de la investigaci cial al principio con los coffees a gran altitud pués con los satélites— Iev6 al desarrollo-de-pilas so- wes capaces de convert Ia luz directamente-en ener- ja eléctrica. Los primeros dispositivos basados en el Silfcio producian hasta 33 w por metro cuadrado, pero tuna generacion mas eficaz. de electricidad de baja ten- sion se obtuvo con eélulas de sulfur de cadmio- Tales dispositivos, como es natural, no podian hacer ningu- nna contribucion a la produccion energética en el sen- tido habitual del término. Cual pueda ser su futuro, es otro asunto, I LA ENERGIA DE LAS MAREAS La energia de las mareas ha sido aprovechada duran- te-siglos,-y-los-molinos de marea son anteriores a la ‘conquista normanda en Gran Bretafia. El principio es uy sencillo: 1a marea que sube llena un estangue, y a'medida que baja la marea, se suelta el agua de éste La energia natural ot para impulsar una rueda hidréulica 0, en aftos mas re- cientes, una turbina. No cabe duda de que se podrian ‘generar cantidades considerables de energia de esta manera, mas en la practica se han encontrado muchas dificultades. Algunas de éstas son comunes a todas las fuentes de energia natural, y se considerarén al final de este capitulo, pero otras son propias del uso de las ‘mareas. Primero y ante todo, es esencial que haya una diferencia imporante de al pamela bajamar:sinos 4 metros se considera lo minimo, De he- cho, hay pocos lugares del mundo donde. se-satisfay este fequbiion ‘Uno de éstos se halla en el rio Rance, en Francia, al sur de St. Malo, donde Blectricité de France construyé una presa de 750 m de longitud, ter- minada en 1967, para suministrar 555.000 Gw de ener- gia. En este caso particular, la viabilidad_econémica del proyecto se vio reforzada debido a que sobre la pre- sa iba una carretera que acortaba la distancia de St. Malo a Dinard en 30 km. También mejoré en este caso el transporte por barco en el estuario del Rance, pero, en muchas situaionespudierasuceder lo contrat. La perturbacién-de-la.corriente de agua ocasionada pot la, ‘propia presa puste obstaculizar seriamente les vias maritimas, la pesca, y otros derechos preexistentes que han de ser protegidos. Entre los emplazamientos in- vestigados, pero no explotados, en este periodo est vieron el rio Severn en Gran Bretafa y la bahia de Fundy en Estados Unidos. TL. LA ENERGIA HIDRAULICA La energia del agua que corre por los ios ha sido uti- lizada casi desde los comienzos de la civilizacién. En las instalaciones sencillas se usa la cortiente-natural -del_rio, pero como ésta varla- grandemente segun el “tiempo meteorologico y la estacion, los proyectos mas complejos incluyen un embalse para suministrar un caudal constante de agua. A fines del-siglo x1x, el ad- -venimiento de la industria eléetriea desperto tn gran oe Desde 1900 hasta 1950 (1) de1890 se terminé una gigantesca instalacién en las cece Sea ae AR, cen nerd casi ilimitadas para la generacion de energia eléctri- ca, pero a se puso de manifiesto que, como ee eter los requisitos a cumplir limitaban seriamente el nu- See Central elétrica marcomotrzen el rio Rance, Francia. Esta foto muestra ‘'aspcto cuando estaba cst termlnada en, 1986, La carretera que cra [press scars en 30 km Is distancia entre St Malo y Dinard Aunque en la primera mitad del siglo xx se termi- naron importantes proyectos hidroeléctricos en. mu- chas partes del mundo, su contribucién no pudo seguir el ritmo del crecimiento de la industria eléctrica. En 1925.1 40% de J energa elgtrica mundial se aba por agua; en 1970, este porcentaje habia cafde 25 %. En 1950, e aprovechaban unos 30.000.000 ev de potencia en proyectos hidroeléctricos, y se estimaba ‘entonces que esto representaba alrededor de una octa- va parte de la energia hidraulica potencialmente dis- pomible. En aquel momento, Suiza e Talia eras los pal La energia natural 63 ses relativamente mas avanzados, habiendo explotado un tercio de sus recursos potenciales. Hay que recor dar, sin embargo, que aunque la corriente alterna de alta tensién puede transmitirse a distancias muy con- siderables sin pérdidas inaceptables, el desarrollo de recursos alejados de los centros de consumo presenta muchos problemas. 1IV._LA ENERGIA DEL VIENTO (EOLICA) [El molino de viento es una de las fuentes de energia “Tnecénica més antiguas, y tan s6lo en Europa, se cons- truyeron decenas de mileS}Sin embargo, eran toscos aparatos de madera y pocos generaban mas de 10 CV. ‘Sus descendientes del siglo xx estén hechos de una es- tructura reticular de aceno y fugTon 09 todaxia am pliamente_usados en zonas agricolas para_bombear agua_de fuentes subterréneas.con fines domésticos 0 con et fin de abnevat el gana, o para-impulsar- dina dnos con el fin de cargar baterias de acumuladores. El nimero de molinos de este tipo era enorme. Se es- tima que en la década de 1950 tap sélo en Estados Uni- dos habia 300.000 molinos de'viento de bombeo y 100.000 generadores de electricidad. No obstante, su contribucién to:al era pequefia, no més de 1.000.000 vih por dia. Esto no quiere decir, por supuesto, que no fuesen importantes para sus duefios, cuya supervic vencia podia depender de ellos. El empleo exiendido de molinos de viento en otros tiempos foments la creencia —especialmente durante la segunda guerra mundial, cuando escaseaba el com- bustible— de que se podrian desarrollar para produ- cir energia a una escala adecuada a las necesidades ‘modernas, pero esta esperanza no se cumpli Pasar de tuna capacidad de unos pocos kilovatios —suficiente _para satisfacer las-necesidades-de-una’pequena-gran- Ja—a los cientcs de kilovatios precisos para el sumi- ~“nistro pablico result6 una dificultad insuperable en re- _facion con la economia general de la industria energe- 64 Desde 1900 hasta 1950 (1) ‘Motor de viento para bombear agua: Oeste americano. ica. En Estados Unidos, se construyé un generador de “lento de 1.250 kw en Grandpa's Knob, Vermont, y en Gran Bretafia otro de 100 kw de capacidad en Costa, Hill en las islas Orcadas. Ambos tuvieron corta vida: también se experimenté con instalaciones similares en Alemania, Rusia, Dinamarca y otras partes, pero sin mayor éxito en lo que se refiere a una contribucion util a las necesidades nacionales de energia. Al igual que las manifestaciones més espectaculares, Como lo volves os manana rials propor nan_pruebas claras dela existencia de puntos ca- Tientes en la corteza terresite. Se han utiizado desde tiempos inmemoriales, como en los bafios romanos en Bath. No obstante, hay pocos lugares en el mundo don- de este fendmeno se-encuentre a una escala y con una La energla natural a fiabilidad que permitan su explotacién para la gei racion de energia. Uno de los mas conocidos es Reiki ‘Vik, en Islandia, donde el agua surge del suelo, a tem- peratura casi de ebullicién, a 3 km de la ciudad. En 1930, se puso en marcha un proyecto experimental de calefaccion ceniral para utilizar esta agua. Durante la segunda guerre mundial fue extendido, explotando manantiales en Reikialaug a 17 km de la capital. A pe- sar de la mayor distancia y el clima frio, el empleo de tuberias aisladas limité el enfriamiento en el trayecto asic. En Lardarello, Italia, el agua surge, desde profundi- dades de hasta 600 m, en forma de vapor sobrecalen- tado a alta presién y'a temperaturas en tomo a los 200°C. Ya en 1905, el vapor fue utilizado para impul- sar_un_generador de-25 kw, y en 1913-14 le siguieron tuno de 250 kw y tres de 1.250 kw. Al estallar la segui da guerra mundial, la capacidad habia alcanzado los 135 Mw. Las instalaciones fueron en gran medida des- truidas por los alemanes durante su retirada, pero en. 1950 la capacidad habia subido de nuevo hasta los 254 Mw. Aunque el xapor puede impulsar directamente las turbinas, la presencia de agentes contaminantes-crea dificultades précticas: en algunts de las instalaciones, pues, se emplean cambiadores de calor para propor. cionar un vapor limpio. En una instalacién pequena ‘en Ischia, donde la temperatura del agua que brota es tan solo de 55°C se us6 cloruro de etilo (punto de ebu- icién 12,5 °C) como cambiador de calor en vez de agua. En Estados Unidos entré en funcionamiento una instalacion en 1960, en Geysers, California. La modestia de estos avances refleja ciertas dificul- tades inherentes. La temperatura del agua geotermal rara vez pasa de los 300 °C, y a menudo es mucho me- nor. Incluso a esta temperatura, el contenido energé- tico del agua ¢s inferior al 0,1 % del de una cantidad equivalente de petréleo. El incentivo econémico para la exploracion y la perforacién, por tanto, es propor- cionalmente pequeno, a menos que las condiciones lo- ales sean muy favorables, como en los ejemplos cita. 66 Desde 1900 hasta 1950 (1) dos anteriormente. Una consider i s que la pérdida de calor-en-el_transporie implica que las instalaciones-han-de estar-cerca.de-los.consumido- res. Otra limitacién técnica surge del hecho de que las rocas de la corteza terrestre son muy malos conducto- res y esto determina la velocidad a la que se puede ex- traer el calor. ‘Todas estas consideraciones han Hevado a que el uso directo de la energia geotérmica se limite a aplicacio- nes donde sélo se requiere calor de baja intensidad, ‘como en los sistemas de calefaccién doméstica, inver- naderos industriales, etcétera. Esta aplicacién fue ac- tivamente impulsada en Francia a partir de la década de 1960. Un proyecto piloto entré en funcionamiento en 1970 en Melun, cerca de Paris, y fue rapidamente seguido de otros tres en la misma zona. Estas instala- ciones dependen de agua a 60-75 °C, extraida de una capa caliza situada a una profundidad de unos 2,000 m. Cada una costara alrededor de 300.000 libras ester- linas. El agua obtenida es muy salina y la eliminacién de los residuos es un problema serio: en Creil, un solo proyecto saca 120 toneladas de sal diariamente, Una importante innovacién francesa es la reinyeccién del ‘agua en su fuente de origen después de la extraccién de su calor. VI. LAS LIMITACIONES DE LAS FUENTES DE ENERGIA NATURAL El inevitable agotamiento de Jos combustibles fosiles, los costes crecientes y las consideraciones politicas y ‘estratégicas implicitas en su suministro han contribu. doa dirigir més la atencion hacia la utilizacion de las fuentes de energia-natural. No cabe duda de que en el futuro se explotaran cada vez mas, pero ello no nos concierne en una obra histérica. No obstante, puede ser itil terminar considerando algunos factores que son tan importantes para su desarrollo pasado como para su desarrollo futurv, La energia natural a mn modera_exige no sélo-cantidades orn € energia sino-también un-suministre fiable. Las consecuencias casi inmediatas de la interrupcién del rauminiatra, se un combustible convencional como el cese en los envios por barco de pete ae puaie Préximo, o una huelga de los ray tees de os camiones cisterna, o dels mineros6 de los tor bajadores de las centrales eléctricas— han demostra- do repetidamente la importancia de la costinesdaa Pero la mayoria de las fuentes de energia natural, por su propia naturaleza, no son fiables. Los sistemas hi 0s ;-por-ejemplo,-son-vulnerables a una se. ‘guia prolongada; la cnergia del vientocesn cusnde eave se calma;-la energia-solar-cesa.de noche y se ve seria- mente reducida por el mal tiempo; las mareas suben a distintas horas cada dia y la magnitud de su subida y bajada varia segin la estacién. Por esta raz6n, ia fuentes de energta natural inica- mente pueden complementar,y no seemplatatse ios conveneionales cuya, producclon: en cireanetancinn hora Plemmonte onl, as cea tléctricas alimentadas por petrdlee'o carson wot ejemplo, podrian ser cerradas cuando se dispusiera de tnergia coca y enttar en servicio de nucee eeands amainase el viento. Pero esto presupone que las fuen- tes convenclonales de enengia tenga eufivente sone cidad de maniobra para satisfacer la plena demanda gp oo momen, Sea raona gue de toe no os ya exist la capacidad de manicbra, ve pede bo ner en servicio én breve plazo, es no sbio sbeurdo se realmente ruinoso gastar dinerocn instalacioncs bases das en la caprichosa energia natural. En los costes de instalacién_no hay ahorro alguno, sino-mas bien gas- tos adicionales: el anico ahorro es el del combustible. Por razones exclusivamente econémicas, éste es un ra~ Zzonamicnto convincente, pero como ya hens comer: tado, la conservacién del combustible se ha converti- do ahora en un importante factor tecnologieo y puede ue tenga ms peso que los costes adcionales dein scion ceemceahisehb 68 Desde 1900 hasta 1950 (1) Otro factor importante es que las fuerzas de Ia na. turaleza-pueden-serciertamente muy fuertes, y los equipos destinados a aprovecharlas_pueden estar ine~ Yaiiblemente ‘expuestos.a.su plena furia. En el peor de Jos casos, pueden quedar destruidos, y en cualquier caxo puede que sea necesarioconstruirlo con un mar in de seguridad tan alto que afecte fatalmente a la sconomia entera de su uncionamiento. Podemos ils- trar esta tesis general con dos ejemplos concretos. Un generador de viento ha de funcionar efectivamente a Nelocidades de viento tan bajas como 5 metros por s- sundo y sin embargo poder aguantar la clase de galer- Barge solo se da cada diez aos, De modo similar los dispositivos de las mareas han de hacer algo mas que operar en condiciones normales: también han de po- der aguantar la fuerza de olas que hacen huir hasta puerto seguro a todos los buques salvo los muy gran- Ues. Estos requisitos basicos no son féciles de satisfa- er dentro de los limites de la viabilidad econémica, como lo ha demostrado la historia reciente. BIBLIOGRAFIA ‘Crane, D. y MCBRIDE, R., The world energy book, Kogan Page, Londres, 1978. Davey, N., Siudies in tidal power, Constable, Londres, 1923. GARNISH, J. D., «Progress in geothermal energy», Endeavour (aueva serie) 2, 66, 1978. Knvce, P. y OTTE, C, comps., Geothermal energy — resources, ford University Press, Stan: production, stimulation ford (Calif) 1973. ‘Want E. F, Geothermal energy utilisation, Wiley-Interscience, ‘Nueva York, 1977. 5. LA ENERGIA NUCLEAR Primera parte. El contexto cientifico Hablando estrictamente, la energia nuclear no deberia figurar en una ob-a dedicada primordialmente a la pri ‘mera mitad del siglo xx, pues la primera central eléc- trica comercial asada en la energia nuclear —la de Calder Hall, en Gran Bretaiia— no entré en funciona- miento hasta 1956. No obstante, sus raices tecnolégi- ‘eas se remontan al perfodo que nos ocupa y, ademas, est4 muy intimamente relacionada con el Proyecto Manhattan que produjo la bomba atomica que tan bruscamente dio fin a la segunda guerra mundial, De igual manera, si siguiésemos las huellas de la ‘energia nuclear hasta sus origenes cientificos «ltimos, serfamos culpables no ya de ir més alld del fin de nues- tro periodo actual, sino de anticiparnos a su comien- zo. E descubrimiento clave en la fisica atémica acaso fue el de los rayos X por W. K. Réntgen en 1985, Este estimulé las investigaciones clisicas de cientilicos como J. J.Thompson, Emnest Rutherford, Niels Bohr, A. H. Becquerel, Marie y Pierre Curie, Max Planck, Wi. iam. Crookes. y- Frederick Soddy, por nombrar sélo lunes pocos. Tan solo resumir su obra exigirfa més es- pacio del que disponemos aqui, de modo que nos con- viene empezar nuestra historia con la situacién que se habia creado hacia 1930. #Por aquellas fechas, la teoria atémica de la materia, considerada una sbstraccion filosofica por los griegos, habia adquirido una firme base experimental. Los ato. ‘mos ya no eran ni mucho menos las simples particu- Jas imaginadas per Newton como «tan durisimas que nunca se desgastan ni se hacen pedazos». De hecho, se habia demostrado que los 4tomos poselan estructuras complejas y que las diferentes propiedades de los ele- mentos reflejaban diferencias en las estructuras de sus 0 Desde 1900 hasta 1950 (1) Atomos. Esencialmente, todos los tomos constaban de lun pequefio nécleo, relativamente.pesado-y-portadar de-una carga eléctrica positiva, el cual estaba rodeado de clectrones negativos dispuestos en Orbitas SUuces- Gas_ como Tos planetas alrededor del Sol. El atomo no Tenia una carga eléctrica neta: la carga positiva del ni- ‘leo quedaba equilibrada por la suma de las cargas de {os electrones orbitales. La carga del micleo aumenta- tba en pasos unitarios desde ™Pu Por razones téenicas de las que s6lo nos ocuparemos para sefialar que se derivan principalmente de sus cua- troestados de valencia, la quimica del plutonio es muy compleja. Una complicacion adicional es que es ra- diactivo,siendo emisor de particulas alfa, de modo que ‘no se pueden llevar a cabo experimentos en el labora- torio abierto. Como corolario de esto, era preferible realizar experimentos a microescala incluso cuando se disponia de cantidades mayores. No obstante, un co- nocimiento muy completo y detallado de las propieda- des del plutonio era un requisito esencial para su produccién. ‘Los probiemas relacionados con la produccién del plutonio eran muy distintos de los del ?35U. El pluto- z un iso en consecuteneia, se podian emplear métodos de separacién quimicos, en vez de fi- sicos. Lo que tenfan en comin ambos era que el ma- terial a extraer slo se daba en concentraciones muy Ppequefias en las materias primas. En cuanto a la fa- bbricacion del plutonio, la materia prima era uranio irradiado, en el cual habia cantidades de plutonio.de ‘unos 300 ¢ por tonelada. A pesar de ello, esto de por si no provoco-ningtn derrotismo: ya en i902, los Cu- tie, trabajando casi solos, en Paris, habjan extra 1g de radio de 8 toneladas de peeblenda, Los verdade- ros problemas eran de escala, velocidad y pureza. Una vez mas, la pecblenda fue el punto de partida. Hasta 1939, lo que més interes6 de la pecblenda fue su contenido en radio. El uranio, su principal compo- nente mineral, era de muy poco interés atin cuando se conocia desde 1841; no habia ningin proceso indus: La energia nuclear 89 trial para su fabricacién, y menos atin para una fabri- ‘cacién de acuerdo con los niveles tan altos de pureza que ahora se requerian. Tampoco se conocfan sus pro- Piedades fisicas con una precisién que de lejos se acer- case a la necesaria para alimentar las pilas en las que tendria lugar la irradiacién. Una vez mas, hubo que evar a cabo una enorme cantidad de investigaciones, basicas en quimica y fisica en un espacio de tiempo in- creiblemente corto. ‘Aunque el uranio est4 ampliamente distribuido por la corteza terrestre, son escasos los yacimientos explo- tables, y al comienzo de la segunda guerra mundial, la principal fuente era la pecblenda extraida en lo que quel entonces era el Congo Belga. Al estallar la gue- ra, las existencias considerables almacenadas en Bél- gica fueron adquiridas conjuntamente por Gran Bre- tania y Estados Unidos y transportadas a un lugar se- guro en Américs. En los afios de la posguerra inmedia- fa, las existencias de uranio acumuladas por Gran Bre- taa habrian de constituir poderosas bazas a la hora de negociar un intercambio de informacién técnica con, Estados Unidos. Estas provisiones fueron reforzadas por la pecblenda descubierta en 1930 en el Gran Lago de Los Osos, en Canada, Por desgracia, este yacimien- to se halla dentro del Circulo Artico y el mineral debia ser transportado por avién a una distancia de 2.500 km y, a continuacién, ser enviado por ferrocarril a una refinerfa en Port Hope, Ontario, a otros 6.500 km de distancia. No obstante, en 1958 Canada era el mayor productor de uranio del mundo: el mineral era tritu- rado a un ritmo de 42,000 toneladas por dia. La pro- duccién de Estados Unidos era comparable. Hay que subrayar, sin embargo, que gran parte del mineral no contiene mas de 1 6 2 kg de uranio por tonelada. Volviendo al proyecto de la época de la guerra, el uranio se extrafa mediante una serie de reacciones qui- micas en las que intervenian sucesivamente el nitrato de uranilo, el tridxido de uranio y el dxido uranoso. Este ultimo tenia que ser muy depurado, pero en el ve- ano de 1942 se estaba fabricando éxido de una pure: 90, Desde 1900 hasta 1950 (1) za rara ver lograda fuera del laboratorio a un ritmo de una tonelada por dia. El éxido se convertia en te- trafluoruro (parte del cual se destinaba a la obtencién de hexafluoruro, HEX) y, a continuacién, era reducido a metal puro mediante reaccién con el calcio (poste- riormente, el magnesio). El metal se empleaba para hacer barras por extrusion, siendo éstas introducidas ‘acontinuacién en envases de aluminio, etapa en la que era posible la irradiacion. Hacia finales de 1942, se disponfa de unas 5 tonela- das de metal y fue posible hacer un experimento a gran ‘scala para ver si la reaccién en cadena uranio-neptu- nio-plutonio era efectivamente realizable. Todavia en 1940, la cantidad total de uranio fabricado era s6lo de tunos pocos gramos, de modo que fue éste ciertamente tun logro notable, Se emplearon trozos de uranio y éxi- do de uranio (ésie tiltimo usado a falta de metal sufi- ciente) para construir una compleja red en medio de bloques de grafito, el cual servia como moderador para desacelerar los neutrones. Se insertaron barras de cad- ‘mio como medida de seguridad para absorber neutro- nes en el caso de que la reaccién en cadena se desarro- Iase més rapidamente de lo esperado. La fabricacion del grafito present6 dificultades, pues una vez mas, era necesaria una pureza muy alta: la presencia, por ejem- plo, de tan solo dos partes de boro por milion habria tenido un efecto significativo. Afortunadamente, ya se fabricaba industrialmente grafito muy puro para elec- trodos, y el grado ulterior de depuracién requerido se logré sin demasiada dificultad. Hubo que tener mucho cuidado, sin embargo, para evitar la contaminacién durante el montaje. i mado epila», pues en efe eso es lo que era. Después se conservo el nombre para todos los dispositivos de este tipo, en parte por razo- nes de seguridad: de por si no daba ninguna indica- ccidn de su funcién. Esta primera pila se.construyé en. ‘un.campo de squash en la Universidad de Chicago y, ‘cosa muy apropiada, su primera prueba experimental fue iniciada por Fermi. En la tarde del 2-de diciembre La energta nuclear on fees ‘ge Sot tars Fear oon Vist esquematica den reactor moderado por grafito Las arillas de urs- no penetran asta cl bndo en la estucture de pratt de 1942, se hizo una demostracion de la primera reac- cién.nuclearen cadena autosostenida. La potencia pro- ducida aquelia primera tarde era tan s6lo 0,5 w, pero diez dias mas ta Llegados a este Punto, razones de seguridad aconsejaron no avanzar més, pero cuande la pila se reconstruyéel ao siguien- te en el Argonne National Laboratory, se regist Potencias de hasta 100 kw seine cabo de un.mes.se habia contratado la construc: ign de una pila de-1.800 lew en Oak Ridge. Las obras ‘omienzaron en abril de 1943, y la pila empez6 a fun- cionar en novieirbre. A finales de febrero de 1988 se producia plutonio a razon de varios gramos por mes. Un problema comin a todas estas plas era la neces dad de una refrigeracion bsolutamente fa bile, sin la cual la reaccién podia llegar a ser incontro. Jable. Esta primera pila comercial estaba refigerada_ POF aire, pero cuando se emprendieron operaciones a in escala se escogié la refrigeracién por agua con el fin de lograr una mayor produecién. Esto entranaba la posibilidad de riesgos suplementarios, y por Tazones 92 Desde 1900 hasta 1950 (1) de seguridad se cligié como emplazamiento un lugar remota en Hanford, Washington, con agua abundante procedente del rio Columbia. El primer reactor entro en funcionamiento en septiembre de 1944, y dos mas Se comipleTaron aTos seis meses: cada uno tena una po- tencia térmica de 250 Mw. Ta velocidad y la magnitud del desarrollo del Pro- yecto Manhattan fueron impresionantes; el proyecto fue un triunfo tanto para la administracién como para la ciencia y la tecnologia. Tan s6lo en Hanford, por ejemplo, habia 25.000 hombres trabajando en el vera- no de 1943, y para alojarlos hubo que levantar 175 ba- rracones. El punto dlgido se alcanz6 el 16 de julio, Cuando tuvo lugar la primera explosién atémica en la zona de pruebas de Alamogordo, en Nuevo México, a tunos 250 km al sur de otro gran establecimiento cien- tifico, el de Los Alamos, donde realmente se constru- yeron las bombas. La explosion fue equivalente a 30,000 toneladas de TNT. Fue un momento crucial, pues hasta entonces nadie podia estar absolutamente segu- ro del éxito. Como ya se ha explicado, la naturaleza de a bomba atémica es tal que era imposible avanzar por medio de modelos a pequefa escala; habia que ir lite- ralmente a por todo 0 nada. Diez dias més tarde, el presidente Truman, el cual habia sucedido a Roosevelt sélo tres meses antes, dio up ultimatum de rendicién a Japon. Fue rechazado y ‘de agosto de 1945, se lanz6 sobre Hiroshima una eoceteant tl diane se lanz6.una bomba basada en el _plutonio sobre Ni gasaki. El 14 de agosto, Japon se tindié, lo que puso fina una guerra que habia convulsionado el mundo en- tero durante seis largos afis. El coste fue espeluiznante —120.000 muertos en es- tas dos grandes ciudades— y las consecuencias a largo plazo imprevistas y, realmente, imprevisibles. La deci- Sion de emplear la bomba contra Japon sigue siendo muy controvertida y hay que dejar a los historiadores el futuro la tarea de enjuiciarla desapasionadamen- te. En el presente contexto restringido nv podemos ha- La energia nuclear i cer mas que sefialar agosto de 1945 como un punto de inflexion: de repente el mundo entero fue consciente de que la tecnologia, con independencia de que se uti- lizase para el bien o el mal, podia alterar de forma dra mitica el curso de Ia historia. ML LAFABRICACION DE LA BOMBA El Proyecto Manhattan puesto en marcha en 194; basaba en la teoria, sencilla pero no probada, deans si.una masa de °U 0 plutonio superaba un cierto ta: maiio, explotaria con una violencia devastadora. Todo conan ‘pues, ae creacion de esta masa critica a partir de’masas suberiticas en el lugar de lo accion, Tambien dependia dela posibildad de crearesta masa critica casi instantancamente, pues, como hemos nat mentado, la reaccién en iced tarda més de una millonésima de segundo en compleiarsersl la season de la masa critica es demasiado lenta, ‘s6lo se puede lo- grar una liberacién parcial de energia. Buena parte dela investigacion cienifica fundamen tal necesaria para el Proyecto Manhattan se Hevo a cabo en Los Alamos, en el centro de investigacion es. tablecido en marzo.de 1943, con_J. R. Oppenheimer ‘como director. Al principio su personal era americano pero posteriormente, de acuerdo con las clausulas del acuerdo de Quebec, también Participaban cientificos britanicos. Inicialmente, la investigacién sobre la de- tonacién se basé en una técnica de arma de fuego; li- teralmente se podia disparar una masa de material contra otra para obtener una velocidad de aproxima- cién muy alta (alrededor de 1.000 m/s). Pero en julio de 194, cuando ya se disponta del primer lote de plu. tonio para pruebas, se hizo patente que el riesgo de de- tonacién prematura era demasiado grande: Eeta ese, 86 un gran desdnimo porque todo el vasto proyecto de produccién de **U y plutonio no serviria para nada sino se pola lograr las condiionesnocearas para 94 Desde 1900 hasta 1950 (1) Por lo tanto, la atencién se centré entonces en una técnica alternativa de implosion. En resumen, una masa subcritica de forma esférica se rodearfa de una apa exterior de un explosivo rompedor convencional; cuando éste se hiciera explotar, potentes ondas de cho- ue se propagarian hacia adentro, ademés de hacia Shuera, ¥ momenténeamente comprimirian el niéicleo interior de modo que se volviese critico. Esta fue, en efecto, la técnica finalmente utilizada, pero aunque conceptualmente sencilla era muy dificil de poner en prictica, teniendo en cuenta una vez més que no ea- bia hacer ensayos. Como ya hemos dicho, se efectué una explosién con éxito en el desierto de Nuevo México el 16 de julio de 1945, pero los preparativos para la misma se hicieron sin prisas, disponiendo de amplios medios y una gran plantilla técnica, y sin ningtin riesgo de interferencias djenas. En condiciones de combate, en cambio, la bom- ta tenia que ser lanzada por un avién B29 y detonada sobre territorio enemigo a una hora y altura predeter- minadas. Habja, pues, importantes restricciones en Cuanto al tamafo y peso. Al final, cada bomba pesaba tunos 4.000-4.500 ke'y tenfa 3 metros de longitud. La principal diferencia era de diémetro: el de la bomba Ge ®U era solo de 70 cm, mientras queet'de t-bom- ards plironiosra os El desarrollo de la bomba atémica habia sido un se- creto muy celosamente guardado y literalmente esta Tl sobre un mundo que no estaba preparado para ello ‘no conocia con certeza sus implicaciones. Muy pron- Xorsin embargo, se hizo patente que habria de haber dos vias de desarrollo principales y separadas: una via militar que Hevaria a armas cada vez mas poderosas ¥ una via civil que llevaria a la energia nuclear. En luna historia concebida para terminar més o menos a ediados de siglo no podemos seguir muy Icjos estas La energta nuclear ae vias. Lo cual es una suerte, pues ambas son muy tortuosas. Para Ia mayorta de la gente, incluyendo, por desgra- cia, muchas personas del gobierno y el pucblo nortea- mericanos, la bomba atémica parecia casi una obra de brujeria. Habia una conmovedora fe en la existencia de cierto secreto magico en su fabricacion: si éste pu- diera ser guardado mediante estrictas medidas de se- guridad, ocultando los hechos hasta a sus aliados mas ercanos, entonces Estados Unidos no tendria rivales militares. Este malentendido provocé muchas friccio- nes politicas. Ya se ha expuesto aqui su insensatez: en 1939 se habian publicado los prineipios basicos de la bomba atémica y estaban al alcance de todo el mun- do. La diferencia en 1945 era que todo el mundo sabia {que estos principios podian ser puestos en practica, La fe norteamericana en a inviolabilidad pronto fue reemplazada por la creencia de que al menos pasaria mucho tiempo antes de que alguien mas pudiera po- seer el scereto. Pero incluso esta esperanza quedo he- cha pedazos cusndo, en 1949, Rusia hizo explotar su primera bomba nuclear. Gran Bretafa siguio su ejem- ploen Monte Bello en 1952, yen 1964 hasta China, par- tiendo de una base cientifiea y tecnoldgica relativa- ‘mente baja, entié en la carrera atémica La réplica americana fue lanzar una nueva genera- cién de bombas at6micas, muchisimo mas potentes {que las utilizadas contra Jap6n. Se basaban en un tipo de reaccién atémica muy distinto, esencialmente la fu- sion de nuicleos de dtomos a temperaturas en torno a los cien millones de °C: tales temperaturas podian al- canzarse ene contro de laexplosin de una bomba de isin. En enero de 1950, el presidente Truman autori- 26 un programa masivo-de investigacion para produ: cir bombas termonucleares (bombas-H)_ Se logré_el éxito.en_1952, Cf una explosion varios centenares de veces mas potente que la que hizo temblar el desierto de Nuevo México aquel verano de 1945. Pero en 1953 también Rusia tenfa.una bomba termonuclear y Gran Bretana, a su vee, lo consiguid en 1957, Nuevamente 96 Desde 1900 hasta 1950 (1) el mundo se hallaba metido en una importante carre- ra de armamentos. En la seccién I se mencioné que una de las razones para ubicar la planta de plutonio en Hanford fue que el rio Columbia suministraba agua en abundancia para refrigerar las pilas y disipar la gran cantidad de calor generado. En los reactores nucleares de poten- cia, este calor no se disipa sino que se aprovecha para un uso préctico, principalmente para producir vapor que ponga en movimiento turbinas, las cuales a su vez, accionan generadores de electricidad. Una vez termi nada la guerra, se pudo prestar muchisima més aten- cin a este aspecto de la energia atémica, el cual fue de hecho el principal centro de interés tanto de los americanos como de los franceses en el comienzo. Un equipo anglo-francés que trabajaba en Chalk Ri- ver (Canad) concluyé en 1947 un reactor que emplea- ba agua pesada como moderador y agua normal como refrigerante. Una variante posterior usaba agua pesa- da para ambos fines y dio lugar a los reactores CANDU, que fueron un éxito comercial, especialmente en los paises en vias de desarrollo. En Gran Bretafa se desa- rrollaron reactores refrigerados por gas y en Windsca- le, Cumbria, se construyeron dos reactores prineipal- mente para la produccién de plutonio. En 1951, la aten- cién se centré en los llamados reactores rapidos repro- ductones. En éstos los neutrones.no-son desacelerades ¥ estén disponibles para «reprodiicir»- mas atomos fi sionables; tales reactores son mas potentes que los ti- Pos anteriores. En_1956 entré-en-servicio la~primera_ central nuclear del mundo en Calder Hall; laclectrici- dad que produca pasaba a Ja red nacional. ‘En Francia, como en Gran Bretafia al principio el in- teres se centr en Jag pls moderadas par grafto Fe ‘igeradas por gas, pero posteriormente se favoreci6 la refrigeracion por agua normal. En Rasta, un Teactor para generar energia similar a grandes rasgos a los de Hanford entré en funcionamiento en 1955, y en 1958 un reactor refrigerado por agua a presién se empleaba_ pars impulsar el rompehielos Lani. La energia nuclear squemiica de una cenral nuclear Canov de 500 Mw, cee Desde 1900 hasta 1950 (1) ets coyemndeis sere pie Wintel La energia nuclear 99 Sorprendentemente, el interés americano por la energia nuclear inmediatamente después de la guerra cra limitado. En 1946 se habia puesto fin al Proyecto _Manhattan_y no habia ningun incentivo importante Para construir reectores comerciales debido a las gran- des reservas de petréleo. Unicamente la Armada se mostra realmente interesada, y en 1985 entso on ven vicio el primero de una serie de submarinos con peo. pulsién nuclear, el Nautilus. No obstante, sedio car- etazo_a.un plan para consirulr un portsavionse oe clear. No fue sino} ‘cuando s - Pingvort una comercial Esto fue di Slocho meses despues de nape Oa es Gran Bretana, BIBLIOGRAFIA Gtassrone, Samuel, Source book on atomic energy, Macmi- lan, Londres, 1932 — Effects of nuclear weapons, USAEC, 1964. Gowinc, Margaret, Britain and atomic energy 1939-1945, Mac- millan, Londres, 1964 — Independence and deterrence: Britain and atomic energy 1945-1952, vol. I: Policy making, vol. Il: Policy execution, Macmillan, Londres, 1974. HEWLETT, R. G. y ANDERSON, Oscar E,, History of the USAEC, vol. I: The New World 1939-1946, Pensylvania State Uni versity Press, University Park, Pensilvania, 1969, — y DUNCAN, Franeis, History of USAEC, Vols. 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Implicita en esta concepcion estaba la transmi- sion de altas teasiones para evitar excesivas pérdidas de energia; estoa su vez implicaba el uso de corriente alterna en lugar de continua debido a que los genera- dores de corriente continua de alta tensién son relati- vamente dificiles de construir; no obstante, como ve- remos, en ciertas circunstancias la corriente continua tenfa aplicaciones importantes. Ademas se puede re- ducir facilmente una corriente alterna de alta tensién en una de baja tension mediante el transformador (p. 115), un dispositive sencillo que no tiene partes mévi- les. El suministro alterno, sin embargo, si presentaba una dificultad si la demanda era tal que habia que te- ner generadores funcionando en paralelo: en este caso era dificil mantener el suministro en fase. La turbina de vapor de C. A. Parsons proporcioné el motor de alta velocidad deseable para accionar los nuevos generado- res: su primer turbo-alternador —que funcionaba a 4.800 revoluciones por minuto— fue instalado en la central eléctrica de Forth Banks, en Gran Bretafia, ya en 1888, Las turbinas hidréulicas también podian fun- cionar a velocidades altas, por lo que se desarrollaron sistemas hidroeléctricos allé donde las circunstancias eran favorables. La construccién de la primera gran instalacion de este tipo se inicié en Niagara en el aio 102 Desde 1900 hasta 1950 (1) 1886; fue disefiada para tener una capacidad final de 200.000 cv. ‘Como hemos comentado, la primera industria de la clectricidad siguié la misma préctica que la entonces ya establecida industria del gas: la distribucion a mu- ‘hos clientes a partir de un suministro central. La elec- tricidad, sin embargo, era capaz, de extender este prin- cipio més allé que el gas: mientras que s6lo resultaba ‘econémico bombear gas del alumbrado a baja presion a unos pocos kilémetros, de modo que habia obstacu- los geograficos a que los fabricantes aunasen sus su- ministros, la electricidad se prestaba a una distribu- cién a lo largo de redes amplias, incluso nacionales. En los primeros afios del siglo, empero, esta posibili dad tecnolégica a veces se vio frustrada por una legis- lacién restrictiva. Hacia 1900, ya habian aparecido los principales ras- gos de la moderna industria del suministro eléctrico: Ia generacién central de corriente alterna de alta ten- ‘sidn que podia ser reducida para uso local. Habla, no ‘obstante, considerables variaciones en la frecuencia del suministro y la eleccién de las tensiones locales; ademds, las instalaciones de corriente continua no eran en modo alguno raras. Una de las principales ta- reas de la industria del siglo xx era lograr un alto gra- do de estandardizacién con el fin de permitir un uso ‘universal de los aparatos eléctricos. A comienzos de si- glo habian aparecido la'mayoria de los aparatos fami- Tiares hoy en dia: la electricidad se empleaba para la calefaccién, para cocinar, y —sobre todo— para el alumbrado, area en la que se habia convertido en un poderoso rival de la lampara de gas, conocida de an- tiguo, a la que habia reemplazado en gran medida en 1930. Pero la industria eléctrica de 1900 puede com- pararse con justicia a la industria del automévil de la misma fecha: aunque habian aparecido los rasgos esenciales, el impacto social era todavia pequefio. En la mayor parte del mundo, la electricidad y los auto- méviles eran lo bastante nuevos como para hacer que la gente se parase a mirar con asombro; la medida del La industria eléctrica 103 progreso es que hacia 1950 era la ausencia de estos me- dios, y no su presencia, lo que daba lugar a comenta- rigs. En ambos casos, el crecimiento de la industria fue espectacular. La expansién de la industria del sumi- nistro eléctrico en Gran Bretana durante la primera mitad de este siglo ejemplifica la rapidez del desarro- lo. El afio 1920 fue algo asi como un punto de infle- xién. En aquel afio solamente el 12% de los hogares britanicos tenten instalacién eléctrica, pero en 1950, el porcentaje habia aumentado hasta el 86 %; una déca- da mas tarde la instalacién eléctrica era casi univer- sal (96 %). En el mismo periodo el consumo doméstico ‘se multiplic6 por cincuenta, y en 1950 un tercio de toda la electricidad empleada en Gran Bretatia era consu- mido en el hoger. En el mismo ano, sin embargo, la in- dustria —que absorbia la mitad del suministro total— era todavia el mayor consumidor individual, tal y como habia sucedido desde el principio. Aunque su consumo global era relativamente pequeno, los agri- cultores fueron de los mas dispuestos a aprovecharse de las ventajas de Ia electricidad, lo que dio como re- sultad6 una decuplicacion del consumo entre 1930 y 1950. Cuadro 6.1 Millones de , Ato tunidades vendidas' (Reino Unido) 1900 120 1910 1.000 1920 3.600 1930 8.900 1940 23.800 "+ 1950 46.600 Como tiltimo comentario general sobre la industria eléctrica debemos recordar que es, como si dijéramos, tuna fuente secundaria de energia, un modo comodo de utilizar otras formas de energia’ Los generadores de 104 Desde 1900 hasta 1950 (1) electricidad requieren a su vez combustible de uno u. otro tipo, por lo general carbén, petrdleo, gas, 0 mas recientemente, combustibles nucleares. Ademés, la electricidad es un intermediario, siendo convertida de nuevo en otras formas de energia —tales como ener ‘gfa mecénica en los motores 0 energia térmica en las, estufas eléctricas—en el punto de utilizacién. Esto fue algo que no se capt6 de inmediato. En 1874, el Tele- graphic Journal pensaba que «no habria nadié tan ne- cio como para emplear una maquina de vapor para producir electricidad para la maquinaria. Evidente- mente seria muchisimo mas econdmico accionar la ‘maquinaria mediante la propia maquina de vapor, sin, la intervencién de complicados aparatos». La historia de la industria puede ser conveniente- mente dividida en tres apartados: el modo de genera- cién; la distribucién a los consumidores; y la uti- lizacién, 1. LAGENERACION DE ELECTRICIDAD. La historia de los primeros tiempos de la generacién de electricidad fue un reflejo de la de la industria del gas: una multiplicidad inicial de pequefias empresas —suscitada, entre otros factores, por las dificultades potenciales de la generacién a gran escala— que se fu- sionaron gradualmente en un ntimero mucho menor de companias mayores, aunque a lo largo del periodo que nos ocupa las empresas pequefias sobrevivieron en Pequefias comunidades demasiado remotas para justi- ficar una extensin a partir de las empresas grandes. ‘Como el caso del gas, también hubo desde el principi ‘una mezcla de empresa privada y piiblica. En 1900 ha- ‘bia mas de 3.000 companias de electricidad.en Esta- dos Unidos, de las que el 20% eran municipales. En Gran Bretafia, en cambio, algo més de la mitad de las 250 compafiias suministradoras eran de propiedad municipal. En Estados Unidos, y en otros muchos pai- ee, la industria siguié siendo cn gran medida de pro- La industria eléctrica 105 piedad privada aunque, como servicio piiblico, estaba necesariamente sujeta en todas partes a un grado con- siderable de control gubernamental. En Gran Bretafia la intervencién gubernamental fue més amplia, acasc debido a que, segin las normas internacionales, la si- tuacion de la industria era cadtica. En 1925 se estable- ci6 un Consejo Nacional de Electricidad para construi tuna red nacional que conectara entre si un nimero re- lativamente pequeio de centrales grandes: se escogie- ron 58 estaciones operativas, incluyendo 15 nuevas, y se recomendé el cierre de otras 432. Para fines de 1935, la red nacional estaba practicamente completa, con 4.600 km de Iiness principales y 1.900 km de secunda- rias. Mediante un acuerdo un tanto curioso, el Consejo ‘compraba toda la electricidad generada y ia revendia «los distribuidores. Este acuerdo se perpetué cuando en 1948 se nacionalizé la industria; la responsabilidad de la generacién y la del suministro permanecieron se- paradas. Por entonces se habfan hecho todavia pocos rogresos en el cierre de las centrales pequeias, de las Que subsistian 300 En los afios de_la entreguerra, Alemania ocupaba el tercer lugar entre los productores de electricidad, es- tando Estados Unidos a la cabeza. En los afios veinte, la capacidad de generacién superaba a la demanda porque la expansiin industrial era mas lenta de lo es- perado; cuando realmente empez6 la expansién hubo luna renuencia a invertir en mayor capacidad. En con- secuencia, Alemania entré en la segunda guerra mun- dial con apenas le capacidad suficiente para sus nece- sidades inmediatas, y a medida que continuaba la gue- ra, la carencia de acero y otras materias primas esen- ciales hizo dificil la expansién. Se ha sostenido que fue éste un factor que contribuyé a la derrota de Alema- -nia. En 1941, Alemania tenia més de 2.000 centrales eléctricas de suministro piblico, pero mas de la mitad de la capacidaad radicaba en s6lo 42 estaciones. Por cl contrario, la red nacional en Gran Bretafia propor- 0n6 un medio inapreciable de satisfacer el nuevo mo- delo de demanda resultante del movimiento de una 106 Desde 1900 hasta 1950 (1) parte sustancial de la poblacién y la reubicacién y ex- pansion de lat industria, La capacidad de generacion se habia incrementado como parte del programa de rear- me, pero en comparacién con las de Estados Unidos las nuevas unidades eran pequefas y trabajaban a pre- siones de vapor relativamente bajas. Partiendo de cantidades infimas a principios de glo, la produccién mundial de electricidad habia au- mentado en 1950 a no menos de 800 billones de kw/h por aio. Para entonces, hablando en términos genera- les; la industria habia madurado y se habia organiza- do, situacién muy distinta de la de los primeros afos, ‘cuando practicamente cualquier empresario con un ‘gusto por las operaciones técnicas podia montar una equefa empresa de suministro de electricidad. Tales ‘empresarios no tenian ninguna necesidad de preocu- parse por problemas de estandardizacién y, en conse- ‘cuencia, se ofrecia una notable diversidad de suminis- tros. Estaba, como ya hemos comentado, la cuestion fundamental del suministro de corriente continua (ce.) 0 corriente alterna (c.a.). Probablemente se pue- da decir que para 1900 la cuestién se habia decidido en favor de la corriente alterna para el suministro p blico en general, pero todavia cincuenta afios mas tar- de habia —aun en grandes conurbaciones como Lon- dres— bolsas de consumidores que recibian suminis- tro de corriente continua. Aparte de la eleccion entre ca. y Cc, las otras dos variables principales eran la tensién y la frecuencia (en el caso de la corriente al- terna). Se favorecié la alta tensién para la distribucién con el fin de evitar excesivas pérdidas de energia: ya en 1889, Ferranti instalé alternadores de 10.000 vol- tios en la central eléctrica de Deptford, a unos 11 km el centro de Londres, que fue la precursora de todas las modernas centrales de generacion de electricidad Pero la tension suministrada a los consumidores va- riaba considerablemente de un lugar a otro: en Gran Bretafia, en 1935-36, oscilaba entre los 100 y los 480 voltios. También variaba considerablemenie la fre ‘cucricia de suministro, A mediados de la década de La industria eléctrica 107 1930, comiinmente era de 50 ciclos por segundo en Eu- ropa, pero esto de ningin modo era universal. Alrede- dor de las tres cuartas partes del suministro de Gran Bretafa se ajustaba a esta norma por entonces, pero no eran desconocidas frecuencias tan bajas como 25 ci- clos por segundo; a frecuencias tan bajas las bombi- las eléctricas mostraban un parpadeo perceptible Cualquier plan importante de racionalizacién tenia que tomar nota de estas diferencias y eliminarlas. Uni- camente entonces podrian los fabricantes suministrar aparatos susceptibles de ser utilizados sin modificacio- ne en cualquier parte. En Gran Bretafia el suministro ‘se normaliz6 en 1945 con las caracteristicas de corrien- te alterna trifasica de 50 ciclos y 240 voltios, pero esto no se hizo en modo alguno con caracter universal. En otras partes se adoptaron combinaciones diferentes: en Norteamérica, por ejemplo, se desarrollaron redes de 120 voltios y frecuencias de 60 y 25 ciclos por segun- do. Aun hoy no hay ninguna norma universal. La le- gislacion a menudo favorece las instalaciones a baja tensién por razones de seguridad. 108 Desde 1900 hasta 1950 (1) El clemento central de una central eléctrica es, por ‘supuesto, el generador; el cambio mas radical en su di- sefio se produje a principios de siglo. Todos los prime- ros generadores tenfan un inducido que giraba —im- pulsado al principio por una maquina de vapor alter- nativa pero posteriormente cada vez mas por turbinas. mucho mas rapidas— y un electroiman fijo. A princi- pios de siglo, sin embargo, se invirtié la posicion y eran los imanes de campo los que giraban. Ello simplifica- ba tanto la instalacion eléctrica como los problemas de ingenieria mecénica asociados con la rotacion a alta velocidad —en torno a las 3.000 rp.m.— necesaria para un rendimiento satisfactorio, Otros avances im- Portantes fueron el tamafio de las unidades y su eficiencia En 1900, los mayores turboalternadores del mundo eran dos maquinas de 1.500 kw suministradas por Pat sons a Elberfeld, Alemania. Tan s6lo cuatro afios mas, tarde, las maquinas disefiadas para la central de Car- ville, en Newcastle, operaban a 6.000 kw, muy por en- ‘cima de la capacidad para la que fueron disefiadas. En 1933, la central eléctrica de Battersea, en Londres, te- Sila de wurbinas de fa central electrics de Battersea A, Landis, 1983 La industria eléctrica 109 nia una instalacién de 105 Mw, que era entonces la ma- yor de Europa. En Estados Unidos se habian alcanza- do los 208 Mw en la década de 1930, y en 1956 ese lis- t6n fue elevado hesta los 260 Mw. No fue sino en 1963, sin embargo, cuardo se logré una unidad de un millon de kw. El aumento del tamafio fue acompafiado de una ma- yor eficiencia. Los generadores de 1.500 kw de Parsons ara Elberfeld requerfan 8,3 kg de carbon por kw/h, mientras que las unidades de Carville s6lo consumian 2 kg por kw/h, En 1964 se habian alcanzado niveles por debajo de 0,5 kg por kw/h. Esta mejora en la eficiencia fue acompafiada de mayores temperaturas de trabajo para el vapor. Antes de la segunda guerra mundial se estaba empleande vapor sobrecalentado a 370°C; en. la década de 1920 se subié la’ temperatura a unos 425°C; y en la década de 1950 la industria americana estaba inaugurando unidades de 150 Mw que funcio- naban a 550°C. Hay que sefialar que varios factores fijaban un limi- te al tamafo de las unidades de generacién que podian ser montadas, y entre éstos destacaban el tamaiio y el peso de las unidades indivisibles —alternador, rotor-y estator— que podian transportarse por carretera 0 fe- rrocarril desde la tabrica hasta la central eléctrica. En Estados Unidos, este problema se habia aliviado a fi- nales de la década de 1940 mediante la introduccion de la refrigeracion por hidrogeno para las instalacio- nes mayores; en Gran Bretafa, sin embargo, ésta no fue adoptada hasta 1956. Podemos comentar, de paso, que ¢s éste un problema industrial muy frecuente. Los recipientes de alte presion para las industrias quimi- ‘ca y de refino de petroleo, por ejemplo, sélo podian ser mantados, y las soldaduras comprobadas, de modo sa- tisfactorio en los propios locales de los fabricantes: I, LATRANSMISIONY LA DISTRIBUCION _ 110 Desde 1900 hasta 1950 (1) ‘mos considerar la transmisién como el transporte de la electricidad desde el punto de generacién hasta el, rea de suministro, y la distribucion como su trans- porte posterior —a través de subestaciones— hasta el ‘consumidor. En la transmisién, puede tratarse de dis- tancias muy considerables. Incluso en un pais poco ex- tenso como Gran Bretaiia, por ejemplo, la terminacién de la red nacional en 1935 dio como resultado casi 5.000 km de lineas de transmisién primaria (66.000 v) ¥y 2.000 km de lineas secundarias (33.000 ¥). Uno de los principales problemas de la transmisi6n sla pérdida de energia. En algunos casos esto es de- seable, como por ejemplo cuando la electricidad se transmite por la resistencia de una estufa o una tetera eléctrica: el objeto entonces es transformar la electri- cidad en calor de la manera mas eficiente. Por desgra- cia, la electricidad tambien se pierde, aunque de for- ‘ma menos obvia, cuando circula por un conductor: es algo asi como suministrar agua por una cafieria con fu- gas. Hay dos maneras de reducir las pérdidas de en gia: emplear un buen conductor y utilizar tensiones al- tas, En general, los mejores conductores son los metales, y los mas frecuentemente empleados son el cobre y la plata. La plata es demasiado cara para un uso a gran escala —aunque hemos senialado que hubo que echar mano del Tesoro de Estados Unidos a fin de contar con alambre de plata para los separadores electromagné- ticos del Proyecto Manhattan—, de modo que en la practica el conductor mas comtinmente usado era el cobre. Este también era caro y, después de una sustan- cial subida de precios en los arios veinte, se presto mas atencién al aluminio. Este no es un conductor tan bue- no como el cobre, pero entonces era mii obstante, tenia dos graves defectos: se c mente, lo que hacia dificil un contacto eléctrico satis- factorio, y no era mecénicamente lo bastante fuerte como para mantenerse entre postes muy espaciados. El primero se superé aleando el aluminio con un poco de magnesio y silicio para formar Aldrey, un proceso La industria eléctrica m1 suizo; la falta de resistencia mecénica se superé enro- llando alambre de Aldrey alrededor de un alma de ‘Se pueden lograr reducciones mas sustanciales de las pérdidas de energia aumentando la tensién, dado que la potencia que puede suministrarse es proporcio- nal al cuadrado del voltaje; pero los limites a lo que se podia llegar venian dados por los problemas tecno- logicos de la generacién y el aislamiento. No obstante, ya en 1908 se habia escogido una tension de 110.000 voltios para una linea de transmision de cerca de 250 km de longitud en California, y a principios de la dé- cada de 1930 se habian alcanzado los 230.000 voltios. El proyecto del embalse Hoover elevo el nivel hasta 287.000 voltios para una linea de 480 km. A mediados de siglo, los 345.000 voltios eran considerados norma- les y habian sido superados considerablemente en unos cuantos casos. En 1952 Suecia construy6 una linea de 960 km de longitud que operaba a 400.000 voltios, y en 1961, Rusia habia roto la barrera del medio énillén de voltios. Hasta la llegada de la red nacional en la dé- cada de 1930, Gran Bretaia tropez6 con el problema gracias en gran medida a ung legislacién restrictiva carente de imaginacién— de la multiplicidad de pe- quefios suministradores locales, por lo que la transt sidn a larga distancia era relativamente poco impot tante. Se ha sostenido en otra parte que el desarrollo de la transmisién a larga distancia fue fomentado por la disponibilidad de recursos hidroeléctricos, los cua- les normalmente suelen hallarse alejados de las areas a las que abastecen Para la transmision a larga distancia, hay un ahorro sustancial en el coste del cable si se usa corriente con- tinua en lugar de alterna, pero esto ha de valorarse frente al coste adicional de la rectificacion e inversion cen cada extremo. Con el advenimiento del rectficador de arco de mercurio en 1928, capaz de hacer frente a sa- lidas muy grandes, esto se convirtié en una propuesta factible, por lo que a partir de mediados de siglo se han instalado varios importantes sistemas de transmi- nz Desde 1900 hasta 1950 (1) Trenzado de cable de sluminio de transmisin eléctrica para uso aéreo: ‘incorpora um alma de acer para arle facrea sion de corriente continua. Entre éstos figuran los en- laces entre Mosca y Kashira (1953); Volgogrado y el Donbas; el continente sueco y Gotland; Inglaterra y Francia; la Isla del Norte y la Isla del Sur, en Nueva Zelanda; Italia y Cerdena; y la Columbia Britanica y la isla de Vancouver. Para la transmisién a larga distancia por campo abierto se podian instalar cables aéreos de alta tension sujetos a torres metdlicas, aunque con las crecientes, tensiones ¢l aistamiento en los puntos de suspension se volvia problematico, especialmente con tiempo hii- La industria eléctrica 113 ‘medo o glacial. Pocos rasgos visibles resumen mejor la tecnologia del siglo xx que aquellas decenas de miles de kilémetros de cable aéreo atravesando el paisaje ru- ral sobre largas filas de postes. En las zonas urbanas, sin embargo, y para la distribucién final a los consu- midores, eran nezesarios cables subterréneos, aunque ‘eran mucho mas caros. Para éstos, era preciso un ais- lamiento continuo contra la humedad. Para los cables que soportaban cargas ligeras, se empleaba aislamien: to de caucho, pero a comienzos de siglo se utilizaba be- ttin vulcanizado para cable de gran carga. El pionero en su fabricacion fue W. O. Callender, el cual import6 asfalto de Trinidad a Gran Bretafia para revestimien- to de carreteras. También se usaba yute impregnado con resina o petréleo, En Estados Unidos el aislamien- to de papel fue introducido en la década de 1880 por la Norwich Wire Company. Como es naturel, todas las instalaciones de servicios subterréneos tendian a estar colocadas muy juntas; ‘esto sucedia a menudo con los cables eléctricos y las, lineas telefonicas y frecuentemente levaba a inierfe- rencias con el servicio telefonico como consecuencia de inductancias. Para superar esto, en 1886 R. S. Wa- ring introdujo en Estados Unidos conductores conc tricos, separados por material aislante. El mismo prin cipio fue emplesdo por Ferranti para su cable de 10.000 voltios desde Deptford a Londres. El caucho el yute demostraron ser insatisfactorios, por lo que re- Mené su cable tubular con parafina. Después de la primera guerra mundial, las tensiones més altas crearon nuevos problemas, debidos en gran medida al calor, que no se dispersaba tan libremente como en el caso de los cables aéreos. Esto producia una distorsion en el aislamiento y una tendencia a chisporroteos internos que daban lugar a fallos. Una, mejora fue el cable apantallado de M. Hochstadter, en el cual los esfuerzos eléctricos eran dispersados por una funda metélica, pero la verdadera solucion fue el cable refrigerado por aceite desarrollado en Italia en 1920 por L, Emanueli. El aceite a presién, que posce

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