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LA ORACIÓN

Tomado del catecismo

2697 La oración es la vida del corazón nuevo. Debe animarnos en todo momento.
Nosotros, sin embargo, olvidamos al que es nuestra Vida y nuestro Todo. Por eso, los
Padres espirituales, en la tradición del Deuteronomio y de los profetas, insisten en la
oración como un «recuerdo de Dios», un frecuente despertar la «memoria del corazón»:
«Es necesario acordarse de Dios más a menudo que de respirar» (San Gregorio
Nacianceno, Oratio 27 [teológica 1], 4). Pero no se puede orar «en todo tiempo» si no se
ora, con particular dedicación, en algunos momentos: son los tiempos fuertes de la oración
cristiana, en intensidad y en duración.

2698 La Tradición de la Iglesia propone a los fieles unos ritmos de oración destinados a
alimentar la oración continua. Algunos son diarios: la oración de la mañana y la de la
tarde, antes y después de comer, la Liturgia de las Horas. El domingo, centrado en la
Eucaristía, se santifica principalmente por medio de la oración. El ciclo del año litúrgico
y sus grandes fiestas son los ritmos fundamentales de la vida de oración de los cristianos.

2699 El Señor conduce a cada persona por los caminos que Él dispone y de la manera que
Él quiere. Cada fiel, a su vez, le responde según la determinación de su corazón y las
expresiones personales de su oración. No obstante, la tradición cristiana ha conservado
tres expresiones principales de la vida de oración: la oración vocal, la meditación, y la
oración de contemplación. Tienen en común un rasgo fundamental: el recogimiento del
corazón. Esta actitud vigilante para conservar la Palabra y permanecer en presencia de
Dios hace de estas tres expresiones tiempos fuertes de la vida de oración.

2722 La oración vocal, fundada en la unión del cuerpo con el espíritu en la naturaleza
humana, asocia el cuerpo a la oración interior del corazón a ejemplo de Cristo que ora
a su Padre y enseña el “Padre Nuestro” a sus discípulos.

2723 La meditación es una búsqueda orante, que hace intervenir al pensamiento, la


imaginación, la emoción, el deseo. Tiene por objeto la apropiación creyente de la
realidad considerada, que es confrontada con la realidad de nuestra vida.

2724 La oración contemplativa es la expresión sencilla del misterio de la oración. Es una


mirada de fe, fijada en Jesús, una escucha de la Palabra de Dios, un silencioso amor.
Realiza la unión con la oración de Cristo en la medida en que nos hace participar de su
misterio.

2752 La oración supone un esfuerzo y una lucha contra nosotros mismos y contra las
astucias del Tentador. El combate de la oración es inseparable del “combate
espiritual” necesario para actuar habitualmente según el Espíritu de Cristo: Se ora
como se vive porque se vive como se ora.

2753 En el combate de la oración debemos hacer frente a concepciones erróneas, a


diversas corrientes de mentalidad, a la experiencia de nuestros fracasos. A estas
tentaciones que ponen en duda la utilidad o la posibilidad misma de la oración
conviene responder con humildad, confianza y perseverancia.
2754 Las dificultades principales en el ejercicio de la oración son la distracción y la
sequedad. El remedio está en la fe, la conversión y la vigilancia del corazón.

2755 Dos tentaciones frecuentes amenazan la oración: la falta de fe y la acedía que es


una forma de depresión o de pereza debida al relajamiento de la ascesis y que lleva al
desaliento.

2756 La confianza filial se pone a prueba cuando tenemos el sentimiento de no ser


siempre escuchados. El Evangelio nos invita a conformar nuestra oración al deseo del
Espíritu.

2757 “Orad continuamente” (1 Ts 5, 17). Orar es siempre posible . Es incluso una


necesidad vital. Oración y vida cristiana son inseparables.

REFLEXIÒN

Necesitamos la oración. Hay personas que quieren rezar porque sienten que deben
hacerlo. Pero va más allá. Rezar no es una obligación. Se trata más bien de una necesidad.
La oración es un descanso, es un encuentro con Dios que nos llena de paz y de luz.

Necesitamos que nos cuiden, que nos den paz y alegría. Necesitamos descansar, que nos
quieran. Nos hace bien a todos ser cuidados. La oración es una oportunidad para
descansar y dejar que Dios nos cuide.

Cuánta paz cuando una persona se encuentra junto a Jesús, descansa en Él, recoge
sus palabras y sus silencios. En esos momentos la persona se sabe muy querida, se siente
feliz a los pies de Jesús. Me gusta esa santa intimidad. Un diálogo lleno de silencios.
¡Cuánta paz!

No todo puede ser acción en mi vida. Necesito recogerme. Volver a lo más mío, a mi
interior. Necesito quedarme a los pies de Jesús. La oración honda me hace más niño,
más humilde.

El papa Francisco decía: “Cuando nos dejamos elevar a la atalaya de la oración, a la


intimidad con Dios para servir a los hermanos, el signo es la humildad”.

Desde el corazón de Jesús aprendo a mirar a los demás con humildad. En la oración
aprendo a sentirme niño desvalido. Dios me cuida.

“La auténtica oración tiene lugar cuando logramos encontrarnos en presencia de Dios.
Entonces cualquier pensamiento se convierte en padre de una oración y las palabras
resultan superfluas. Esta oración es absorbente. Una vez que la has experimentado, no
puedes olvidarla nunca. Y no me refiero a ninguna gracia mística extraordinaria. Me
refiero únicamente a la conversación con Dios, al desbordamiento espontáneo del alma
que ha llegado a darse cuenta de que es un niño pequeño a los pies de un padre amoroso
y providente”.
Una oración que pacifica el alma. Me abrazo a Dios. Confío en Él. Me dejo llevar. Dios
sostiene mi vida. Esta oración es una gracia que pido cada día.

A veces la oración puede apartarme de hacer cosas. Tal vez es que necesito descansar y
dejar mi alma en Dios. Eso es lo que importa. Dios me sostiene. Yo me vacío de todo lo
que me pesa, también de mi acción. La oración se convierte entonces en descanso del
alma.

Sin oración no es fecunda mi entrega. El servicio sin oración me hace activista. Y la


oración sin acción me puede hacer egoísta. Me encierra. Me aísla. Sueño con ese santo
equilibrio entre la oración y la acción.

Recomendaciones del Papa Francisco para la Oración Personal y Comunitaria


1. El dedo pulgar es el que está más cerca de tí.
Así que comienza orando por aquéllos que
están más unidos a tí. Son los más fáciles de
recordar. Orar por los que amamos es "una
dulce tarea."

2. El próximo dedo es el índice: Ora por los que


enseñan, instruyen y curan. Ellos necesitan
apoyo y sabiduría al conducir a otros por la
dirección correcta. Mantenlos en tus oraciones.

3. El siguiente dedo es el más alto. Nos


recuerda a nuestros líderes, a los gobernantes,
a quienes tienen autoridad. Ellos necesitan la dirección divina.

4. El próximo dedo es el del anillo. Sorprendentemente, éste es nuestro dedo más


débil. El nos recuerda orar por los débiles, enfermos o atormentados por
problemas. Ellos necesitan tus oraciones.

5. Y finalmente tenemos nuestro dedo pequeño, el más pequeño de todos. El


meñique debería recordarte orar por tí mismo. Cuando hayas terminado de orar
por los primeros cuatro grupos, tus propias necesidades aparecerán en una
perspectiva correcta y estarás preparado para orar por tí mismo de una manera
más efectiva.
LOS SACRAMENTOS
Son signos visibles y eficaces de la gracia de Dios, Instituidos por Jesucristo a través
de los cuales se otorga la vida divina; es decir, ofrecen al creyente “El ser hijos de
Dios”.

S.INICIACIÓN (Bautismo, Eucaristía, Confirmando)


Los sacramentos = S. SERVICIO (Matrimonio, Orden Sacerdotal)
S. SANACIÓN (Confesión, Unción de los Enfermos)

-Borra el pecado Original.


1. Bautismo. -Se nos da el Espíritu Santo.
(Juan 3,5) -Somos parte de la Iglesia.
1. Examen de Conciencia
2. Dolor de Corazón
2. Confesión Pasos de la confesión 3. Propósito de Enmienda
(Hechos 8, 14-17) 4. Confesión
(Juan 20,22-23)
5. Penitencia

CUERPO (Pan)
3. Eucaristía
(Lucas 22, 19-20) SANGRE (Vino)

4. Confirmación Recibimos el “ESPÍRITU SANTO”


(Juan 20, 22-23)

"Les constituyeron presbíteros en cada iglesia por la imposición de


las manos, orando y ayunando y los encomendaron al Señor"
5. Orden sacerdotal
(Hechos 14, 23) Diacono, Presbítero, Obispo

Jesucristo mandó: "Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre"


6. Matrimonio
BODAS DE CANA
(1 Corintios 7, 10-11)

“¿Si alguno de nosotros enferma? Haga llamar a los


7. Unción de los enfermos presbíteros de la Iglesia y oren sobre él, ungiéndole
(Santiago 5,14) con el óleo en el nombre del Señor"
Bautizo
Ef 4,5: una solo Señor, una sola fe, un solo bautismo
Mt 28,19-20: bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo
Mt 16,18: Tú eres Pedro(o sea Piedra) y sobre esta piedra edificare
mi iglesia; los poderes de la muerte jamás la podrán vencer
Efectos del bautismo
1) Perdona los pecados, incluyendo el pecado original

¿Por qué los católicos bautizan a los niños, si no tienen pecado y


aún no han llegado al uso razón para creer?
Mc 16,16: el que crea y se bautice se salvara, el que se niega a creer se
condenará.
¿Los niños también son pecadores?
Al tener el pecado que tuvieron nuestros primeros padres, que se llama
el pecado original
Gen 3,1-11: la tentación
Rom 5,12-19: de Adán la muerte; de cristo la vida
A través del bautismo se borra o cancela este pecado
Lc 3,5-6: renacer del agua y del Espíritu
Sal 51,7: Rocíame con agua, y quedare limpio; lávame y quedare más
blanco que la nieve
Rom 5, 19: Y así como la desobediencia de uno solo hizo pecadores a
muchos, así por la obediencia de uno solo una multitud accede a la
verdadera rectitud.
Es importante notar que la biblia no dice que se pueden bautizar
solamente los adultos. Si no que habla de una forma general: niños,
adultos y familias enteras
Jn 3,5: el que no renace del agua y del espíritu, no puede entrar en el
reino de Dios.
Hch 16,31: ten fe en el Señor Jesus y te salvaras tú y tu familia
Quienes eran la familia
Según la costumbre de aquel tiempo la familia abarcaban los papás, los
hijos, los servidores y los esclavos. Gn 17,23-27 la circuncidación de
Abrahán y su familia.
Hch 16,15: El bautizo de Lidia y su familia
1Cor 1,16: El bautizo de la familia de Estéfanas
¿Es necesario bautizarnos en un rio?
Hch 16,33: El bautizo del carcelero y su familia
2) Nos da el Espíritu Santo

Si solamente sirviera para quitar el pecado, Jesús no hubiera recibido el


bautismo, puesto que él no tenía pecado.
Hb 4,15: Nuestro sumo sacerdote no se queda indiferente ante nuestras
debilidades, pues ha sido probado en todo igual que nosotros, a
excepción del pecado.
1Pe 2,22: El no cometió pecado ni en su boca se encontró engaño.
Así pues el bautismo sirve para los niños, porque les confiere el don del
Espíritu Santo
Mc 1,8: Yo los eh bautizado con agua, pero él los bautizara en el
Espíritu Santo
Juan el bautista antecesor de Jesús
Mr 1,1-8; Lc 3,1-20
3) Nos incorpora a la iglesia

1Cor 12,13 Un solo cuerpo


Hch 2,41.47 Se bautizaron y se unieron unas tres mil personas
LA SAGRADA BIBLIA

La Biblia es el libro más leído en el mundo. En ella encontramos la parte espiritual más
importante de nuestra cultura y nuestra civilización. Es portadora de valores de justicia,
libertad y fraternidad.

La Biblia narra la historia de la alianza que Dios ha hecho con los hombres.

Para nosotros los cristianos Católicos la Biblia es la Palabra de Dios: creemos que Dios
es alguien quien puede comunicarse con nosotros y que lo ha hecho a través de ella de
la manera mas sublime. Dios en comienzo se ha revelado a Israel por medio de Moisés y
los profetas, y para nosotros los cristianos, con la venida de Nuestro Señor Jesucristo.

El da testimonio de las relaciones entre los hombres y Dios: relación hecha de fidelidad
y de renuncia. Es un camino largo hacia la libertad y el amor.

Es un libro portador de sentido para los que buscan todo en su vida, verdad y la voluntad
de Dios.

La Biblia, ¿es sólo un libro?

La palabra griega “Biblos” significa “libro”. La Biblia significa “conjuntos de libros o


escritos sagrados”, contiene 73 libros escritos sobre todo en hebreo y en griego en el
transcurso de los siglos:

La Biblia se divide en dos grandes partes: El Antiguo y el Nuevo Testamento.

El Antiguo Testamento o libro de la primera alianza tiene 46 libros: los libros del Génesis,
Exodo, Levítico, Números, Deuteronomio, libro de Josué, Jueces, los dos libros de
Samuel, los dos libros de los Reyes, los libros de Isaías, Jeremías, Ezequiel, Oseas, Joel,
Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías,
los Salmos, el libro de Job, los Proverbios, Ruth, el Cantar de los Cantares, el Eclesiástico,
el libro de las Lamentaciones, Esther, Daniel, Esdras y Nehemías, las Crónicas, el libro
de Judith Tobías y los Macabeos.

-El Nuevo Testamento o libro de la segunda alianza comprende 27 libros: los cuatro
Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan), las Actas de los Apóstoles, las cartas a los
Romanos, Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses Tesalonicences, Timoteo,
Filemón, Hebreos, cartas de Santiago, Pedro, Juan, Judas y Apocalipsis.

¿Cómo se escribe la Biblia?

La biblia está escrita por hombres inspirados por Dios (Dios es el autor principal y los
hombres autores secundarios), cuenta la historia del Pueblo de Israel de modo más
teológico que histórico. Da un sentido a los acontecimientos más allá de lo que las
personas han vivido y entendido.

Cada autor está enmarcado en su época, su lengua, su cultura. Hay, pues, una gran
variedad de textos y estilos: narraciones de guerra (libro de los Reyes), textos poéticos:
narración de la creación, los Salmos, textos de sabiduría: los Proverbios, libro de Job;
textos jurídicos: el Levítico.

Los autores de los Evangelios emplean a menudo narraciones imaginadas- parábolas-


para descubrirnos verdades profundas.

¿Cómo encontrar un texto en la Biblia?

Cada libro está dividido en capítulos y en versículos que corresponden a una o dos frases
del texto.

Las referencias indican primero el libro abreviado, después el capítulo y el versículo.

Por ejemplo, Mc 2,23-28 significa Evangelio de Marcos, capítulo 2, versículos 23 al 28.

DOGMAS MARIANOS

Asunción de la Virgen María

La fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, se celebra en toda la Iglesia el 15


de agosto. Esta fiesta tiene un doble objetivo: La feliz partida de María de esta vida y la
asunción de su cuerpo al cielo.

“En esta solemnidad de la Asunción contemplamos a María: ella nos abre a la esperanza,
a un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino para alcanzarlo: acoger en la fe a su
Hijo; no perder nunca la amistad con él, sino dejarnos iluminar y guiar por su Palabra;
seguirlo cada día, incluso en los momentos en que sentimos que nuestras cruces resultan
pesadas. María, el arca de la alianza que está en el santuario del cielo, nos indica con
claridad luminosa que estamos en camino hacia nuestra verdadera Casa, la comunión de
alegría y de paz con Dios”. Homilía de Benedicto XVI (2010)

La Inmaculada Concepción

Cada 8 de diciembre, la Iglesia celebra el dogma de fe que nos revela que, por la gracia
de Dios, la Virgen María fue preservada del pecado desde el momento de su concepción,
es decir desde el instante en que María comenzó la vida humana.

El 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus, el Papa Pío IX proclamó este


dogma:

"...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima


Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer
instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en
atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios
y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles..."

(Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)


María es la "llena de gracia", del griego "kecharitomene" que significa una particular
abundancia de gracia, es un estado sobrenatural en el que el alma está unida con el mismo
Dios. María como la Mujer esperada en el Protoevangelio (Gn. 3, 15) se mantiene en
enemistad con la serpiente porque es llena de gracia.

Las devociones a la Inmaculada Virgen María son numerosas, y entre sus devotos
destacan santos como San Francisco de Asís y San Agustín. Además la devoción a la
Concepción Inmaculada de María fue llevada a toda la Iglesia de Occidente por el Papa
Sixto IV, en 1483.

El camino para la definición dogmática de la Concepción Inmaculada de María fue


trazado por el franciscano Duns Scotto. Se dice que al encontrarse frente a una estatua de
la Virgen María hizo esta petición: "Dignare me laudare te: Virgo Sacrata" (Oh Virgen
sacrosanta dadme las palabras propias para hablar bien de Ti).

La Maternidad Divina de María

El dogma de la Maternidad Divina se refiere a que la Virgen María es verdadera Madre


de Dios. Fue solemnemente definido por el Concilio de Efeso (año 431). Tiempo después,
fue proclamado por otros Concilios universales, el de Calcedonia y los de Constantinopla.

El Concilio de Efeso, del año 431, siendo Papa San Clementino I (422-432) definió:

"Si alguno no confesare que el Emmanuel (Cristo) es verdaderamente Dios, y que por
tanto, la Santísima Virgen es Madre de Dios, porque parió según la carne al Verbo de
Dios hecho carne, sea anatema."

El Concilio Vaticano II hace referencia del dogma así:

"Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de
Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles acuden con sus súplicas en todos sus peligros y
necesidades" (Constitución Dogmática Lumen Gentium, 66).

La Perpetua Virginidad

El dogma de la Perpetua Virginidad se refiere a que María fue Virgen antes, durante y
perpetuamente después del parto.

"Ella es la Virgen que concebirá y dará a luz un Hijo cuyo nombre será Emanuel" (Cf.
Is., 7, 14; Miq., 5, 2-3; Mt., 1, 22-23) (Const. Dogmática Lumen Gentium, 55 - Concilio
Vaticano II).

"La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la


virginidad real y perpetua de María incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre.
En efecto, el nacimiento de Cristo "lejos de disminuir consagró la integridad virginal" de
su madre. La liturgia de la Iglesia celebra a María como la 'Aeiparthenos', la 'siempre-
virgen'." (499 - catecismo de la Iglesia Católica).

LOS HERMANOS DE JESÚS

¿Es verdad que en los evangelios se habla de «los hermanos y hermanas de Jesús?

En la Biblia leemos que los habitantes de Nazaret, hablando de Jesús, decían: «Este es el
Hijo del Carpintero y su Madre es María, es hermano de Santiago, José, Simón y Judas,
y sus hermanas también viven aquí entre nosotros.» (Mt. 13, 55-56)

En otra parte de la Biblia leemos: «Un día Jesús estaba predicando y los que estaban
sentados alrededor de él le dijeron: «Tu madre y tus hermanos están afuera y te buscan».
(Mc. 3, 32)

Los que no conocen bien la Biblia sacan de estos textos la precipitada y errónea
conclusión de que María tuvo más hijos y que por tal razón no pudo haber quedado virgen,
como creen los católicos. Muchos hermanos evangélicos hablan así, al parecer, no por
amor a la verdad, sino simplemente para desorientar a los católicos y para que la gente
sencilla abandone la verdadera fe en Cristo, en su Iglesia y en la Virgen María. En esta
carta quiero explicarles cuán equivocadas están estas personas que piensan que Jesús tuvo
más hermanos en el sentido estricto.

1) «Hermanos y hermanas» en el sentido bíblico

Es verdad que en los evangelios se habla de «los hermanos y hermanas de Jesús». Pero
eso no quiere decir que sean hermanos de sangre de Jesús, o hijos e hijas de la Virgen
María.

Jesús, en su tiempo, hablaba el idioma arameo (que es como un dialecto del hebreo) y en
las lenguas arameas y hebreas se usaba la misma palabra para expresar los distintos grados
de parentesco cercano, como «primo», hermano», «tío», «sobrino», «primo segundo»...
Y para indicar estos grados de parentesco, simplemente, usaban la palabra «hermano o
hermana.»

Por ejemplo: Abhraham llama «hermano» a su sobrino Lot (Gén. 13, 8 y Gén 14, 14-16)
Labán dice «hermano» a su sobrino Jacob (Gén. 29, 15).

Es decir, en la Biblia no se usan las palabras «tío» o «sobrino», sino que a los que
descienden de un mismo abuelo se les llama hermanos.

Ahora bien, para evitar las confusiones, la Biblia usa varios modismos. Por ejemplo: si se
trataba de hermanos verdaderos, hijos de una misma madre, se usaba la expresión: «Tu
madre y los hijos de tu madre.» Esta era la única manera correcta de expresarse. En
Mateo16, 17 se usa la expresión «Simón, hijo de Jonás» para decir que el papá de Simón
es Jonás.

En ningún lugar del Evangelio se habla de los hermanos de Jesús en sentido estricto, como
«hijos de María». Por tanto en la Biblia no aparece ningún hermano de Jesús según la
carne.
En el Evangelio de Lucas leemos que Jesús subió a Jerusalén junto con María y José. El
niño Jesús tenía ya 12 años. Este relato no menciona ningún hermano de Jesús en sentido
estricto. Así el texto nos hace entender que Jesús es el hijo único de María.
(Lc. 2, 41-52).

Al momento de morir, Jesús confió su madre María al apóstol Juan, hijo de Zebedeo,
precisamente porque María quedaba sola, sin hijos propios y sin esposo. Para los judíos
una mujer que se quedaba sola era signo de maldición. Por eso Jesús confía María a Juan
y también Juan a María.

«Cuando Jesús vio a su madre, y de pie junto a ella al discípulo a quien él quería mucho,
Jesús dijo a su madre: «Madre, ahí tienes a tu hijo. Luego le dijo al discípulo: Ahí tienes
a tu madre. Y desde entonces ese discípulo la recibió en su casa» (Jn. 19, 26-27).

2) ¿Quiénes son «estos hermanos de Jesús»?

La Biblia nombra a cuatro «hermanos» de Jesús (Mat. 13, 55-56).

En Mt. 13, 55-56 encontramos los nombres de cuatro «hermanos» de Jesús: Santiago (o
Jacobo), José, Simón y Judas.

De estos cuatro hermanos de Jesús arriba mencionados, dos eran apóstoles: Santiago «el
hermano del Señor» (Gál. 1, 19) es el apóstol Santiago «el Menor» (Mc. 15, 40), y Judas,
«servidor de Jesucristo y hermano de Santiago».

La madre del apóstol Santiago el Menor se llama María y esta María, madre de Santiago
y José, estaba junto a la cruz de Jesús (Mc. 15, 40) y era «hermana de María la Madre de
Jesús» (Jn. 19, 25) y tía de Jesús. Es la que el Evangelista llama María de Cleofás
(Jn. 19, 25)

Comparando los textos bíblicos entre sí, está claro que ni Santiago ni los otros tres
nombrados «hermanos de Jesús» eran hijos de la Virgen María y José, sino primos
hermanos de Jesús.
Hagamos el árbol genealógico de las dos familias:

«Padre» + madre = hijo (José + María =Jesús)

Alfeo o Cleofás + María = hijos: Santiago, José, Simón y Judas.

3) Jesús es el hijo primogénito de María:

Otros dicen que la Biblia nombra a Jesús como el «primogénito» o sea «el primer hijo de
María» y eso es señal de que María tuvo más hijos.

El hecho de que Jesús sea «primer hijo» no significa que la Virgen María tuviera más
hijos después de Jesús; de ninguna manera quiere decir eso el Evangelio. «Y dio a luz a
su primer hijo» (Lc. 2, 7) quiere decir que «antes de nacer Jesús, la Virgen no había tenido
otro hijo».
Y esto era muy importante para los judíos, porque siendo Jesús el primogénito, o sea, el
primer hijo, quedaba consagrado completamente a Dios. (Ex. 13, 2). Y es que la Ley del
Señor mandaba que el primer hijo fuera consagrado u ofrecido totalmente a Dios (Ex. 13,
12 y Ex. 34, 19). Por eso Jesús, por ser el primogénito o primer hijo ya desde su
nacimiento quedaba ofrecido y consagrado totalmente al servicio de Dios.

Esto, y no otra cosa, es lo que enseña el Evangelio al decir que Jesús fue el «primer hijo»
(Primogénito) de la Virgen María. En ningún caso quiere decir el primero entre otros
hermanos.

4) El uso de la palabra «hermano» en el sentido religioso

Un día preguntó Jesús a sus discípulos: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis
hermanos? Y mirando a los que estaban en torno a él añadió: Aquí están mi madre y mis
hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de Dios ese es mi hermano, mi hermana
y mi madre» (Mt. 12, 49-50). Jesús fue el primero en utilizar la palabra «hermano» no en
sentido carnal, sino en sentido figurado.

En el Evangelio de Juan (20, 17), Jesús llama a sus discípulos y apóstoles: «mis
hermanos» y en la carta a los Hebreos (2, 11) todos los redimidos por Cristo son «sus
hermanos.» Cristo es «el Primogénito de estos hermanos.» (Rom. 8, 29).

En este sentido aparece la palabra «hermano» 160 veces en las cartas apostólicas del N.
T. «Hermanos pues, en este sentido, hoy como ayer, son todos los que creen y aceptan a
Jesús.» Y en esto los hermanos evangélicos son muy inconsecuentes porque en sus
sermones usan a cada rato la expresión «hermanos» en sentido figurado (todo el mundo
entiende que no se trata de hermanos carnales) Pero cuando se trata de interpretar esta
palabra en el N. T., dicen que hay que entenderla en sentido carnal, de verdaderos
hermanos según la sangre.

La Iglesia Católica, al igual que las iglesias Evangélicas, tiene ahora también la costumbre
de llamar a sus fieles «hermanos y hermanas». ¿Significa esto que todos somos hermanos
según la carne? De ninguna manera, sino que utilizamos la palabra «hermanos» en sentido
figurado. ¿Por qué, entonces, los evangélicos tienen tanto empeño en interpretar la palabra
«hermano» sólo en sentido literal para concluir que la Virgen tuvo otros hijos? ¿No hay
aquí una tergiversación o mala interpretación de textos? ¿No será que se utilizan estos
textos tan sólo como un pretexto para confundir a los católicos poco familiarizados con
la Biblia?

Ojalá que estas palabras «hermano y hermana» no sean para nosotros palabras
conflictivas. Hermanos según la carne son los hijos de unos mismos padres. Hermanos
según el espíritu somos todos los seres humanos, mayormente los que son miembros de
una misma comunidad o familia religiosa.

Queridos hermanos y amigos en Cristo: Creo que estas explicaciones bastan para aclarar
el sentido bíblico de la expresión «hermanos y hermanas del Jesús.» Que nadie los venga
a molestar ahora con discursos erróneos y a decirles que María tenía muchos hijos... Los
que hablan así son personas que no conocen bien la Biblia; es gente que interpreta la
Palabra de Dios a su propio gusto y quiere solamente sembrar dudas y mentiras. ¿No dijo
el apóstol Pedro que debemos ser prudentes con nuestras interpretaciones privadas de la
Biblia? (2 Pedr. 1, 20).

Y por último, queridos hermanos, yo también los nombro con la palabra hermanos, les
pido que no hagan caso de palabrerías, sino que sean realmente capaces de vivir este gran
sueño de Jesucristo que es construir el Reino de Dios en que todos los hombres volverán
a ser hermanos.

LAS IMÁGENES

Este tema lo desarrollaremos en forma de un dialogo imaginario, aunque no lejos de


la realidad, para aprender como platicar y ayudar a cualquier hermano no católico
que nos pregunte o cuestiones sobre esto.

- ¿Por qué ustedes católicos usan las imágenes, puesto que la Biblia las prohíbe? si
quiere lea el siguiente texto bíblico:

No te hagas estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, abajo, en la


tierra, y en las aguas debajo de la tierra (Ex 20,4).

- No muchacho.Aquí la Biblia no se está refiriendo a cualquier tipo de imágenes,


sino a los ídolos. Para ti ¿es lo mismo imágenes o ídolo?

- Claro que es lo mismo.

-Aquí está el gran error. Para nosotros católicos no es lo mismo. Existe una grande
diferencia entre una imagen y un ídolo. Para nosotros una imagen es cualquier tipo
de figura o representación de alguien a algo mientras ídolo es un falso dios, con
vida y poder (Sab 13-15), que se pone en lugar de Dios, como en el caso del becerro
de oro ( Ex 32,1).

Pues bien, en Ex 20,4 la Biblia se está refiriendo a los ídolos y no a cualquier tipo
de imagen, como las que tenemos nosotros ahora. De hecho, en el versículo anterior
se habla claramente de «otros dioses»

No habrá para ti otros dioses delante de mí (Ex 20,3).

-De todos modos, en la Biblia no encontramos ninguna imagen. Siempre se habla


en contra de las imágenes.

-No es cierto. La misma Biblia presenta casos, en que Dios mismo ordenó construir
alguna imagen.

Asimismo, harás dos querubines de oro macizo, labrados a martillo, y los pondrás en
las extremidades del Lugar del Perdón, uno a cada lado (Ex 25,18).

Moisés habló por el pueblo y Yahvé le respondió: «Haz una serpiente de bronce,
ponla en un palo y todo el que mire, sanará» (Núm 21,8).
- Sin embargo, después la serpiente de bronce fue destruida. (2 Re 18,4)

-Claro, pero hay que saber ¿Por qué fue destruida? Por el hecho que se volvió ídolo
y se le empezó a rendir culto de adoración, imitando a los paganos. No porque era
una imagen. Así que cuando ustedes dicen que la Biblia prohíbe las imágenes es un
tremendo error, pues ya leímos en Ex 25,18 y Num 21,8 como Dios mismo las mando
hacer y las puso en su santuario.

Adorar y venerar

-Bueno, Dios las mando hacer, pero ustedes los católicos llevan las imágenes y las
estatuas en procesión, las besan, les ponen flores y velas, se arrodillan delante de
ellas, etc. Y esto si es malo, puesto que las están adorando. (Is 45,20).

- Ahora estás confundiendo entre adorar y venerar. Para ti, ¿es lo mismo adorar y
venerar? - Claro que es lo mismo.

No,eso no es así. Mira, hay que saber distinguir entre estas dos actitudes: adorar es
reconocer a una persona o un objeto como ser supremo, creador y dueño de todo;
mientras que venerar es simplemente respetar o dar un culto especial pero no de
adoración. Así que nosotros católicos adoramos solamente a Dios, un solo Dios
(Mt 4,10); mientras veneramos todo lo que está relacionado con Dios, como por
ejemplo las imágenes del mismo Jesús, la Virgen y los santos.

Por lo que se refiere a la manera práctica de realizar la "adoración" o la


"veneración", todo depende de la cultura de cada pueblo y la manera de entender
de cada persona. Para nosotros por ejemplo, besar, ofrecer flores, llevar en
procesión... no es lo mismo que adorar. ¿Nunca usted besó a una persona o le llevó
flores? Acaso adorabas a tu novia porque la besabas? - Bueno... no pero...mmh

- Además: ¿acaso nunca han leído en la Biblia la procesión que hizo el Rey David?
Si lees en 2 Sam 6,1-5 te vas a dar cuenta de que el rey David junto con todo el
pueblo iban en procesión y llevaban las imágenes de los querubines encima de la
carreta:

"David reunió de nuevo a todo lo mejor de Israel, unos treinta mil hombres. Cuando
estuvieron listos, partió con todo su ejército para Baalá de Judá. Iban a buscar el Arca
de Dios, sobre la cual se invoca el nombre de Yavé de los ejércitos, quien se sienta
en ella sobre los querubines. Pusieron el Arca de Dios en una carreta nueva y la
llevaron de la casa de Abindab...David y todo el pueblo de Israel bailaban delante de
Yavé con todas sus fuerzas, cantando y tocando arpas, panderos y címbalos"

Mas claro, ni el agua.

-Pero..., es que los católicos se ponen de rodillas delante de las imágenes y eso está
prohibido por la Bibla. (Ex 20,5; Hech 10,25-26).

-Todo depende de lo que uno piensa, cuando se pone de rodillas delante de una
persona o un objeto sagrado. Evidentemente, si uno piensa hacer un acto de
adoración, como en el caso de Cornelio que confundió a Pedro con un dios,
entonces es malo; sin embargo, si uno con aquel acto quiere manifestar solamente su
respeto, entonces no es malo.

Todo está muy claro en la Biblia, donde encontramos casos de personas que se ponen
de rodillas delante de otras personas, llevan en procesión el arca de la Alianza y se
postran delante de ella

Llegó hasta el hombre de Dios y se abrazó a sus pies (2 Re 4,27). Entonces Josué y
todos los jefes de Israel permanecieron postrados delante del Arca de Yavé hasta la
tarde (Jos 7,5). Recuerda que encima del Arca estaban las imágenes de los
querubines.

- Así que mucho cuidado con decir y afirmar cosas que no están en la Biblia. Acaso
tu pastor no te había enseñado estas citas bíblicas donde se arrodillaron ante los
hombres y ante las imágenes?

- Mira. Sencillamente, las imágenes y las estatuas de los santos son como las
fotografías o los retratos de un ser querido. Sirven para acordarnos de Jesús, la
Virgen y los santos. Al mismo tiempo, les pedimos a Jesús, la Virgen y a los santos
(no a sus imágenes o estatuas sino a la persona), que nos ayuden a vivir el Evangelio
y alcanzar la salvación.
RITO DEL BAUTISMO
Tomado del Catecismo
El sentido y la gracia del sacramento del Bautismo aparece claramente en los ritos de su
celebración. Cuando se participa atentamente en los gestos y las palabras de esta
celebración, los fieles se inician en las riquezas que este sacramento significa y realiza en
cada nuevo bautizado.
La señal de la cruz, al comienzo de la celebración, señala la impronta de Cristo sobre el
que le va a pertenecer y significa la gracia de la redención que Cristo nos ha adquirido
por su cruz.
El anuncio de la Palabra de Dios ilumina con la verdad revelada a los candidatos y a la
asamblea y suscita la respuesta de la fe, inseparable del Bautismo. En efecto, el Bautismo
es de un modo particular "el sacramento de la fe" por ser la entrada sacramental en la vida
de fe.

Puesto que el Bautismo significa la liberación del pecado y de su instigador, el diablo,


se pronuncian uno o varios exorcismos sobre el candidato. Este es ungido con el óleo de
los catecúmenos o bien el celebrante le impone la mano y el candidato renuncia
explícitamente a Satanás. Así preparado, puede confesar la fe de la Iglesia, a la cual
será "confiado" por el Bautismo (cf Rm 6,17).

El agua bautismal es entonces consagrada mediante una oración de epíclesis (en el


momento mismo o en la noche pascual). La Iglesia pide a Dios que, por medio de su Hijo,
el poder del Espíritu Santo descienda sobre esta agua, a fin de que los que sean bautizados
con ella "nazcan del agua y del Espíritu" (Jn 3,5).
Sigue entonces el rito esencial del sacramento: el Bautismo propiamente dicho, que
significa y realiza la muerte al pecado y la entrada en la vida de la Santísima Trinidad a
través de la configuración con el misterio pascual de Cristo. El Bautismo es realizado de
la manera más significativa mediante la triple inmersión en el agua bautismal. Pero desde
la antigüedad puede ser también conferido derramando tres veces agua sobre la cabeza
del candidato.
En la Iglesia latina, esta triple infusión va acompañada de las palabras del ministro: "N.,
yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo".
La unción con el santo crisma, óleo perfumado y consagrado por el obispo, significa el
don del Espíritu Santo al nuevo bautizado. Ha llegado a ser un cristiano, es decir, "ungido"
por el Espíritu Santo, incorporado a Cristo, que es ungido sacerdote, profeta y rey
(cf. Ritual del Bautismo de niños.
La vestidura blanca simboliza que el bautizado se ha "revestido de Cristo" (Ga 3,27): ha
resucitado con Cristo. El cirio que se enciende en el Cirio Pascual, significa que Cristo
ha iluminado al neófito. En Cristo, los bautizados son "la luz del mundo" (Mt 5,14;
cf Flp 2,15)
SECUENCIA DEL BAUTISMO
1. DIÁLOGO CON LOS PADRES:
C: ¿Que nombre quieren dar (o le han dado) a su hijo?
P: (Los padres indican el nombre) N……..

C: ¿Qué viene a pedir a la Iglesia de Dios para su hijo?


P: Deseamos que sea bautizado

C: Al pedir el bautismo para sus hijos ¿Saben que ustedes se obligan a educarlo en la Fe?
P: Sí lo sabemos

C: ¿Saben que deben ayudarlos a guardar los mandamientos de Dios?


P: Sí lo sabemos

C: Sobre todo a amar a Dios y al prójimo como Cristo nos enseña en el evangelio?
P: Sí lo sabemos

C: ¿Y ustedes padrinos, están dispuestos a ayudar a los padres en esta tarea?


P: (Los padrinos responden) Sí estamos dispuestos

2. SIGNACIÓN

C: N. y N… ( o bien : Niños) con gran alegría les recibe la comunidad cristiana. Yo,
en su nombre, los signo con la señal de Cristo Salvador.
Y ahora sus padres (y padrinos) les hacen también la señal de la cruz

Los padres manifiestan su voluntad de entregar a su hijo a Jesucristo, haciendo un


signo de cruz sobre la frente del niño…También pueden hacerlo los padrinos y otros
familiares

3. RENUNCIA A SATANÁS Y PROFESIÓN DE FE


Los padres y padrinos renuevan públicamente su propio compromiso bautismal,
porque los niños son bautizados en la fe de ellos y son ellos los primeros
responsables de la educación de la fe del niño

C: Queridos padres y padrinos: En el sacramento del bautismo, estos niños que


ustedes han presentado a la Iglesia van a recibir por el agua y el espíritu Santo, una
vida que brota del amor de Dios. Pero ustedes deben esforzarse por educarlos en la
Fe de tal manera, que esta vida divina se vea preservada del pecado y pueda crecer
en ellos día a día. Así pues, si llevados por la Fe, están dispuesos a aceptar esta
obligación, recuerden el bautismo que ustedes recibieron, renuncien al pecado y
proclamen la fe en Cristo Jesús, que es la Fe de la Iglesia, en la que va a ser bautiados
sus hijos.
C: ¿Renuncian al pecado para vivir en la libertad de los Hijos de Dios?
Padre y padrinos: Sí renunciamos
C: ¿Renuncian a todas las seducciones del mal, para que el pecado no domine en
ustedes?
PP: Sí renunciamos

C: ¿Renuncian a Satanás, padre y príncipe del pecado?


PP: Sí renunciamos

C: ¿Creen en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?


PP: Sí creemos

C: ¿Creen en Jesucristo, su único hijo nuestro Señor, que nació de Santa maría
Virgen, murió. Fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la
derecha de Dios Padre?
PP: Sí creemos

C: ¿Creen en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los


Santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y la vida
eterna?
PP: Sí creemos

C: Esta es nuestra Fe, la Fe de la Iglesia, que nos gloriamos de profesar en cristo


Jesús, Señor Nuestro
Todos: Amén

4. BAUTISMO
C: ¿Quieren por tanto, que su hijo sea bautizado en esta fe de la Iglesia, que todos
juntos acabamos de profesar?
PP: Sí queremos

C: N…, yo te bautizo (derrama o lo sumerge la primera vez)


En el nombre del padre
Y del hijo (segunda vez)
Y del Espíritu Santo (tercera vez)

5. UNCIÓN CON EL CRISMA


El aceite que con su extraño poder de penetración impregna, suaviza, vigoriza, da
brillo y perfuma, pone de manifiesto la unción invisible del Espíritu Santo, Gloria y
Poder de Dios.
Cristo (=el “Ungido” por excelencia) lo posee en plenitud y por la fe y los
sacramentos, nos lo transmite a nosotros.
Este rito significa, pues, la compenetración con Cristo, con su Espíritu, con su
misión, con su muerte y resurrección: identificación propia del que, como su nombre
también lo dice, es “cristiano” (= de Cristo)
C: El Dios Todopoderoso, padre de Nuestro Señor Jesucristo, que los ha liberado del
pecado y dado nueva vida por el agua y el espíritu Santo es quien los unge con el
crisma de la salvación, para que entren a formar parte de su pueblo y sean por siempre
miembros de Cristo Sacerdote, Profeta y Rey.
Todos: Amén

6. IMPOSICIÓN DEL VESTIDO BLANCO

C: N…….., N……., convertidos ya en nuevas criaturas, han sido revestidos de


Cristo. Esta vestidura blanca sea signo de la dignidad de Cristianos. Ayudados por la
palabra y el ejemplo de sus familiares, consérvenla sin mancha hasta la vida eterna.
Todos: Amén

7. ENTREGA DEL CIRIO


C: Reciban la luz de Cristo
El padre (o el padrino) de cada niño enciende la vela de su hijo en el cirio pascual)

C: A ustedes, padres y padrinos, se les confía el cuidado de esta luz, para que
aumente. Que sus hijos, iluminados por Cristo, caminen siempre como hijos de la luz
y perseverando en la fe, puedan salir al encuentro del Señor con todos los Santos,
cuando llegue el final de los tiempos.
COMPROMISO DE LOS PADRES Y PADRINOS
BAUTIZAR A UN NIÑO NO ES SALIR DE UN COMPROMISO SINO ENTRAR
EN UN COMPROMISO MUY SERIO

En nuestro ambiente hay una costumbre muy arraigada de ´hacer compadres", de que a través del
"compadrazgo" se crean lazos muy fuertes de solidaridad y de relaciones humanas.
Lamentablemente hemos ido perdiendo el sentido de relación entre el padrino y el ahijado.

Podemos aprovechar esta manera de vivir de nuestro pueblo para que los papás y los padrinos
del niño que se va a bautizar tomen conciencia de su compromiso con el hijo y ahijado y que el
compadrazgo no se convierta en mera conveniencia social y económica. sino en una relación de
compromiso cristiano.

VEAMOS

 ¿Cuándo se puede decir que un papá es responsable de la fe que el niño recibe en el


Bautismo?
 ¿Qué diferencias hay del trato entre padrinos y ahijados de antes y de ahora? ¿Qué
compromisos contrae el
padrino con el ahijado y con el compadre?
 ¿Qué le corresponde a la demás gente de la comunidad?

PENSEMOS

Ser bautizado es injertamos en el espíritu de creaturas nuevas en Cristo y dentro de un mundo


y comunidad concretos. No nacemos del agua y del Espíritu para nosotros mismos nada más
sino que tenemos una dimensión y trascendencia comunitaria.

"El Bautismo es el sacramento de la fe. Pero la fe tiene necesidad de una comunidad de


creyentes. Sólo en la fe de la Iglesia puede creer cada uno de los fieles. La fe que se requiere
para el Bautismo no es una fe perfecta y madura sino un comienzo que está llamado a
desarrollarse" (CIC 1 253). "En todos los bautizados la fe debe crecer después del Bautismo"
(CIC 1254).

"Para que la gracia bautismal pueda desarrollarse es importante la ayuda de los padres" (CIC
1255). Ellos son los primeros y principales responsables de "formar a sus hijos en la fe y en
la práctica de la vida cristiana. mediante la palabra y el ejemplo" (CDC 774.2), y es tarea de
ambos "alimentar la vida que Dios les ha confiado" (dc 1 25 1), en este sentido se podría
decir que la celebración del Bautismo tiene una dimensión marcadamente familiar y es que
la familia es la comunidad privilegiada para la transmisión y la educación de la fe (ver CT
62 ).
Los papás deben facilitar el "despertar religioso" de sus hijos, iniciarlos en la oración
personal y comunitaria, educarlos en la conciencia moral, acompañarlos en el desarrollo del
sentido del amor humano, del trabajo, de la convivencia y del compromiso en el mundo,
dentro de una perspectiva cristiana. Los papás más que transmitir contenidos, introducen a
sus hijos, y en especial a los más pequeños, en un ambiente de vida propio de una familia
cristiana.

Lamentablemente, en nuestro ambiente, muchos padres de familia piden el Bautismo para


sus hijos sólo por tradición, porque se acostumbra, pero no por una decisión de seguir a
Jesucristo en sus vidas.

"En la medida de lo posible. a quien va a recibir el Bautismo se le ha de dar un padrino, cuya


función es juntamente con los padres, presentar al niño que va a recibir el bautismo y
procurar que después lleve una vida cristiana congruente con el bautismo y cumpla fielmente
las obligaciones inherentes al mismo" (CDC 872).

El padrino o madrina comparten responsablemente con los papás todos los compromisos y
exigencias que del Bautismo surgen (ver CDC 774.2). especialmente son invitados a
preocuparse, junto con los papás, por la educación cristiana de su ahijado. Pueden verse
obligados, en ciertos casos, a reemplazar a los papás en esta tarea. Ocupan un lugar
importante en el espíritu y ambiente familiar. Su presencia testimonia el lugar que ha de
ocupar en la celebración del sacramento del Bautismo, por encima de los papás. la
comunidad cristiana de la que el nuevo bautizado entra oficialmente a formar parte y que va
más allá de la propia familia. "Deben ser creyentes sólidos, capaces y prestos a ayudar al
nuevo bautizado en su camino de la vida cristiana. Su tarea es una verdadera función
eclesial." (CIC 1255).

Tristemente los padrinos o madrinas han perdido mucho del sentido de ser representantes
de la comunidad cristiana que garantizan, junto con los papás, la educación e iniciación
progresiva del nuevo bautizado en la vivencia de la fe dentro de la comunidad eclesial.
Con frecuencia notamos que se da más importancia al "compadre" o la "comadre" por
las relaciones, apoyo económico o influencia que al mismo ahijado en la tarea de
educarlo cristianamente.

De ahí que la Iglesia pide ciertas cualidades o características para que alguien pueda ser
invitado de padrino o madrina. Cualidades que se pueden sintetizar así:

 Ser elegido por los papás del niño o quienes faltando éstos ocupan su lugar (ver
CDC 874.1).
 Debe tener la suficiente madurez para cumplir esta responsabilidad (ver CDC
874.2).
 Ser católico y haber recibido los tres sacramentos de iniciación cristiana:
Bautismo, Confirmación y Eucaristía (ver CDC 874.3).
 No estar impedido por el derecho canónico para cumplir con esta obligación
(ver CDC 874.4).
 No ser el papá o la mamá de quien se bautizara (ver CDC 874.5).

Es probable que entre algunas personas se tenga la duda siguiente: Alguien que pertenece a
una iglesia separada, ¿puede ser padrino? Aunque seguramente en nuestro ambiente no se
presente esta situación con regularidad. conviene al catequista tener a la mano la respuesta.
La Iglesia dice que: "El bautizado que pertenece a una comunidad eclesial no católica sólo
puede ser admitido junto con un padrino católico, y exclusivamente en calidad de testigo del
bautismo" (CDC 874.5,2).

La comunidad tiene mucha importancia en la celebración del Bautismo y en los


compromisos que de él se derivan. La fe que recibimos en el Bautismo "tiene necesidad de
la comunidad de creyentes. Sólo en la fe de la Iglesia puede creer cada uno de los fieles"
(CIC 1253). Esto nos está diciendo que la fe no es algo individual, sino que se bautiza en la
fe de la comunidad. Asimismo, "toda la comunidad eclesial participa de la responsabilidad
de desarrollar y guardar la gracia recibida en el Bautismo" (CIC 1255).

Los sacramentos de iniciación cristiana, entre ellos el Bautismo, "normalmente se celebrarán


en la propia parroquia y con la participación de la propia comunidad" (IT SDG disposición
sinodal n. 14).

Los que han recibido el Bautismo se sienten unidos por la nueva fe y buscan primeramente
la vida de comunidad. Los primeros cristianos realizaban el designio de Dios sobre la manera
de vivir la fe dentro de la experiencia de vida en comunidad de la siguiente manera:

"Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles" (He 2, 42).

"Acudían asiduamente... a la convivencia" (He 2, 42), por la que los creyentes como
hermanos viven cercanos y se ayudan mutuamente en sus necesidades (ver He 2, 44-45), con
atención especial a los pobres (ver He 4, 34-35).

"Acudían asiduamente... a la fracción del pan" (He 2, 42) con alegría, sencillez y mucho
entusiasmo (ver He 2, 46).

"Acudían asiduamente... a las oraciones" (He 2, 42) dando gracias a Dios que los ha salvado,
prolongando así la Eucaristía, gozando la simpatía de un pueblo que los tomaba en serio (ver
He 2, 47).

A muchas de nuestras comunidades cristianas les falta vida por haber olvidado estos puntos
que son la base de todo nuestro ser cristiano.

La vivencia fiel de nuestro Bautismo nos exige vivir la fe en una comunidad concreta, nuestra
parroquia, y es tarea de todos renovarla para que llegue a ser realmente el lugar donde se
vive y se ve la comunión entre los creyentes: en la escucha y conocimiento del mensaje
cristiano, en la oración, en la celebración de la Eucaristía, en la convivencia y apoyo mutuo.
CELEBREMOS

A lo largo de estas catequesis sobre el sacramento del Bautismo nos hemos dado cuenta de
la importancia que tiene para nuestra vida cristiana y la de nuestro hijo o ahijado. Hoy hemos
reflexionado sobre el compromiso y exigencias que trae para los papás, padrinos y toda la
comunidad. Así pues, si están dispuestos a tomar esta responsabilidad, hagan un compromiso
ante Dios y ante la comunidad representada en los que nos rodean.

Creyendo que el Espíritu Santo nos dará la fortaleza, respondan de pie y en voz alta a cada
pregunta: NOS COMPROMETEMOS.

¿Se comprometen a crear un ambiente en la familia que pueda ayudar a que su hijo o ahijado
se eduque en la fe, iniciándolo en la oración y en la celebración de la Eucaristía y los
sacramentos, acompañándolo a la catequesis y dándole ejemplo de convivencia cristiana?
¿Se comprometen a dar testimonio de la fe en Jesucristo con valentía, ante la Iglesia y el
mundo? ¿Se comprometen a celebrar el sacramento del Bautismo con dignidad, evitando lo
que pueda ser obstáculo a la fe que su hijo o ahijado recibe, o que desvirtúe la celebración
del mismo? ¿Se comprometen a respetarse entre ustedes, papás y padrinos, como es nuestra
tradición y como nos dice Jesucristo "ámense como Yo los he amado"?

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