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EXPEDIENTE : N° 2004 – 279 (CUADERNO DE APELACIÓN)


DEMANDANTE : CARLOS TALLA ATUNCAR
MATERIA : EJECUCIÓN DE RESOLUCIÓN ADMINISTRATIVA
DEMANDADO : TELEFÓNICA DEL PERÚ
PROCEDENCIA : JUZGADO LABORAL DE CHINCHA
JUEZ : DR. ANTONIO ARONES YUYALE

Resolución N° 04
Chincha, seis de Julio
del año dos mil diez.-

VISTOS: Observándose las formalidades previstas por el artículo 138°


de la Ley Orgánica del Poder Judicial, interviene en calidad de ponente el
Señor Juez Superior Gonzalo Meza Mauricio; y,

CONSIDERANDO:

PRIMERO. MATERIA DE LA GRADO.


1.1. Es materia de apelación la resolución número veintidós, de fecha veintitrés
de abril del dos mil diez, obrante en copia certificada a fojas doscientos sesenta
y ocho de este cuaderno, que declara IMPROCEDENTE la nulidad procesal
formulada por la empresa demandada TELEFÓNICA DEL PERÚ S.A.A., por
escrito de fojas doscientos cincuenta y tres de este cuaderno.
SEGUNDO. DEL RECURSO DE APELACION.
2.1. De conformidad con lo previsto por el artículo 364º del Código Procesal
Civil, el recurso de apelación tiene por objeto que el órgano jurisdiccional
superior examine, a solicitud de parte o de tercero legitimado, la resolución que
les produzca agravio, con el propósito de que sea anulada o revocada, total o
parcialmente. Por su parte el artículo 366º del mismo cuerpo prescribe que, él
que interpone apelación debe fundamentarla, indicando el error de hecho o de
derecho incurrido en la resolución, precisando la naturaleza del agravio y
sustentando su pretensión impugnatoria.
2.2. Por lo tanto, efectuando una interpretación sistemática de ambos artículos,
tenemos que el objeto o materia de apelación es la resolución apelada (auto
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o sentencia), y la pretensión impugnatoria, es decir, lo que el apelante espera
declare la instancia superior, a mérito de su apelación, es que la resolución
cuestionada sea anulada o revocada, total o parcialmente. En todo caso, sin
excepción alguna, la apelación debe sustentar la pretensión impugnatoria, lo
que equivale a argumentar las razones por las que el apelante considera que la
resolución es nula (errores in procedendo) o por las que debe ser revocada,
total o parcialmente (errores in iudicando), todos los cuales deben ser
señalados en forma precisa, tal y conforme lo establece la norma.
2.3. De lo expuesto queda claro que, una sentencia o un auto pueden ser
vulnerables ante el apelante por tres frentes: a) desde el cuestionamiento del
proceso para su obtención, que puede ser nulo; b) desde el cuestionamiento
formal de la resolución en sí y, c) desde el cuestionamiento de fondo. Los
primeros se conocen como errores in procedendo y, el tercero como error in
iudicando. Siendo ello así, al analizar un auto o sentencia corresponde efectuar
dos análisis en concreto: en un primer momento, verificar el proceso en sí,
para descartar la existencia de alguna causal de nulidad absoluta no
convalidable, invocada o no, pues si ésta no tiene esta característica se habría
convalidado si acaso el agraviado con ella no la cuestionó oportunamente
acreditando el agravio que le causaba, así como verificar la formalidad del auto
o sentencia a la luz del artículo 122º del Código Procesal Civil; superado este
análisis, corresponde analizar en un segundo momento, pasar al análisis del
fondo, es decir, de la decisión misma contenida en el auto o sentencia
apelados.
TERCERO. DE LOS FUNDAMENTOS DE LA APELACION.
3.1. Mediante escrito de fojas trescientos treinta y seis y siguientes, la
ejecutada Telefónica del Perú S.A.A. interpone recurso de apelación en contra
del auto contenido en la resolución número veintidós de fojas ciento doscientos
sesenta y ocho y siguientes.
3.2. Señala como fundamento de su apelación los siguientes:
a) El proceso principal se ha iniciado en virtud de un documento que no
constituye título de ejecución. Al respecto refiere que la resolución que se
desea ejecutar no reúne las calidades para ser considerado un título de
ejecución pues no fue presentado en original, no contiene una obligación cierta,
no contiene la forma como el supuesto pago deba efectivizarse, no contiene
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una obligación cierta, expresa y exigible, es decir no reúne los requisitos
establecidos en el artículo 689° del Código Procesal Civil.
b) El proceso se ha ventilado con clarísimas violaciones al derecho al debido
proceso.
c) No puede existir la cosa juzgada cuando se ha violentado el derecho al
debido proceso.
3.3. Por lo tanto para resolver este asunto resulta necesario precisar aspectos
como el debido proceso, el proceso de ejecución, los títulos de ejecución y sus
requisitos, la nulidad de actuados, pues ello nos va a permitir apreciar si el
presente proceso es debido o no.
CUARTO. DEL DEBIDO PROCESO.
4.1. De conformidad con lo previsto por el inciso 3) del artículo 139º de la
Constitución Política del Estado son principios y derechos de la función
jurisdiccional entre otros la observancia del debido proceso y la tutela
jurisdiccional. Ahora bien, el debido proceso desde el punto de vista adjetivo
constituye un plexo de garantías procesales expresados positivamente en
nuestro ordenamiento, que constituye la seguridad de que el ciudadano no será
privado de ninguno de sus derechos, sean estos fundamentales o comunes, sin
la tramitación de un proceso desarrollado en la forma que sanciona la ley.
Desde el punto de vista sustantivo, el debido proceso esta referido a que los
actos de poder sean estas sentencias, actos administrativos o normas, sean
razonables o que guarden relación con el repertorio de valores que consagra la
Constitución Política del Estado.
4.2. Sobre este punto el Tribunal Constitucional ha señalado en uniforme y
reiterada jurisprudencia que el debido proceso tiene a su vez dos
expresiones: a) Formal: relacionado con los principios y reglas que lo integran
tienen que ver con las formalidades estatuidas, tales como las que establecen
el juez natural, el procedimiento pre establecido, el derecho de defensa, la
motivación. b) Sustantiva: se relaciona con los estándares de justicia, como
son la razonabilidad y proporcionalidad que toda decisión judicial debe
suponer.
QUINTO. DEL PROCESO DE EJECUCION.
5.1. Los procesos de ejecución no se encuentran previstos para declarar un
derecho ya que ello es propio de un proceso cognitivo contencioso, sino para
ejecutar como su propio nombre lo indica un derecho ya existente, cuyo
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cumplimiento se encuentra perfectamente definido en el título de ejecución y
por lo cual su mérito de ejecución no requiere interpretación alguna, menos aún
de medio probatorio alguno que tienda a determinar su real existencia.
5.2. Es debido a la veracidad e inobjetabilidad del reconocimiento del derecho
que, la norma solo prevea como medio de defensa la oposición al mandato de
ejecución sin otro medio particular que la acreditación del cumplimiento de la
obligación contenida en el título de ejecución, lo que no hace sino reafirmar su
naturaleza especial.
5.3. La Ley Procesal de Trabajo en su Sección Sétima de Procesos Especiales
– Título II contempla los procesos de ejecución, estableciendo taxativamente
en su artículo 72° aquellos documentos que constituyen títulos ejecutivos,
mientras que en el artículo 76° se enumera a aquellos que constituyen títulos
de ejecución, de lo cual se infiere, que dicho Título contempla dos tipos de
procesos diferentes entre sí, uno que requiere la presentación de un título
ejecutivo y el otro un título de ejecución; asimismo, el artículo 73° establece
que se pueden demandar ejecutivamente dar sumas de dinero, dar bienes
determinados, de hacer y de no hacer, determinándose además que en
procesos de ejecución de obligación de dar suma de dinero se debe emitir la
sentencia correspondiente, conforme se desprende del artículo 74° de la norma
aludida, a diferencia de los procesos de ejecución en los cuales por imperio del
artículo 77° se establece que sólo cabe la oposición al mandato de pago si se
acredita con prueba documental el cumplimiento de la obligación. Asimismo, de
acuerdo con lo dispuesto por el artículo 4º numeral 2) los Juzgados de Trabajo
conocen de las pretensiones individuales o colectivas por conflictos jurídicos
sobre: e. Ejecución de resoluciones administrativas, sentencias emitidas
por las Salas Laborales, laudos arbitrales firmes que ponen fin a conflictos
jurídicos o títulos de otra índole que la Ley señale.

SEXTO. DEL TITULO DE EJECUCION.


6.1. En los procesos de ejecución se exige el cumplimiento riguroso de las
formalidades establecidas por ley. Así tenemos que de conformidad con lo
previsto por el artículo 689° del Código Procesal Civil la obligación contenida en
el título debe ser es cierta, expresa y exigible.
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6.2. Así, es condición para la ejecución que, la obligación sea cierta, que su
existencia no aparezca controvertida, es decir que su actual y real existencia
nazca de modo indubitado del titulo ejecutivo.
6.3. Asimismo debe ser expresa, pues debe manifestar claramente una
intención o voluntad, es decir debe expresarse en él el contenido y alcance de
la obligación, las partes vinculadas y los términos en que la obligación se ha
estipulado, no valen pues las expresiones meramente indicativas o
representativas de la existencia de la obligación, o de las características, parte
y términos afectos a la obligación, ni tampoco las expresiones presuntas. Es
decir que, las llamadas obligaciones implícitas, esto es, las que están incluidas
en el documento, pero sin que estén expresamente declaradas, no pueden
exigirse ejecutivamente.
6.4. Finalmente, cuando se habla de derecho exigible se hace referencia a una
obligación pura y simple y si tiene plazo que este haya vencido y no esté sujeto
a condición.
SETIMO. DEL TITULO QUE SE DESEA EJECUTAR.
7.1. Del escrito de demanda de fojas veinte y siguientes, se desprende que el
accionante formula demanda de Ejecución de la Resolución Administrativa,
Resolución número 046-91-ZR-CHIN, la que dirige en contra de la empresa
Telefónica del Perú S. A.A., con el objeto que se le pague la asignación por
gratificaciones que contempla la cláusula vigésimo sexta del Convenio
Colectivo de 1957-1985.
7.2. Del contenido de la Resolución Zonal número 046-91-ZR-CHIN, se tiene
que la misma en su parte resolutiva establece que la demandada reconozca
entre otras cosas ahí establecidas “…abonar remuneración doble de
vacaciones desde su fecha de ingreso así como el reintegro de los beneficios y
derechos establecidos en los convenios colectivos…”, de lo que se desprende
claramente que en efecto no existe una determinación clara y específica del
convenio que corresponde ejecutar, la cláusula específica de ser el caso y el
monto que debe ejecutarse, requisitos mínimos que debe contener todo título
de ejecución conforme lo establece el artículo 689º del Código Procesal Civil
(aplicable al caso supletoriamente), a efectos de determinar clara y
concretamente si el título que se pretende ejecutar reúne los requisitos
indispensables para que sea considerado como tal, esto es, que la obligación
contenida en el título deba ser cierta, expresa, y exigible; y cuando la obligación
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es de dar suma de dinero, debe ser, además, liquida o liquidable mediante
operación aritmética.
7.3. Debe precisarse que, si bien es cierto la resolución administrativa de fojas
dos en su parte resolutiva establece declarar fundada la denuncia en todos sus
extremos, dispone que la Empresa Nacional de Telecomunicaciones del Perú
S.A. reconozca entre otras cosas derechos establecidos en los Convenios; no
es menos cierto que dicha ordenanza administrativa es extensiva y genérica, lo
cual no es característica de los títulos de ejecución, por cuanto estos contienen
derechos, obligaciones o acreencias perfectamente individualizadas y
cuantificables, lo cual no sucede en el caso de autos, máxime si la resolución
administrativa que se pretende ejecutar tampoco identifica claramente los
períodos por los cuales resultaría exigible, esto es, cuantos meses o años;
agregándose además que a efectos de que un documento tenga la calidad de
título ejecutivo, la obligación contenida en este debe ser cierta, expresa y
exigible (sino que se remite a convenios colectivos), concluyéndose que el
documento sobre el cual reposa el fundamento jurídico de la pretensión de la
demandante resulta ser uno de fuente de derecho para la exigencia de los
beneficios o conceptos ahí reconocidos, lo cual a criterio del suscrito
corresponde efectuarse en un proceso de conocimiento y no así a través de un
proceso especial ejecutivo como pretende la accionante, toda vez que éste
como lo tenemos señalado reiterativamente no contiene una suma exacta, ni
liquida, sino sujeta a factores particulares de la relación obligacional, lo cual lo
convierte en una fuente de derecho material de ser el caso y no así en
ejecutable directamente, tanto más si la suma que se pretende ejecutar no
resulta ser una que se encuentre contenida en la resolución administrativa,
consecuentemente la demanda incoada se encuentra incursa en causal de
improcedencia que corresponde ser declarada. Por otro lado, no está demás
recordar a la profesora ARIANO DEHO Eugenia quien señala que en un
proceso de EJECUCION -como el presente- el documento con el que se
apareja la demanda -Acta de Pliego de Reclamos- constituye el instrumento
para hacer efectivo materialmente los derechos, transformando lo que debe
ser, en ser, no significando ello que una vez iniciado el proceso de ejecución,
éste deba inevitablemente proseguir hasta la efectiva satisfacción del
derechohabiente, sino que es necesario dotar a quien debe soportar la
ejecución de un medio para poder destruir la aparente certeza de la existencia
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del derecho que da el título ejecutivo. Agrega que, aceptar lo contrario
implicaría lo dicho por LIEBMAN: “transformar la ejecución en injusta y ciega
violencia”. De allí que exista una “contradicción” establecida en el Código
Procesal Civil en cuanto a los procesos de ejecución de resoluciones judiciales
en el artículo 718º.
OCTAVO. DE LA NULIDAD
8.1. Es facultad del órgano jurisdiccional en su condición de director del
proceso, declarar la nulidad cuando se advierta que en la tramitación del
proceso se incurre en vicios procesales que resulten ser insubsanables que
afecten la relación jurídico procesal, por lo que, en armonía con las
disposiciones legales pertinentes y lo establecido por la jurisprudencia, se
establece que “cualquier órgano jurisdiccional por el solo hecho de serlo tiene
lo que en doctrina se llama potestad nulificante del juzgador y que ha sido
recogido en el último párrafo del artículo ciento setenta y seis del Código
Procesal Civil como aquella facultad de declarar una nulidad aún cuando no
haya sido solicitada si considera que el acto viciado puede alterar
sustancialmente los fines abstracto y concreto del proceso y la decisión que en
él va a recaer (Casación número 2179-99-Lima).
8.2. Una sentencia o un auto pueden ser vulnerables ante el apelante por tres
frentes: a) desde el cuestionamiento del proceso para su obtención, que puede
ser nulo; b) desde el cuestionamiento formal de la resolución en sí y, c) desde
el cuestionamiento de fondo. Los primeros se conocen como errores in
procedendo y, el tercero como error in iudicando. Siendo ello así, al analizar un
auto o sentencia corresponde efectuar dos análisis en concreto: en un primer
momento, verificar el proceso en sí, para descartar la existencia de alguna
causal de nulidad absoluta no convalidable, invocada o no, pues si ésta no
tiene esta característica se habría convalidado si acaso el agraviado con ella no
la cuestionó oportunamente acreditando el agravio que le causaba, así como
verificar la formalidad del auto o sentencia a la luz del artículo 122º del Código
Procesal Civil; superado este análisis, corresponde analizar en un segundo
momento, pasar al análisis del fondo, es decir, de la decisión misma contenida
en el auto o sentencia apelados.
NOVENO. DE LA COSA JUZGADA
9.1. Respecto a la presunta vulneración a la cosa juzgada, debe indicarse que,
conforme lo ha expuesto el Tribunal Constitucional en la sentencia emitida en el
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expediente 0442-2003-AA/TC “la doctrina procesal define a la cosa juzgada de
diversa manera: así “(…) sí observamos cual es el fin que las partes persiguen
en el proceso, vemos que no es otro que el de obtener del juez una declaración
por la cual se decida definitivamente, la cuestión litigiosa, de manera que no
sólo no pueda ser discutida de nuevo en el mismo proceso, sino en ningún otro
futuro (non bis in idem) y que, en caso de contener una condena, pueda ser
ejecutada sin nuevas revisiones.
9.2. Este efecto de la sentencia, sin duda alguna el más importante, es el que
se designa con el nombre de cosa juzgada, que significa “juicio dado sobre la
litis” y que se traduce en dos consecuencias prácticas: 1) La parte condenada o
cuya demanda ha sido rechazada, no puede en una nueva instancia discutir la
cuestión ya decidida (efecto negativo) y 2) La parte cuyo derecho ha sido
reconocido por la sentencia, puede obrar en justicia sin que a ningún juez le
sea permitido rehusarse a tener en cuenta esa decisión (efecto positivo)
Agrega: Que, para que opere la cosa juzgada deben concurrir determinados
elementos en el litigio fenecido y que pretende tramitarse: los sujetos (aedes
personae) el objeto (aedes res) y la causa (aedes causa petendi) (PEYRANO
Jorge).
9.3. Asimismo, en la sentencia del Tribunal Constitucional número 006-2006-
PC/TC, publicada el 25 de marzo del 2007, en el Diario Oficial “El Peruano”, se
ha señalado: “...para que una sentencia, dictada dentro de un proceso
judicial ordinario o un proceso constitucional, adquiera la calidad de cosa
juzgada, no basta con que estén presentes sus elementos formal y
material; tampoco es suficiente que exista un pronunciamiento sobre el
fondo...”, agregando en su fundamento 69 lo siguiente “Por ello es que una
sentencia dictada dentro de un proceso judicial ordinario o un proceso
constitucional, aún cuando se pronuncie sobre el fondo, pero
desconociendo la interpretación del Tribunal Constitucional o sus
precedentes vinculantes, no puede generar constitucionalmente cosa
juzgada...”. del mismo modo en su fundamento 70 señala “es la cosa
juzgada constitucional, la que se configura con aquella sentencia que se
pronuncia sobre el fondo de la controversia jurídica de conformidad con
el orden objetivo de valores, con los principios constitucionales y con los
derechos fundamentales, y de acuerdo con la interpretación que haya
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realizado el Tribunal Constitucional de las leyes, o de toda norma con
rango de ley, o de los reglamentos y de sus precedentes vinculantes ...”.
9.4. De lo expuesto queda claro que, el argumento de la apelante en el sentido
de que en el presente caso no puede hablarse de cosa juzgada deviene en
fundado pues se apega al real concepto de la cosa juzgada, toda vez que las
resoluciones emitidas con anterioridad a la venida en grado no emiten
pronunciamiento sobre el fondo del asunto en sí ni sobre el punto venido en
grado de apelación, tanto más si el presente proceso se ha realizado
transgrediendo el debido proceso al tramitarse una causa en mérito a un
supuesto título de ejecución que realmente no lo es, y que constituye un
requisito de procedibilidad que no puede convalidarse en ningún estado del
proceso, motivo por el cual no opera la cosa juzgada.
9.5. A ello resulta importante agregar que en los procesos de ejecución dada su
naturaleza no existe la figura de la cosa juzgada, por cuanto y en tanto que
dicha institución se encuentra prevista para aquellos pronunciamientos
jurisdiccionales en el cual se emite un pronunciamiento sobre el fondo de
asunto puesto a conocimiento del Juzgador, dirimiendo un conflicto de
intereses, lo cual no sucede en un proceso de ejecución en el cual se parte de
la premisa de un derecho u obligación ya declarada o reconocida que debe
estar contenida en un título o documento reconocido por la ley para tal caso.

POR ESTAS CONSIDERACIONES:

REVOCARON la resolución número veintidós, de fecha veintitrés de abril del


dos mil diez, obrante en copia certificada a fojas doscientos sesenta y ocho de
este cuaderno, que declara IMPROCEDENTE la nulidad procesal formulada
por la empresa demandada TELEFÓNICA DEL PERÚ S.A.A., por escrito de
fojas doscientos cincuenta y tres de este cuaderno, con lo demás que contiene
y es materia de grado; RESOLVIENDO con arreglo a ley se DECLARE DE
OFICIO NULO todo lo actuado en primera instancia a partir del auto contenido
en la resolución número uno del veintiocho de mayo del año dos mil cuatro de
fojas ventiseis y todos los actos procesales conexos con el acto viciado e
IMPROCEDENTE la demanda que obra a fojas veinte interpuesta por Carlos
Talla Atuncar en contra de Telefónica del Perú S.A.A., sobre ejecución de
resolución administrativa. Dejando a salvo el derecho que le pudiera
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corresponder al accionante para que lo haga valer con arreglo a Ley; y los
devolvieron.
S. S.-
ACEVEDO VEGA.-
CÁRDENAS MEDINA.-
BENAVENTE QUISPE.-

EL SECRETARIO DE LA SALA MIXTA DE CHINCHA CERTIFICA QUE LOS


FUNDAMENTOS DEL VOTO EN DISCORDIA DEL JUEZ SUPERIOR
GONZALO MEZA MAURICIO EN EL EXPEDIENTE No. 2004-279 seguido
por CARLOS TALLA ATUNCAR con TELEFONICA DEL PERU S.A. sobre
EJECUCION DE RESOLUCIÓN ADMINISTRATIVA ES COMO SIGUE:

PRIMERO: DE LA APELACIÓN
Es materia de apelación la resolución número veintidós, de fecha veintitrés de
abril del dos mil diez, obrante en copia certificada a fojas doscientos sesenta y
ocho de este cuaderno, que declara IMPROCEDENTE la nulidad procesal
formulada por la empresa demandada TELEFÓNICA DEL PERÚ S.A.A., por
escrito de fojas doscientos cincuenta y tres de este cuaderno.

SEGUNDO: LOS PROCESOS DE EJECUCIÓN LABORAL.


2.1. De conformidad a la Ley Procesal del Trabajo No. 26636 los
procedimientos laborales pueden ser de diversas clases: a) Procesos
Contenciosos o cognitivos (Artículos 61º y 70º), b) Procesos No Contenciosos
(Artículo 93º), c) Procesos Cautelares (Artículo 96º), y d) Procesos de
Ejecución (Artículos 72º y siguientes).
2.2. Los PROCESOS DE EJECUCIÓN LABORAL son de dos clases:
a.) El proceso ejecutivo laboral que, se inicia por el mérito de los
títulos ejecutivos previstos en el artículo 72° de la Ley acotada, al admitirse la
demanda se expide el mandato ejecutivo, culminado el procedimiento se
expedirá sentencia, conforme se establece en el artículo 74° que puede ser
objeto de apelación; y
b.) El proceso de ejecución en estricto, con el sustento de los títulos
de ejecución previstos en el artículo 76° de la Ley acotada, se inicia la
ejecución forzada requiriendo al ejecutado a cumplir con la obligación
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establecida, bajo apercibimiento de afectar los bienes en la forma que señale el
demandante; en este proceso no se expide sentencia.

TERCERO.- DE LA DEMANDA Y EL MANDATO EJECUTIVO.


3.1. En el caso de autos, mediante LA DEMANDA obrante en copia a fojas
veinte de este cuaderno se solicitó la Ejecución de Resolución Administrativa
dictada por el Ministerio de Trabajo y Promoción Social – Zona Regional de
Chincha – Resolución No. 046-91-ZR-CHIN, para el pago de vacaciones dobles
laboradas y no gozadas y los beneficios obtenidos por convenio colectivo; el
Juez Laboral expidió la resolución número uno, de fecha veintiocho de Mayo
del dos mil cuatro, obrante a fojas veintiséis de este cuaderno, que admite a
trámite la demanda, contra la Empresa Telefónica del Perú S.A., sobre
EJECUCIÓN DE RESOLUCIÓN ADMINISTRATIVA, por los conceptos y
períodos anotados, en VÍA DEL PROCESO EJECUTIVO; agrega a fin de
establecer el monto de la obligación puesta a cobro, debe procederse una
pericia contable.
3.2. Habiéndose admitido la demanda en la vía de PROCESO EJECUTIVO,
entonces en aplicación del artículo 72° de la Ley Procesal del Trabajo se debe
expedir sentencia en autos, máxime que en el auto admisorio no se declara
que se admite la demanda en vía de “proceso de ejecución”, ni se dispone que
se inicia la ejecución forzada requiriendo al ejecutado a cumplir con la
obligación establecida, de acuerdo al trámite previsto en el artículo 77° de la
Ley Procesal de Trabajo.
3.3. Del contenido del “auto admisorio” trascrito, se advierte que se habría
admitido provisionalmente la demanda, pues no contiene la orden judicial de
pagar una suma determinada, el Juez Laboral dispuso que por pericia contable
se determine la deuda laboral no fijada en suma fija en la resolución
administrativa objeto de ejecución, se entiende que después de liquidada por el
perito se expediría el mandato ejecutivo ordenándose el cumplimiento de la
obligación contenida en el título, corriéndose traslado a la demandada.

CUARTO.- ANTERIOR PEDIDO DE NULIDAD PROCESAL.


La empresa demandada al apersonarse al proceso formuló pedido de Nulidad
contra el auto que admite a trámite la demanda, también dedujo deduce
Excepciones Procesales, Contradicción la ejecución, dedujo nulidad del
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autoadmisorio y Contestó la demanda; respecto de estos pedidos el anterior
Juez Laboral por resolución número cinco, de fecha trece de julio del dos mil
cuatro, obrante a fojas noventa y siete, declaró infundada la nulidad deducida
ante lo cual la demandada interpone recurso de apelación mediante su escrito
de fojas ciento dos, confirmándose el auto apelado mediante resolución de
vista de fojas ciento trece.

QUINTO.- PEDIDO DE SUSTRACCIÓN DE LA MATERIA


5.1. La demandada por escrito de fojas ciento setenta y cuatro del presente
cuaderno solicita se declare la sustracción de la materia, expone que el mismo
ejecutante en este proceso, Carlos Talla Atuncar inició otro proceso de
Ejecución de Resolución Administrativa N° 046-91-ZR-CHIN ante el Juzgado
Laboral de Chincha signado con el Nº 131-2004, en el cual se declara
improcedente la citada resolución al no ser un título ejecutivo. Como se
advierte, indica que en ambos procesos existe identidad en el interés para
obrar, por lo que se produjo la sustracción de la materia.
5.2. La Juez Laboral mediante la resolución número diecisiete, de fecha
dieciocho de junio del dos mil siete obrante a fojas ciento ochenta, declaró
improcedente la solicitud de sustracción de la materia formulada por la
empresa demandada.

SEXTO.- SEGUNDO PEDIDO DE NULIDAD PROCESAL.


6.1. La demandada por escrito de fojas doscientos cincuenta y tres del
presente cuaderno solicita la nulidad de todo lo actuado, y que se declare
Improcedente la demanda; expone que la Resolución Administrativa que
pretende ejecutarse no goza de mérito de ejecución, y demás fundamentos,
similares a los agravios de la apelación materia del grado.
6.2. El Juez Laboral mediante la resolución número veintidós, de fecha
veintitrés de abril del dos mil diez, obrante a fojas doscientos sesenta y ocho de
autos, declaró Improcedente el pedido de nulidad procesal, expone que la
resolución número cinco declaró infundada la nulidad procesal la misma que
fue materia de apelación y fue confirmada por resolución de vista de fojas
ciento trece, disponiendo que se continúe con el proceso, de dichos actuados
procesales concluye que el presente proceso ha adquirido la calidad de cosa
juzgada.
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SEPTIMO.- DEL MANDATO EJECUTIVO Y LA SENTENCIA.


7.1. Revisado el proceso, a fin de analizar la Nulidad Procesal peticionada por
la demandada en correlación con la institución de la Cosa Juzgada que
expone el Juez Laboral, de acuerdo a lo previsto en los artículos 171° y 123°
del Código Procesal Civil; se advierte que en la resolución apelada, el juzgador
no ha detallado que en autos se haya emitido el “mandato ejecutivo”
ordenándose el pago de una suma determinada, así como la respectiva
sentencia, o el auto de requerimiento de inicio de la ejecución forzada,
resoluciones con carácter de consentidas o ejecutoriadas; dentro del marco de
los fundamentos expuestos en los puntos 2.2. y 3.2. de esta resolución.
7.2. Tampoco, se indica en la resolución apelada que la demandada haya
iniciado en forma voluntaria o conminada el pago de la deuda laboral,
efectuando los depósitos judiciales respectivos, o que se estén liquidando los
intereses legales, contra los cuales se interpusieron apelaciones emitiéndose
resoluciones de segunda instancia; más aún que no se han incorporado copias
de dichos actuados al presente cuaderno.
7.3. La deficiente motivación de la resolución apelada vulnera lo dispuesto en el
artículo 122° del Código Procesal Civil, inciso "3. La mención sucesiva de los
puntos sobre los que versa la resolución con las consideraciones, en orden
numérico correlativo, de los fundamentos de hecho que sustentan la decisión, y
los respectivos de derecho con la cita de la norma o normas aplicables en cada
punto, según el mérito de lo actuado", ya que el Juez Laboral no ha
compulsado ni desarrollado su resolución sobre el mérito de lo actuado, al
omitir expresar su razonamiento sobre el avance y el estado actual del proceso.

OCTAVO.- A fin de efectuar una debida calificación jurídica del pedido


nulificante procesal, es necesario conocer el desarrollo y estado actual del
presente proceso laboral, que el juzgador ha omitido reseñar en la resolución
apelada; asimismo el Juez Laboral deberá analizar y pronunciarse sobre los
aspectos anteriormente detallados, puesto que cada caso judicial es distinto; la
sola mención concisa a la cosa juzgada no es suficiente.
7.1. Debe pronunciarse el Juez Laboral sobre la extensión de la cosa juzgada
que menciona, pues son actos procesales distintos el “auto admisorio” emitido
en autos en relación al mandato ejecutivo, la sentencia, el auto que ordena el
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inicio de la ejecución forzada; sin descuidar el Despacho Saneador inherente a
la función judicial de acuerdo a lo previsto en los artículos 50° y 465° del
Código Procesal Civil aplicable en vía supletoria; criterio jurisdiccional que
asume el suscrito conforme a los hechos y aspectos procesales detallados.

MI VOTO: Es que SE ANULE la resolución apelada número veintidós, de fecha


veintitrés de Abril del dos mil diez, obrante en copia certificada a fojas
doscientos sesenta y ocho de este cuaderno, que declara IMPROCEDENTE la
nulidad procesal formulada por la empresa demandada TELEFÓNICA DEL
PERÚ S.A.A., por escrito de fojas doscientos cincuenta y tres de este
cuaderno, y SE ORDENE: Que el Juez Laboral expida nueva resolución,
teniendo en cuenta los fundamentos expuestos.- DEVUÉLVASE el presente
cuaderno.
S.S
MEZA MAURICIO.-
PAUCAR ZAMUDIO.-

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