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ANÁLISIS DE LA CONCEPCIÓN DE “PODER PÚBLICO” EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS

ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.

El gobernante tiene poder en el Estado, pero


nunca posee el poder del Estado.

Hermann Heller.

SUMARIO: I. Introducción. II. Desarrollo. III. Conclusiones. IV. Referencias


bibliográficas.

I. INTRODUCCIÓN

Desde la aparición del ser humano, hace más de 3.500 millones de años, la noción
de poder ha estado presente es su vida cotidiana. En tanto que este concepto nos
ayuda a entender las relaciones que se desenvuelven en la sociedad; los tratadistas
que abordan dicha temática se han preocupado por tratar de dar un concepto de
poder. Esto ha representado ciertos retos, sobre todo en la teoría y ciencia política,
ya que existen diversos conceptos semejantes al poder como lo son:

a) Influencia: se debe de entender como la relación social que se da sin que el que
influye tenga propósitos de instrumentar al sujeto pasivo.
b) Manipulación: se caracterizaría porque el sujeto activo, a pesar de pretender
instrumentar al pasivo y de logarlo con su obediencia, no especifica en forma
clara un mandato implícito o explícito, a través del cual exija del pasivo la
realización de la conducta pedida.
c) Violencia: se caracteriza por la aplicación directa y efectiva del recurso de la
fuerza por un sujeto hacia otro, con mira de imponer un dominio, obteniendo con
ello una obediencia forzada en referencia a las aspiraciones que el dominio
importa. 1

Ahora bien, una vez establecido lo anterior, haremos mención de algunas


concepciones generales de poder para que, posteriormente, definamos qué es el
poder público.

1 Escobar Valenzuela, Miguel, Contribuciones al estudio del poder, México, ENEP Acatlán, 1988, p.

29 y ss.

1
Uno de los primeros acercamientos a la noción de poder podemos encontrarla en la
Política de Aristóteles, ya que hace la distinción de tres tipos de poder, de acuerdo
en el ámbito que se ejerce: el poder del padre sobre el hijo, del amo sobre el esclavo,
del gobernante sobre los gobernados. Este filósofo agrega que estos tres tipos de
poder también se pueden distinguir con base en el sujeto que se beneficia del
ejercicio del poder: el poder paternal es ejercido en interés de los hijos; el patronal
en interés del amo y el político en interés de quien gobierna y de quien es
gobernado. 2

Mientras que para Thomas Hobbes “el poder de un hombre (universalmente


considerado) consiste en sus medios presentes para obtener algún bien manifiesto
futuro. […] El mayor de los poderes humanos es el que se integra con los poderes
de varios hombres unidos por el consentimiento en una persona natural o civil; tal
es el poder de un Estado […]”3

Para el sociólogo Max Weber el “poder significa la probabilidad de imponer la propia


voluntad dentro de una relación social, aun contra toda resistencia y cualquiera que
sea el fundamento de esa probabilidad” 4

Los conceptos antes enunciados nos ayudan a entender, grosso modo, qué se debe
de entender por poder. Si bien es cierto es que existen múltiples definiciones,
consideramos que éstas son las más significativas, sobre todo, la expuesta por
Weber, ya que con ella podremos comprender la noción de poder público.

II. DESARROLLO

El jurista Jorge Fernández Ruiz explica al “poder estatal o público como la capacidad
del Estado para imponer su voluntad con, sin y aún contra la voluntad concurrente
de sus destinatarios –toda población estatal–, para lograr sus fines y objetivos, lo

2Véase Aristóteles, Política, trad. Manuela García Valdés, Madrid, Gredos, 1988.
3 Hobbes, Thomas, Leviatán o la materia forma, forma y poder de una república, eclesiástica y civil,
2ª edición, trad. Manuel Sánchez Sarto, México, Fondo de Cultura Económica, 1996, p. 69.
4 Weber, Max, Economía y sociedad. Esbozo de sociología comprensiva, trad. José Medina

Echavarría, Juan Roura Farella, et. al., México, Fondo de Cultura Económica, 2002, p. 43

2
que significa que cuando se da la oposición del destinatario del poder se habrá de
vencer, de ser necesario mediante el empleo de la fuerza”. 5

Esta definición de poder público nos da una idea panorámica de esta potestad que
detenta el Estado. No obstante, para entenderla a mayor cabalidad, es necesario
identificar sus funciones –denominadas públicas– y diferenciarlas de los órganos en
los que se depositan, a saber:

Las funciones del poder son las diversas formas bajo las cuales se manifiesta la
actividad dominadora del Estado; dictar la ley, por ejemplo, es uno de los modos de
ejercicio de la potestad estatal, o sea una función del poder. Los órganos del poder
son los diversos personajes o cuerpos públicos encargados de desempeñar las
diversas funciones del poder. El cuerpo legislativo, por ejemplo, es el órgano que
desempeña la función legislativa del poder estatal. 6

Dicho esto, la función pública será aquella actividad esencial del Estado que implica
el ejercicio de potestad, de imperio y de autoridad y cuya materialización atiende al
interés público, p. ej., las funciones legislativa, jurisdiccional y administrativa. Esto
lo podemos ver en nuestra Constitución en los artículos 25, 49, 50, 71, 73, 74, 76,
80, 89, 90, 94, 99, 102, 103. 104, 105, 115, 116 y 122 –por mencionar algunos–, en
ellos podemos ver, en cierto sentido, estas funciones específicas que tiene el
Estado.

No obstante, enfatizamos el artículo 116, ya que establece que “[e]l poder público
de los estados se dividirá, para su ejercicio, en Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y no
podrán reunirse dos o más de estos poderes en una sola persona o corporación, ni
depositarse el legislativo en un solo individuo…”. De igual forma podemos verlo en
el artículo 122 apartado A, fracción I –relativo a la Ciudad de México– que expresa
“[e]l poder público de la Ciudad de México se dividirá para su ejercicio en Legislativo,
Ejecutivo y Judicial. No podrán reunirse dos o más de estos poderes en una sola

5 Fernández Ruiz, Jorge, “Apuntes para una teoría jurídica de las actividades del Estado”, Boletín de
Derecho Comparado, México, nueva serie, año XXXIII, núm. 99, septiembre-diciembre 2000, p. 1015
y ss.
6 Carré de Malberg, R., Teoría general del Estado, trad. José Lión Depetre, México, Fondo de Cultura

Económica, 1948, p. 249.

3
persona o corporación ni depositarse el Legislativo en un solo individuo”. Lo anterior
corresponde al poder público, tanto de los Estados como de la Ciudad de México;
por lo que respecta a la federación, esto lo podemos ver reflejado en el artículo 49
que estípula que “[e]l Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio
en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.” Añade que “no podrán reunirse dos o más de
estos Poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el Legislativo en
un individuo, salvo el caso de facultades extraordinarias al Ejecutivo de la Unión,
conforme a lo dispuesto en el artículo 29…”.

Con base en lo anterior, podemos deducir que el poder público del Estado estará
distribuido en la función judicial, administrativa y legislativa.

Ahora bien, una vez que ya dimos algunas definiciones de poder –de manera
general–, así como la de poder público; es importante señalar los elementos
esenciales y, por ende, sus características. Dicho esto, consideramos que el análisis
realizado por el politólogo Miguel Escobar Valenzuela, quien desmenuza la noción
de poder; empero, está también se puede aplicar a la de poder público, ya que
comparten estos rasgos, a saber:

1. Sujeto activo: es el ser racional que, disponiendo de una posición privilegiada


dentro de un equilibrio desigual de recursos de poder, está en condiciones reales
de instrumentar la voluntad de otro sujeto, determinando en éste la realización
de la conducta que el primero exige.
2. Sujeto pasivo: es el ser racional que recibe la acción instrumentadora del activo
y que, percibiendo como real lo que es real o aparente, en su posición no
privilegiada de desequilibrio en recursos de poder, ve forzada su voluntad a
obedecer el mandato que el sujeto activo emite.
3. Mandato: corresponde a la expresión de los contenidos de intención del que
manda, quien los manifiesta en forma clara al sujeto pasivo, explícita o
implícitamente, atendido el carácter racional de ambos.
4. Amenaza: Es el mecanismo que respalda al mandado que emite el sujeto activo.
Debe de clasificarse, hasta que sea perfectamente comprendida por el sujeto
pasivo.

4
5. Contra amenaza: la relación supone, por norma general, que ambos actores
poseen recursos que ponen en juego como proceso durante la relación que se
manifiesta.
6. Obediencia: es el acto conductual a través del cual el sujeto pasivo de la relación
de poder realiza la conducta pedida en el mandato. Se traduce como el acto de
poder, el cual puede definirse por la instrumentación de la voluntad de un sujeto
por parte del otro.
7. El carácter de relación par asimétrica: se refleja como constante formal de su
manifestación, en la medida en que, consumada la obediencia, las posiciones
del sujeto activo y del pasivo representan una relación par, porque la posición
del activo no es equivalente o intercambiable con la del pasivo. 7

Con base en los elementos y características comentados, nos podemos dar una
idea más clara sobre el poder público y cómo opera dentro del Estado mexicano.

Otro punto que es importante remarcar y que va de la mano con el poder público
son las finalidades que tiene el Estado; sin embargo, antes de entrar con este tópico,
sería idóneo mencionar que el Estado es “una sociedad conformada por un grupo
de humano que vive en comunidad sobre un territorio determinado, cuya estructura
de poder está ocupada por una clase dirigente y reglada por normas
constitucionales. Tiene por finalidad lograr el bien común y proyectarse con
identidad propia en la comunidad internacional”. 8 En ese sentido podemos decir que
las finalidades del Estado 9 son:

• Satisfacción de las necesidades públicas;


• Alcanzar el bien común;
• Preservar el orden público;
• Preservar las libertades y derechos de sus habitantes;
• Satisfacer las necesidades individuales (de carácter individual);
• Atender al interés público.

7 Escobar Valenzuela, Miguel, op. cit., pp. 32 y ss.


8 Pellet Lastra, Arturo, Teoría del Estado, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1999, p. 24.
9 Cfr. Fernández Ruiz, Jorge, op. cit., p. 1016.

5
Hasta aquí hemos mencionado las finalidades del Estado, de manera general; sin
embargo, ¿dónde están plasmadas las finalidades del Estado mexicano? La
respuesta a esta interrogante es muy complicada, ya que dentro de la Constitución
federal no están de manera expresa y tácita, bajo nuestra óptica. En ese sentido
coincidimos José Manuel Villalpando César quien, en su artículo Los fines del
Estado mexicano, hace un estudio exhaustivo sobre esta temática y llega a la
conclusión de que:

[…] no tenemos la mención expresa y explicita de los fines del Estado mexicano. No
la hay y es, por lo tanto, urgente su confección, para de ella partir hacia una reforma
integral. Es imposible pensar en reformar lo demás, sería inútil y superfluo, si se
carece de esta noción elemental de para qué nos hemos constituido como un
estado. 10

Esto representa un gran problema para el Estado, ya que si no tiene bien claro
cuales son sus finalidades, es difícil que pueda materializar de forma óptima aquel
poder público del que está revestido. Esto trae consigo otra pregunta: ¿es posible
que se logren las finalidades del Estado mexicano con base en el reconocimiento
del poder público? Desde nuestra perspectiva consideramos que, en tanto no se
encuentran expresa y tácita en la Constitución federal las finalidades del Estado, es
difícil determinar si estás se pueden lograr a través del poder público. Si bien es
cierto es que con base en las funciones del poder público se materializa este poder
mediante el desempeño de sus órganos, al final del día es complicado poder decir
que si se cumplen las finalidades del Estado de acuerdo con el poder público.

III. CONCLUSIONES
1. Las funciones del poder público podemos encontrarlas dentro de los
distintos artículos de la constitución y esto ayuda al Estado saber cómo
va a aplicar esta potestad que tiene.
2. Las finalidades del Estado mexicano no se encuentran, de manera
expresa y tácita, dentro de la Constitución Federal. Eso trae como

10 Villalpando César, José Manuel, “Los fines del Estado mexicano”, Quid Iuris, México, año 8, vol.

25, junio-agosto 2014, p. 151.

6
consecuencia de que el Estado no sabe cuál es el camino que debe
seguir.
3. Aunado al punto anterior, es cierto que si podemos ubicar el “poder
público” del Estado dentro de nuestra Carta magna y que este poder se
materializa a través de las funciones públicas; no obstante, al tener claro
cuál es la finalidad del Estado es difícil determinar si éstas pueden
materializar mediante el poder público.

IV. REFERENCIAS
a) Bibliográficas:
- Aristóteles, Política, trad. Manuela García Valdés, Madrid, Gredos,
1988.
- Bobbio, Norberto, Estado, gobierno y sociedad. Por una teoría
general de política, trad. José Fernández Santillán, México, Fondo
de Cultura Económica, 1989.
- Carré de Malberg, R., Teoría general del Estado, trad. José Lión
Depetre, México, Fondo de Cultura Económica, 1948.
- Hobbes, Thomas, Leviatán o la materia forma, forma y poder de
una república, eclesiástica y civil, 2ª edición, trad. Manuel Sánchez
Sarto, México, Fondo de Cultura Económica, 1996.
- Escobar Valenzuela, Miguel, Contribuciones al estudio del poder,
México, ENEP Acatlán, 1988.
- Pellet Lastra, Arturo, Teoría del Estado, Buenos Aires, Abeledo-
Perrot, 1999.
- Weber, Max, Economía y sociedad, Esbozo de sociología
comprensiva, trad. José Medina Echavarría, Juan Roura Farella et.
al., México, Fondo de Cultura Económica, 2002.
b) Hemerográficas:
- Fernández Ruiz, Jorge, “Apuntes para una teoría jurídica de las
actividades del Estado”, Boletín de Derecho Comparado, México,
nueva serie, año XXXIII, núm. 99, septiembre-diciembre 2000.

7
- Villalpando César, José Manuel, “Los fines del Estado mexicano”,
Quid Iuris, México, año 8, vol. 25, junio-agosto 2014

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