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Profesor: Walter Brunque. Materia: Ética Social.

Tema: Necesidad del Bien Común. Alumno: Ronald Ayuni Prado

En nuestra búsqueda de una adecuada interpretación de la ética, nos


referimos a ella como la que hace referencia a fines universales abstractos y
necesarios para todo ser humano. Esta debe distinguirse sobre el actuar o
el quehacer políticamente correcto, esto es; hacer lo que dice la norma o las
leyes. Dicho de otro modo, debemos realizar nuestro obrar de acuerdo lo que
dicte la norma. Este seguir las normas de conducta o comportamiento de
acuerdo a lo que dicte la ley refleja lo que la mayoría cree conveniente. Por
su parte esto refleja una problemática, puesto que lo que a la mayoría le
parece que es lo correcto o el mejor modo de comportamiento, no
necesariamente debe ser así o no refleja el sentir más adecuado de expresar
la conducta.

Encontramos así un primer problema referente a la dirección que debemos


seguir para una a adecuado interpretación de la realidad. Por un lado nos
encontramos a un grupo particular con intereses particulares y por otro
encontramos a otros grupos cada quien con intereses también particulares.
Todos ellos inmensos en una realidad pluralista de individuos.
Para poder dar una adecuada satisfacción a todos los miembros de la
comunidad de un país se deber organizar de acuerdo al bien común. Es
decir que se debe buscar el progreso de los individuos, pasando por el
consenso, la negociación y sobre todo el manejo jurídico del concepto de
bien común. Si bien es cierto que es una tarea ardua y hasta a veces se
pretende creer que se beneficia a una sector de la población, en verdad no
es así, en realidad lo que se quiere es buscar lo que se tiene en común todos
los seres humanos y a partir de ello salir adelante y llegar a una adecuada
de la libertad, el amor y la solidaridad.
Es una tarea difícil de realizar, sobre todo para el estado, para llegar a
todos los sectores de la población, es difícil y casi imposible cuando se tiene
una orientación política cerrada a buscar lo mejoras para el ser humano.
Cuando un gobierno marca sus políticas de estado en un régimen de
bienestar se encasillan en un estancamiento social, porque no enseñan a
las personas a o pensar ni a luchar por sus ideales sino que los arriman a
un ensimismamiento, los reduce a un confort, donde todo se le es dado y
donde no se lucha por los ideales sino que nos introducen a una holgura
material donde ya no hay que luchar por nada puesto que se nos ha sido
dado por el estado.
De esta manera nosotros debemos darnos cuenta que existen grupos de
poder que quieren hacernos creer que necesitamos cosas para nuestro uso
personal que nos involucran a un individualismo que poco a poco se vuelve
egoísmo generalizado de consumismo extremo de tal punto que se olvida de
las necesidades de las demás. Ciertamente existen tres tipos de poder:
política, social y económica. Cada una de ellas está regido por un lenguaje,
unos códigos y unos intereses particulares, pero se articulan un la unidad
de la persona por ser el que los consume, los busca y la que los anhela.
Estos tres poderes se basan en la idea de “oportunidad para todos”. Este
lema busca que todas las clases sociales estén involucradas en la idea de
consumismo para estar bien. Dicho de otro modo, que estos estamentos
hacen hasta lo imposible para vendernos la idea de que necesitamos tal o
cual cosa para estar bien con nosotros mismos y con los demás. Una vez
que estamos involucrados e interconectados es más fácil poder dominarnos
y sentir que el estado se encarga de todo lo demás para que nosotros vivamos
gastando y consumiendo los productos; cosas que cada vez más nos aleja
de nuestra realidad de ser humanos, de nuestra verdadera interrelación.
Me parece que el problema reside en la dificultad por entender que
estamos tratando con seres humanos, personas semejantes a nosotros
mismos, y desde ésta perspectiva no la podemos ver como medios para
conseguir nuestros propios intereses sin atender a sus necesidades básicas,
debemos entender que también es un ser humano que tiene derecho a gozar
de nuestra compañía, de nuestro tiempo y sobre todo de nuestra alegría
entorno a una amistad sana y saludable. Es necesario que existan valores
que estén por encima del capricho de algunos pocos que manejan todo el
sistema y que sobre ellos existen unos intereses de la persona como tal,
como fin último de las cosas creadas. Desde esta perspectiva hay que dejar
en claro que la problemática del mundo contemporáneo reside en el
individualismo que busca sus propios intereses sin dejar cabida al bien
común.
No somos capaces de darnos cuenta que la ética social no solo conoce las
normas, las leyes para un adecuado ordenamiento de la vida social sino que
debe esforzarse no solo para entrar y entender en la ciencia, ya sea la
sociología, la economía o la política; sino para hacerse entender y buscar en
la realidad de cada uno ese fin que le corresponde, ese bien al que esta
llamado desde sus inicios como ser humano, a eso le llamamos
interculturalidad. Seguimos presentando la problemática, que es no darse
cuenta del problema real. Todos hablan de recursos, necesidades, proyectos,
avances, pero nadie habla de hombre real, cotidiano, que subsiste en el
hombre político, en el hombre social, en el hombre económico. Hemos caído
en un reduccionismo del ser humano: hemos cambiado la mirada del fin al
medio, hemos pasado de la ética al tecnicismo, de buscar el bien en sí mismo
a querer los conocimiento prácticos de aquí y del ahora. Y todo esto se debe
porque de alguna manera, en algún punto de la historia humana dejamos
de pensar con la razón objetiva y pasamos a sentir de un modo inmediato y
nos dejamos llevar por el entusiasmo de tener cosas que nos hacen más
productivos, que creemos que aportan más a nuestra vida habitual que
cualquier otro concepto de necesidad inter-relacional.
Sin embargo, nunca hemos estado más equivocados, por no mirar al ser
humano como semejante a mí, por no donarme con una sonrisa, por no
estar atento a las necesidades de los demás nos hemos olvidado de que el
ser humano no es una cosa más en la naturaleza, ni una pieza
intercambiable en medio del ámbito laboral, somos mucho más que medios
para satisfacer las necesidades primordiales de casa uno, somos más que
todo eso que te puedes imaginar. Somos seres humanos dotados un
privilegio que va más allá de la ciencia ficción.
Entonces cómo puede el estado velar por las necesidades de todos sus
integrantes, por hacer partícipes de la varia pinta de sus miembros sin caer
en un favoritismo que no hace otra cosa que abrir las puertas a la
corrupción, beneficios para algunos y el marginalismo para otros. El estado
debe velar por el bien común, poniendo los medios para acceder a todos los
sectores de la población, ello quiere decir que el estado es el único
responsable de brindar los medios para que en la sociedad se desarrollen
las personas y busquen cada uno su bienestar.
Es indispensable no se debe caer en el concepto de que el estado es el
encargado de velar por cada uno de sus miembros particulares en un
concepto de “oportunidad para todos” puesto que esto lleva consigo que el
estado se preocupe por las necesidades de sus miembros olvidando de que
ellos son los integrantes y los encargados del desarrollo del estado,
ciertamente existen mecanismos políticos y organizaciones para que el
estado desarrolle el bien común y podamos vivir en comunidad.
Dentro de la historia universal hemos visto diversos regímenes, modos de
gobiernos, unos más acertados que otros, algunos dignos de tomar como
ejemplo. Dentro de los medios más eficaces que ha servido durante años ha
sido la doctrina social de la Iglesia que da criterios socialmente universales,
de una ética social. Es decir que da directrices, para un adecuado desarrollo
de la sociedad. No es una imposición sino que son disposiciones generales,
pautas, principios de valores éticos sociales, para que cada estado lo amolde
a su realidad particular y así pueda llegar de un modo caritativo a todos los
ámbitos de la sociedad. Lo que se busca es encontrar los mejores principios
para ejercer el bien común.

La necesidad que el hombre tiene para agruparse, para vivir en comunidad


es intrínseca a su naturaleaza, el hombre es social y eso es intachable, es
porque en esa unión taqmbien existe conflicto de interés, porque como
hemos dicho, se olvidan de la sociabilidad y buscan su propio interés. La
lucha por el poder es también inegable solo que en esa pugna no se llega a
ninguna parte como lo estamos viviendo. Por el contrario en el uso de los
valores donde la libertad no es ni el bien supremo, ni la máxima del ser
humano, muy por el contrario es la menos perceptible. Empero debemos
apuntar a otras realidades para alcanzar nuestro bien común; tales como la
solidaridad, la justicia, la caridad y la libertad, sin las cuales sería imposible
una adecuada convivencia

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