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Con la llegada de los españoles al territorio venezolano, el desarrollo del mismo tomaría un
rumbo diferente con la intromisión de una cultura meramente de carácter religioso que
forzadamente produjo un cambio en los modos de
vida y tradiciones de sus habitantes quienes
opusieron resistencia en una lucha infructuosa.
Todas las obras de ese estilo eran por encargo de las autoridades
de los templos religiosos por lo que no se conocía lo que era
pintar por placer o para un proyecto más personal. Ello motivó a
que se trataran otras temáticas dentro de la pintura para ese fin,
como los paisajes por ejemplo pero eran muy pocos en comparación con la pintura
religiosa. Sin embargo, los sucesos relacionados con la gesta de independencia han
inspirado a proponer un nuevo género: La Pintura de Historia.
Como su nombre lo indica, este nuevo tipo de pintura está destinada a representar los
hechos más resaltantes de la lucha por la independencia, las batallas que se llevaron a cabo
como la de Boyacá y Junín, entre otras; incluye también el retrato de los próceres y otras
personalidades destacadas, como es la obra que se puede ver justo arriba que es un retrato
de José Félix Ribas pintada en 1861 por el pintor venezolano Martin Tovar y Tovar. Al
igual que la pintura religiosa, está también era realizada por encargo de los jefes de estado
por motivos especiales pero ello no impidió que los pintores siguieran una práctica personal
con dibujo y paisaje que de hecho resultó ser un gran estudio que les ayudó a cumplir con
sus encargos.
Los pintores más destacados de la pintura venezolana durante el siglo XIX fueron: Juan
Lovera, quien dio inicio a la pintura de historia al representar las escenas respectivas a la
Declaración y la firma del Acta de la Independencia; Martin Tovar y Tovar, cuyo trabajo y
el de Lovera fueron de guía e inspiración para los siguientes pintores; Arturo Michelena,
Cristóbal Rojas y Tito Salas, entre otros.
De Martin Tovar y Tovar podemos señalar algunas obras importantes: Retrato de Anita
Tovar de Zuloaga(1858), Retrato de Antonio Guzmán Blanco(1875), Batalla de Boyacá
(1895), Batalla de Junín(1895), entre otros. Pero sin duda el lienzo que más me gustaría
destacar, porque me ha dejado sorprendida, es la Batalla de Carabobo (1877) que
representa el momento más importante de nuestra historia cuando Venezuela se hace
completamente libre. Esta obra se encuentra actualmente en el Palacio Federal Legislativo
en Caracas junto con otros lienzos del pintor y de otros artistas, fundado durante el primer
gobierno de Antonio Guzmán Blanco y que hoy día es sede del poder legislativo nacional.
Claramente es posible notar que ha sido adaptada a un soporte circular, en lo alto del Salón
Elíptico, por el horizonte que se deforma en una curva o arco a la inversa. Muestra un gran
trabajo en el paisaje y la figura humana en el dibujo de las tropas (muchas de ella en
movimiento que es más difícil), teniendo todas las referencias posibles que le ayudaran a
acatar esos detalles y recrear perfectamente esa escena como si la viéramos a través de una
ventana hacía el pasado…se denota la tensión y lo cruenta que era esa lucha, las víctimas
mortales que dejó y el empeño de los patriotas en no rendirse hasta lograr el propósito de la
misma
Es una pieza compuesta de varias fases de esta gran batalla: la orden, la avanzada, la muerte
y la huida. A pesar de que una foto no podría captar toda la grandeza de esta obra ni los
colores exactos (el impacto sería mayor si se pudiera ver en persona), pero no por ello deja
de ser menos impresionante por el hecho de ser una pintura de gran tamaño con tantos
elementos y riqueza plástica. Le llevaría al menos cinco años al pintor terminar su obra
(1883-1888) desde su taller en Paris, recibiendo asesoría de Herrera Toro y trabajando la
técnica del Marouflage para hacer cada parte por separado en telas de gran extensión y
luego unirlas todas en su instalación
dentro del espacio elíptico (abarca todo el
espacio). Dicha adaptación de una pintura
a un espacio arquitectónico me recordó
mucho a los frescos religiosos de Miguel
Ángel en la Capilla Sixtina en 1508, que
era un espacio mucho más grande que
demanda mucho trabajo y resultando
bastante intimidante…es clara la
influencia del arte europeo en la pintura venezolana
CONCLUSIONES
Gracias a ello es que las generaciones más actuales como nosotros podemos tener una
visión de cómo eran los héroes de la independencia y de las batallas que tuvieron que librar
para lograrlo, todas esas escenas las podemos encontrar en los libros referentes a la historia
de Venezuela que usábamos en nuestros estudios durante la escuela y también en todo libro
que trate de las artes en Venezuela. Por eso es fácil reconocerlas y saber quien las ha
representado, el pintor Martin Tovar y Tovar en este caso con su destacado lienzo de la
Batalla de Carabobo. Ofrece todo un estudio de los elementos básicos del dibujo y la obra
plástica en general como la figura humana, el paisaje, la perspectiva y profundidad, las
calidades tonales de los colores, su instalación en un espacio arquitectónico, entre otras,
detalles que es muy necesario cuidar en caso de querer hacer una obra de tales
dimensiones…no precisamente como esta, también puede ser un mural o vinculada a otro
tipo de espacio ya que en eso existen muchas posibilidades. No me veo a mi misma
trabajando en piezas tan grandes porque intimida mucho la cantidad de trabajo que lleva y
también hay que tener cierta paciencia en su realización.