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Hay dos tipos de dolor: Agudo y crónico. En general, el dolor agudo aparece de
repente, debido a una enfermedad, lesión o inflamación. A menudo puede ser
diagnosticado y tratado. Generalmente desaparece, aunque a veces puede
convertirse en dolor crónico. El dolor crónico dura mucho tiempo y puede causar
problemas graves.
La intensidad del dolor varía: puede ser leve, una molestia localizada o un dolor muy
intenso. Puede resultar agudo y breve o manifestarse como un trastorno crónico a
largo plazo. El dolor agudo actúa como un factor de protección en los seres
humanos, ya que ayuda a evitar lesiones corporales o situaciones de riesgo
potencial y protege la zona afectada mientras esta se recupera.
El dolor nos avisa para que nos protejamos de un daño mayor. Sin embargo,
también puede dificultar la ejecución de tareas cotidianas y ralentizar la
recuperación del movimiento. Tal vez lo más significativo sea que el dolor es capaz
de alterar el estilo de vida e interferir en la actividad laboral, las relaciones y la
independencia. El dolor es siempre subjetivo y cada persona lo experimenta de una
manera distinta.
Por regla general, el dolor agudo se manifiesta de repente e indica que el organismo
ha sufrido una lesión. Una vez que la lesión se cura, el dolor debería desaparecer.
El dolor crónico es más duradero que el agudo, y en ocasiones no responde a los
tratamientos. Habitualmente se asocia a enfermedades crónicas. Al contrario de lo
que sucede con el dolor agudo, el dolor crónico suele estar relacionado con
disfunciones o enfermedades persistentes. La variedad de tratamientos para el
dolor es muy amplia debido a todos los factores que intervienen en cada caso.
Antes de recurrir a un medicamento sin receta para aliviar el dolor, como geles por
vía tópica o comprimidos, es recomendable entender por qué se produce el dolor y
cuál es la mejor manera de manejarlo. En caso de duda, consulta a tu médico o
farmacéutico. Debemos tener en cuenta que sólo un médico puede hacer un
diagnóstico sobre tu dolor, y que no todos los dolores pueden tratarse con
medicamentos sin receta.