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Hechos:
Las partes N.D.B y R.F.F demandaron a la cónyuge de su difunto hijo, debido a que
la consideraban excluida de vocación hereditaria, ya que:
En dicha convivencia con sus padres fue atendido, además de sus familiares, por
una enfermera, en una situación donde el paciente se encontraba muy débil y estaba
postrado.
En todo ese tiempo que transcurrió en la casa de sus padres, nunca fue visitado por
su mujer y así fue como estuvieron separados de hecho (¿) hasta el fallecimiento de su
marido, más que ella acreditase que no existiese una voluntad de estar separados.(¿???)
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Análisis:
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Como explicaba anteriormente, dicho artículo establece: “que cesa también la
vocación hereditaria de los cónyuges entre sí en caso que viviesen de hecho separados sin
voluntad de unirse o estando provisionalmente separados por el juez competente. Si la
separación fuese imputable a la culpa de uno de los cónyuges, el inocente conservará la
vocación hereditaria siempre que no incurriese en las causales de exclusión previstas en el
art. 3574”
Y aquí se abre el primer debate doctrinario que posee un devenir histórico extenso,
aunque a su vez necesario para analizar en profundidad dicho artículo y poder visualizar su
contexto.
Contexto histórico:
Hay que distinguir que desde la sanción del código hasta la ley 17.711, se
produjeron tres interpretaciones. Una de ellas decía “que para excluir al cónyuge supérstite
basta la acreditación del hecho objetivo de la separación, la ley sanciona la violación del
deber de cohabitar de los cónyuges, prescindiendo de su culpa o inocencia”. Otra que,
luego veremos, fue la que evolucionó y es la teoría que más comparto, para muchos
calificada como subjetiva diciendo que: “debe acreditarse la culpa del cónyuge
prefallecido”. Y por último, otra teoría que entendía que “lo que la ley sanciona no es la
culpa en la separación, sino la falta de voluntad de unirse”.
Luego de la sanción de la ley 17. 711 hasta la ley 23. 515, se reafirma la
denominada teoría subjetiva, poniendo como principal la figura de la culpa, ya que la
consideran definitoria para ocasionar una separación de hecho, por ser violados los deberes
matrimoniales.
En este fallo también se plantea, por parte de la mujer, que ella poseía un deseo de
regresar. Pero siguiendo la línea de pensamiento de Medina, los efectos que puede generar
la culpa de la separación no atañen los efectos y queda excluido de la sucesión.
Para Maffia hay otras causales que generaran la cesación de la vocación hereditaria:
cuando por ejemplo el cónyuge considerado inocente incurre en adulterio o en
acontecimientos de gravedad moral.
Borda aclara que: “Si ambos cónyuges han estado de acuerdo en la separación,
ambos pierden la vocación hereditaria”
Luego de esta visión general aparece la figura de la ley 23.515 y aquí quizás se
completa el pensamiento y la normativa con la cual se abordó la resolución del fallo.
De esta ley aparece el nuevo artículo 204 del Código Civil, diciendo que “se podrá
decretarse la separación personal, a petición de cualquiera de los cónyuges, cuando éstos
hubieren interrumpido su cohabitación sin voluntad de unirse por un término mayor de dos
años. Si alguno de ellos alega y prueba no haber dado lugar a la separación, la sentencia
dejará a salvo los derechos acordados al cónyuge inocente”. Y en el 203, “el cónyuge
enfermo conservará su vocación hereditaria. ahora de combinarse con el art 3574 los
cónyuges separados personalmente por la causal de separación de hecho
pierden recíprocamente la vocación sucesoria, a menos que uno de ellos haya probados u
inocencia. (comillas?)
Es decir, ¿pueden los art. 204 y 3574 tener incidencia en la exclusión hereditaria?
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Para Belluscio, los nuevos artículos 204 y 3574 no tienen influencia sobre el
artículo 3575, por regular situaciones distintas; en cambio Zannoni entiende que
corresponde concordar los artículos 204 y 3574, textos según ley 23.515, y el artículo 3575,
en razón de que todos aluden a una misma sanción: la exclusión hereditaria conyugal
provocada por situaciones análogas: la separación personal decretada judicialmente,
fundada en la separación de hecho de los cónyuges (arts. 204 y 3574), y la sola separación
de hecho sin voluntad de unirse (art. 3575).
Es importante entender que si hay una causal objetiva de separación de hecho sin
voluntad de unirse, al peticionante de la exclusión hereditaria le basta probar “el elemento
objetivo”, separación de hecho sin una razón jurídica que la justifique. El cónyuge
supérstite que pretende conservar el derecho hereditario tiene la carga de probar que es
inocente, pues la separación de hecho hace cesar el fundamento de la vocación sucesoria
conyugal.
Se entiende luego de todo este debate doctrinal que ha sido utilizado el último
pensamiento el utilizado (¿??) , ya que este criterio fue necesario para vencer la doctrina del
fallo “Mauri”, que generaba incertidumbres con respecto a la utilización de la carga de la
prueba, ya que en ese caso se estableció que la carga de la prueba de la culpa en la
separación de hecho incumbía a quienes negaren la vocación sucesoria del viudo, es decir
que el cónyuge supérstite tendría derecho a la vocación hereditaria hasta tanto se acredite su
culpabilidad. (Coenxión con párrafo siguiente)
Pensamiento que es derrotado por la última doctrina de Zannoni, entendiendo que la
carga de la prueba no es exigible a los derechohabientes del cónyuge fallecido que
pretendan la exclusión del causante. Quien procura la exclusión debe demostrar la
separación de hecho sin voluntad de unirse. El cónyuge sobreviniente (o sobreviviente??)
que quiera participar de la herencia, deberá contrarrestar probando su inocencia con
respecto a la separación.
Conclusión:
En mi opinión estoy de acuerdo (redundante) con la resolución del caso, ya que creo
que es importante que el cónyuge supérstite que se encontraba separado sea quien deba
(presente o condicional?) probar que había una voluntad de regresar y que esa separación
sólo fue debido a una fuerza mayor. En este caso que me correspondió analizar, se entiende
cómo la mujer no pudo probar sus dichos y por eso creo que se ha llegado a un fin justo al
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excluirla de su vocación hereditaria, ya que hubo una separación de hecho, es decir, una
interrupción de la convivencia matrimonial con una clara falta de voluntad de unirse
fehacientemente acreditada por las distintas pruebas, y por lo último, la culpa de la
separación, ya que fue la mujer quien abandonó incumpliendo sus deberes matrimoniales,
de naturaleza irrenunciable. (¿??)
Lo puse en times new roman 12, porque es mas grandecita y ocupa mas lugar. Para hacerlo
aun mas grande, podes cambiar un poco el interlineado…
Los títulos generales los puse en negrita y subrayado. Los secundarios, sólo subrayados.
BUOOOOOOHHHHHHH