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Comentario sobre Pirandello: Seis Personajes en busca de un autor.

Pirandello, escritor italiano, no siente atracción por la representación de personajes y paisajes,

por el simple hecho de narrarlos y describirlos, como lo hacen aquellos que denomina escritores

de naturaleza fundamentalmente histórica; en cambio se considera como un escritor de

naturaleza fundamentalmente filosófica, es decir, sus figuras, paisajes o hechos deben tener un

particular sentido de la vida mediante el cual adquieren valor universal. Esta concepción del

proceso de creación trae ciertos problemas como la igualación con el simbolismo o la alegoría.

El autor define a lo alegórico como un concepto que intenta ser imagen, al cual descarta de su

proceso de creación, debido a que él busca en la imagen, viva y libre, un sentido que le de valor.

Dos personajes que se podrían resaltar serían el padre y la hijastra, deseos de cobrar vida y

totalmente conscientes de su situación, puesto que son dos actores que a fin de cuentas tienen el

drama como principal motor de sus vidas. En otras palabras estos personajes tienen ese sentido

que les da valor, en su conciencia y pleno conocimiento de su situación y en su deseo de salir de

la invisibilidad en el escenario.

Partiendo de estas consideraciones se evidencia que, para Pirandello es muy importante que los

personajes, historias y paisajes que plasma tengan un sentido universal, es decir que tengan su

esencia dentro del relato.

Este es un modo apropiado de ver la creación, a mi parecer, ya que cuando el escritor decide

expulsar los personajes de su mente estos deben tener vida por sí mismos; y deben estar dotados

de un sentido que los hace quienes son el cual incluye sus experiencias, su inmovilidad, sus

dramas, sus deseos entre otros.


Sin importar si la construcción de los personajes es premeditada o si surge en el transcurso de la

escritura, un buen escritor debe encontrar la forma de dotar a sus personajes con un valor

esencial que sea propio. Todo personaje debería tener una caracterización propia, que sea tan

suya, que al momento de definirlo su valor sea universal, es decir, cada personaje es quien es en

un “yo” contenido; sin importar sus contradicciones puesto que son propias también.

Personalmente considero que los escritores fundamentalmente históricos pueden entenderse

como artistas cuya construcción de personajes, paisajes y hechos es superfluo, porque no buscan

encontrar un valor universal sino narrar una historia que tenga congruencia. Mientras que los

escritores filosóficos, tienen una manera de construir con una base fuerte, un desarrollo acorde y

un final excelente; porque exponen estos elementos con un objetivo agregado, el del valor

universal, que los hace una unidad que es capaz de moverse o cambiar, conservando cierta

esencia y valor de sí mismos.

Bibliografía.

Pirandello, Luigi. “Prefacio” Seis personajes en busca de un autor. Cada cual a su manera. Esta

noche improvisada. España: Ediciones Cátedra, 2004. 83-99. Impreso.

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