Desde hace dos décadas, con el surgimiento de la globalización, el

capitalismo en su máximo desarrollo y la mundialización de la cultura, se ha

erigido un nuevo modelo de vida (y de la cultura) novedoso, dinámico y en
constante cambio y movimiento, con los medios masivos de comunicación y
las nuevas tecnologías emergentes como principales aristas cuyas máximas
están vinculadas al marketing, el consumo en exceso y el poder de la imagen
no solo visual sino como idea, idea del mundo y de como somos, el "poder de
verlo todo". Semejante desenfreno mundial ha logrado, por supuesto, entrar
en los umbrales de las instituciones (acaso los espacios donde mejor se
divisan las características antes mencionadas), algunas se han beneficiado
claramente (las empresas) pero en otras los fines de este nuevo estilo de vida
y de cultura ( o percepción de) son demasiado dudosos, desde ahora
veremos cómo han impactado estos cambios en la escuela y en sus
integrantes.

Desde su surgimiento en el país, principios del siglo XIX, la escuela ha

tenido como tarea la responsabilidad de aplicar los criterios y la
jerarquización de la cultura letrada, esta tarea era mucho más fácil ( o menos
discutida) en aquellos tiempos donde había un escenario en cual los limites,
las interacciones sociales y la jerarquización de la autoridad estaban bien
definidos.

Sin embargo, más allá de la aparición de este nuevo mundo ,de apenas
unos veinte años de edad, y su nueva cultura (cultura exhibicionista por
medio de las pantallas que alienta el consumo y pone en duda el significado
de privacidad, y las nuevas tecnologías como herramientas de
posicionamiento social) los niños y adolecentes que se han criado en este
ambiente siguen sometidos a los viejos principios de la escuela que, más o
menos, sigue fiel a sus convicciones , la idea del pizarrón, la tiza y los pupitres
en fila de a 2. En resumen, parece ser que de alguna manera el mundo ha
cambiado pero la escuela sigue firme en sus viejas posturas ( o por lo menos
alguna de ellas), llegando así lamentablemente a un punto de conflicto donde
la vieja escuela ( y los viejos maestros) no saben cómo abordar su trabajo
ante este mundo joven donde los principios y limites no están claros.

El primer desfasaje que podemos encontrar es en la dinámica actual de la

cultura de este mundo contemporáneo y, peor aún, la independencia que ha
perdido la cultura a manos del mercado ( que a su vez es el culpable de esta
dinámica). La expansión de las Tics y de los medios de comunicación
transformados en empresas monopólicas han logrado desembarcar en los
hogares privados (con la TV y el Internet como armas preferidas) y colonizar
el tiempo libre creando así nuevas diferencias entre los miembros de la casa
y distintas prácticas culturales. Dichas expansiones han sido causales también
de transformaciones en el lenguaje, los modos de expresarse y la
comunicación entre los jóvenes, perjudicando así a la palabra oral y escrita.
Es en este punto donde la escuela, que construye sus pilares básicos con los
principios de lectura y escritura, pierde contra el mercado y sufre el primer
"choque" con las nuevas generaciones, y ante tanta ajenidad no es de
extrañar que muchos chicos cataloguen a la escuela como "aburrida" y la
abandonen.
 Otra causa a destacar y tal vez la más sorprendente, es el
"descentramiento cultural" que afecta a la escuela, otra vez con las nuevas
tecnologías digitales como principales actores. Es que las nuevas
innovaciones además de haberse impuesto a la cultura de la palabra y la
escritura tienen otra característica dentro los jóvenes, estos ahora ocupan el
polo activo del intercambio cultural, son ahora los jóvenes quienes enseñan a
los adultos y ellos se reconocen incompetentes ante la autoridad del joven en
cuanto a las nuevas tecnologías y sus usos. Esta particularidad se da también
en las escuelas y denota un hecho muy resaltante , por primera vez el alumno
sabe y entiende más que el maestro. La palabra escrita con el libro como
soporte es sustituido por las nuevas tecnologías. Aquí está el
"desplazamiento cultural": el reemplazo de la cultura letrada por el de la
imagen. Las innovaciones son tan poderosas que han marcado un corte
generacional, como si dos generaciones hablaran en idiomas distintos, así el
docente se ve obstaculizado de su tarea por su "intraducibilidad". Sin
embargo, esto no quiere decir que las nuevas tecnologías no puedan ser
herramientas al servicio de la educación, de hecho la implementación de
tecnologías digitales es cada vez más frecuente en las escuelas y este es un
punto en que hasta el Estado participa ( entrega de notebooks a todos los
alumnos de escuelas públicas en todo el país), la combinación de medios y
efectos sonoros y visuales pueden crear nuevas formas de enseñanza jamás
pensadas 30 años atrás y así las tecnologías puede ser útiles vehículos para
acercar a los jóvenes a una nueva interacción con la cultura, por ejemplo,
mediante juegos o videos/documentales para aprender Historia y teniendo
así una visión más "directa" del pasado, tecnologías digitales capaces de
resolver complejas operaciones matemáticas o incluso simuladores de 3D
para aprender Geografía mucho más detallistas que los mapas impresos en
dos dimensiones. Párrafo aparte para la inmensa biblioteca de cultura visual
que es hoy Internet que muestra millones y millones de textos e imágenes
dentro de la Red casi todo puesto y archivado por simples usuarios. Esto
muestra las enormes posibilidades de digitalizar toda la historia de una
cultura y ponerla en un ciber-espacio masiva y gratuitamente al alcance de
todos.

Esto no quiere decir que la escuela haya cambiado completamente. La

transmisión de la enseñanza se sigue haciendo mediante escritos , el modelo
educativo no ha dejado de ser disciplinario y la figura del maestro sigue
siendo la autoridad dentro del aula.

Otro punto a destacar es la reconfiguración que se da entre la esfera

privada y pública en la vida de personas, lo que respecta a sus intimidades y
su andar público. El surgimiento de tribus urbanas vinculadas a las nuevas
tecnologías (bloggers, floggers, etc.) y la fama o reconocimiento que logran
algunas personalidades de nuestro época ( por medio de redes sociales o TV)
sin más merito que mostrar su privacidad y hacerla un espectáculo, el mundo
interior de cada uno que debe abrirse a la mirada de los otros para poder
existir. Esta exhibición desmedida se da también en los medios de
comunicación que muestra desde los acontecimientos más terribles hasta las
escenas de la intimidad de las "figuras públicas", esta vigilancia es constante
y lo hace solo para conseguir la noticia "que vende" o la primicia, así la
revolución tecnológica promueve nuevos medios para satisfacer esta curiosa
pasión que define a nuestra era de poder y querer verlo todo. Hay una
construcción publica de una nueva intimidad que se ofrece como consumo
cultural. Diferente a épocas pasadas cuando la intimidad era un aspecto de la
individualidad y las personas se resguardaban de su vida pública dentro del
ámbito privado domestico ajeno a la mirada de los otros donde el sujeto
podía ser el mismo. La tendencia y el deseo a publicar la intimidad marca un
desdibujamiento entre lo que es público o privado.

Como siempre este fenómeno se encuentra en la escuela, históricamente

la escuela siempre ha tenido tendencia a homogeneizar las personalidades
de los alumnos, con el uso de uniformes y el pelo corto en los varones, el
pelo recogido y la pollera a cierta altura en las chicas. Pero hoy en día los
alumnos desean dejar bien en claro sus identidades dentro de la escuela, los
gustos musicales, las preferencias estéticas, de vestimenta y sexuales son los
elementos por los cuales los jóvenes se muestran. Sin embargo, esto no
escapa al conflicto y la escuela se vuelve el escenario de conflictos entre
alumnos por, como por ejemplo, la circulación de fotos o videos entre ellos o
el uso exacerbado de celulares en el aula.

Por último cabria destacar esta percepción que tienen los jóvenes del
presente como una época atemporal que no proviene de un pasado ni
continua en un futuro, desligándose de ellas. El presente es experimentado
desde el hoy y no existe una carga temporal de estar en el medio de un
pasado y un futuro. Y en esta visión del presente se halla la escuela, el
aprendizaje hoy esta visto como un proceso para llegar a un progreso y la
escuela se adecuó a esta mirada por eso los sueños del futuro que hay
dentro de ella están ligados al esfuerzo que se debe hacer en el hoy, la
escuela ofrece un futuro más esperanzador a aquel que más se sacrifique en
el presente. Pero la escuela se encuentra en crisis para lograr este acuerdo
con el alumno, ya que la inserción laboral es mucho mas difícil y compleja y el
hecho de tener un titulo hoy no garantiza nada. Es por eso que los jóvenes no
rehúsan a la idea de vivir el hoy en pos de un futuro mejor, la idea de
progreso y de autosuperación todavía existe pero ya no está ligada a esa vieja
estipulación de ir pasando por instancias, subiendo escalones y tener una
carrera más o menos previsible.