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EL SIGNIFICADO DE CUBRIRSE LA CABEZA

Lectura bíblica: 1 Co. 11:2-16


En este capítulo abordaremos un tema importante: el significado de cubrirse la cabeza.
En 1 Corintios 11:2-16, a los creyentes no se les llama hermanos y hermanas, sino varones
y mujeres. Estos versículos no se refieren a lo que somos en Cristo, sino al orden que
Dios estableció en Su creación.
Este pasaje no hace eco al pensamiento expresado en Juan 10:30, que dice: “Yo y el
Padre uno somos”; más bien, dice que Dios es la Cabeza de Cristo. Esto no da énfasis a la
relación que existe entre el Padre y el Hijo, sino a la relación entre Dios y Cristo, o sea,
entre Dios y Su Ungido. No se refiere a la relación que existe entre Dios el Padre y Dios el
Hijo en la Trinidad de la Deidad, sino a la relación entre Dios y Aquel a quien Él envió a la
tierra y ungió para que fuera el Cristo. El asunto de cubrirse la cabeza tiene que ver con
Dios y Su Ungido.
El tema de cubrirse la cabeza tampoco atañe a la relación que existe entre Cristo y Su
iglesia. El hecho de que Cristo sea la Cabeza y que la iglesia sea Su Cuerpo, no está
relacionado con el tema de cubrirse la cabeza; dicho tema es algo completamente
distinto. En 1 Corintios 11:3 dice que “Cristo es la cabeza de todo varón”. Cristo es la
Cabeza de todos los hombres individualmente. Aunque hay muchos hombres, Cristo es
la Cabeza de todos ellos; en este aspecto, el hecho de que Él sea la Cabeza no se refiere a
Su autoridad en la iglesia. Este pasaje alude a la autoridad que Cristo tiene sobre todo
varón; por lo tanto, el tema de cubrirse la cabeza no tiene nada que ver con la relación
que existe entre Cristo y la iglesia, sino con la relación entre Cristo y todo varón. Así que,
este pasaje no atañe a la relación que existe entre los hijos de Dios ni a la relación entre
hermanos y hermanas; por ejemplo, el versículo 3 dice que “el varón es la cabeza de la
mujer”. Si hemos de entender lo que significa cubrirse la cabeza, es necesario que
tengamos este fundamento.
I. DOS SISTEMAS ESTABLECIDOS POR DIOS EN EL UNIVERSO
Quisiera considerar este tema desde una perspectiva más amplia. Esto nos ayudará a
entender 1 Corintios 11. Sólo aquellos que conocen a Dios y que están
familiarizados con la Biblia entenderán este capítulo. A muchas personas les es difícil leer
este capítulo. Lo primero que debemos saber es que Dios tiene dos sistemas

UNA SEÑAL DE SUMISION A LA AUTORIDAD POR CAUSA DE LOS ANGELES


En 1 Corintios 11:6 dice: “Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello;
y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra”. En otras
palabras, Dios les dice a las hermanas que deben ser íntegras en todo lo que hagan.
Ninguna mujer puede tener su cabeza descubierta y a la vez dejarse el cabello largo. Si
una mujer no se cubre la cabeza, debería cortarse el cabello o raparse. Si usted siente
que es vergonzoso cortarse el cabello o rapárselo, debería cubrirse la cabeza. Esto es lo
que Pablo quería decir. La mujer debe cortarse el cabello o raparse si no quiere cubrirse
la cabeza. Si una mujer piensa que es vergonzoso cortarse el cabello o raparse, que se
cubra. Ella debe ser resoluta de un modo u otro, y no hacer nada a medias.
El versículo 7 dice: “Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y
gloria de Dios”. El varón representa la imagen y gloria de Dios; por lo tanto, él no debe
cubrirse la cabeza. “Pero la mujer es gloria del varón”. Esta es la razón por la que la
mujer debe cubrirse la cabeza. Si la mujer no se cubre, no puede expresar el hecho de
que el varón es la cabeza.
Lo que dicen los versículos 8 y 9 es muy claro. Ambos versículos hablan del gobierno de
Dios. Por eso digo que una persona nunca entenderá 1 Corintios 11 si no comprende lo
que es el gobierno de Dios. El versículo 8 dice: “Porque el varón no procede de la mujer,
sino la mujer del varón”. Esto es lo que Dios estableció. En la creación, el hombre no
procedió de la mujer, sino que la mujer fue hecha de la costilla tomada del hombre. La
cabeza era Adán, no Eva. El versículo 9 dice: “Y tampoco el varón fue creado por causa
de la mujer, sino la mujer por causa del varón”. La mujer debe ser sumisa aun por causa
de la creación.
El versículo 10 declara: “Por lo cual la mujer debe tener señal de sumisión a la autoridad
sobre su cabeza, por causa de los ángeles”. La Biblia no dice lo que la mujer debe usar
para cubrirse la cabeza; sólo dice que su cabeza, la parte donde está su cabello, debe
estar cubierta. Ella debe hacer esto por causa de los ángeles.
Siempre he considerado que esta enseñanza es maravillosa. Es por causa de los ángeles
que la cabeza de las hermanas debe llevar una señal de sumisión. Todos conocemos la
historia de la caída de los ángeles. Satanás se rebeló, pero ¿cómo sucedió esto? Satanás
se exaltó a sí mismo con la intención de ser igual a Dios. En Isaías 14 dice que él se
ensoberbeció y quiso ascender a la altura de Dios. En otras palabras, Satanás descubrió
su cabeza ante Dios; no se sujetó a la autoridad de Dios. En Isaías 14 Satanás expresó su
propia voluntad repetidas veces, diciendo: “Subiré al cielo ... levantaré mi trono ... en el
monte del testimonio me sentaré ... sobre las alturas de las nubes subiré ... seré
semejante al Altísimo” (vs. 13-14). Esta fue la ambición de Satanás. Aquí vemos la caída
del arcángel. Apocalipsis 12 nos muestra que Satanás arrastró consigo a la tercera parte
de los ángeles cuando fue echado abajo (v. 4). ¡La caída de los ángeles se produjo
porque trataron de asumir autoridad sin antes someterse a la autoridad de Dios!
Hoy la mujer debe llevar señal de sumisión. ¡Esto es por causa de los ángeles! Sólo en la
iglesia encontramos, sobre la cabeza de las hermanas, señal de sumisión. Esta señal, en
efecto, declara: “Nuestra cabeza está cubierta, y no tenemos cabeza propia. No
queremos ser la cabeza; nuestra cabeza no está descubierta. Aceptamos al varón como
cabeza. Hacemos esto para testificar a los ángeles rebeldes que nosotros aceptamos a
Cristo como nuestra Cabeza y aceptamos a Dios como la Cabeza”. Esto es lo que significa
la expresión por causa de los ángeles.
Cuando hay señal de sumisión sobre nuestra cabeza, es decir, cuando cubrimos nuestra
cabeza, damos el mejor testimonio a los ángeles caídos. Esto explica por qué Satanás se
opone a que nos cubramos la cabeza. Al cubrirnos la cabeza avergonzamos a Satanás, ya
que hacemos lo que él no hizo delante de Dios. Lo que Dios no obtuvo de los ángeles, Él
lo ha obtenido en la iglesia. Algunos de los ángeles no se sujetaron a la autoridad de Dios
y de Cristo. Esto trajo caos al universo. Satanás y los ángeles caídos constituyen un
problema aún más grande que la caída del hombre. Lo que Dios no pudo obtener de los
ángeles caídos, Él lo obtiene en la iglesia.
Cuando muchas hermanas en la iglesia permanecen firmes en su posición de mujer y se
cubren la cabeza, se exhibe ante los ángeles, que están en los aires, un testimonio
implícito y sin palabras. Esto les proclama a los ángeles que Dios ha obtenido en la iglesia
lo que El desea. Así que, la mujer debe llevar señal de sumisión sobre su cabeza por
causa de los ángeles.
VIII. NO IRSE AL EXTREMO
Sin embargo, es posible que algunos se vayan al extremo. Tal vez piensen que, ya que el
varón es la cabeza, la mujer debe sujetarse al hombre en todo. Esto pone a la mujer en
una posición de sumisión ciega respecto a todo. Esta clase de sumisión no es
provechosa. El problema es que algunos, o no hacen nada en absoluto o se van al
extremo cuando hacen algo. Pablo dice que este asunto no es tan sencillo. El continuó
en 1 Corintios 11:11 con la palabra, pero. El hecho de cubrirse la cabeza constituye un
testimonio externo. Tenemos que hacerlo para testificar de forma externa. Pero ¿cuál es
la realidad y el significado intrínseco de dicho testimonio? El versículo 11 dice: “Pero en el
Señor, ni la mujer es sin el varón, ni el varón sin la mujer”. Algunos podrían preguntar:
“¿Qué quiso decir Pablo cuando dijo que ni la mujer es sin el varón, ni el varón es sin la
mujer?”. Pablo explicó esto en el versículo 12, diciendo: “Porque, así como la mujer
procede del varón, también el varón mediante la mujer”.
En el huerto de Edén, la mujer procedió del varón. Pero hoy, después de la época del
huerto de Edén, la mujer es el medio por el cual nace el varón. Todo varón nace de una
mujer. En realidad, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón. Ni el varón ni la
mujer puede decir que él o ella es algo especial. “Pero todo procede de Dios” (v. 12). El
velo sobre la cabeza es simplemente una señal de sumisión a la autoridad. Al final, todas
las cosas proceden de Dios. De hecho, el hombre nace de la mujer y la mujer provino del
hombre. Nadie puede enorgullecerse de sí mismo, y nadie tampoco puede
menospreciarse a sí mismo.
El versículo 13 dice: “Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin
cubrirse la cabeza?”. Aquí Pablo parece preguntarle a las hermanas específicamente:
“Después de escuchar estas palabras y comprender que en el gobierno divino Dios es la
Cabeza de Cristo, que Cristo es la Cabeza de todo varón, que el varón es la cabeza de la
mujer y que Dios designó a la mujer como representante de Cristo delante de Dios, ¿aún
piensan que es apropiado que la mujer ore a Dios con la cabeza descubierta?”.
El versículo 14 añade: “La naturaleza misma ¿no os enseña que si el varón tiene el cabello
largo le es una deshonra...?”. Aquí Pablo apeló al sentir de la iglesia al juzgar este asunto.
Pongamos
especial atención a las palabras: “La naturaleza misma ¿no os enseña?”. El versículo 15
dice: “¿...pero que, si la mujer tiene el cabello largo, le es una gloria? Porque en lugar de
velo le es dado el cabello”. En todo el mundo, las mujeres valoran mucho su cabello y se
sienten orgullosas de él. El cabello expresa la gloria de una mujer; a la mujer siempre le
gusta cuidarse el cabello. Nunca he visto que una mujer tire todo su cabello al cesto de
basura. El cabello es una gloria para la mujer; le es muy preciado. En otras palabras, Dios
le dio el cabello largo a la mujer para cubrirla.
Quisiera hacerles notar dos cosas: puesto que Dios dio a la mujer el cabello largo para
cubrirla, Pablo indicó que la mujer debe usar un velo adicional, para que ella esté
cubierta como Dios desea. Ya que el cabello largo de la mujer es un velo que Dios le dio,
ella debe cubrirse también con un velo hecho por el hombre. Debemos leer los versículos
6 y 15 juntos. El versículo 6 dice: “Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el
cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra”. Y el
versículo 15 dice: “¿...pero que, si la mujer tiene el cabello largo, le es una gloria? Porque
en lugar de velo le es dado el cabello”. El pensamiento es muy claro una vez que unimos
estos dos versículos. Dios cubrió la cabeza de la mujer dándole el cabello largo. Siendo
éste el caso, aquellas mujeres que aceptan la autoridad de Dios deben usar algo para
cubrirse el cabello. Si una mujer rehúsa cubrirse el cabello, ella debe cortarse el cabello
que Dios le dio. En otras palabras, si usted acepta lo que Dios ha provisto, también debe
añadir su propio velo; pero si usted no lo acepta, entonces debe renunciar a lo que Dios
ya le dio. La Biblia no prohíbe que la mujer se deje el cabello largo; sólo dice que el
cabello largo no es suficiente y que la mujer debe añadir un velo sobre su cabeza.
Actualmente ninguno de estos dos mandamientos bíblicos está siendo guardado. Si una
hermana no se cubre la cabeza, sino que en lugar de ello se rapa, podríamos decir que
ella sigue obedeciendo las Escrituras. El problema es que muchas mujeres rehúsan
hacerlo: ni se rapan ni se cubren la cabeza. El versículo 6 dice que, si una mujer no se
cubre, debe raparse, y que, si no se rapa, debe cubrirse la cabeza. El versículo 15 dice
que, puesto que Dios ya nos cubrió, nosotros también debemos cubrirnos.
¿Qué deberían hacer las personas obedientes? Este versículo dice que, puesto que Dios
ya nos cubrió, también nosotros debemos cubrirnos. Los que conocen a Dios siempre
agregarán su parte a lo que Dios ya hizo. Siempre seguirán la manera en que Dios actúa,
sin contradecirla.
IX. NO SER CONTENCIOSOS
El versículo 16 dice: “Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no
tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios”. Pienso que las palabras de Pablo son
bastante fuertes. Pablo conocía muy bien a los corintios. ¡A los corintios se les encuentra
no sólo en Corinto, sino también en muchos otros lugares! ¡Incluso se encuentran en la
iglesia donde está usted!
Pablo dijo: “Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso”. ¿Sobre qué asunto hay
contienda? Los versículos del 1 al 15 hablan acerca de cubrirse la cabeza. Así que, en el
contexto, la contienda tiene que ver con el asunto de cubrirse la cabeza. Pero Pablo dijo
que es erróneo que alguien sea contencioso. Nadie debe protestar por el asunto de
cubrirse la cabeza.
¡Muchos quieren argumentar que la mujer no tiene que cubrirse la cabeza! Esto equivale
a decir que la autoridad de Dios sobre Cristo es un asunto exclusivo de los corintios, y no
un asunto universal; esto equivale a decir que la autoridad de Cristo sobre el hombre es
un asunto exclusivo de los corintios, y no un asunto universal; y esto equivale a decir que
la autoridad del hombre sobre la mujer es un asunto exclusivo de los corintios, y no un
asunto universal. Pero
¡damos gracias a Dios! Ser cristiano es un asunto universal, y no un asunto exclusivo de
los corintios. Del mismo modo, el hecho de que Dios sea la Cabeza de Cristo y que Cristo
sea la cabeza de todo varón son asuntos universales, no asuntos exclusivos de los
corintios. Así también, el hecho de que el hombre sea la cabeza de la mujer es un asunto
universal, y no una cuestión que pertenece exclusivamente a los corintios.
¿Qué les dijo Pablo a aquellos que pensaban que las hermanas no debían cubrirse la
cabeza y que se oponían a sus palabras, a esta decisión y a la comisión que él había
recibido de parte del Señor? Él dijo: “Nosotros no tenemos tal costumbre”. La palabra
nosotros se refiere a Pablo y a los apóstoles. No había tal costumbre entre los apóstoles.
No había hermanas que no se cubrieran la cabeza entre los apóstoles. “Si alguno quiere
ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre” No hay modo de argumentar. Si
alguno desea argumentar, “tampoco las iglesias de Dios” tienen tal costumbre. Esto
quiere decir que nadie puede argumentar sobre esto.
Aquí Pablo nos mostró la costumbre de las iglesias de Dios en aquella época. Según la
costumbre de esos tiempos, todos los judíos se cubrían la cabeza cuando entraban en la
sinagoga. Los hombres y las mujeres judíos se cubrían la cabeza con un velo antes de
entrar en la sinagoga. Sin ese velo, no podían entrar en la sinagoga. La costumbre de los
griegos (Corinto era parte de Grecia) consistía en que, al entrar en el templo, tanto los
hombres como las mujeres tenían descubierta la cabeza. En los tiempos de Pablo,
ninguna raza ni país tenía la costumbre de que los hombres se descubrieran la cabeza y
que las mujeres se la cubrieran. Todos los judíos de aquella época se cubrían la cabeza,
mientras que todos los gentiles se la descubrían. Sin embargo, con respecto a los hijos
de Dios, los varones deben descubrirse la cabeza mientras que las mujeres deben
cubrírsela.
Por tanto, el que el varón no se cubriera la cabeza y que la mujer se la cubriera, era un
mandamiento dado exclusivamente por los apóstoles de Dios y era una costumbre
guardada únicamente por las iglesias de Dios. Esta costumbre era diferente de las
costumbres de los judíos y de los gentiles. Dicha costumbre se encontraba únicamente
en la iglesia. Puesto que esta costumbre fue instituida por los apóstoles, era algo nuevo,
algo recibido de parte de Dios.
Todos los apóstoles creían firmemente que la mujer debía cubrirse la cabeza. Si hubiese
habido algún apóstol que no creyera que la mujer debiera cubrirse la cabeza, no habría
estado entre los otros apóstoles y seguramente habría sido como uno ajeno a ellos. Los
apóstoles no tenían tal costumbre entre ellos. Si una iglesia intentaba protestar contra
esto, la respuesta de Pablo era que las iglesias de Dios no tenían esa costumbre. Ninguna
iglesia tenía tal costumbre. No existía tal costumbre entre las iglesias locales que los
apóstoles visitaban. A partir del versículo 16, Pablo cesó de presentar razonamientos
respecto a este asunto. Sus razonamientos terminaron en el versículo 15. En el versículo
16, Pablo ya no expuso más razones. Si alguien quería ser contencioso, Pablo dijo que
ningún apóstol debería estar de acuerdo con tal persona. Tal persona no tendría nada
que ver con los apóstoles ni con la iglesia. Todos los apóstoles y todas las iglesias creían
en esto, y nadie debía argumentar al respecto.
Esta es la razón por la que pedimos a todas las hermanas en la iglesia que cubran su
cabeza en las reuniones cuando se da un mensaje o cuando ellas oran. Ellas deben hacer
esto debido a que Dios desea obtener en la iglesia lo que El no pudo obtener en el
mundo. El desea obtener aquí lo que no pudo obtener en el universo. Y nosotros
también queremos que El obtenga en la iglesia lo que no pudo obtener entre los
ángeles. Queremos que El obtenga lo que no ha podido obtener en el mundo. Las
hermanas deben saber esto. El versículo 3 nos da una enseñanza clara acerca de esto.
Dios es la Cabeza de Cristo, Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de
la
mujer. Por esta razón, la mujer debe cubrir su cabeza. Esta es la enseñanza fundamental
que se presenta en este pasaje de la Palabra.
Watchman Nee

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