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EVALUADOR:
ING. LINO GAYOSO SANTACRUZ.
RESPONSABLES:
HERRERA DIAZ, Yohany Sofía.
TORRES ALCÁNTARA, Yudi Sadith.
LUGAR:
FECHA: 26/01/2018.
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 3
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I.
II. INTRODUCCIÓN
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III. OBJETIVOS
IV. UBICACIÓN:
FUENTE: Propia.
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Figura N° 02. Ubicación geográfica de complejo arqueológico Huaca Rajada -
Sipán
FUENTE: http://huacarajada-muchik.blogspot.pe/2009/11/huacarajada.html
Figura N° 03. Ruinas de las pirámides Huaca Rajada del sol y la luna - Sipán
FUENTE: Propia.
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VI. ARQUEÓLOGO QUE DESCUBRIÓ LA TUMBA DEL SEÑOR DE SIPÁN.
FUENTE: Propia.
La cultura Mochica, también conocida como Moche, se inicia en el siglo I d.C. y finaliza
en el siglo VII d.C., constituyendo una sociedad organizada y compleja, pero esta
sociedad iba a experimentar una serie de cambios en torno al año 550 d.C., producto
de severas sequías. Sequías que incluso llegaron a persistir durante 32 años,
seguramente como consecuencia del fenómeno del “Niño”, esta situación tuvo graves
consecuencias como fue el abandono de los valles donde esta cultura se había
desarrollado, desplazándose hacia zonas del interior, donde paulatinamente comenzó
su periodo de extinción.
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Las ruinas de Sipán tomaron mayor importancia, cuando los campesinos pobres eran
alentados a profanar las tumbas para obtener piezas de los antepasados y vender para
abastecer el mercado mundial de coleccionista de arte prehispánico. Como
consecuencia era la alteración de las tumbas, o cual destruía la información valiosa que
hacia realidad investigaciones futuras. A continuación se detallará el antes y después
de la cultura moche. Por lo tanto, a continuación, se detallará el antes y después de la
cultura Moche.
LA ARQUITECTURA DE SIPAN:
Antes:
Orientándonos según nuestro primer esquema la fase 1 corresponde a una
plataforma rectangular simple, de 6 m. de altura desde el terreno natural, conteniendo
dos terraplenes delanteros escalonados hacia el Norte. Su regular conformación final
se reconoce por un grueso piso arcilloso amarillento con hasta dos capas de
mantenimiento.
La altura total del núcleo principal contenía dos fases anteriores, recientemente
identificadas en los niveles inferiores de la unidad ID, que hemos denominado 1 y 2.
La forma y la dimensión de estas construcciones subyacentes son aún desconocidas.
En este extremo Sur la más antigua habría alcanzado 2.50 m. de altura. Sus
componentes arquitectónicos son íntegramente adobes plano rectangulares
medianos, confeccionados con diferentes tipos de materiales unidos con mortero
arcilloso y dispuestos en paños cuadrangulares de aproximadamente 1.50 por lado,
armados sobre una capa arenosa de cimentación directamente acondicionada sobre
el suelo geológico estéril.
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LA FASE 1: Duplica casi exactamente en altura a la anterior, fue erigida con el
empleo de adobes de diverso tamaño y material, denotando heterogénea
manufactura. Estos, integran paños modulares ligeramente más angostos. Aquí se
han encontrado los adobes de mayor tamaño y espesor del Monumento. Los pisos
de color gris, presentaban notorio desgaste en ambas estructuras. En esta nueva
fisonomía, el bloque adicionado de la fase 1 alcanzaría sólo 1 m. de altura,
caracterizándose por adobes regulares en paneles de excelente y homogénea trama.
A la vigencia de esta construcción se asocia la tumba del “Viejo Señor de Sipán”,
cuyo recinto fue abierto desde una primera superficie original, sellada luego por el
piso amarillento mencionado, mediando una fina capa de desechos orgánicos donde
se encontraban algunos fragmentos de huesos humanos ajenos al evento funerario.
El entierro de los tres personajes en la Unidad ID, asociado a la cámara extrañamente
vacía, pertenece a un momento posterior a esta fase.
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estructura. El testimonio de esta lluvia quedó registrado sensiblemente en los perfiles
del Norte y Sur. Los elementos estructurales de esta fase son adobes medianos y
homogéneos organizados en paños regulares. En la sección Sur, se emplearon
también grandes áreas de un relleno regular y consistente, probablemente originado
en el desmontaje de alguna construcción cercana. A esta edificación se vincula el
entierro menor de un guerrero en ataúd de caña con ornamentos de cobre y una
antara de cerámica (Tumba 5).
FASE 4: Vuelve a sobre-elevarse considerablemente toda la estructura. La
plataforma Sur mantiene y eleva ligeramente el corredor a desnivel cubriendo sus
banquetas laterales. El nivel platafórmico intermedio de este sector presenta dos
escalones.
El frente Norte sufre también un importante cambio de fachada que corre
aproximadamente 2.50 m. hacia adelante, elevándose considerablemente sobre una
compacta cimentación arcillosa y terminando en un fino enlucido decorado con
policromías, reducidas hoy a escasas manchas de color rojo, blanco, negro y
amarillo. Sobre el nivel central culminante debió encontrarse la compleja y simbólica
estructura sacra decorada con cabezas de arcilla cuyos restos se encontraban entre
los rellenos de la plataforma inferior y su representación en el bastón de cobre.
Esta edificación constituye la más significativa y planificada remodelación de la
plataforma, tanto por el volumen y técnica de construcción como por la calidad de
materiales y acabados.
Se emplearon adobes medianos y estandarizados con «marcas de fabricante» más
o menos recurrentes en los paneles modulares, cuidadosamente adicionados
siguiendo una planificada organización. Los morteros arcillosos produjeron bloques
estables separados por juntas de unión. En algunas secciones expuestas en planta
se encontraron excepcionales espacios de relleno donde debió cerrarse la
disposición concéntrica de los paños cuadrangulares.
Al término de la fase se asocia la apertura de la tumba saqueada. Esta construcción
sufre los más devastadores efectos de un excepcional evento pluvial costeño
generado por la Corriente del Niño, que lesionó severamente fachadas, coberturas
de muros, paramentos y pisos produciendo derrumbes y sedimentos conservados
por la cobertura de las fases siguientes. Las pinturas de paredes decoradas,
arrastradas totalmente por la lluvia, se depositaron formando gruesas capas de
sedimentos que alcanzan hasta 25 cm. de espesor con líneas pigmentadas de rojo,
tonalidad que debió constituir el color básico de los murales, testimonio procedente
de los frentes centrales Norte y Sur.
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Señales de destrucción y derrumbe de banquetas son notorios en los perfiles de la
unidad –IC, así como los claros indicios de un prolongado embalse en el corredor a
desnivel que produjo la notoria deformación de la arquitectura subyacente (pisos y
adobes).
La fase 5 correspondería a una obligada refacción general y ampliatoria del edificio
deteriorado por el efecto de este catastrófico «Niño». La fachada Norte corre
ligeramente adelante. Al Sur se superponen banquetas parecidas, antes de cuya
confección se preparó un piso de nivelación con restos de una impresionante quema
ofrendatoria asociada a típicas vasijas en miniatura. Los enlucidos vuelven a
decorarse con nuevas policromías de colores semejantes.
Después:
FUENTE: Propia.
No existen evidencias que esta última forma arquitectónica se hubiera intentado
cubrir o proteger. Tampoco tenemos indicios de las causas que motivaron su pérdida
de vigencia funeraria y sacra, fenómeno que no parece haber sido esencialmente
drástico considerando las ofrendas superficiales en varios sectores de la plataforma
y alguna fragmentería Moche más tardía. Cabe la posibilidad de que por razones de
orden dinástico la función funeraria de tan alto “status” hubiera podido desplazarse a
otro sector del mismo santuario o a otro monumento de mayor prestigio en el mismo
valle.
Dado el extraordinario contenido y la parecida reformulación del diseño
arquitectónico estimamos que estas fases de construcción fueron impulsadas tanto
por las necesidades de espacios funerarios altamente valorados, como por las
funciones sacras correspondientes y, evidentemente, también por los deterioros de
los excepcionales eventos del “Niño”.
Tratándose de progresiones formales en una edificación menor de especializada
función y componente de un complejo de estructuras mayores convenimos que
podría considerarse como una muestra propia y sesgada. Sin embargo,
transformando el conjunto de características en indicadores, estos cambios se
reducirían de ocho fases constructivas a tres grandes proyectos arquitectónicos, que
reflejarían también similares momentos en la Sociedad Moche del Valle. El primero
involucraría las fases 2, 1 y 1, con la planificación y emplazamiento de los iniciales
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proyectos arquitectónicos del centro ceremonial que incluiría también una primera
versión de la pirámide adyacente. La buena calidad de la construcción en unidades
modulares sólidas refleja un grupo local emergente en posesión de óptimos recursos
materiales y tecnológicamente experimentado en base a una organización jerárquica
que marcó el inicio de la dinastía. Su exponente asociado es el contexto del “Viejo
Señor”.
FUENTE: Propia.
FUENTE: Propia.
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METALURGIA Y ORFEBRERÍA
Antes:
La orfebrería y a metalurgia es otro de los importantes capítulos del arte Moche. Los
Mochicas fueron expertos fundidores de metales. Conocieron sus propiedades
físicoquímicas; desarrollaron técnicas de manufactura y sobre todo aprendieron
sobre la extracción de los minerales y los tratamientos metalúrgicos.
Figura N° 08. Tocado de cobre laminado, repujado y grabado, con dos apéndices
oblicuos formando una “V”.
FUENTE: Propia.
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Figura N° 09. Efigie en cobre sólido del Hombre – Buho, una de las principales
divinidades de muncho mochica.
FUENTE: Propia.
FUENTE: Propia.
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Después:
FUENTE: Propia.
En la parte de orfebrería, los huacos solo se usan para exhibiciones, donde los incas
expresaban sus estados de ánimo, o los sucesos más importantes de la época.
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Figura N° 12. Miniaturas en cerámica, que eran colocadas en la cabecera del ataúd.
FUENTE: Propia.
VIII. CONCLUSIONES:
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IX. ANEXOS
FUENTE: Propia.
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Figura N° 14. El gobernante más importante Señor de Sipán.
FUENTE: Propia.
FUENTE: Propia.
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