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Este documento discute la naturaleza humana y la inclinación al mal (Yetzer Hará) según las enseñanzas hebreas. Explica que aunque los seres humanos tienen una tendencia innata hacia el mal, también tienen la capacidad de superarla siguiendo los mandamientos de Dios en la Torá y aplicando los principios de Jesús en el Nuevo Testamento. El antídoto para la inclinación al mal es estudiar y obedecer las Escrituras hebreas y aplicar los principios de Jesús en la vida diaria.
Este documento discute la naturaleza humana y la inclinación al mal (Yetzer Hará) según las enseñanzas hebreas. Explica que aunque los seres humanos tienen una tendencia innata hacia el mal, también tienen la capacidad de superarla siguiendo los mandamientos de Dios en la Torá y aplicando los principios de Jesús en el Nuevo Testamento. El antídoto para la inclinación al mal es estudiar y obedecer las Escrituras hebreas y aplicar los principios de Jesús en la vida diaria.
Este documento discute la naturaleza humana y la inclinación al mal (Yetzer Hará) según las enseñanzas hebreas. Explica que aunque los seres humanos tienen una tendencia innata hacia el mal, también tienen la capacidad de superarla siguiendo los mandamientos de Dios en la Torá y aplicando los principios de Jesús en el Nuevo Testamento. El antídoto para la inclinación al mal es estudiar y obedecer las Escrituras hebreas y aplicar los principios de Jesús en la vida diaria.
(Mi Pueblo no avanza por falta de conocimiento... Oseas 4:6)
EXISTE UNA PARTE EN NUESTO SER QUE ES “PROPENSA AL MAL” LLAMADA EN HEBREO YETZER HARÁ (LA MALA INCLINACIÓN) “Aarón respondió: No se encienda la ira de mi adon (señor); tú conoces a ese pueblo y sabes que es propenso al mal” Shemot (Éxodo) 32:22 Leer Shemot (Éxodo) 32:1-23 Uno de los principios más importantes y complejos del judaísmo es reconocer QUE EXISTE UN YETZER HARÁ (inclinación al mal), en cada alma, en cada ser humano. Esto puede leerse en Bereshit (Génesis) 3:5 “Sino que sabe Elohim (El Juez Supremo), que el día que coman de él, serán abiertos sus ojos, y serán como Elohim, conocedores del bien y del mal.” Si bien es cierto que estas palabras en Bereshit (Génesis) 3:5 fueron dichas por hasatán, por medio de la boca o mente del Nejash (serpiente), lograron confundir al hombre (Adán - Eva) haciéndoles creer que al comer del fruto del árbol del “Bien y del mal” serían como Elohim. El Eterno es UNO y no hay nada arriba en los shamaim (cielos), ni abajo en Aretz (Tierra), que se le compare. Sin embargo, en lo que sí tenía razón hasatán era en sus siguientes palabras. “porque Elohim sabe que el día que coman de él, serán abiertos sus ojos, y serán como Elohim, CONOCEDORES DEL BIEN Y DEL MAL. De esta manera, entendemos que cuando Adam y Java (Eva), participaron y comieron del fruto del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal, ADQUIRIERON EN SU NATURALEZA LA FUERZA DE ESTAS DOS INCLINACIONES. Sin embargo, Elohim, en Sus divinos planes y Su gran Rajamin (Misericordia), permitió que el hombre conociera ambos extremos con un fin, la superación física y espiritual por medio del cumplimiento de Sus Mandamientos (La Torá oral y Torá escrita: Instrucción, Ley Divina), dadas de boca en boca (Torá oral) desde el principio, y por el Eterno a través de Su siervo y amigo Moshé (Moisés). Hay un libro judío que dice: “El Santo, bendito sea, dijo a Israel: Mi hijo, he creado la tendencia negativa, y he creado La Torá, que es su antídoto. Si ustedes se sumergen en Torá (Instrucción, Ley Divina), ustedes no serán llevados a manos de la tendencia negativa…” Es muy importante entender este concepto, puesto que aparentemente lo antes citado podría desalentar nuestro ser interior al saber que existe algo innato en el ser humano que se inclina al mal, LLAMADO YETZER HARÁ (la mala inclinación) y que muchos la conocen con el nombre de “el hombre viejo”. Es bueno definir dos términos: Conciencia y Resignación. • CONCIENCIA: Conocimiento que el ser humano tiene de su propia existencia, del estado en que se encuentra y de lo que hace. • RESIGNACIÓN: Entrega voluntaria que uno hace de sí, poniéndose en las manos de otro, relacionado también con la conformidad. Dados los anteriores significados de las palabras mencionadas, es importante entender las enormes diferencias entre una y la otra. Mientras que por una parte, LA CONCIENCIA nos da un conocimiento que el ser humano tiene sobre su propia existencia y del estado en que se encuentra y de lo que hace; LA RESIGNACIÓN, por otra parte, es una entrega voluntaria de conformidad. Es por eso que debemos estar conscientes de nuestra Inclinación al Mal (Yetzer Hará), pero NO conformarnos y entregar voluntariamente nuestro ser hacia esa inclinación sino luchar contra ella, lo cual se logra poniendo en obra los Mandamientos que nos aplican, escritos en La Tanak (Torá, Profetas y Escritos) y repetidos en el Código Real, llamado incorrectamente “Nuevo Testamento*”. * Marción, fue el primer hombre que se atrevió a llamar a La Escritura hebrea (que en hebreo se llama La Tanák y que consta de La Torah, Profetas y Escritos), “EL ANTIGUO TESTAMENTO”. Lo llamó incorrectamente “Antiguo Testamento” porque pensaba que su contenido ya no tenía aplicación para los creyentes en Jesús (Yeshua El Mesías), y que había sido reemplazado por el Nuevo Testamento. Dijo que era un libro antiguo que pertenecía solamente a los judíos y que carecía de vigencia para los cristianos. Marción enseñó que en el “Antiguo Testamento” (La Tanák) no había gracia, y que la gracia aparece por primera vez en el Nuevo Testamento (llamado correctamente Pacto Renovado). Según sus enseñanzas, el Dios del “Antiguo Testamento” era un Dios de juicio y condenación, pero el Dios del “Nuevo Testamento” es un Dios de gracia y amor. Aunque algunos líderes de la Iglesia Romana señalaron a Marción como un hereje, EL RECHAZO DE LAS ESCRITURAS QUE ÉL ESPARCIÓ ECHÓ RAÍZ Y PROSPERÓ COMO NECIA MALEZA. Años más tarde, con fines políticos, el emperador romano Constantino, rechaza La Tanak diciendo por medio de los credos que impuso: “Renuncio a todas las costumbres, ritos, leyes, panes sin levadura, fiestas de los corderos de los hebreos, sacrificios, oraciones, purificaciones, santificaciones… observaciones, sinagogas y a las comidas y a las bebidas de los hebreos… Acepto todas las costumbres, ritos, leyes, fiestas y sacrificios romanos… santificaciones por medio del Pontífice Máximo (el sumo sacerdote de Roma)… acepto absolutamente todo lo que es romano, toda ley nueva, rito y costumbre de Roma, la nueva religión romana.” (Los del Caminos, Haim Levi, cita Stefano Assemaní, Acta Sactorum Martyrum Orientallum at Occidentallum, Vol 1.Roma 1748, pág. 105). Entendemos que existe una parte de nuestro ser que es “propenso al mal” como el Sumo Sacerdote (Kohen HaGadol) Aharón declaró ante su hermano y líder, como leemos en Shemot (Éxodo) 32:21-22 “Y le preguntó Moshé (Moisés) a Aharón: ¿Qué te hizo este pueblo para que hayas traído sobre él tan grande transgresión? Y le respondió Aharón: No se encienda la ira de mi adon (señor), tú conoces a este pueblo y sabes que es propenso al mal.” Entendemos entonces que el antídoto para la Mala Inclinación (Yetzer Hará), es la Torá (Mandamientos, Ordenanzas, Estatutos, dados por Elohim a través de Moshé, Su siervo). Con el estudio y aplicación de la Tanak (Torá, Profetas y Escritos) y el Código Real en lo que nos aplica, contrarrestaremos la Inclinación al Mal (Yetzer Hará). Nuestro Padre Celestial, en Su gran bondad proveyó de las herramientas necesarias para que el hombre entienda su caminar por este mundo y de esa manera conseguir logros no sólo en ese mundo sino también en el Olam Habá (Mundo por Venir) EN EL CUAL SE COSECHARÁ LA RECOMPENSA JUSTA POR LOS ACTOS REALIZADOS EN EL MUNDO PRESENTE. “No seas jajam (sabio) en tu propia opinión; teme a YHVH, y apártate del mal.” Mishlei (Proverbios) 3:7 Lo citado anteriormente, nos ayuda a comprender de una mejor manera nuestro existir al crear un estado de conciencia sobre nuestras vidas puesto que el ser humano NO DEBE DE AFIRMARSE EN SU PROPIA OPINIÓN, CREENCIA O FILOSOFÍA, SINO QUE DEBE DE TEMER A YHVH, POR MEDIO DEL CUMPLIMIENTO DE SUS MANDAMIENTOS QUE LE APLICAN, cuyo ejemplo lo tenemos con nuestro Adón (Señor) Yeshua el Mesías, el cual nunca contradijo lo ordenado por Su Padre, a través de Moshé (Moisés), escrito en Mattityahu (Mateo) 5:17-18, Versión Hebraica del Código Real: “¡Ni os pase por la mente la idea que he venido para declarar abrogada la Torah o los Profetas! No he venido a abrogar SINO A MOSTRAROS CÓMO INTERPRETARLA CORRECTAMENTE. Porque de cierto os digo, hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una yud ni un adorno de una letra sagrada, pasará de la Torah hasta que todo lo dicho en ella haya sido totalmente enseñado y alcanzado su intención original.” El ser humano fue dotado de ese maravilloso LIBRE ALBEDRÍO que el Creador del Universo otorgó para que el hombre pudiera superar sus limitaciones pero que por el pecado quedó ese LIBRE ALBEDRÍO sin función hasta que, cada persona reconoce que es pecadora y se arrepiente, pidiéndole perdón a Su Creador y acepta a Su hijo Yeshua HaMashiaj como el Único Camino de Salvación provisto por El Padre Celestial, entonces empieza a funcionar en él el LIBRE ALBEDRÍO que lo hace escoger entre el bien y el mal, lo que antes no podía por estar esclavo al pecado. Aunque en toda criatura hay un “alto” en contra de hacer lo malo en su conciencia, mientras sucede el nuevo nacimiento. Ese “Alto” puesto por El Eterno en cada conciencia del hombre son las 7 Leyes de Noaj* para que toda criatura sienta el freno de no inclinarse al mal, y habiendo aceptado el Único Plan de Salvación, la persona deja de ser criatura quitándole el Eterno del olivo silvestre (figura del paganismo, sin Ley de Dios), e injertándole en el Olivo Natural (Israel) para volverse hijo de Eloah (Dios). Leer Romanos 11 y Efesios 2. El creyente entonces, como nueva criatura, empieza a obedecer en lo que le corresponde La Tanak (Torá, Profetas, Escritos) y El Código Real. Ya en ese creyente funciona el LIBRE ALBEDRÍO y ya él tiene conocimiento del bien y del mal. Leemos en la Carta de Rav Shaul (Apóstol Pablo) a los creyentes en Italia (Romanos) 3:23: “Por cuanto TODOS pecaron están destituidos de la Gloria de Eloah (Dios). Al “alejarse del mal” por “hacer el bien” la persona logra trascender su humanidad y cumplir con el propósito ORIGINAL por el cual fue creado, GRANDEZA Y SEÑORÍO SOBRE LA OBRA DE LA CREACIÓN E HIJO DEL ETERNO PARA ADORARLE Y SERVIRLE. Bereshit (Génesis) 1:26-28 * Las 7 Leyes (Preceptos) de Noaj, son: 1) No adorar falsas deidades. 2) No blasfemar. 3) No asesinar. 4) No robar. 5) No adulterio (No mantener relaciones sexuales ilícitas). 6) No comer carne de animal con vida. 7) Promover el juicio y la justicia en el lugar de residencia. CONCLUSIÓN Por tanto, ya como creyente por la Salvación dada por Eloah (Dios), a través de su Hijo Yeshua HaMashiaj, agradece al Eterno por haberte hecho un ser pensante, inteligente, dotado de sabiduría de lo alto y con muchísimos dones más. Utilízalos bien y no caigas en manos de la resignación. Levanta tu cabeza, eleva tus ojos a los Shamaim (Los Cielos), y proclama la grandeza del Eterno a través de la Tanak (Torá, Profetas, Escritos) y el Pacto Renovado, venciendo esa parte de nuestro ser que es “propensa al mal”, llamada la mala inclinación (Yetzer Hará), la cual heredamos de nuestros padres. Leemos en 1 Kefa (1 Pedro) 1:18-19, Versión Hebraica del Código Real: “sabiendo que fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir (recibida de vuestros padres), no con cosas corruptibles, como oro o plata; sino con el alma preciosa de Mashiaj, como de un cordero sin mancha y sin defecto”. Así también, leemos en Tehilim (Salmos) 51:5, Versión Escrituras Unidad, cuando el Rey David dice: “He aquí que fui formado en iniquidad, y en pecado me concibió mi madre.” El Apóstol Pablo escribe en La Epístola a los Efesios 2:4-7, Versión Hebraica del Código Real, lo siguiente: “pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, (aun estando nosotros muertos en pecados, separados de Dios) os dio vida en Mashiaj, así como nosotros, pues por gracia recibisteis salvación, y juntamente con Él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los mundos celestiales, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Mashiaj Yeshua.”