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Universidad Nacional Autónoma

de México

Cuarto Semestre
Derecho Administrativo I
Mtro. Edgar Armando González Rojas
SERVIDOR PÚBLICO

Es una persona que brinda un servicio de utilidad social. Esto


quiere decir que aquello que realiza beneficia a otras personas y
no genera ganancias privadas (más allá del salario que pueda
percibir el sujeto por este trabajo).
Los servidores públicos, por lo general, prestan servicios al Estado.
Las instituciones estatales (como hospitales, escuelas o fuerzas de
seguridad) son las encargadas de hacer llegar el servicio público
a toda la comunidad.
El servidor público suele administrar recursos que son estatales y,
por lo tanto, pertenecen a la sociedad.
Artículo 108. Para los efectos de las responsabilidades a que
alude este Título se reputarán como servidores públicos a los
representantes de elección popular, a los miembros del Poder
Judicial Federal y del Poder Judicial del Distrito Federal, los
funcionarios y empleados y, en general, a toda persona que
desempeñe un empleo, cargo o comisión de cualquier
naturaleza en el Congreso de la Unión, en la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal o en la Administración Pública
Federal o en el Distrito Federal, así como a los servidores públicos
de los organismos a los que esta Constitución otorgue
autonomía, quienes serán responsables por los actos u omisiones
en que incurran en el desempeño de sus respectivas funciones.
LEY FEDERAL DE RESPONSABILIDADES ADMINISTRATIVAS DE LOS
SERVIDORES PÚBLICOS

ARTICULO 2.- Son sujetos de esta Ley, los servidores públicos


federales mencionados en el párrafo primero del artículo 108
Constitucional, y todas aquellas personas que manejen o
apliquen recursos públicos federales.
Lo que no ha variado es la pluralidad de formas que revisten los
servicios prestados y los regímenes que se aplican a la relación
Estado-servidor público, lo que trae como consecuencia un sin
número de clasificaciones de los empleados del Estado, entre las
cuales encontramos :

a) Representativos y profesionales. Según se desempeñen como


representantes del estado o técnicos;
b) Electivos o de nombramiento. Atendiendo al origen de su
designación, esto es, mediante sufragio o por decisión de la
autoridad competente;

c) Federales, estatales y municipales. De conformidad a la


estructura administrativa de su adscripción;
d) Autoridades o agentes. Según su potestad de mando, siendo
los segundos meros auxiliares o ejecutivos;
e) Inamovibles y amovibles. De acuerdo a su estabilidad en el
empleo. En derecho mexicano, la Ley Federal de los
Trabajadores al Servicio del Estado contempla el privilegio de
inamovilidad para aquellos trabajadores de base que hayan
cumplido seis meses en funciones de manera ininterrumpida;
f) Colegiados y unipersonales. Cuando la función requiera del
concurso de otros servidores públicos, por ejemplo, los
integrantes de un cuerpo colegiado, como los comités de
adquisiciones, o bien, los senadores y diputados en su actividad
legislativa; y los que deben desempeñarse de forma
individualizada, y
g) Honoríficos o remunerados. Según reciba o no
sueldo. Se hace necesario aclarar que no todos
los que prestan un servicio personal al Estado,
por ese sólo hecho, deben ser considerados
trabajadores del Estado. Tal es el caso de
quienes en México, sujetos a una relación
jurídica de carácter privado desempeñan
eventualmente una tarea para el Estado (por
ejemplo, los profesionales), la cual
circunstancialmente debe ser satisfecha y o bien
se carece para ella del personal especializado o
momentáneamente las cargas de trabajo así lo
ameritan, vg. los miembros del órgano de
gobierno de la Comisión de Derechos Humanos
del Distrito Federal.
Por otro lado, tenemos otras clasificaciones, atendiendo a la
naturaleza de la función encomendada, según la forma o
instrumento mediante el cual se sustenta su contratación, estos
son:

Servicios que se prestan en virtud de nombramiento. El


nombramiento es el más usual por el que el Estado se allega de
los servicios personales necesarios para cumplir con sus funciones;
en torno a él, se ha ventilado una larga disputa entre quienes lo
consideran como un acto administrativo y los que lo catalogan
como contrato, particularmente, los servidores públicos
federales, estatales o municipales.
Existe, cuando menos, otra clase de servicio personal que se
presta al Estado y que es importarte mencionar: la que se otorga
por virtud de un contrato colectivo de trabajo, típico de algunas
instituciones paraestatales, como Petróleos Mexicanos, Instituto
Mexicano del Seguro Social, Comisión Federal de Electricidad,
etc., cuyas relaciones laborales están regidas principalmente por
el apartado A del artículo 123 constitucional y por la Ley Federal
del Trabajo.

Servicios que se prestan por contrato.


La práctica administrativa en este caso
está dirigida a la procuración de
servicios necesarios para el Estado, de
carácter eventual o especializado, y
para los que éste no requiere sostener
una relación de trabajo permanente
con quienes lo presten. Por ello, decide
captar profesionales libres con los
cuales establece un vínculo de
carácter netamente civil, aunque en
algunos casos, es de carácter
meramente administrativo, como los
prestadores de servicios bajo el
régimen de honorarios.
De igual manera, se pueden clasificar a los trabajadores al
servicio del Estado por nivel jerárquico en: funcionarios y
empleados:

Empleados.- Es quien presta sus servicios para algún órgano del


Estado, en virtud de un nombramiento y que se desempeña
normalmente en actividades de apoyo al funcionario; su labor no
implica un poder de decisión, disposición de la fuerza pública o
representación estatal alguna;
Funcionarios.- Éstos disponen de un poder jerárquico con
respecto de los empleados y los demás funcionarios inferiores,
poder que deriva en capacidad de mando, de decisión y de
disciplina; nos referimos a todos los llamados mandos medios y a
parte de los denominados mandos superiores desde jefe de
unida departamental hasta subsecretario, y
Altos Funcionarios.- Es aquel que desempeña en el ámbito
federal, un cargo de elección popular, vg: Presidente de la
República, diputado o senador; el que se encuentra en el
máximo nivel dentro del poder judicial como un ministro de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación; o que es titular de
cualquier dependencia del poder ejecutivo como es un
Secretario de Estado. Conforme a la constitución federal aquí
quedan incluidos todos los servidores públicos a quienes para
serles exigida responsabilidad, requieren declaratoria de
procedencia del órgano legislativo.
Por su parte, la legislación mexicana clasifica a los funcionarios
según ejercen la función pública, esto es, los divide en:
a) Empleados de confianza; y
b) Empleados de base.

Ambos son los que en apariencia equivalen a la clasificación que


distingue en funcionarios y en empleados, específicamente, el
apartado B del art. 123 constitucional en su frac. XIV, que hace
referencia a que los cargos de confianza serán los determinados
por la ley, y además, deja protegidos los derechos de quienes los
desempeñen, tanto en materia de seguridad social como de
protección al salario. La Ley reglamentaria, Ley Federal de los
Trabajadores al Servicio del Estado, en su art. 5° enlista a los
trabajadores que son considerados de confianza y, por
exclusión, determina a los de base.
Por otra parte, encontramos una clasificación que atiende al
criterio de su adscripción:

Servidores públicos de las entidades federativas y de los


municipios. Según la Constitución General de la República, los
poderes de los estados miembros de la federación se
organizarán conforme la Constitución Política de cada uno de
ellos y las relaciones de trabajo entre las entidades federativas y
sus trabajadores, se regirán por las leyes que expidan las
legislaturas locales con base en lo dispuesto por el art. 123 de la
Constitución Federal y sus disposiciones reglamentarias.
Ordinariamente, la función pública, que por lo común lleva implícita
la permanencia en su prestación, se cumple desde el oficio o cargo
público, por quienes pueden ser denominados genéricamente los
"funcionarios públicos", de los cuales se tiene la siguiente
clasificación:
Primera: Funcionarios de jure y funcionarios de facto. Los cuales se
refieren a lo que por virtud del nombramiento realizan una función
pública, y los que de hecho, aunque ésta pudiera ser ilegal.
Segunda: Funcionarios rentados o remunerados (con fondos estatales
en definitiva), titulares o precarios en "empleos" o "puestos" dotados
de estipendio o sueldo; y funcionarios ad-honorem (o ad honoris o
ad honorem, como se ha dado en llamarles).
Tercera: Aunque poco determinada, es útil la agrupación de los
funcionarios en tres distintos niveles, según el grado de idoneidad
que exhiban las personas o reclaman los cargos, a saber, nivel inicial
o inferior, nivel medio y nivel superior (aquí se ubican los mandos
medios y superiores).
Cuarta: Por la naturaleza del servicio o función. Se distingue una
"planta directiva, profesional y técnica" de una "planta
administrativa"; según el método funcional hay una agrupación en
clases: a) clase directiva; b) clase técnico-profesional; c) clase
semitécnica; d) clase administrativa; e) clase obrera; y f) clase de
servicio.

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