Fernando Savater habla de la necesidad de la humanización del ser humano, no como
especie si no en su formación moral, una de las frases con las que el comienza es “Ser humano es también un deber ser”, esta frase hace mención a que todos nacemos humanos pero esto no basta, sino que hay que llegar a serlo. Habrá pues quien ni siquiera intente ser humano o quien lo intente y no lo logre, junto a los que triunfen en ese noble empeño y para ello se necesita de la guía de otros seres humanos. De los humanos es de quienes aprendemos cualidades como la compasión, la solidaridad, la benevolencia, esta capacidad de formarnos que vamos teniendo a lo largo del tiempo es lo que nos diferencia de cualquier otra especia, otra frase que me parece muy significativa es la siguiente “La vida humana consiste en habitar un mundo en que las cosas no sólo son lo que son, sino que también significan”…. Es aquí en donde aprendemos de otros seres humanos el significado de las cosas que nos rodean y que son parte de nuestro medio ambiente, hay que tener en cuenta que para que una persona enseñe a otra únicamente se “enseña lo que sabe” y para ello echamos mano de las experiencias que hemos acumulado en el transcurso del tiempo. Para poder desarrollar la capacidad de “ser humano” consiste en la habilidad de compartir lo que ya se sabe, el proceso educativo pude ser formal o informal. El informal a través de los padres o cualquier individuo que esté dispuesto a enseñar lo que sabe; el formal por medio de un grupo de personas que la sociedad haya destinado para ello. El proceso educativo es en si el ayudar a otro individuo a forjar su personalidad, antes de ser educado no hay en el niño una personalidad sino características predispuestas biológicamente, es por medio del aprendizaje que el individuo forjara los rasgos que mas adelante culminaran en una personalidad única e irrepetible. El proceso educativo es un quehacer meramente humano; lo que hace al aprendizaje meramente humano, no es la capacidad que el hombre tiene para aprender sino, ser enseñando otros miembros de su especie. Lo más importante de este proceso no es el contenido más bien, es aprender de nuestros semejantes y enseñar a nuestros semejantes En este capítulo comenzare por citar una de las frases que creo tiene un gran sentido ““Para ser hombre, no basta con nacer, sino que hay también que aprender. La genética nos predispone a llegar a ser humanos, pero sólo por medio de la educación y de la convivencia social conseguimos efectivamente serlo”. Decidí copiar este pequeño párrafo porque le daremos continuidad y ahondaremos en algunos temas que se vieron en el capítulo posterior. Como ya vimos en el capítulo anterior no basta con la intención de educar a otros, lo importante es haber vivido antes que ellos ya que en base al cúmulo de experiencias tomaremos los conocimientos que hemos de transmitir. El autor en este capítulo hace una profundo reflexión para poder diferenciar y separar la educación de la instrucción. La educación siempre ha sido considerada con mayor importancia, porque se enfoca en la formación del alma, el cultivo de valores morales y patrióticos, en tanto que la instrucción se ocupa de enseñar destrezas, de conocimientos técnicos mayormente aplicados a un ámbito laboral. En la actualidad estas diferencias han cambiado sus roles ya que ahora son más apreciadas las destrezas y conocimientos técnicos que la formación cívica y ética. En cuanto a estos conceptos nos dice el autor que no se puede dar una sin la otra, es decir no se puede educar sin instruir ni viceversa; porque para poder instruir se necesita de cierta ética y valores, así como para educar se necesita de destrezas específicas. La enseñanza nos adiestra en ciertas capacidades que dividiremos en “abiertas y cerradas” ambas son de suma importancia; las cerradas son básicas para nuestra supervivencia tales como caminar, vestirse, asearse, leer, escribir etc; estas habilidades tienen como característica que pueden dominarse de modo perfecto. Por otro lado las capacidades abiertas son de grado más complejo y de cierto modo infinito; como por ejemplo razonar o hablar. Al principio casi todas las capacidades abiertas se apoyan e incluso fueron primeramente capacidades cerradas; aunque su característica es que nunca podrán dominarse a la perfección, como por ejemplo la misma capacidad de aprender es una capacidad abierta. Relacionare ahora las capacidades abiertas y cerradas con la educación y la instrucción, de modo que la educación corresponde a las capacidades abiertas por que nunca se podrán dominar a la perfección, es decir siempre habrá algo nuevo que aprender acerca de esta destrezas; y la instrucción corresponde a todas las capacidades cerradas que son casi siempre primordiales para nuestra supervivencia. Tanto la educación y la instrucción, cada una con su muy particulares capacidades deberán ser parte de la tarea de formación de la personalidad de un individuo. Estos conceptos tienen en común que no se adquieren espontáneamente, sino que se requiere de la escuela en donde se desarrollaran para así formar parte de la personalidad. Ya que dejamos en claro que se necesita de La escuela para desarrollar estas capacidades como parte de la humanización del hombre, también mencionaré que dentro de la escuela como área de socialización es importante que en ella se de el proceso de reconocimiento. El individuo necesita ser reconocido en su condición de ser único e irrepetible para confirmarse en la sociedad sin angustia ni desequilibrio, de modo que entendemos que uno de las principales tareas de la enseñanza es también la de apoyar la autoestima del individuo; porque nadie puede sobrevivir sin ella.