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“Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional”

UNIVERSIDAD
CIENTÍFICA DEL PERÚ
ESCUELA DE DERECHO Y CIENCIAS POLÌTICAS

FACULTAD DE DERECHO

DERECHO TRIBUTARIO
“DESARROLLO, ANÀLISIS Y JURISPRUDENCIA DEL ARTÍCULO 16
DEL CÓDIGO TRIBUTARIO.”

DOCENTE : VÌCTOR HOSPINAL HUAYRA

INTEGRANTES : 1) Gissela Dávila Sánchez.


2) Selmita Arévalo Ferreyra.
3) Hugo Alonso Feria Ayta.
4) Luis Jean Peare Zumaeta Robledo.
5) Apra Jimenez Ortìz.
CICLO : VIII

FECHA DE ENTREGA: 26/02/2018

IQUITOS-PERÚ

2018

1
DEDICATORIA:

“Dedicamos éste trabajo a nuestros padres,


quienes nos impulsan a seguir adelante cada
dìa”

2
CAPITULO I
CONCEPTOS BÁSICOS

1. Generalidades:

La obligación tributaria1, que es de derecho público, es el vínculo entre el


acreedor y el deudor tributario, establecido por ley, que tiene por objeto el
cumplimiento de la prestación tributaria, siendo exigible coactivamente.
La definición de obligación tributaria recogida en el código tributario contiene
diversos elementos. Así recoge el concepto general de obligación el cual puede
ser entendido como “relación jurídica que liga a dos o más personas, en virtud de la
cual una de ellas, llamada deudor, debe cumplir una prestación a favor de la otra,
llamada acreedor, para satisfacer un interés de este último digno de protección”.

Así mismo, cabe diferenciar entre el contribuyente tributario y el


responsable tributario. Según el artículo 8 del código tributario, considera
como Contribuyente aquel que realiza o respecto del cual se produce el hecho
generador de la obligación tributaria.

Se observa, que El Contribuyente es uno de los tipos de deudor tributario,


pero se diferencia del responsable en vista que el primero es quien realiza el
hecho descrito en la hipótesis de incidencia establecida en la ley como
generador de la obligación tributaria.
Siguiendo a García Vizcaíno2, son contribuyentes los destinatarios legales del
tributo que están obligados a pagar al Fisco. Su obligación es a título propio, y
se dan estas dos características: 1.- A su respecto se configuro el hecho
imponible; 2.- Deben cumplir con el mandato del pago tributario.

Por su propia naturaleza, el contribuyente es el sujeto pasivo principal de la


obligación tributaria al ser el titular de la capacidad contributiva que la ley busca
gravar.
Mientras El Responsable, nuestra legislación considera como sujeto pasivo al
contribuyente como al responsable, quien es deudor tributario por deuda ajena,
encontrándose así al pago del tributo a pesar de no haber realizado la hipótesis
de incidencia. Dicha situación surge para el responsable, entre otros factores,
por su vinculación, cercanía o relación con el hecho imponible o con el
contribuyente.

Es por ello que la responsabilidad se deriva de ciertas circunstancias previstas


en la ley, la misma que igualmente fija sus alcances.

1
Texto único del Código Tributario, libro primero. Disposiciones generales. 1999. P 06. Lima.
2
GARCIA VIZCAINO, catalina. Derecho Tributario. Consideraciones económicas y jurídicas. Tomo 1,
buenos aires: Ed. desalma 1996.p.325.

3
1.1. Definición etimológica:

Responsable, con origen en el vocablo latino responsum, es un término


con varios usos. En este caso, nos interesa su acepción como
el adjetivo que califica a la persona que tiene la obligación, ya sea moral
o legal, de responder por algo o alguien. Solidario, por su parte, es
aquel o aquello que se encuentra relacionado o vinculado con una
causa, una necesidad, etc.

Se conoce como responsabilidad solidaria a la obligación


compartida por varias partes respecto a una deuda o a otro
compromiso. Cuando existe una responsabilidad solidaria, una persona
tiene derecho a reclamar el pago de una deuda o el resarcimiento de un
daño a cualquiera de los responsables o incluso a todos ellos, sin que
ninguno pueda excusarse para evadir su responsabilidad.

Esto quiere decir que, en el caso de una deuda, el acreedor puede


reclamar la totalidad del pago a cualquiera de los individuos que son
responsables solidarios. Estos no pueden decidir abonar sólo una parte
o pedir que el acreedor se remita a otro de los responsables. Dicho de
otro modo: el responsable solidario tiene la obligación de resarcir la
totalidad de lo reclamado pese a que existan también otros deudores.

Para el acreedor, la existencia de responsables solidarios supone una


ventaja ya que puede reclamar el pago de la deuda a cualquiera de
ellos, debido a que todos deben responder de sus derechos. Cuando
consigue que la deuda sea saldada por alguno de los responsables
solidarios, ya no puede reclamar el pago a los demás (no puede
pretender cobrar su deuda más de una vez).

En muchas ocasiones, hay que subrayar que se tiende a confundir por


los ciudadanos de a pie lo que es la responsabilidad solidaria con la
responsabilidad subsidiaria. Sin embargo, son cosas diferentes. Esta
última se refiere a la que tiene un individuo por el incumplimiento en el
pago de una deuda por parte de una tercera persona. En concreto, lo
que sucede es que, ante la imposibilidad de conseguir recaudar el
dinero al titular, se procede a trasladar la obligación a los que poseen
cantidades pendientes de pago con él.

Con eso nos referimos al hecho de que este tipo de responsabilidad


sólo tiene lugar en el momento en el que el deudor principal no paga la
deuda que tiene contraída.

4
Para poder entender bien esa diferencia entre ambos tipos de
responsabilidad nada mejor que recurrir a un ejemplo específico. Así,
por ejemplo, si hacemos referencia a un préstamo con avales nos
topamos con el hecho de que los avalistas tienen una responsabilidad
subsidiaria, en tanto en cuanto se van a encargar de asumir el pago de
la deuda en el caso de que el titular no lo haga como corresponde.

De la misma manera, esos avalistas también cuentan con una


responsabilidad solidaria porque se puede ejercer sobre cualquiera de
ellos, de manera indistinta, una acción de cobro. Una responsabilidad
esta que, en este caso concreto, es totalmente exigible sin necesidad
de que el deudor principal se declare incapaz de hacerle frente a la
mencionada deuda.

De esta manera el responsable actúa de forma subsidiaria, solidaria o en


sustitución del contribuyente, pero sin llegar a desplazarlo del todo ya que tal
como señala Sotelo3 “El contribuyente siempre será necesario, aunque sea
solo para dar origen al hecho imponible que fue idealmente contemplado en la
hipótesis legal, y como se ha mencionado, el responsable no deriva su
obligación del hecho imponible sino de un presupuesto distinto que es, de
manera inmediata, la voluntad de la ley”.

1.2. Clases de responsables en Materia Tributaria

1.2.1. Responsable Sustituto


Aquel que se encuentra obligado al pago de la deuda tributaria en
lugar del contribuyente. De esta manera, el responsable desplaza al
sujeto pasivo principal, quien queda fuera de la obligación tributaria,
siendo aquel el único al pago del tributo.

Al respecto Bravo Cucci4 indica que “son sujetos que no han


realizado el hecho imponible, pero que por diversas razones
objetivas sustituyen al contribuyente en la calidad de sujeto pasivo”.

De ello se desprende que a diferencia del supuesto de


responsabilidad solidaria, el sustituto no se encuentra obligado
conjuntamente con el contribuyente, sino que lo sustituye como
sujeto pasivo de la obligación, desplazándolo del primer plano en la
responsabilidad sobre la deuda y convirtiéndose en único deudor
tributario.
3
SOTELO, Eduardo. Sujeción pasiva en la obligación tributaria. Derecho y Sociedad. N° 15, Año XII, 2000,
p.202. Lima
4
BRAVO GUCCI, Jorge. Fundamentos de derecho tributario. Lima: Palestra editores.2006. p. 303.

5
1.2.2. Responsable Subsidiario
Sujeto a quien el Fisco debe exigir el pago del tributo, únicamente si
luego de haberse dirigido al contribuyente o sujeto pasivo principal,
no ha obtenido el cumplimiento de la prestación debida.

1.2.3. Responsable Solidario


Sujeto que se encuentra al pago íntegro de la deuda tributaria
conjuntamente con el contribuyente y a elección del Fisco, es decir
este responsable se encuentra en el mismo plano que el
contribuyente, de tal manera que el Fisco podría exigir el
cumplimiento de la prestación tanto al contribuyente como al
responsable indistintamente.

Existe solidaridad cuando cada una de las personas indicadas está


obligada al cumplimiento de determinada obligación en un mismo
plano, en la misma posición, sin considerar orden de prelación
alguno y por el integro de la obligación.

2. Responsabilidad en el Código tributario – Nociones básicas5

Nuestro código tributario recoge, en su artículo N° 16, la responsabilidad


solidaria, salvo tratándose de los agentes de retención y percepción que
habiendo retenido o percibido el tributo no hubieran efectuado el pago
respectivo al Fisco. En estos últimos casos, dichos agentes se convierten
en los únicos obligados al pago del tributo, por lo que se les considera como
responsables sustitutos.

En efecto el código tributario establece una relación de personas que son


consideras responsables solidarios por propia naturaleza, atendiendo a su
calidad de representantes, por el incumplimiento del pago de las deudas de
las personas o entes bajo su cargo, así como a sus condiciones de
administradores de bienes.

El referido artículo del código establece: Están obligados a pagar los tributos
y cumplir las obligaciones formales en calidad de representantes, con los
recursos que administren o que dispongan, las personas siguientes:

1. Los padres, tutores y curadores de los incapaces.

2. Los representantes legales y los designados por las personas jurídicas.

5
HUAMANI CUEVA, Rosendo, Código Tributario Comentado. Deudor tributario. P.274 y sgts.

6
3. Los administradores o quiénes tengan la disponibilidad de los bienes de
los entes colectivos que carecen de personería jurídica.

4. Los mandatarios, administradores, gestores de negocios y albaceas.

5. Los síndicos, interventores o liquidadores de quiebras y los de


sociedades y otras entidades.

En los casos de los numerales 2, 3 y 4 existe responsabilidad solidaria


cuando por dolo, negligencia grave o abuso de facultades se dejen de pagar
las deudas tributarias. En los casos de los numerales 1 y 5 dicha
responsabilidad surge cuando por acción u omisión del representante se
produce el incumplimiento de las obligaciones tributarias del representado.

(*) Se considera que existe dolo, negligencia grave o abuso de facultades,


salvo prueba en contrario, cuando el deudor tributario:

1. No lleva contabilidad o lleva dos o más juegos de libros o registros para


una misma contabilidad, con distintos asientos.

A tal efecto, se entiende que el deudor no lleva contabilidad, cuando los


libros o registros que se encuentra obligado a llevar no son exhibidos o
presentados a requerimiento de la Administración Tributaria, dentro de un
plazo máximo de 10 (diez) días hábiles, por causas imputables al deudor
tributario.

2. Tenga la condición de no habido de acuerdo a las normas que se


establezcan mediante decreto supremo.

3. Emite y/u otorga más de un comprobante de pago así como notas de


débito y/o crédito, con la misma serie y/o numeración, según corresponda.

4. No se ha inscrito ante la Administración Tributaria.

5. Anota en sus libros y registros los comprobantes de pago que recibe u


otorga por montos distintos a los consignados en dichos comprobantes u
omite anotarlos, siempre que no se trate de errores materiales.

6. (**) Obtiene, por hecho propio, indebidamente Notas de Crédito


Negociables, órdenes de pago del sistema financiero y/o abono en cuenta
corriente o de ahorros u otros similares.

7. Emplea bienes o productos que gocen exoneraciones o beneficios en


actividades distintas de las que le corresponden

7
8. Elabora o comercializa clandestinamente bienes gravados mediante la
sustracción a los controles fiscales; la utilización indebida de sellos, timbres,
precintos y demás medios de control; la destrucción o adulteración de los
mismos; la alteración de las características de los bienes; la ocultación,
cambio de destino o falsa indicación de la procedencia de los mismos.

9. No ha declarado ni determinado su obligación en el plazo requerido en el


numeral 4 del artículo 78º.

10. Omite a uno o más trabajadores al presentar las declaraciones relativas


a los tributos que graven las remuneraciones de éstos.

11. Se acoge al Nuevo Régimen Único Simplificado o al Régimen Especial


del Impuesto a la Renta siendo un sujeto no comprendido en dichos
regímenes en virtud a las normas pertinentes.

Es así que con este artículo se regula la responsabilidad de los


representantes, cuando esta responsabilidad se convierte en solidaria. Esto
significa que no siempre los representantes son responsables solidarios con
el contribuyente, sino, solo en aquellos casos establecidos por el código
tributario.

Por ello el primer párrafo del artículo señala que están obligados a pagar los
tributos y cumplir las obligaciones formales en calidad de representantes;
con los recursos que administren o que dispongan las personas antes
detalladas. Así mismo en el tercer párrafo establece los casos en el que el
legislador presume la existencia de responsabilidad solidaria; por lo tanto,
la responsabilidad solidaria no es una condición intrínseca a la investidura
de la representación, sino es una consecuencia al actuar del propio
representante.

Esto significa que la representación puede ser legal (por mandato de la ley)
o convencional (acuerdo de voluntades).

Haciendo un desglosamiento del artículo, tenemos que en el numeral 1) se


señala la existencia de representación legal; es decir, que los
representantes legales de los incapaces ejercen los derechos civiles de
estos, según las normas referentes a la patria potestad, tutela y curatela, es
decir se está regulando los casos de incapacidad de ejercicio, tal como lo
señala el art. 42° del código civil, tienen plana capacidad de sus ejercicios
las personas que hayan cumplido los 18 años de edad, salvo los casos de
sujetos completamente incapaces y relativamente incapaces.

8
El numeral 2) indica a los representantes legales y los designados por las
personas jurídicas; esto significa que se está mencionando a los
representantes legales no comprendidos en el primer numeral y los
representantes convencionales.

En el numeral 3) se señala a los administradores o quienes tengan la


disponibilidad de los bienes de los entes colectivos que carecen de
personería jurídica.

El numeral 4) menciona a los mandatarios, administradores, gestores de


negocios y albaceas. Como sabemos, el mandatario es la persona a quien
se le ha otorgado un poder para que ejerza determinadas actividades; los
administradores son aquellas personas nombradas como tales en este caso
por las asociaciones civiles; los gestores de negocios son aquellas
personas que aunque no cuentan con las facultades de representación y sin
estar obligados, asumen la gestión de negocios o la administración de los
bienes de otro que lo ignora y el albacea es aquella persona nombrada
como tal en un testamento, a quien se le denomina también ejecutor
testamentario y se le encomienda el cumplimiento de las disposiciones del
testador.

El tercer párrafo también señala que existirá responsabilidad soldaría


cuando por dolo, por negligencia grave o abuso de facultades se deja de
pagas las deudas tributarias, asimismo indica en el caso de los numerales 1
y 5, habrá responsabilidad solidaria cuando por omisión o acción de los
representantes no se cumple con el pago de los tributos y el cumplimiento
de los deberes de naturaleza formal.

Además, se indica que en relación al dolo, negligencia y abuso de


facultades, se presume su existencia, si se da indistintamente cualquiera de
las 11 causales establecidas en el, salvo prueba en contrario. Es decir que
en cualquiera de estos casos la administración tributaria presumirá la
existencia del dolo, negligencia grave y abuso de facultades y será el
responsable solidario quien tendrá la carga de la prueba.

9
CAPITULO II

RESPONSABILIDAD SOLIDARIA

3. Responsabilidad solidaria en materia fiscal

Para Miguel Esquivel, el “responsable tributario es el sujeto titular de una


obligación accesoria (dependiente y subordinada), subsidiaria y no
contributiva, pero tendiente a asegurar el pago del tributo, ya sea
configurándose como una garantía de la prestación tributaria, o ya como
una sanción que pretende reparar el daño causado por determinadas
conductas ilícitas.”

Para Ernesto Flores, los “responsables son terceros ajenos a la situación


que dio nacimiento al crédito fiscal, pero se convierten a su vez en deudores
o sujetos del crédito por mandato de la ley.”

El grupo considera que la responsabilidad solidaria es aquella que ya sea


por mandato judicial o por el acuerdo de voluntades, es exigible al pago de
la obligación tributaria, siempre y cuando se cumpla lo establecido en el
código para su configuración como tal.
3.1. Efectos de la responsabilidad solidaria

Los efectos de la responsabilidad solidaria se encuentran tipificados en


el art. 20° del código tributario.
- La deuda tributaria puede ser exigida total o parcialmente a cualquiera
de los deudores tributarios o a todos ellos simultáneamente, salvo
cuando se trate de multas en los casos de responsables solidarios que
tengan la categoría de tales en virtud a lo señalado en el numeral 1. del
artículo 17°, los numerales 1. y 2. del artículo 18° y el artículo 19°.

- La extinción de la deuda tributaria del contribuyente libera a todos los


responsables solidarios de la deuda a su cargo.

- Los actos de interrupción efectuados por la Administración Tributaria


respecto del contribuyente, surten efectos colectivamente para todos los
responsables solidarios. Los actos de suspensión de la prescripción
respecto del contribuyente o responsables solidarios, a que se refieren
los incisos a) del numeral 1. y a) y e) del numeral 2. del artículo 46°
tienen efectos colectivamente.

- La impugnación que se realice contra la resolución de determinación de


responsabilidad solidaria puede referirse tanto al supuesto legal que da
lugar a dicha responsabilidad como a la deuda tributaria respecto de la
cual se es responsable, sin que en la resolución que resuelve dicha

10
impugnación pueda revisarse la deuda tributaria que hubiera quedado
firme en la vía administrativa.

Para efectos de este numeral se entenderá que la deuda es firme en la


vía administrativa cuando se hubiese notificado la resolución que pone
fin a la vía administrativa al contribuyente o a los otros responsables.

- La suspensión o conclusión del procedimiento de cobranza coactiva


respecto del contribuyente o uno de los responsables, surte efectos
respecto de los demás, salvo en el caso del numeral 7. del inciso b) del
artículo 119°. Tratándose del inciso c) del citado artículo la suspensión o
conclusión del procedimiento de cobranza coactiva surtirá efectos para
los responsables sólo si quien se encuentra en dicho supuesto es el
contribuyente

Para que surta efectos la responsabilidad solidaria, la Administración


Tributaria debe notificar al responsable la resolución de determinación
de atribución de responsabilidad en donde se señale la causal de
atribución de la responsabilidad y el monto de la deuda objeto de la
responsabilidad.

3.2. Emisión de la Resolución de Determinación al Responsable

La emisión de la resolución de determinación es el acto por el cual la


Administración Tributaria pone en conocimiento del deudor tributario y/o
responsable solidario el resultado de su labor destinada a controlar el
cumplimiento de las obligaciones tributarias, y establece la existencia del
crédito o de la deuda tributaria. (Artículo 76º del Código Tributario).

Una vez que se ha demostrado que el responsable ha incurrido en alguno


de los supuestos mencionados en el artículo 16° CT, precisando que ha
obrado con dolo, negligencia grave o abuso de facultades, entonces la
Administración Tributaria a través de la emisión de una Resolución lo
nombrará responsable solidario, para poder proceder a realizar la cobranza
de los tributos adeudados del contribuyente, siempre y cuando se
encuentren exigibles tributariamente.

La carga de la prueba recae en la Administración salvo los supuestos de


excepción previstos en el Código Tributario. Por ende, es ella quien debe
sustentar adecuadamente la existencia de la responsabilidad con la debida
actuación de los medios probatorios idóneos y un razonamiento lógico
suficiente que pueda formar convicción sobre la responsabilidad del
administrador.

11
La Resolución que emita la Administración Tributaria en donde se impute la
responsabilidad solidaria deberá estar motivada. El concepto de la
motivación del pronunciamiento que se debe seguir en cumplimiento de lo
señalado por lo dispuesto en la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento
Administrativo General, específicamente en los artículos 3° y 6° .

El Tribunal Constitucional ha expresado su posición respecto a la


motivación de los actos administrativos, ello se puede apreciar en la
Sentencia recaída en el Expediente Nº 02247-2011-PA/TC, de fecha 10 de
enero de 2012, donde se señala lo siguiente

El derecho a la motivación de las resoluciones administrativas es de


especial relevancia. Consiste en el derecho a la certeza, el cual supone la
garantía de todo administrado a que las sentencias estén motivadas, es
decir, que exista un razonamiento jurídico explícito entre los hechos y las
leyes que se aplican.

Constituye una exigencia o condición impuesta para la vigencia efectiva del


principio de legalidad, presupuesto ineludible de todo Estado de derecho. A
ello, se debe añadir la estrecha vinculación que existe entre la actividad
administrativa y los derechos de las personas. Es indiscutible que la
exigencia de motivación suficiente de sus actos es una garantía de
razonabilidad y no arbitrariedad de la decisión administrativa.

4. Responsabilidad Solidaria en calidad de representantes: Causales

4.1. Primer supuesto (Numerales 1 y 5)


La segunda parte del segundo párrafo del artículo en análisis señala
que en los casos de los numerales 1 y 5, surge la responsabilidad
solidaria cuando por acción u omisión (debidamente acreditada) del
representante se produce el incumplimiento de las obligaciones
tributarias del representado.

4.2. Segundo supuesto (Numerales 2,3 y 4)


En estos supuestos existirá responsabilidad solidaria cuando por dolo,
negligencia grave o abuso de facultades se dejen de pagar las deudas
tributarias, en estos casos estamos dentro del sistema de
responsabilidad solidaria subjetiva.

4.2.1. Dolo, negligencia grave o abuso de facultades


Así, para atribuir responsabilidad solidaria le corresponde a la
administración tributaria acreditar y probar la existencia de dolo,

12
negligencia grave o abuso de facultades. En otras palabras, debe
acreditarse fehacientemente que la actuación de los eventuales
responsables esté vinculada al no pago de la deuda tributaria y que
aquella actuación fue dolosa, con negligencia grave o abuso de
facultades.

- Dolo. Se configura en la actuación –acción u omisión-


intencional del representante cuya finalidad es incumplir con la
obligación en provecho propio o ajeno. La RTF N° 2574-5-2002,
recurriendo par conceptuar al dolo al art. 1318 del C.C
(“procede con dolo quien deliberadamente no ejecuta la
obligación), concluyó que actúa con dolo quien con conciencia,
voluntad e intención deja de pagar la deuda tributaria. Ahora
bien en este caso puede incluso materializarse en acciones
maliciosas o maquinaciones diversas destinadas a engañar o
inducir a error con el fin de, a sabiendas, con conciencia y
voluntad, incumplir con la obligación tributaria del representado.

- Negligencia grave. Descuido, omisión o falta de aplicación, para


el grupo será la omisión de la diligencia o la falta de cuidado que
se debe poner en los negocios, en las relaciones con las
personas, en el manejo o custodia de las cosas y en el
cumplimiento de los deberes y misiones, o su cumplimiento
parcial contra la posibilidad de obrar mejor. De este modo en
general, se configurara en la omisión del representante del
deber u obligación de atender un hecho previsto o posible de
prever, o cuyas consecuencias sean previsibles, considerando
además la posibilidad que el acto negligente sea evitado.

13
Señalan Muñoz Najar y de la Vega, que una acción negligente
se caracteriza por los elementos siguientes: i) Previsibilidad de
las consecuencias derivadas de tal acción, es decir, la
existencia de una acción proporcional entre la causa y el efecto
del acto; ii) Posibilidad del presunto responsable de evitar el acto
negligente y su consecuencia, iii) Que el presunto responsable
mediante el acto negligente manifieste una actitud de evidente
descuido de los bienes o intereses confiados a su cuidado.

- Abuso de facultades. Se considera que existe tal cuando el


representante, con determinadas y limitadas facultades, realizan
acciones que exceden los límites establecidos o actúa
usurpando facultades que no le han sido conferidas.

4.2.2. Omisiones por las que responderá el responsable en el


segundo supuesto

La Directiva N° 011-99/SUNAT ha precisado que los representantes


legales, administradores, mandatarios, gestores de negocio y
albaceas pueden ser responsables solidarios con el contribuyente,
respecto de aquellos actos vinculados a su gestión. En tal medida,
está misma directiva, refiriéndose directamente a los numerales 2,3
y 4 del art. 16°, señala que el responsable debe responder, entre
otros casos, por las omisiones siguientes:

- Los tributos cuya determinación correspondía a sus


representados como contribuyentes o responsables y cuyo plazo
de pago venció durante el período de gestión del responsable.
- Los intereses que se hubieran derivado de la falta de pago de la
deuda tributaria que debió pagarse durante la gestión del
responsable.
- Las multas por incumplimiento de obligaciones formales a cargo
de sus representados, que debieron cumplirse durante la gestión
del responsable.
- Las cuotas impagas de beneficios tales como el
fraccionamiento, cuyo vencimiento se produjo en su gestión.
- Las obligaciones tributarias que resultan exigibles durante su
función, aun cuando el nacimiento de las mismas se haya
producido con anterioridad.

Según el Informe N° 339-2003-SUNAT/ 2B0000, Para efectos de la


exigencia de determinada deuda tributaria a un sujeto que de
acuerdo con lo establecido en el artículo 16° del TUO del Código
Tributario tenga la condición de responsable solidario de la misma,

14
será necesaria la emisión de un acto de determinación en el que la
Administración Tributaria identifique a dichos sujetos como
deudores tributarios en calidad de responsables solidarios, y
establezca el importe de la deuda por la que resultan obligados bajo
dicha condición.

En ese sentido, tratándose de los supuestos previstos en los


numerales 2,3 y 4 de la norma en mención, no bastará la
publicación de la relación de contribuyentes que tengan la condición
de no habidos a que se refiere el artículo 6° del Decreto Supremo
N° 102-2002-EF para fines de considerar atribuida la
responsabilidad solidaria.

Siendo que el acto de determinación de la obligación tributaria por


parte de la Administración Tributaria se establece como
consecuencia de un proceso de fiscalización o verificación, será
necesario que se lleve a cabo este proceso para efectos de la
imputación de responsabilidad solidaria.

La responsabilidad solidaria en los supuestos a que se refieren los


numerales 2, 3 y 4 del artículo 16° del TUO del Código Tributario
sólo podrá alcanzar el pago de las obligaciones tributarias a las que
estaban obligadas a cumplir dichos sujetos en su calidad de
representantes, esto es, aquellas cuyo incumplimiento se haya
verificado durante su gestión, independientemente de la fecha de
emisión y notificación del acto mediante el cual se exija su
cumplimiento.

Respecto de dichas obligaciones, sin embargo, la atribución de


responsabilidad solidaria sólo procederá en la medida que la
Administración Tributaria acredite la existencia de dolo, negligencia
grave o abuso de facultades por parte del representante, salvo que
se trate de obligaciones correspondientes a periodos en que el
contribuyente o representado tuvo la condición de no habido, en
cuyo caso no procederá que se atribuya tal responsabilidad
únicamente si el representante prueba que actuó con dolo,
diligencia o dentro de los límites de sus facultades.

La frase "salvo prueba en contrario" contenida en el tercer párrafo


del artículo 16° del TUO del Código Tributario permite al sujeto que
tiene la representación del contribuyente omiso, acreditar que pese
a la condición de no habido de su representado, actuó con dolo,
diligencia y/o dentro de los límites de sus facultades.

15
ANÁLISIS:

Conforme lo establece el artículo 16° del TUO del Código Tributario,


están obligados a pagar los tributos y cumplir las obligaciones
formales en calidad de representantes, con los recursos que
administren o que dispongan, entre otros:

a) Los representantes legales y los designados por las personas


jurídicas;

b) Los administradores o quienes tengan la disponibilidad de los


bienes de los entes colectivos; y,

c) Los mandatarios, administradores, gestores de negocios y


albaceas.

Según agrega el citado artículo, en los supuestos en mención existe


responsabilidad solidaria cuando por dolo, negligencia grave o
abuso de facultades se dejen de pagar las deudas tributarias.

A tal efecto, la norma indica que se considera que existe dolo,


negligencia grave o abuso de facultades, salvo prueba en contrario,
cuando el deudor tributario tenga la condición de no habido de
acuerdo a las normas que se establezcan mediante decreto
supremo.

Al respecto, el artículo 4° del Decreto Supremo N° 102-2002-EF


establece que el deudor tributario adquirirá automáticamente la
condición de no habido, sin que para ello sea necesario la
realización y notificación de acto administrativo adicional alguno si
no cumple con el requerimiento de la Administración para que
dentro del plazo de cinco (5) días hábiles declare su nuevo domicilio
fiscal o confirme el declarado en el RUC, en los casos previstos en
el artículo 3° de dicho Decreto.

El artículo 6° del mismo dispositivo legal señala que la


Administración Tributaria publicará mensualmente la relación de
contribuyentes que tengan la condición de no habido así como de
aquellos que la levanten en el Diario Oficial o en uno de mayor
circulación o en la respectiva página web.

Como se puede apreciar de las normas antes glosadas, un


contribuyente adquiere automáticamente la condición de no habido
cuando, dentro del plazo de cinco días hábiles, no cumple con el
requerimiento de la Administración Tributaria para declarar su

16
nuevo domicilio fiscal o confirmar el declarado en el RUC, en los
casos señalados en el artículo 3° del Decreto Supremo N° 102-
2002-EF. Vale decir, la condición de no habido se adquiere con el
solo transcurso del plazo en mención, siendo irrelevante para tal
efecto que la Administración realice la publicación a que se refiere
el artículo 6° del aludido Decreto.

Ahora bien, en caso que un contribuyente tenga dicha condición y


se verifique el incumplimiento en el pago de los tributos a su cargo,
la Administración Tributaria podrá presumir, salvo prueba en
contrario, la existencia de dolo, negligencia grave o abuso de
facultades por parte de los sujetos que, en calidad de
representantes del contribuyente no habido, debieron haber
cumplido con el pago de dichos tributos con los recursos que
administraban o disponían de aquél.

La aplicación de dicha presunción, tratándose de los representantes


legales y los designados por personas jurídicas; los administradores
o quienes tengan la disponibilidad de los bienes de los entes
colectivos; así como los mandatarios, administradores, gestores de
negocios y albaceas de contribuyentes no habidos, determina que
la Administración Tributaria pueda exigir a estos sujetos, en forma
solidaria simultánea o sucesivamente al contribuyente no habido
que representan, el pago de los tributos respecto de los cuales éste
se encuentre omiso.

Dicha exigencia, sin embargo, requerirá de un acto de


determinación en el que, en aplicación de las citadas normas, la
Administración Tributaria identifique al referido representante como
deudor tributario en calidad de responsable solidario, y establezca
el importe de la deuda por la que resulta obligado bajo dicha
condición.

En efecto, de acuerdo con el inciso b) del artículo 59° del TUO del
Código Tributario, es por el acto de determinación de la obligación
tributaria que la Administración Tributaria verifica la realización del
hecho generador de la obligación tributaria, identifica al deudor
tributario, señala la base imponible y la cuantía del tributo.

En tal virtud, para efectos de la exigencia de determinada deuda


tributaria a un sujeto que de acuerdo con lo establecido en el
artículo 16° del TUO del Código Tributario tenga la condición de
responsable solidario de la misma, será necesaria la emisión de un

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acto de determinación en el que se le atribuya responsabilidad
solidaria por la deuda en mención.

Así pues, no bastará la publicación de la relación de contribuyentes


que tengan la condición de no habidos a que se refiere el artículo 6°
del Decreto Supremo N° 102-2002-EF para efectos de considerar
atribuida dicha responsabilidad solidaria, más aún si se tiene en
cuenta que con la referida publicación no se identifica a los sujetos
que estarían obligados en calidad de responsables solidarios, ni se
establece el importe de la deuda a la que alcanzaría tal solidaridad.

Ahora bien, conforme fluye de lo establecido en los artículos 60° y


75° del TUO del Código Tributario, la determinación de la obligación
tributaria por parte de la Administración Tributaria se inicia por
propia iniciativa o denuncia de terceros y, se establece como
consecuencia de un proceso de fiscalización o verificación, en cuya
virtud dicho proceso será necesario para fines que la Administración
efectúe la atribución de responsabilidad solidaria.

Cabe tener en cuenta que de acuerdo con lo establecido en el


artículo 16° del TUO del Código Tributario citado precedentemente,
la responsabilidad solidaria en el caso de los representantes legales
y los designados por las personas jurídicas; los administradores o
quienes tengan la disponibilidad de los bienes de los entes
colectivos; y, los mandatarios, administradores, gestores de
negocios y albaceas, surge cuando por dolo, negligencia grave o
abuso de facultades dichos sujetos dejar de pagar las deudas
tributarias de cargo de sus representadas.

Tal responsabilidad solidaria se establece en la norma atendiendo a


que la misma obliga a dichos sujetos a pagar los tributos y cumplir
las obligaciones tributarias de cargo de sus representadas, con los
recursos que administran o dispongan de ellas.

En ese orden de ideas, la responsabilidad solidaria en los


supuestos en mención sólo podrá alcanzar el pago de las
obligaciones tributarias a las que estaban obligadas a cumplir
dichos sujetos en su calidad de representantes. Vale decir, sólo
alcanzará a las obligaciones tributarias cuyo incumplimiento se
verifique durante su gestión, siendo irrelevante la fecha de emisión
y notificación del acto mediante el cual se exija su cumplimiento.

Ahora bien, una vez establecido que las obligaciones tributarias por
las que se puede imputar responsabilidad solidaria son aquellas

18
cuyo incumplimiento se verifique durante la gestión del
representante, debe considerarse que para efectos de tal
imputación es necesario acreditar la existencia de dolo, negligencia
grave o abuso de facultades por parte de dicho representante.

Al respecto, el artículo 16° del TUO del Código Tributario establece,


como regla general, la obligación de la Administración Tributaria de
probar la existencia de dolo, negligencia grave o abuso de
facultades, habiéndosele dispensado de dicha obligación, entre
otro, cuando el contribuyente o representado tiene la condición de
no habido. En este supuesto, si bien se presume el actuar doloso,
gravemente negligente o de abuso de facultades por parte del
representante, se le permite probar en contrario para fines de
levantar la referida presunción.

Así pues, tratándose de obligaciones tributarias cuyo


incumplimiento se haya verificado durante la gestión del aludido
representante, la Administración Tributaria podrá atribuir a éste
responsabilidad solidaria y exigirle su cumplimiento previa
acreditación de la existencia de dolo, negligencia grave o abuso de
facultades. Tal acreditación, sin embargo, no será necesaria
durante los períodos en que el contribuyente o representado haya
tenido la condición de no habido.

Finalmente, conforme se manifestara precedentemente, la frase


"salvo prueba en contrario" contenida en el tercer párrafo del
artículo 16° del TUO del Código Tributario permite al sujeto que
tiene la representación del contribuyente omiso, acreditar que pese
a la condición de no habido de su representado, actuó con dolo,
diligencia y/o dentro de los límites de sus facultades.

Ello, sin perjuicio de que se pueda cuestionar la validez de la


condición de no habido del contribuyente o representado por no
haberse ajustado la Administración al procedimiento establecido en
el Decreto Supremo N° 102-2002-EF, en cuyo caso, por no
corresponderle al contribuyente la condición de no habido, no
podría ser de aplicación la presunción establecida en la norma en
mención, estando la Administración obligada a acreditar la
existencia de dolo, negligencia grave o abuso de facultades por
parte del representante para efectos de poder imputarle
responsabilidad solidaria.

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5. Acreditación para la atribución de la responsabilidad solidaria

5.1. Primer Supuesto

Para el primer supuesto (numerales 1 y 5), la administración tributaria


debe acreditar la condición de representante legal del imputado y
sustentar que el incumplimiento de las obligaciones o deudas tributarias
del representado se produjo como consecuencia de la acción u omisión
de los representantes, sin duda en el periodo correspondiente a su
representación o gestión.

5.2. Segundo Supuesto

Para los casos del supuesto segundo (numerales 2,3 y 4) como ya se


ha señalado; la administración tributaria para atribuir y determinar
responsabilidad solidaria debe acreditar fehacientemente la existencia
de dolo, negligencia grave o abuso de facultades. Por cierto, sobre esto
último, el párrafo final del art. 16°, incorporando por el artículo 3 de la
ley N° 27335, recalca que, salvo los casos que expresamente se
indican en el penúltimo párrafo, en todos los demás casos, corresponde
a la administración tributaria probar la existencia de dolo, negligencia
grave o abuso de facultades.

En ese sentido, nuestro máximo tribunal tributario en reiteradas


jurisprudencias resolvió exigiendo para la atribución o imputación de
responsabilidad solidaria la probanza de diversos aspectos, entre otros:

- La calidad o condición precisa de representante.


- La certeza de su nombramiento.
- La vinculación con el periodo para el que atribuye la
responsabilidad.
- Las facultades de los representantes y apoderados; y si la
misma incluye la responsabilidad en la gestión administrativa así
como si tenía funciones – o estaba facultado- vinculadas a la
determinación y pago de tributos.
- La participación del imputado en los actos que llevaron al
incumplimiento, fundamentalmente su participación como
representante de la empresa en la decisión de no pagar los
tributos adeudados o de incumplir deliberadamente el pago de
los tributos, o su participación en acciones que hayan impedido
el pago de los mismos.

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6. Responsabilidad solidaria en calidad de adquirientes

El artículo 17 del Código Tributario regula -de manera general- la


responsabilidad solidaria derivada de la adquisición de activos. Entre los
supuestos allí contemplados, se encuentra el relativo a la adquisición de
activos por causa de operaciones de reorganización societaria. En efecto, el
artículo referido dispone lo siguiente: «(…) Son responsables solidarios en
calidad de adquirentes (…): (…) 3. Los adquirentes del activo y/o pasivo de
empresas o entes colectivos con o sin personalidad jurídica. En los casos
de reorganización de sociedades o empresas a que se refieren las normas
sobre la materia, surgirá responsabilidad cuando se adquiere el activo y/o
pasivo». Con el fin de comprender las posibles interpretaciones del artículo
bajo análisis, consideramos conveniente detallar brevemente sus
antecedentes normativos.

6.1. Antecedentes

El antecedente originario del actual Artículo 17 del Código Tributario es


el artículo 8 del Decreto Supremo 263-H del 12 de agosto de 1966, que
establecía lo siguiente: «Artículo 8. Son también responsables
solidarios: (…). Los adquirentes y demás sucesores en el activo y
pasivo de empresas o entes colectivos, con o sin personalidad jurídica.
Esta responsabilidad cesará al año de efectuada la transferencia, si fue
comunicada a la Administración Tributaria, dentro del plazo que señala
la Ley o reglamento respectivo». De acuerdo con esta disposición, el
hecho imponible que daba lugar a la responsabilidad se verificaba solo
en el caso de la adquisición de un bloque patrimonial conformado por
activos y pasivos. En otras palabras, para que el adquirente tuviese la
calidad de responsable solidario del contribuyente no bastaba con que
hubiese adquirido solo activos o solo pasivos: necesariamente debía
haber adquirido ambos. Como es notorio, la responsabilidad solidaria
cesaba al año de efectuada la transferencia del bloque patrimonial,
siempre y cuando la misma hubiera sido comunicada a la
Administración Tributaria. El artículo bajo comentario fue modificado por
el Decreto Legislativo 187 del 15 de junio de 1981, quedando redactado
tal como se muestra a continuación: «Artículo 8. Son también
responsables solidarios: (...)

Los adquirientes y demás sucesores en el activo y pasivo de empresas


o entes colectivos, con o sin personalidad jurídica, quedando
comprendidos en este inciso los casos de fusión y liquidación de
empresas. Esta responsabilidad cesará al año de efectuada la
transferencia, si fue comunicada a la Administración Tributaria, dentro
del plazo que señala la Ley o el Reglamento respectivo». Como se

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podrá advertir, la modificación incluyó como hechos generadores de
responsabilidad solidaria los casos de adquisición de activos y pasivos
producidos en el marco de procesos de fusión y liquidación de
empresas. El plazo de cese de la referida responsabilidad seguía
siendo el mismo. Posteriormente, el artículo 8 del Código Tributario,
aprobado por Decreto Supremo 395-82-EFC del 30 de diciembre de
1982, reguló la responsabilidad solidaria materia de análisis en los
mismos términos que los contemplados por el Decreto Legislativo 187.
Sin embargo, dicho artículo fue modificado por el Decreto Legislativo
300 del 30 de julio de 1984, quedando redactado de la forma que se
señala a continuación: «Artículo 8. Son también responsables
solidarios: (…).Los adquirientes y demás sucesores en el activo y
pasivo de empresas o entes colectivos, con o sin personalidad jurídica.
Esta responsabilidad cesará al año de efectuada la transferencia si fue
comunicada a la Administración Tributaria dentro del plazo que señala
la ley o el reglamento respectivo. Tratándose de fusión y liquidación de
empresas, la responsabilidad cesará al vencimiento del plazo de
prescripción». Con esta nueva modificación se establece expresamente
un plazo de vencimiento distinto para el caso específico de la
adquisición de activos y pasivos con motivo de la fusión y liquidación de
una empresa. La redacción introducida por la referida modificación fue
mantenida por el Nuevo Texto Único Ordenado del Código Tributario,
aprobado por el Decreto Supremo 218-90-EF del 29 de julio de 1990. El
24 de noviembre de 1992 se publicó el Decreto Ley 25859, que aprobó
el nuevo Texto del Código Tributario, derogando al Decreto Supremo
218-90-EF.

En este nuevo cuerpo legal la responsabilidad solidaria de los


adquirentes pasó a estar regulada por el Artículo 17 del referido código,
con los siguientes alcances: «Artículo 17. Son responsables solidarios
en calidad de adquirentes: (…). Los adquirentes del activo y pasivo de
empresas o entes colectivos, con o sin personalidad jurídica. La
responsabilidad de los herederos y demás adquirientes a título
universal, cesará al vencimiento del plazo de prescripción. La de los
otros adquirentes cesará a los dos (2) años de efectuada la
transferencia, si fue comunicada a la Administración Tributaria dentro
del plazo que señale esta». Como se podrá notar, el Decreto Ley 25859
no mantuvo la referencia específica a los casos de fusión y liquidación
de empresas. Por otro lado, el cómputo de los plazos de cese de la
responsabilidad solidaria quedó sometido a un criterio novedoso,
basado en el tipo de adquisición realizada, a título universal o a título
particular. El texto trascrito fue mantenido por el Código Tributario
aprobado por el Decreto Legislativo 773 del 31 de diciembre de 1993 y
por el Código Tributario aprobado por el Decreto Legislativo 816 del 21

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de abril de 1996. Sin embargo, este último decreto legislativo fue
modificado por la Ley 27038 del 31 de diciembre de 1998, de modo que
el artículo 17 del Código Tributario aprobado por el decreto en cuestión
quedó redactado de la siguiente manera: «Artículo 17. Responsables
solidarios en calidad de adquirentes Son responsables solidarios en
calidad de adquirentes: (…). Los adquirentes del activo y pasivo de
empresas o entes colectivos con o sin personalidad jurídica. En los
casos de fusión y escisión de sociedades a que se refiere la Ley
General de Sociedades surgirá responsabilidad solidaria cuando se
adquiere el activo y/o el pasivo. La responsabilidad cesará: a)
Tratándose de herederos y demás adquirentes a título universal, al
vencimiento del plazo de prescripción. Se entienden comprendidos
dentro del párrafo anterior quienes adquieran activos o pasivos como
consecuencia de la fusión o escisión de sociedades de acuerdo a la Ley
General de Sociedades. b) Tratándose de los otros adquirentes cesará
a los 2 (dos) años de efectuada la transferencia, si fue comunicada a la
Administración Tributaria dentro del plazo que señale esta». La referida
modificación introdujo un párrafo similar al que el Decreto Ley 25859
eliminó.

En dicho párrafo, quedaron comprendidos dentro del supuesto de


adquisición a título universal los casos de los adquirentes de activos o
pasivos en el marco de procesos de fusión y de escisión. A diferencia
de textos anteriores, este nuevo texto no exigía la adquisición de activos
y pasivos, bastando con que se adquiriese cualquiera de ellos. El Texto
Único Ordenado del Código Tributario, aprobado por el Decreto
Supremo 135-99-EF del 18 de agosto de 1999, recogió la redacción
contemplada por la Ley 27038. Posteriormente, el artículo 17 del
referido Texto Único Ordenado fue modificado por el Decreto Legislativo
953 del 5 de febrero de 2004. De este modo, el artículo en cuestión
quedó redactado hasta hoy de la siguiente manera: «Artículo 17.
Responsables solidarios en calidad de adquirentes (…) Son
responsables solidarios en calidad de adquirentes: 3. Los adquirentes
del activo y/o pasivo de empresas o entes colectivos con o sin
personalidad jurídica. En los casos de reorganización de sociedades o
empresas a que se refieren las normas sobre la materia, surgirá
responsabilidad solidaria cuando se adquiere el activo y/o el pasivo. La
responsabilidad cesará: a) Tratándose de herederos y demás
adquirentes a título universal, al vencimiento del plazo de prescripción.
Se entienden comprendidos dentro del párrafo anterior quienes
adquieran activos y/o pasivos como consecuencia de la reorganización
de sociedades o empresas a que se refieren las normas sobre la
materia. b) Tratándose de los otros adquirentes cesará a los 2 (dos)
años de efectuada la transferencia, si fue comunicada a la

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Administración Tributaria dentro del plazo que señale esta. En caso se
comunique la transferencia fuera de dicho plazo o no se comunique,
cesará cuando prescriba la deuda tributaria respectiva».

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