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Puno espera cerca de 780 millones de dólares de inversión minera

Los Andes 28MAY13


La actividad minera es considerada como la columna vertebral de la economía,
un eventual revés en la producción y exportación de minerales incide de
manera directa en el desempeño económico del país. Según el BCR en los
últimos años, las exportaciones mineras en Puno disminuyeron y eso hace que
también reciba menos dinero por canon y regalías mineras.
Actualmente, la región Puno cuenta con una cartera de dos proyectos mineros
estimada en 780 millones dólares, entre ellos se destaca el proyecto Corani, a
cargo de la empresa canadiense Bear Creek que consiguió la venia de la
población del distrito de Corani para extraer plata durante 20 años, con una
inversión de 600 millones de dólares.

Preparando la contaminación
Mientras que, el proyecto aurífero Ollachea a cargo de la IRL, espera el visto
bueno final del estudio de impacto ambiental para iniciar sus actividades a fines
de este año, con una inversión estimada en 180 millones de dólares, que
comenzaría a producir anualmente entre 100.000 y 115.000 onzas de oro en el
2015.
Otras 3 empresas que están en proceso de exploración también sumarán la
inversión minera en nuestra región: Llalahui, Candelaria y Macusani; al igual
que los dos anteriores proyectos auríferos, buscan obtener la licencia social y
ambiental.
Cabe destacar que Puno es la única región productora de estaño en el Perú; a
nivel mundial se ubica tercero, mientras que a nivel de Latinoamérica es el
primero. La producción en el año 2012 alcanzó a 26 mil 105 Toneladas
Métricas de contenido fino.
En cambio, en la producción de oro (125 mil onzas), se ubica en séptimo lugar
a nivel nacional, después Moquegua, Ayacucho, Madre de Dios, Arequipa, La
Libertad y Cajamarca.
Mientras, se tiene una reserva probada de 29 mil 490,326 que representa el 5%
a nivel nacional y se ubica en sexto lugar.
En este momento, en territorio puneño vienen operando en proceso de
producción 4 empresas mineras: Princesa Cartagena, Ana María, Arasi y
Tacasa, en la extracción de minerales cuyas exportaciones aparentemente han
disminuido.
Según reportes del Banco Central de Reserva del Perú, durante febrero de este
año, la región Puno presentó una disminución de 4,0%, con relación al mismo
mes de 2012, resultado del menor dinamismo mostrado por las empresas
productoras de plata (-31,5%), zinc (-21,3%), plomo (-15,2%) y estaño (-
13,0%).
En conjunto representaron el 67,0% del Valor Bruto de Producción (VBP); sin
embargo, esta situación fue contrarrestada en parte por la mayor producción de
oro (24,3%), cuyo VBP representó el 33,0%.
En cuanto a los precios internacionales del estaño, oro y plata, disminuyeron
0,1; 6,8 y 11,4% respectivamente, comparados con el año anterior. Mientras
que, en el acumulado de enero a febrero, la producción minera disminuyó
8,6%, debido a la menor producción de plata (-22,9 %), plomo (-22,0 %), zinc (-
18,9 %) y estaño (-18,4 %).
Esto representa una señal de alerta de estancamiento de las exportaciones y
afectan en el crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI), que a nivel nacional
las estimaciones están proyectadas en 6,3% de acuerdo a las proyecciones del
BCR.
Sin embargo, en el momento el Perú es una de las economías con mayor
crecimiento en América Latina y es el tercer país con menor deuda pública en
su PBI, gracias a las divisas generadas por la explotación de recursos
naturales.
“El 60% del territorio de la región Puno, es considerado potencial para la
actividad minera, somos ricos en recursos naturales y hay que aprovecharlos,
pero hay exigir a las empresas a que actúen con responsabilidad social y
ambiental”, refiere César Rodríguez Aguilar, director regional de Energía y
Minas.
Dijo que en el momento se ha registrado 4 mil 552 concesiones mineras, que
comprenden la pequeña, mediana y la gran minería. La mayoría de ellas se
encuentran en las provincias de Sandia y Carabaya.
El mapa minero en Puno se divide en dos variantes, los metálicos y los no
metálicos, en el primer caso están ubicados en las provincias de Sandia,
Carabaya, Lampa, Melgar y Puno. En cambio los no metálicos, se encuentran
en Azángaro, Puno, San Román y Melgar.
APORTE DE LA MINERÍA
El aporte económico del sector minero es fundamental en el desarrollo de las
regiones, pero poco se conoce sobre la inversión de las mismas, resulta
contraproducente cuando poblaciones cercanas a los centros mineros son las
menos favorecidas y las más pobres, cuando en realidad ellas deben ser la
prioridad.
contaminacion
De acuerdo al portal de Transparencia Económica del Ministerio de Economía y
Finanzas, en el año 2012 la región Puno recibió 392 mil 994,441 millones de
soles, por concepto de canon minero, regalías mineras y derecho de vigencia.
Desde este punto de vista, la actividad minera se considera muy importante
porque genera divisas al país y contribuye al desarrollo de la misma. Sin
embargo, el problema radica cuando no se actúa con responsabilidad social y
ambiental, generando conflictos sociales.
En el caso de Puno, el hecho más patético fue las protestas sociales de la
poblaciones aymaras de las provincias de Chucuito, Yunguyo y El Collao,
ocurrido en mayo y junio del año 2011 en rechazo a las concesiones mineras,
la cual concluyó con la cancelación temporal de la minera Santa Ana.
http://punoculturaydesarrollo.blogspot.pe/2013/05/mas-mineria-en-puno.html

El proyecto de Bear Creek Mining prevé producir hasta 13 millones de onzas de


plata anuales, requerirá una inversión de al menos US$574 millones, y ha
logrado la aprobación social en una región peruana con antecedentes
importantes en conflictos.

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Notas al editor
En 2013 Perú fue responsable del 14.1% de la producción mundial de plata, lo
que lo ubicó en el tercer lugar en ese ranking. Esa posición fue incluso mejor a
inicios de ese año, antes de que China le arrebatara el segundo lugar. Desde
ese momento, tanto el Estado como el gremio minero de ese país han
intentado dinamizar las inversiones mineras, a fin de recuperar el sitial perdido.
Uno de los proyectos que alberga más esperanza para la minería argentífera
peruana es Corani, el cual producirá entre 8 y 13 millones de onzas de plata
anuales. Es propiedad de la empresa canadiense Bear Creek Mining
Corporation, quien lo maneja a través de su subsidiaria Bear Creek Mining
Company Suc del Perú, empresa que se constituyó en el 2000.

El proyecto está ubicado a una altura que oscila entre los 4.800 y 5.100 msnm,
en el distrito de Corani, provincia de Carabaya, en la región Puno. Según el
Ministerio de Energía y Minas (Minem), comprende 12 concesiones mineras en
un área de 5,180 hectáreas (Corani I, Corani II, Corani III, Minazpata 1,
Minazpata 2, Minazpata 3, Minazpata 4, entre otras).

A partir de su estudio de factibilidad (desarrollado por Independent Mining


Consultants), se descubrió que cuenta con reservas probadas y probables que
alcanzan las 156.13 Mtm, con leyes de 53.79 g/t Ag; 0.904 % Pb y 0.493% Zn.
Para ellas, se han calculado precios que oscilan entre los US$ 18 por oz/Ag;
US$ 0.85 por lb/Pb y US$ 0.85 por lb/Zn.

Asimismo, los recursos medidos e indicados ascienden a 134.461 Mtm, con


leyes de 20,5 g/t Ag; 0,38 Pb y 0,29% Zn, y los recursos inferidos son de
49.793 Mtm, con leyes de 30 g/t Ag; 0.464% Pb y 0.278% Zn.

Inversión y construcción

Andrés Franco, gerente de Asuntos Corporativos de Bear Creek Mining, señala


que la inversión prevista para el proyecto originalmente es de US$574.37
millones. No obstante, revela que están modernizando los precios, a partir de
algunas alzas básicamente en los bienes de capital. “Aún no hemos hecho el
cálculo, pero creemos que habrá una apreciación considerable”, indica.

En septiembre de 2013, el Ministerio de Energía y Minas aprobó su Estudio de


Impacto Ambiental (EIA). Para lograr este objetivo, tuvo que subsanar
observaciones relacionadas al manejo de tierras y a la mejor en el cálculo para
determinar las filtraciones de agua.

La empresa decidió que el tipo de minado sea a cielo abierto, y que el material
extraído será llevado a una planta concentradora diseñada para tratar 22,500
tpd de mineral. Según información oficial, el proceso de recuperación de
mineral se hará por un circuito de flotación de plomo, donde se recobrará la
mayor parte de la plata, seguida de flotación de zinc, en la que también se
proyecta recuperar plata.

La producción de mineral se transportará en camiones al Puerto de Matarani de


donde se llevarán a las fundiciones para el respectivo proceso.
Franco adelanta que la vida útil de la minera será de 20 años, más dos años
que tomará el cierre de mina. La producción estimada anual será de 13.4 Moz
Ag para los primeros cinco años y 8 Moz Ag durante la vida útil de la mina.

El contrato social

El distrito altiplánico de Corani tiene el 90% de sus habitantes en condición de


extrema pobreza. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (Inei),
el ingreso per cápita es de 101.00 soles mensuales (unos US$35), la principal
actividad económica es la ganadería, y el 92% de adolescentes, entre 11 y 18
años, sufre de desnutrición crónica.

Se ha precisado que el área de influencia del proyecto Corani está conformada


por las comunidades campesinas de Chacaconiza y Quelcaya, con 140 y 180
pobladores, respectivamente.

Es importante recordar que la región Puno tiene antecedentes de movimientos


radicales y antimineros importantes. En 2011, precisamente, detuvieron el
proyecto Santa Ana de Bear Creek. A pesar de todo, en junio del año pasado,
estas comunidades y otras cercanas otorgaron la licencia social a la minera,
acuerdo que se selló en una Mesa de Desarrollo que contó con la presencia del
Primer Ministro y el ministro de Energía y Minas de ese entonces, además del
Presidente Regional de Puno y autoridades locales.

Fruto de esa reunión, la empresa se comprometió a entregar US$1,6 millones


anuales durante 23 años, a través de un fideicomiso, y con el objetivo de
financiar obras de carácter social en beneficio de la población.

Quizás la iniciativa más interesante que la empresa ha llevado a cabo es la que


tiene con la Asociación de Estudiantes Corani para el Desarrollo (Asescode),
una organización de jóvenes locales que, en un principio, estuvieron en
desacuerdo con el proyecto minero, llegando, incluso, a paralizar los primeros
talleres que se organizaron para iniciar el EIA.

Elisabeth Peralta, miembro de Asescode, recuerda que no sabían de aspectos


de la etapa de producción, qué insumos iban a utilizar, y de dónde iban a
manipular el agua. Además, estaban disconformes porque la empresa asumía
erróneamente que en Corani no había profesionales.

Tras reunirse con el gerente de asuntos Corporativos de Bear Creek Mining, les
propusieron elaborar un estudio que incluía estrategias de crecimiento en
educación, salud, así como el establecimiento de iniciativas empresariales,
propuestas que la consultora a la que había recurrido la minera en un primer
momento no ofreció.

La confianza depositada se plasmó en la presentación del “Estudio de Línea de


Base: Comunidades campesinas de Chacaconiza y Quelcaya”, documento en
el que detallan personalmente la problemática de su localidad, con una visión
conocedora de las particulares condiciones socioeconómicas.

Tanto Elisabeth como sus compañeros han concluido que durante mucho
tiempo los recursos que recibían no los sabían canalizar ni destinar a las
necesidades urgentes que tenían. Confiesa que poco a poco, la gente comprueba que
es mejor trabajar con una minera formal y no con una informal, como las que abundan
en la región de Puno.

http://www.latinomineria.com/reportajes/corani-la-mayor-inversion-minera-en-puno/
Puno: En La Rinconada más de 30 mil personas se dedican a la minería
informal
Es el centro poblado más alto del mundo donde viven a más de 5,400 metros
sobre el nivel del mar.

La tierra del oro es color gris. Gris, como sus casas hechas de aluminio;
plomiza, como las piedras que contienen su dorado mineral, como el agua de
las lagunas que llevan relave; negruzca, como sus trochas que sirven de
carreteras, que no son otra cosa que caminos de barro ennegrecidos por el
triste andar de sus gentes y su lento desarrollo.

La tierra del oro se llama La Rinconada y es un centro poblado con 70 mil


habitantes, ubicado en Puno. Es un territorio a 5.400 metros de altitud. Un lugar
que alberga a 30 mil mineros informales que trabajan donde la respiración
parece imposible y la adaptación del cuerpo es un lento pesar. “ Esta tierra es
de machos” , se jactan sus mineros uniformados con overoles, guantes y
cascos de colores. “ Los mismos puneños se ahogan allá” , te advierten sobre
este lugar donde la temperatura llega a los -15 grados con lluvia, nevado y
granizo.

Que lo llamen el poblado más alto del mundo no es gratuito, la National


Geographic la nombró así en el 2003 y la describió como un pueblo donde casi
ninguno de sus habitantes se enriquece. Y no se equivocan: Es un lugar donde
no existe el agua potable ni el alcantarillado. Su lago es un charco contaminado
por el mercurio, necesario para la extracción del oro. La puerta de ingreso a
este centro poblado, es un botadero del tamaño de un estadio de fútbol al
borde de la carretera. La necesidad se observa en cada rincón.

HOMBRE DE MINA.- El poblador más antiguo de La Rinconada se llama


Rafael Pari Chino. Tiene 72 años y ha pasado 60 dedicado al trabajo entre
socavones.

“ Es difícil vivir así. Pero gracias a esto tengo mi tienda y mi carro” , cuenta,
quien tiene la piel curtida por el frio y se mantiene en actividad tomando una
hierba andina llamada cañihua y se desintoxica bebiendo un tarro de leche por
día.

- ¿Cómo llegó aquí?

- “ Dejé el campo porque ya no me daba dinero. En esos tiempos todo era


desierto, no había campamento minero, nos metíamos en cuevas y sacábamos
el oro” , recuerda, mirando con una especie de añoranza las montañas que
antes escaló y hoy son un difícil y escarpado rincón.

Rafael Pari es uno de los hombres que entre los años setenta y ochenta
llegaron a La Rinconada con un espíritu aventurero. Campesino empobrecido y
motivado por el rumor del oro glaciar en las alturas de un pueblo de los andes
peruanos. Don Rafael -como las cientos de personas que llegaban hasta acá-
buscaban en la tierra un poco de progreso. No les importó las condiciones
climáticas extremas ni la altitud. Se quedaron y crearon un pueblo al pie de un
glaciar que se volvió mitológico. Levantaron casas de aluminio y de material
noble, colocaron tiendas, bazares y hasta paraderos de buses interprovinciales.
Hoy se ven hasta hostales y bares de mala reputación. Camionetas 4x4 que
recorren sus difíciles caminos. Pero también pequeños restaurantes donde se
ofrece ceviche y comida criolla.

En medio de este laberinto de casas que colocan letreros con la palabra


“ Oro” en sus puertas, la ciudad ha crecido hasta el punto que se ven nuevas
viviendas en las partes más altas de los nevados. Hoy, seis décadas más tarde
de la llegada de los primeros pobladores, ellos continúan allá, con las mismas
esperanzas con las que llegaron: el sueño del dorado lo quieren hacer realidad.

“ Soy el último de mi generación” , insiste don Rafael. “ Ya todos los que


llegaron conmigo están bajo tierra, se murieron. En un principio no conseguí
ningún ‘ cachorreo’ pero después todo mejoró” , insiste con orgullo y rodeado
de su esposa y una de sus hijas, que lo miran con la atención de un héroe, de
un sobreviviente.

Pero vale detenerse un momento. Cuando don Rafael habla de ‘ cachorreo’


se refiere a una práctica ancestral que permanece en la minería informal. Los
trabajadores operan en la mina durante una semana y sacan todo el oro
posible para su empresa contratista. Aunque no cobran un salario, obtienen
como recompensa un día de trabajo para que ellos puedan extraer todo el
mineral que puedan.

Esa es su ganancia.

“ Así ganamos nuestra chispita de oro” , vuelve a intervenir orgulloso don


Rafael, metro 55 de estatura, piel cobriza y cuarteada y con un uniforme de
minero que parece nunca se lo saca.

TIERRA DORADA.- Cuando se habla de dinero, los mineros son cautelosos.


Cuando se les pregunta por sus ingresos, pueden mirarte con duda, con una
desconfianza nacida por el incremento de la inseguridad en el lugar. Entonces,
prefieren ser evasivos. Pero cuando entran en confianza se animan a hablar de
cifras aproximadas.
Un minero puede ganar cinco mil soles al mes y libres de impuestos. Otros
menos afortunados pueden llevarse mil. “ ¿Por qué crees que siguen acá?” ,
se pregunta Salvador Ramos, gerente de seguridad ocupacional de la
Corporación Minera Ananea, empresa que alquila las zonas de exploración a
470 operadores mineros, los mismos que tienen a su cargo a 30 mil mineros.

Pero lo cierto es que para obtener mayores ganancias, ellos trabajan las 24
horas y arriesgan sus vidas. Hace unos días, tres de estos trabajadores,
murieron sepultados en el nevado Riticucho, que acoge a La Rinconada y al
centro poblado Lunar de Oro. Fallecieron por escalar las alturas de la montaña
y cavar sobre el hielo.

RUEDA DE LA FORTUNA. Para ganar más hacen largas jornadas durante los
siete días de la semana. Suben a las montañas, ingresan a las bocaminas y
caminan dos kilómetros hacia el interior del nevado. En estos socavones la
temperatura es de cero grados y -en varios casos- el techo y el suelo es de
hielo. En otras minas, ya hay caminos aplanados con los techos apuntalados
con columnas de madera, fierro y metal, para asegurar la vida de los
trabajadores.

Al interior de estas cuevas, los mineros hacen perforaciones, detonan dinamita


para debilitar la tierra y siguen picando la veta para extraer el mineral. Luego
llevan lo extraído a los trapiches -una especie de moledores de piedra- donde
mezclan el material con el mercurio y así ver cómo nace el dorado metal para,
finalmente, ser llevado al acopiador y recibir el tan ansiado dinero.

Todo este trabajo artesanal sucede en Perú, país que se coloca como el quinto
productor de oro en el mundo, por debajo de países como China, Rusia y
Estados Unidos.

RINCÓN DEL ABANDONO.-

En esta zona del altiplano peruano el oro suena a una aburrida palabra de
esperanza. Los pobladores acusan que lo único que brilla en este lugar es la
ausencia del Gobierno. En su posta médica -según testimonio del fotógrafo de
este reportaje- existe una camilla llena de polvo y se ven papeles manchados
de sangre en el piso. Allí, los niños se atienden por sus malestares
estomacales o infecciones que se originan por la contaminación que contraen
por los residuos sólidos y el agua contaminada. Este centro médico no atiende
situaciones de emergencia, así que los pacientes de gravedad deben viajar
hacia la ciudad de Juliaca, a tres horas de La Rinconada, si es que sufren un
grave accidente.

Pero no queda allí. En la municipalidad de La Rinconada se habilitó un espacio


para la comisaría. Aquí debería haber 60 efectivos, pero solo hay cuatro
agentes con el gesto de aburridos.

“ Tres patrulleros para resguardar la ciudad y tres ambulancias para nuestros


enfermos, no son suficientes para una población de 70 mil personas” ,
reflexiona el alcalde del centro poblado La Rinconada, José Mamani,
consciente de la inseguridad que se vive en este lugar.

“ Matan a nuestros esposos, les roban por llevarse su ‘ cachorreo’ y nadie


hace nada” , denuncia Juana Visa Huarsaya, una pallaquera de La Rinconada.

Las pallaqueras son mujeres que buscan chispas de oro entre los minerales
que han sido arrojados como desechos en el campo abierto. Ellas pueden
ganar unos dos mil soles, pero jamás entrarán a una mina ya que -según su
visión- podría traer mala suerte.

Con un martillo y un cincel en la mano, Visa, afirma: “ Estamos sin desayunar.


Trabajamos en esto porque no hay trabajo. Yo quiero que desaparezcan las
cantinas y los prostíbulos que hay acá. Nuestros esposos se malogran. Pero
parece que a nadie le importa” , insiste con su denuncia.

http://diariocorreo.pe/ciudad/los-topos-del-oro-569429/

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