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Yp ¥ resolvemos
5 una ver mas, la elastiidad de la produccion de bienes
© inemos con respecto al tipo de cambio, después de
© tlgunas sustituciones estaria dado por:
hte
ee ou >
© donde Y = ¥,, + ¥, es el ingreso privado total. Entonces
Inchsicdad del producw (¢ importciones) respec de la,
ealuacién es proportional a la diferencia en las pro-”
" yessiones marginales a consumir, a la participacién de
" ssalarios en el ingreso, y a la partcipacién de las impor-
| Benes en el mismo. También es una funcidn ereciente
del mark up. Silas propensiones al consumo som iguales,
Ja devaluacion no tiene efectos en el corto plzzo sobre el
proclucto, el empleo o el «mercio, sino simplemente des-
pleza ingreso de los salitios hacia las ganancias. La ce-
rnuencia tradicional de ins gobiernos radicales a devaluar
quiza tiene algo que ver con este hecho.
Efectos fiscales de la devaluacién
Los modelos tedticos de la balanza de pagos generalmen-
te ignoran el presupuesto del gobierno, pero las impli-
caciones fiscaies de la devaluacién quiza son de gran im-
portancia préctica. Hay un niimero de posibilidades: si el
presupuesto del gobierno no esti inicilmente en equil-
brio, hay un efecto ingreso comparable con el efecto de
la devaluacién via el déficit comercial; si hay impuestos
progresivos al ingreso, o mas altos impuestos sobre las
ganancias que sobre los salaros, el gobierno demandari
un incremento proporcional del ingreso; finalmente, si
hay impuestos ad alorem sobre exporaciones 0 impor
taciones, los mds altos precios de los bienes comerciables
redistribuirdn ingresos hacta el gobierno. Otra forma de
decir esto timo es que el sector privado paga mis por
imporar que lo que percibe por las exporaciones, atm
‘evando el comercio esti equilibrado para el pais en su
conjunto. Asi, nosotros damos otra versién de los efectos
en el equilibrio comercial que ya han sido discutidos.
Para ilustrar cémo las intervenciones fiscales pueden
propiciar que una devaluacién sea deflacionaria, conside
remos el caso de un impuesto a las exportaciones y
supongames 1, = 0; fy = Yy ¥- Ademés, supongarnos
‘que las cuentas comerciales el presupuesso del gobierno
‘estan inicialmente equilibrados, asi que P*,X =P" M
Yy + Yq = e2",X + Py — oP". Entonces nosotros
podemos obtener el siguionte resultado:
dH e 1
GS aad)
dou D>
La elasticidad de la devaluacién es proporcional a la
«asa impositiva sobre las exportaciones y la participacién
de las imporaciones en el ingreso. A pesar de que el
modelo supone una funcién de impuestos proporcional,
To que es relevante en general es la tsa marginal, la cual
quiza puede ser muy alta. En un caso més comtin, donde
ls exportaciones agricolas deben ser vendidas al Estado
a precios fjos, Ia asa marginal es una; de esta manera,
dl costo fiscal de la devaluacion es muy alto.
UN EJEMPLO NUMERICO
Parece importante proporcionar un ejemplo numé-
ico en este punto, por dos raiones. Primero, unesfuetzo por tratar el caso general del modelo analitico
produce un dlgebra muy complicada. Segundo, un ejem-
plo quizé ayudaria a persuadir al lector de que los efectos
considerados aqui son de hecho importantes y
curiosidades.
Para producir un modelo auantificable se roquiere
algo, aunque no mucha, de especialiracién de las formas
fancionales. Suponemos que los trabajadores y capitalis:
tas tienen funciones de consumo proporcionales con
participaciones Y¥y y Y%, constantes respectivamente. En-
tonces [6] puede ser descrita en forma especial:
Cuiedrot a
Valores supuestos de los pardmetros
"y.variables exégenas |
075 w |
025 ae ta
025 eg jer
1.0 1 20 |
os © 10
os x 15
02 e 10
04
Hoy LB) * ely / By +148
Las ecuaciones [17] son entonces un sistema a re
solver.
Los valores su
st0s de los parimetros y variables
exégenas estin dados en el cuadro 1. Los ntimeros son
seleccionados arbitrariamente, sin embargo, han sido se
leccionados para que caigan deniro de un rango “ra:
ble” para paises setaindustiializados.?
La devaluacién incrementa el valor de e mi
‘ja
todos les otros parimetros y variables exdgenas sin cam:
bio. Supongamos una devaluacién de 25%, podemos
estimar los efectos calculardo los valores de algunas
tidades importantes para ambas e = 1.0 y ¢ = 1.25. Les
resultados se muestran en. el cuadro 2.
‘Antes de !2 devaluacién la economia tenia un
comercial de 84% del PIB —grande pero no excepcio
Est muestra todas las caracteristicas que puede
tener una devaluacion defiacionaria —déficit inicial, dife-
rentes conductas de ahorro, impuestos ad ualorem sobre
Bienes comerciados—, pero ninguna en grado extrafi.
Cuando es devaluada la moneda, hay una deflaciin
sustancial. El PIB y la produccién real de bien
ticos caen, mientras el balance comercial mejora en térmi-
nos de délares porque las importaciones decrecen con:
juntamente con el producto. La pérdida en el P15 real de
7.9 podria en Ia prictica ser contrarrestada por algy
sensibilidad de las exportaciones a la devaluacion. Si
embargo, aun desde nuescros supuestos irrealistas de que
el contenido de productos importados en las exporacio
nes es cero, la elasticidad relevante tendia que ser
a dos, en el corm plazo, para restaurar el PIB (en e
de precios inicales
Finale
comportan de fornia diferente en términos reales que en
términos nominales. La caida del PIB a precios corrien
tes ¢s menor que la caida a precios constantes, mientras
ue el balance comercial de hecho empsora cuando 'o
medimos en moneda interna. La diferencia entre movi-
mientos reales y nominales (también puntualizada por
Hirschman (1949) y Cooper (1971)) tiene imporcancia
cobvia pera el andlisis monerarists de la devaluacién, el
vai sbordamos ahors.
EFECTOS MONETARIOS DE LA DEVALUACION
E- analisis de las secciones previas, es
mente keynesiano, que puede parecer pasado.
irrelevante para economistas identificados con el “enfo-
que monetario” de balanzas de pagos. Puede argu:
taree que los efectos de la devaluacién en el ingreso po-
drian ser poco importantes si la autoridad monetaria, en
lugar de fijar la tasa de interés, conserva algunos agrega-
Sin embargo, sila posit
enfoque pure
noda e
dos monetarios constantde ésempleo en lugar del supuesto monetarista de pleno
erupleo y niveles de precios flexibles, es permitida, nues-
tro anailisis concuerda cualitativamente con los modelos
sgenerales. La devaluacidn al incrementar los precios, in-
crementa Ia demanda nominal de dinero, en cualquier
nivel dado de producto y empleo. El efecto de impacto es
contraccionista, tanto mas 0 menos que cuando la tasa de
interés era considerada constante.
Para ilustrar el efecw> contraccionista por el lado del
monetarismo, adoptamos una posicién tedrica extrema
damente cuantitatva, con la cual hay una estricta relacion,
proporcional entre algunos agreyados monetatios y el
ingreso:
kite YD) 8]
donde Aes un agregado monetaro fijo en el corto plazo.
Usando las ecuaciones {1}5] y [8], podemos derivar el
siguiente resultado:
doe
= = kx + 0 /A-
de H
el cual siempre seri negativo. Entonces la devaluacién es
deflacionaria en el corto plazo tanto en modelos mone
taristas como keynesianos.
Otro ejemplo numérico puede ser considerado, Su:
pongamos que el estado inicial de la economia es el mis
mo que en Ia secei6n anterior, pero ahora, debido a que
el Banco Central mantiene M2 (por suposicién) constan-
te, el PIB nominal no cambia con la devaluacion. Los
resultados de 25% de devaluacién son presentados en el
cuadro 3.
En este caso la contraccién que resulta de la devalua-
ciGn bajo supuestos monetaristas es menor que bajo su-
paestos keynesianos, pero es todavia sustancial.
“Todo esto hace suponer que Is autoridad monetaria
realmente puiede determinar los agregados monetarios,
algunas veces ello no es posible. En muchos paises las
operaciones de mercado abierto no son factibles, y el go
bierno debe fiarse en su propio déficit~y en raros casos—
tuna balanza de pagos superavitarias para crear una nueva
base monetaria.
La identidad en la ausencia de operaciones de mere
doabierto (y sustirutos como el redescuerso y sobregiro)
cesth determinada por: creacion de base = deficit guberna-
‘mental + balance de pagos. Como hemos observado ya,
la devaluacion a menudo incrementaré los ingresos del
gobierno mediante su efecto sobre impuestos sndirectos.
También hemos observado que la devaluscién puede
causar déficit comercial, empeorindolo en moneda nacio-
nal aunque lo mejore en dolares (como también fue no-
‘zao en Cooper (1971). Es posible, y aun probable, que
[Bisaioz aes
BE -_ Btectos de una devaluacton
@=10e=125
Pe Nominal a costo
|p insores 17 mss
mis a proces
contarion wry a8 <2 |
Precios de los bienes |
Somesteos ee te eee
proaaen 6e bienes
Comics 1027 8085
baarce como
en dros, sor 2958
Balance comercial
| en moneda interna
Cuadro 3 7
Efectos considerendo ingres
e=10 2=125 %cambio
[ee s 12771229 38
| Produccién de bienes
domésticos 102.7 $86 «0 |
Belance comercial |
‘en délares 107 97 +93 |
Balance comercial
‘en moneda interna 407 424 4134
Ja devaluacion conducisia a una reduccidn en la tasa de
‘crecimiento de la base monetaria --como una influencia
deflacionaria adicional-, Este resultado es exactamente el
copuesto al preseatado por los modelos del “enfoque
monetatist” orrodoxo, como los de Johnson (1972).
IMPLICACIONES DE TOLITICA
E\ propssite de este articulo ha sido plantear que, al
‘menos en ¢! vorte plazo, la devaluacion puzde no seguir
el camino usualmente supuesto; que considerada por si
misma puede tener: ‘probablemente efectos indeseados de
movimicnoos en la distribucién del ingreso en contra del
‘wakajo; ademés, reduce el empleo el producto. ;Cusles
son nuestras recomendaciones a los paises con proble
mas de balanva de pagos? ;Deberiamos abandonar la
devaluacién como solucién debido a sus efectos inde-
seables?
‘La respuesta del tedrico seria que los efectos de la
devaluacin en la demanda agregada son irrclevantes. Los
gobiernos tienen otras herramientas con ias cuales puc-
den controlar la demanda. Si no les gustan los efec
tos de la devaluacién en la demanda agregada, po-
dein compensarlos siempre con politica fiscales‘o monetarias, dejando 2 lz devaluacién cumplir su pro
pésito primario de inducie a la sustitucién.
Empiricamente, los hombres arécticos responderian
que esta cuestin no es tan simple. Los gobiernos, espe-
ialmente en paises menos desarrollados, no son suficien-
temente flexibles para modelar finamente sus economias.
Entonces no podriamos asegurer que las devaluaciones
estarian acompatiadas de medidas de estabilizacion apro-
piadas y, por tanto, no es posible hacer caso omiso de los
efectos de la devaluacién sobre la demanda.
Hay un planteamiento razonable que surge de este
punto y continua como sigue:
I. En el corto plazo el deficit en ia balarza de pagos
es “estructural” eso es, las importaciones y exportacio-
rnes no son muy sensibles a cambios en los orecios para
tun nivel dado del producto doméstico.
Il. Como consecuencia, en el corto plezo, cualquier
efecto favorable de la devaluacion en el balance comercial
viene primariamente a través de una contraccisn econé-
mica més que de una sustnucién.
IL La devaluacion no solamente reduce el producto
‘yl empleo; también redistribuye el ingreso del trabajo al
capital.
IV. Asi, la devaluacién es un remedio costoso; y una
devaluacion lo suficientemente grande para reducir el
déficit sustancial en la balanza de pagos en el corto plazo,
puede ser inaceprable. En tal caso, los gcbismos podrian
pedir prestado para mantener en el corto plazo el déficix,
y trabajar para eliminar en el mediano plazo sus difcul-
‘tades estructurales por medio de la expansion de la pro-
duccién de bienes comerciables.
Lacuestin ahora es cSmo aproximarse correctamente
4 los problemas estructurales. En econoraias que estén
estrechamente ligadas al mercado mundial, fa inversié.
directa del gobierno probablemente no seria demasiado
til. El gobiemo puede construir y manejar carreteras,
presas y aun plantas de acero, pero hay pocos paises que
pueden efecrivamente producir pelucas, dentaduras pos
tisas, cosméticos 0 productos agricolas, aunque és0s pue
den ser precisamente los bienes que el pals tenga mas
‘oporninidad de exporar o susttuir por importaciones.
‘Asi, una politica disentada para expandir la capacidad del
sector productor de bienes comerciables probablemente
tendria que contar con un estimulo ala inversion privada.
Este ultimo puede ir acompafiado por una variedad de
instrumentos: subsidios, arf, créditos preferenciales,
miltiples tipos de cambio. Esto también puede estar
acompafiado, sin las distorsiones microecondmicas que
tales medidas crean, porla devaluacién, la cual incrementa
Jas ganancias en la produccién de bienes comerciables.
‘Quizi, entonces, uno podria pensar que fa devaluacion
{es una medida diseftada para eliminar dificultades en lz
‘balanza de pagos en el mediano més que en el corto
DS plazo.
Desaficndola vision establecida, estearticulo no niega
1a utilidad de la devaluacion como herremienta de pot
tiea. Es importante, sin embargo, que los hacedores de
politica estén conscientes de sus efectos contraccionistas.
‘Normalmente la devaluacién es considerada como una
medida de “variacién del gasto” que podria ser combina.
da con una politica equivalente de “disminucién del
gasto”. Como hemos visto, la devaluacion puede tener
por si misma efectos de reduecién del gasto. Un plan de
cestabilizacin el cuai combine devaluacién con incremen-
to de impuestos, puede entonces acumular deflacion so-
bre deflacién y el gobierno puede enfrentarse con una
disminucin en el producto mayor de la requerida. La
devaluacién puede en muchos casos ser acompaiiada por
medidas pata incrementar la demanda.
En cualquier caso, no ¢s el propdsito de este articulo
dar consejos de politica vilidos para todos los paises aio
largo del riempo. El punto importante es que la devalua-
ibn, puede ser deflacionaria y debemos estar alerma ante
esa posibilidad.
* Traducin delinglésde Monica Casto. Elarsiculo original
mente aparecié en Journal of Ieernational Economics 8 (1978) pp.
45446.
** Yale University, New Haven, CT 06520, USA.
| La posibildad de que la devaluacién produc una caida en
product ha sido reconocida internacionalmente por los coon
tmistas desde haze muchos aos, pero en planteamientos toricos
fest es rar, En el modelo desurrollado por Meade (1951), el cual
foe la base de muchos andlisis tedricos de devaluacion hasta me
iados delos aos scsent, Ia devaluacion puede producis contrac
‘Gon solamente sla condicion Marshall Lerner no se cumple, cosa
‘que ha sido descartada (por supuesto). Hirschman (1949) ba pla
teado mds claremente que la condicion MarshallLemer debe ser
rodlifeada cuando el comercio no est inicialmente equilibrado, y