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INTOXICACION AGUDA Y CRONICA

1. Las características generales de una intoxicación aguda

Debida a exposiciones de corta duración, con absorción rápida del tóxico. Obedecen a una
dosis única o a dosis múltiples absorbidas en un período de tiempo breve que normalmente
se fija en un máximo de 24 horas. Pueden ser graves. (Bestrate, 2001)

Consiste en la aparición de un cuadro clínico patológico, por la adsorción de una o varias


dosis o exposiciones a un agente durante un período de exposición inferior a 24 horas. En
algunos casos como lo que ocurre con el fósforo, los efectos podrían aparecer a la semana
de su ingestión o exposición.

•Subaguda: significa un menor grado de aparatosidad de la intoxicación, produciendo


algunos trastornos a nivel biológico pero sin manifestarse de forma aparente y clara.
Generalmente como consecuencia de un tiempo de exposición no demasiado grande al
agente. (Albert, 2007)

2. Y de una intoxicación crónica

Se debe a una exposición repetida al tóxico durante mucho tiempo, con absorción de dosis
incluso mínimas, casi inapreciables. Este tipo de toxicidad es frecuente en el medio laboral y
también tiene importancia en Toxicología alimentaria y Toxicología ambiental. El mecanismo
puede obedecer a dos causas:

a) Acumulación de dosis (Absorción > Eliminación)

Este mecanismo es característico de tóxicos acumulativos: metanol, compuestos


orgánicos clorados, derivados del arsénico y flúor, metales pesados (Pb, Hg, Cd, Tl), etc.
que son retenidos en el organismo a causa de afinidades de tipo físico (liposolubilidad) o
químico (fijación a un determinado componente celular). Alternativamente la retención
puede ser debida a una acción lesiva sobre el riñón que entorpezca la eliminación
(metales pesados). A consecuencia de esta acumulación se alcanzan niveles suficientes
del tóxico para que se manifieste la intoxicación. El tiempo requerido depende de la
magnitud de la dosis absorbida, la velocidad de eliminación y del intervalo entre
exposiciones.

b) Efectos aditivos (Suma de efectos). En este caso no es la dosis la que se acumula,


sino el efecto producido en el organismo por cada dosis. Experimentalmente se ha visto
que la administración de p-dimetilaminoazobenceno a ratas produce cáncer de hígado.
Este efecto aparece más o menos tarde en función de la pauta de administración del
tóxico (en el hipervínculo se reproduce tal experiencia).Se observa que la dosis total para
obtener el efecto es 1 gramo de producto sea cual sea el fraccionamiento cronológico.
Considerando que la eliminación del p-DAB es prácticamente total en 10 días, está claro
que en este caso no se trata de una acumulación de dosis ya que de ser así se
necesitarían dosis más elevadas a medida que se espaciaran más en el tiempo los
fraccionamientos.

Por ello, en las sustancias cancerígenas es prácticamente imposible fijar una dosis
umbral pues si se admite la persistencia del efecto después de la eliminación de la
sustancia responsable incluso dosis ínfimas pueden resultar peligrosas si la exposición se
mantiene o se repite durante un período amplio o si transcurre un tiempo suficiente para
que les permita manifestar su actividad. El factor tiempo es de la máxima importancia en
las sustancias cancerígenas y sólo se puede hablar de dosis mínima capaz de producir el
efecto. (Bestrate, 2001)

Se produce como consecuencia de la repetida absorción de un tóxico, siendo el tiempo


de exposición especialmente alto (>90 días). A veces esta intoxicación se produce por la
absorción de cantidades pequeñas de agente tóxico pero, ante las sucesivas
exposiciones, se produce acumulación en algún órgano o tejido. No suele manifestarse
(estado subclínico) hasta que llega el momento en que, por un estado fisiológico más bajo
o un posible movimiento del agente tóxico, se manifiesta a largo plazo. Generalmente,
esto suele ocurrir en nuestros días con el uso de plaguicidas, ciertos compuestos
químicos y por efecto de la Contaminación Ambiental. (Albert, 2007)

Bibliografía

 BESTRATEN BELLOVI, M. Seguridad en el Trabajo. INSHT. Barcelona, 2001. 81-


83.
 ALBERT, L. Introducción a la toxicología ambiental. México: Centro Panamericano
de Ecología Humana y Salud. 2007. 59-60.

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