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EL CUENTO MÁS LARGO

Francisco José Aguiar


A Isaías Medina
y José Daniel Suárez.
Muerte súbita

Como manejaba perfectamente el arte de reprimir, como no estaba habituada a arrojar


platos o decir unas cuantas groserías a modo de expresión, sufrió una implosión y se
desplomó en el acto. Los que la conocían se limitan a expresar con un tono lastimero lo
siguiente: ¡sólo tenía 26 años!
La marioneta

Pinocho, (la marioneta) al final adquiere forma humana.


La paradoja:
Martínez, (el humano) al final se convierte en una marioneta
y sin necesidad de hadas madrinas. Sólo requirió alcohol. Ríos de alcohol.
Inconciencia

Es duro saber que moriste sin haberte dado cuenta. Venías en tu auto y por no torcer a la
izquierda caes al vacío. Caes y ni siquiera tienes la dicha de haber sentido algo. Por
andar dormido le ahorras a la muerte el hecho de que te cierre los ojos.
Pase al cielo

El pase para entrar al cielo es un ticket dorado. Lo sostuve fuertemente mientras


esperaba mi turno. Observé un tiempo prudencial, el tiempo necesario para caer en
cuenta de que en el cielo nadie hace preguntas, nadie tiene criterio propio: sólo se rigen
por las normas del monarca. Rompí el ticket, decidí no salvarme.
Olvido fatal

Convulsionaba. Mi atención se concentraba en la efervescencia de su boca. Su esposa lo


había envenenado ¿y saben por qué? Todo porque se le olvidó el aniversario de bodas.
El ludópata

Apuesta el alma. Arroja los dados: el doble seis no sale.


Encuentro de cronopios

Cuando Cortázar ─ el cronopio mayor ─ estrechó mi mano. Los famas murmuraron:


estos escritores se las traen. Desperté exaltado de alegría y mi prima (la muy esperanza)
ni siquiera se tomó la molestia de acompañarme.
El filósofo

No sabía hacer nada excepto pensar. En la entrevista le preguntaron: ¿qué profesión


tiene usted? Cayó en cuenta que no lo iban a contratar así que dijo la verdad ─ soy
filósofo.
Último aliento

Después de entender el absurdo de vivir, morir no será tan pesado: esto pensó el minuto,
antes de que llegara el segundo cincuenta y nueve.
La expresión más rara del planeta

¡Me gustaría ser pobre!


Memoria fotográfica

Ella que se sabe hermosa, toma la cámara, alza la mano y clic, se toma una foto, dos
fotos; muchas en diversas poses. En una enarca la espalda, en otra se coloca la mano
izquierda en la cintura, en todas sonríe, en todas posee ese encanto de gracia sin igual.
La observo, hasta con los ojos cerrados la observo. No cabe duda: también he grabado
su estampa.
Instintos de supervivencia

A veces escondo la cabeza como el avestruz. O me hago el muerto como la zarigüeya. O


me enrollo como el ciempiés. O me escondo como los conejos. O me acorazo como las
tortugas. O me conformo con las sobras como los perros. O me interno en las sombras
como las cucarachas. O engaño como el pez piedra. O me escabullo como las ratas.

No me juzguen. Soy un hombre y como cualquier animal poseo instintos de


supervivencia.
Cuando era mi novia

Era toda ternura, era toda pasión, era mi vida. Ahora, es sólo mi esposa.
Tradiciones literarias

Whitman – whitmaniana
Borges – borgiana
Gallegos – galleguiana
Cortázar – cortaciana
Baudelaire – baudelariana
Quiroga – quiroguiana
Neruda – nerudiana
Goethe – goetheana
Vallejo – vallejiana
Aguiar: ausente.
Como lo pensó más de dos veces

Hubo un momento de silencio antes de decir: sí acepto.


La arribista

Antes de abandonarlo tuvo un acto de sinceridad. Escribió una nota donde expresaba lo
siguiente: Disculpa, no tengo nada en tu contra, fuiste el medio para lograr mis metas.
Reflexiones de un muerto

Un amor mal curado. Sí, eso fue, eso fue lo que me mató.
El erudito

Después de leer todos los libros de la biblioteca estatal comprendió que ninguno de ellos
enseña a vivir.
El paracaidista

Salta, aun teniendo la certeza de que pudiera no abrirle.


Perogrullada

Quizá ya todos lo saben pero tengo que decirlo: las palabras más bellas de libertad se
han escrito en la cárcel.
El último pensamiento de Goliat

El último pensamiento de Goliat antes de morir fue: no hay enemigo pequeño.


Origen fáctico

No se puede tapar el sol con un dedo, pero esa porción infinitesimal es suficiente para
los que se resisten a ver la realidad.
Amnesia

Sabía tanto de mí que tuve que creerle, con lágrimas en los ojos daba fe que era mi
madre.
Aquella mujer

Tenía tanto que entregar que entregó su vida y lo peor, a cambio de nada.
Pandemonio

Sé cómo se siente estar en la estación del metro, en el mercado, en los embotellamientos


de la ciudad. . . pero cuando te tengo cerca y mi excesiva timidez me impide decirte
algo, siento en carne viva, lo que es, un verdadero pandemonio.
Impresión

Tengo la sensación de haber estado aquí, de haber hablado contigo y aunque puedo jurar
nunca haber estado en este lugar… sé que al torcer a la izquierda nos toparemos con una
iglesia y con un cortejo fúnebre.
Erratas

Su artículo en contra de la conflagración circulaba por todo el país con el siguiente


titular: “Los herrores causan orrores” y porque la (H) se posicionó donde no debía,
todos formaron un gran revuelo y olvidaronse por completo de la errata mayor, esa que
cometemos con mayor frecuencia: amar la guerra.
La gota que derramó el vaso

Toc, toc, toc, toc. Se va llenando a cuentagotas. Toc, cae la gota que derrama el vaso. Lo
inevitable sucede. Pero nadie sabe de qué se llenó.
El mago

Una vez le pregunté a Miguel que cómo hacía para criar a tantos muchachos, a tamaña
familia, con un sueldo tan precario. Arrojó un suspiro, me tocó el hombro y me dijo que
hacía magia.
No tenía gorro ni varita. Pero supe inmediatamente que estaba frente a un mago.
No hay nada que explicar

El que nace para martillo, golpea. El que nace para clavo, recibe el golpe.
Reflexión

El viejo sostenía: tener ochenta y nueve años no sería tan malo si no fuera por la
nostalgia, el ocio y la esperanza.
Tedio

Y me cansé de hacer nada.


Epitafio

Como cualquiera de ustedes


tuve una meta
la mía no fue ir más lejos;
si no más cerca
lo suficiente como para encontrarme.
Al salir del coma

La noción de haber perdido la noción del tiempo era lo único que tenía.
Te fuiste

Me quedé, con ese sabor: sabor a despedida.


Tragedia

Nada de lo que sabe le sirve para triunfar.


Puedo asegurar

Esopo se hizo de muchos enemigos por su manía de fabular.


Manifiesto creador

Mi “creo” es el de crear, no el de creer.


Comprobación de una teoría

Después de embriagarse, el mundo le empezó a dar vueltas ─ dijo ─ Copérnico tiene


razón: el mundo es redondo.
En tres y dos

Era cuestión de morir o matar y yo maté.


La ninfómana

Siempre quise saber cuáles eran sus pensamientos después de hacer el amor.
Equis

Lo asesinaron. La prensa local lo resalta en la página de sucesos. En el pueblo es la


comidilla del día. Pero como es un (X), un cualquiera, en un parpadeo lo olvidan.
Rayuela

Horacio, Maga, Merannys y yo, jugábamos la rayuela. Cuando a Merannys le tocó dar
el salto ─ ese que la conduciría a otra casilla ─ caí en cuenta, de que ya no podría
prescindir de sus brazos.
Ella y yo

La única forma de comunicación que teníamos era la discusión, pero destaco: todo el
tiempo nos comunicábamos.
Honestidad

Me gustaría decir que te amé como a nadie, que te amé como nunca. Pero no me gusta
mentir.
Destino cruel

No supo cómo ni cuándo. Simplemente se volvió complicado, pensativo y serio. Un


adulto nuevo, uno más, de la larga cadena de seres sin gracia ni brillo.
Nuestro canto es más que una voz

Amigo Walt, Walt Whitman, nuestro canto es más que una voz, también es la suma de
todos los silencios… nuestro canto, lo que somos y más que una trova, es la esencia de
la esencia, el vaho vital de todo nuestro contorno. Sigamos cantando amigo mío;
sigamos cantando, que para cantarle a la existencia fuimos creados, ella misma nos
clama: oíd.
Recién descubrí

Hay una enorme brecha entre la luz y la oscuridad y se rompe cuando se abren los ojos.
Para variar

─ Llegó un salvador. No pudo salvarse.


─ Ojalá llegue una salvadora. Para variar las cosas.
Obras inconclusas

Seis libros que nunca terminaron de escribirse exponían lo poco o lo mucho que en ellos
se había plasmado con un dejo de tristeza: eran mis libros y los evoco pues ellos
personifican las obras inconclusas.
El pseudoingeniero

El ingeniero puso su mejor esfuerzo, pero no se le ocurrió ni una idea. El albañil tomó la
soga, la instaló en la polea y asunto arreglado.
Fracasé

Llegada la hora donde de nada valen las palabras ni los recuerdos, tuve que admitirlo:
fracasé.
Verdad irrefutable

Todo es mezcla, todo se diluye. Sólo un elemento se mantiene puro: el odio.


Eureka

No salí corriendo desnudo, sin embargo, cuando te encontré no dejaba de gritar que te
encontré. Qué arrobamiento me produjo tu hallazgo.
El ermitaño

Cree que alcanzará la libertad suprema en cuatro paredes.


Despedida

Cargar el cadáver de nuestro amor ha sido un fiasco.


La elección pobre

Sabía poco de casi nada y para colmo de males eligió el oficio menos lucrativo: el de
escritor.
Algo poco común

Érase una vez un hombre que hizo lo que hacen las más de las mujeres al verse solas
con sus hijos: hizo de madre y padre a la vez.
Perturbación

Las ranas alborotadas croan. No puedo dormir. Los sonidos primarios me hacen
recordar la paz: bien que no poseo.
La mayor de las utopías

El mundo en llamas: paraíso vivo de los pirómanos.


En guerra: Edén de los mercenarios.
En paz: la mayor de las utopías.
Bautizo

No sabiendo cómo llamarla la llamó Clarisa y desde ese día Clarisa fue una revelación.
La verdadera historia

El Rey Midas no convirtió en una estatua de oro a su hija al tocarla. Lo que hizo fue
cambiarla por oro: la casó con el mejor postor.
Mientras miraba el medanal

Mientras miraba el medanal el mundo entraba por mis ojos y no sólo de forma
metafórica, sino también de forma literal. Lo advertí por mis lágrimas: ráfagas de arena
nublaron mi vista.
No fue amor a primera vista

El olor que me hechiza es más que feromonas y efluvio virginal. No fue amor a primera
vista. Fue amor a primer olfato: un inhalar bastó.
La divorciada

Aludía a su exmarido de la siguiente forma: “Antes, me exasperaban sus mentiras.


Ahora, me hacen falta”.
Coloquio

Arguyó el espantapájaros: ─ me encantan los pájaros, me gustaría atraerlos pero mi


imagen desaliñada sólo logra ahuyentarlos. (A veces se logra lo contrario de las
verdaderas intenciones…) dijo un gato que traía un ratón muerto en el hocico ─ fíjate ─
quería jugar con él y terminé matándolo.
El errante

No habiendo encontrado ni un minuto de reposo decidió dar media vuelta e ir pos de su


augusto camino.
Me dijo

Los océanos se formaron de todas las lágrimas que se han derramado y la arena de
tiempo perdido ─ pensé ─: ha de ser por eso que existe tal cantidad.
Paradoja

Al estar en libertad encontrose preso de alegría.


Así habló el traicionado

No caí por inocente, caí por costumbre.


Manifiesto rebelde

Si el cielo está lleno de mártires no quiero entrar en él.


Razonamientos

Utilizar una página para escribir un cuento, de una, dos, o tres líneas es un desperdicio.
Como escritor este no es mi razonamiento, pero sí el de los ecologistas.
Date cuenta

Las cartas de amor que no entregué. Las que me guardé por miedo o cuando las fui a
entregar era tarde. Por alguna broma macabra del destino fueron las mejores.
Aquel hombre

Oculta algo que siempre trae consigo.


Certidumbre absoluta

Tengo la certeza de que con tan sólo accionar un botón se puede destruir el mundo.
La gallina

Le tenía miedo a todo y aunque era un hombre le decían gallina. La gallina, para ser
exactos.
Masa crítica

Los peces voladores comprendieron la expresión que dice: “Para qué nadar si se puede
volar”.
Ya que el amor nos hace vulnerables

Ni Superman se sintió invencible cuando se enamoró.


Sentimiento de pérdida

Aquella mañana de enero sentí que no estabas.


Resignada desesperanza

Y se sentó a esperar algo que nunca ocurrió.


Actuación

Cuando lloras lo haces sin ganas, pero lo haces tan bien, que no puedo hacer otra cosa
que mostrarme condescendiente a todos tus caprichos.
El tonto de Demetrio

A Demetrio lo querían porque era más fiel que un perro, más trabajador que un burro y
más dócil que un cordero, pero el muy tonto nunca se dio cuenta de que lo querían sólo
por estas cosas.
El excombatiente

Cuán horror sentí al darme cuenta que la paz es sólo un armisticio.


La tortura hace bien cuando nos sabemos culpables

Estaba cansado. La carretera nacional al medio día le mostraba lo que muestran los
espejismos. Pero tamaña tortura le hacía bien. La tortura hace bien cuando nos sabemos
culpables.
La nostalgia

La flor más bonita de todas las riveras (María Mercedes) yace en el campo santo, Cheo
yace en el campo santo. El río murmura: no hay nada peor que un dibujante que no
dibuje, que una flor que no dé aromas. Mis amigos queridos de la infancia no pueden
hacer lo que mejor sabían, de hecho: ya no están. Sólo quedo yo con cientos de poemas
incompletos y unos ojos a punto de romper en llanto cuando pienso en ellos.
Hay cosas que mueren al nacer

Hay cosas que mueren al nacer, lo sabemos, pero sobre todo cuán difícil es aceptarlo.
El prestidigitador

Está preocupado, la artritis se apodera de sus manos.


Ser o no ser

Dejarse domesticar como uno de los personajes de El Principito (la obra de Saint -
Exupéry) o seguir El llamado de la selva como lo pregona London. . . indudablemente
son elecciones. Pero todo se complica cuando quiero seguir los dos caminos.
La casa

No queda nada. No quedan ni los escombros de la casa de mi infancia y sin embargo:


puedo ver a mi abuela en la cocina, la mesa, la batea, el níspero, las parchitas en torno
del mango y la cruz de palma bendita. ─ La casa se me presenta de cuerpo completo ─.
Detallo el jazmín, las cortinas de los cuartos, el avisito donde estaba grabado en metal el
apellido de la familia, la puerta abierta de par en par y la ropa recién lavada en la cerca.
No queda nada. Sólo quedan dos pericos en un árbol mutilado tan tristes como
yo.
Cerrado por duelo

El negocio tenía ese CERRADO POR DUELO que despierta la curiosidad en los
clientes habituales.
Ingentes promesas

El transeúnte miró cuando clavaban en el tronco de un samán un cartel de metal que


tenía la siguiente inscripción “CRISTO VUELVE”. Con el tiempo la inscripción se fue
borrando, poco a poco, a medida que el óxido iba apoderándose del metal. Cierto día, al
pasar por el camino que lo conduce hacia su trabajo, miró que de la inscripción no
quedaba nada y recordó al amor que, al igual que Cristo, no volvió… El transeúnte
sintió un clavo lacerándole la vida y se conmovió al pensar que el óxido del tiempo
puede borrar hasta las más ingentes promesas.
El canto de un gallo

Basta el canto de un gallo para que se ponga en manifiesto la divina grandeza.


El canto de un gallo produjo el llanto amargo de Pedro, el ocultamiento de la
sombra del papá de Hamlet y en el desafío de Cantaclaro: la desaparición del
mismísimo Diablo. Señalo estos pasajes como enigmas que giran en torno a la vida y la
muerte, mientras observo en la copa de los árboles la luz en filigrana.
El cuento más largo

El cuento más largo que he escrito cuenta que una vez escribí el cuento más largo.

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