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DESARROLLO HUMANO

Y ORGANIZACIONES
SOCIALES DURANTE EL
SIGLO XX
María de los Ángeles Flores R.

16 DE SEPTIEMBRE DE 2017
ENFOQUE DE DESARROLLO Y POLÍTICAS PUBLICAS
Armando di Filippo
Introducción

Desde la prehistoria hasta la edad moderna en su mayoría el mundo funcionó con


el ser humano como fin de toda actividad, no obstante, en la época contemporánea
ocurrieron 2 cosas entrelazadas entre sí:

1) El nacimiento de la clase media: el mundo ya no se dividía entre ricos y


pobres, los ricos bien podrían venir desde una clase social baja y un rico
también podría empobrecerse, la posición social ya no dependía tanto del
apellido sino del dinero que tenías en el bolsillo. El espacio entre ricos y
pobres lo habita la clase media.
2) El hombre como medio y no como fin: la entrada del capitalismo como modelo
económico, puso al hombre no como fin, sino como el medio por el cual se
produce y se puede tener mayor acceso al capital (para los dueños del
capital). El capitalismo cambia el paradigma sobre cómo se mueve la riqueza
en el mundo, si bien el hombre posee fuerza de trabajo, no se le paga por la
cantidad de su labor, sino lo necesario para que compre bienes y servicios
necesarios para recuperar esa fuerza de trabajo y dependiendo de la labor
se valoriza más o menos.

Esto (entre otras cosas), generó un cambio de mirada, ya no se trabaja para vivir,
sino para acumular y esa capacidad de acumulación dice cual rico o pobre eres
(esto dentro de una mirada bastante sesgada considerando que en nuestro país si
nivelamos los ingresos hacia los que más tienen, en rigor seríamos en su mayoría
pobres).

Al realizarse este cambio, de trabajar para vivir, a trabajar para acumular, el dinero
y el trabajo asalariado cobran una vital importancia, tanto para pobres como para
ricos; para los pobres era la forma de acumular para promoverse de clase social.
Para los ricos era la oportunidad perfecta para tener mano de obra a un bajo costo
y lograr acumular mayor capital. Y no solo una mano de obra a bajo costo, sino
además sin condiciones dignas de trabajo, porque con la migración de personas de
los campos a las ciudades, existía una gran cantidad de gente dispuesta a trabajar
por lo mismo o menos que otros, con tal de tener algo de dinero.

En el presente trabajo pretendo abordar como las organizaciones sociales abordan


el desarrollo humano, como una parte faltante de la sociedad que se basa solo en
el desarrollo económico.

Marco conceptual

Para los efectos de este trabajo se comprenderán los siguientes conceptos:

Organización social: Se utilizará el concepto citado por Leif Korsbaek de G. G.


Brown y J. H. Barnett (1942), el cual señala que: “es relevante hacer una distinción
entre la organización y la estructura social. Verían la organización social como la
relación que existe entre individuos en una sociedad en términos de obligaciones, y
la estructura social como la colocación y posición de los individuos y grupos en aquel
sistema de obligaciones. (Korsbaek, 2010)

Desarrollo Humano: Paradigma que busca ampliar las opciones de las personas, ya
sean económicas, sociales, culturales o políticas. Comprende la creación de un
entorno en el que las personas puedan desarrollar su máximo potencial y llevar
adelante una vida productiva y creativa de acuerdo con sus necesidades e
intereses. (Haq) (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2016)

Desarrollo Económico: El desarrollo económico se define como el proceso en virtud


del cual la renta real per cápita de un país aumenta durante un largo período de
tiempo. En otros términos, el desarrollo es un proceso integral, socioeconómico, que
implica la expansión continua del potencial económico, el auto sostenimiento de esa
expansión en el mejoramiento total de la sociedad. También se conoce como
proceso de transformación de la sociedad o proceso de incrementos sucesivos en
las condiciones de vida de todas las personas o familias de un país o comunidad.
(Castillo Martín, 2011)
Movimiento social: “el proceso de (re)constitución de una identidad colectiva, fuera
del ámbito de la política institucional, por el cual se dota de sentido a la acción
individual y colectiva” (Revilla Blanco, 1996)
En Chile, como en el resto del mundo, durante toda su época contemporánea, fue
gravitante el desarrollo económico como principal indicador de prosperidad
económica y social. Si se mira desde esa vitrina, podríamos decir que Chile ha ido
cumpliendo este indicador de manera más o menos adecuada. Sin embargo, a fines
del siglo XIX y gran parte del siglo XX en Chile, la mayoría de las veces en que se
ha realizado explotación de recursos o prosperan determinados negocios, aparecen
las organizaciones y movimientos sociales que buscan intereses que si bien
atraviesan la economía, buscan la satisfacción de necesidades de otra índole que
tienen asidero en el paradigma de Desarrollo Humano, el cual si bien no ha sido
implementado de manera más formal desde el año 1990 por Naciones Unidas, se
ha encontrado intrínsecamente a la base de las manifestaciones sociales, por tanto
la lucha de clases se hace una vez más evidente entre quienes manejan el capital
y sus beneficios versus quienes se encuentran sometidos a él.

A continuación, se presenta una revisión de las principales manifestaciones


sociales, llevadas a cabo por organizaciones sociales, donde se explicitan los
objetivos de lucha y como estos aportan al desarrollo humano de quienes se vieron
beneficiados o perjudicados durante estos procesos sociales.

Siglo XIX

Para el año 1841, el estado de Chile se encontraba bastante claro respecto al


desarrollo económico, al punto que el Presidente de la época, don José Joaquín
Prieto dicto un decreto que reglamentaba la vida dentro de los campamentos
mineros con reglas como la disposición de toque de queda a las 9 de la noche, con
la obligación de apagar las luces luego de esa hora, quien no cumplía, era
sancionado con 8 días de trabajo sin goce de sueldo en favor de los dueños de las
minas, esto en su primera instancia, en caso de ser sancionado una segunda vez,
se duplicaba el tiempo y así sucesivamente. También todo aquel que vivía en el
campamento debía tener un documento firmado por el mayordomo y firmado por un
juez y las mujeres se encontraban prohibidas de ingresar al mineral, aunque fueran
esposas de los mineros, cualquiera que quisiera realizar una visita, debía pedir
autorización al gobernador del departamento. Todo esto, a fin de evitar el robo de
los metales preciosos de la mina. Y esta fue la primera manifestación documentada,
grupos de cangallas (mineros que roban los metales extraídos en la mina, en
cantidades ínfimas y por medio del ocultamiento en pliegues y orificios corporales,
lo cual conllevaba un alto riesgo para su vida) y mineros que se reunieron en La
Placilla para saquear las tiendas y pulperías de Chañarcillo a fin de compensar con
este acto delictual el bajo sueldo y las condiciones poco dignas de trabajo y vivienda.

Luego en el año 1874, el país sufre una crisis económica que provoca un aumento
considerable del costo de la vida a lo cual se sumó una baja en la actividad marítima.
El gremio de los jornaleros de Valparaíso, para compensar la pérdida de su poder
adquisitivo pidieron un aumento del 50% del tarifado, a lo cual la demanda fue
rechazada, comenzando una huelga que dura un mes y medio, durante este tiempo
se despidió a los dirigentes de la huelga, retuvieron los fondos de ahorro de los
trabajadores y se autorizó a las casas de comercio para contratar personal para
carga y descarga de los buques del puerto. Además de esto, los jornaleros fueron
presionados a crear nuevos gremios, reprimidos con la policía, desprestigio por la
prensa, el comercio y los poderes públicos, quienes señalaban que la huelga no
tenía una justificación real. Si bien los jornaleros volvieron a trabajar sin satisfacer
sus demandas, una comisión representativa del comercio de Valparaíso, reconoció
que el jornal de los obreros era bajo y en marzo de ese año, desde la intendencia
se dictó de manera transitoria una nueva tarifa para el gremio, la cual pasó a ser
oficial un par de años después de terminado el conflicto, además de la
reincorporación de los trabajadores desvinculados producto de la huelga, siempre y
cuando no volvieran a ser instigadores de huelgas. Si bien este gremio no volvió a
realizar movilizaciones, continuaron realizando acciones de resistencia a la
explotación, tales como limitar su trabajo al mínimo, ya que su salario era el mínimo.
(Grez Toso, 1998) (Ortiz Letelier, 1985)

Ya para el año 1887, los trabajadores tuvieron una voz política, por medio de la
fundación del Partido Demócrata, el cual en su origen tuvo relación con un proceso
de radicalización vivido en la sociedad, el cual recoge una facción del Partido
Radical, que considera que el partido en el cual militaban, carecía de una
significación popular. Enrique Turri, afirma que será la falta de “conciencia popular”
en el antiguo Partido Radical, lo que lleva a Malaquías Concha a separarse de este
y fundar el Partido Demócrata.

Para el año 1988 las huelgas obreras estaban tomando un cariz de movimiento
social, incorporándose a ellas los trabajadores ferroviarios y los carrillanos, quienes
tenían formas de manifestación explosivas, muy similares a las manifestaciones
mineras. Es en septiembre de 1888 cuando los mineros de Lota reaccionan irritados
por los masivos despidos y la pretensión de las autoridades de incorporarlos a la
Guardia Nacional. En respuesta a esto, entre 300 y 400 mineros y carrillanos
destruyeron el cuartel de policías, se apoderaron de las armas, liberaron a los
presos y saquearon el comercio (Grez Toso, 1998) (Ortiz Letelier, 1985)

Luego en el año 1890 comienza la primera gran huelga del movimiento obrero, que
es la Huelga general de salitreros en Tarapacá, la cual comienza con el gremio de
lancheros, quienes, si bien alegan escaso sueldo, lo cual es un motivo económico,
dentro del mismo petitorio, argumentan que este bajo estipendio no les permite
satisfacer las necesidades más imperiosas, a lo que agregan que no es justo que
pesen sobre los trabajadores los perjuicios de la depreciación de la moneda.
También el petitorio incluía que se le pague en moneda de plata o en billetes, lo que
hace intuir que las empresas involucradas (Compañía de Vapores y Empresa de
Ferrocarriles) se realizaba el pago por medio de fichas o especies, lo cual restaba
aun mayor libertad de elección a los lancheros. No obstante, este petitorio no solo
representaba a este sector, por lo cual al día siguiente de presentar el petitorio y
declarar la huelga se adhirieron otros gremios obreros, por lo cual la paralización de
faenas en Iquique fue completa. Pese a que las manifestaciones huelguistas fueron
de carácter pacífico, la represión fue violenta, dejando a su paso cientos de heridos.
De esta represión se responsabilizó al intendente Blest Gana quien había sido
presionado por los grupos capitalistas que tenían intereses en el conflicto. (Grez
Toso, 1998)
Las peticiones formuladas por los trabajadores incluían los siguientes puntos:
1. Supresión del pago de salarios con fichas o vales;
2. Pago de salarios mensualmente;
3. Pago de salarios en moneda de plata o su equivalente en billetes;
4. Libertad de comercio en las oficinas salitreras y otros mineral s;
5. Mejoramiento de las condiciones de trabajo en que se encontraban los
obreros;
6. Eliminación de multas y descuentos arbitrarios que se hacían en los salarios.

La huelga en la provincia de Tarapacá se desarrolló con diversas alternativas. Tuvo


desenlace favorable a los trabajadores en Huantajaya el mismo día.
En algunas oficinas se desarrolló en un clima de gran tranquilidad; los obreros, junto
con paralizar, realizaron concentraciones y desfiles. En muchas oficinas, en cambio,
los obreros, exasperados por las provocaciones patronales, hubieron de asaltar las
pulperías -uno de los más odiados símbolos de la explotación capitalista- con el fin
de abastecerse de artículos alimenticios. Estos asaltos fueron violentamente
reprimidos por los guardias de las compañías o por la policía local, a consecuencias
de lo cual murieron alrededor de diez o quince obreros y unos cuarenta o cincuenta
quedaron heridos más o menos una veintena fue conducida a Iquique. (Fundacion
Crear, 2014)

Siglo XX

El 21 de enero de 1900 nace en Iquique la Combinación Mancomunal Obrera, iniciativa de


los lancheros Abdón Díaz Galleguillos, quién la preside, Maximiliano Varela y Valentín
Sánchez, e impulsada fundamentalmente por los trabajadores agrupados en torno al
Gremio de Lancheros y de la Sociedad mutualista Gran Unión Marítima, de la que Abdón
Díaz también había sido su presidente. Esta organización nace en clara superación al tipo
de organización mutualista existente hasta entonces y que no sobrepasaba la actividad de
socorro y apoyo mutuo ante la inexistencia de protección social y derechos sindicales. En
su primer manifiesto se plantean la defensa del trabajo asumiendo en los hechos un claro
planteamiento reivindicativo. Ese mismo año comienza su labor reivindicativa
representando a los gremios y en enero y febrero de 1902 participa en la gran huelga
portuaria que se extiende casi un mes.

Su nombre de Combinación Mancomunal Obrera la sitúa en clara posición clasista al


tomarlo como replicado obrero a la poderosa organización patronal denominada
Combinación Salitrera, concertación patronal que provocó estragos en la situación de los
trabajadores salitreros. La mancomunal Obrera surge como una organización obrera
territorial de tipo federativa y su importancia consiste en que marca el punto de partida al
sindicalismo chileno.

La Mancomunal Obrera se propaga rápidamente por Tarapacá; Pisagua, Caleta Junín, etc.,
y el resto del país. Ya el 1º de mayo de mayo de 1902 surge en Tocopilla impulsada por
Gregorio Trincado, el fundador de la Gran Unión Marítima de Iquique. En 1903 aparece en
Antofagasta. En 1904 surge en Coquimbo. Consiguientemente y junto a las Mancomunales
va surgiendo la prensa obrera mancomunal: en Iquique y Tocopilla editan el periódico “El
Trabajo” y el semanario iquiqueño “El Obrero Mancomunal”. En Antofagasta editan “El
Marítimo”, en Taltal “La Voz del Obrero”, en Chañaral “El Deber”, en Coronel “La Defensa”,
en Santiago “El Luchador”, en Lebu “La Luz” y “La Democracia” en Nueva Imperial.
(Rodriguez, 2008)

En Valparaíso la denominada “Huelga Portuaria” se inició el día 13 de mayo de 1903


por el reclamo de parte de los trabajadores, en primer lugar por una disminución de
la jornada de trabajo y en segundo, una mejora en los ingresos salariales; pero la
grave situación que aquejaba a la gran mayoría de los porteños de la clase obrera,
hizo a un número importante de porteños solidarizar con la huelga; Valparaíso se
convirtió en un campo de batalla, desde los cerros la grandes turbas de pobladores
descendieron al plan e incendiaron edificios y realizaron saqueos. El origen de este
conflicto se debió principalmente a la explosión demográfica por la prosperidad del
Puerto, generando poblaciones hacia la periferia, bajando la calidad de vida. (Museo
Histórico Nacional)
Esto muestra un cambio abrupto en las motivaciones de las huelgas entre el siglo
xix y el xx, haciéndose más evidente las preocupaciones por las otras áreas del
desarrollo humano, las cuales son transversales al desarrollo económico.

El 22 de octubre de 1905, Santiago fue remecido por una protesta generalizada: la


llamada “huelga de la carne”. Esta se inició a partir de una manifestación para pedir
la rebaja del precio de la carne, el que era alto debido al impuesto que gravaba la
internación de ganado argentino. Esto hacía imposible el consumo de carne para
los más pobres.

Los manifestantes llegaron en pacífico desfile hasta La Moneda, y solicitaron


audiencia con el Presidente Riesco. Sin embargo, a medida que la marcha
avanzaba, había aumentado el número de manifestantes, juntándose -según la
prensa de la época- alrededor de 25 a 30 mil personas frente a La Moneda.

Los ánimos comenzaron a impacientarse hasta que se llegó a un enfrentamiento,


que la fuerza pública trató de contener a balazos. La violencia se prolongó casi una
semana, que ha sido llamada la “semana roja”. La información respecto del número
de muertos dio cuenta de entre 200 a 250 muertos. La huelga de la carne puso de
manifiesto que la cuestión social era un asunto mucho más serio de lo que la retórica
parlamentaria denunciaba. (piensaChile, 2005)

En 1906, obreros del Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia realizaron un petitorio para


pedir la extensión de la hora de almuerzo, pero la empresa denegó dicho
planteamiento. La negativa de la empresa provocó la natural reacción de las
mancomunales obreras, que iniciaron una huelga a la que se sumaron también los
lancheros –que eran muchos- junto a los marítimos, estibadores y carretoneros.

Los trabajadores se movilizaron para solicitar lo que les parecía justo: un tiempo
prudente para compartir el almuerzo con su familia. Treinta minutos más para
almorzar. El 29 de enero en la sede de la Gran Unión Marítima, se concluyó la
realización de una huelga. El 30 de enero la ciudad de Antofagasta amaneció
paralizada. En esta ocasión, la represión de la que fueron victima los huelguistas
fue directamente de las manos de personeros pudientes y comerciantes, que
formaban parte de “La Guardia del Orden” y apoyados por los marinos del buque
“Blanco Encalada”, que se encontraba fondeado en la bahía y entre los cuales se
encontraron atrapados los huelguistas, quienes fueron masacrados. (El diario de
Antofagasta, 2016)

Para el año 1907 se funda La Federación de Estudiantes de Chile FECH, como


símbolo de la rebeldía y el espíritu libertario de la juventud chilena, agrupando en
un principio a todo tipo de estudiantes más allá de la Universidad de Chile. Presidida
por el estudiante de medicina Jorge Ducci, y apoyada fervientemente por el
entonces rector Valentín Letelier, desde sus inicios trascendió al quehacer cotidiano
de la universidad, dedicándose a la asistencia educacional, médica y legal de la
clase obrera y de los sectores más postergados de la sociedad. (Centro de estudios
Miguel Enriquez, 2005) Con la creación de la FECH se evidencia de manera formal
desde las casas de estudio la necesidad de intervenir a la clase social más
vulnerable de una manera más integral que solo dar un salario.

1907 fue coronado con uno de los hechos más tristes y vergonzosos de nuestra
historia chilena. Los sucesos que culminaron en la trágica masacre de la Escuela
Santa María de Iquique, el 21 de diciembre de 1907, constituyeron unos de los hitos
más emblemáticos del movimiento obrero chileno. La mediación del gobierno
durante la huelga, su masividad y su fatal desenlace, le dieron una especial
connotación al conflicto, además de afectar profundamente la actividad salitrera y
de provocar un fuerte impacto en la época, reflejado en la extraordinaria difusión de
los acontecimientos en la prensa. Este suceso se convirtió en un símbolo de la lucha
social y del "martirio" que caracterizó a la historia popular del siglo XX.

Pese a que, desde principios de 1907, Iquique se encontraba convulsionado por


una serie de conflictos debido a la fuerte devaluación del peso y la consiguiente alza
de precios, la huelga salitrera propiamente tal, estalló el 10 de diciembre en la oficina
San Lorenzo, extendiéndose rápidamente a todo el cantón de San Antonio. Cinco
días después, una columna de más de dos mil obreros caminó a Iquique en
demanda de mejoras salariales y laborales, bajo la firme decisión de permanecer
allí hasta que las compañías salitreras dieran respuesta a sus peticiones. Con el
correr de los días la situación se agravó. Mientras que numerosos gremios de
Iquique se sumaron al movimiento huelguístico, todos los cantones salitreros se
plegaron al paro y, periódicamente, nuevos contingentes de mineros llegaban a la
ciudad. Según estimaciones de la época, las cifras de huelguistas oscilaban entre
15 mil a 23 mil personas, lo que implicó que tanto las actividades del puerto, como
la producción minera de toda la región, quedaran paralizadas por completo. Para el
momento de la manifestación, el puerto ya se hallaba resguardado por una numerosa
tropa de línea y tres buques de guerra.

Ante la negativa de los huelguistas a desalojar la Escuela Santa María, en donde


permanecían desde hacía una semana, el 21 de diciembre el general Roberto Silva
Renard ordenó a sus tropas hacer fuego en contra de la multitud. Según testigos,
más de 200 cadáveres quedaron tendidos en la Plaza Montt y entre 200 y 400
heridos fueron trasladados a hospitales, de los cuales más de noventa murieron esa
misma noche. Los sobrevivientes fueron enviados de regreso a las oficinas o
embarcados a Valparaíso.

Las consecuencias de la masacre no se hicieron esperar. La notoriedad pública que


alcanzaron los hechos logró conmover a varios intelectuales y políticos,
convenciéndolos de la necesidad de abrir el debate sobre la cuestión social,
mientras los sectores populares organizados reformularon sus propias estrategias
a la luz de las enseñanzas que extrajeron de la tragedia. (Memoria Chilena, 2016)

Luego del hito de la matanza de la Escuela Santa María de Iquique y la toma de


conciencia por parte del mundo letrado de la sociedad chilena, en 1909 se funda la
Federación Obrera de Chile (FOCH), la cual comenzó como una agrupación de
obreros de ferrocarriles con una orientación mutualista ligada al Partido Demócrata.
A mediados de la década de 1910, comenzaron a integrarse los trabajadores de
salitre y adquirió un carácter nacional. Asimismo, el Partido Demócrata perdió
influencia al imponerse en la organización las ideas revolucionarias del Partido
Obrero Socialista liderado por Luis Emilio Recabarren, convertido después en el
Partido Comunista, asumiendo la Federación una actitud anticapitalista y
revolucionaria que se manifestó con fuerza en las movilizaciones sociales que
caracterizaron la década de 1920. (Memoria Chilena, 2016)

Si bien las principales manifestaciones de este movimiento social obrero se vieron


en su mayoría en la zona norte y centro de Chile, desde Magallanes en el año 1920
se levanta la Federación Obrera de Magallanes, la cual en su minuto contó con un
periódico (El Obrero), una imprenta llamada El Trabajo donde se imprimía el diario
del mismo nombre, una casa donde funcionaba el cine – teatro “Regeneración”,
constaba de biblioteca, oficina de reclamos e incluso un automóvil en el cual se
trasladaban los dirigentes, Esta Federación realizaba más que un trabajo
reivindicativo, fomentando la cultura entre sus asociados. No obstante, esto fue visto
con malos ojos por el gobierno y los intereses comerciales y se realizaron una serie
de provocaciones a la federación, lo que concluyó con la matanza de los obreros
que se encontraban en el edificio y el incendio del mismo, evitando que Bomberos
actuara en el incidente. (Centro de Estudios Miguel Enriquez, 2006)

Más tarde, en 1950 las tomas de terreno comenzaron como movimiento social, pero
es sólo hasta finales de la década de 1960 y principios de la de 1970 en donde su
cariz varia, pasando a ser una fuerte arma de lucha de aquellos sectores que
buscaban cambiar el sistema establecido, transformándose en movimiento político.
La toma de terreno por parte de habitantes de Zanjón de la Aguada, que dio
origen a la población La Victoria, fue un hito especialmente importante en la
constitución de este movimiento social.
El origen del Zanjón de la Aguada, como población callampa, se remonta a los
alrededores de 1945. A doce años de su formación estaba conformado en una franja
de cinco kilómetros de longitud y 12 metros de ancho, en donde se hacinaban
35.000 personas, divididas en diez poblaciones (Espinoza 1987).
Las condiciones de habitabilidad de este asentamiento eran particularmente
insalubres, La presencia del Zanjón cuyas aguas repletas de deshecho circulaban
a tajo abierto, eran una constante fuente, tanto de enfermedades, como de
emanaciones tóxicas. A pesar de numerosos años de gestiones y de promesas
incumplidas, para dar una solución definitiva a las condiciones de habitabilidad
de los habitantes del Zanjón, el año 1957 los pobladores aún permanecían en el
lugar, aunque habían logrado la promesa de que se le asignarían sitios definitivos.
(Sepulveda Swatson, 1998)

En 1980 surgen los movimientos que buscan la libertad de expresión dentro del
periodo de dictadura en el que se encuentra Chile. El Movimiento Democrático
Popular fue fundado en septiembre de 1983 como un frente político-social opositor
a la dictadura, que coordinaba a los grupos de la izquierda radical que no
compartían las estrategias de la Alianza Democrática. En él participaron el Partido
Comunista de Chile, el Partido Socialista-Almeyda y el Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR). En su documento "Bases para una propuesta Democrático
Popular", dado a conocer en el Teatro Caupolicán, quedaba expresado que sus
objetivos eran: 1) la caída de Pinochet y el fin del sistema político y del orden
jurídico, económico y social impuesto por la dictadura; 2) la movilización social y
callejera; 3) la implementación de un gobierno provisional que llevara adelante la
tarea de re democratizar la sociedad chilena. En agosto de 1984 algunos civiles que
apoyaban la dictadura, como Jaime Guzmán y Pablo Longueira, llevaron hasta el
Tribunal Constitucional su rechazo a este movimiento, entidad que lo declaró
inconstitucional. Pese a la sentencia, el Movimiento Democrático Popular siguió
funcionando en la clandestinidad hasta que se disolvió en mayo de 1987. (Memoria
Chilena, 2016)

Conclusiones
Luego de la dictadura, llegó la democracia en 1990 a Chile y en conjunto a con ella,
desde Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo el índice de desarrollo
humano, creado por Mahbub ul Haq, quien logró plasmar en un instrumento, las
dimensiones fundamentales del desarrollo humano. Antes de esto fueron los
movimientos sociales y las organizaciones sociales participantes en ellos quienes
hicieron patente la necesidad de ver que, si bien cruzan el aspecto económico, es
la satisfacción de las necesidades de otra índole las que necesitan también ser
cubiertas para el desarrollo de una nación. No se necesita solo gente trabajando
para tener prosperidad como país, se necesita que su paga sea acorde a su
sacrificio, no a una canasta básica, se necesita que los trabajadores tengan tiempo
de calidad con sus hijos y tiempo de descanso, entre muchas otras demandas. Los
movimientos sociales y obreros en Chile fueron quienes dieron el puntapié inicial
para hacerlo patente, se demoraron 100 años conseguir una buena parte de sus
demandas, esperemos que con el aporte de ul Haq se agilicen las agendas
gubernamentales en pos del desarrollo humano de los que habitamos sus naciones.
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