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Filosofía
Lizardo Cabrera
Filósofos
Carátula…………………………………………………………………………………. 1
Índice………………………………………………………………………………………2
Introducción……………………………………………………………………………...3
Contenido(los filósofos)………………………………………………………………...4-37
Conclusiones……………………………………………………………………………..38
Recomendaciones………………………………………………………………………39
Bibliografía y Egrafía……………………………………………………………………..40
Análisis y criterio…………………………………………………………………………...41-43
INTRODUCCIÓN
La filosofía ha llegado más allá y saber su historia es impresionante, como los filósofos
llegaron a preguntarse cómo surgió la tierra, porque estamos aquí, antes las personas
creían en mitos griegos pero empezaron a filosofar y a dudar y ahí fue donde cada
uno sacaba sus propias teorías y me gustaría saber como empezó a dar origen la
filosofía a través de estos filósofos
FILÓSOFOS Y SUS
APORTES
TALES DE MILETO
Nació en la ciudad de Mileto en una antigua ciudad de la costa de Asia en el año 624
Antes de Cristo. Las referencias y conocimientos que se tienen con respecto a la vida
de Tales son muy contradictorios y confusos para los historiadores e investigadores.
Incluso su origen no es seguro. Algunos piensan que era de origen fenicio y que luego
se hizo ciudadano de Mileto. Otros mencionan que su origen era de Mileto y que
incluso tenía sangre noble. Se dice que tuvo un hijo y que contrajo matrimonio, otras
personas refieren que toda su vida fue soltero y que habría adoptado un niño el cual
era hijo de su hermano.
Se considera a Tales de Mileto como uno de los principales hombres que encargados
de enseñar la geometría a los habitantes griegos. Aristóteles he hecho lo consideraba
como un filósofo de la naturaleza. Aparentemente su influencia generacional egipcia
contribuyó para que tuviera esta forma de pensamiento. Fue el precursor
del pensamiento científico. Su pensamiento se enfocaba en que todo lo que en el
mundo existía era originado por el agua y que toda la tierra se encontraba
descansando sobre la misma. Además, afirmaba que todo el mundo estaba lleno de
Dioses.
ANAXÍMENES
Anaxímenes de Mileto nació en Mileto en el 585 a.C., aproximadamente, y murió en el
524 a.C. Teofrasto nos describe a Anaxímenes como discípulo y compañero de
Anaximandro siendo, al parecer, unos veintidós años más joven que él. Se le atribuye la
composición de un libro, "Sobre la naturaleza", escrito, según Diógenes Laercio, en
dialecto jónico, y en un estilo sencillo y sin superfluidades.
Pensamiento
ANAXÍMANDRO
Anaximandro de Mileto nació aproximadamente en el 610 a.C. y murió en el 545 a.C.
Teofrasto describe a Anaximandro como discípulo y compañero de Tales, siendo unos
catorce años más joven que él. Se ocupó, al igual que Tales, de cuestiones prácticas
relacionadas con la ciencia y se le atribuye la elaboración de un mapa del mar Negro,
probablemente para uso de los navegantes milesios que viajaban por él. Al igual que
otros filósofos griegos participó activamente en la vida política de su ciudad, y se le
atribuye la dirección de una expedición colonizadora a Apolonia. Respecto a su
actividad filosófica se le atribuye la composición de una obra en prosa, "Sobre la
naturaleza", en la que expone sus teorías.
Pensamiento
Al igual que Tales buscó el elemento primordial y básico a partir del que se ha
generado la realidad; pero a diferencia de él consideró que dicho elemento o "arjé"
(término que, al parecer, fue Anaximandro el primero en utilizar) no podía estar
constituido por ninguno de los elementos conocidos, como el agua, ni tampoco por
ninguna clase particular de materia. Si ese primer elemento era la causa material de
todo lo existente había de ser la causa, por lo tanto, de toda materia particular, por lo
que dicho principio no podía identificarse con ninguna materia particular. Siendo su
principio, su comienzo, su fuente, había de ser algo necesariamente distinto; pero
dado que nosotros sólo conocemos las formas particulares de materia que emanan de
ese primer principio hemos de concluir que el "arjé" tiene que ser una materia
desconocida para nosotros y, en cuanto tal, una materia indeterminada, indefinida,
ilimitada, a la que Anaximandro da el nombre de "ápeiron". Eso es lo que parece
transmitirnos alguno de los fragmentos conservados de Anaximandro.
PITÁGORAS DE SAMOS
La vida de Pitágoras se encuentra envuelta en leyendas. Nació en Jonia, en la isla de
Samos, hacia el 572 a.C. y, al parecer, conoció a Anaximandro de Mileto. Se le
atribuyen viajes a Egipto y Babilonia. La tiranía de Polícrates le hizo abandonar Samos,
trasladándose a Italia y estableciéndose en Crotona. Allí creó una secta filosófico-
religiosa, inspirada en el orfismo, cuyos miembros vivían en comunidad de bienes,
participando de un conjunto de creencias y saberes que permanecían en secreto
para los no iniciados.
La influencia ejercida por dicha secta en Crotona fue considerable, al parecer,
llegando a suscitar la enemistad del pueblo que se rebeló contra el dominio ejercido
por las sectas pitagóricas y, en el transcurso de esa revuelta popular, puso fuego a sus
propiedades y los expulsó de la ciudad. Se dice que Pitágoras se refugió en
Metaponto, donde murió poco después, hacia el 496 antes de Cristo.
Pensamiento
Son pocas las referencias a su obra entre los antiguos, incluidas las de Platón y
Aristóteles, pero abundantes a partir de ellos (lo que genera muchas dudas sobre su
autenticidad) y en las que se mezcla, además, la leyenda y la realidad, o lo que
podría ser tomado como una referencia real a Pitágoras o a los pitagóricos (hoy
sabemos, por ejemplo, que la atribución a Pitágoras del descubrimiento del teorema
que lleva su nombre no es defendible). Es difícil fijar también qué doctrinas pertenecen
a Pitágoras y cuáles pudieron ser desarrolladas por sus discípulos posteriores: Alcmeón
o Filolao, por ejemplo.
La filosofía de Pitágoras se desarrolla en una doble vertiente: una místico-religiosa y
otra matemático-científica.
a) Por lo que respecta a la primera, el eje central está representado por la teoría de la
trasmigración de las almas y la consecuente afirmación del parentesco entre todos los
seres vivos. Según ella, las almas son entidades inmortales que se ven obligadas a
permanecer en cuerpos reencarnándose sucesivamente pasando de unos a otros
durante un periodo de tiempo indeterminado, hasta superar el proceso de
reencarnaciones gracias a la purificación (catarsis), que culmina en el regreso del
alma a su lugar de origen. Para ello, era necesario observar numerosas reglas de
purificación, por ejemplo, la abstinencia de la carne, así como diversas normas rituales
y morales. Esta teoría será adaptada posteriormente por Platón, constituyendo un
elemento importante de su filosofía.
b) Respecto a la vertiente matemático-científica, Pitágoras afirmaba que los números
eran el principio (arjé) de todas las cosas.
b.1 No sabemos si se concebían los números como entidades físicas o si, por el
contrario, se afirmaba que el principio de la realidad era algo de carácter formal, es
decir, no material (una relación, una estructura...). Aristóteles pensaba que la doctrina
pitagórica del número se basaba en descubrimientos empíricos; por ejemplo, el hecho
de que los intervalos musicales puedan expresarse numéricamente. (De hecho los
pitagóricos concedieron una gran importancia al estudio de la música, vista su
relación con las matemáticas. Esta relación la pudieron ir ampliando al resto de
objetos que constituyen la realidad, descubriendo en el número la razón de todo lo
real, lo que llevaría a convertirlo en el "arjé" de los milesios.) Parece, además, que los
pitagóricos concibieron los números espacialmente, identificando el punto geométrico
con la unidad aritmética. Las unidades tendrían, pues, extensión espacial y podrían ser
consideradas, como dice Aristóteles, como el elemento material de las cosas.
b.2 Es dudoso que los pitagóricos hayan podido interpretar el número como una
realidad de carácter formal o como una estructura de la realidad, es decir, como algo
no material, dado que la aparición clara de la concepción de una realidad no
material difícilmente puede anticiparse a la reflexión platónica sobre el tema. No
obstante, pese a las explicaciones de Aristóteles, tampoco queda muy claro cómo
podría interpretarse el número como una entidad material. También en su vertiente
matemática influirán en Platón los pitagóricos.
HERÁCLITO DE ÉFESO
Pocas son las cosas que sabemos de la vida de Heráclito de Éfeso. Nació hacia el 544
antes de Cristo, aproximadamente, y vivió en Éfeso, ciudad enclavada en la costa
Jonia, al norte de Mileto, hasta su muerte, en el 484 antes de Cristo. Pertenecía a una
familia aristocrática y, al parecer, no se llevó muy bien con sus conciudadanos, si nos
atenemos a alguno de los fragmentos que se conservan de su libro, y a los testimonios
de sus contemporáneos.
Escribió una obra a la que se le da el título común " Sobre la naturaleza" que se le
había dado también a los libros escritos por otros filósofos anteriores. No es seguro que
se tratara realmente de un libro en el que se desarrollaran sistemáticamente temas
relacionados con el conocimiento de la naturaleza, el alma o la cosmología. Es
probable que se tratara de un conjunto de sentencias recopiladas en forma de libro,
hipótesis que se apoya en el carácter enigmático y oracular de los fragmentos que
conservamos, carácter que ya en su época le valió el sobrenombre de "El oscuro".
Pensamiento
La idea de que el mundo nos ofrece una realidad sometida al cambio no es original
de Heráclito: a todos los pensadores presocrácticos les impresionó dicha observación.
Las afirmaciones de que todo fluye y no se puede bañar uno dos veces en el mismo
río se las atribuye Platón libremente en sus diálogos, sugiriendo la correspondiente
consecuencia: nada permanece. Es probable que Heráclito insistiera en la
universalidad del cambio más que sus predecesores pero, por los fragmentos que
conservamos de su obra, lo hacía aún más en la idea de la medida inherente al
cambio, en la estabilidad subsistente.
Probablemente Platón se dejara influir por las exageraciones sofísticas del siglo V, y por
las de los seguidores de Heráclito, como Cratilo, quien al parecer afirmaba que ni
siquiera era posible bañarse una vez en el mismo río; pero sus consideraciones
transmitieron a la posteridad una imagen deformada del pensamiento filosófico de
Heráclito, en la que abundará posteriormente Aristóteles, quien acusará a Heráclito de
negar el principio de contradicción (Una cosa no puede ser ella misma y su contrario,
en el mismo aspecto y al mismo tiempo.) al afirmar que los opuestos son "uno y lo
mismo". Parece claro por los fragmentos conservados que con esa expresión Heráclito
quería significar no que eran "idénticos" sino que pertenecían a un único complejo, o
que no estaban esencialmente separados. (Kirk y Raven, "Los filósofos presocráticos",
Madrid, Gredos, 1970.)
SOCRÁTES
Sócrates nació en Atenas el año 470 a. c. de una familia, al parecer, de clase media.
Su padre era escultor y su madre comadrona, lo que ha dado lugar a alguna
comparación entre el oficio de su madre y la actividad filosófica de Sócrates. Los
primeros años de la vida de Sócrates coinciden, pues, con el período de esplendor de
la sofística en Atenas.
El interés de la reflexión filosófica se centraba entonces en torno al ser humano y la
sociedad, abandonando el predominio del interés por el estudio de la naturaleza.
Probablemente Sócrates se haya iniciado en la filosofía estudiando los sistemas de
Empédocles, Diógenes de Apolonia y Anaxágoras, entre otros. Pero pronto orientó sus
investigaciones hacia los temas más propios de la sofística.
Pensamiento
La influencia de Sócrates
PLATÓN
Platón nació en Atenas, (o en Egina, según otros, siguiendo a Favorino),
probablemente el año 428 o el 427 a. c. de familia perteneciente a la aristocracia
ateniense, que se reclamaba descendiente de Solón por línea directa. Su verdadero
nombre era Aristocles, aunque al parecer fue llamado Platón por la anchura de sus
espaldas, según recoge Diógenes Laercio en su "Vida de los filósofos ilustres", anécdota
que ha sido puesta en entredicho. Los padres de Platón fueron Aristón y Perictione, que
tuvieron otros dos hijos, Adimanto y Glaucón, que aparecerán ambos como
interlocutores de Sócrates en la República, y una hija, Potone.
A la muerte de su padre, siendo niño Platón, su madre contrajo nuevas nupcias con
Pirilampo, amigo de Pericles, corriendo la educación de Platón a su cargo, por lo que
se supone que Platón pudo haber recibido una enseñanza propia de las tradiciones
democráticas del régimen de Pericles.
En todo caso,Platón recibió la educación propia de un joven ateniense bien situado,
necesaria para dedicarse de lleno a la vida política, como correspondía a alguien de
su posición. Según Diógenes Laercio llegó a escribir poemas y tragedias, aunque no
podamos asegurarlo. También fue discípulo del heracliteano Cratilo, noticia esta que
tampoco parece posible confirmar. La vocación política de Platón está constatada
por sus propias declaraciones, en la conocida carta VII; pero su realización se vio
frustrada por la participación de dos parientes suyos, Cármides y Crítias, en la tiranía
impuesta por Esparta luego de la guerra del Peloponeso, conocida como la de los
Treinta Tiranos, y que ejerció una represión violenta y encarnizada contra los lideres de
la democracia. Sin embargo, el interés político no le abandonará nunca, y se verá
reflejado en una de sus obras cumbre, la República.
La influencia de Sócrates
En el año 407, a la edad de veinte años, conoce a Sócrates, quedando admirado por
la personalidad y el discurso de Sócrates, admiración que le acompañará toda la vida
y que marcará el devenir filosófico de Platón. No parece probable que Platón
mantuviera una relación muy intensa con el que consideró su maestro, si entendemos
el término relación en su sentido más personal; sí es cierto que entendida en su sentido
más teórico la hubo, y de una intensidad que raya en la dependencia. Pero también
sobre su relación con Sócrates hay posiciones contradictorias. El que no estuviera
presente en la muerte de Sócrates ha hecho pensar que no pertenecía al círculo
íntimo de amigos de Sócrates; sin embargo, parece que sí se ofreció como aval de la
multa que presumiblemente la Asamblea impondría a Sócrates, antes de que
cambiara su decisión por la condena a muerte.
Primeros viajes
La Academia Una vez en Atenas, en el año 388-387, fundó la Academia, nombre que
recibió por hallarse cerca del santuario dedicado al héroe Academos, especie de
"Universidad" en la que se estudiaban todo tipo de ciencias, como las matemáticas
(de la importancia que concedía Platón a los estudios matemáticos da cuenta la
leyenda que rezaba en el frontispicio de la Academia: "que nadie entre aquí que no
sepa matemáticas"), la astronomía, o la física, además de los otros saberes filosóficos
y, al parecer, con una organización similar a la de las escuelas pitagóricas, lo que
pudo comportar un cierto carácter secreto, o mistérico, de algunas de las doctrinas allí
enseñadas. La Academia continuará ininterrumpidamente su actividad a lo largo de
los siglos, pasando por distintas fases ideológicas, hasta que Justiniano decrete su
cierre en el año 529 de nuestra era.
Últimos viajes
En el año 369 emprende un segundo viaje a Siracusa, invitado por Dión, esta vez a la
corte de Dionisio II, hijo de Dionisio I, con el objetivo de hacerse cargo de su
educación; pero los resultados no fueron mejores que con su padre; tras algunas
dificultades (al parecer estaba en situación de semi-prisión) consigue abandonar
Siracusa y regresar a Atenas. También Dión tuvo que refugiarse en Atenas habiéndose
enemistado con Dionisio I, donde continuará la amistad con Platón. Unos años
después, en el 361, y a petición de Dionisio II, vuelve a realizar un tercer viaje a
Siracusa, fracasando igual que en las ocasiones anteriores, y regresando a Atenas en
el año 360 donde continuó sus actividades en la Academia, siendo ganado
progresivamente por la decepción y el pesimismo, lo que se refleja en sus últimas
obras, hasta su muerte en el año 348-347.
ARISTÓTELES
Aristóteles nació en Estagira, en Tracia, el año 384-3 a. C., según Diógenes Laercio,
quien nos dice que era hijo de Nicómaco y Efestiada, y que su padre ejercía la
medicina en la corte del rey Amintas (II) de Macedonia, "por causa de la medicina y
por amistad", lo que se ha tratado de asociar con el posterior interés naturalista de
Aristóteles. Diógenes Laercio nos describe a Aristóteles como "el discípulo más legítimo
de Platón, y de voz balbuciente... que tenía las piernas delgadas y los ojos pequeños,
que usaba vestidos preciosos y anillos, y que se cortaba la barba y el pelo". (Vidas de
filósofos ilustres, libro V, 1).
Aristóteles en la Academia
Una vez en Atenas, en el 335, fundará su propia escuela, el Liceo, una comunidad
filosófica al estilo de la platónica , llamada así por estar situada dentro de un recinto
dedicado a Apolo Likeios. Además del propio edificio contaba con un jardín y un
paseo (perípatos) del que los aristotélicos recibirán el nombre de peripatéticos, ya sea
porque Aristóteles impartiera sus enseñanzas paseando, como recoge Diógenes
Laercio ("... tomó en el Liceo un sitio para pasear, y paseando allí hasta la hora de
ungirse los atletas, filosofaba con sus discípulos, y de este paseo fue llamado
peripatético"), o porque, simplemente, se impartieran dichas enseñanzas en el paseo.
(Excavaciones realizadas a mediados de los 90 en Atenas, cerca de la la Plaza
Sintagma, dejaron al descubierto los cimientos de varios edificios, como se puede
observar en la imagen, que los arqueólogos consideran pueden ser los restos del Liceo
de Aristóteles). Según la tradición el orden de las actividades en el Liceo estaba
fuertemente establecido, dedicándose las mañanas a las cuestiones más difíciles de
carácter filosófico, reservadas para los discípulos, y las tardes a las lecciones de
retórica y de dialéctica, entre las que se podía encontrar un público más amplio.
A lo largo de este período Alejandro Magno realiza sus campañas militares que tienen
como una de sus consecuencias la unificación de la Hélade, con la consiguiente
pérdida de autonomía política de las ciudades estado, entre las que se contaba
Atenas. El hecho de que Aristóteles hubiera sido su preceptor, así como su amistad y
parentesco con Hermias, le irá convirtiendo en un personaje no grato para muchos
atenienses. A la muerte de Alejandro, en el año 323, sintiéndose amenazado por los
crecientes sentimientos antimacedónicos, Aristóteles abandonará Atenas y se retirará
a Calcis ("para que los atenienses no vuelvan a pecar contra la filosofía", dicen que
dijo, en clara referencia a la condena de Sócrates) a una propiedad de su difunta
madre, en la isla de Eubea, de donde era originaria. Allí morirá Aristóteles, el 322 a. C.,
de una enfermedad del estómago
Obras
San Agustín ha dejado una obra inmensa de la que citamos a continuación algunos
de sus títulos más significativos. Algunas fueron elaborados en varios años, por lo que se
da la referencia del año en que se inician.
386 Contra Academicos, De Beata Vita, De Ordine, De inmortalitate animae.
388-391 De libero arbitrio, De vera religione, De quantitate animae, De Magistro, De
Musica, De moribus Manichaeorum, De Genesi contra Manichaeos.
391-400 De duabus animabus, Disputatio contra Fortunatum, Psalmus contra parte
Donatum, Contra Adimantum Manicheum, De Mandacio, De Continentia, De Doctrina
Christiana.
400 Publicación de las "Confesiones". De Trinitate (15 libros, concluida en el 416).
401 De Genesi ad litteram (12 libros).
410 De Urbis excidio (sermón elaborado tras el saqueo de Roma).
413 De civitate Dei (22 libros, terminada en el 426).
415 De natura et gratia contra Pelagium.
417 De Gestis Pelagii.
418 De gratia Christi et pecato originali.
419 De anima et eius origine, De gratia et libero arbitrio, Ad Valentinum, Retractationes.
- "De ente et essentia". (Sobre el ente y la esencia) . Escrito en París antes de ser
maestro en Teología, o sea, antes de marzo de 1256. Una pequeña obra fundamental
para conocer la teoría del ser de Sto. Tomás.
TOMÁS MORO
Tomás Moro nació en Londres en 1478, de familia acomodada y noble, ciudad de la
que sería alguacil, posteriormente. Tras la realización de sus primeros estudios pasa a
formar parte del séquito del cardenal arzobispo de Canterbury Juan Morton, donde
continuó su formación, profundizando en los estudios teóricos. Será, sin embargo, en
Oxford en donde completará su formación intelectual, orientada hacia el estudio de
los clásicos, entablando posterior amistad con otros humanistas de la época, como
Erasmo, pese a que los deseos de su padre le llevaron a ejercer como jurista y
magistrado en Londres.
El interés por las reflexiones políticas y morales que se ve reflejado en sus obras fue
acompañado por una participación activa en la vida política de su tiempo. En 1504 es
elegido miembro del Parlamento, oponiéndose al absolutismo de Enrique VII, siendo
multado y encarcelado a raíz de dicha oposición, viéndose obligado a abandonar la
participación activa en la vida política. Con la llegada al trono de Enrique VIII se ve
rehabilitado, siendo nombrado alguacil de Londres, y participando también en
algunas misiones diplomáticas; el éxito alcanzado en sus actividades le lleva a ser
nombrado Lord Canciller de Inglaterra. Sin embargo, su desacuerdo con los planes de
Enrique VIII, quien deseaba romper con la iglesia de Roma y consolidar su poder
absoluto, le hacen caer en desgracia, siendo encarcelado en la Torre de Londres, y
condenado a muerte y decapitado, finalmente, en julio de 1535.
La obra de Tomás Moro está impregnada de los ideales del humanismo, recibiendo
directamente el influjo de los pensadores clásicos, pero teniendo en cuenta las
condiciones históricas de su tiempo, lo que se puede observar perfectamente en su
conocida obra "De optimo reipublicae statu deque nova insula Utopia",(Sobre la mejor
condición del estado y sobre la nueva isla Utopía ), escrita en 1516, bajo la clara
influencia de la "República" de Platón. Especialmente interesantes pueden resultar
todavía para nosotros sus ideas sobre la tolerancia (política y religiosa) y sus
consideraciones sobre la violencia, que le conducen al rechazo y condena de la
guerra.
Moro insiste en que allí donde todas las cosas se comparten no existen motivos para
desear ganancias personales, y que el individuo se convierte en alguien perezoso si no
hay manera de conservar lo que se ha conseguido con esfuerzo personal. Hitlodeo
rebate todo esto citando el ejemplo de Utopía ("Cuando estuve en Utopía") y,
afirmando estar familiarizado en profundidad con sus costumbres y sus maneras, afirma
que no existe ninguna sociedad tan bien ordenada como la de ellos. Aquí, Peter Giles,
que lleva sin hablar bastante tiempo, estalla, expresando un escepticismo extremo
ante lo que dice Hitlodeo. Sería difícil imaginar un pueblo mejor ordenado que el que
nosotros formamos. Hitlodeo contesta que los miembros de la mancomunidad de esta
parte del mundo son mayores que los nuestros, y que tenían ciudades antes de que
hubiera hombres entre nosotros. Una vez un barco romano naufragó en Utopía. Los
utopianos aprendieron de inmediato todo lo que los romanos podían enseñar. Si nos
ocurriera lo mismo, difícilmente podríamos aprender de ellos de esa manera. Su pasión
por aprender es una de las causas que explican su superioridad sobre nosotros. Moro
interviene entonces, de manera diplomática, para pedir a Hitlodeo que les dé una
descripción amplia de Utopía (lo que se convierte en el "asunto" del Libro II): de sus
tierras, ríos, ciudades, habitantes, tradiciones, leyes y costumbres. Hitlodeo se muestra
muy dispuesto a hacerlo, pero avisa de que le llevará tiempo. Moro propone cenar
primero. Después de la cena, vuelven al mismo lugar del jardín, donde Hitlodeo
comienza su narración sobre Utopía.
La guerra y la paz
Respecto al Libro I parece claro que la guerra en las Cortes europeas sólo está
motivada por la ambición de los príncipes: ya sea por aumentar sus posesiones
territoriales, o las económicas, o ambas.
El ejemplo de los Acorianos (p. 95 y ss.) viene a decirnos cómo, al saber frenar las
ambiciones de posesiones territoriales del rey, un pueblo supo organizar una paz
duradera con sus vecinos y la prosperidad de los súbditos en su territorio. La guerra es
presentada aquí como el peor de los males, ya que "había corrompido las costumbres,
fomentado el vicio del robo, incrementado la práctica del asesinato y disminuido el
respeto a la ley" (p. 95). La guerra es, pues, un agente de descomposición social y de
infelicidad para todos.
El ejemplo de los Macarianos (p. 99 y ss.) abunda en los beneficios que supone para un
pueblo frenar las ambiciones económicas del rey. La imposibilidad de que éste
acumule más de una cantidad suficiente de dinero redunda en beneficio del pueblo,
ya que el rey no dispone así de medios para maquinar guerras contra sus vecinos y
sólo de lo necesario para combatir las rebeliones internas y defenderse del ataque de
los enemigos (dos causas de guerra justa que volveremos a encontrar en el Libro II
aplicadas a los utopianos).
Hay todavía una tercera mini utopía, la de los Polileritas (pp. 86-88), en la que, a raíz del
análisis del trato que ese pueblo da a los ladrones, se habla de su organización social y
se explica cómo consiguen vivir en paz pagando un tributo al rey de Persia y
librándose así del servicio militar y de la servidumbre de la guerra.
Los reyes y príncipes de las Cortes europeas, por el contrario, están dominados por la
ambición de poder: político y económico. Y ello lleva inevitablemente a la guerra.
Lejos de saber gobernar adecuadamente los territorios que poseen "lo que les importa
es saber cómo adquirir -con buenas o malas artes- nuevos dominios" (p. 75). Para ello,
necesitan ejércitos cada vez más numerosos y mejor dotados, lo que no se puede
hacer sin aumentar los gastos para poder pagar tales ejércitos.
Ejércitos que acaban siendo permanentes, convirtiéndose en uno de los agentes más
nocivos de la sociedad. Ante la afirmación de que en los guerreros reside el valor y el
coraje que permite defender a un pueblo (p. 79), Hitlodeo no ve en ellos más que una
"turba de vagos" y "ladrones" (p. 79). El haber mantenido ejércitos permanentes de
nada les sirvió a los romanos, sirios y cartagineses, o a sus contemporáneos franceses,
sino como agente de destrucción interna, por lo que no ve "manera de justificar esa
inmensa turba de perezosos por la simple posibilidad de que pueda estallar una
guerra" (p. 80).
"La guerra se podría siempre evitar, si es que de verdad se quiere la paz, tesoro más
preciado que la guerra" (p. 80). Casi hacia el final del Libro I nos dirá cómo: eliminando
la causa de la ambición, la propiedad privada. No se trata de apelar a la buena
voluntad del gobernante, ni de que éste se deje asesorar por el filósofo: en un mundo
dominado por la propiedad privada sería absurdo, como argumenta a lo largo de
todo el Libro I. El filósofo rey no tiene sentido en esa sociedad, en la que la sabiduría
tampoco tiene lugar. La verdadera solución a los males sociales y, en particular, al de
la guerra comienza por instaurar unas condiciones sociales que la hagan imposible.
En ausencia de igualdad de bienes entre los ciudadanos, ¿cómo evitar que el
poderoso aumente su poder?, ¿cómo evitar que la sabiduría sea sometida a la
ambición y aniquilada? Sólo prevalecerá una razón: el interés por el aumento de las
posesiones y, con ellas, el aumento del poder.
No rechaza Moro la combinación de gobierno y filosofía. Sólo nos recuerda que ya
para Platón esa combinación sólo era posible en una República en la que el principio
de igualdad de bienes se hubiera aplicado, aunque fuera parcialmente. Moro dará un
paso más, radicalizando esa exigencia y extendiendo ese principio a toda la
población. "Por todo ello, he llegado a la conclusión de que si no se suprime la
propiedad privada es casi imposible arbitrar un método de justicia distributiva, ni
administrar acertadamente las cosas humanas. Mientras aquella subsista, continuará
pesando sobre las espaldas de la mayor y mejor parte de la humanidad el angustioso,
el inevitable azote de la pobreza y de la miseria" (p. 104). Una sociedad tal es posible.
Moro la describe en el Libro II ofreciéndonos las soluciones a los problemas apuntados
en el Libro I.
B) Los utopianos y la paz
En tal sentido, podemos hacer una lectura de "Utopía" en la que lo que se refleja es el
cambio de la actividad productiva de su época, las tensiones entre una edad que
muere y otra que se genera. Aún prescindiendo de los contenidos concretos de la
obra observamos en ella no sólo la exposición de problemas reales, sino también la
expresión ideológica de exigencias reales: la de la libertad e igualdad de los
ciudadanos ante la ley. La misma división de la obra, en dos libros, uno en el que se
describen los males de la sociedad, y otro en el que se propone otra forma de
organización social, es un reflejo ideológico de su época. Se nos dice lo que debe
desaparecer: no porque lo quiera Moro, sino porque así lo exige el desarrollo
productivo de su época. Y lo que debe surgir: una sociedad igualitaria, justa, en la que
el reparto de la riqueza sea equitativo. Con el consiguiente rechazo, por lo tanto, de
las formas de organización política y económica correspondientes. Los detalles no
tienen, quizá, demasiada importancia. Las utopías suelen perderse en descripciones
más o menos pormenorizadas que dependen de la imaginación o de los sueños del
autor, más que de una solución conservadora de los problemas de su época. Pero
todas contienen la exposición de esos problemas y la descripción de los valores que
permitirían superarlos. Todos los elementos ideológicos del segundo libro de "Utopía"
responden a una ambición de cambio que se verá realizada en la modernidad.
Libertad, igualdad, solidaridad, son palabras que encontramos en "Utopía" y que
encontramos en otros autores de la época y que serán realizadas en un futuro no
demasiado lejano, abriendo paso a la modernidad. Aunque todavía en la actualidad
no se hayan llenado del contenido que Moro les reservaba.
THOMAS HOBBES (1588-1679)
Thomas Hobbes nació el 5 de abril de 1588 en Malmesbury, en Wiltshire, en Inglaterra.
Su padre era vicario de Charlton y Westport, localidades cercanas a Malmesbury, pero
una disputa mantenida a la puerta de la iglesia con otro vicario, provocó su traslado a
Londres. Como consecuencia de ello, a los siete años de edad, Thomas Hobbes,
quedó bajo la tutela de su tío Francis, hermano mayor de su padre, que se dedicaba
al comercio y no tenía más familia.
Hobbes realizará sus primeros estudios en Malmesbury y posteriormente en Westport, en
la escuela privada de Robert Latimer, en donde mostró sus dotes intelectuales en los
estudios clásicos. A los catorce años, en 1603, financiados sus estudios por su tío Francis,
ingresa en Magdalen Hall, Oxford, donde predominaba entonces la filosofía
escolástica de inspiración aristotélica, por la que no mostrará ningún entusiasmo.
En 1608 obtuvo el título de Bachiller, siendo nombrado tutor, a instancias del Director
de Magdalen Hall, de William Cavendish, con quien mantuvo en los dos años
siguientes una relación de camaradería. En 1610 emprendió un viaje por Europa,
acompañando a William Cavendish por Francia, Italia y Alemania, pudiendo observar
de primera mano el poco aprecio del que la escolástica gozaba en esas fechas, ya en
clara decadencia, y los numerosos intentos por abrir otras puertas al desarrollo del
conocimiento, por lo que decide, a su regreso a Inglaterra, profundizar el estudio de los
clásicos. También pasa de ser tutor de William Cavendish a ser su secretario y,
disponiendo además de algunos ahorros, decide dedicarse lo más intensamente
posible a sus estudios. De esta época son, además, sus relaciones con Francis Bacon,
que le refuerzan en la línea de su propio pensamiento, muy alejado del aristotelismo y
de la escolástica.
En 1628 muere William Cavendish, por lo que Hobbes deja de prestar sus servicios a la
familia Cavendish, no siendo ya requerido para ello, pasando a ser tutor del hijo de Sir
Gervase Clinton de Nottinghamshire, hasta 1631. En 1629 publicará su traducción de
Tucídides, en la que había estado trabajando los últimos años, y con la que Hobbes
parece querer transmitir una advertencia a los ingleses sobre los peligros de la
democracia.
De 1629 a 1631 emprenderá un nuevo viaje a la Europa continental, como tutor del
hijo de Sir Gervase Clinton, en el que descubrirá el valor de la geometría y la
posibilidad de aplicar su método a la defensa de sus ideas sociales y políticas.
Pese al hecho de que Hobbes fue uno de los filósofos relevantes del siglo XVII,
habiéndose relacionado con Bacon, Gassendi, Descartes (a quien realiza serias
objecciones a sus Meditaciones) y habiendo conocido personalmente a Galileo, es
decir, a los más significativos filósofos que procuran el paso del pensamiento a la
modernidad, no goza entre nosotros de gran consideración su filosofía, lo que no es de
extrañar, si tenemos en cuenta que nos hallamos ante un pensador materialista hasta
la médula, muy lejos de las concesiones metafísicas de Descartes, y resuelto a aplicar
al análisis del ser humano y de la sociedad los mismos presupuestos que al estudio de
la Naturaleza. No ha ocurrido así con su pensamiento político, más conocido entre
nosotros, del que ofrecemos un resumen a continuación.
2. La ley natural
¿Tiene algún interés el ser humano por salir de ese estado de naturaleza? Pero más
importante aún ¿Puede salir de él? ¿O es su naturaleza tal que eso no sea posible?
Es necesario, pues, investigar cuál sea la naturaleza del ser humano a fin de poder
determinar si el estado de naturaleza es susceptible de ser abandonado o no. Hobbes
distingue dos aspectos de la naturaleza humana: las pasiones, que le inclinan hacia la
guerra y la paz; y la razón.
Las pasiones que inclinan a los hombres hacia la paz son el temor a la muerte; el deseo
de aquellas cosas que son necesarias para una vida confortable; y la esperanza de
obtenerlas por su industria. (Leviatán, XIII)
El hecho de que haya pasiones que inclinan, de forma natural, al ser humano hacia la
paz permite pensar que hay algunos aspectos en la naturaleza humana que posibilitan
el acuerdo entre los hombres para la consecución de dicha paz; Hobbes cree que
esas pasiones están reguladas por leyes de la naturaleza que pueden ser descubiertas
por la razón, y proveen al ser humano de un conjunto de normas de egoísta prudencia
(no morales, ni metafísicas), que hacen posible la propia conservación y seguridad.
Una ley de naturaleza (lex naturalis) es un precepto o regla general encontrada por la
razón, por la cual se le prohíbe al hombre hacer aquello que sea destructivo para su
vida, o que le arrebate los medios de preservar la misma, y omitir aquello con lo que
cree puede mejor preservarla, pues aunque los que hablan de este tema confunden a
menudo ius y lex, derecho y ley, éstos debieran, sin embargo, distinguirse, porque el
derecho consiste en la libertad de hacer o no hacer, mientras que la ley determina y
ata a uno de los dos, con lo que la ley y el derecho difieren tanto como la obligación y
la libertad, que en una y la misma materia son incompatibles. (Leviatán, XIV)
Tales leyes, por lo demás, son eternas :" Las leyes de naturaleza son inmutables y
eternas, pues la injusticia, la ingratitud, la arrogancia, el orgullo, la iniquidad, el
favoritismo de personas y demás no pueden nunca hacerse legítimos, porque no
puede ser que la guerra preserve la vida y la paz la destruya" (Leviatán,XV). Estas leyes
de naturaleza a las que se refiera Hobbes son similares a las de la física, y establecen
las formas en que, de hecho, actúan los egoístas, la forma en que su psicología les
hace actuar. La lista de leyes naturales varía en la obra de Hobbes, llegando a
enumerar hasta diecinueve de dichas leyes en el Leviatán; no obstante, considera que
las fundamentales son las siguientes:
a) Primera ley de naturaleza. La búsqueda y el seguimiento de la paz mientras pueda
obtenerse.
Y es por consiguiente un precepto, por regla general de la razón, que todo hombre
debiera esforzarse por la paz, en la medida en que espere obtenerla, y que cuando no
pueda obtenerla, pueda entonces buscar y usar toda la ayuda y las ventajas de la
guerra, de cuya regla la primera rama contiene la primera y fundamental ley de
naturaleza, que es buscar la paz, y seguirla, la segunda, la suma del derecho natural,
que es defendernos por todos los medios que podamos. (Leviatán, XIV)
La razón muestra que es favorable para la conservación de los seres humanos que
estas leyes se cumplan: es racional que el ser humano las observe. Este es el sentido de
su obligación (en el fuero interno). Pero de hecho tales leyes en estado natural no se
cumplen, por lo que se necesita un poder coercitivo para obligar su cumplimiento.
Las causas que mueven a los seres humanos a unirse constituyendo así un cuerpo
social son de dos tipos, según Hobbes: causas remotas y causas próximas (el contrato).
Entre las causas remotas señala la inseguridad a la que se ven sometidos los seres
humanos en estado de naturaleza, y la razón, que comprende la existencia de leyes
pero, al mismo tiempo, observa que dichas leyes no se cumplirán sin un poder
coercitivo, público, respaldado por la fuerza y capaz de castigar a los infractores.
Por tanto, antes de que los nombres de lo justo o injusto puedan aceptarse, deberá
haber algún poder coercitivo que obligue igualitariamente a los hombres al
cumplimiento de sus pactos, por el terror a algún castigo mayor que el beneficio que
esperan de la ruptura de su pacto y que haga buena aquella propiedad que los
hombres adquieren por contrato mutuo, en compensación del derecho universal que
abandonan, y no existe tal poder antes de que se erija una República. (Leviatán, XV)
Las leyes de la naturaleza son, por sí mismas, contrarias a nuestros deseos y pasiones
naturales, que conducen a la parcialidad y al orgullo. Podemos, no obstante
cumplirlas en estado natural cuando queremos y cuando ello no suponga un riesgo
para nosotros. En el caso de que tales leyes se cumpliesen por parte de la gran
mayoría de seres humanos, no sería necesaria ninguna forma de gobierno civil ni
necesidad alguna de él. Pero, de hecho, las leyes de la naturaleza no se cumplen,
dada su oposición a nuestras pasiones, a menos que haya un poder coercitivo con
capacidad suficiente para imponernos su cumplimiento.
BARUCH SPINOZA
Baruch de Spinoza nació el 24 de noviembre de 1632 en Amsterdam, (Provincias
Unidas de los Países Bajos). Provenía de una familia judía emigrada primero de España
a Portugal y luego a Amsterdam, como consecuencia de las persecuciones que los
judíos sufrieron a lo largo de los siglos XV y XVI en la península ibérica. La Holanda del
siglo XVII, era el país europeo con mayor libertad política del momento, aunque no
estaba exento de conflictos, y es por ello por lo que allí se refugiaban personas y
grupos perseguidos por motivos políticos y religiosos, como era el caso de los judíos.
Spinoza era pues, un judío sefardí, es decir, judío procedente de la península ibérica.
De hecho, el nombre originario de su familia era Espinosa (posiblemente porque
procedía de alguna de las localidades castellanas cuyo topónimo comienza con
“Espinosa”), que luego cambió a “Spinoza” para adaptarlo a la ortografía
neerlandesa, y era conocido familiarmente con el nombre de Bento o Baruch, que
significan Benito en portugués y hebreo respectivamente, aunque firmó sus obras con
la forma latina Benedictus.
Parece ser que Spinoza hablaba castellano y portugués como lenguas maternas, y de
niño aprendió neerlandés, así como posteriormente hebreo y latín, lengua ésta en la
que escribió la mayor parte de su obra.
Su padre, Miguel, había nacido en la localidad portuguesa de Vidigueira, de donde
había emigrado forzadamente, primero a Nantes y luego a Amsterdam. Era un
comerciante acomodado que se dedicaba a la importación y exportación de frutas y
especias. Se casó tres veces, primero con Raquel, con la que tuvo una hija, Rebeca,
después con su prima Hanna Débora, con la que tuvo cuatro hijos (el segundo de ellos
fue Baruch), y finalmente, tras la muerte de Hanna, se casó en terceras nupcias con
Esther.
Durante su infancia y adolescencia, Baruch de Spinoza fue testigo de la muerte
sucesiva de su madre Hanna Debora, (cuando él tenía 6 años), así como de dos de sus
hermanos, Isaac y Miriam; y finalmente perdió a su padre Miguel y a su madrastra
Esther poco antes de cumplir 22 años.
Estudió en la escuela hebrea de Amsterdam, la “Yeshiva”, en donde asistió a las clases
de Saúl Leví Morteira, recibiendo educación en la Torá, el Talmud, teología, lengua
hebrea, interpretación de la Biblia y comercio.
A los trece años, comenzó a trabajar en el negocio de su padre, pero no abandonó
sus estudios, ni sus lecturas, sino que continuó su formación en la escuela del librero
Franziskus van den Enden, ex-jesuita liberal y republicano. Allí se formó en latín, física,
matemáticas y filosofía cartesiana. Posteriormente, estudió filosofía en la universidad
de Leyden. Si tengo un conocimiento o una idea, ¿Cómo se puede saber si es
verdadero? Una primera respuesta podría ser: un conocimiento es verdadero si se
adecúa al objeto al que se refiere. Si tengo la idea de “círculo”, dicha idea será
verdadera si existe identidad entre la idea de círculo, y el círculo material al que se
refiere la idea.
Ahora bien, Spinoza consideraba que no puede haber identidad entre una idea y un
objeto material, puesto que las “ideas” y los objetos materiales o “cuerpos”
pertenecen a ámbitos distintos de la realidad, irreductibles entre sí. Mientras que una
idea es una forma o modo de pensamiento (una “porción” de pensamiento), un
cuerpo material es una forma o modo de materia o “extensión” (una “porción” de
materia). En consecuencia, dado que todo conocimiento consiste en una o varias
ideas (el conocimiento “está hecho” de ideas), el objeto de todo conocimiento debe
ser necesariamente otra idea, no un objeto material o extenso.
Una idea verdadera (porque tenemos una idea verdadera), es algo diferente de su
objeto (ideatum). Un círculo es una cosa, la idea del círculo es otra. Porque la idea de
un círculo no tiene circunferencia ni centro, como en un círculo, ni tampoco la idea de
un cuerpo es en sí misma un cuerpo. Y puesto que es algo diferente de su objeto, será
también algo inteligible en sí misma. Esto es, respecto a su esencia formal, la idea
puede ser objeto de otra esencia objetiva, la cual, a su vez, considerada en sí misma,
será algo real e inteligible, y así indefinidamente.(Tratado de la reforma del
entendimiento)
GOTTFRIED WILHELM LEIBNIZ
(Gottfried Wilhelm von Leibniz; Leipzig, actual Alemania, 1646 - Hannover, id., 1716)
Filósofo y matemático alemán. Su padre, profesor de filosofía moral en la Universidad
de Leipzig, falleció cuando Leibniz contaba seis años. Capaz de escribir poemas en
latín a los ocho años, a los doce empezó a interesarse por la lógica aristotélica a través
del estudio de la filosofía escolástica. En 1661 ingresó en la universidad de su ciudad
natal para estudiar leyes, y dos años después se trasladó a la Universidad de Jena,
donde estudió matemáticas con E. Weigel. En 1666, la Universidad de Leipzig rechazó,
a causa de su juventud, concederle el título de doctor, que Leibniz obtuvo sin
embargo en Altdorf; tras rechazar el ofrecimiento que allí se le hizo de una cátedra, en
1667 entró al servicio del arzobispo elector de Maguncia como diplomático, y en los
años siguientes desplegó una intensa actividad en los círculos cortesanos y
eclesiásticos. En 1672 fue enviado a París con la misión de disuadir a Luis XIV de su
propósito de invadir Alemania; aunque fracasó en la embajada, Leibniz permaneció
cinco años en París, donde desarrolló una fecunda labor intelectual. De esta época
datan su invención de una máquina de calcular capaz de realizar las operaciones de
multiplicación, división y extracción de raíces cuadradas, así como la elaboración de
las bases del cálculo infinitesimal. En 1676 fue nombrado bibliotecario del duque de
Hannover, de quien más adelante sería consejero, además de historiador de la casa
ducal. A la muerte de Sofía Carlota (1705), la esposa del duque, con quien Leibniz tuvo
amistad, su papel como consejero de príncipes empezó a declinar. Dedicó sus últimos
años a su tarea de historiador y a la redacción de sus obras filosóficas más importantes,
que se publicaron póstumamente.
La filosofía de Leibniz
Junto con su iniciador, René Descartes, Gottfried Wilhelm Leibniz es el más destacado
representante del racionalismo. Leibniz situó el criterio de verdad del conocimiento en
su necesidad intríseca y no en su adecuación con la realidad; el modelo de esa
necesidad lo proporcionan las verdades analíticas de las matemáticas. Junto a estas
verdades de razón, existen las verdades de hecho, que son contingentes y no
manifiestan por sí mismas su verdad.
LA ONTOLOGÍA.- (onthos = ser), es el estudio del ser en cuanto ser: de la esencia del
ser. Analiza por ello los principios, categorías generales del ser y las diversas clases de
entes.
¿Cuál era el método utilizado por los filósofos en ese tiempo que no habían
instrumentos de precisión, para sus descubrimientos?
Los filósofos utilizaron el método científico cuyo método fue introducido por
Aristóteles quien dijo que lo podríamos llamar como método científico. El
método científico es en sí encontrar una posible respuesta a lo que nos
cuestionamos. Los filósofos encontraban otros métodos para poder realizar sus
estudios no solamente utilizaban el método científico como Paul K.
Feyerabend quien afirmó que una metodología científica universalmente válida
es un contrasentido, que no pueden dictarse normas a la ciencia para su
desarrollo. Criticó el cientificismo por ser "castillos en el aire" y como alternativa
propuso un anarquismo epistemológico un método de investigación. Puesto
que buscaba un conocimiento de paradigmas que dominarán la ciencia del
futuro, descartarlos ahora supone cerrar puertas al mañana.
¿Qué diferencia hay entre los filósofos y los científicos actuales?