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TPM
El TPM (Mantenimiento Productivo Total)
Objetivo:
El objetivo fundamental de la implantación de un Mantenimiento Centrado en
Fiabilidad o RCM en una planta industrial es aumentar la disponibilidad y disminuir
costes de mantenimiento. El análisis de una planta industrial según esta
metodología aporta una serie de resultados:
Para quienes aplican el MTP, existen situaciones en las cuales las máquinas
producen pérdidas a la empresa: una máquina parada para efectuar un cambio, una
máquina averiada, una máquina que no trabaja al 100% de su capacidad o que
fabrica productos defectuosos. En esos casos, la máquina debe ser considerada
improductiva y se deben tomar medidas orientadas a evitar que la empresa siga
perdiendo capacidad productiva.
El MTP identifica seis fuentes de pérdidas, las que son llamadas "las seis grandes
pérdidas", que disminuyen la eficiencia por interferir con la producción
Calculo de la efectividad de un equipo:
La efectividad global del equipo (OEE) es un indicador que evalúa el rendimiento
del equipo mientras está en funcionamiento.
Mide el porcentaje del tiempo en que una maquina produce realmente las piezas
(con la calidad requerida), comparadas con el tiempo ideal que fue planeado para
hacerlos.
La diferencia entre real e ideal debe eliminarse, puesto que es potencialmente un
desperdicio.
La ventaja del OEE frente a otras ratios es que mide, en un único indicador, todos
los parámetros fundamentales en la producción industrial: la disponibilidad, el
rendimiento y la calidad.
Es posible saber si lo que falta hasta el 100% se ha perdido por disponibilidad (no
se produjo durante todo el tiempo que se podría haber producido), rendimiento (no
se produjo a la velocidad que se podría haber producido) o calidad (no se produjo
con la calidad que se podría haber producido).
RENDIMIENTO.
Mide las pérdidas causadas por el mal funcionamiento del equipo o las causadas
por el no funcionamiento a la velocidad requerida y al rendimiento determinado por
el fabricante.
Incluye pérdidas de velocidad por pequeñas paradas y pérdidas de velocidad por
velocidad reducida.
El Rendimiento resulta de dividir el Tiempo de operación neto entre el Tiempo de
operación bruto. También puede decirse que este tiempo es el tiempo de
operación bruto a que le hemos descontado los tiempos de paradas debidas a
microparos y reducción de velocidad.
TASA DE CALIDAD.
Es el porcentaje de la producción total que se produce sin defectos. El tiempo
empleado para fabricar productos defectuosos deberá ser estimado y sumado al
tiempo de paradas ya que durante ese tiempo no se han fabricado productos
conformes.
Esta ratio incluye las pérdidas por tiempo de reproceso y pérdidas de tiempo
productivo (tiempo empleado en fabricar piezas defectuosas).
La tasa de calidad resulta de dividir el Tiempo de operación efectivo entre
el Tiempo de operación neto. El tiempo de operación efectivo es el tiempo que la
maquina realmente se encuentra produciendo piezas buenas, es decir el tiempo
neto al que le descontamos las paradas por defectos o mermas.
Matriz QA.
Matriz QM.
Análisis modo de Fallas y Efectos.
Análisis PM.
Análisis 4m´s
Técnicas de Mejoras Enfocadas.
Diagramas de flujo de proceso
Lecciones de un punto.
Técnicas de análisis de capacidad de proceso.
El TPM no significa un aumento de las tareas sino una mayor variedad en las
mismas ampliando las habilidades del operario. Supone un enriquecimiento
profesional para los operarios que se incorporan a estas tareas aumentando su
polivalencia y especialización.
Por otra parte, el operario integrado en determinadas fases del proceso puede
reflexionar en ocasiones mejor que nadie sobre los problemas y proponer como
atacarles, aportando experiencias en la innovación de procesos a través de
sistemas de sugerencias o mediante su participación en actividades de mejora
implantadas a través de grupos de mejora continua.
Según esta norma, las 7 preguntas básicas del proceso RCM son:
1. ¿Cuáles son las funciones deseadas para el equipo que se está analizando?
2. ¿Cuáles son los estados de falla (fallas fucionales) asociados con estas
funciones?
3. ¿Cuáles son las posibles causas de cada uno de estos estados de falla?
4. ¿Cuáles son los efectos de cada una de estas fallas?
5. ¿Cuál es la consecuencia de cada falla?
6. ¿Qué puede hacerse para predecir o prevenir la falla?
7. ¿Qué hacer si no puede encontrarse una tarea predictiva o preventiva
El método RPM y RCM son dos técnicas de confiabilidad comprobadas para mejorar
el desempeño de una planta. El mantenimiento centrado en confiabilidad (RCM) es
una metodología estructurada desarrollada para revisar el diseño, operación y
mantenimiento de un sistema y el equipamiento asociado. Esta técnica es usada
para localizar fallas conocidas y desconocidas que ponen en riesgo la seguridad y
confiabilidad de un sistema. El procedimiento básico usa siete preguntas para
identificar la función del equipamiento, fallas, consecuencias de las fallas y tareas
para prevenir las fallas. Las respuestas a las preguntas son generadas por el
feedback de los operadores, personal de mantenimiento, ingenieros de planta,
ingenieros de diseño de equipamiento u otros usuarios finales del equipo. A pesar
de que algunas personas en la industria consideren que este proceso consume
mucho tiempo, los beneficios siempre tendrán más peso que el tiempo invertido.
Este proceso lo fuerza a indagar profundamente en cada aspecto del equipamiento
y así encontrar la falla oculta que podría poner en riesgo la seguridad de la planta y
la confiabilidad del equipamiento.
Por otro lado, el método RPM es un sistema de prioridad de trabajo que surgió de
la frustración personal con muchos de los sistemas de prioridad de trabajo
existentes. No se equivoque, hay un sinnúmero de otros sistemas de prioridad de
trabajo. Está el famoso el primero que entra, es el primero que sale (FIFO, por sus
siglas en inglés), o el sistema de prioridad de 20 códigos, ¡tan complicado que se
necesita un anillo decodificador especial para descifrarlo! Y finalmente, el conocido
método EQGMF que la mayoría de las compañías usa. ¿No está familiarizado con
EQGMF? Seguro que sí lo está, significa “¡el que grita mas fuerte!”
“R” (Reparar) – Clasificado como cualquier trabajo requerido para poner una pieza
de equipamiento existente en su condición de funcionamiento original mientras se
cumplen todos los requisitos de seguridad y ambientales. Ejemplos de trabajo de
reparación pueden incluir una válvula que gotea, una bomba que golpea o una cinta
transportadora que no arranca.
Ahora que ya sabe lo que significa RPM, ¿cómo lo aplica? Puede ser tan simple
como esto: Asuma que va a trabajar mañana por la mañana como es usual. Primero,
encuentre cinco cajas, etiquételas Nuevo, “R” (reparar), “P” (preventivo), “M”
(modificar) y Cerrado, como se muestra en la Figura 1.
Así que, ¿qué caja de órdenes de trabajo debería hacer primero el equipo de
mantenimiento? Debería ser obvio dada la definición de mantenimiento que las
cajas “R” y “P” son la prioridad. Pero no es tan fácil. Mantenimiento es halado en
distintas direcciones por operaciones, ingeniería, compra y gestión. Sin embargo, el
método RPM informa a los otros departamentos y a la gerencia que las prioridades
de mantenimiento son las reparaciones y las tareas de mantenimiento preventivo
en la planta.
Mientras que el método RPM esbozado aquí es ciertamente el núcleo del sistema,
involucra mucho más. ¡No debería pensar que la única cosa que se requiere para
gestionar su función de mantenimiento es la habilidad para localizar cinco cajas
vacías!
Además de gestionar órdenes de trabajo, el método RPM puede ser usado como
una función pre- y post-RCM. Como una función pre-RCM, el método RPM
suministra el análisis con las tareas/costos “R”, “P” y “M” asociados a cada pieza de
equipamiento. Estos valiosos datos históricos proveen a la gerencia de
mantenimiento de la información para justificar el costo de un análisis RCM o de
una modificación del sistema. Típicamente, no es rentable hacer análisis RCM en
todo el equipamiento de la planta. El método RPM apunta a la parte de la planta que
más se beneficiaría y ese es el sistema o equipo con los altos costos “R” y “P”
asociados e ellos.
Cómo una función post-RCM, el método RPM chequea los beneficios del análisis
RCM. Desde la perspectiva de mantenimiento, el análisis RCM se considera exitoso
si mantenimiento no tiene que arreglar la misma pieza de equipo una y otra vez. El
método RPM mostrará el éxito del análisis RCM simplemente por la falta de órdenes
de trabajo “R” en seis meses. Por supuesto, hay otros beneficios del análisis RCM,
tales como localizar fallas ocultas, pero la mayoría de los gerentes de
mantenimiento están preocupados con cómo eliminar la pila de 432 órdenes de
trabajo abiertas que están sobre su escritorio.
La ocasión perfecta para diseñar un buen mantenimiento programado que haga que
la disponibilidad y la fiabilidad de una planta industrial sea muy alta, es durante la
construcción de ésta. Cuando la construcción ha finalizado y la planta es entregada
al propietario para su explotación comercial, el plan de mantenimiento debe estar
ya diseñado, y debe ponerse en marcha desde el primer día que la planta entra en
operación. Perder esa oportunidad significa renunciar a que la mayor parte del
mantenimiento sea programado, y caer en el error (un grave error de consecuencias
económicas nefastas) de que sean las averías las que dirijan la actividad del
departamento de mantenimiento.
Un buen plan de mantenimiento es aquel que ha analizado todos los fallos posibles,
y que ha sido diseñado para evitarlos. Eso quiere decir que para elaborar un buen
plan de mantenimiento es absolutamente necesario realizar un detallado análisis de
fallos de todos los sistemas que componen la planta.
Por desgracia, esto raramente se realiza. Sólo en los equipos más costosos de la
planta industrial suele haberse realizado este pormenorizado análisis, y lo suele
haber realizado el fabricante del equipo. Por ello, en esos equipos principales debe
seguirse lo indicado por el fabricante. Pero el resto de equipos y sistemas que
componen la planta, capaces como hemos dicho de parar la planta y provocar un
grave problema, también deben estar sujetos a este riguroso análisis.
Ocurre a veces que no se dispone de los recursos necesarios para realizar este
estudio de forma previa a la entrada en funcionamiento de la planta, o que ésta ya
está en funcionamiento cuando se plantea la necesidad de elaborar el plan de
mantenimiento. En esos casos, es conveniente realizar este plan en dos fases:
2. Una vez elaborado este plan y con él ya en funcionamiento (es decir, los técnicos
y todo el personal se ha acostumbrado a la idea de que los equipos hay que
revisarlos periódicamente), realizar plan más avanzado basado en el análisis de
fallos de cada uno de los sistemas que componen la planta. Este análisis permitirá
no sólo diseñar el plan de mantenimiento, sino que además permitirá proponer
mejoras que eviten esos fallos, crear procedimientos de mantenimiento o de
operación y seleccionar el repuesto necesario.
Plan de implementación.
Hasta este punto solo hemos mencionado toda la información de un programa
dedicado al mantenimiento preventivo manual o computarizado. Cualquier buen
sistema de mantenimiento preventivo necesita de esta información y casi cualquier
sistema podría hacer buen uso de este frente final de trabajo. Una vez reunido y
organizado el trabajo, es simple el resto. Esto por supuesto no es una rutina
pequeña pero es donde realmente la fase de implementación comienza.
No debe usted omitir la necesidad de la utilización del factor humano, usted sabe
mejor que nadie de las capacidades de su personal en relación al mantenimiento,
inspecciones y rutinas, por lo que seguramente necesitara diseñar programas de
capacitación tanto para operadores y técnicos.
Una vez que la información está reunida, necesitará revisar la prioridad para
comenzar la operación. Deben existir varios reportes que le permiten este tipo de
revisión pero el primero a revisar es el programa maestro de mantenimiento
preventivo.
Un reporte así, prevé un buen panorama de todos los equipos con registro de
mantenimiento preventivo y permite una selección completa y capacidad de
ordenamiento para la impresión o elaboración de las órdenes de trabajo, de acuerdo
los requerimientos.
Puede también utilizar una gráfica de carga de trabajo. La idea principal es observar
las órdenes de trabajo de mantenimiento preventivo con una prioridad definida, y
aquellos M.P's que no se han generado todavía, con un abanderamiento, como la
fecha de su generación para su fácil detección.
Con estos dos reportes, el programa maestro de MP y la gráfica de carga de trabajo
le serán útiles una vez que haya generado las órdenes de trabajo del mantenimiento
preventivo y necesite ajustar la carga de trabajo, proporcionándole también la
predicción del MP antes de que se genere y hacer los ajustes necesarios, inclusive
a las necesidades de producción de la disponibilidad de maquinaria y equipos.
MANTENIMIENTO DE DATOS
Elementos fundamentales de un programa de mantenimiento.
Cualquier sistema informático de mantenimiento, necesita una base de datos de
partidas de mantenimiento que permita describir la empresa a mantener. Por otra
parte hay algunos documentos de trabajo que de forma obligada deben aparecer a
ellos se refiere a continuación.
La informatización permitirá:
El objetivo a largo plazo debe ser el de conseguir un grado de conocimiento tal que
permita establecer los parámetros a partir de los cuales sea posible proyectar
empresas con soluciones que, a través de un mínimo mantenimiento preventivo
garantice un mínimo mantenimiento correctivo durante el período de vida útil.
- Limpiezas
- Ajustes
- Sustitución de piezas
Por ello es muy útil a la hora de decidir qué tipos de tareas es conveniente aplicar a
un equipo determinado, deben estudiarse los fallos potenciales de la instalación y
clasificarlos según sus consecuencias. Lo habitual es clasificarlos según tres
categorías: críticos, importantes y tolerables.
Si el fallo ha resultado ser crítico, casi cualquier tarea que se nos ocurra podría ser
de aplicación. Si el fallo es importante, tendremos algunas limitaciones, y si por
último, el fallo es tolerable, solo serán posibles acciones sencillas que prácticamente
no supongan ningún coste.
En este último caso, el caso de fallos tolerables, las únicas tareas sin apenas coste
son las de tipo 1, 2 y 3. Es decir, para fallos tolerables podemos pensar en
inspecciones visuales, lubricación y lectura de instrumentos propios del equipo.
Apenas tienen coste, y se justifica tan poca actividad por que el daño que puede
producir el fallo es perfectamente asumible.
En caso de fallos importantes, a los dos tipos anteriores podemos añadirle ciertas
verificaciones con instrumentos externos al equipo y tareas de tipo condicional;
estas tareas sólo se llevan a cabo si el equipo en cuestión da signos de tener algún
problema. Es el caso de las limpiezas, los ajustes y la sustitución de determinados
elementos. Todas ellas son tareas de los tipos 4 y 5. En el caso anterior, se puede
permitir el fallo, y solucionarlo si se produce. En el caso de fallos importantes,
tratamos de buscar síntomas de fallo antes de actuar.
Si un fallo resulta crítico, y por tanto tiene graves consecuencias, se justifica casi
cualquier actividad para evitarlo. Tratamos de evitarlo o de minimizar sus efectos
limpiando, ajustando, sustituyendo piezas o haciéndole una gran revisión sin
esperar a que dé ningún síntoma de fallo.
Al elaborar un plan de mantenimiento para una planta nueva o una planta industrial
que nunca ha tenido uno, en muchas ocasiones el proyecto fracasa. Es decir: se
pretende mejorar los resultados de la producción y del mantenimiento mediante la
implantación de una mantenimiento programado que ayude a fiabilizar la planta, y
el proyecto termina abandonándose o ejecutándose sin resultados aparentes.
Acaba con un jefe de mantenimiento que tira la toalla, con algunas personas reacias
a este tipo de actuaciones felicitándose y afirmándo '¡Ya lo decía yo, en esta
empresa eso es imposible!'
Pero muchos de los errores se pueden evitar: el drama de la implantación de un
mantenimiento programado en un entorno 'hostil' a ese tipo de actuaciones no tiene
por qué acabar en desgracia. Algunos de los errores más comunes, y cuyo
conocimiento puede ayudar a hacer las cosas bien y a conducir el proyecto hacia
una implantación exitosa, son los que se exponen en este artículo
1.- El fabricante no conoce la importancia relativa de cada equipo, por lo que puede
excederse o quedarse corto a la hora de proponer tareas de mantenimiento
2.- Su interés se centra sobre todo en que el equipo no falle en el tiempo en que
éste está en garantía. El interés del propietario es diferente: necesita que el equipo
esté en servicio durante toda la vida útil de la planta
Imaginemos una planta que tiene, digamos, 5000 referencias o ítem y que referimos
el plan de mantenimiento a cada uno de estos ítem (un ítem puede ser un motor,
una bomba, una válvula, un instrumento). Eso supone unas 90.000 gamas de
mantenimiento (u ordenes de trabajo tipo) que llegarían a generar más de 4.000.000
de órdenes en un solo año (unas 11.000 diarias). El trabajo burocrático y la
complicación de manejar tal cantidad de órdenes es implanteable. La elaboración
de las gamas de mantenimiento no se acabaría nunca, el plan de mantenimiento
siempre estaría incompleto, y actualizarlo será una labor casi imposible.
El trabajo diario (gamas diarias), sobre todo el de baja cualificación, debería ser
siempre realizado por el personal de operación. Esto ayuda, por un lado, a disminuir
la carga de trabajo del personal de mantenimiento, cargando sólo ligeramente al
personal de operación. Además, el trabajo de operación en una planta tan
automatizada como puede llegar a ser una planta industrial puede resultar aburrido.
El hecho de que los técnicos de operaciones realicen el trabajo diario, que suele
consistir en inspecciones visuales, limpiezas, lecturas, tomas de datos, etc, ayuda
a hacer menos aburrido el puesto de operador, a la vez que le hace tener un
conocimiento mayor de lo que ocurre en la planta
Registrar los resultados de las gamas diarias no aporta prácticamente ningún valor
a la información, y supone un trabajo burocrático inmenso. Todo el proceso de
generación y cierre de gamas diarias puede suponer más trabajo que el necesario
para realizar la gama. Es mucho más práctico mantener estas gamas al margen del
sistema informático, en soporte papel, en que caso de no tener en cuenta la
recomendación anterior e implantar un sistema informático.
Es conveniente hacer una lista previa con todos los equipos significativos de la
planta. A continuación, y tras comprobar que la lista contiene todos los equipos,
habrá que asegurarse de que se dispone de los manuales de todos esos equipos.
El último paso será recopilar toda la información contenida en el apartado
‘mantenimiento preventivo’ que figura en esos manuales, y agruparla de forma
operativa.
- ERM
- Torres de Refrigeración
- Puentes grúa
- Vehículos
- Sistemas contraincendios
- Intercambiadores de placas
Podemos definir mantenimiento como, conjunto de técnicas que tienen por objeto
conseguir una utilización óptima de los activos productivos, manteniéndolos en el
estado que requiere una producción eficiente con unos gastos mínimos.
Reacondicionamiento:
Por otro lado, deben definirse de forma clara los procesos asociados al
mantenimiento, identificando responsabilidades y definiendo perfiles de acceso a la
información adecuados que garanticen tanto la seguridad del sistema como la
calidad de la información introducida:
- Definición y formalización de procedimientos de actuación de mantenimiento
tomando las medidas adecuadas que garanticen su aplicación real.
Del inventario de equipos de la planta, deben listarse aquellos que tienen una
entidad suficiente como para tener tareas de mantenimiento asociadas. Este listado
puede incluir motores, bombas, válvulas, determinados instrumentos, filtros,
depósitos, etc.
Una vez listados, es conveniente agrupar estos equipos por tipos, de manera que
sepamos cuantos tipos de equipos significativos tenemos en el sistema que
estemos analizando.
Para cada uno de los tipos de equipos, debemos preparar un conjunto de tareas
genéricas que les serían de aplicación. Así, podemos preparar tareas genéricas de
mantenimiento para transformadores, motores, bombas, válvulas, etc.
Nota del autor: Estoy preparando un listado de tareas genéricas para tipos de
equipos muy conocidos. Entre ellos estarán: bombas centrífugas, torres de
refrigeración, instalaciones neumáticas, equipos hidráulicos, sistemas eléctricos de
alta tensión, sistemas eléctricos de máquinas, etc.)
Para cada motor, bomba, trafo, válvula, etc., aplicaremos las tareas genéricas
preparadas en el punto anterior, de manera que obtendremos un listado de tareas
referidas a cada equipo concreto.
- ERM
- Sistemas de Alta Tensión
- Torres de Refrigeración
- Puentes grúa
- Vehículos
- Tuberías y Equipos a presión
- Instalaciones de tratamiento y almacenamiento de aire comprimido
- Sistemas de control de emisiones y vertidos
- Sistemas contraincendios
- Sistemas de climatización de edificios
- Intercambiadores de placas
- Almacén de productos químicos, etc.
Que nadie pretenda leerse esta serie de artículos dedicados a RCM de una sola
vez: no le resultará provechoso. Animo al lector a que dedique algo de su tiempo
libre a leer, pensar y digerir cada una de las partes en que se ha dividido este trabajo
sin prisa, dedicando no más de media hora o una hora cada vez que se siente frente
al ordenador.
Me doy por satisfecho si al menos se consigue que tú, lector, tengas una idea
aproximada acerca de qué va esto del RCM del que algunos hablan, si hay
posibilidades reales de que lo implantes en tu empresa, con ayuda o sin ayuda, y
que te aporte algunas ideas útiles para tu trabajo. Realmente hay poca gente en el
mercado que conozca en profundidad esta tecnica del Mantenimiento Basado en
Confiabilidad, es mucha la demanda en la industria de técnicos especializados y de
gente capaz de dirigir un proceso de RCM y, ya verás, en realidad es todo muy
lógico e intuitivo.
Puedo decir que esta metodología, tal y como se ha descrito en estos artículos, se
ha aplicado con éxito en entornos industriales reales, en centrales eléctricas de
diverso tamaño y en plantas petroquímicas; que el proceso se empezó y se logró
acabar e implementar; y que los resultados fueron excelentes.
Control de mantenimiento y el proceso de auditoria
LA AUDITORÍA DE MANTENIMIENTO
Realizar una auditoría de mantenimiento no es otra cosa que comprobar CÓMO se
gestiona cada uno de los diez puntos indicados anteriormente. El objetivo que se
persigue al realizar una auditoría no es juzgar al responsable de mantenimiento, no
es cuestionar su forma de trabajo, no es una actividad contra el Jefe de
Mantenimiento: es saber en qué situación se encuentra un departamento de
mantenimiento en un momento determinado, identificar puntos de mejora y
determinar qué acciones son necesarias para mejorar los resultados.
Claro está que hay que diferenciar entre las evaluaciones técnicas analizadas en el
capítulo anterior, denominadas a veces Auditorías Técnicas de Mantenimiento, y las
Auditorías de Gestión que se analizan en éste. Las primeras tratan de determinar el
estado de una instalación. Las segundas, tratan de determinar el grado de
excelencia de un departamento de mantenimiento y de su forma de gestionar.
Cada una de ellas tiene su parcela, su utilidad. Las primeras son una fotografía
técnica instantánea que permite conocer el estado de la instalación, permite conocer
su evolución futura y incluso la posibilidad de que sufra determinados percances.
Las segundas, las auditorías de gestión del mantenimiento, son mucho más
profundas, y ahondan en las causas por las que se ha llegado a una situación
técnica determinada. Hay que tener en cuenta que una instalación degradada,
aunque se identifiquen los puntos a reparar y se aborden estas reparaciones, al
cabo de un tiempo volverá a estar degradada, ya que la causa habitual de esa
degradación es que la gestión del mantenimiento de esa instalación no es la
adecuada. Visto de esta forma, las auditorías técnicas que evalúan el estado de la
instalación identifican los síntomas, mientras que las auditorías de gestión
identifican las causas de esa situación.
Cada una de las cuestiones analizadas tiene 4 posibles valores: “3” si la respuesta
a la cuestión planteada es muy favorable, “2” si la situación es mejorable, aunque
aceptable; “1” si la situación es desfavorable y se hace necesario un cambio; y “0”
si la respuesta es tan desalentadora como para considerar la situación de ese punto
un autentico desastre.
Todos aquellos puntos que alcanzan como resultado un “0” o un “1” deben incluirse
en un PLAN DE ACCIÓN, y transcurrido cierto tiempo, deben realizarse una nueva
auditoría comprobando especialmente aquellos puntos que habían obtenido un
resultado desfavorable. Al cabo de unos meses la situación de un departamento
ruinoso, desalentado, con unos resultados catastróficos puede pasar
milagrosamente a ser un departamento modélico. Y todo ello, sin grandes cambios
espectaculares, sin grandes reingenierías de proceso, sin llegar a la conclusión de
que es mejor destruirlo todo y construir las instalaciones de nuevo, y sin necesidad
de pensar que la culpa la tiene otro.
Catálogo de Equipos.
Catálogo de localizaciones.
Catálogo de proveedores y servicios externos.
Catalogo y mano de obra., ordenes de trabajo. "ara llevar a cabo una gestión de
mantenimiento, resulta necesario a utilizarse de un sistema computarizado que
permita documentar y mantener accesible toda esta información de un sistema
computarizado que permita documentar y mantener accesible toda esa información.
Es por eso que se hace uso del software de mantenimiento %" * para contribuir a
planificar y programar la mejor utilización de los recursos tecnológicos, humanos y
financieros asignados al servicio de mantenimiento para el cumplimiento de sus
funciones y la solución de problemas técnicos. El MP9 es un sistema computarizado
de mantenimiento que se encarga de planear, programar, controlar e informar
oportunamente sobre los trabajos de mantenimiento que deben realizarse,
generando historiales que permiten medir desempeño de mantenimiento y tomar
acciones para me(orarlo.