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Reseña sobre el texto “Por qué y cómo hacer Análisis del Discurso” de

Santander

Este artículo se presenta a si mismo como el intento de ser un aporte teórico y


metodológico para quienes desean realizar análisis del discurso. Se trata de un texto
pensado para estudiantes que están en el proceso de elaboración de su tesis de egreso.

En su desarrollo, el texto busca responder a dos interrogantes, el primero es “¿Por qué


analizar el discurso?” Y el segundo tiene que ver con el método: ¿cómo hacer análisis
del discurso? .

Frente al primer desafío plantea que analizar el discurso que circula en la sociedad es
analizar una forma de acción social (Fairclough 1992,2003; Van Dijk 2000) Hay una
concepción activa del lenguaje. El autor no solo adhiere a los mencionados sino que
considera útil leer los discursos para leer la realidad social. El lenguaje no es un mero
vehículo para expresar y reflejar nuestras ideas sino un factor que participa y tiene
injerencia en la constitución de la realidad social. Estos pensadores le reconocen al
lenguaje la capacidad de Hacer cosas (Austin 1982) y que por lo mismo, nos permite
entender lo discursivo como un modo de acción.

El segundo interrogante al que se enfrenta el autor tiene que ver con los pasos
metodológicos para analizar el discurso; nos dice que la opacidad acompaña
naturalmente los procesos discursivos, para explicar esto, hace un paralelo con la teoría
de Marx quien estudia las practicas materiales que genera la estructura de la economía
capitalista y concluye en que el carácter real de las practicas económicas es ocultado por
las apariencias.

Marx distingue entre un nivel presente en la superficie de las sociedades capitalistas, el


de circulación de mercancías y otro que opera debajo o detrás de esa superficie. En
parte, el verdadero funcionamiento del proceso de producción se manifiesta a través del
nivel visible de intercambio pero por otra parte también es ocultado por este mismo
nivel. De ahí que Marx haya inventado el concepto de síntoma, siendo este visible y a
su vez aquello que esconden las dimensiones no visibles que le dan forma.
En el discurso ocurre algo similar: entre las formas presentes en la superficie discursiva
y los procesos opacos en el lado de la producción se encuentran los síntomas que le
interesan al analista. Lo que ocurre en el nivel de la circulación de los discursos no es
necesariamente un reflejo de lo ocurrido en el nivel de su producción sino que quedan
huellas y pistas, síntomas que el analista debe interpretar.

Santander sigue el desarrollo del artículo planteando tres situaciones fundamentales que
deben formar parte de nuestra claridad teórica previa al análisis:

1) El contenido de un texto, aquello que está en la superficie de la estructura


textual, en ocasiones puede resultar confuso.
2) Lo dicho puede resultar secundario.
3) Lo dicho puede resultar distorsionador: cuando el lenguaje cumple una función
ideológica al describir el mundo (Voloshinov 1992).

En este momento del texto, para clarificar los conceptos que se vienen trabajando,
Santander hace un paréntesis, expone y analiza el uso del sintagma el conflicto
mapuche. Sintagma que forma parte del lenguaje cotidiano de la prensa y es
empleado permanentemente para referirse y representar esta cuestión sin tener en
cuenta qué actores se visibilizan y cuales otros no, qué contradicciones oculta el
sintagma y ¿qué o a quiénes busca visibilizar lingüísticamente?. Solo conocemos la
acción que realizan los usuarios del lenguaje, esto es lo que podemos analizar pero
la intención del autor queda oculta sin embargo, haciendo análisis del discurso
podemos señalar que lo que el nivel de la circulación de estos discursos nos
muestran es parcial y que además se trata de expresiones ideológicamente
condicionadas, sin importar si quienes las usan son conscientes de ello o no.

A este apartado sobre el análisis del sintagma el conflicto mapuche, le sigue otro
sobre las consideraciones metodológicas básicas donde plantea que en todo proceder
investigativo se debe hacer una adecuada definición del problema y se debe exponer
claramente la lógica de investigación, es decir, fijar los márgenes y limites dentro de
los cuales se va a mover nuestra investigación en relación al objeto de estudio y al
propósito general de esta. En el caso del Análisis del Discurso es fundamental que el
problema de investigación sea de naturaleza discursiva y una representación sígnica,
ya que nos movemos en lo que Voloshinov llama el mundo de los signos.
En segundo lugar, el autor aconseja que toda investigador debería iniciar el problema
con una pregunta de investigación que apunte al objeto de estudio y sea obviamente de
naturaleza discursiva. De aquí se pueden desprender un objetivo general y una o varias
hipótesis que a lo largo del trabajo se irán comprobando o descartando.

Para finalizar, plantea que las categorías de análisis deben estar previamente
formuladas y probadas en el corpus y que además los signos que se analizaran deben
ser de naturaleza no sólo lingüística sino también semiótica, se puede optar por
carda uno de estos lo que le dará características especificas a nuestra investigación
pero también pueden ocurrir ambas situaciones.

El último apartado del artículo de Santader hace referencia a la parte empírica del
análisis: “¿cómo debemos enfrentarnos a los textos?” y plantea que no existe la
técnica para hacer análisis y que, por esta razón, para orientarnos debemos hacernos
la pregunta “¿Qué busco en este texto?”. Dicho esto, enumera una serie de
propuestas y modelos de análisis como el de la llamada Lingüística Crítica que
propone un modelo de análisis llamado transactivo-transformacional, el modelo de
análisis de la Gramática Sistémico Funcional de Halliday y Hasan y el modelo de
análisis del discurso propuesto por Sayago.

El texto avanza afirmando que todo aquel que desee hacer investigación que
contemple el análisis del discurso debe mostrar siempre una coherencia rigurosa
entre categorías conceptuales, categorías discursivas, categorías
lingüísticas/semióticas y recursos gramaticales de base.

Ya en la conclusión el autor recuerda que la pretensión del artículo fue la de explicar


por qué y cómo hacer análisis del discurso y que no pierde de vista que uno de los
objetivos fue argumentar a favor de la teoría como la herramienta que nos permite
observar científicamente los discursos. Si bien la técnica cumple un papel
importante, se trata de algo complementario ya que no existe un único modelo de
análisis y el análisis del discurso varía según los intereses que motiven la
investigación, según las hipótesis y los objetivos.

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