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Manifestación de la Voluntad
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1 IGLESIAS, JUAN, Derecho Romano, 15ª. Edición, Editorial Ariel S. A. pág. 105-106
Las formas en que la manifestación de voluntad es exteriorizada o expuesta para efectos
legales son: expresa y tácita. La manifestación expresa abarca el uso del medio escrito u
oral o a través de signos inequívocos, gestos indicativos, lenguaje que expresen su
entendimiento de forma directa.
Declaración de la voluntad
Para que los actos humanos produzcan efectos jurídicos es necesaria la manifestación de
voluntad del agente mediante signos que se puedan considerar expresivos.
La declaración de voluntad es uno de los elementos esenciales de todo negocio jurídico;
es, además, la piedra angular del sistema del negocio jurídico. Pero no cabe identificar
ambos conceptos como hiciera la tesis subjetivista tradicional, así:
- Puede existir un negocio jurídico formado por varias declaraciones de voluntad, y puede
estar integrado también por otros elementos reales o formales.
- Existen declaraciones de voluntad que no llegan a constituir negocios jurídicos (al igual
que no todos los actos jurídicos -que presuponen una voluntad, constituyen negocios
jurídicos). Así, son declaraciones de voluntad, pero no negocios, la mayor parte de los
actos de ejercicio de un derecho frente a otro, requerimiento de pago, ejercicio de una
facultad de optar, etc.
Acerca del valor respectivo de voluntad y declaración se han formulado diversas teorías
que posteriormente trataremos.
1. Formas de la declaración de voluntad.
La manifestación de voluntad puede ser:
a) Expresa, ya mediante un lenguaje, verbal o escrito, ya mediante signos inequívocos o
conducta expresiva del declarante.
b) Tácita, que se infiere de hechos concluyentes (facta concludentia). Nuestro Código Civil
recoge la idea de las declaraciones tácitas de voluntad (aceptación de la herencia art. 999;
condonación de la deuda art. 1187; confirmación del contrato anulable art. 1311 tácita
reconducción art. 1566; mandato arts. 1710 y 1735).
c) Presunta, que resulta, por precepto legal, de hechos no concluyentes (V. gr.: se
entiende aceptando el albaceazgo si el albacea no se excusa dentro de los seis días -art.
898-; revocación presunta del testamento cerrado -art. 742-; condonación de la deuda -
arts. 1.118, 1.189 y 1.191-).
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VILLEGAS LARA, RENE ARTURO, Teoría general de las obligaciones , 1ª. Edición, Ediciones Superación. S. A. pág. 11-14
En el Derecho Romano la voluntad puede manifestarse por medio de otra persona. El
intermediario o nuntius no es más que un agente o instrumento, un vocero del declarante.
En cualquier caso, el negocio produce todos sus efectos en cabeza del sujeto que sirve del
nuntius.
Mientras que en nuestra legislación el artículo 1255, indica que la incapacidad relativa de
una de las partes no puede ser invocada por la otra en su propio beneficio, si
oportunamente la hubiere conocido.
EL CONSENTIMIENTO:
MANIFESTACIÓN EXPRESA:
La manifestación expresa o también llamada “positiva” se da cuando la persona declara o
manifiesta personalmente, o por medio de su representante legal, por escrito o por signos
inequívocos, su decisión de obligarse.
MANIFESTACIÓN TACITA:
La manifestación tácita es algo que se sobreentiende como consecuencia de una conducta
“pasiva”. Cuando se manifiesta, mediante actos por los cuales se puede conocer con
certidumbre la existencia de la voluntad, en los casos en que no se exige una expresión
positiva o cuando no haya protesta o declaración expresa contraria; por ejemplo: en los
contratos de arrendamiento se habla de la “tácita reconducción” y consiste en que el
plazo y el mismo contrato, se tiene por prorrogado, si al llegar el momento previsto para
que termine la relación jurídica se sigue ocupando el bien y se sigue pagando y cobrando
la renta. Por eso es que un contrato de ese tipo se sugiere que cualquier prorroga debe
ser expresa, para que la conducta pasiva de las partes no opere como manifestación tácita
de voluntad, si así lo desean los contratantes.
MANIFESTACIÓN PRESUNTA:
También la ley puede presumir que hay manifestación de voluntad en casos específicos;
por ejemplo, el artículo 879 del Código de Comercio, al referirse al contrato de seguro,
establece una presunción de aceptación de obligarse, cuando regula:
“Se considera aceptada la solicitud de prorrogar o modificar un contrato de seguro, o de
restablecer uno suspendido, si el asegurador no lo rechaza dentro de los quince días
siguientes al de la recepción de la solicitud. Este precepto no es aplicable a las solicitudes
de aumentar la suma asegurada y en ningún caso al seguro de persona”.
VICIOS DE LA MANIFESTACION DE LA VOLUNTAD
El acuerdo contractual tiene como base la voluntad de los contratantes, que solo puede
decidirse correctamente cuando actúan de una manera consciente, racional y libre. Con el
término vicios de la voluntad hacemos referencia a los defectos que puede sufrir la
voluntad interna en su proceso de formación. Se denominan los vicios de la voluntad a
aquellas anomalías bien inconscientes, bien conscientes, de la voluntad que provocan una
discordia entre la voluntad interna y la voluntad declarada. Tales vicios están establecidos
en el artículo 1257 del Código Civil.
ERROR
DOLO
El dolo-vicio de la voluntad tiene un significado distinto: dolo es el error provocado,
inducido por acción o por omisión, sea por la contraparte en el caso jurídico bilateral. El
error es causa inmediata de la declaración y, a su vez, el dolo es causa inmediata del error
y mediata de la declaración. La raíz más profunda del dolo como vicio de voluntad se
encuentra en la idea del engaño. Dolo es toda sugestión o artificio que se emplee para
inducir a error o mantener en él a alguna de las partes.
VIOLENCIA
El dolo, la malicia, fraude o engaño perverso El dolo es toda sugestión o artificio que se
proveniente de una parte, que induce a la otra emplee para inducir a error.
a consentir.